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Collide.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Collide.
Nombre: Collide.
Autor: Wallflower / Copeland
Adaptación: No
Género: Drama / Romance
Advertencias: Alerta, lenguaje vulgar y escenas explicitas, con contenido fuerte.
Otras páginas: No.
Autor: Wallflower / Copeland
Adaptación: No
Género: Drama / Romance
Advertencias: Alerta, lenguaje vulgar y escenas explicitas, con contenido fuerte.
Otras páginas: No.
Collide
En el fondo siempre supe que enamorarme de él era peligroso, que sentir sus labios contra la piel de mi cuello era un mal presagio, sin embargo para el momento en el que me di cuenta era muy tarde, me había envuelto más en sus enmarañadas redes, cada segundo que pasaba con él me estaba poniendo a prueba, quería ver que tan lejos podía llegar, quería ser valiente.
Todas las decisiones que tome me atrajeron hacia él, todo lo que soy se lo debo a él.
Él era malo, él era peligroso, él ponía mi vida en peligro, un peligro que aumentaba cada vez más al estar con él y sin embargo no me importaba, yo podría morir en cualquier momento por estar con él.
Todos mis sentidos me decían que me alejara, todo mi cuerpo se esforzaba en rechazarle y sin embargo me sentía atraída a él como si de un imán se tratara, mientras la parte racional de mi cerebro me gritaba que me alejara, había otra parte que me indicaba que me quedara cerca, una parte que termino por cubrirme por completo.
¿Qué pasa cuando el fuego conoce el hielo? ¿El fuego derrite el hielo o el hielo apaga el fuego?
Todas las decisiones que tome me atrajeron hacia él, todo lo que soy se lo debo a él.
Él era malo, él era peligroso, él ponía mi vida en peligro, un peligro que aumentaba cada vez más al estar con él y sin embargo no me importaba, yo podría morir en cualquier momento por estar con él.
Todos mis sentidos me decían que me alejara, todo mi cuerpo se esforzaba en rechazarle y sin embargo me sentía atraída a él como si de un imán se tratara, mientras la parte racional de mi cerebro me gritaba que me alejara, había otra parte que me indicaba que me quedara cerca, una parte que termino por cubrirme por completo.
¿Qué pasa cuando el fuego conoce el hielo? ¿El fuego derrite el hielo o el hielo apaga el fuego?
- Hola:
- Ya se que nadie va a leer la novela, pero en realidad es una historia que tenía hace tiempo hecha fanfic, pero decidí hacerla novela original, igual aunque no tenga lectoras actualizare, so esop.
Última edición por Wallflower. el Lun 13 Oct 2014, 8:58 pm, editado 1 vez
wasteland
Re: Collide.
Uno.
Escuela
Una palabra tortuosa, que he estado evitando por ochenta y tres días.
Escuela
Un sonido que no ansiaba escuchar.
Escuela
Un lugar que no he visto desde el día del accidente.
No me he detenido a pensar en cuanto me afecta la palabra, antes solía ser un lugar seguro, un lugar en el que aprendía cosas, un lugar agrado para hacer amigos.
Ahora es el lugar al que más miedo le tengo, el lugar que aterra mis pesadillas y se apodera de mis horas más oscuras.
Durante el verano todos olvidaron el accidente, nadie recuerda que paso, en realidad lo dejaron escondido en un pequeño lugar de sus cerebros, yo no podía darme ese lujo, mientras que el verano de toda la escuela había estado rodeado de sol, lujos, viajes, fiestas y amigos, el mío había estado rodeado de doctores, psiquiatras, pesadillas y medicamentos, mientras que yo me pase los últimos ochenta y tres días tratando de olvidar, ellos se pasaron los últimos ochenta y tres días tratando de recordar.
Nadie sabe realmente que paso, nadie lo sabe, nadie lo sabrá, salvo por mi claro, nadie salvo yo y esa no es una información que me gustaría compartir con nadie.
— ¿Charlie? —la voz de mi padre me despierta de mi enmismamiento.
—Perdón, me distraje un poco. —puedo ver la preocupación en el rostro de mi padre. —me voy a arreglar.
