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Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 24 de 27. • 1 ... 13 ... 23, 24, 25, 26, 27
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
Holaaaaaa lindas! muchisimas gracias por seguir acá, por leer la nove y comentar, eso vale mucho <3
Espero que les gusten los caps.
Tengo que decirles otra cosaaaaaaa, mi compu habia ido a parar al Servicie, pero no habia repuesto, estuve coo un mes sin mi bebe y todo para nada, ahora el repuesto ya llegó, se supone que solo tardar;a tres días o algo así. Aún no se cuándo la voy a llevar pero mientras pueda subiré cap todos los días.
1/3
Nick sabía que debería apartarse, dejarla pasar.
Pero no podía. Cuando ________ llegó al final de la escalera, la agarró por la muñeca.
- En vez de llevarte tus cosas a casa de Vanessa, ¿por qué no vienes tú a donde están tus cosas?
__________ no iba a reaccionar a aquella mirada. A aquella insinuación de una sonrisa. Aquello era lo que había hecho la última vez y ya sabía a dónde la había conducido. Era la viuda de un ranchero. Un ama de llaves a la que no le prestaban la menor atención.
- Te dejo, Nick.
Nick dejó escapar un silbido entre los dientes mientras hacía lo imposible para no perder el control.
-Ya hemos representado antes esta escena, __________, ¿no te acuerdas?
____________ apartó la muñeca. Y deseó poder alejar su corazón de Nick con idéntica facilidad. Pero quizá pudiera hacerlo con el tiempo, se consoló.
-No, esta versión no. Esta vez te dejo para siempre.
Nick ya no fue capaz de seguir conteniendo su genio.
-¿De qué demonios estás hablando? Ya está todo superado, ¡el otro día hicimos el amor!
Una gran cosa, gritó ___________ mentalmente. ¿En eso era en lo único que era capaz de pensar? ¿En el sexo? Dios, ¿cómo podía venderse tan barato? O, mejor dicho, ¿cómo podía haberse vendido ella a tan poco precio?
Alzó la mano y la posó en el rostro de Nick con los dedos extendidos.
-Hace cinco días, Nicholas. Hicimos el amor hace cinco días. Apareciste en casa de Vanessa hace cinco días y después nada, ni una sola palabra, ni una llamada de teléfono en todo ese tiempo. Nada.
-He estado muy ocupado -respondió, señalando con la mano hacia los establos- Si hubieras estado aquí, lo habrías visto.
Sí, habría visto cómo anteponía todo lo demás, concluyó __________ en silencio. Algo que ya no necesitaba ni quería volver a ver nunca más.
-No necesito estar aquí para saber que no tienes tiempo para mí.
Nick tenía ganas de sacudirla para hacerle entrar en razón. Apretó los puños y metió después las manos en los bolsillos.
-Maldita sea, ____________, podrías haber vuelto. Nadie te ha dicho que no podías volver.
-¿Volver a qué? ¿A las mismas condiciones de antes?
-volver a mí! -exclamó Nick- Deberías haber vuelto conmigo.
¿Sin haber resuelto nada? Sí, eso le habría gustado a Nick. Pero ella ya no podía seguir mordiéndose la lengua.
-Nick, no podemos continuar como estábamos.
-i No había nada malo en como estábamos! -gritó Nick exasperado.
Golpeó la barandilla con tanta fuerza que casi se rompió la mano. Mientras se la metía en el bolsillo, sentía el dolor que le subía por el brazo.
- Yo estaba intentando ganarme la vida, tú me ayudabas...
-Nunca estábamos juntos.
¿Por qué tendría que explicárselo tantas veces? ¿Acaso no lo comprendía? O Nick continuaría esperando a que cediera? Al fin y al cabo, él necesitaba que regresara su contable. Con los números era un caso perdido.
-Si querías que estuviéramos juntos, lo único que tenías que hacer era abrir la ventana. Yo estaba allí. ¡Sólo tenías que mirar! -señaló hacia el corral, como si ninguna pared se interpusiera en su camino.
- Eso no es estar juntos, y lo sabes -Nick no era tan estúpido; _________ sabía que no lo era. No habría podido enamorarse de él si hubiera sabido que tenía menos cerebro que un mosquito. Sencillamente, era demasiado tozudo-.Yo tenía la esperanza de hacerte entrar en razón al marcharme, pensaba que de esa forma te darías cuenta de lo que estabas dejando escapar -había jugado y había perdido-. Pero creo que en realidad te gustan más las cosas tal como están. Así eres libre para poder estar con tu amante todo el tiempo que te apetezca.
Nick se quedó mirándola fijamente. ¿Acaso había perdido el juicio?
-¿De qué amante estás hablando? -le preguntó con calor- _____________, ¿de qué demonios hablas? No hay ninguna otra mujer en mi vida.
Nick podía continuar engañándose a sí mismo, pero ella no se engañaba.
- Está La Esperanza. A ella la quieres mucho más que a mí.
-Fui a buscarte -le recordó, sin saber muy bien qué otra cosa podía hacer.
-y después te marchaste -replicó- No viniste a hablar, a arreglar las cosas. Viniste a satisfacer un deseo físico. Y cuando lo conseguiste, te marchaste.
Nick no podía creerse lo que estaba oyendo.
-¿Tan barata te vendes?
____________ entrecerró los ojos y volvió a levantar su maleta.
-¿Por qué no? Es evidente que tú sí. Rabioso, frustrado, Nick alzó las manos.
-Maldita sea, ___________. ¿Qué quieres decirme? -No soy capaz de comprenderte cuando te pones así.
-¿Y por qué esta vez iba a tener que ser diferente?
Parte de ella temía cruzar la puerta de la casa, sabiendo que aquella vez sería para siempre. Y no quería vivir en un mundo en el que Nick no estuviera. Lo amaba. ¿Pero qué conseguiría quedándose a su lado? Nada. Volvería a revivir lo vivido, a saber que era ella la que estaba cediendo continuamente. Y ya no podía soportado ni un segundo más.
Nick había elegido. Había elegido el rancho por encima de su esposa, por encima de su hijo y del bebé que aún no había nacido. Todos ellos se merecían algo mejor que eso y __________ estaba cansada de intentar luchar contra aquella situación cuando era evidente que no podía hacer nada para cambiada.
Hacían falta dos personas para cambiar las cosas. De modo que irguió los hombros, pasó por delante de él y se dirigió hacia la puerta.
Desconcertado, Nick permaneció donde estaba, mirándola fijamente.
-Tengo la sensación de que ya no te conozco. _________ lo miró por última vez por encima del hombro. El corazón le dolía de tal manera que tenía la sensación de que se le iba a partir por la mitad.
-A lo mejor nunca me has conocido.
Y sin más, se marchó.
La noche descendía sobre la tierra, una noche calurosa, bochornosa, tan incómoda como la gente que tenía que soportarla. La amenaza de lluvia había estado presente durante todo el día; pero no prometía ningún alivio, sino un bochorno todavía peor en el momento en el que las nubes descargaran.
Primero llegó un rayo, anunciando el acontecimiento. Rasgó los cielos durante una décima de segundo y fue seguido por el retumbar de un trueno.
El aire olía a lluvia, pero el agua continuaba sin llegar.
Nick había pasado despierto casi toda la noche.
Mantenía las ventanas abiertas con la esperanza de encontrar algún alivio, por lo menos en cuanto al tiempo se refería, porque con la tormenta que se había desatado en su interior no podía hacer nada.
__________ se había ido. Se había ido de verdad. Maldita fuera. ¿Y qué se suponía que tenía que hacer él? ¿Arrastrarse? ¿Suplicar? Si él fuera un ranchero como los Fortune, tendría suficientes trabajadores como para poder dedicarse a haraganear. De esa forma, podría irse de vacaciones con su familia, podrían hablar por las noches, divertirse durante todo el día...
Pero él no era un Fortune. Era un Jonas. Y eso significaba que tenía que trabajar durante muchas horas para alcanzar su objetivo. Algún día, podría hacer las cosas que ___________ quería, pero todavía no.
Odiaba echada tanto de menos. Odiaba no sentirse lleno.
