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Memphys.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 1 de 3. • 1, 2, 3
¿cómo imaginaís a Memphys?
Memphys.
—Titulo: Memphys.
—Autor: Kogan.
—Adaptación. No.
—Género: De todo un poco.
—Otras páginas: No.
—Advertencias: Lenguaje vulgar.
Sinopsis.
La palabra "hijo primogénito" les aterró a Seth y Greta. Pronto se apresuraron a hacérselo saber a sus padres, quienes demostraron plena indiferencia y giraron para no ayudarles de ningún modo en lo que requerían. Vista dicha situación, ambos inexpertos se propusieron a no dejarse vencer por el rechazo de sus padres.
Más tarde nació Maximus, un pequeño de ojos color Esmeralda y sonrisa imborrable. Con pocos meses de edad y ya andaba por allí corriendo, ambos supieron que Max no era como cualquier niño normal de por allí, no que ellos conocieran. Pronto, con la ayuda del tío paterno de Seth, el pequeño Max inició la escuela y curso la primaria hasta llegar la secundaria.
El primer año ¡Caray! Fue donde todo dio inició, más bien, donde sus padres comenzaron a notar aquel lado oscuro e impenetrable de su pequeño. Años atrás habían notado la ausencia de amigos y la facilidad de entrar en confianza con el pequeño Max, es mucho si se habían detenido siquiera a ver como su hijo se desenvolvía en cada facción que descubría con el paso de los años, pero el trabajo siempre iba un paso más adelante. Ya era tarde cuando descubrieron aquello que su hijo padecía, psicopatía. Al ser marginado por sus compañeros, por su extraño comportamiento y falta de desenvolvimiento, Max empleó su propia forma de divertirse, sin necesidad de compañeros fieles y aquellos rituales que suelen hacer los jóvenes de su edad.
Con apuntes e historias de su propio puño y letra empleó diversas actividades propias de un psicópata. Empezó con pequeñas bromas, luego con sus mentiras pudo manejar a sus compañeros de clase y escuela, los sobornaba con sacar a la luz lo más vergonzoso que pudiesen tener, con la única condición, obtener todo lo que le placiera. Llegó a tener a lo que el llamo “esclavos” por el tiempo que le placía.
Su madre descubrió cada una de las historias escritas a puño y letra de su hijo, un día mientras ojeaba su habitación. Se sorprendió, no comprendía como su hijo pudiese pensar de tal forma. No quiso hablar del tema con el muchacho. Max continuaba saliéndose con la suya, hasta que un día fue acusado por un estudiante que parecía ser lo suficientemente valiente, menos astuto, por supuesto, porque luego de que Max fuese castigado y expulsado de la escuela, aquel soplón obtuvo su merecido.
Max sucumbió a las peticiones de sus padres, la asistencia a su psicólogo, pediatras y demás que le ayudase a apaciguar su particular psicopatía. Como era de esperarse ¡Funciono! Claro, a la vista de sus padres, sí. Max se prometió cambiar, lo hizo, sus padres están orgullosos ya que su hijo ahora es como realmente lo esperaban: listo, bien parecido y a la vista, fuera del alcance de lo que alguna vez padeció.
Maximus oculta un lado oscuro detrás de su prospecto de hijo perfecto con corbata ajustada al cuello que decidió ser desde que prometió “cambiar” Max es posesivo y como se ha mencionado antes, caprichoso. Es tanto el nivel de su psicopatía que ha llegado a destruir hasta llegar a poseer lo que se propone. Max no es de fiarse, es falso y más astuto que cualquier otro que creas conocer.
Max cumplió 21 años, atrapó a sus padres en una red y los cegó con su “cambio radical” el cual le tomo replantear durante un par de años. Ha conseguido lo que se propone desde entonces. Una casa en un vecindario muy normal, silencio y lo mejor de todo, una nueva distracción y sensaciones que jamás creyó llegar a sentir, el deseo.