Subo las escaleras sin escuchar lo que dice papá a mis espaldas, corro a mi baño y abro el agua caliente, no me molesto en abrir la fría, no tiene propósito, lavo mi cuerpo y mi cabello con mi juego de Vainilla y azúcar, ese olor siempre es relajante, me obliga a respirar. Toco mi cintura, la cicatriz sigue ahí, veo mi hombro y visualizo el circulo semi perfecto, secuelas de accidente, sacudo los pensamientos y salgo de mi ducha envuelta en una toalla azul, mi cuarto es definitivamente mi lugar favorito, ese y el baño son mis lugares en donde me siento segura.
Por una parte el baño es cómodo y frío, con sus baldosas ligeramente azules y sus paredes blancas, una pequeña regadera y una bañera, amo estar en la bañera, desenreda mis nudos. Camino hacia el lavabo y cepillo mis dientes, me veo en el pequeño espejo ovalado, mi piel es sumamente pálida y se pueden ver los círculos violáceos debajo de mis ojos, si existe algo que me gusta de mi apariencia son mis pestañas, tengo los ojos muy grandes y las pestañas muy largas, supongo que estoy orgullosa de eso. Volteo mi cara al lavabo negro y respiro hondo.
Salgo del baño y veo mi habitación, las paredes son de un azul descolorido y el simple hecho de ver el pizarrón de corchos hace que se me haga un nudo en la garganta, está lleno de muestras fotos, fotos sonrientes y recuerdos que lastiman. Si existe algo que me diferencia de las demás chicas adolescentes es la falta de posters en las paredes y si me gusta la música, solo que no colecciono posters, mis paredes son simplemente azules, con cuadros, amo la fotografía y mis decoraciones son fotos que he tomado.
Camino por el suave piso de madera que cruje amistosamente bajo mi peso, me dirijo hacia el armario y busco algo de ropa, una prenda en especial me sorprende, una simple blusa color rojo, su blusa, la blusa que había usado la última noche, rápidamente la guardo secando una solitaria lagrima.
No soy una chica con mucha ropa, pero no tengo un armario pequeño y la mayoría es ropa oscura, después de observar mis opciones decidí ponerme una playera de manga corta color negro, unos jeans rotos, mis converse negras y una sudadera gris que solía pertenecer a mi padre.
Camino hacia el tocador y comienzo con mi maquillaje, nunca uso maquillaje, mis pestañas son lo suficientemente grandes al igual que mis ojos, pero tenía muchas ojeras, así que me pongo corrector, nada más y con eso estoy lista, cepillo mi corto cabello negro, es naturalmente lacio, así que no tengo problemas al solo cepillarlo, cuando estoy lista tomo mi mochila negra colgándomela al hombro y salgo de mi cuarto.
Bajo silenciosamente las escaleras, mi padre ya no está, así que camino hacia a cocina y veo su nota: “Charlie: ya no hay comida, te dejo dinero para tu almuerzo y para que hagas la despensa, no sé a qué hora voy a llegar, no me esperes despierta. –Con amor papá”
Suspiro y tomo los billetes, después de ver unas tostadas en la mesa, sin dudarlo muerdo una y continuo comiendo la segunda mientras camino por el estrecho pasillo que lleva hacia el porche, tomo las llaves de mi camioneta que se encuentran en un tazón a la entrada y salgo asegurándome de poner el seguro. Entro a mi vieja y oxidada pick-up que solía ser roja, ahora manchada, reviso la hora, son las siete y media, la escuela comienza dentro de una hora, así que voy con tiempo, pongo la llave e inicio el motor, pongo algo de música mientras espero a que el motor se caliente y suspiro, mi suspiro se convierte en vaho, algo típico de Maywood, si existe algo que nos caracteriza es el fío y la lluvia.
Arranco el coche y volteo ansiosamente hacia ambos lados, cuando mis padres eran jóvenes querían vivir alejados de las personas, pensaron que así sería más tranquilo, sinceramente a mí me daba miedo, nuestro vecino más cercano se encontraba a cinco kilómetros, si algún día un psicópata se atreviera a matarme en mi casa los gritos serían sofocados.
Mientras voy hacia la escuela no puedo evitar sentir una gran presión en el estómago y el pecho, no estaba lista para volver.
Llego en menos de lo que tengo planeado, así que escojo un lugar cercano a la entrada del colegio. La lluvia comienza a caer recia y no parece que vaya a parar pronto, así que corro hacia el edificio y entro a la dirección para recoger mi horario y numero de casillero. Sarah la vieja asistente me ve con ojos tristes mientras me entrega los documentos, yo finjo una sonrisa cuando me pregunta como estoy, después salgo de la dirección y me dirijo al casillero indicado. Una vez ahí saco de mi mochila una pluma y anoto mi horario en la palma de la mano, solo espero que no se borre.
