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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"AMANTE DESPIERTO! --(NICK Y TU)- ADAPTACION.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "AMANTE DESPIERTO! --(NICK Y TU)- ADAPTACION.
●LalalandJonas† escribió::!: :!: SIGUELA :!: :!:
Love Is Easy (TJBM)
Re: "AMANTE DESPIERTO! --(NICK Y TU)- ADAPTACION.
SIGUELAAAA!!!!
Ya pon Capiss!! Porfissss!!!!!!!!!!!!! :)
Ya pon Capiss!! Porfissss!!!!!!!!!!!!! :)
Pamm Jonas
"AMANTE DESPIERTO! --(NICK Y TU)- ADAPTACION.
Capitulo 32*
Butch hizo girar la última gota de café por el fondo de la taza, pensando que la porquería era del color del escocés. Cuando tiró la bazofia ya fría, deseó que fuera un Lagavulin de alta graduación. Comprobó su reloj.
- Seis minutos para las siete.
Dios, esperaba que la sesión fuera de sólo una hora. Si todo iba como la seda, soltaría a John con Tohr y Wellsie y se podría sentar en el sofá con un vaso de escocés antes de que empezara CSI .Él dio un respingo. No era de extrañar que Marissa no quisiera verle. Menudo buen partido. Un alto funcionario alcohólico viviendo en un mundo que no era suyo.
- Si. Vamos caminando hacia el altar.
Mientras se imaginaba en casa, tuvo un pensamiento pasajero del aviso de V de mantenerse lejos de la finca. El problema era, que estar fuera de la barrera solo en las calles no era un buen plan, no con el humor que tenía. Estaba tan frío como el tiempo. Unos pocos minutos después, las voces bajaban por el pasillo, y John apareció por la esquina con una mujer más mayor. El pobre chico parecía como si hubiera pasado por un ring. Llevaba el pelo levantado como pinchos, como si se hubiera estado pasando las manos por él, y la mirada fija en el suelo. Llevaba aquel cuaderno agarrado al pecho como si fuera un chaleco antibalas.
- Así que, nos veremos en la próxima cita, John -dijo la voz femenina muy suavemente.- Después de que hayas pensado sobre ello.
John no contestó, y Butch olvidó su propia mierda quejica. Cualquier cosa que hubiera pasado en esa oficina todavía estaba ahí, y el chico necesitaba un compañero. Abrazó al chico tentativamente, y cuando John se inclinó hacia él, todos los instintos protectores de Butch se alzaron y gruñeron. No le importaba que aquella terapeuta se pareciera a Mary Poppins, quería gritarle por trastornar a un chico pequeño.
- ¿John? -Dijo ella.- Tendrás que ponerte en contacto conmigo para la próxima.
- Sí, te llamaremos -murmuró Butch. ¡Y una mierda!
- Le dije que no hay prisa. Pero creo que debe volver.
Butch le echó un vistazo a la mujer, claramente molesto... sólo al encontrar sus ojos se espantó toda la mierda de él. Eran tan malditamente serios, tan graves. ¿Qué demonios había ocurrido en esa sesión? Butch miró a la parte superior de la cabeza de John.
- Vamos, J-man.
John no se movió, así que Butch le dio un pequeño empujón, y lo llevó por el camino de salida de la clínica, con un brazo todavía por encima de los hombros del chico. Cuando llegaron al coche John se subió al asiento, pero no se abrochó el cinturón. Sólo miró fijamente hacia adelante. Butch cerró la puerta y metió la llave en el contacto. Entonces se giró y miró a John.
- No te voy a preguntar qué ha pasado. Lo único que necesito saber es dónde quieres ir. Si quieres ir a casa, te llevaré con Tohr y Wellsie. Si quieres relajarte en el Hueco conmigo, iremos hacia la finca. Si sólo quieres conducir, te llevaré hasta Canadá y volveremos. Estoy listo para todo, sólo tienes que decir una palabra. Y si no quieres decidirte ahora, daré vueltas por la ciudad hasta que te decidas.
El pequeño pecho de John se expandió y se contrajo. Abrió rápidamente el bloc y cogió el boli. Hubo una pausa, y entonces escribió algo y le mostró el papel a Butch.
- Séptima Calle.
Butch frunció el ceño. Era una parte de la ciudad realmente jodida. Abrió la boca para preguntar por qué allí de todos los sitios, pero cortó su exabrupto. El chaval ya había tenido suficientes preguntas sobre él esta noche. Además, Butch iba armado, y era ahí a dónde John quería ir. Una promesa era una promesa.
- Está bien, compañero. Marchando Calle Séptima.
- Pero conduce un rato primero-escribió el chico.
- Sin problema. Sólo nos enfriaremos.
Butch encendió el motor. Justo mientras le daba la vuelta al Escalade, tuvo un flash de algo tras él. Un coche llegaba a la parte de atrás de la mansión, un gran y muy caro Bentley. Frenó para que pudiera pasar y...Se olvidó de respirar.
Marissa salió de la casa por una puerta lateral. Su larga melena rubia hasta las caderas se movía con el viento, y se arrebujó en la capa negra que llevaba. Moviéndose rápidamente a través del aparcamiento trasero, evitó los montones de nieve, saltando de trozo de asfalto en trozo de asfalto. Las luces de seguridad recogieron las líneas refinadas de su cara, su maravilloso pelo pálido y la perfecta piel blanca. Recordó lo que había sentido al besarla, la única vez que lo había hecho, y sintió una punzada en el pecho como si los pulmones le hubieran reventado. Superado, quiso salir corriendo del coche, tirarse al suelo en la nieve y arrastrarse como el perro que era. Excepto porque se dirigía al Bentley. Vio como la puerta se abría para ella, como si el conductor se hubiera inclinado y hubiera cogido la manilla. Cuando las luces iluminaron el interior Butch no pudo ver demasiado, sólo lo suficiente para decir que era un hombre, o un macho, lo que estaba tras el volante. Unos hombros tan anchos no podían ser de un cuerpo femenino. Marissa juntó la capa con las manos y se deslizó dentro, cerrando la puerta. Las luces se apagaron.
