Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación

me encanto el maraton =) gracias,siguela pronto

ESPERANDO MAS CAAAPIIIIIIIISS

oooooooooooooooooooooookiiiiiiiissssss

jajaja me imagino la cara de Nick O.O
jajaja Siguela!

esperando capis

ESPERANDO CAPIS

Siguela!

siiii maraton =)

Maraton!

1/5

Desconcertada, entró en el dormitorio. Nick estaba tumbado en la cama, de espaldas a ella. La televisión estaba encendida, aunque sin volumen. Evidentemente, Nick había decidido que __________ pensaba pasar un buen rato en el cuarto de baño.
-Ya puedes apagar la televisión, Nick, ya estoy lista -se colocó al otro lado de la cama y esperó a que Nick apagara la televisión y se diera la vuelta.
Esperó unos segundos más. -¿Nick?
Nick no contestó.
La desilusión la envolvía como una toalla empapada mientras rodeaba la cama. -Se interpuso entre su marido y la televisión y vio que Nick tenía los ojos cerrados y respiraba pausadamente.
Se había dormido.
Apretó los labios con fuerza. Se inclinó sobre él, posó la mano en su hombro y lo sacudió.
- Nada. Lo intentó con más fuerza, pero no hubo respuesta.
Nick continuaba completamente ajeno a todo lo que pasaba en el mundo.
Y completamente ajeno a ella.
__________ dejó escapar un suspiro entrecortado mientras apagaba la televisión y regresaba al cuarto de baño para cambiarse.
Cuando salió del baño, miró por encima del hombro por última vez, esperando que Cruz se hubiera despertado. Pero su marido continuaba durmiendo.
Luchando contra las lágrimas, bajó a quitar la mesa.
5
-Anoche me quedé dormido, ¿verdad?
Savannah le sorprendió oír a Cruz cuando entró a la mañana siguiente en la cocina.
No esperaba encontrárselo en casa. Normalmente, cuando ella se levantaba, su marido ya se había ido. Aquella mañana, al encontrar la cama vacía, había dado por do que se había marchado como todos los días.
Y el que se hubiera ido después de lo que había ocurrido la noche anterior o, en aquel caso, de lo que no había ocurrido, le había dolido. Pero ya estaba empezando a acostumbrarse a esa situación.
-Sí -contestó _________ mientras se acercaba a cocina-, te quedaste dormido.
Se había prometido no decir nada, porque hacerlo servía de nada. Pero las palabras parecían negarse a ser encerradas por el sentido común. Sacó un cazo el armario, dio media vuelta y añadió:
-Como todas las noches durante los... no sé, los últimos tres meses quizá. O quizá más.
La disculpa que Nick estaba a punto de ofrecerle desapareció para ser sustituida por un ceño fruncido Durante los últimos tres meses había estado más ocupado de lo habitual. Y su esposa, como contable del rancho, lo sabía.
-Mira -dijo, intentando controlar su genio-, yo no tengo la culpa de que una yegua muriera al dar a luz y de haber tenido que criar al potro. Hace falta trabajar mucho para llevar un rancho. Y yo pensaba que tú lo comprendías.
El dolor se transformó en enfado y __________ se esforzó en dominado. Se mordió la lengua para no decir nada que pudiera causar un daño irreparable a una situación ya de por sí suficientemente peligrosa.
-Sí, lo comprendo. Comprendo muchas cosas, Nick -pronunciaba cada palabra con extremo cuidado- Como que si no le dedicamos trabajo a nuestro matrimonio, no va a terminar bien.
Pero los matrimonios no necesitaban que se les dedicara ningún trabajo, pensó Nick. Precisamente, eran el lugar en el que uno se refugiaba después del trabajo. Así era como lo habían hecho sus padres. Se suponía que el matrimonio servía para permanecer cuerdo en un mundo que a menudo resultaba abrumador.
-¿De qué estás hablando?
__________ dejó el cazo en la cocina con un gesto brusco. El ruido vibró en toda la cocina.
-De nosotros, Nick. Estoy hablando de nosotros -sintió un sollozo en la garganta-.Aunque ya no sé si puedo hablar de «nosotros». Supongo que ahora sólo puedo hablar de Luke y de mí y de ti y el rancho.
Nick nunca había podido comprender aquellos dramas que montaban las mujeres. Sentía haberse quedado dormido la noche anterior. Por supuesto que él quería haber estado con ella. Pero __________ estaba sacando quicio aquel incidente. Al fin y al cabo, no lo había hecho a propósito. Sencillamente, estaba cansado.
-Estás diciendo tonterías, ___________.
Aquella acusación la hirió. Con los ojos relampagueante. __________ puso los brazos en jarras, controlando las ganas de darle un bofetón.
- ¿Ah, sí? Bueno, quizá sea algo propio de las esposas solteras.
- _Esposas solteras? -realmente, estaba diciendo tonterías-. ¿Qué demonios es eso?
-son mujeres que están casadas, pero que no ven a sus maridos -lo fulminó con una mirada acusadora-Como yo, Nick.
Nick extendió las manos. No tenía la menor idea de cómo manejar la situación.
-¿Que nunca ven a sus maridos? ¿Entonces esto qué es? – se señaló a sí mismo.
___________ alzó las manos con un gesto de exasperación.
- Por lo que a mí me afecta, podría ser un holograma. Alguien que se toma una tostada por las mañanas, antes de irse a trabajar, y regresa a casa demasiado cansado para hablar o para pasar algún tiempo conmigo y con Luke.