Por fin, Nick se hundió en un agitado duermevela en el que se fundían la realidad y los sueños. Estaba demasiado cansado para diferenciar entre una cosa y otra mientras los sueños se apropiaban de su mente para llevarle su peor pesadilla.
___________ lo dejaba una y otra vez. Le decía que había cometido un error, que había perdido el tiempo al casarse con un hombre como él.
Y después desaparecía junto a todo lo demás. El rancho, su vida. Todo desaparecía. Y él se quedaba sin nada.
El retumbar de un trueno vibró en su mente, fundiéndose con el agudo relinchar de los caballos. Fue un alarido tan terrorífico que, una vez oído, le resultó imposible borrado de su cabeza.
Nick se sentó sobresaltado en la cama, comprendiendo que aquello no formaba parte de su pesadilla. Aquello era real. Los caballos estaban relinchando.
Y él sabía por qué.
El corazón dejó de latirle.
Espero que les gusten los caps.
Tengo que decirles otra cosaaaaaaa, mi compu habia ido a parar al Servicie, pero no habia repuesto, estuve coo un mes sin mi bebe y todo para nada, ahora el repuesto ya llegó, se supone que solo tardar;a tres días o algo así. Aún no se cuándo la voy a llevar pero mientras pueda subiré cap todos los días.
1/3
Nick sabía que debería apartarse, dejarla pasar.
Pero no podía. Cuando ________ llegó al final de la escalera, la agarró por la muñeca.
- En vez de llevarte tus cosas a casa de Vanessa, ¿por qué no vienes tú a donde están tus cosas?
__________ no iba a reaccionar a aquella mirada. A aquella insinuación de una sonrisa. Aquello era lo que había hecho la última vez y ya sabía a dónde la había conducido. Era la viuda de un ranchero. Un ama de llaves a la que no le prestaban la menor atención.
- Te dejo, Nick.
Nick dejó escapar un silbido entre los dientes mientras hacía lo imposible para no perder el control.
-Ya hemos representado antes esta escena, __________, ¿no te acuerdas?
____________ apartó la muñeca. Y deseó poder alejar su corazón de Nick con idéntica facilidad. Pero quizá pudiera hacerlo con el tiempo, se consoló.
-No, esta versión no. Esta vez te dejo para siempre.
Nick ya no fue capaz de seguir conteniendo su genio.
-¿De qué demonios estás hablando? Ya está todo superado, ¡el otro día hicimos el amor!
Una gran cosa, gritó ___________ mentalmente. ¿En eso era en lo único que era capaz de pensar? ¿En el sexo? Dios, ¿cómo podía venderse tan barato? O, mejor dicho, ¿cómo podía haberse vendido ella a tan poco precio?
Alzó la mano y la posó en el rostro de Nick con los dedos extendidos.
-Hace cinco días, Nicholas. Hicimos el amor hace cinco días. Apareciste en casa de Vanessa hace cinco días y después nada, ni una sola palabra, ni una llamada de teléfono en todo ese tiempo. Nada.
-He estado muy ocupado -respondió, señalando con la mano hacia los establos- Si hubieras estado aquí, lo habrías visto.
Sí, habría visto cómo anteponía todo lo demás, concluyó __________ en silencio. Algo que ya no necesitaba ni quería volver a ver nunca más.
-No necesito estar aquí para saber que no tienes tiempo para mí.
Nick tenía ganas de sacudirla para hacerle entrar en razón. Apretó los puños y metió después las manos en los bolsillos.
-Maldita sea, ____________, podrías haber vuelto. Nadie te ha dicho que no podías volver.
-¿Volver a qué? ¿A las mismas condiciones de antes?
-volver a mí! -exclamó Nick- Deberías haber vuelto conmigo.
¿Sin haber resuelto nada? Sí, eso le habría gustado a Nick. Pero ella ya no podía seguir mordiéndose la lengua.
-Nick, no podemos continuar como estábamos.
-i No había nada malo en como estábamos! -gritó Nick exasperado.
Golpeó la barandilla con tanta fuerza que casi se rompió la mano. Mientras se la metía en el bolsillo, sentía el dolor que le subía por el brazo.
- Yo estaba intentando ganarme la vida, tú me ayudabas...
-Nunca estábamos juntos.
¿Por qué tendría que explicárselo tantas veces? ¿Acaso no lo comprendía? O Nick continuaría esperando a que cediera? Al fin y al cabo, él necesitaba que regresara su contable. Con los números era un caso perdido.
-Si querías que estuviéramos juntos, lo único que tenías que hacer era abrir la ventana. Yo estaba allí. ¡Sólo tenías que mirar! -señaló hacia el corral, como si ninguna pared se interpusiera en su camino.
- Eso no es estar juntos, y lo sabes -Nick no era tan estúpido; _________ sabía que no lo era. No habría podido enamorarse de él si hubiera sabido que tenía menos cerebro que un mosquito. Sencillamente, era demasiado tozudo-.Yo tenía la esperanza de hacerte entrar en razón al marcharme, pensaba que de esa forma te darías cuenta de lo que estabas dejando escapar -había jugado y había perdido-. Pero creo que en realidad te gustan más las cosas tal como están. Así eres libre para poder estar con tu amante todo el tiempo que te apetezca.
Nick se quedó mirándola fijamente. ¿Acaso había perdido el juicio?
-¿De qué amante estás hablando? -le preguntó con calor- _____________, ¿de qué demonios hablas? No hay ninguna otra mujer en mi vida.
Nick podía continuar engañándose a sí mismo, pero ella no se engañaba.
- Está La Esperanza. A ella la quieres mucho más que a mí.
-Fui a buscarte -le recordó, sin saber muy bien qué otra cosa podía hacer.
-y después te marchaste -replicó- No viniste a hablar, a arreglar las cosas. Viniste a satisfacer un deseo físico. Y cuando lo conseguiste, te marchaste.
Nick no podía creerse lo que estaba oyendo.
-¿Tan barata te vendes?
____________ entrecerró los ojos y volvió a levantar su maleta.
-¿Por qué no? Es evidente que tú sí. Rabioso, frustrado, Nick alzó las manos.
-Maldita sea, ___________. ¿Qué quieres decirme? -No soy capaz de comprenderte cuando te pones así.
-¿Y por qué esta vez iba a tener que ser diferente?
Parte de ella temía cruzar la puerta de la casa, sabiendo que aquella vez sería para siempre. Y no quería vivir en un mundo en el que Nick no estuviera. Lo amaba. ¿Pero qué conseguiría quedándose a su lado? Nada. Volvería a revivir lo vivido, a saber que era ella la que estaba cediendo continuamente. Y ya no podía soportado ni un segundo más.
Nick había elegido. Había elegido el rancho por encima de su esposa, por encima de su hijo y del bebé que aún no había nacido. Todos ellos se merecían algo mejor que eso y __________ estaba cansada de intentar luchar contra aquella situación cuando era evidente que no podía hacer nada para cambiada.
Hacían falta dos personas para cambiar las cosas. De modo que irguió los hombros, pasó por delante de él y se dirigió hacia la puerta.
Desconcertado, Nick permaneció donde estaba, mirándola fijamente.
-Tengo la sensación de que ya no te conozco. _________ lo miró por última vez por encima del hombro. El corazón le dolía de tal manera que tenía la sensación de que se le iba a partir por la mitad.
-A lo mejor nunca me has conocido.
Y sin más, se marchó.
La noche descendía sobre la tierra, una noche calurosa, bochornosa, tan incómoda como la gente que tenía que soportarla. La amenaza de lluvia había estado presente durante todo el día; pero no prometía ningún alivio, sino un bochorno todavía peor en el momento en el que las nubes descargaran.
Primero llegó un rayo, anunciando el acontecimiento. Rasgó los cielos durante una décima de segundo y fue seguido por el retumbar de un trueno.
El aire olía a lluvia, pero el agua continuaba sin llegar.
Nick había pasado despierto casi toda la noche.
Mantenía las ventanas abiertas con la esperanza de encontrar algún alivio, por lo menos en cuanto al tiempo se refería, porque con la tormenta que se había desatado en su interior no podía hacer nada.
