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Don't cry | Bradley Simpson.
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1. • Comparte
Don't cry | Bradley Simpson.
NOMBRE: DON'T CRY
AUTOR: YO.
ADAPTACIÓN: NO.
GÉNERO: DRAMA Y ROMANCE.
ADVERTENCIAS: NO.
OTRAS PAGINAS: NO.
AUTOR: YO.
ADAPTACIÓN: NO.
GÉNERO: DRAMA Y ROMANCE.
ADVERTENCIAS: NO.
OTRAS PAGINAS: NO.
don't cry
PARTE 1/4Lyla Jenners.
Yo había empezado bien el año.
Siempre pensé que el 2015 iba a ser el mejor año de todos, si así lo deseaba. Lo recibí con mis mejores sonrisas y con muchas ganas, pero nunca esperé que fuera el año en el que sentiría más dolor. Ni tampoco en el que apor primera vez, amaría de verdad.
Todo empezó con el comienzo de clases. Como nunca antes, me animé a abrirme a las demás personas y también fui más social de lo que acostumbro. Las cosas marchaba bien y la mayor parte de mis días me despertaba con buen humor. Aquel chico del que estaba enamorada ya no ocupaba el primer puesto en mi lista de prioridades, para variar esta vez, yo estaba primero. Yo y mi felicidad. Hasta que mi mundo se dio vuelta con una noticia que no esperaba, que me demostró que aun lo quería, y mucho más de lo que yo misma podía soportar.
—Hey, Lyls. —Ya habían pasado los primeros dos meses de clases y yo me encontraba como de costumbre con mis amigas. —¿Te enteraste de la buena nueva?
Reconocí sarcasmo en la voz de Jessie así que traté no parecer confundida. —No, ¿Qué pasó?
—Parece que Brad y Emily por fin lo hicieron oficial, ahora son novios.
En ese preciso instante, pude reaccionar como si no me importara. Asentí con indiferencia al tema, aunque Jessie sabía perfectamente que una noticia así me afectaría bastante considerando que hacía ya tres años que yo estaba enamorada de Brad. Cuando estuve sola pensé mucho ¿Qué importaba? Sabía que algún día llegaría. A Emily, él parecía caerle muy bien, era muy bonita y no me sorprendía que Bradley no se haya negado a sus encantos. De alguna manera, yo me había preparado para esa noticia…
Aunque no lo suficiente.
Sin darme cuenta, mi cara por el resto del día mostraba una tristeza de la que no era consciente. Aun no terminaba mi turno de clases, y yo no quería admitir lo afectada que me tenía la idea de Brad y Emily juntos. Pude evitarlo por completo durante todo el día y gracias a Dios no cruzamos miradas. Eso solo habría ayudado a detonar la bomba dentro de mí que tarde o temprano estallaría... tal y como lo hizo aquella tarde.
Cuando llegué a mi casa, me derrumbé sorprendentemente rápido. Esa bomba de dolor no tardó en demostrarme que sí, que lo quería, quizás lo amaba, tanto que me destrozaba la imposibilidad de tenerlo, pero aun peor, me destruía la idea de que él amara a otra chica.
Lloré durante mucho tiempo aquel día, el tiempo pasó demasiado rápido entre lágrima y lágrima. Cuando dejé de sollozar e intenté abrir los ojos estaban tan hinchados que prefería dejarlos cerrados. Aun así me tomé el tiempo para comprobar cómo la noche brillaba fuera de mi ventana. Había pasado el día y yo había llorado de corrido durante horas. Volví a la cama, el hambre no se hizo sentir, y solo pude dormir entre deprimentes pensamientos y pesadillas decepcionantes, acerca de él.
Sin duda los días siguientes no fueron mejores que aquel. Esa noche fue la primera de muchas en las que no pude dormir plácidamente, solo torturándome con pensamientos y recuerdos masoquistas. Al día siguiente todo el mundo notó mi nariz y ojos rojos. Obviamente no dejaron de hacérmelo saber. A diferencia del día anterior, no pude apartar la mirada de Brad y Emily en todo el día, y no fue nada bueno para mí. Me convencí de que Brad había estado enamorado de ella desde ya hace mucho, se notaba que se querían, y que en estos años solo habían estado esperado el momento indicado para soltar el te amo.