Comienzo a poner cosas dentro y siento como alguien llega a mis espaldas.
— ¿Charlie? —escucho una conocida voz a mis espaldas. Es Alexis.
Su cabello rubio suave esta despeinado con chinos por toda su cara y su perfecta piel bronceada brilla, haciendo que sus músculos se vean prominentes, la cicatriz de su mejilla ha sanado, pero aun es lo suficientemente notable.
—Pensé que no regresarías a la escuela, quiero decir después de, sabes mejor olvídalo ¿Cómo pasaste el verano? ¿Cómo has estado? —Es obvio que Alexis aun lo recuerda y el pobre lucha por encontrar sus palabras.
—Estoy bien —lo corto antes de que pueda continuar —Veo que tu cicatriz ha sanado —decido ponerlo incómodo y salir del pasillo hacia la clase de inglés avanzado.
—Charlie —Alexis vuelve a tocarme del hombro y me hace girar para encararlo.
— ¿Si?
—Siéntate conmigo en el almuerzo —dice, pero suena más como una orden.
—Está bien —tomo mi mochila y me doy la vuelta hacia el salón.
Puedo ver a todos los chicos de la escuela, tan sonrientes, tan felices, son unos egoístas ¿Por qué pueden olvidar? ¿Por qué yo tengo que recordarlo todo? No es justo, viven en el olvido y yo en el triste recuerdo, un triste y solitario milagro en aquel accidente. Mi lápiz amarillo se rompe y me doy cuenta de algo importante, ellos no son los egoístas, yo soy la egoísta, soy la única que no puede olvidar ese día y no puedo dejar que mi mal humor arruine la vida de todos.
Camino decidida hacia el salón, donde un sonriente profesor Goode me espera en la puerta para estrechar mi mano, acto que hace por cortesía, pero que me pone sumamente incomoda. Después de estrechar su mano me dirijo a los asientos de en medio, puesto que nadie le presta atención a los de en medio, comienzo a jugar distraídamente con los cordones de mi cartera, hasta que su olor inunda mis fosas nasales, una mezcla de jabón y especias, sumamente agradable, sin dudar un segundo mis ojos se dirigen a la puerta, donde lo veo entrar, su andar refleja confianza y mientras toma su sitio en el asiento junto a la ventana puedo ver sus ojos, esos intrigantes y misteriosos ojos verdes y opacos, casi muertos, puedo sentir su mirada clavada en la mía y su intensidad me asusta, haciendo que rompa el contacto visual.
—Voy a pasar lista y les asignare su primera tarea del año. —la voz del señor Goode me devuelve a la realidad. — ¿Señorita Charlie Parks? —pregunta y yo tímidamente levanto mi mano.
—Presente.
—Señor I…
—Solo dígame cuatro —La voz del chico en la ventana me sobre salta, es grave, pero al mismo tiempo melodiosa, como un dulce ronroneo a la mitad de la noche.
—Muy bien señor Cuatro —el señor Goode ahoga una risa y teclea en su viejo ordenador el cambio de nombre.
Cuatro ¿Cuánto misterio puede guardar un nombre?
El resto de la clase trato de concentrarme en la lección, sin embargo me encuentro perdida en la mirada de cuatro.
El fin de la clase es marcado por una campana y cuatro se apresura a salir del salón como si este estuviera en llamas, definitivamente encuentro algo muy extraño en él.
El resto del día trato de prestar atención a las lecciones, sin embargo comienzo a dibujar en la parte trasera del cuaderno de matemáticas a Cuatro, su cabello negro que cubre la mitad de su cara, su piel pálida y facciones perfectas, esa gruesa boca tensada en una línea recta, con sus pequeños lunares y completamente vestido de negro, con su saco color gris, por ultimo dibujo sus ojos, esos ojos verdes vacíos que tanto me intrigan.
Una campana diferente marca el inicio del receso y yo camino hacia la cafetería donde me encuentro a Alexis y su grupo de baseball, está demasiado concentrado hablando con ellos que dudo recuerde nuestro acuerdo, así que camino hacia mi casillero para sacar el almuerzo que me dejo mi padre; un sándwich de mantequilla de maní y mermelada, algo muy ligero. Veo de reojo a cuatro mirándome a través del pasillo, me mira fijamente mientras enciende y apaga un encendedor, rápidamente cierro mi casillero y salgo de su campo de visión.