__________ se había ido. Se había ido de verdad. Maldita fuera. ¿Y qué se suponía que tenía que hacer él? ¿Arrastrarse? ¿Suplicar? Si él fuera un ranchero como los Fortune, tendría suficientes trabajadores como para poder dedicarse a haraganear. De esa forma, podría irse de vacaciones con su familia, podrían hablar por las noches, divertirse durante todo el día...
Pero él no era un Fortune. Era un Jonas. Y eso significaba que tenía que trabajar durante muchas horas para alcanzar su objetivo. Algún día, podría hacer las cosas que ___________ quería, pero todavía no.
Odiaba echada tanto de menos. Odiaba no sentirse lleno.
Por fin, Nick se hundió en un agitado duermevela en el que se fundían la realidad y los sueños. Estaba demasiado cansado para diferenciar entre una cosa y otra mientras los sueños se apropiaban de su mente para llevarle su peor pesadilla.
___________ lo dejaba una y otra vez. Le decía que había cometido un error, que había perdido el tiempo al casarse con un hombre como él.
Y después desaparecía junto a todo lo demás. El rancho, su vida. Todo desaparecía. Y él se quedaba sin nada.
El retumbar de un trueno vibró en su mente, fundiéndose con el agudo relinchar de los caballos. Fue un alarido tan terrorífico que, una vez oído, le resultó imposible borrado de su cabeza.
Nick se sentó sobresaltado en la cama, comprendiendo que aquello no formaba parte de su pesadilla. Aquello era real. Los caballos estaban relinchando.
Y él sabía por qué.
El corazón dejó de latirle.
WhoIam13
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
2/3
Las llamas se elevaban desde el establo más cercano a la casa. La estructura estaba ardiendo. Había caído un rayo en el establo.
Y los caballos estaban dentro.
Nick se puso rápidamente los vaqueros y las botas y bajó volando las escaleras.
Al salir por la puerta de atrás de la casa, vio que Jamie y Hank salían también corriendo de la caravana. No hubo necesidad de dar órdenes. Todo el mundo sabía que lo prioritario era salvar a los caballos. Nick tenía veintinueve en aquel momento, contando los potros y las yeguas que todavía estaban amamantando. La mitad estaban en aquel establo.
-Si no quieren salir -les gritó a Jamie y a Hank-, tapadles los ojos.
E, intentando endurecerse, se hundió en aquel infierno.
Las llamas salían de la parte posterior del establo, pero en cuestión de minutos, se habían abierto camino hacia ellos. No había tiempo que perder. Nick agarró a una de las yeguas de las bridas, montó en otra y las encaminó a las dos hada la salida. Las dejó en el corral antes de volver al interior.
Justo cuando entraba, resonó otro trueno. En aquella ocasión, el rayo parecía haber caído a kilómetros del establo. Y llegó acompañado por la lluvia.
A lomos de otro caballo, mientras sacaba a dos más, Nick tomó aire y apretó los ojos un instante. Se habría arrodillado de gratitud. Ya no hacía falta llamar a los bomberos ni ir a buscar las mangueras que normalmente utilizaba para dar de beber y bañar a los animales. Había llegado la lluvia y, con ella, el alivio.
Las llamas chisporroteaban en enfadada protesta mientras iban perdiendo fuerza para, al final, terminar extinguiéndose.
Al cabo de diez terribles minutos, se había superado la crisis. Nick continuaba con los caballos, intentando regular su respiración y medir los daños.
Desmontó un caballo, le tendió las riendas a Jamie y avanzó hacia delante. La lluvia azotaba su pecho desnudo, empapaba sus vaqueros y laceraba su rostro y sus ojos mientras supervisaba los daños dejados por el rayo.
Le costaría algún tiempo tranquilizar a los caballos. Estaban terriblemente asustados y haría falta un gran esfuerzo para que volvieran a alcanzar el nivel que tenían esa misma tarde. Sabía que tendría que trabajar duramente. Pero no le importaba. Al no estar __________, ya no tenía otra cosa que hacer. Estaba dispuesto a todo.
Caminó hacia la parte posterior del establo, en la que la lluvia se mezclaba con las cenizas convirtiéndolas en barro. Por mucho que trabajara, no habría manera de conseguir el dinero que necesitaba para arreglar la parte del establo que había sido dañada por el fuego. Por lo menos de manera inmediata, que era como había que hacer las reparaciones.
Privado de su esposa y su hijo y con el golpe sufrido por el rancho, __________ estaba comenzando a identificarse con el santo Job
Así era como se sentía, luchando contra problemas insuperables.
Se pasó la mano por el pelo y regresó a grandes zancadas con los caballos.
La mañana no llevó consigo ninguna noticia que mejorara el humor de Nick. Afortunadamente, no habían perdido ningún caballo y los daños podrían haber sido mucho peores, pero eso no minimizaba el hecho de que habían sufrido un serio percance y había daños que debían arreglar.
Pero no había dinero para ello. Y tampoco lo habría durante una larga temporada. Porque como había pagado en efectivo los caballos que quería vender, sus finanzas estaban al límite.
Uno de los rancheros de la zona, Nathan Purdue, pensaba acercarse para considerar la posibilidad de contratar los servicios de Maximillian, uno de los sementales del rancho. Pero aunque pagara mil dólares, eso apenas serviría para comenzar a reparar los daños.
Quizá debiera replantearse su sueño.
No, maldita fuera. El rancho era lo que había deseado desde que teníaa cinco años. Desde que había comenzado a comunicarse con los caballos.
Con un suspiro, se dirigió hacia el segundo establo y, a falta de un plan mejor, colocó a dos caballos en cada cubículo, algo que no era aconsejable ni siquiera en las mejores circunstancias.
Cuando se estaba acercando al establo, oyó el sonido de un coche tras él. Una pequeña parte de sí mismo pensó que podría ser ____________ que había cambiado de opinión. Dios, eso esperaba. Pero cuando dio media vuelta, vio que era Vanessa la que se había acercado al rancho.
Vanessa aparcó rápidamente el coche y corrió hacia Nick. Incapaz de seguir soportándolo ni un día más, la noche anterior había decidido mediar en la relación de sus amigos. Los dos necesitaban entrar en razón. Si había dos personas en el mundo que teman que estar juntas, eran precisamente Nick y ___________.
Estaba tan concentrada en su visión que sólo fue consciente de lo que había ocurrido cuando estaba a unos metros del establo. El olor de la madera quemada resultaba casi nauseabundo.
-¿Qué ha pasado aquí? -le preguntó a Nick, abriendo los ojos como platos. .
- La cólera divina, supongo -suspiró y se pasó la mano por el pelo-. La tormenta de anoche decidió improvisar una barbacoa en mi establo.
Vanessa rodeó lentamente el establo. Por lo menos la parte de delante no estaba tan mal.
-Bueno, por lo menos una parte del establo se mantiene en pie.
Nick frunció el ceño ante la alegría que reflejaba su voz. Era igual que _________, pensó. Pero él nunca había compartido el natural optimismo de su esposa.
-Sí, claro.
Vanessa ya había decidido que si era el dinero el principal obstáculo para la felicidad de sus amigos, ella estaba dispuesta a prestárselo. De modo que se cruzó de brazos y caminó hasta la parte más dañada del establo.
-¿Cuánto necesitas para levantado? ¿Diez mil dólares? ¿Cuarenta mil? Ayúdame a calculado, Nick.
-¿Estás ofreciéndome dinero? -preguntó Nick con expresión sombría.
-Sí, ésa es la idea -contestó Vanessa, maldiciendo el orgullo de su amigo.
-No necesito tu dinero.
Las llamas se elevaban desde el establo más cercano a la casa. La estructura estaba ardiendo. Había caído un rayo en el establo.
Y los caballos estaban dentro.
Nick se puso rápidamente los vaqueros y las botas y bajó volando las escaleras.
Al salir por la puerta de atrás de la casa, vio que Jamie y Hank salían también corriendo de la caravana. No hubo necesidad de dar órdenes. Todo el mundo sabía que lo prioritario era salvar a los caballos. Nick tenía veintinueve en aquel momento, contando los potros y las yeguas que todavía estaban amamantando. La mitad estaban en aquel establo.