El tiempo pasó rápido, de alguna manera beneficiosa para mí. Yo no podía esperar para llegar a mi casa y dar rienda suelta a mis lágrimas, las que había contenido durante todo el día. Llegó un momento en el que Brad y Emily no tenían reparo en besarse en frente de todo el mundo, mucho menos en frente de mí. Ese día no pude contenerme y pedí permiso para retirarme, aunque creo que todo el mundo notó que solo fui a llorar. Nadie sabía el porqué y a la mayoría no le importó. Y si el rumor de que me sentía mal porque Brad tenía pareja alguna vez existió, se disipó rápidamente. Pronto los demás chicos comenzaban a sentir curiosidad por verme todos los días, sin falta, con los ojos hinchados. Me convertí en una chica demasiado frágil, y ya todos lo sabían. Con el tiempo, distancié notoriamente de mis amigas y de las redes sociales, lugres donde solo encontraría formas para lastimarme. Mis profesores se preocupaban cuando yo pedía ir al baño, más de una vez al día, solo para pasarme varios minutos de la clase llorando.
Mi preceptor llamó a mis padres un día. Fue cuando me di cuenta de que me había salido de control. Insistí en que eran problemas comunes en toda adolescente, más el estrés del estudio, remarcando que mis notas habían bajado por la poca atención que yo prestaba en clase, muy pendiente de lo que Brad hacía con Emily. Obviamente esto último lo dije en mi mente. Al parecer, no me quedaba otra que fingir mi bienestar. Las cosas cambiaron, y si antes me contenía hasta llegar a casa, ahora no podía hacerlo. Por un par de días intenté no pensar en nada que me hiciera daño, me funcionó muy bien porque solo estuve triste durante aquel día, sin soltar ninguna lágrima, pero solo porque reprimía aquello que sentía. Hasta que llegó el día que rebozaba de dolor, y se me notaba a kilómetros. Aun quería fingir estar bien para mis padres, por lo que en el colegio yo era puro mocos y pañuelos y cuando llegaba a casa me hacía la fuerte. Quizás solo me notaban decaída, pero era suficiente para que no se preocuparan demasiado por mí.
Habían pasado dos meses, y yo me había convertido en una chica demasiado sensible. Sentía que por cualquier cosa podía decaer, era mucho más débil de lo que pensaba. Ahora medio colegio se había acostumbrado a mi constante melancolía. Agradecía que quisieran mantener las distancias conmigo, porque ni siquiera me quedaban fuerzas para encarar a cualquiera que me dirigiera la palabra.
Última edición por oopsy daisy el Jue 05 Mar 2015, 2:26 pm, editado 4 veces
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Re: Don't cry | Bradley Simpson.
don't cry
PARTE 2/4Bradley Simpson.
—No creo que sea una buena idea. —No lograba ser convencido por mis amigos y el plan que estaban ideando. Ellos querían descubrir la causa del constante llanto en Lyla. James creía saber porqué era y prometió probarle a todos que era así.
—¿Cuánto quieren apostar? Si camino hasta ella y la abrazo, se largará a llorar. —Nadie podía cuestionar eso, Lyla se había convertido en una chica muy frágil y luego de un tiempo parecía guardar tanta tristeza dentro suyo que nadie quería sumarle más. Para mí, venir todos los días al instituto y verla con los ojos hinchados, la nariz roja, ojeras y ojos ya cristalizados, era una pésima manera de empezar el día. No podía evitar sacarme de la cabeza el pensamiento de ella llorando, y estaba tan desesperado como mis amigos (o quizás más) por saber la causa de tanta aflicción. Pero no estaba seguro de que esto funcionaría.
Nos mantuvimos a cierta distancia, cuando James se dirigió a ella me arrepentí al instante. Dí un paso adelante, no iba dejar que la hiciera llorar. No en frente de mí. Sabía que no iba a soportarlo, me había torturado durante mucho tiempo con esa imagen y no quería vivirlo. Pero Connor sostuvo mi brazo y no me permitió seguirlo. Vi algo en sus ojos, algo quizás parecido a lo que yo sentía: preocupación. Con un asentimiento pudo lograr que me quedara allí, esperando a ver qué sucedía.
James se le acercó, en un momento cuando estaba sola. Solo había un par de compañeros más en el curso además de nosotros. Lyla lo miró con unos preciosos ojos verdes, llenos de lágrimas amenazando con salir, sin razón. Aun así se veía más calmada de lo usual, pero su ceño se frunció cuando James se paró en frente y la miró directo a los ojos.