No hay espacio en la cafetería y considero mis opciones; A) Puedo ir a comer al baño y B) Podría ir a tomar mi lunch al estadio. Me decido por la última opción.
Salgo al frio aire de Maywood y el baño ahora parece la mejor opción, pero igualmente decido sentarme en la banca más alta.
Comienzo a mordisquear mi almuerzo incómodamente, por lo que decido colocarme mis audífonos, Sky Ferreira comienza a sonar por los auriculares y yo muevo mi cabeza con la música. Termino mi almuerzo y suspiro audiblemente solo por el placer de ver mi aliento convertido en pequeñas nubes frías.
Comienza a lloviznar por lo que decido meterme a la escuela, pero lamentablemente los charcos ya se han comenzado a formar, haciendo que resbale en el último, me resigno a caer por lo que pongo las manos y cierro los ojos, sin embargo nunca toco el suelo, lentamente abro un ojo después del otro para observar que detuvo mi caída, justo en frente mío encuentro sus fríos ojos verdes. Cuatro.
Una palabra tortuosa, que he estado evitando por ochenta y tres días.
Escuela
Un sonido que no ansiaba escuchar.
Escuela
Un lugar que no he visto desde el día del accidente.
No me he detenido a pensar en cuanto me afecta la palabra, antes solía ser un lugar seguro, un lugar en el que aprendía cosas, un lugar agrado para hacer amigos.
Ahora es el lugar al que más miedo le tengo, el lugar que aterra mis pesadillas y se apodera de mis horas más oscuras.
Durante el verano todos olvidaron el accidente, nadie recuerda que paso, en realidad lo dejaron escondido en un pequeño lugar de sus cerebros, yo no podía darme ese lujo, mientras que el verano de toda la escuela había estado rodeado de sol, lujos, viajes, fiestas y amigos, el mío había estado rodeado de doctores, psiquiatras, pesadillas y medicamentos, mientras que yo me pase los últimos ochenta y tres días tratando de olvidar, ellos se pasaron los últimos ochenta y tres días tratando de recordar.
Nadie sabe realmente que paso, nadie lo sabe, nadie lo sabrá, salvo por mi claro, nadie salvo yo y esa no es una información que me gustaría compartir con nadie.
— ¿Charlie? —la voz de mi padre me despierta de mi enmismamiento.
—Perdón, me distraje un poco. —puedo ver la preocupación en el rostro de mi padre. —me voy a arreglar.
Subo las escaleras sin escuchar lo que dice papá a mis espaldas, corro a mi baño y abro el agua caliente, no me molesto en abrir la fría, no tiene propósito, lavo mi cuerpo y mi cabello con mi juego de Vainilla y azúcar, ese olor siempre es relajante, me obliga a respirar. Toco mi cintura, la cicatriz sigue ahí, veo mi hombro y visualizo el circulo semi perfecto, secuelas de accidente, sacudo los pensamientos y salgo de mi ducha envuelta en una toalla azul, mi cuarto es definitivamente mi lugar favorito, ese y el baño son mis lugares en donde me siento segura.
Por una parte el baño es cómodo y frío, con sus baldosas ligeramente azules y sus paredes blancas, una pequeña regadera y una bañera, amo estar en la bañera, desenreda mis nudos. Camino hacia el lavabo y cepillo mis dientes, me veo en el pequeño espejo ovalado, mi piel es sumamente pálida y se pueden ver los círculos violáceos debajo de mis ojos, si existe algo que me gusta de mi apariencia son mis pestañas, tengo los ojos muy grandes y las pestañas muy largas, supongo que estoy orgullosa de eso. Volteo mi cara al lavabo negro y respiro hondo.
Salgo del baño y veo mi habitación, las paredes son de un azul descolorido y el simple hecho de ver el pizarrón de corchos hace que se me haga un nudo en la garganta, está lleno de muestras fotos, fotos sonrientes y recuerdos que lastiman. Si existe algo que me diferencia de las demás chicas adolescentes es la falta de posters en las paredes y si me gusta la música, solo que no colecciono posters, mis paredes son simplemente azules, con cuadros, amo la fotografía y mis decoraciones son fotos que he tomado.
Camino por el suave piso de madera que cruje amistosamente bajo mi peso, me dirijo hacia el armario y busco algo de ropa, una prenda en especial me sorprende, una simple blusa color rojo, su blusa, la blusa que había usado la última noche, rápidamente la guardo secando una solitaria lagrima.