Más tarde nació Maximus, un pequeño de ojos color Esmeralda y sonrisa imborrable. Con pocos meses de edad y ya andaba por allí corriendo, ambos supieron que Max no era como cualquier niño normal de por allí, no que ellos conocieran. Pronto, con la ayuda del tío paterno de Seth, el pequeño Max inició la escuela y curso la primaria hasta llegar la secundaria.
El primer año ¡Caray! Fue donde todo dio inició, más bien, donde sus padres comenzaron a notar aquel lado oscuro e impenetrable de su pequeño. Años atrás habían notado la ausencia de amigos y la facilidad de entrar en confianza con el pequeño Max, es mucho si se habían detenido siquiera a ver como su hijo se desenvolvía en cada facción que descubría con el paso de los años, pero el trabajo siempre iba un paso más adelante. Ya era tarde cuando descubrieron aquello que su hijo padecía, psicopatía. Al ser marginado por sus compañeros, por su extraño comportamiento y falta de desenvolvimiento, Max empleó su propia forma de divertirse, sin necesidad de compañeros fieles y aquellos rituales que suelen hacer los jóvenes de su edad.
Con apuntes e historias de su propio puño y letra empleó diversas actividades propias de un psicópata. Empezó con pequeñas bromas, luego con sus mentiras pudo manejar a sus compañeros de clase y escuela, los sobornaba con sacar a la luz lo más vergonzoso que pudiesen tener, con la única condición, obtener todo lo que le placiera. Llegó a tener a lo que el llamo “esclavos” por el tiempo que le placía.
Su madre descubrió cada una de las historias escritas a puño y letra de su hijo, un día mientras ojeaba su habitación. Se sorprendió, no comprendía como su hijo pudiese pensar de tal forma. No quiso hablar del tema con el muchacho. Max continuaba saliéndose con la suya, hasta que un día fue acusado por un estudiante que parecía ser lo suficientemente valiente, menos astuto, por supuesto, porque luego de que Max fuese castigado y expulsado de la escuela, aquel soplón obtuvo su merecido.
Max sucumbió a las peticiones de sus padres, la asistencia a su psicólogo, pediatras y demás que le ayudase a apaciguar su particular psicopatía. Como era de esperarse ¡Funciono! Claro, a la vista de sus padres, sí. Max se prometió cambiar, lo hizo, sus padres están orgullosos ya que su hijo ahora es como realmente lo esperaban: listo, bien parecido y a la vista, fuera del alcance de lo que alguna vez padeció.
Maximus oculta un lado oscuro detrás de su prospecto de hijo perfecto con corbata ajustada al cuello que decidió ser desde que prometió “cambiar” Max es posesivo y como se ha mencionado antes, caprichoso. Es tanto el nivel de su psicopatía que ha llegado a destruir hasta llegar a poseer lo que se propone. Max no es de fiarse, es falso y más astuto que cualquier otro que creas conocer.
Max cumplió 21 años, atrapó a sus padres en una red y los cegó con su “cambio radical” el cual le tomo replantear durante un par de años. Ha conseguido lo que se propone desde entonces. Una casa en un vecindario muy normal, silencio y lo mejor de todo, una nueva distracción y sensaciones que jamás creyó llegar a sentir, el deseo.
Última edición por Kogan. el Dom 20 Jul 2014, 11:20 am, editado 7 veces
hollander.
Re: Memphys.
¡Gracias por pasarse y leer.
Otra advertencia es: No subiré capítulo tan seguido. Tardo 2, 3 e incluso 4 semanas. Solo resta tener paciencia.
Gracias por leer.
Otra advertencia es: No subiré capítulo tan seguido. Tardo 2, 3 e incluso 4 semanas. Solo resta tener paciencia.
Gracias por leer.
Última edición por Kogan. el Dom 20 Jul 2014, 11:23 am, editado 1 vez
hollander.
Re: Memphys.
Wao! Qué decir? La verdad por el título no sabía de que podía tratarse esto por lo cual decidí entrar, no me arrepiento, el prólogo me ha dejado con muchas ganas de saber que pasará con el tal Max y cuales serán esos deseos que comienzan a despertar en él. Lastimosamente, leí que no subirás muy seguido, pero seré paciente, presiento que esta será una historia que valdrá la pena leer.