—¿Qué pasa? —Preguntó, una voz tan débil que logro derrumbar algo dentro mío. No tenía ni idea de por qué me hacía sentir tan mal. Simplemente me giré al momento que James la sostuvo en brazos, cuando mis amigos observaban todo detenidamente. Escuché que Lyla se extrañaba, y sonaba confundida. Sabía que no debía hacerlo, pero volteé a mirarla. James la tenía en contra de su voluntad presionada contra él. Por supuesto, Lyla Jenners no le gustaba abrazar, o más bien, no le gustaba tener contacto físico con nadie. Observé muy bien cómo lágrimas pequeñas comenzaron a mojar todo su rostro, él seguía apretándola contra sí mismo. Lyla no movió un solo músculo, no le correspondió ni nada, solo hizo lo que esperamos: lloró. En silencio y tan dolorosamente que creí que me dolía más a mí. Como un cuchillo en el pecho, el dolor que desbordaba de ella al mínimo tacto me estaba matando. Luego de unos momentos se separó totalmente de ella y la observó llorar.
—¿Por qué haces esto? —Su voz estaba quebrada y me estremeció desde la cabeza hasta la punta de los pies. Me alejé de Connor, tenía que terminar con eso, no podía seguir viendo cómo la hacían sufrir. Pero él y Tristan me detuvieron, por alguna razón. Lyla estaba enojada pero no podía detener las gotas de agua salada que caían de sus ojos. Ella solo se cubrió el rostro y fue a su asiento. Intentó calmarse, secó su sus lágrimas, respiró y se quedó en silencio. James volvió con nosotros, con una mueca de disgusto en el rostro.
—Fue más difícil de lo que esperaba. Desearía no haber tenido razón. —Se rascó la nuca y suspiró hondo. Estábamos de acuerdo en que ver llorar a Lyla Jenners era, además de común, una de las cosas más desagradables y dolorosas.
—Bien, ¿Qué probaste con eso? —No quería enojarme con él, pero aquello era una tontería y ahora Lyla sufría por nuestra culpa, además de la causa misteriosa por la que ya se encontraba triste.
—Todavía nada. Ya sabíamos lo que pasaría, que me rechazaría y se quebraría en llanto. Es lo que haría con cualquiera de nosotros. —Explicó James, como si de un plan estratégico se tratara.
—Menos contigo. —Connor se cruzó de brazos y Tristan asintió, apoyando en silencio la opinión de todos, como siempre. ¿Yo? ¿Qué les hacía creer que conmigo sería diferente?
—Aquí es donde entras tú, amigo. —James hizo un ademán con la mano indicando que ahora debía ir hacia donde ella estaba. ¿Está loco? Me costó verlo una vez, no sería yo el causante de su llanto, de ninguna manera.
—Ni lo pienses. —Me negué rotundamente.
—¡Bradley! ¿No lo ves, amigo? Ella te necesita, no vayas pensando que la harás llorar. Ve e intenta hacerla sentir mejor, puedo estar cien por ciento seguro de que tú lo lograrás. Nadie más que tú puede hacerlo. —¿Porqué insistían en esa idea? Aparté la mirada para verla de espaldas. Tenía una silueta pequeña, como si estuviera viendo una copa de cristal, hermosa y muy, muy frágil. Así también como valiosa. Por un momento imaginé que solo estábamos nosotros dos, que podía escucharla respirar pesadamente y soltar en cada suspiro un poquito de dolor, e inhalando otro poco. Casi como un imán, caminé a ella. Las palmas de mis manos picaban por tocarla y desesperadamente quitar el doloroso peso que llevaba encima de sus hombros. Todo era demasiado extraño, no nos conocíamos demasiado bien, pero desde que todos notamos su cambio repentino de ánimo, no pude ignorar el mal sentimiento en medio del pecho cada vez que la veía a punto de llorar. Cada vez que la veía así, me olvidaba de todo, solo quería hacer algo para que no llorara, para que dejara de sufrir.
Ya estaba a pocos centímetros de ella cuando me sentí capaz de robarle esa carga. Quizás, si la atraía lo suficiente hacía mí, podía transferirme un poco de ese dolor. Me asusté cuando se giró a penas sintió mi presencia. Tan rápido que di un paso atrás, sobresaltado. Me había acercado demasiado. No dijo nada, solo me miró. Me sentí enfermo, el corazón se partía pedazo por pedazo a cada segundo que observaba esos ojos verdes llenándose cada vez con más lágrimas. Me miraba casi asustada, tragaba sonoramente y creí que me tenía miedo.