Confusamente Butch escuchó algún tipo de revuelto cerca de él y miró a John. El chico se había encogido contra la ventana y estaba mirando a través de los asientos con miedo en los ojos. Fue entonces cuando Butch se dio cuenta que tenía la pistola en la mano y estaba gruñendo. Totalmente sobrepasado por la loca reacción, quitó el pie del freno del Escalade y pisó a fondo el acelerador.
- No te preocupes hijo. No voy a hacer nada.
Mientras giraban miró por el retrovisor hacia el Bentley. Se estaba moviendo, haciendo su propio giro en el aparcamiento. Con una brusca maldición Butch enfiló el camino de salida, las manos agarraban el volante tan duramente que los nudillos le escocían.
* * *
Rehvenge frunció el ceño mientras Marissa entraba en el Bentley. Diablos, había olvidado lo hermosa que es. Y huele tan bien…el limpio aroma del océano llenó su nariz.
- ¿Por qué no quieres que vaya a la puerta principal? -Dijo él, apreciando el hermoso cabello y la piel sin faltas.- Deberías haberme permitido recogerte apropiadamente.
- Ya sabes cómo es Havers. -La puerta se cerró con un sonido sólido.- Querrá que nos unamos.
- Eso es ridículo.
- Y, ¿tú no eres igual con tu hermana?
- Sin comentarios.
Mientras esperaba que un Escalade saliera del aparcamiento, Marissa le puso una mano sobre la manga negra.
- Se que lo he dicho antes, pero siento mucho todo lo que le ha pasado a _________. ¿Cómo está?- ¿Cómo demonios iba a saberlo él?
- Yo… preferiría no hablar de ella. No te ofendas, pero estoy sólo… Sí, no quiero ir allí.
- Rehv, ésta noche no tiene que pasar. Sé que estás pasando por mucho y francamente, estoy sorprendida de que a pesar de todo me hayas querido ver.
- No seas ridícula. Estoy agradecido de que me hayas llamado.
Se estiró y la cogió de la mano. Los huesos bajo la piel eran tan delicados que tuvo que recordarse que tenía ser muy gentil con ella. Ella no era como las que estaba acostumbrado. Mientras conducía hacia la ciudad, pudo sentir como sus nervios se tensaban.
- Todo va a ir bien. Estoy realmente encantado de que me hayas llamado.
- Más bien estoy avergonzada, la verdad. Es sólo que no se qué hacer.
- Nos lo tomaremos con calma.
- Sólo he estado con Wrath.
- Lo sé. Por eso quise venir a buscarte en coche. Pensé que estarías demasiado nerviosa para desmaterializarte.
- Lo estoy.
Mientras paraban en un semáforo, él le sonrió.- Voy a cuidarte bien.
Sus pálidos ojos azules se deslizaron sobre él.
- Eres un buen hombre, Rehvenge.
Él ignoró ese error de cálculo y se concentró en el tráfico. Veinte minutos después estaban saliendo de un ascensor y entrando en el vestíbulo del ático. Su espacio ocupaba la mitad de la última planta de la construcción de los años30, sobre el río Hudson y todo Caldwell. Con los grandes ventanales, él nunca lo usaba durante el día. Pero era perfecto durante la noche. Mantuvo las luces bajas y esperó mientras Marissa paseaba alrededor y miraba lascosas que un decorador había comprado para su guarida. A él no le preocupaban las tonterías o las vistas o los chismes elegantes. Le preocupaba la privacidad frente a su familia. ________ nunca había estado aquí, ni tampoco su madre. De hecho, ni siquiera sabían que tenía el ático. Como si se diera cuenta de que estaba perdiendo el tiempo, Marissa se giró y lo miró. Bajo las luces su belleza era absolutamente aturdidora, y estaba agradecido por el golpe extra de dopamina que se había metido en el cuerpo hacía como una hora. La droga tenía efectos contrarios dependiendo si se administraba en vampiros o en humanos. La química incrementaba la actividad de ciertos neurotransmisores y la recepción, asegurándose que el Symphath no pudiera sentir placer, no… nada. Con el tacto de Rehv apagado, su cerebro podría manejar mejor el resto de sus impulsos. Por esa razón era lo único por lo que Marissa estaba a salvo estando sola con él, considerando lo que iban a hacer. Rehv se quitó el abrigo, entonces caminó hacia ella, confiando en su bastón más que nunca porque no podía apartar los ojos de ella. Equilibrando la vara contra sus muslos, él lentamente deshizo el lazo que mantenía la capa de ella unida. Ella miró abajo, hacia las manos que temblaban mientras le deslizaban las capas de lana negra por los hombros. Él le sonrió mientras lanzaba el peso en una silla. Su vestido era el tipo de cosas que su madre llevaría y exactamente lo que él deseaba que su hermana se pusiera más a menudo: una túnica azul pálido de raso que le que daba perfectamente. Era de Dior . Tenía que serlo.
- Ven aquí, Marissa.
La llevó hacia un sofá de cuero y la empujó para sentarla a su lado. En el resplandor de las ventanas, su pelo rubio era como un chal de seda, y tomó algo entre los dedos. El hambre de ella era tan fuerte, que podía sentirlo con claridad.
- Has esperado mucho tiempo, ¿no?
Ella asintió y se miró las manos. Las juntó en el regazo, marfil contra raso azul claro.- ¿Cuánto?
- Meses –suspiró.