Invitado
Invitado
Re: Memphys.
Capítulo 1.
—Oye, Max. No importa que, cuida de tu espalda y mantente alejado de aquellos deseos que parezcan inalcanzables luego del primer intento fallido —aquella voz bajo la luz tenue de una farola que permanecía titilante se escuchó casi como un susurro.
— Claro, como si eso fuera a detenerme, como si aquello me hubiese detenido alguna vez. Oye, soy Maximus ¿lo recuerdas? — Maximus por su parte mantuvo su voz en un tono alto, arrogante e intentó parecer amenazador. Su instinto psicópata comenzaba a cobrar vida, como una rama que se mantiene sujeta de un trozo de aquel árbol al que pertenece y la cual está a punto de desplomarse hacía suelo, como aquella hoja que se mantiene a flote en aquel lago que está a la deriva de la fuerte tormenta que se aproximaba. En este caso, Max siempre estuvo a flote, ansioso, esperando a una primera oportunidad para saciar sus ganas de ser como realmente es, un completo psicópata. Claro, sin ser pillado por sorpresa ¿dónde? ¿Cuál sería aquel lugar correcto para actuar como el completo psicópata arrogante que es? En sus sueños y allí estaba, sumido en un sueño donde se enfrentaba a su antiguo yo.
—Eso no importará mañana. Aquellos deseos que jamás has llegado a sentir se aproximan ¡NO IMPORTA QUE! ¡ALEJATE DE ELLOS!—las últimas palabras se oyeron casi como un aullido ahogado. Max podría controlar sus sueños y eso es lo que era aquello, un sueño donde su antiguo yo le advertía de algo que, por supuesto, le destruiría.
—Voy a estar bien, mamá. Todo está bien, hasta el momento no he arrollado a alguien o intentado arrojarme de bruces en el puente Flich llevando el auto conmigo—era la decimocuarta llamada de su madre luego de que haya partido hace solo treinta minutos de casa. Max sabía que para su madre no sería fácil el verlo salir de casa para marcharse a un lugar mejor. Ella misma lo había aprobado, luego de que Max consiguiera convencer a su psicólogo de que aquello sería lo mejor para él. Era una pena, porque Max no está del todo bien, de hecho, Max no está para nada bien.
—Pero, hijo. No recuerdo algún puente llamado Flich,no aquí en Winchester—su desorientada madre, Greta, se quedó en silencio para intentar recordar dicho puente—No, por supuesto que no.
—Madre, de eso se trata. No hay un puente llamado Flich en Winchester. Guarda calma—el joven Max negó con su cabeza y reprimió una risa, amaba confundir a las personas y más aún si se trataba de su algo desorientada madre.
Minutos más tarde, Max logró convencer a su madre de que todo estaría bien. Se despidieron con un simple adiós y Max continúo con su camino. Habría convencido a sus padres de vivir en una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Ellos pagarían los primeros seis meses de renta hasta que Max consiguiera un empleo y pudiera pagarla. Max conseguiría el primer empleo que solicitara, él lo sabía, era todo un convincente y mentía a la perfección. Lo suficiente como para convencer a cualquiera e incluso a la membresía del “Club de los inconvencibles” oh, sí.
556;Lowell Street. Aquella pequeña casa fue la primera que divisó Max al adentrarse en el vecindario, había seguido correctamente el GPS de su auto y según las indicaciones de sus padres y el GPS de Escorpión(su auto) si, aquella era su casa La 556 de Lowell Street.
Max irrumpió en el silencio de lo que sería su nuevo hogar, no había tenido la oportunidad de ver su casa antes de marcharse a vivir en ella ¿Qué podía hacer el? Sus padres le habían advertido, habría casa, bajo la única condición. Ellos elegirían cuál, dónde y cómo sería. Max accedió, ya que el solo ansiaba salir de la casa de sus padres, a cuesta de lo que fuera.