—¿Ahora qué…? —Su voz decayó en la última sílaba y yo no estaba preparado para lo que venía después de eso: llanto. Así que antes de verla soltar la primera lágrima me abalancé para tomarla en brazos. Al siguiente instante me arrepentí, por ser tan impulsivo, y por el pensamiento de haber sido muy bruto. Solo pude decir “no llores” cuando ella soltó un pequeño, pero audible sollozo. La abracé fuertemente, quise unir sus pedazos rotos, inhalé su aroma como si de su dolor se tratara, y respirándolo pudiera traspasármelo a mí. Solo logré embriagarme en su dulce perfume, olvidándome por un corto segundo de que ella estaba llorando en mis brazos. Le susurré, acaricié su pequeña espalda y besé su cabeza.
—Sh… —Su rostro se presionó contra mi pecho, era una respuesta que no esperaba. Con temor de arruinarlo todo, acoplé mi cara con la curva de su cuello. Mi cuerpo se estremeció al sentir como sus pequeños brazos se movían detrás de mi espalda. Ella estaba devolviéndome el abrazo, débilmente. Seguí haciendo lo mismo, cuando sentí la fuerza con la que estaba abrazándome. La piel se me erizó cuando su respiración chocó debajo de mi oreja. Me sentí perdido y encontrado al mismo tiempo. Unas cosquillas burbujeaban en mis piernas. Ahora ella no lloraba, me abrazaba nada más. Aun con su rostro en mi cuello, pude sentir como sus pestañas, largas, rizadas y mojadas por las lágrimas, md acariciaban debajo de la oreja. Me sentí liviano, muy liviano, tanto como si hubiera estado flotando en ese mismo momento. No quería que terminara, no sabía ni cuánto tiempo había pasado hasta que un sonido lejano comenzó a aumentar para luego convertirse convertirse en notables murmullos. Muy lentamente y sin ganas dejé que se separara de mí. No lloraba, pero tampoco sonreía. Eso volvió a hacerme sentir mal.
—Ya no llores, ¿Sí? —Quería que me escuchara, que me hiciera caso, que al menos lo intentara. Quería decirle cuan mal me hacía verla así. Sequé la lágrima que iba a escapar y para mi suerte, no hubo ninguna después de esa. Ella asintió cuando tiernamente un rubor pintó sus mejillas de rosado y pude jurar que una tímida sonrisa, algo entristecida, pero sonrisa en fin, asomó en los bordes de sus labios. Un pequeño gesto que guardé para mí, en secreto.
Última edición por oopsy daisy el Jue 05 Mar 2015, 2:47 pm, editado 1 vez
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Re: Don't cry | Bradley Simpson.
don't cry
PARTE 3/4Lyla Jenners.
Estaba nuevamente en el calor de mi habitación, sentada en la cama.
Sola. Estática.
Recordaba claramente el de Bradley y el calor que me había transmitido. Cómo en un suspiro se deshizo de mis frustraciones y me devolvió las cosquillas que yo solía sentir por él. Cosquillas que no habían muerto, habían sido desplazadas por el dolor que sentía. Porque él ya tenía dueña, y yo no era la privilegiada. Recordaba la cara de mis amigas, podía leer sus pensamientos en sus ojos, prácticamente todos cristalinos por el gran evento que había ocurrido.
Lyla, “la llorona”, se abrió a alguien, luego de mucho tiempo.
Emily no estaba nada feliz. Mi preceptor había visto la escena sin decir palabra, ni interrumpir a pesar de que las muestras excesivas de cariño estuvieran prohibidas en el colegio. Todo el mundo parecía tener algo que decir al respecto, pero yo estaba demasiado perdida en Brad y el sueño que amenazaba con cumplirse y terminar con mi decepción.
Por primera vez en mucho tiempo no me sentía mal. Intentaba alejar los malos pensamientos lo mejor posible, solo para mantener un poco de aquel descanso de la tristeza. Era como una pequeña niña a la que le habían dado el regalo que deseaba desde hace tanto tiempo.
Y así era.