2/5


Nick ya conocía aquella canción. Y no tenía tiempo para seguir hablando del tema.
-Ya te he dicho que te resarciré más adelante -tomó aire y lo intentó de nuevo. No se había quedado esperando a que __________ se levantara para discutir. Lo qué él quería era despejar el ambiente, no multiplicar su enfado- Sólo tienes que esperar _ que la situación se relaje un poco.
___________ rió secamente y sacudió la cabeza. ¿Cuándo había oído eso antes?
-En este momento, llevas tanto atraso que tendrías que pasar cada minuto del día y de la noche con nosotros hasta Navidad para poder recuperar el tiempo perdido. Aunque claro, comprendo que es imposible, porque en cuanto te despiertas sales a ver a tus caballos.
Lo miró. Las lágrimas de enfado amenazaban con desbordarse. Desesperada por volver a formar parte de su vida, avanzó hacia él. .
-Si fuera una mujer, Nick, sabría lo que tengo que hacer. Encontraría la manera de competir con ella. Pero no puedo competir con un rancho, con un sueño. No sé cómo hacerlo.
Con toda la sutileza de la que fue capaz, Nick miró el reloj. Ya era muy tarde. Se había quedado en casa con la esperanza de poder disculparse cuando bajara ____________. Pero, evidentemente, las cosas no habían salido bien.
Desde luego, había tenido ideas mejores, decidió Nick.
Las mujeres siempre habían sido un misterio para él. Eran dulces y complacientes, en ellas había buscado placer y también lo había dado. Para Nick, aquello era suficiente, hasta que se había enamorado de ___________.
Al principio, vivían completamente sintonizados el uno con el otro. No entendía cómo habían podido llegar a enredarse de tal manera su situación.
-No es ninguna competición, ___________ -le aseguró-.Tú siempre serás la primera. Tú y Luke. El problema es que si aflojo el ritmo de trabajo, iremos todos detrás. Los banqueros y toda esa gente que espera que pague mis deudas cada mes no aceptan excusas. 
- y con el paso del tiempo, tampoco las aceptaré yo.
Nick suspiró, a punto de estallar. Él quería que apareciera de nuevo la mujer con la que se había casado, en vez de aquella otra que sólo sabía culparlo.
-Vamos, ___________. Yo pensaba que tú estabas de mi lado. Esto lo hago por nosotros, por Luke -le dio un beso en la mejilla, tomó el sombrero que había dejado en la mesa y se lo puso-.Te prometo que las cosas no van a ser siempre así.
N0, pensó ___________ mientras lo veía abandonar la habitación. Las cosas iban a ser peor.
Había oído esa promesa anteriormente y las cosas siempre habían ido a peor. Porque Nick era incapaz de delegar, de dejar que otros hicieran su trabajo.
A no ser que se le obligara a ello.
Con un suspiro, ____________ se pasó la mano por el pelo _ Debería ir preparándose para ir a buscar a Luke.
El timbre de la puerta sonó justo en el momento en el que Vanessa acababa de agarrar el bolso y sacar las llaves del coche. Se detuvo un momento. No esperaba a nadie aquella tarde.
Pensaba acercarse a casa de ____________. No había quedado con ella, pero eran amigas y podía presentarse en su casa sin avisar.
Aunque, en realidad, no se habían visto mucho últimamente. Era como si, con la llegada del segundo embarazo, ________ se hubiera encerrado en sí misma.
Vanessa estaba muy preocupada por su amiga. Últimamente la veía muy pálida. Pálida y triste. Ésa era una de las razones de la visita. Si su amiga estaba pasando un momento difícil con Nick, lo menos que podía hacer por ella era ofrecerle un hombro sobre el que llorar.
Y tampoco le iría nada mal que entretuviera a Luke durante unas horas.
En una sala multicines de Red Rock estaban proyectando una película infantil. Y aunque la idea de estar sentada en un cine abarrotado de niños no le resultaba nada atractiva, sí le apetecía ayudar a __________.
Además, ella adoraba a Luke.
Aun así, tenía que admitir que no sabía cómo se las arreglaba Savannah para manejado. Era un niño que no paraba. Lo exploraba todo, rompía las cosas a propósito y no paraba de hacer preguntas sobre cualquier cosa. Vanessa apenas podía imaginar lo que tenía que estar pasando ____________ estando sola con el niño.
Si ella tuviera que estar con Luke veinticuatro horas al día y los siete días de la semana, no estaba segura de cómo podría sobrevivir. Desde luego, ____________ era mucho más fuerte que ella.
Tras murmurar, «un segundo», Vanessa abrió la puerta de par en par. Y la sonrisa se le quedó helada en el rostro.