- Entonces necesitarás un montón, ¿no? -Cuando ella se ruborizó, él la empujó.- ¿No lo harás, Marissa?
- Si -se ruborizó, obviamente incómoda con su hambre. Rehv sonrió violentamente. Era bueno estar alrededor de una hembra de importancia. Su modestia y su gentileza eran malditamente suplicantes. Se quitó la chaqueta y se desabrochó la corbata. Se había preparado para ofrecerle la muñeca, pero ahora que la tenía delante, la quería en su cuello. Había pasado una eternidad desde que le había permitido a una hembra alimentarse de él, y estaba sorprendido de lo que le excitaba la perspectiva. Se desabotonó los botones del cuello y el resto de ellos, bajando por el pecho. Con una oleada de anticipación tiró de la camisa suelta y la abrió más. Los ojos de ella se ampliaron cuando vio su pecho desnudo y sus tatuajes.
- No sabía que estabas marcado -murmuró ella, con la voz sacudiéndole todo el cuerpo. Él se acomodó en el sofá, extendiendo los brazos y levantando una de las piernas.
- Ven aquí, Marissa. Toma lo que necesitas.-Ella le miró la muñeca, cubierta por un doblez francés.- No -dijo él.- Ésta es la forma en la que quiero que lo hagas. De mi cuello. Es lo único q ue pido.
Cuando ella vaciló, él supo que los rumores sobre ella eran verdad. Verdaderamente no había sido tocada por ningún macho. Y la pureza de ella era… algo a ser tomado. Él cerró los ojos cuando la oscuridad en él cambió y se reveló, una bestia atrapada por la jaula de la medicación. Infiernos, quizás esto no era una buena idea. Pero ella se estaba moviendo hacia él lentamente, arrastrándose sobre su cuerpo, su aroma como el del océano. Entreabrió los párpados para ver su cara y supo que estaba indefenso para detener la alimentación. Y él no iba a perdérselo; tenía que permitir que unas cuantas sensaciones vinieran a él. Aflojando su disciplina, abrió el canal de su sentido del tacto, y lo recibió con avaricia incluso con la droga, todo tipo de impetuosa información surgiendo a través de la niebla de la dopamina. El raso de lo que llevaba puesto era suave contra su piel y sintió como la calidez de ella se mezclaba con su propio calor. Su leve peso se apoyó sobre su hombro y… sí, su rodilla estaba entre sus muslos. La boca de ella se abrió y los colmillos surgieron. Por una décima de segundo su demonio interior rigió y él clamó por su juicio con pánico. Gracias a la Virgen, la maldita cosa vino al rescate, la parte racional de él tomó apresuradamente la delantera, encadenando sus instintos, calmando la muy sexual necesidad de dominarla. Ella se tambaleó cuando se inclinó hacia su garganta, inestable como se mantenía encima de él.
- Acuéstate sobre mí -dijo él con voz gutural.- Colócate… sobre mí.
Con un respingo ella permitió que la parte baja de su cuerpo ahondara en la horquilla de sus muslos. Estaba claramente preocupada por encontrarse con una erección, y cuando no encontró nada de lo que esperaba miró entre sus cuerpos, como si pensara que había golpeado contra el sitio equivocado.
- No tienes que preocuparte de eso -murmuró él, recorriéndole con las manos los esbeltos brazos.- No de mí. -Su alivio fue tan palpable que él se sintió ofendido.- ¿Follar conmigo sería tanta faena?
- Oh, no, Rehvenge. No. -Ella bajó la mirada a los gruesos músculos del pecho.-Eres… bastante encantador. Es sólo que… hay otro. Para mí, hay otro.
- Todavía amas a Wrath.-Ella sacudió la cabeza.
- No, pero no puedo pensar en el único que quiero ahora. No… ahora.
Rehv levantó la barbilla.
- ¿Qué clase de idiota no te alimentaría cuando lo necesitaras?
- Por favor. No hablemos más de esto. -Abruptamente, sus ojos se fijaron en su cuello y se dilataron.
- Qué hambre -gruñó él, ilusionado por ser utilizado.- Sigue adelante. Y no te preocupes por ser amable. Tómame. Cuanto más duro mejor.
Marissa descubrió los colmillos y lo mordió. Las dos penetraciones agudas se dispararon a través de la neblina de la droga, y el dolor dulce traspasó su cuerpo. Mientras gemía, pensó que nunca se había sentido agradecido por su impotencia antes, pero lo estaba ahora. Si su polla funcionara del todo, tan seguro como el infierno que le hubiera quitado la túnica, separado las piernas y la hubiera tenido de forma agradable y profunda mientras se alimentaba. Casi inmediatamente ella se echó hacia atrás y se lamió los labios.
- Voy a tener un sabor diferente a Wrath -dijo él, contando con el hecho de que como ella sólo se había alimentado de un hombre, no podía saber exactamente por qué su sangre le impactaría en la lengua de una forma extraña. Realmente, la única razón por la que la había podido ayudar era por su inexperiencia. Cualquier otra hembra que hubiera tenido un poco habría sabido demasiado.- Vamos, toma algo más. Estás acostumbrada a ello.
Ella dejó caer la cabeza otra vez y él sintió el hormigueo de otro mordisco. Envolvió con sus pesados brazos la frágil espalda de ella y la abrazó más estrechamente mientras cerraba los ojos. Había pasado mucho tiempo desde que había sostenido a alguien, y aunque no podía arriesgarse a coger mucha experiencia, lo encontró sublime. Mientras ella sorbía de su vena, él tuvo el absurdo impulso de llorar.
* * *
O levantó el pie del acelerador del camión y pasó a poca velocidad por delante de otro alto muro de piedra. Maldición, las casa eran enormes en la Avenida Thorne. Bueno, no era que pudieras ver las mansiones desde la calle. Sólo asumió que con cercados y murallas como éstos, no eran un puñado de dúplex y apartamentos del tipo deCape Cods.