Me recosté en mi cama, o más bien me desplomé. Solté un suspiro largo e intenté aclarar la mente, no quería empezar a especular, era lo último que necesitaba. Mi cara estaba completamente neutra, no sentía ganas de llorar. Pero no iba a permitirme reír tampoco, eso solo iba a ser peor. Era señal de ilusiones, y yo no podía permitirme que después de un simple abrazo, Bradley me devolviera todas las ilusiones que yo me hacía antes de que él tuviera novia.
Mi celular vibró al lado de mi cama. Un mensaje del grupo de mis amigas, uno de tantos que yo leía pero hace tiempo había dejado de responder. Ellas sabían que yo los leía, pero que no comentaba nada al respecto. Así que no me sorprendió que fuera dirigido a mí. Aunque lo siguiente que leí me hizo sentar de un salto.
Al parecer, según Annie, Bradley y Emily habían discutido gravemente esa misma tarde. Todos se habían enterado cuando Emily comenzó a soltar críticas y comentarios hacia Brad en todas sus redes sociales. Lo que vino a continuación me dejó sin palabras. Demasiadas emociones juntas en un día. Había pasado de sentir la depresión de siempre, a sentir aquellas ridículas mariposas en el estómago. Todo, solo por un simple chico al que quería más de lo que debía.
Brad dice:
Hey Lyls.
¿Cómo estás?
Hey Lyls.
¿Cómo estás?
Traté de no exagerar en cuanto a los sentimientos que aquel chico me provocaba y me recordaba constantemente que tenía una novia. Podían haber discutido, pero en el fondo se querían y él solo sentía una gran lástima por mi situación.
Lyla dice:
Hola.
Estoy bien, gracias.
Hola.
Estoy bien, gracias.
Me arrepentí al enviar aquel mensaje, en mi mente sonaba menos frío de lo que se podía leer. Pero era demasiado tarde, él ya estaba respondiendo.
Brad dice:
¿Estás en tu casa?
Lyla dice:
Sí.
Brad dice:
Genial, estaré allí en veinte minutos.
¿Estás en tu casa?
Lyla dice:
Sí.
Brad dice:
Genial, estaré allí en veinte minutos.
Antes de que el impacto de su mensaje me permitieran decirle que de ninguna manera podía venir a mi casa, él ya se había desconectado. Miré atónita el celular y por una milésima de segundo sentí pánico de lo que podía pasar. Para colmo, de repente la puerta de mi habitación se abrió y la cabeza de mi papá se asomó a través de ella.
—Lyls, es noche de tacos. Iremos a la casa de los Gilm… ¿Estás bien hija? —Me sentí pálida y acalorada al mismo tiempo. Asentí lo más rápido que pude, para no provocar dudas. —Ok. Iremos a la casa de los Gilmore, ¿Vienes? —La idea de visitar a nuestros amigos residentes en la otra punta de la ciudad era muy divertida, pero mi mente no podía considerar la idea pensando en el hecho de que Bradley estaba de camino a mi casa.
—Yo… No estoy de ánimos para salir, papá. —No me costó fingir la poca emoción con la que había vivido el último par de meses, aunque me sentí verdaderamente mal cuando el rostro de mi padre se apagó.
—Está bien, no te preocupes. Entiendo. —Iba a cerrar la puerta, pero agregó: —No te duermas tarde, cuando despiertes estaremos de vuelta en casa. Y recuerda no abrirle a nadie, ¿Está bien?
—Está bien. —Asentí sin querer sonar demasiado ansiosa. Pasaron cinco tortuosos minutos más antes de que mis padres abandonaran la casa, milagrosamente. Lo siguiente fueron corridas para arreglar mi cuarto, mi ropa, mi cabello y el resto de la casa. Estúpidamente, olvidé que terminaría acalorada y agitada al terminar, al momento que el timbre sonó. Procesé lo que estaba por pasar y me calmé. Feos pensamientos llenaron mi mente, pero no lograron apagar la adrenalina que corría por mi cuerpo de tan solo pensar que él estaría detrás de esa puerta.
Al abrirle, su sonrisa fue el saludo que me proporcionó, un hermoso saludo que me hizo estar a punto de desfallecer. Pero mantuve la calma y me grité mil veces a mí misma que tenia que calmarme, repitiendo: él ya tiene novia, él ya tiene novia, él ya tiene novia. Aunque era muy difícil escucharme a mí misma cuando dijo: —Hola, Lyls.