3/5

Los que esperaban al otro lado de la puerta eran Gabe Thunderhawk, un policía local, y Andrea Matthews, una detective que, al menos eso pensaba Vanessa, tenía una alta opinión de sí misma. ¿Qué estarían haciendo allí?
En realidad, no podía decir que Gabe no le gustara. Era un hombre de naturaleza afable que había tenido que luchar para conseguir aquel puesto por culpa de los prejuicios de algunos ciudadanos hacia los nativos americanos. Gabe era un hombre perfectamente adecuado para el trabajo que hacía y, a diferencia de otros muchos, no había dejado que el puesto se le subiera a la cabeza.
Normalmente, un policía de una población del tamaño de Red Rock no tenía mucho que hacer.
Lo único realmente emocionante había ocurrido verano anterior, cuando Gabe había encontrado a Jenkins. Aquella anciana de ochenta y siete años que había alejado de su casa en medio de la noche. Se - había arreglado para llegar a las afueras de la ciudad y, a juzgar por su dirección, se había dirigido hacia San Antonio, descalza y en camisón. Gabe había pasado toda la noche y gran parte del día siguiente buscándola, siguiendo su rastro utilizando las mismas técnicas de las que se servían sus ancestros para conseguir comida.
En realidad, aquello no había sido nada más que anécdota divertida. Pero el asunto que llevaba a Gabe a su casa en aquella ocasión era completamente diferente.
Red Rock y sus habitantes contaban con un cadáver como Dios manda. Cortesía del lago Mondo, que había arrojado el cuerpo a la orilla. Y, por lo que decían los periódicos, el cadáver llevaba tres días en el lago.
De momento, sólo se sabía que no era un habitante de la zona. No se había echado a nadie de menos. La identidad del cadáver continuaba siendo un misterio. Y identidad de su asesino, un misterio mucho mayor.
Sin ninguna pista que seguir, tanto Gabe, que había sido el primer policía en aparecer en escena, como Andrea, que era la detective encargada del caso, habían establecido una incómoda alianza. A Gabe no le gustaba recibir órdenes de una mujer. Y a Andrea no le gustaban los hombres que se consideraban demasiado buenos como para recibir órdenes de una mujer.
Decididos a tolerarse el uno al otro, habían trabajado duramente hasta encontrar un punto de partida para la investigación. A causa de una marca de nacimiento que habían encontrado en el cadáver, en un principio, habían relacionado al fallecido con el padre de Vanessa, algo que a ésta la había enfurecido. Todo el mundo sabía que Ryan Fortune era un pilar de la comunidad.
Habían llevado a su padre al lago y lo habían interrogado, como si pensaran que podrían obligado a admitir el crimen tras abrumado a preguntas.
Vanessa les dirigió a los recién llegados una mirada en absoluto amistosa. Mantuvo la puerta entreabierta cuando, normalmente, la habría abierto por completo y los habría invitado a pasar. Por lo menos a Gabe, que era al que mejor conocía. Andrea siempre había sido una mujer muy reservada, una mujer que parecía querer demostrar algo.
-Hola, Gabe. Detective Matthews -saludó a ambos con la cabeza sin soltar el pomo de la puerta.
Gabe parecía sentirse ligeramente incómodo. Los Fortune no eran gente con la que uno pudiera meterse a la ligera, y eso era precisamente lo que estaba haciendo. Confiado en sus habilidades y decidido a alcanzar algún día el rango de detective, aquel oficial de policía no tenía ningún inconveniente en amoldarse al mundo del hombre blanco, que era como su padre se refería a cualquiera que no perteneciera a su tribu.
Gabe miró el bolso y las llaves que llevaba Vanessa en la mano.
-¿Ibas a alguna parte?
-Pues la verdad es que sí -miró hacia el coche-y llego tarde.
Lo último no era cierto, pero no le apetecía tener que enfrentarse a lo que sospechaba que se avecina.
-No la entretendremos mucho tiempo –dijo Andrea resueltamente. Miró por encima del hombro de Vanessa hacia el interior de la casa-¿Le importa que entremos?