Luego de inspeccionar el lugar de arriba abajo. Max descubrió que la casa era lo suficiente para el, pequeña, acogedora y silenciosa ¡perfecta! No le importaba en absoluto cuantas habitaciones contenía, en este caso eran 3, tampoco el número de baños (2) y mucho menos cuán grande era su cocina, la estancia, el patio, el sótano y el pórtico. No había lugar en la casa que sus padres no hubieran amueblado por completo, toda su casa estaba poblaba de recuadros, fotografías familiares, autorretratos, pinturas que el calificó de mal gusto y las cuales retiraría más tarde, sofás, camas, todos los utensilios de cocina que puedes llegar a imaginar, mesas de todos los tamaños rodeando la casa, patio y pórtico, todo lo demás que puede llevar una casa y de lo que Max calificaba como obvio y poco increíble. Sólo se centró en algo, su estudio. Era lo que siempre había querido y el único lugar que sus padres respetaron, solo era habitado por una mesa de mármol muy grande y cuatros estantes para libros adheridos en cada pared de la habitación. Un lugar que le permitiría ser el mismo, a quien confiaría sus más recónditos e indescifrables secretos y, por supuesto. Sus deseos inalcanzables, lo que le llevaría a plasmarlos en diferentes formas, figuras, palabras y actos. Algo que él no sabía y que por el momento no permitiría que sucediera.
Él estaba seguro de que aquel sueño que tuvo la noche anterior era un simple efecto colateral de aquella bebida alcohólica que se había permitido beber justo horas antes de irse a la cama. Se prometió a si mismo que sería la primera y última que bebería. Todo parecía estar perfecto, silencio, un clima acogedor y una sonrisa de satisfacción que se ampliaba cada vez más y más tras haber visto el resultado de su farsa, la cual tardó unos cuantos años en llevarse a cabo y que por supuesto, valió la pena. Max notó una luz titilante fuera de la ventana, se acercó lentamente para ver de lo que se trataba. Un auto, un chico, estaba seguro de que era el más guapo que haya visto jamás.
Ahí estaba, su capricho. El no lo sabía aun, pero era él su deseo inalcanzable del cual le había advertido el yo antiguo de su sueño en la noche anterior ¿será él? Por supuesto que sí. Sin embargo, Max aún no lo sabía.
— Claro, como si eso fuera a detenerme, como si aquello me hubiese detenido alguna vez. Oye, soy Maximus ¿lo recuerdas? — Maximus por su parte mantuvo su voz en un tono alto, arrogante e intentó parecer amenazador. Su instinto psicópata comenzaba a cobrar vida, como una rama que se mantiene sujeta de un trozo de aquel árbol al que pertenece y la cual está a punto de desplomarse hacía suelo, como aquella hoja que se mantiene a flote en aquel lago que está a la deriva de la fuerte tormenta que se aproximaba. En este caso, Max siempre estuvo a flote, ansioso, esperando a una primera oportunidad para saciar sus ganas de ser como realmente es, un completo psicópata. Claro, sin ser pillado por sorpresa ¿dónde? ¿Cuál sería aquel lugar correcto para actuar como el completo psicópata arrogante que es? En sus sueños y allí estaba, sumido en un sueño donde se enfrentaba a su antiguo yo.
—Eso no importará mañana. Aquellos deseos que jamás has llegado a sentir se aproximan ¡NO IMPORTA QUE! ¡ALEJATE DE ELLOS!—las últimas palabras se oyeron casi como un aullido ahogado. Max podría controlar sus sueños y eso es lo que era aquello, un sueño donde su antiguo yo le advertía de algo que, por supuesto, le destruiría.
—Voy a estar bien, mamá. Todo está bien, hasta el momento no he arrollado a alguien o intentado arrojarme de bruces en el puente Flich llevando el auto conmigo—era la decimocuarta llamada de su madre luego de que haya partido hace solo treinta minutos de casa. Max sabía que para su madre no sería fácil el verlo salir de casa para marcharse a un lugar mejor. Ella misma lo había aprobado, luego de que Max consiguiera convencer a su psicólogo de que aquello sería lo mejor para él. Era una pena, porque Max no está del todo bien, de hecho, Max no está para nada bien.