—Lyls, es noche de tacos. Iremos a la casa de los Gilm… ¿Estás bien hija? —Me sentí pálida y acalorada al mismo tiempo. Asentí lo más rápido que pude, para no provocar dudas. —Ok. Iremos a la casa de los Gilmore, ¿Vienes? —La idea de visitar a nuestros amigos residentes en la otra punta de la ciudad era muy divertida, pero mi mente no podía considerar la idea pensando en el hecho de que Bradley estaba de camino a mi casa.
—Yo… No estoy de ánimos para salir, papá. —No me costó fingir la poca emoción con la que había vivido el último par de meses, aunque me sentí verdaderamente mal cuando el rostro de mi padre se apagó.
—Está bien, no te preocupes. Entiendo. —Iba a cerrar la puerta, pero agregó: —No te duermas tarde, cuando despiertes estaremos de vuelta en casa. Y recuerda no abrirle a nadie, ¿Está bien?
—Está bien. —Asentí sin querer sonar demasiado ansiosa. Pasaron cinco tortuosos minutos más antes de que mis padres abandonaran la casa, milagrosamente. Lo siguiente fueron corridas para arreglar mi cuarto, mi ropa, mi cabello y el resto de la casa. Estúpidamente, olvidé que terminaría acalorada y agitada al terminar, al momento que el timbre sonó. Procesé lo que estaba por pasar y me calmé. Feos pensamientos llenaron mi mente, pero no lograron apagar la adrenalina que corría por mi cuerpo de tan solo pensar que él estaría detrás de esa puerta.
Al abrirle, su sonrisa fue el saludo que me proporcionó, un hermoso saludo que me hizo estar a punto de desfallecer. Pero mantuve la calma y me grité mil veces a mí misma que tenia que calmarme, repitiendo: él ya tiene novia, él ya tiene novia, él ya tiene novia. Aunque era muy difícil escucharme a mí misma cuando dijo: —Hola, Lyls.
Última edición por oopsy daisy el Jue 05 Mar 2015, 2:58 pm, editado 2 veces
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Re: Don't cry | Bradley Simpson.
don't cry
PARTE 4/4Bradley Simpson.
Mientras ella me guiaba camino a su habitación, me paré a preguntarme ¿Qué demonios estaba haciendo? Luego de discutir con Emily por la chica que ahora estaba en frente de mí, impulsivamente hablé con ella por mensajes y aquí estoy, sin saber qué se supone que voy a hacer ni por qué vine a su casa. Pero luego, desenfoqué el resto de la escena para fijarme nuevamente en Lyla, y me di cuenta de que todo lo que necesitaba era corroborar que esté bien. Se veía mejor de lo que se apreciaba últimamente, aunque las facciones tristes en su cara estaban prácticamente fijadas a ella. Quizás tenían razón y yo podía hacerla sentir mejor, pero ¿Por qué? ¿Qué significaba yo para ella? Ya habíamos llegado a su cuarto cuando desperté de mis pensamientos, me di cuenta de que debió haber sido muy incómodo ya que no dije una sola palabra desde que la saludé en la puerta.
—Es… aquí. —Hablaba tan suavemente que tuve que deducir sus palabras. Miré a mi alrededor para observar cada detalle de la habitación. Nada menos que el lugar donde Lyla lloraba sus tristezas y descargaba su sufrimiento. Una habitación bastante amplia, con una falta de colores notoria. Los muebles como la ropa de cama, los adornos, las cortinas, todo era blanco. Hasta una alfombra felpuda blanca. Exceptuando el empapelado de la pared, que era una mezcla de blancos y grises claros. Todo se veía más brillante con la luz del sol impactando en la blancura del cuarto, incluso el rostro de Lyla brillaba con el reflejo.
—Es muy bonita. —Mis palabras taladraron el incómodo silencio cuando no dejé de verla directamente a los ojos y creo que ambos nos dimos cuenta de cómo se podían malinterpretar mis palabras.
Rayos, quizás pensó que me refería a la habitación.
—¿Cómo estás? —Me limité a preguntarle mientras tomaba un muñeco de porcelana blanco de una de las estanterías. Un elefante pequeño. Me volteé para ver si a Lyla le molestaba que lo tomara pero ella no dijo nada, simplemente respondió a mi pregunta con otra típica respuesta.