Cuando ésta barricada en particular se abrió para permitir una entrada, apretó los frenos. A la izquierda había una placa pequeña de latón en la que se leía, «27 AVENIDATHORNE». Se inclinó hacia adelante, estirándose para ver más allá, pero el camino y el muro desaparecían en la oscuridad, no podía decir qué habría al otro lado. Con un caprichoso, ¡qué demonios!, giró y avanzó por la senda. A un kilómetro de la calle había un alto juego de puertas, y se detuvo, notando las cámaras montadas en lo alto de ellas, el sistema de intercomunicación y el aire de «no pasar».Bueno… esto era interesante. La otra dirección había sido una mierda, sólo una casa de clase media en un vecindario de clase media con humanos en el salón viendo la televisión. Pero lo que fuera que estuviera detrás de un arreglo así era un gran negocio. Ahora tenía curiosidad. Aunque infiltrarse a través de esas barreras requeriría una estrategia de coordinación y una ejecución cuidadosa. Y lo último que necesitaba es el inconveniente de enredarse con la policía sólo porque había irrumpido en alguna McMansión de un ricachón. ¿Pero por qué se habría sacado del culo ese vampiro ésta dirección para salvarse? Entonces O vio algo raro: una cinta negra atada a la puerta. No, dos, una en cada lado, ondeando al viento.
¿Cómo si estuvieran de luto?
Fijado por su propio temor, salió del camión e hizo crujir el hielo, dirigiéndose a la cinta de la derecha. Estaba montada a dos metros y medio del suelo, así que tuvo que estirar el brazo para tocarla.
- ¿Estás muerta, esposa? -susurró.
Dejó caer la mano y miró a través de las puertas más allá de la negra noche. Regresó al camión. Necesitaba traspasar ése muro. Tenía que encontrar algún sitio para deshacerse del F-150.Cinco minutos después estaba maldiciendo. No había dónde aparcar en Thorne sin ser demasiado evidente. La calle no era más que muros sin apenas arcén.
- Jodida gente rica.
O apretó el acelerador y miró a la izquierda. A la derecha. Quizás pudiera dejar el camión abajo, al fondo de la colina y subir por la avenida principal. Era casi media milla en pendiente, pero podía cubrir la distancia lo suficientemente rápido. Las farolas bajo lasque tenía que pasar eran una putada, por supuesto, pero no era algo que nadie de los que vivía en ésta calle pudiera ver desde sus torres de marfil. Su teléfono móvil sonó y contestó con un desagradable:
- ¡Qué!
La voz de U, la que estaba empezando a odiar, era tensa.
- Tenemos un problema. Dos restrictores han sido arrestados por la policía.-O cerró los ojos.
- ¿Qué demonios han hecho?
- Estaban capturando a un vampiro civil y un coche de policía sin marcar fue por ellos. Dos policías se ocuparon de los asesinos y más policías aparecieron. Los restrictores están siendo llevados a prisión y tengo una llamada ahora de uno de ellos.
- ¡Pues sácalos bajo fianza! -estalló O- ¿Por qué me estás llamando?-Hubo una pausa. Entonces el tono de U tuvo el hedor de «te odio, imbécil».
- Porque tú necesitas saberlo. Escucha, ellos llevaban un montón de armas ocultas, para ninguna de las cuales tenían permiso, todas habían venido del mercado negro, sin número de serie en los cañones. No hay forma de que salgan bajo fianza por la mañana. Ningún abogado de oficio es tan bueno. Necesitas sacarlos.
O escudriñó a izquierda y derecha y entonces dio la vuelta en un camino de entrada del tamaño de un campo del fútbol. Sí, había definitivamente no había sitio para aparcara quí. Tenía que bajar por la Avenida Thorne desembocar en la Calle Bell man y dejar el camión en esa pequeña villa.
- ¿O?
- ¡Tengo cosas que hacer!-U tosió como si se atragantara con un gran cabreo.
- No te ofendas, pero no puedo imaginarme que nada sea tan importante como esto. ¿Qué tal si uno de esos asesinos se mete en una pelea general? ¿Quieres sangre negra fluyendo para que algún tipo de EMT resuelva que no son humanos? Tienes que contactar con Omega y conseguir que lleve a éstos dos a casa.
- ¡Hazlo tú! -O aceleró aunque iba cuesta abajo ahora.
- ¿Qué?
- ¡Extiéndete hacia afuera y alcanza a Omega!- Llegó a un stop al final de Thorne que no respetó y giró a la izquierda. Había toda clase tiendas de monerías y tonterías para el hogar en la calle y aparcó en frente de una llamada ‘El ático de Kitty’
- O… Éste tipo de peticiones tienen que llegar del Restrictor Jefe. Lo sabes.-O se detuvo antes de parar el motor. Colosal. Justo lo que él quería. Más tiempo de calidad con el maestro bastardo. Maldito sea. No podía vivir sin saber el destino de su mujer durante más tiempo. No tenía tiempo para las mierdas de su Sociedad.
- ¿O?
Apoyó la cabeza en el volante. Lo golpeó un par de veces. Por otra parte, si ese contacto con los humanos abajo en la comisaría le estallaba en lacara, Omega iba a venir a buscarle. Y entonces ¿dónde podría ir?- ¡De acuerdo! ¡Iré a verlo ahora!
Maldijo cuando puso el camión en marcha. Antes miró hacia la Avenida Thorne de nuevo.
- Y O, tengo algo concerniente a la Sociedad. Necesitas encontrarte con los asesinos. Las cosas están desmadrándose.
- Tú manejas las facturaciones
.- Ellos quieren verte a ti. Se están cuestionando tu liderazgo.