-Si no quieren salir -les gritó a Jamie y a Hank-, tapadles los ojos.
E, intentando endurecerse, se hundió en aquel infierno.
Las llamas salían de la parte posterior del establo, pero en cuestión de minutos, se habían abierto camino hacia ellos. No había tiempo que perder. Nick agarró a una de las yeguas de las bridas, montó en otra y las encaminó a las dos hada la salida. Las dejó en el corral antes de volver al interior.
Justo cuando entraba, resonó otro trueno. En aquella ocasión, el rayo parecía haber caído a kilómetros del establo. Y llegó acompañado por la lluvia.
A lomos de otro caballo, mientras sacaba a dos más, Nick tomó aire y apretó los ojos un instante. Se habría arrodillado de gratitud. Ya no hacía falta llamar a los bomberos ni ir a buscar las mangueras que normalmente utilizaba para dar de beber y bañar a los animales. Había llegado la lluvia y, con ella, el alivio.
Las llamas chisporroteaban en enfadada protesta mientras iban perdiendo fuerza para, al final, terminar extinguiéndose.
Al cabo de diez terribles minutos, se había superado la crisis. Nick continuaba con los caballos, intentando regular su respiración y medir los daños.
Desmontó un caballo, le tendió las riendas a Jamie y avanzó hacia delante. La lluvia azotaba su pecho desnudo, empapaba sus vaqueros y laceraba su rostro y sus ojos mientras supervisaba los daños dejados por el rayo.
Le costaría algún tiempo tranquilizar a los caballos. Estaban terriblemente asustados y haría falta un gran esfuerzo para que volvieran a alcanzar el nivel que tenían esa misma tarde. Sabía que tendría que trabajar duramente. Pero no le importaba. Al no estar __________, ya no tenía otra cosa que hacer. Estaba dispuesto a todo.
Caminó hacia la parte posterior del establo, en la que la lluvia se mezclaba con las cenizas convirtiéndolas en barro. Por mucho que trabajara, no habría manera de conseguir el dinero que necesitaba para arreglar la parte del establo que había sido dañada por el fuego. Por lo menos de manera inmediata, que era como había que hacer las reparaciones.
Privado de su esposa y su hijo y con el golpe sufrido por el rancho, __________ estaba comenzando a identificarse con el santo Job
Así era como se sentía, luchando contra problemas insuperables.
Se pasó la mano por el pelo y regresó a grandes zancadas con los caballos.
La mañana no llevó consigo ninguna noticia que mejorara el humor de Nick. Afortunadamente, no habían perdido ningún caballo y los daños podrían haber sido mucho peores, pero eso no minimizaba el hecho de que habían sufrido un serio percance y había daños que debían arreglar.
Pero no había dinero para ello. Y tampoco lo habría durante una larga temporada. Porque como había pagado en efectivo los caballos que quería vender, sus finanzas estaban al límite.
Uno de los rancheros de la zona, Nathan Purdue, pensaba acercarse para considerar la posibilidad de contratar los servicios de Maximillian, uno de los sementales del rancho. Pero aunque pagara mil dólares, eso apenas serviría para comenzar a reparar los daños.
Quizá debiera replantearse su sueño.
No, maldita fuera. El rancho era lo que había deseado desde que teníaa cinco años. Desde que había comenzado a comunicarse con los caballos.
Con un suspiro, se dirigió hacia el segundo establo y, a falta de un plan mejor, colocó a dos caballos en cada cubículo, algo que no era aconsejable ni siquiera en las mejores circunstancias.
Cuando se estaba acercando al establo, oyó el sonido de un coche tras él. Una pequeña parte de sí mismo pensó que podría ser ____________ que había cambiado de opinión. Dios, eso esperaba. Pero cuando dio media vuelta, vio que era Vanessa la que se había acercado al rancho.
Vanessa aparcó rápidamente el coche y corrió hacia Nick. Incapaz de seguir soportándolo ni un día más, la noche anterior había decidido mediar en la relación de sus amigos. Los dos necesitaban entrar en razón. Si había dos personas en el mundo que teman que estar juntas, eran precisamente Nick y ___________.
Estaba tan concentrada en su visión que sólo fue consciente de lo que había ocurrido cuando estaba a unos metros del establo. El olor de la madera quemada resultaba casi nauseabundo.
-¿Qué ha pasado aquí? -le preguntó a Nick, abriendo los ojos como platos. .
- La cólera divina, supongo -suspiró y se pasó la mano por el pelo-. La tormenta de anoche decidió improvisar una barbacoa en mi establo.
Vanessa rodeó lentamente el establo. Por lo menos la parte de delante no estaba tan mal.
-Bueno, por lo menos una parte del establo se mantiene en pie.
Nick frunció el ceño ante la alegría que reflejaba su voz. Era igual que _________, pensó. Pero él nunca había compartido el natural optimismo de su esposa.
-Sí, claro.
Vanessa ya había decidido que si era el dinero el principal obstáculo para la felicidad de sus amigos, ella estaba dispuesta a prestárselo. De modo que se cruzó de brazos y caminó hasta la parte más dañada del establo.
-¿Cuánto necesitas para levantado? ¿Diez mil dólares? ¿Cuarenta mil? Ayúdame a calculado, Nick.
-¿Estás ofreciéndome dinero? -preguntó Nick con expresión sombría.
-Sí, ésa es la idea -contestó Vanessa, maldiciendo el orgullo de su amigo.
-No necesito tu dinero.
WhoIam13
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
3/3
-Bueno, quizá no necesites mi dinero, pero sabes condenadamente bien que vas a necesitar el dinero de alguien y no sé por qué no va a ser el mío. Al fin y al cabo, yo no voy a cargarte ningún interés -Nick comenzó a dar media vuelta, pero Vanessa lo agarró del brazo, obligándolo a escucharla-. Mira, Nick, creo que ya es hora de que ___________ y tú volváis a estar juntos y dejéis de pelearos continuamente. Estáis haciendo desgraciadas a tres personas. A cuatro, si contamos el bebé que todavía no ha nacido.
A Nick no le hacía ninguna gracia que la gente se metiera en sus asuntos. Ni siquiera las personas que apreciaba.
-Yo no acepto dinero de mis amigos, Vanessa.
-Pues es mucho mejor que pedírselo a un enemigo -se puso seria- Deja de pensar tanto en ti mismo y permítenos disfrutar a los demás del placer de ayudarte. Maldito sea tu orgullo, Nick -intentó ponerse en su lugar- ¿Te da miedo aceptar mi dinero porque crees que eso cuestiona tu hombría? ¿No te das cuenta de que un auténtico hombre confía suficientemente en sí mismo como para permitir que sus amigos lo ayuden cuando lo necesita? Si yo necesitara dinero, ¿no me ayudarías?
-Sabes perfectamente que lo haría.
-¿Entonces por qué no puedo ayudarte yo? -su expresión le decía que ella sabía exactamente por qué. Pero Vanessa no iba a renunciar- ¿Es porque yo me apellido Fortune y tú te apellidas Jonas? Yo pensaba que eras un hombre que no te dejabas llevar por los prejuicios.
-No es una cuestión de prejuicios.
-¿Entonces cómo lo definirías tú?
Nick suspiró.
-Sí, de acuerdo, quizá lo consideraría un prejuicio.
-Una palabra horrible.
-Sí, lo es.
-¿Entonces, trato hecho? -le tendió la mano para sellar el trato.
Nick se la tomó vacilante, pero no se la estrechó.
-¿A cuánto interés?
- Lo único que quiero a cambio es que __________ y tú volváis a estar juntos.
Nick se echó a reír.
-¿Tu padre sabe que eres una mujer de negocios tan pésima? .
-Soy una excelente mujer de negocios, y si mi padre lo supiera, me felicitaría. Bueno, ¿estás de acuerdo?
Nick inclinó la cabeza.
-Yo quiero volver a estar con ___________.
Vanessa detectó la falta de entusiasmo en su voz.