—Pero, hijo. No recuerdo algún puente llamado Flich,no aquí en Winchester—su desorientada madre, Greta, se quedó en silencio para intentar recordar dicho puente—No, por supuesto que no.
—Madre, de eso se trata. No hay un puente llamado Flich en Winchester. Guarda calma—el joven Max negó con su cabeza y reprimió una risa, amaba confundir a las personas y más aún si se trataba de su algo desorientada madre.
Minutos más tarde, Max logró convencer a su madre de que todo estaría bien. Se despidieron con un simple adiós y Max continúo con su camino. Habría convencido a sus padres de vivir en una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Ellos pagarían los primeros seis meses de renta hasta que Max consiguiera un empleo y pudiera pagarla. Max conseguiría el primer empleo que solicitara, él lo sabía, era todo un convincente y mentía a la perfección. Lo suficiente como para convencer a cualquiera e incluso a la membresía del “Club de los inconvencibles” oh, sí.
556;Lowell Street. Aquella pequeña casa fue la primera que divisó Max al adentrarse en el vecindario, había seguido correctamente el GPS de su auto y según las indicaciones de sus padres y el GPS de Escorpión(su auto) si, aquella era su casa La 556 de Lowell Street.
Max irrumpió en el silencio de lo que sería su nuevo hogar, no había tenido la oportunidad de ver su casa antes de marcharse a vivir en ella ¿Qué podía hacer el? Sus padres le habían advertido, habría casa, bajo la única condición. Ellos elegirían cuál, dónde y cómo sería. Max accedió, ya que el solo ansiaba salir de la casa de sus padres, a cuesta de lo que fuera.
Luego de inspeccionar el lugar de arriba abajo. Max descubrió que la casa era lo suficiente para el, pequeña, acogedora y silenciosa ¡perfecta! No le importaba en absoluto cuantas habitaciones contenía, en este caso eran 3, tampoco el número de baños (2) y mucho menos cuán grande era su cocina, la estancia, el patio, el sótano y el pórtico. No había lugar en la casa que sus padres no hubieran amueblado por completo, toda su casa estaba poblaba de recuadros, fotografías familiares, autorretratos, pinturas que el calificó de mal gusto y las cuales retiraría más tarde, sofás, camas, todos los utensilios de cocina que puedes llegar a imaginar, mesas de todos los tamaños rodeando la casa, patio y pórtico, todo lo demás que puede llevar una casa y de lo que Max calificaba como obvio y poco increíble. Sólo se centró en algo, su estudio. Era lo que siempre había querido y el único lugar que sus padres respetaron, solo era habitado por una mesa de mármol muy grande y cuatros estantes para libros adheridos en cada pared de la habitación. Un lugar que le permitiría ser el mismo, a quien confiaría sus más recónditos e indescifrables secretos y, por supuesto. Sus deseos inalcanzables, lo que le llevaría a plasmarlos en diferentes formas, figuras, palabras y actos. Algo que él no sabía y que por el momento no permitiría que sucediera.
Él estaba seguro de que aquel sueño que tuvo la noche anterior era un simple efecto colateral de aquella bebida alcohólica que se había permitido beber justo horas antes de irse a la cama. Se prometió a si mismo que sería la primera y última que bebería. Todo parecía estar perfecto, silencio, un clima acogedor y una sonrisa de satisfacción que se ampliaba cada vez más y más tras haber visto el resultado de su farsa, la cual tardó unos cuantos años en llevarse a cabo y que por supuesto, valió la pena. Max notó una luz titilante fuera de la ventana, se acercó lentamente para ver de lo que se trataba. Un auto, un chico, estaba seguro de que era el más guapo que haya visto jamás.
Ahí estaba, su capricho. El no lo sabía aun, pero era él su deseo inalcanzable del cual le había advertido el yo antiguo de su sueño en la noche anterior ¿será él? Por supuesto que sí. Sin embargo, Max aún no lo sabía.