No soy una chica con mucha ropa, pero no tengo un armario pequeño y la mayoría es ropa oscura, después de observar mis opciones decidí ponerme una playera de manga corta color negro, unos jeans rotos, mis converse negras y una sudadera gris que solía pertenecer a mi padre.
Camino hacia el tocador y comienzo con mi maquillaje, nunca uso maquillaje, mis pestañas son lo suficientemente grandes al igual que mis ojos, pero tenía muchas ojeras, así que me pongo corrector, nada más y con eso estoy lista, cepillo mi corto cabello negro, es naturalmente lacio, así que no tengo problemas al solo cepillarlo, cuando estoy lista tomo mi mochila negra colgándomela al hombro y salgo de mi cuarto.
Bajo silenciosamente las escaleras, mi padre ya no está, así que camino hacia a cocina y veo su nota: “Charlie: ya no hay comida, te dejo dinero para tu almuerzo y para que hagas la despensa, no sé a qué hora voy a llegar, no me esperes despierta. –Con amor papá”
Suspiro y tomo los billetes, después de ver unas tostadas en la mesa, sin dudarlo muerdo una y continuo comiendo la segunda mientras camino por el estrecho pasillo que lleva hacia el porche, tomo las llaves de mi camioneta que se encuentran en un tazón a la entrada y salgo asegurándome de poner el seguro. Entro a mi vieja y oxidada pick-up que solía ser roja, ahora manchada, reviso la hora, son las siete y media, la escuela comienza dentro de una hora, así que voy con tiempo, pongo la llave e inicio el motor, pongo algo de música mientras espero a que el motor se caliente y suspiro, mi suspiro se convierte en vaho, algo típico de Maywood, si existe algo que nos caracteriza es el fío y la lluvia.
Arranco el coche y volteo ansiosamente hacia ambos lados, cuando mis padres eran jóvenes querían vivir alejados de las personas, pensaron que así sería más tranquilo, sinceramente a mí me daba miedo, nuestro vecino más cercano se encontraba a cinco kilómetros, si algún día un psicópata se atreviera a matarme en mi casa los gritos serían sofocados.
Mientras voy hacia la escuela no puedo evitar sentir una gran presión en el estómago y el pecho, no estaba lista para volver.
Llego en menos de lo que tengo planeado, así que escojo un lugar cercano a la entrada del colegio. La lluvia comienza a caer recia y no parece que vaya a parar pronto, así que corro hacia el edificio y entro a la dirección para recoger mi horario y numero de casillero. Sarah la vieja asistente me ve con ojos tristes mientras me entrega los documentos, yo finjo una sonrisa cuando me pregunta como estoy, después salgo de la dirección y me dirijo al casillero indicado. Una vez ahí saco de mi mochila una pluma y anoto mi horario en la palma de la mano, solo espero que no se borre.
Comienzo a poner cosas dentro y siento como alguien llega a mis espaldas.
— ¿Charlie? —escucho una conocida voz a mis espaldas. Es Alexis.
Su cabello rubio suave esta despeinado con chinos por toda su cara y su perfecta piel bronceada brilla, haciendo que sus músculos se vean prominentes, la cicatriz de su mejilla ha sanado, pero aun es lo suficientemente notable.
—Pensé que no regresarías a la escuela, quiero decir después de, sabes mejor olvídalo ¿Cómo pasaste el verano? ¿Cómo has estado? —Es obvio que Alexis aun lo recuerda y el pobre lucha por encontrar sus palabras.
—Estoy bien —lo corto antes de que pueda continuar —Veo que tu cicatriz ha sanado —decido ponerlo incómodo y salir del pasillo hacia la clase de inglés avanzado.
—Charlie —Alexis vuelve a tocarme del hombro y me hace girar para encararlo.
— ¿Si?
—Siéntate conmigo en el almuerzo —dice, pero suena más como una orden.
—Está bien —tomo mi mochila y me doy la vuelta hacia el salón.
Puedo ver a todos los chicos de la escuela, tan sonrientes, tan felices, son unos egoístas ¿Por qué pueden olvidar? ¿Por qué yo tengo que recordarlo todo? No es justo, viven en el olvido y yo en el triste recuerdo, un triste y solitario milagro en aquel accidente. Mi lápiz amarillo se rompe y me doy cuenta de algo importante, ellos no son los egoístas, yo soy la egoísta, soy la única que no puede olvidar ese día y no puedo dejar que mi mal humor arruine la vida de todos.