-No, tú no quieres volver a estar con ___________. Lo que tú quieres es que __________ vuelva a ocupar el espacio que ha dejado vacío. Pero ella espera más de ti. Se merece algo más de ti. Y sabes que tengo razón.
Su natural terquedad le impedía darle la razón.
Pero todo lo que había vivido durante aquellas dos semanas había sido producto de su cabezonería y sabía que era un compañero mucho peor de lo que __________ se merecía.
-Sí, lo sé.
-Muy bien. En ese caso, vuelve a mi casa conmigo y díselo directamente -cuando Nick volvió la cabeza hacia el corral, Vanessa casi gritó-: Maldita sea, Nick, está pensando en serio en dejarte. Cuando me he ido de casa, estaba llamando a un abogado para hablar del divorcio.
-¿Qué? -preguntó estupefacto.
-Ya me has oído. A un abogado. Estaba llorando y decía que la estaba matando continuar esperando a que volvieras.
Nick odiaba causarle dolor a _________. Y odiaba también que hubiera hecho falta otra persona para hacérselo comprender.
-De acuerdo, déjame ocuparme de unas cuantas cosas y ahora te sigo.
-Nick...
-Te lo juro, ahora voy para allá.
Vanessa lo miró con expresión dubitativa, pero al final cedió.
-Te lo permito por el incendio de anoche. Iré a casa y le diré a __________ que su marido está arrepentido y que espere a que la llame.
-Sí, y dile también que la quiero.
- Eso díselo tú - Vanessa comenzó a caminar hacia el coche, pero de pronto se detuvo- Te haré una transferencia en cuanto llegue a casa.
-No sabes mi número de cuenta. -y probablemente tú tampoco. Pero ____________ me ayudará en eso. Y no te preocupes por la cantidad -añadió, anticipándose a sus palabras- Será más que suficiente para atender los gastos, te lo prometo.
-¡_________, cancela la cita con el abogado! -gritó Vanessa en cuanto entró en casa- La montaña viene a ver al profeta.
Pero lo único que oyó en respuesta fue el sonido de su propia voz. La casa estaba misteriosamente tranquila.
Era extraño, normalmente ___________ siempre estaba en el salón. Con un mal presentimiento, Vanessa corrió a la habitación de juegos. También estaba vacía.
-__________, ¿estás en tu dormitorio?
La puerta del dormitorio estaba cerrada, pero al acercarse, creyó oír un llanto procedente del interior.
-__________, ¿estás bien?
Por supuesto que no. ___________ pensaba que estaba a punto de divorciarse. Vanessa se rió de su propia estupidez. Abrió la puerta sin molestarse en llamar.
_Cariño, todo va a...
Se interrumpió bruscamente.
No era a _________ a quien había oído llorar. Era a Luke. El niño estaba de rodillas en el suelo, sosteniendo la mano de su madre y llevándosela a la mejilla. ___________ estaba inconsciente. Y la alfombra estaba manchada de sangre.
-Bueno, quizá no necesites mi dinero, pero sabes condenadamente bien que vas a necesitar el dinero de alguien y no sé por qué no va a ser el mío. Al fin y al cabo, yo no voy a cargarte ningún interés -Nick comenzó a dar media vuelta, pero Vanessa lo agarró del brazo, obligándolo a escucharla-. Mira, Nick, creo que ya es hora de que ___________ y tú volváis a estar juntos y dejéis de pelearos continuamente. Estáis haciendo desgraciadas a tres personas. A cuatro, si contamos el bebé que todavía no ha nacido.
A Nick no le hacía ninguna gracia que la gente se metiera en sus asuntos. Ni siquiera las personas que apreciaba.
-Yo no acepto dinero de mis amigos, Vanessa.
-Pues es mucho mejor que pedírselo a un enemigo -se puso seria- Deja de pensar tanto en ti mismo y permítenos disfrutar a los demás del placer de ayudarte. Maldito sea tu orgullo, Nick -intentó ponerse en su lugar- ¿Te da miedo aceptar mi dinero porque crees que eso cuestiona tu hombría? ¿No te das cuenta de que un auténtico hombre confía suficientemente en sí mismo como para permitir que sus amigos lo ayuden cuando lo necesita? Si yo necesitara dinero, ¿no me ayudarías?
-Sabes perfectamente que lo haría.
-¿Entonces por qué no puedo ayudarte yo? -su expresión le decía que ella sabía exactamente por qué. Pero Vanessa no iba a renunciar- ¿Es porque yo me apellido Fortune y tú te apellidas Jonas? Yo pensaba que eras un hombre que no te dejabas llevar por los prejuicios.
-No es una cuestión de prejuicios.
-¿Entonces cómo lo definirías tú?
Nick suspiró.
-Sí, de acuerdo, quizá lo consideraría un prejuicio.
-Una palabra horrible.
-Sí, lo es.
-¿Entonces, trato hecho? -le tendió la mano para sellar el trato.
Nick se la tomó vacilante, pero no se la estrechó.
-¿A cuánto interés?
- Lo único que quiero a cambio es que __________ y tú volváis a estar juntos.
Nick se echó a reír.
-¿Tu padre sabe que eres una mujer de negocios tan pésima? .
-Soy una excelente mujer de negocios, y si mi padre lo supiera, me felicitaría. Bueno, ¿estás de acuerdo?
Nick inclinó la cabeza.
-Yo quiero volver a estar con ___________.
Vanessa detectó la falta de entusiasmo en su voz.
-No, tú no quieres volver a estar con ___________. Lo que tú quieres es que __________ vuelva a ocupar el espacio que ha dejado vacío. Pero ella espera más de ti. Se merece algo más de ti. Y sabes que tengo razón.
Su natural terquedad le impedía darle la razón.
Pero todo lo que había vivido durante aquellas dos semanas había sido producto de su cabezonería y sabía que era un compañero mucho peor de lo que __________ se merecía.
-Sí, lo sé.
-Muy bien. En ese caso, vuelve a mi casa conmigo y díselo directamente -cuando Nick volvió la cabeza hacia el corral, Vanessa casi gritó-: Maldita sea, Nick, está pensando en serio en dejarte. Cuando me he ido de casa, estaba llamando a un abogado para hablar del divorcio.
-¿Qué? -preguntó estupefacto.
-Ya me has oído. A un abogado. Estaba llorando y decía que la estaba matando continuar esperando a que volvieras.
Nick odiaba causarle dolor a _________. Y odiaba también que hubiera hecho falta otra persona para hacérselo comprender.
-De acuerdo, déjame ocuparme de unas cuantas cosas y ahora te sigo.
-Nick...
-Te lo juro, ahora voy para allá.
Vanessa lo miró con expresión dubitativa, pero al final cedió.
-Te lo permito por el incendio de anoche. Iré a casa y le diré a __________ que su marido está arrepentido y que espere a que la llame.
-Sí, y dile también que la quiero.
- Eso díselo tú - Vanessa comenzó a caminar hacia el coche, pero de pronto se detuvo- Te haré una transferencia en cuanto llegue a casa.
-No sabes mi número de cuenta. -y probablemente tú tampoco. Pero ____________ me ayudará en eso. Y no te preocupes por la cantidad -añadió, anticipándose a sus palabras- Será más que suficiente para atender los gastos, te lo prometo.
-¡_________, cancela la cita con el abogado! -gritó Vanessa en cuanto entró en casa- La montaña viene a ver al profeta.
Pero lo único que oyó en respuesta fue el sonido de su propia voz. La casa estaba misteriosamente tranquila.
Era extraño, normalmente ___________ siempre estaba en el salón. Con un mal presentimiento, Vanessa corrió a la habitación de juegos. También estaba vacía.
-__________, ¿estás en tu dormitorio?
La puerta del dormitorio estaba cerrada, pero al acercarse, creyó oír un llanto procedente del interior.
-__________, ¿estás bien?
Por supuesto que no. ___________ pensaba que estaba a punto de divorciarse. Vanessa se rió de su propia estupidez. Abrió la puerta sin molestarse en llamar.
_Cariño, todo va a...
Se interrumpió bruscamente.