Última edición por Kogan. el Lun 07 Jul 2014, 2:16 pm, editado 10 veces
hollander.
Re: Memphys.
Oh. gracias por pasarte. Espero que disfrutes del capítulo que recién he subido. De verdad, te lo agradezco mucho, en especial por tus lindos cumplidos.Vic Stylinson. escribió:Wao! Qué decir? La verdad por el título no sabía de que podía tratarse esto por lo cual decidí entrar, no me arrepiento, el prólogo me ha dejado con muchas ganas de saber que pasará con el tal Max y cuales serán esos deseos que comienzan a despertar en él. Lastimosamente, leí que no subirás muy seguido, pero seré paciente, presiento que esta será una historia que valdrá la pena leer.
hollander.
Re: Memphys.
¡Woho! vi el titulo y no se, me dio curiosidad y debo decir que no me arrepiento, me tiene atrapada y apenas lleva el primer capitulo, quiero saber más, quiero saber que pasa. Por favor síguela.
Meli:3
Re: Memphys.
Gran comienzo! Dejame decirte que amo tu manera de redactar! Eso me da aun más ganas de seguir leyéndote! Creeme, esperaré el siguiente con muchas ansias.
Invitado
Invitado
Re: Memphys.
Oh, gracias por pasarte. Valoro cada comentario y usuario que se pasa a a hacerlo. Mas aún cuando son para comentar cosas positivas, como tú. Estoy pasando una buena racha y con eso viene la inspiración, asi que estare subiendo muy pronto y, por supuesto, muy seguido.Meli:3 escribió:¡Woho! vi el titulo y no se, me dio curiosidad y debo decir que no me arrepiento, me tiene atrapada y apenas lleva el primer capitulo, quiero saber más, quiero saber que pasa. Por favor síguela.
Última edición por Kogan. el Dom 06 Jul 2014, 7:58 pm, editado 1 vez
hollander.
Re: Memphys.
He leído sólo la sinopsis y comenzando el primer capítulo. Pero paso a comentar para que sepas que ésto es maravilloso. ;_; Y que estaré al pendiente y se va a mis supervisados.<3
Arkasia.
Re: Memphys.
Oh,Dios. Gracias, gracias, gracias. Eh, si. Leíste bien, es chico no chica xdVic Stylinson. escribió:Gran comienzo! Dejame decirte que amo tu manera de redactar! Eso me da aun más ganas de seguir leyéndote! Creeme, esperaré el siguiente con muchas ansias.
hollander.
Re: Memphys.
Hola! Dios, hola(?) Gracias por pasarte. Pues, eso último me ha halagado mucho, de verdad. Creo que mañana habrá próximo capítulo y promete ser mucho mejor.weezer. escribió:He leído sólo la sinopsis y comenzando el primer capítulo. Pero paso a comentar para que sepas que ésto es maravilloso. ;_; Y que estaré al pendiente y se va a mis supervisados.<3
hollander.
Re: Memphys.
Chicassssssssssss. Se que les prometí capítulo hoy, pero no tenía el pc durante la tarde y ahora en la noche no me queda el tiempo suficiente para escribir un capítulo más explicito y mucho mejor que el anterior. Llevo a medias el capítulo 2 y debo continuarlo, pero será mañana. Así que pásense mañana por acá, de nuevo.
Chau.
Chau.
hollander.
Re: Memphys.
Awn, tranquila, puedo esperar por tu perfecta novela<3.Kogan. escribió:Chicassssssssssss. Se que les prometí capítulo hoy, pero no tenía el pc durante la tarde y ahora en la noche no me queda el tiempo suficiente para escribir un capítulo más explicito y mucho mejor que el anterior. Llevo a medias el capítulo 2 y debo continuarlo, pero será mañana. Así que pásense mañana por acá, de nuevo.
Chau.
Meli:3
Re: Memphys.
Capítulo 2.