—Bien. —Ella no se notaba distante, sino más bien con un temor a decir algo. Hasta que para mi alegría agregó: —Mejor, supongo. —Tan bajo que después de unos segundos de silencio creí que yo había imaginado sus palabras. Dejé el mini elefante en su lugar y me volteé para verla, todavía estaba triste. Es más, su rostro y sus ojos cristalinos me decían que sus palabras no eran más que una mentira tranquilizadora. Me acerqué a ella e hice que me mirara, la situación no daba para más.
—¿Por qué estás mal? —Lyla me miró directamente a los ojos, unos ojos que creí verdes, pero tenían unos hermosos reflejos azules, más claros de lo que yo recordaba. Me sentí intimidado, sentí que ella podía leer toda mi mente con tan solo mirarme de esa manera, sentí que al hacerlo ella se daría cuenta de aquello que yo no quería admitir. Sin embargo, no dijo nada, apartó la vista antes de que yo pudiera disfrutarla tanto como deseaba y se sentó en la cama.
—¿Sabes...? —Comencé a hablar. —El último par de meses, tampoco la estuve pasando bien. No tenía idea del porqué. Simplemente me sentía mal, de mal humor, sin ganas de hacer muchas cosas. —Me senté frente a ella y le supliqué interiormente que me mirara, pero no levantó el rostro. —Entonces, todos los días te veía ahí, a punto de estallar en llanto y el malestar solo se incrementaba. Yo no lo podía entender, hasta hoy. Que cuando estabas mal, yo me sentía mal, y cuando te sentiste bien, yo me sentí bien. Que la mayor parte del día me preguntaba qué te hacía sufrir y qué podía hacer yo para que no lo hicieras más. Me preguntaba incluso que estabas haciendo aquí, en tu habitación, cómo sobrellevabas el paso de los días, en qué pensabas... estaba preocupado. —Mis manos buscaron las suyas en un acto de reflejo. Eran pequeñas y frías. —Caí en la cuenta de que, ¿No es demasiado obvio, Lyla? Quiero que estés bien, quiero ser la razón de que estés bien. No quiero que llores más, te quiero a ti.
El valor con el que había soltado todos los sentimientos vividos en este tiempo pareció sorprenderla, pero no a mí. Yo no era del tipo de chicos que se cerraba en sí mismo. Todas esas palabras habían estado amenazando con salir de mi garganta hace días. Y finalmente pude soltarlas.
—Haría cualquier cosa porque sonrieras de nuevo. —Me atreví a prometer. Una luz de esperanza asomó en sus preciosos ojos e intenté animarla a que me dijera la causa de su dolor.
—¿Y Emily? —Preguntó, nuevamente bajísimo. ¿Emily? ¿Acaso importaba ella? Lo que sentía en ese momento no podría compararse ni en mil años con lo que tenía con Emily. Sí, tenía.
—Eso ya no es importante. —Ahora estaba susurrando, un ambiente íntimo se había creado entre los dos a pesar de la amplitud del cuarto. Me acerqué más a su rostro para que pudiera escucharme. —¿Qué puedo hacer para que no llores más? —Las palabras no encerraban mi deseo original: que ella esté feliz, que no sufra, que no llore, que ría.
Entonces, en un acto para el que no estaba preparado y tan solo en un abrir y cerrar de ojos, Lyla había presionado sus labios en los míos.
Cerraba con fuerza los ojos, cuando yo me sentía tan impactado por aquel tacto que no podía dejar de abrir los ojos ampliamente. Pero solo fue cuestión de segundos para que mi cuerpo reaccionara ante el dulce rose de su boca, algo que saboreé infinitas veces en un solo instante. Correspondí con alegría su beso, quitando la tensión que ella tenía y agradeciendo porque de alguna manera me había concedido un deseo jamás pedido. Si eso la hacía feliz, yo quería devolverle la felicidad. Tenía su rostro pequeño debajo de mis manos. El beso fue tierno y dulce, tal y como ella lo fue siempre. Pero no era suficiente para mí, porque aquellos labios rosados, dulces a pesar de las lágrimas, eran demasiado suaves para otorgarle solo cinco segundos de mi atención y luego separarme. No quería incomodarla, mucho menos hacerla sentir mal, pero sentí hambre de ella y estaba haciendo un gran esfuerzo por contenerme a mí mismo. Un apetito voraz que nació desde adentro mío, con ganas de abrazarla para que nunca escapara de mí, besarla hasta desgastar su boca, acariciarla hasta que se harte de mi tacto. No era suficiente, nada en ese momento podía satisfacer mis ganas de ella.