No era a _________ a quien había oído llorar. Era a Luke. El niño estaba de rodillas en el suelo, sosteniendo la mano de su madre y llevándosela a la mejilla. ___________ estaba inconsciente. Y la alfombra estaba manchada de sangre.
WhoIam13
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
aaaaaaiiiiii...
cieloosssss!!!!!
peroooo tienes que seguirlaaaaa
pooorrrfiiiisssss
siguelaaaaa
cieloosssss!!!!!
peroooo tienes que seguirlaaaaa
pooorrrfiiiisssss
siguelaaaaa
chelis
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
Chicaaaaaaas, estoy sin compuuuuuu, desde ayer, se supone ( Y MAS LES VALE QUE SEA ASI) que son solo 3 días, `pero la otra vuelta, era una semana y estuve un mes Sin compuuu, :`( Pero seamos positivaaas, a la Nove aún le falta algoooo para terminar aunque no mucho intentaré subirla lo antes posible. Hasta pronto ♥
WhoIam13
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
aww okii. esperare por cap! *-*
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
Espero que les guste <3 ya falta poquito para el final!
1/3
Nick pretendía seguir a Vanessa a los pocos minutos de que ésta se fuera.
Pero una cosa fue siguiendo a la otra y al final fueron pasando las horas sin que encontrara el momento de irse. Sacó el teléfono móvil, dispuesto a llamar a Vanessa. Quería pedirle disculpas y pedirle también que le explicara la situación a ___________. No quería perder a su esposa, pero si descuidaba su trabajo, no tendría ningún rancho al que llevarla cuando ___________ se decidiera a volver. Y no tendría forma de alimentarla ni a ella ni a sus hijos. ¿Y qué tipo de vida sería ésa? No le quedaba otro remedio que quedarse en el rancho y atender a Purdue, un posible cliente, antes de que se llevara su dinero y su influencia a cualquier otra parte.
Pero justo cuando estaba sacando el teléfono, comenzó a sonar.
- Eh, eso sí que ha estado bien. ¿Cómo lo ha hecho? -preguntó Billy, mirando por encima del hombro hacia el teléfono.
Nick le hizo un gesto con la mano para que se callara mientras presionaba el botón y se llevaba el teléfono a la oreja. Nunca le habían gustado las llamadas a los teléfonos móviles, a menos que fueran de __________. Pero aquélla era de Vanessa que, seguramente, llamaba para saber qué pasaba.
-Mira -comenzó a decir inmediatamente, poniéndose a la defensiva-, tenía un poco de trabajo atrasado, pero...
-Bueno, pues será mejor que vengas inmediatamente.
Había algo en su voz que le indicó a Nick que no sólo llamaba para regañarlo por llegar tarde.
-¿Qué ocurre?
- Estoy en el hospital.
-¿En el hospital? ¿Qué le ha pasado a Luke?
-Nada...
-¿Nada? -la interrumpió- ¿Entonces por qué... ?
No le dejó terminar la frase.
-Es ___________.
Nick se sintió como si un caballo acabara de darle una coz en el estómago. Miles de posibilidades cruzaron su mente.
-¿Por qué? ¿Qué le ha pasado?
Vanessa todavía no estaba en condiciones de responderle. Pero intentó hacerlo lo mejor que pudo.
-Nicholas, es el bebé. He encontrado a ____________ en el dormitorio, inconsciente. Estaba sangrando. No estoy segura... -la emoción interrumpió sus palabras, haciéndole imposible continuar.
___________ era más fuerte de lo que parecía, se dijo Cruz en silencio. Todo el mundo pensaba que era una mujer frágil, pero no lo era. Se aferró con fuerza a aquel pensamiento.
-¿Está consciente?
Se produjo un silencio al otro lado de la línea.
-No.
El miedo se aferró con fuerza a su corazón, haciéndole imposible respirar.
-¿En qué hospital está? - Vanessa le indicó el nombre. Era el mismo hospital al que habían llevado a Hank-.Ahora mismo voy hacia allí.
Sintiéndose como un animal atrapado en una pesadilla, se guardó el teléfono en el bolsillo de la camisa.
Mientras se volvía hacia el coche, vio a Purdue, el posible cliente, caminando hacia él, con una enorme sonrisa en el rostro. Cuando llegó a su lado, se frotó las manos.
-Ya estoy listo para empezar a tener potros, Jonas. Siempre y cuando el precio sea el adecuado.
Nick no quería decide a Purdue que se fuera. Aquel hombre tenía un ego tan grande que se iría a cualquier otra parte en cuanto se sintiera mínimamente maltratado. Y si Purdue quedaba contento con el semental, habría otra docena de rancheros dispuestos a imitarlo. Y eso significaría un repunte para su negocio en el momento en el que más lo necesitaba.
Pero no podía quedarse allí a negociar mientras su esposa permanecía inconsciente en el hospital. Tenía que estar con ella por si... .
Tenía que estar con ella, se corrigió, negándose a continuar aquel pensamiento.
-Me temo que ha habido un cambio de planes, señor Purdue.
-¿Un cambio de planes? Mire, Jonas, si está intentando hacerse el duro no va a funcionar. Maximillian es buen caballo, pero no es el único semental del mundo. Siempre puedo... .
Nick no tenía tiempo que perder.
-No estoy intentando hacerme el duro, señor Purdue. Acaban de ingresar a mi esposa en el hospital y yo voy ahora mismo hacia allá -de pronto se le ocurrió algo-. Pero tengo un hombre que puede atenderlo -se volvió y buscó a Hank con la mirada-¡Hank!
-¿Sí, jefe? -preguntó el vaquero, acercándose rápidamente hacia él.
Nick le pasó el brazo por los hombros. ,
-Señor Purdue, éste es Hank, mi capataz. El sabe tanto como yo sobre el rancho. Hank, quiero que negocies con el señor Purdue un precio por los servicios del semental. Yo tengo que ir al hospital a ver a ___________.
Hank miró a Nick confundido. Se volvió, para que no pudiera verlo el otro ranchero y preguntó en voz baja:
-¿Desde cuándo soy capataz?
-Desde hace dos minutos. Y ahora, ocúpate de esto por mí.
Nick le dirigió a Purdue una sonrisa forzada y corrió hacia Billy, que estaba frente a la camioneta, observando todo lo que estaba pasando con el asombro de un niño.
-Billy, dame las llaves de tu coche. Quiero que utilices mi camioneta para sacar la madera.
El vaquero buscó las llaves en el bolsillo y se las tendió.
Nick apenas recordaba lo que le había dicho a Purdue antes de irse. Sabía que no le había dado ningún consejo a Hank, pero estaba seguro de que el joven vaquero sabría manejar a aquel hombre.
Al final, había tenido que confiar en Hank, pensó mientras pisaba el acelerador.
Estaba ya a varios kilómetros del rancho cuando se dio cuenta de que las manos le temblaban por la fuerza con la que estaba agarrando el volante. Y también se dio cuenta de que nunca, jamás en su vida, había estado tan asustado. Ni siquiera cuando de niño se había perdido estando de acampada con su familia. En aquella ocasión, había pasado la noche en la boca de una cueva, temblando y rezando para que llegara el día.
En aquel momento rezaba por algo mucho más incierto. La luz del día siempre llegaba. Pero no sabía a lo que __________ se estaba enfrentando. Y tenía la sensación de estar rezando para pedir un milagro. Pero no sabía por qué. A la gente como él no le ocurrían milagros.
Él no tenía la capacidad de __________ para pensar siempre de forma optimista ...
___________.
Maldita fuera. ¿Cómo había permitido que aquello ocurriera? ¿Por qué no le había dedicado el tiempo que se merecía?
1/3
Nick pretendía seguir a Vanessa a los pocos minutos de que ésta se fuera.
Pero una cosa fue siguiendo a la otra y al final fueron pasando las horas sin que encontrara el momento de irse. Sacó el teléfono móvil, dispuesto a llamar a Vanessa. Quería pedirle disculpas y pedirle también que le explicara la situación a ___________. No quería perder a su esposa, pero si descuidaba su trabajo, no tendría ningún rancho al que llevarla cuando ___________ se decidiera a volver. Y no tendría forma de alimentarla ni a ella ni a sus hijos. ¿Y qué tipo de vida sería ésa? No le quedaba otro remedio que quedarse en el rancho y atender a Purdue, un posible cliente, antes de que se llevara su dinero y su influencia a cualquier otra parte.