El tintineo del reloj en la pared ocasionaba un obstáculo en el camino hacía el sueño para Max. No tenía opción. Su madre lo había adherido a la pared con algún pegamento especial, de manera que Max no pudiera retirarlo. Pensaran ustedes ¿Qué mujer adhiere un reloj de pared con pegamento de tal potencial? La madre Max ¿con que fin? La mujer es muy exigente respecto a la hora de ser puntual, por esto, decidió colocar aquel reloj de pared allí, en la habitación de su hijo Max. Ella no querría que su hijo llegara tarde a ningún lado. Ya empezaran a deducir de donde salió aquella locura que Max posee.
A la mañana siguiente, Max despertó poco entusiasmado. Se levantó de su gran cama y caminó llevando las plantas de sus pies descalzos fijas al suelo, se dirigía hacia el baño privado que se hallaba en un extremo de su habitación. Con cierto desgano susurró un Púdrete al reloj de pared color caoba. Era uno de esos días en los que Max no estaba de buen humor, estaba de: “Aléjate, en realidad si muerdo” aquel era un humor muy fuerte y no era exactamente bueno.
Justo a las nueve menos treinta minutos de la mañana, Max se adentró en su cuarto de estudio ¡Bien! Un lugar donde donde no ponía una etiqueta que llevara por escrito: Hola, tus padres estuvieron aquí ¡Que dicha! Un vistazo aquí, allá y por todo el lugar. Max aún no sabría cómo iniciaría con el embellecimiento de su pequeño, pero valioso cuarto de estudio.
Max había oído que en cuanto te mudas a una casa, una de las primeras cosas que debes hacer es revisar el sótano. Bueno, tal vez ese lugar también sea una tierra virgen (salva de haber sido amueblada por sus padres) y si cuenta con mucha suerte, tal vez allí haya un par de cosas que sirvan para el embellecimiento de su cuarto de estudio. Max podría bien ir hasta el centro y comprar lo necesario para aquello, pero él es de aquellas personas que siguen mitos urbanos y siguen al pie de la letra un manual de instrucciones. Por muy estúpido que parezca ser el resultado que esperas.
Se preguntarán cómo solían ser aquellos días en los que Max llevaba en práctica sus macabros planes de tortura a sus diferentes víctimas.
— No estarás jugando ¿o sí? —el joven llevaba suplicándole a Max durante toda la mañana por que no tuviese que verse obligado a hacer lo que él le había pedido a cambio de no dejar al desnudo sus más ridículos secretos.
Max, con ímpetu y una sonrisa macabra dibujada en su rostro, le contestó —Deberías saberlo ya. Yo nunca bromeo, ya no es a lo que me dedico—dicho esto, caminó fuera de allí para marcharse.
¿Qué era aquello a lo que el chico se refería? Max llevaba torturándolo desde hace un par de semanas. Era uno de sus blancos fáciles, su preferido, ya que este siempre se molestaba en sucumbir a lo que Max le impusiera. Humillaciones en público, revelar pequeños secretos de la forma menos agradable, asistir a lugares poco agraciados e incluso soportar largas horas de charla con Max, quiero decir, oír a Max únicamente hablar de algo grotesco. En estos casos, lo que su víctima detestara oír, Max lo llevaba a cabo. Podríamos resumir en este pequeño párrafo lo que Max solía hacer, lo demás es totalmente grotesco e insensible. Todo plan macabro y grotesco le salía como el esperaba. Destruía a aquella persona sentimental, mental y físicamente (esto era el resultado de dicha tortura que Max les inculcaba. Se auto lastimaban cuando creían que nada más podría dañarles y era lo que faltaba para unir las piezas de aquel rompecabezas infernal, daño físico) Todo aquello era para Max como agua para el sediento.
La noche de ese día de Agosto, Max estuvo inquieto por saber quien era aquel muchacho que vivía frente a su casa. Era guapo, Max sabía que los muchachos le gustaban, mucho. Por estas razones sus víctimas eran en gran mayoría hombres, le resultaba placentero ver, oír y sentir como sucumbían a sus peticiones, era como si se sintiera deseado por ellos, aunque el sentimiento de ellos hacía el era solo de asco y odio.