En realidad no era una pregunta y Vanessa lo sabía. Con muy pocas palabras, Andrea le estaba dejando claro que quería que los dejara pasar.
Vanessa reprimió un «sí, me importa», pero no se molestó en disimular un suspiro mientras retrocedía para dejarles pasar.
Andrea fue la primera en entrar, seguida por Gabe, que le dirigió a Vanessa una sonrisa a modo de disculpa mientras cruzaba el umbral.
Por naturaleza, Vanessa era una mujer extrovertida y siempre dispuesta a colaborar. Pero también era extremadamente protectora con todos aquellos a los amaba y, por alguna razón injusta, aquella investigación parecía tener como objetivo a su padre, un hombre que no mataría a una mosca a no ser que la viera apuntándolo con una pistola. E, incluso en ese caso, antes intentaría desarmada.
Miró a los dos intrusos con los ojos entrecerrados.
-¿Qué quieren saber?
Gabe fue directamente al grano. No conocía otra manera de hacer las cosas.
-¿Tu padre se ha comportado de manera extraña últimamente?
El primer impulso de Vanessa fue negado. El problema era, sin embargo, que la pregunta de Gabe tenía algún sentido. Últimamente, su padre se estaba comportando de manera extraña. Llevaba una temporada inusualmente callado. Tanto que sus hermanos estaban preocupados por la posibilidad de que pudiera pasarle algo.
Pero sus especulaciones jamás habían apuntado hacia la ridícula idea de un asesinato. Sus hermanos pensaban que quizá su matrimonio con Lily, su tercera esposa, que había sido también el amor de su juventud, no estaba funcionando por algún motivo y que ése era el motivo de la tristeza y la preocupación de su padre.
A veces, Vanessa sabía que era preferible que los sueños no se hicieran realidad.
Pero no iba a decirles nada parecido ni a Gabe ni a la detective de pelo moreno y rizado con la que trabajaba. Si por algún motivo el matrimonio de su padre no iba bien, eso no era asunto suyo.
-Mi padre está como siempre. No he notado nada extraño en su conducta -y su tono dejaba muy claro que daba el tema-por zanjado.
Pero Andrea no estaba dispuesta a dejar el tema. La detective sacó una libreta del bolsillo de la chaqueta y revisó las notas que había tomado anteriormente. -Algunas de las personas que trabajan para él dicen que últimamente lo han visto preocupado, distante.
Vanessa alzó la cabeza bruscamente. Parecía una tigresa preparada para defender a sus cachorros.
-Mi padre tiene muchas responsabilidades. A veces resulta difícil que todo vaya bien. Sobre todo cuando quieres entregarte al cien por cien a todo lo que haces -miró a Gabe que, a su juicio, conocía mucho mejor a los Fortune que la distante Matthews-. Si es culpable de algo, es de trabajar demasiado y de ser excesivamente generoso -miró a Andrea con los ojos entrecerrados-. Puedo proporcionarle una lista las organizaciones benéficas con las que colabora si usted quiere.
-.No es necesario -contestó la detective lacónicamente - No estamos investigando sus contribuciones -solo queremos respuestas.
Vanessa se irguió al oír aquella contestación. -¿Tiene algo en concreto que preguntarme, detective Matthews?
-No -contestó Gabe, antes de que Andrea pudiera contestar.
Hasta entonces, sólo estaban intentando encontrar sentido a lo ocurrido. Todavía estaban revisando los ficheros de personas desaparecidas, por si alguna de ellas tenía una marca de nacimiento como la del cadáver que habían encontrado. De momento, no servía de nada intentar comprobar todos los movimientos hechos durante los últimos dos meses por uno de hombres más respetados de la ciudad.
Andrea lo fulminó con la mirada, pero no lo contradijo. Aquello le sorprendió.
- De acuerdo, Gabe - Vanessa ignoró deliberadamente a la detective- ¿Por qué no vuelves cuando algo más concreto? Hasta entonces...
Gabe sabía que Andrea estaba enfadada por aquel desaire. Se acercó a Vanessa y sacó cuatro fotografías del cadáver. En ninguna de ellas era muy reconocible, pero la marca de nacimiento que habían descubierto en su nalga derecha había sido ampliada digitalmente. Se la mostró a Vanessa para que la viera. -¿Reconoces esta marca?