Pero justo cuando estaba sacando el teléfono, comenzó a sonar.
- Eh, eso sí que ha estado bien. ¿Cómo lo ha hecho? -preguntó Billy, mirando por encima del hombro hacia el teléfono.
Nick le hizo un gesto con la mano para que se callara mientras presionaba el botón y se llevaba el teléfono a la oreja. Nunca le habían gustado las llamadas a los teléfonos móviles, a menos que fueran de __________. Pero aquélla era de Vanessa que, seguramente, llamaba para saber qué pasaba.
-Mira -comenzó a decir inmediatamente, poniéndose a la defensiva-, tenía un poco de trabajo atrasado, pero...
-Bueno, pues será mejor que vengas inmediatamente.
Había algo en su voz que le indicó a Nick que no sólo llamaba para regañarlo por llegar tarde.
-¿Qué ocurre?
- Estoy en el hospital.
-¿En el hospital? ¿Qué le ha pasado a Luke?
-Nada...
-¿Nada? -la interrumpió- ¿Entonces por qué... ?
No le dejó terminar la frase.
-Es ___________.
Nick se sintió como si un caballo acabara de darle una coz en el estómago. Miles de posibilidades cruzaron su mente.
-¿Por qué? ¿Qué le ha pasado?
Vanessa todavía no estaba en condiciones de responderle. Pero intentó hacerlo lo mejor que pudo.
-Nicholas, es el bebé. He encontrado a ____________ en el dormitorio, inconsciente. Estaba sangrando. No estoy segura... -la emoción interrumpió sus palabras, haciéndole imposible continuar.
___________ era más fuerte de lo que parecía, se dijo Cruz en silencio. Todo el mundo pensaba que era una mujer frágil, pero no lo era. Se aferró con fuerza a aquel pensamiento.
-¿Está consciente?
Se produjo un silencio al otro lado de la línea.
-No.
El miedo se aferró con fuerza a su corazón, haciéndole imposible respirar.
-¿En qué hospital está? - Vanessa le indicó el nombre. Era el mismo hospital al que habían llevado a Hank-.Ahora mismo voy hacia allí.
Sintiéndose como un animal atrapado en una pesadilla, se guardó el teléfono en el bolsillo de la camisa.
Mientras se volvía hacia el coche, vio a Purdue, el posible cliente, caminando hacia él, con una enorme sonrisa en el rostro. Cuando llegó a su lado, se frotó las manos.
-Ya estoy listo para empezar a tener potros, Jonas. Siempre y cuando el precio sea el adecuado.
Nick no quería decide a Purdue que se fuera. Aquel hombre tenía un ego tan grande que se iría a cualquier otra parte en cuanto se sintiera mínimamente maltratado. Y si Purdue quedaba contento con el semental, habría otra docena de rancheros dispuestos a imitarlo. Y eso significaría un repunte para su negocio en el momento en el que más lo necesitaba.
Pero no podía quedarse allí a negociar mientras su esposa permanecía inconsciente en el hospital. Tenía que estar con ella por si... .
Tenía que estar con ella, se corrigió, negándose a continuar aquel pensamiento.
-Me temo que ha habido un cambio de planes, señor Purdue.
-¿Un cambio de planes? Mire, Jonas, si está intentando hacerse el duro no va a funcionar. Maximillian es buen caballo, pero no es el único semental del mundo. Siempre puedo... .
Nick no tenía tiempo que perder.
-No estoy intentando hacerme el duro, señor Purdue. Acaban de ingresar a mi esposa en el hospital y yo voy ahora mismo hacia allá -de pronto se le ocurrió algo-. Pero tengo un hombre que puede atenderlo -se volvió y buscó a Hank con la mirada-¡Hank!
-¿Sí, jefe? -preguntó el vaquero, acercándose rápidamente hacia él.
Nick le pasó el brazo por los hombros. ,
-Señor Purdue, éste es Hank, mi capataz. El sabe tanto como yo sobre el rancho. Hank, quiero que negocies con el señor Purdue un precio por los servicios del semental. Yo tengo que ir al hospital a ver a ___________.
Hank miró a Nick confundido. Se volvió, para que no pudiera verlo el otro ranchero y preguntó en voz baja:
-¿Desde cuándo soy capataz?
-Desde hace dos minutos. Y ahora, ocúpate de esto por mí.
Nick le dirigió a Purdue una sonrisa forzada y corrió hacia Billy, que estaba frente a la camioneta, observando todo lo que estaba pasando con el asombro de un niño.
-Billy, dame las llaves de tu coche. Quiero que utilices mi camioneta para sacar la madera.
El vaquero buscó las llaves en el bolsillo y se las tendió.
Nick apenas recordaba lo que le había dicho a Purdue antes de irse. Sabía que no le había dado ningún consejo a Hank, pero estaba seguro de que el joven vaquero sabría manejar a aquel hombre.
Al final, había tenido que confiar en Hank, pensó mientras pisaba el acelerador.
Estaba ya a varios kilómetros del rancho cuando se dio cuenta de que las manos le temblaban por la fuerza con la que estaba agarrando el volante. Y también se dio cuenta de que nunca, jamás en su vida, había estado tan asustado. Ni siquiera cuando de niño se había perdido estando de acampada con su familia. En aquella ocasión, había pasado la noche en la boca de una cueva, temblando y rezando para que llegara el día.
En aquel momento rezaba por algo mucho más incierto. La luz del día siempre llegaba. Pero no sabía a lo que __________ se estaba enfrentando. Y tenía la sensación de estar rezando para pedir un milagro. Pero no sabía por qué. A la gente como él no le ocurrían milagros.
Él no tenía la capacidad de __________ para pensar siempre de forma optimista ...
___________.
Maldita fuera. ¿Cómo había permitido que aquello ocurriera? ¿Por qué no le había dedicado el tiempo que se merecía?
WhoIam13
Re: Pasión Recobrada (Nick Jonas & Tu) Adaptación
2/3
__________ era lo mejor que le había ocurrido en toda su vida y lo sabía condenadamente bien. Desde el primer momento, desde la primera vez que habían hecho el amor en el establo, había sabido que nunca sentiría nada parecido por otra mujer.
Como un caballo desbocado, los recuerdos lo llevaron hasta aquel día.
En su recuerdo, él permanecía lejos del establo, observando el rostro de ___________ mientras ella se acercaba a Hellfire, un caballo que le había causado muchos problemas y al final había llegado a convertirse en su favorito. Vanessa le había regalado a Hellfire el día que había cumplido veinticinco años. Nick jamás había tenido un caballo como aquél.
Y le había gustado la admiración que reflejaba el rostro de __________ mientras contemplaba al animal.
-¿Qué te parece? -le había preguntado él.
-Creo que es preciosa -había susurrado ___________.
-Es un caballo, no una yegua. ¿No eres capaz de ver la diferencia entre... ?
__________ se había sonrojado violentamente, había retrocedido y había mirado más detenidamente al animal.
-Sí -había contestado rápidamente- Sé exactamente cuál es la diferencia. Me crié en un rancho.
Las risas de Nick habían hecho intensificarse su rubor.
-No te rías de mí.
Apartándola de Hellfire, Nick la había llevado hacia un cubículo vacío.
_ No, no me estoy riendo de ti. Me río de lo increíblemente dulce e inocente que pareces.
-No soy inocente -había protestado __________.
-Oh, perdóname. En ese caso, supongo que eres una mujer de mundo.
__________ se había encogido de hombros y habla desviado la mirada.
-Bueno, la verdad es que no mucho, pero...
Nick había posado las manos en sus hombros y las protestas habían muerto en los labios de ___________.
La sonrisa de Nick desapareció para ser sustituida por una más intensa mientras la miraba. Seguramente, aquélla era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Hermosa e inocente. La combinación era irresistible. Con las yemas de los dedos, le apartó un mechón de pelo que acariciaba su mejilla.