Esa noche, esa noche, esa noche Max soñó con fuertes manos, cabellos castaños y piernas firmes, aquel muchacho le había atrapado sin el darse cuenta.
A la mañana siguiente, Max despertó poco entusiasmado. Se levantó de su gran cama y caminó llevando las plantas de sus pies descalzos fijas al suelo, se dirigía hacia el baño privado que se hallaba en un extremo de su habitación. Con cierto desgano susurró un Púdrete al reloj de pared color caoba. Era uno de esos días en los que Max no estaba de buen humor, estaba de: “Aléjate, en realidad si muerdo” aquel era un humor muy fuerte y no era exactamente bueno.
Justo a las nueve menos treinta minutos de la mañana, Max se adentró en su cuarto de estudio ¡Bien! Un lugar donde donde no ponía una etiqueta que llevara por escrito: Hola, tus padres estuvieron aquí ¡Que dicha! Un vistazo aquí, allá y por todo el lugar. Max aún no sabría cómo iniciaría con el embellecimiento de su pequeño, pero valioso cuarto de estudio.
Max había oído que en cuanto te mudas a una casa, una de las primeras cosas que debes hacer es revisar el sótano. Bueno, tal vez ese lugar también sea una tierra virgen (salva de haber sido amueblada por sus padres) y si cuenta con mucha suerte, tal vez allí haya un par de cosas que sirvan para el embellecimiento de su cuarto de estudio. Max podría bien ir hasta el centro y comprar lo necesario para aquello, pero él es de aquellas personas que siguen mitos urbanos y siguen al pie de la letra un manual de instrucciones. Por muy estúpido que parezca ser el resultado que esperas.
Se preguntarán cómo solían ser aquellos días en los que Max llevaba en práctica sus macabros planes de tortura a sus diferentes víctimas.
***
— No estarás jugando ¿o sí? —el joven llevaba suplicándole a Max durante toda la mañana por que no tuviese que verse obligado a hacer lo que él le había pedido a cambio de no dejar al desnudo sus más ridículos secretos.
Max, con ímpetu y una sonrisa macabra dibujada en su rostro, le contestó —Deberías saberlo ya. Yo nunca bromeo, ya no es a lo que me dedico—dicho esto, caminó fuera de allí para marcharse.
¿Qué era aquello a lo que el chico se refería? Max llevaba torturándolo desde hace un par de semanas. Era uno de sus blancos fáciles, su preferido, ya que este siempre se molestaba en sucumbir a lo que Max le impusiera. Humillaciones en público, revelar pequeños secretos de la forma menos agradable, asistir a lugares poco agraciados e incluso soportar largas horas de charla con Max, quiero decir, oír a Max únicamente hablar de algo grotesco. En estos casos, lo que su víctima detestara oír, Max lo llevaba a cabo. Podríamos resumir en este pequeño párrafo lo que Max solía hacer, lo demás es totalmente grotesco e insensible. Todo plan macabro y grotesco le salía como el esperaba. Destruía a aquella persona sentimental, mental y físicamente (esto era el resultado de dicha tortura que Max les inculcaba. Se auto lastimaban cuando creían que nada más podría dañarles y era lo que faltaba para unir las piezas de aquel rompecabezas infernal, daño físico) Todo aquello era para Max como agua para el sediento.
La noche de ese día de Agosto, Max estuvo inquieto por saber quien era aquel muchacho que vivía frente a su casa. Era guapo, Max sabía que los muchachos le gustaban, mucho. Por estas razones sus víctimas eran en gran mayoría hombres, le resultaba placentero ver, oír y sentir como sucumbían a sus peticiones, era como si se sintiera deseado por ellos, aunque el sentimiento de ellos hacía el era solo de asco y odio.
Esa noche, esa noche, esa noche Max soñó con fuertes manos, cabellos castaños y piernas firmes, aquel muchacho le había atrapado sin el darse cuenta.
hollander.
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