Vanessa no tenía ningún interés en ver un cadáver que había estado sumergido tantos días en el agua que apenas quedaba nada de él que resultara reconocible.
Mientras batallaba con su propio enfado, fijó la mirada en Andrea.
-Supongo que esa respuesta ya la tienes, pues caso contrario, no estaríais en mi casa, haciendo preguntas no demasiado sutiles sobre mi padre. ¿Tengo un pariente desaparecido con la misma marca de cimiento? No. ¿Tengo la menor idea de quién puede ser esa persona? La respuesta sigue siendo no. Y pongo que no hace falta decir que tampoco tengo menor idea de quién ha podido matarlo -miró hacia Gabe-. O, incluso, si lo han matado. A lo mejor cayó de un barco en alguna parte y se ahogó antes de llegar a la orilla -para ella, era una hipótesis tan buena como cualquier otra.
-Sí, podría haberse caído de una embarcación -contestó Andrea lacónica-, pero no se ahogó. Antes le dispararon.
Vanessa ya tenía más que suficiente.
-Mi padre no se dedica a disparar a la gente. Nadie de mi familia se dedica a disparar a los demás, aunque a veces la tentación es grande.
- Vanessa... -había una nota de advertencia en la voz firme de Gabe.
Vanessa le dirigió una sonrisa radiante.
- Lo siento, no llevo muy bien que acusen veladamente de asesinato a personas a las que quiero -cerró la mano con fuerza alrededor de las llaves del coche-.Y ahora, si me perdona -se dirigía a Andrea-, como supongo que habrá notado, estaba a punto de salir cuando ha llamado a la puerta.
Al cabo de unos segundos, Andrea dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta. Pero Gabe se mantuvo varios pasos tras ella. Miró a Vanessa a los ojos.
-Sólo estoy cumpliendo con mi deber -le dijo.
-Lo sé -abrió la puerta, esperó a la que la detective saliera y la observó dirigirse hacia su coche-. Es una que no hayas podido elegir a tu acompañante este caso.
advirtió la sombra de una sonrisa en las casi siempre estoicas facciones de Gabe. Era evidente que estaba de acuerdo con ella.
Menos de una hora más tarde, Vanessa detuvo el coche en frente de casa de ___________. Todavía estaba furiosa por la visita de Gabe y de Andrea. ¿Cómo podían pensar que su padre había hecho algo que tenía ver con la muerte de un hombre? Su padre, un hombre estricto y recto como una flecha, habría sido el primero en acercarse a la oficina del sheriff si hubiera sabido algo remotamente relacionado con él. Y no sólo eso, sino que habría convocado una reunión familiar para informarlos.
Y puesto que no había convocado tal reunión, Vanessa estaba convencida de que sólo se debía a una extraña casualidad el hecho de que alguien tuviera la misma marca de nacimiento que su padre.
La realidad siempre superaba a la ficción, ¿no? Vanessa acababa de alzar la mano para llamar a la puerta cuando oyó un estrépito seguido de un grito. Ambos procedentes del interior de la casa.
Sin andarse con ceremonias, giró rápidamente el picaporte y abrió la puerta. Tenía el corazón en la gar ganta mientras recorría con la mirada el cuarto e estar.
Clavó los ojos directamente en Luke. Su ahijado llevaba una toalla atada al cuello, a modo de capa, y acababa de romper la mesita del café. La misma mesita que, hasta cinco segundos antes, estaba cubierta con un cristal y que había cedido bajo su peso.
Parecía ileso y, definitivamente, no estaba en a luto tan afectado como su madre. Era evidente que había subido a la mesa con la excusa de ejecutar alguna maniobra de vuelo propia de un superhéroe.
Vanessa corrió hacia ____________ y sacó el móvil. -¿Quieres que llame a un médico?
-tía Nessa! -exclamó Luke con un grito de alegría, aparentemente ajeno a lo que acababa de hacer de lo cerca que había estado de cortarse.
El niño comenzó a correr hacia ella. ____________ lo agarró por los hombros para detenerlo.
-Estate quieto -le ordenó.