- U, sabes lo que se dice de los mensajeros, ¿verdad?
- ¿Perdón?
- Demasiadas malas noticias harán que te disparen.
Apagó el teléfono y cerró la tapa. Entonces apretó el acelerador
016melanie
"AMANTE DESPIERTO! --(NICK Y TU)- ADAPTACION.
Capitulo 33*
Mientras Phury se sentaba en la cama, estaba tan tenso por la necesidad de tener sexo, que apenas podía verter otro trago de vodka. La botella temblaba, el vaso temblaba. ¡Infiernos!, el colchón entero temblaba. Miró a Vishous, quien estaba apoyado contra la cabecera, a su lado. El hermano se sentía nervioso y desdichado mientras con la cabeza seguía el ritmo de The Massacre de 50Cent’s.Cinco horas de tiempo fértil de __________ y estaban hechos una mierda, sus cuerpos eran mayormente instinto, sus mentes empañadas. La compulsión de estar en la mansión no podía ser anulada, la necesidad empujando en ellos, paralizándolos. Gracias a Dios por los cigarrillos rojos y Grey Goose. El entumecimiento ayudaba mucho. Aunque no con todo.
Phury trataba de no pensar en lo que estaba sucediendo en la habitación de Nick. Porque cuando su hermano no había vuelto, era obviamente porque su cuerpo estaba siendo usado, y no la morfina. Diablos… los dos. Juntos. Muchas veces…
- ¿Cómo lo llevas? -preguntó V.
- Lo combato igual que tu, hermano. -Tomó un trago del vaso, su cuerpo nadando, perdido, ahogándose en eróticas sensaciones atrapadas bajo su piel. Miró al cuarto de baño. Estuvo a punto de levantarse y dirigirse a un poco de intimidad cuando Vishous dijo otra vez:
- Creo que estoy en problemas.- Phury tuvo que reírse.
- Esto no durará para siempre.
- No, quiero decir… Creo que hay algo mal. Conmigo.
Phury estrechó los ojos. La cara de su hermano parecía tensa, pero por otra parte erala misma de siempre. Hermosas líneas, barbita de chivo alrededor de la boca, tatuajes en la sien derecha. Aquellos ojos de diamante eran agudos, intactos aún por el Grey Goose , directos, necesitados. Las pupilas negras brillaban con una inteligencia enorme, incomprensible, un genio tan poderoso que acobardaba.
- ¿Qué clase de problema, V?
- Yo, eh… -Vishous se aclaró la garganta.- Sólo Butch sabe esto. No se lo contarás a nadie más, ¿verdad?
- Sí. Ningún problema.-V acarició su perilla.
- Mis visiones se han secado.
- Quieres decir que no puedes ver…
- Lo que va a pasar. Sí. No estoy consiguiendo nada. La última cosa que recibí fue hace tres días, justo antes de que Nick fuera detrás de _________. Les vi juntos. En un Ford Taurus .Viniendo aquí. Después de eso, no ha habido… nada.
- ¿Te ha pasado esto alguna vez antes?
- No, y no consigo pensamientos de nadie tampoco. Es como si todo el asunto se hubiera secado.-Bruscamente la tensión del hermano parecía no tener nada que ver con la necesidad. Parecía rígido de… miedo. Maldición. Vishous estaba asustado. Y la anomalía era completamente discordante. De todos los hermanos, V era uno de que los que nunca tenía miedo. Era como si hubiera nacido sin los receptores del miedo en el cerebro.
- Tal vez es solo temporal -dijo Phury.- ¿O piensas que quizás Havers pueda ayudar?
- Esto no es fisiológico. -V terminó el vodka del vaso y tendió la mano.- No acapares el Goose, hermano.- Phury le pasó la botella.
- Quizás podrías hablar con…-Pero, ¿Quién? ¿A dónde podría V, quien lo sabía todo, ir por respuestas? Vishous sacudió la cabeza.
- No quiero… no quiero hablar de esto, en realidad. Olvida que dije algo. –Mientras vertía, su cara se cerró tensamente, una casa atrancada.- Estoy seguro de que volverá. Quiero decir, sí. Volverá.
Puso la botella en la mesa cerca de él y sostuvo su mano enguantada.- Después de todo, este asunto dejado de la mano de Dios todavía brilla como una lámpara. Y hasta que pierda está loca luz nocturna mía, me figuro que soy todavía normal. Bueno,… normal para mí.
Durante un momento cayó el silencio, Phury mirando en su vaso, V mirando fijamente al suyo, el rap sonando de fondo, golpeando, cambiando a la unidad G. Phury se aclaró la garganta.
- ¿Puedo preguntarte sobre ellos?
- ¿Sobre quién?
- _________. _________ y Nick-.V maldijo.
- No soy una bola de cristal, lo sabes. Y odio contar la buena fortuna.
- Sí. Lo siento. Olvídalo.-Hubo una larga pausa. Entonces Vishous murmuró:
- No sé qué va a pasarles. No lo sé porque no puedo… ver nada.
* * *
Mientras Butch salía del Escalade, alzó la vista al edificio de sucios apartamentos y se preguntó otra vez porque infiernos John había querido venir aquí. La Séptima calle era repugnante y peligrosa.
- ¿Es este?
Cuando el muchacho asintió. Butch activó la alarma de seguridad del SUV . No estaba particularmente preocupado sobre si saqueaban el coche mientras estaban fuera. La gente de por aquí estaría convencida de que uno de los camellos estaba dentro. O alguien aún más exigente sobre su mierda que llevaría armas. John se acercó a la puerta de la vivienda y empujó. Se abrió con un chillido. Ninguna cerradura. Gran sorpresa. Mientras Butch le seguía, puso su mano dentro de su abrigo para poder llegar al arma si la necesitara.
