Airplane |Larry Stylinson| OS

In the night sky like shooting stars?

Louis sonrió y tomo la mano del oji verde para reír junto a él y correr al pequeño bosque que los dirigía a la parada de aviones, ambos soñaban con viajar en uno algún día. El sueño más grande de dos pobres que se conocieron desde pequeños recorriendo las calles desiertas de Londres.

Se acostaron en el pasto del lugar y se abrazaron sobre una manta que se habían encontrado en un basural hace tiempo, Harry miraba como algunos aviones iban y venían, suspiro y se acurruco más en el torso de Louis. Quien le acariciaba los cabellos sonriente de poder estar con su “hermano” después de noches sin su calor.

Ambos se quedaron viendo un momento  hasta que Harry sonrió y dejo caer sus labios sobre los de Louis, quien sonrió entre el beso y se dejó. Ambos se saboreaban coordinadamente, olvidando que ese era su primer beso y ambos eran inexpertos en el tema, Harry se separó primero y dejo pequeños besos antes de alejarse completamente de Louis.

Le susurró un pequeño: te quiero, para subir la mirada a los aviones que pasaban. Pretendiendo ser estrellas fugases en el cielo, Harry sonrió y vio la pequeña luna que les sonreía desde lo alto, ambos se la quedaron viendo, Louis señalo una estrella que cruzo su rumbo  de visión óptica con ella le seguía otra y así, hasta que comenzó la lluvia de estrellas, combinándose con el blanco de los aviones.

Pide un deseo, susurraron los labios de Harry junto a los labios de Louis. Ser feliz juntos, con una casa como siempre soñamos. Respondió el mayor con un diminuto rubor en sus mejillas, Harry rio y pregunto si algún día dejarían de ser pobres, Louis observándolo con un brillo en sus ojos le dijo que no necesitaban dejar de ser pobres para ser felices uno junto al otro.

Una mirada, una caricia, y un beso sello el deseo de Louis de dejar de ser pobres y que ambos fueran felices, aunque ya lo eran, llego cada fin de semana a observar a los aviones pretendiendo que son estrellas, siempre pidiendo el mismo deseo, de ser felices en su casita ambos como la pareja de adolecentes soñadores que eran.

Años pasaban y ambos crecían y sus sueños no se cumplían, separados encontraron su camino, cada uno por su lado, hasta que ambos cumplieron uno de sus sueños. Viajar en un avión, recordaron las noches de fin de semana en aquel bosque y aquella manta improvisada, aquel primer beso y tantas promesas y sueño sin cumplir.

Ninguno dio vuelta atrás, guardando el deseo de volverse a ver, en el fondo de su corazon. Con una llave prohibida a cualquiera, menos que el otro decidiera volver y abrir el baúl donde guardaban su deseo.

Pero ninguno volvió a soñar, ninguno volvió a viajar, ninguno volvió a suponer que los aviones eran estrellas fugases, porque ambos iban en el mismo avión. Que al aterrizar, no lo hizo bien y no hubo sobrevivientes.

Solo las estrellas vieron aquello, otra lluvia los despedía el día en que fueron enterrados por familiares y amigos que conocieron, ambos juntos: uno al lado del otro, siendo cuidados por las estrellas y la luna, y un deseo cumplido. Un sueño cumplido. Un amor iluso.