Camino decidida hacia el salón, donde un sonriente profesor Goode me espera en la puerta para estrechar mi mano, acto que hace por cortesía, pero que me pone sumamente incomoda. Después de estrechar su mano me dirijo a los asientos de en medio, puesto que nadie le presta atención a los de en medio, comienzo a jugar distraídamente con los cordones de mi cartera, hasta que su olor inunda mis fosas nasales, una mezcla de jabón y especias, sumamente agradable, sin dudar un segundo mis ojos se dirigen a la puerta, donde lo veo entrar, su andar refleja confianza y mientras toma su sitio en el asiento junto a la ventana puedo ver sus ojos, esos intrigantes y misteriosos ojos verdes y opacos, casi muertos, puedo sentir su mirada clavada en la mía y su intensidad me asusta, haciendo que rompa el contacto visual.
—Voy a pasar lista y les asignare su primera tarea del año. —la voz del señor Goode me devuelve a la realidad. — ¿Señorita Charlie Parks? —pregunta y yo tímidamente levanto mi mano.
—Presente.
—Señor I…
—Solo dígame cuatro —La voz del chico en la ventana me sobre salta, es grave, pero al mismo tiempo melodiosa, como un dulce ronroneo a la mitad de la noche.
—Muy bien señor Cuatro —el señor Goode ahoga una risa y teclea en su viejo ordenador el cambio de nombre.
Cuatro ¿Cuánto misterio puede guardar un nombre?
El resto de la clase trato de concentrarme en la lección, sin embargo me encuentro perdida en la mirada de cuatro.
El fin de la clase es marcado por una campana y cuatro se apresura a salir del salón como si este estuviera en llamas, definitivamente encuentro algo muy extraño en él.
El resto del día trato de prestar atención a las lecciones, sin embargo comienzo a dibujar en la parte trasera del cuaderno de matemáticas a Cuatro, su cabello negro que cubre la mitad de su cara, su piel pálida y facciones perfectas, esa gruesa boca tensada en una línea recta, con sus pequeños lunares y completamente vestido de negro, con su saco color gris, por ultimo dibujo sus ojos, esos ojos verdes vacíos que tanto me intrigan.
Una campana diferente marca el inicio del receso y yo camino hacia la cafetería donde me encuentro a Alexis y su grupo de baseball, está demasiado concentrado hablando con ellos que dudo recuerde nuestro acuerdo, así que camino hacia mi casillero para sacar el almuerzo que me dejo mi padre; un sándwich de mantequilla de maní y mermelada, algo muy ligero. Veo de reojo a cuatro mirándome a través del pasillo, me mira fijamente mientras enciende y apaga un encendedor, rápidamente cierro mi casillero y salgo de su campo de visión.
No hay espacio en la cafetería y considero mis opciones; A) Puedo ir a comer al baño y B) Podría ir a tomar mi lunch al estadio. Me decido por la última opción.
Salgo al frio aire de Maywood y el baño ahora parece la mejor opción, pero igualmente decido sentarme en la banca más alta.
Comienzo a mordisquear mi almuerzo incómodamente, por lo que decido colocarme mis audífonos, Sky Ferreira comienza a sonar por los auriculares y yo muevo mi cabeza con la música. Termino mi almuerzo y suspiro audiblemente solo por el placer de ver mi aliento convertido en pequeñas nubes frías.
Comienza a lloviznar por lo que decido meterme a la escuela, pero lamentablemente los charcos ya se han comenzado a formar, haciendo que resbale en el último, me resigno a caer por lo que pongo las manos y cierro los ojos, sin embargo nunca toco el suelo, lentamente abro un ojo después del otro para observar que detuvo mi caída, justo en frente mío encuentro sus fríos ojos verdes. Cuatro.
wasteland
Re: Collide.
¡Ame completamente esta historia! por dios, ¿como aun no puede tener lectoras? es completamente genial. Land (si, no me he olvidado como te decía) eres simplemente genial escribiendo ¿como tienes ideas tan geniales? dime tu secreto, yo simplemente estoy seca jaja. Bueno, aquí me tienes para quedarme, porque es una idea espectacular y no me la perderé ni un segundo. Estaré esperando que la actualices a cada segundo.
besos, islandia c:
besos, islandia c:
changkyun.
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