John fue a la izquierda por un pasillo largo. El lugar olía como al humo viejo de cigarrillos y a mohosa decadencia y era casi tan frío como las grandes puertas de entrada.Los residentes internos eran como ratas: no vistos, sólo oídos, del otro lado de delgadas paredes. Abajo al final el muchacho empujó abriendo una puerta corta fuegos. Una escalera salía a la derecha. Los escalones habían sido desgastados por los elementos, y había sonido de agua que goteaba de algún sitio un par de escapes por encima. John puso su mano sobre la barandilla que estaba atornillada sin apretar a la pared, y subió despacio hasta el descansillo entre el segundo y el tercer piso. Más arriba, la luz fluorescente hundida en el techo estaba en su etapa de estertor de la muerte, los tubos parpadeando como si desesperadamente trataran de mantener el servicio.
John miró fijamente en el linóleo rajado del suelo, luego buscó la ventana. El logotipo de Starburst cubría la ventana como si hubiera sido aporreada con botellas. La única razón de que el cristal mugriento no estuviera roto era porque estaba sujeto desde el piso de arriba con alambre, salieron maldiciones, una especie de escopeta verbal que era indudablemente el principio de una lucha. Butch estuvo a punto de sugerir que salieran cuando John se dio la vuelta y comenzó a bajar corriendo la escalera Estuvieron en el Escalade y saliendo de la parte mala de la ciudad menos de un minuto y medio más tarde. Butch paró en un semáforo.
- ¿A dónde? John escribió y le enseñó el bloc.- A casa -murmuró Butch, todavía sin tener ni idea de porque el muchacho había querido visitar aquel hueco de escalera.
* * *
John dijo un «¡hola!» de pasada a Wellsie cuando entró en la casa y luego fue hacia su cuarto. Estaba agradecido de que ella pareciera entender que necesitaba algún espacio. Después de que cerró la puerta dejó caer su cuaderno sobre la cama, se quitó el abrigo, e inmediatamente se dirigió a la ducha. Mientras el agua se calentaba, se desnudó. Una vez que estuvo bajo el chorro, dejó de temblar. Cuando salió se puso una camiseta y un par de pantalones de entrenamiento, luego miró su ordenador portátil sobre el escritorio. Se sentó delante de él, pensando que tal vez debería escribir algo. El terapeuta lo había sugerido.
Demonios… Hablar con ella sobre lo que le había pasado había sido casi tan malo como vivir la experiencia la primera vez. Y no había querido ser tan sincero como había sido. Era solamente… aproximadamente a los veinte minutos de sesión se había derrumbado y su mano había empezado a garabatear y no había sido capaz de parar una vez que la historia había empezado.
Cerró los ojos y trató de recordar el aspecto de aquel hombre que lo había arrinconado. Sólo una imagen vaga vino a la memoria, pero recordó el cuchillo claramente. Había sido de cinco pulgadas, un estilete de doble cara con un punta aguda como un grito. Desplazó el índice sobre la tecla del ratón en el ordenador portátil y el salva pantallas de Windows XP parpadeó. La cuenta de su correo electrónico tenía un mensaje nuevo. De Sarelle. Lo leyó tres veces antes de intentar responder. Al final, le contestó:
¡Eh!, Sarelle. Mañana por la noche no me viene bien. Lo siento. Volveré contigo en otra ocasión. TTYL, John.
Realmente… no quería verla otra vez. Ni siquiera para un ratito, en cualquier caso. No quería ver a ninguna hembra excepto a Wellsie, Mary, Beth y ________. No iba a haber nada remotamente sexual en su vida hasta que aceptara lo que le habían hecho hacía casi un año. Salió de Hotmail y abrió un documento nuevo en Microsoft Word. Descansó los dedos sobre el teclado durante sólo un momento. Y luego comenzaron a volar.
016melanie
"AMANTE DESPIERTO! --(NICK Y TU)- ADAPTACION.
Capitulo 34*
Nick arrastró su cabeza a un lado y miró el reloj.
- Diez de la mañana. Diez… ¡las diez! ¿Cuántas horas? Dieciséis…
Cerró los ojos, tan agotado que apenas podía respirar. Estaba tumbado de espaldas, las piernas extendidas hacia fuera, los brazos estirados en cualquier parte. Había estado en aquella posición desde que había rodado fuera de ________ tal vez hacía una hora. Parecía que había pasado un año desde que había vuelto al cuarto la noche anterior. Su cuello y muñecas ardían del número de veces que ella se había alimentado de él, y la cosa entre sus piernas estaba dolorida.
El aire alrededor de ellos estaba saturado con el olor de la unión, y las sábanas estaban mojadas con una combinación de su sangre y del otro fluido que ella había necesitado de él. Él no habría cambiado un momento de todo esto .Mientras cerraba los ojos, se preguntaba si podría dormir ahora. Había estado privado de comida y sangre, tan hambriento que ni siquiera su inclinación por mantenerse sobre el borde podría anular las necesidades. Pero no podía moverse.
Cuando sintió una mano acariciando sobre su vientre, despegó los parpados para mirar a __________. Las hormonas se elevaban en ella otra vez, y la respuesta que ella requería de él, contestaba, el “eso” estaba endureciéndose una vez más.
Nick luchó para darse la vuelta así podría ir donde necesitaba estar, pero estaba demasiado débil. _________ se movió contra él y él trató de levantarse otra vez, pero su cabeza pesaba mil libras. Extendiendo la mano, él agarró su brazo y la tiró encima de él. Mientras sus muslos se separaban sobre las caderas de él, ella lo miró asombrada y empezó a gatear para bajarse.
- Está bien -graznó. Limpió la garganta, pero no ayudó con toda la grava.- Sé que eres tú.