Tomé su cuello y la traje más a mí, la besé hasta perder la cordura, ansiando cada vez más y más de ella. Me estremecí bajo su delicado toque, respiré hondo para sentir su perfume y me deleité acariciando la suavidad de su pelo. Cuando ella se quedó sin aire tuvo que separarse de mí, pero yo no estaba listo para terminar. Dejé que respirara procurando no mirar la seductora hinchazón en sus labios luego de un beso tan esperado. Acaricié su rostro con mi nariz, besando sus pómulos, barbilla y cuello. Noté que había causado cosquillas en ella, porque me regaló la más hermosa sonrisa que podía haber visto, una que había ansiado por mucho tiempo. Con más necesidad que antes fui yo quien pidió tener su boca de vuelta sobre la mía, sentir de nuevo su sabor. Intentar apagar las cosquillas que llenaban mi cuerpo con besos y más besos, cuando eso solo lograba volverme más loco.
Fue un momento de ensueño para mí. Ahora estoy seguro de que no la acaricié tanto como deseaba, seguramente no la besé el tiempo que necesitaba hacerlo, y es muy claro que las ganas de seguir sosteniéndola en brazos, haciéndola feliz, aun no se habían terminado. Pero ella ya estaba sonriendo y eso era lo que yo quería más que todo lo anterior. Encendiendo todo mi interior cuando descansaba apaciblemente en la curva de mi cuello, su respiración lenta era una canción de cuna y deleite para mí. Se durmió profundamente con una hermosa e inmutable sonrisa en los labios, mientras yo esperaba que descansara lo suficiente para poder seguir demostrándole cuánto la quería.
Fin.
Última edición por oopsy daisy el Jue 05 Mar 2015, 3:12 pm, editado 1 vez
bless.
- ¡Hola! Bueno este shot está basado en un sueño que tuve(?) del cual me enamoré y deseé no haber despertado. Espero que les guste y que ayude a alguna vampette a fangirlear conmigo. Los comentarios no son necesarios, fue una simple liberación de lo que sentía. De igual manera, le agradezco a cualquiera que esté leyendo esto. Ojalá lo hayan disfrutado. Muchos besos
bless.
Re: Don't cry | Bradley Simpson.
Hola, soy Linda but dime Lin :3 De verdad no pude resistirme a comentar aquí, es decir, tu shot es la perfección sin dudas Lo leí y me enamoré por completo de la historia. Justo merodeaba por la sección de OS y lo vi, me decidí a leerlo y ¡qué bueno que lo hice! ¡Amé a Lyla! Bueno, el nombre obviusly es hermoso, pero me encanto todo. Bradley es tan bello como se preocupó por ella, de verdad me dejo encantada! Chica, escribes maravillosamente fantástico! He disfrutado mucho la lectura del shot, me tuvo encantada y lo termine de leer fascinada ante el final tan hermoso que tuvo :D Juró que es uno de los mejores que he leído, felicidades bella:3 Bueno, espero que mi comentario te haga sentir halagada porque te lo mereces:) Saludos
jungkook.
Re: Don't cry | Bradley Simpson.
theo. escribió:
Hola, soy Linda but dime Lin :3 De verdad no pude resistirme a comentar aquí, es decir, tu shot es la perfección sin dudas Lo leí y me enamoré por completo de la historia. Justo merodeaba por la sección de OS y lo vi, me decidí a leerlo y ¡qué bueno que lo hice! ¡Amé a Lyla! Bueno, el nombre obviusly es hermoso, pero me encanto todo. Bradley es tan bello como se preocupó por ella, de verdad me dejo encantada! Chica, escribes maravillosamente fantástico! He disfrutado mucho la lectura del shot, me tuvo encantada y lo termine de leer fascinada ante el final tan hermoso que tuvo :D Juró que es uno de los mejores que he leído, felicidades bella:3 Bueno, espero que mi comentario te haga sentir halagada porque te lo mereces:) Saludos¡omg! Hola Lin me siento halagada de solo saber que alguien comentó asdfghjklñ muchísimas gracias por leer, bby<3 me alegra que te haya gustado, gracias por tus lindas palabras y por haberte pasado a leer, en verdad. Muchos besos
bless.
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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