Sus labios bajaron sobre los suyos y él la besó a su vez, aun cuando no pudiera levantar sus brazos para sostenérsela. Diablos, como le gustaba besarla. Amaba sentir su boca contra la suya, amaba tenerla cerca de su cara, amaba respirarla en sus pulmones, ¿la… amaba? ¿Era eso lo que había pasado esa noche? ¿Había caído?
El olor de la vinculación que estaba por todas partes de ambos le dio la respuesta. Y la comprensión debió haberlo conmocionado, pero estaba demasiado cansado para molestarse en luchar contra ello. _________se alzó y deslizó “eso” dentro de ella. Tan golpeado como estaba, él gimió en éxtasis. La sensación de ella era algo de lo que no podía tener bastante, y sabía que no era debido a su necesidad. Ella lo montó, plantando sus manos sobre sus pectorales y encontrando un ritmo con sus caderas porque él no podía empujar más. Él sentía crecer otra explosión, sobre todo mientras miraba el balanceo de pechos.
- Eres tan hermosa… -dijo con voz ronca.
Ella hizo una pausa para inclinarse y besarlo otra vez, su pelo negro cayendo alrededor de él, un refugio apacible. Cuando ella se enderezó, él se maravilló con la vista. Ella estaba brillando con la salud y vitalidad de todo lo que él le había dado, una hembra resplandeciente a quien él…
Amaba. Sí, amaba.
Era el pensamiento que se disparó por su cerebro mientras él se corría dentro de ella otra vez. __________ se derrumbó encima de él, exhaló con un estremecimiento, y de repente la necesidad terminó. La energía de la hembra fue a la deriva por el cuarto, la tormenta había pasado. Suspirando de alivio, se apartó de él, separando su sexo magnífico de su cosa. Mientras eso se dejó caer pesadamente sin vida sobre su vientre, sintió el frío del cuarto sobre su carne, tan poco atrayente comparado con el calor de ella.
- ¿Estás bien? -preguntó.
- Sí… -susurró ella, poniéndose de lado, casi dormida.- Sí, Nick… sí.
Va a necesitar comida, pensó. El necesitaba ir a conseguirle comida. Juntando su voluntad, tomó un aliento, y otro y otro… y finalmente forzó a su cuerpo a salir de la cama. Su cabeza se balanceó salvajemente, los muebles, el suelo y las paredes se movían, cambiando de sitio, hasta que no estuvo seguro de si estaba en el techo o no. El vértigo empeoró cuando sacó las piernas del colchón, y cuando estuvo de pie su equilibrio lo abandonó completamente.
Se cayó contra la pared, golpeándose contra ella, tuvo que sostenerse agarrándose a las cortinas. Cuando estuvo listo, se soltó y se inclinó hacia ella. Levantarla en sus brazos era una lucha, pero su necesidad de cuidarla era más fuerte que el agotamiento. La llevó a la plataforma y la tumbó, luego la cubrió con el edredón que hacía mucho habían empujado al suelo. Él se estaba dando la vuelta cuando ella lo tomó del brazo.
- Tienes que alimentarte -dijo ella, tratando de atraerlo más cerca.- Ven a mi garganta.
Demonios, estaba tentado.
- Volveré -dijo él, tropezando con sus pies. Se tambaleó hasta el armario y se puso un par de bóxers. Despojó la cama de las sábanas y almohadas y se marchó.
* * *
Phury abrió los ojos y comprendió que no podía respirar. Lo cual tenía sentido, supuso. Su cara estaba aplastada por un montón de mantas. Movió la boca y liberó la nariz del embotellamiento y trató de enfocar los ojos. La primera cosa que vio, aproximadamente a seis pulgadas de su cabeza, fue un cenicero lleno de muertos cigarros rotos. En el suelo.
- ¿Qué diablos? Oh...
Estaba colgando al borde del colchón. Cuando oyó un gemido, se empujó hacia arriba, giró la cabeza y se vio cara a cara con uno de los pies de Vishous. Más allá de la talla cuarenta y cinco, estaba el muslo de Butch. Phury tuvo que reírse, y esto atrajo la mirada fija, atontada del poli desde una almohada. El humano se revisó a sí mismo y luego a Phury. Parpadeó dos o tres veces, como si esperaba despertarse de verdad.
- Oh, amigo -dijo con más grava que voz. Entonces echó un vistazo a Vishous, que estaba desmayado cerca de él.- Oh, amigo, esto es demasiado extraño.
- Supéralo, poli. No eres atractivo.
- Justamente. -Él se restregó la cara.- Pero eso no quiere decir que esté del todo dentro en despertar con dos hombres.
- V te dijo que no volvieras.
- Cierto. Fue una mala elección.
Hablar sobre una larga noche. Finalmente, cuando incluso la sensación de la ropa contra su piel había sido demasiado, habían perdido cualquier pretensión de modestia. Había sido una cuestión de aguantar la necesidad: encendiendo un cigarrillo rojo tras cigarrillo rojo, bebiendo whisky escocés o vodka, resbalando en el cuarto de baño solo para aliviarse en privado.
- ¿Así que ha terminado? -Preguntó Butch.- Dime que ha terminado.
Phury salió de la cama.- Sí, eso creo.
Recogió una sábana y se la lanzó a Butch, quien se cubrió a sí mismo y a Vishous. V ni siquiera se movió. Estaba durmiendo como un muerto sobre su estómago, sus ojos cerrados fuertemente, un suave ronquido salía de su boca. El poli maldijo y reacomodó su cuerpo, colocando una almohada contra la cabecera y apoyándose. Se frotó el pelo hasta que lo tuvo de punta y bostezó tan fuerte que Phury oyó el crujido de la mandíbula del tipo.
- Maldición, vampiro, nunca pensé que yo diría esto, pero no tengo absolutamente ningún interés por él sexo. Gracias a Dios.
Phury se puso un par de pantalones de entrenamiento.
- ¿Quieres comida? Voy a hacer una excursión a la cocina.
Los ojos de Butch se abrieron de felicidad.
- ¿Vas a traerla hasta aquí? Esto,… ¿no tengo que moverme?
- Me lo deberás, pero sí, estoy dispuesto a repartir.
- Eres un dios.-Phury se puso una camiseta.
- ¿Qué quieres?
- Lo que sea que haya en la cocina. Infiernos, se realmente útil y arrastra el refrigerador aquí arriba. Estoy muerto de hambre.
Phury bajó las escaleras hasta la cocina y estaba a punto de empezar a buscar cuando oyó sonidos que salían de la lavandería. Se acercó y empujó la puerta abierta .Nick estaba metiendo sábanas en la lavadora. Y Virgen querida del Fade, él parecía venir del Dhunhd. Su estómago era un agujero contraído; sus caderas se destacaban contra su piel como postes de una tienda; su caja torácica se parecía a un campo de arado. Él debía haber perdido cinco o diez kilos de la noche a la mañana. Y, infierno santo, su cuello y muñecas estaban masticadas y en carne viva. Pero… él olía a hermosas especias oscuras, y había una paz sobre él, tan profunda e improbable que Phury se preguntó si sus sentidos le estaban jugando una mala pasada.
- ¿Hermano? -dijo. Nick no alzó la vista.
- ¿Sabes cómo manejar esta cosa?
- Ah, sí. Pon un poco de aquella materia en la caja y mueve aquel disco por aquí,…déjame ayudar.
Nick terminó de llenar el tambor de la lavadora y luego se alejó, sus ojos todavía fijos en el suelo. Cuando la máquina estaba llenándose de agua, Nick murmuró un «gracias» y se dirigió a la cocina. Phury le siguió, su corazón en la garganta. Quería preguntar si todo estaba bien, y no solamente con __________.Trataba de escoger sus palabras con cuidado mientras Nick cogía pavo asado del refrigerador, arrancaba un muslo y lo mordía. Masticó desesperadamente, limpiando la carne del hueso tan rápido como podía, y en el momento en que lo hizo arrancó el otro muslo e hizo lo mismo. Demonios… su hermano nunca tomaba carne. Sin embargo, él nunca había pasado por una noche como la pasada antes. Ninguno de ellos lo había hecho.
Nick podía sentir los ojos de Phury sobre él, y habría dejado de comer si hubiera podido. Odiaba que la gente lo mirara, especialmente cuando masticaba algo, pero simplemente no podía conseguir alimento lo bastante rápido. Le observó cebarse a empujones en su cara mientras sacaba un cuchillo y un plato y comenzaba a cortar finos filetes de pechuga de pavo. Procuró tomar las mejores partes dela carne para __________. Los trozos raros, las esquinas y la parte cerca del corazón, se las comió él mismo, como si no fueran tan buenas.
¿Qué más necesitaría ella? Quería que comiera cosas calóricas. Y la bebida… debería llevarle algo para beber. Volvió al refrigerador y comenzó a hacer un montón con los restos para revisarlos. Escogería con cuidado, llevándole solo lo que era digno de su lengua.
- ¿Nick?
Vaya, había olvidado que Phury todavía estaba caminando sin rumbo a su alrededor.
- Sí -dijo mientras abría un tazón de Tupperware .El puré de dentro parecía bueno, aunque realmente hubiera preferido llevarle algo que él hubiera hecho. No es que él supiera cómo hacer eso. Joder, él no podía leer, no podía utilizar una maldita lavadora, no podía cocinar. Tenía que dejarla irse así podría encontrar un macho que tuviera medio cerebro.
- No quiero curiosear -dijo Phury.
- Sí, lo haces. -Tomó una barra del pan de levadura casero de Fritz del armario y la apretó entre sus dedos. Era suave, pero lo olió de todos modos. Bueno, era bastante fresco para ella.
- ¿Está ella bien? ¿Estás… tú?
- Estamos bien. ¿Cómo fue? -Phury tosió un poco.
- Quiero decir, quiero saber, no porque sea ________. Es solo… he oído muchos rumores y no sé qué creer.
Nick tomó un poco del puré de patatas y lo puso sobre el plato con el pavo; entonces tomó con la cuchara un poco de arroz salvaje y lo cubrió con una buena cantidad de salsa. Lanzó la pesada carga al microondas, contento de que fuera una máquina que sabía manejar. Mientras miraba al alimento dar vueltas, pensó en la pregunta de su gemelo y recordó la sensación de __________ levantándose sobre sus caderas. Aquella conexión, de las docenas que habían tenido durante la noche, era la que más sobresalía. Ella había estado tan encantadora encima de él, sobre todo cuando lo había besado...Durante todo el tiempo de la necesidad, pero sobre todo, durante aquella unión particular, ella había mantenido lejos al pasado, amarrándole, marcándole con algo bueno. Atesoraría aquel calor que ella le había dado por el resto de sus días.
El microondas sonó y se dio cuenta que Phury todavía esperaba una respuesta. Nick puso la comida sobre una bandeja y agarró algunos servicios de plata así él podría alimentarla correctamente. Mientras se daba la vuelta y se dirigía a la habitación, murmuró.
- Ella es la más hermosa, tanto que no tengo palabras. -Levantó sus ojos hacia Phury.-Y anoche fui bendecido inmensamente al servirla. -Por alguna razón, el hermano retrocedió por el choque y extendió la mano.
- Nick, tu…
- Tengo que llevar alimento a mi nalla. Te veré más tarde.
- ¿Espera! ¡Nick! Tus…-Nick solamente sacudió la cabeza y salió.
:z:
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