-¿y, como mujer de mundo, te ofenderías si te besara?
-¿Si tú qué? -susurró.
Nick encontró increíblemente dulce y excitante la confusión que reflejaban sus ojos.
-Yo prefiero actuar a hablar.
Deslizó las manos a ambos lados de su cuello hasta enmarcar su rostro, sintiendo la excitación creciendo en su interior, vibrando con cada latido de su corazón.
Esperando. Anticipando.
_________ se derritió contra él en cuanto rozó sus labios, como un copo de nieve incapaz de conservar su forma al entrar en contacto con un rayo de sol.
El gemido que escapó de sus labios fue un sonido de rendición.
Al oído, la excitación de Nick alcanzó unos niveles hasta entonces desconocidos para él. Él había disfrutado de sus conquistas, había disfrutado dando a todas aquellas mujeres ricas que querían, aunque fingieran lo contrario, un revolcón salvaje con uno de los rústicos trabajadores del rancho. Había disfrutado con ellas a pesar de saber que lo estaban utilizando. De ahí nacía precisamente su placer: del hecho de saber exactamente lo que eran, lo que andaban buscando.
Pero el beso de Savannah fue extrañamente inocente teniendo en cuenta todas las ideas preconcebidas que habían llevado a Cruz hasta aquel momento de seducción. Tan inocente que, por un instante, le hizo detenerse.
Pero inmediatamente, algo cambió en su interior.
La inocencia que lo había maravillado actuó como un lazo sobre él. Lo atrapó con la misma facilidad que a un potro. Lo convirtió en prisionero, hasta tal punto que consideró la posibilidad de resistirse. Pero rápidamente renunció a aquella idea y decidió disfrutar del momento.
O al menos pensó que lo había decidido.
Si hubiera sido sincero consigo mismo, habría reconocido que la capacidad de decisión se le había ido de las manos en el momento en el que había sentido el cuerpo de _________ moldeándose contra el suyo.
E intentando refugiarse en la mentira de que en realidad sólo estaba disfrutando de un poco de diversión, se había dejado envolver por aquellas sensaciones que corrían desenfrenadamente por su cuerpo.
Profundizó su beso, asaltando la boca de __________ una y otra vez.
_____________ se estremeció en el momento en el que le bajó la cremallera del vestido y lo dejó caer a lo largo de su cuerpo. En ese instante Nick supo, por la expresión de sus ojos, que la había conquistado.
Nick no estaba preparado para ello. Él estaba acostumbrado a mujeres que se convertían en gatas salvajes cuando las abrazaba. Acostumbrado y orgulloso a su manera de ser capaz de desvelar su secreto, de sacar a la luz lo que se escondía bajo sus pulcros modales y su sofisticación.
Pero no estaba acostumbrado a sentir que acababa de cruzar el umbral de la inocencia. Y, con cada uno de sus besos, Nick tenía la sensación de que _________ estaba más sorprendida que él mismo de la intensidad de sus sentimientos.
Y así, de alguna manera, el seductor pasó a convertirse en seducido.
Rápidamente, aquella experiencia se transformó en un momento infinitamente dulce a pesar de toda la pasión que lo rodeaba.
Todo desapareció de su conciencia. El establo, los caballos, el heno... Lo único que existía era aquella mujer que había sabido reducirlo a una masa de puro deseo.
Aquélla estaba siendo Una experiencia nueva y diferente, pero tenía la sensación de haber estado esperándola durante toda su vida. Era como si ___________ lo conociera desde siempre.
Cada una de sus caricias era como una revelación que lo dejaba anhelante.
_________ se había convertido en una mujer salvaje bajo su boca. Era como si cada fibra de su ser se hubiera transformado en fuego y sólo él pudiera extinguir aquellas llamas.
Pero no las apagaba. Con cada movimiento, parecía estar alimentándolas.
Nick movía sus dedos, sus labios y su lengua a lo largo de todo su cuerpo, enseñándola a conocerse a sí misma, demostrándole que no había un solo rincón inmune a las maravillas del amor.
Y cuando llegó a aquel recodo en el que todos los placeres se unían, cuando por fin se hundió en ella, la excitación era tal que apenas le permitía respirar.
Nick se obligó a abandonar los recuerdos. Aquél no era momento para divagar. Lo único que sabía era que no podía perder a _________. No podía. Perderla sería como perder la mitad de su alma.
-Aguanta, pequeña -dijo en voz alta- Tienes que aguantar hasta que vaya a ayudarte.
__________ era lo mejor que le había ocurrido en toda su vida y lo sabía condenadamente bien. Desde el primer momento, desde la primera vez que habían hecho el amor en el establo, había sabido que nunca sentiría nada parecido por otra mujer.
Como un caballo desbocado, los recuerdos lo llevaron hasta aquel día.
En su recuerdo, él permanecía lejos del establo, observando el rostro de ___________ mientras ella se acercaba a Hellfire, un caballo que le había causado muchos problemas y al final había llegado a convertirse en su favorito. Vanessa le había regalado a Hellfire el día que había cumplido veinticinco años. Nick jamás había tenido un caballo como aquél.
Y le había gustado la admiración que reflejaba el rostro de __________ mientras contemplaba al animal.
-¿Qué te parece? -le había preguntado él.
-Creo que es preciosa -había susurrado ___________.
-Es un caballo, no una yegua. ¿No eres capaz de ver la diferencia entre... ?
__________ se había sonrojado violentamente, había retrocedido y había mirado más detenidamente al animal.
-Sí -había contestado rápidamente- Sé exactamente cuál es la diferencia. Me crié en un rancho.
Las risas de Nick habían hecho intensificarse su rubor.
-No te rías de mí.
Apartándola de Hellfire, Nick la había llevado hacia un cubículo vacío.
_ No, no me estoy riendo de ti. Me río de lo increíblemente dulce e inocente que pareces.
-No soy inocente -había protestado __________.
-Oh, perdóname. En ese caso, supongo que eres una mujer de mundo.
__________ se había encogido de hombros y habla desviado la mirada.
-Bueno, la verdad es que no mucho, pero...
Nick había posado las manos en sus hombros y las protestas habían muerto en los labios de ___________.
La sonrisa de Nick desapareció para ser sustituida por una más intensa mientras la miraba. Seguramente, aquélla era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Hermosa e inocente. La combinación era irresistible. Con las yemas de los dedos, le apartó un mechón de pelo que acariciaba su mejilla.
-¿y, como mujer de mundo, te ofenderías si te besara?
-¿Si tú qué? -susurró.
Nick encontró increíblemente dulce y excitante la confusión que reflejaban sus ojos.
-Yo prefiero actuar a hablar.
Deslizó las manos a ambos lados de su cuello hasta enmarcar su rostro, sintiendo la excitación creciendo en su interior, vibrando con cada latido de su corazón.
Esperando. Anticipando.
_________ se derritió contra él en cuanto rozó sus labios, como un copo de nieve incapaz de conservar su forma al entrar en contacto con un rayo de sol.
El gemido que escapó de sus labios fue un sonido de rendición.
Al oído, la excitación de Nick alcanzó unos niveles hasta entonces desconocidos para él. Él había disfrutado de sus conquistas, había disfrutado dando a todas aquellas mujeres ricas que querían, aunque fingieran lo contrario, un revolcón salvaje con uno de los rústicos trabajadores del rancho. Había disfrutado con ellas a pesar de saber que lo estaban utilizando. De ahí nacía precisamente su placer: del hecho de saber exactamente lo que eran, lo que andaban buscando.
Pero el beso de Savannah fue extrañamente inocente teniendo en cuenta todas las ideas preconcebidas que habían llevado a Cruz hasta aquel momento de seducción. Tan inocente que, por un instante, le hizo detenerse.
Pero inmediatamente, algo cambió en su interior.
La inocencia que lo había maravillado actuó como un lazo sobre él. Lo atrapó con la misma facilidad que a un potro. Lo convirtió en prisionero, hasta tal punto que consideró la posibilidad de resistirse. Pero rápidamente renunció a aquella idea y decidió disfrutar del momento.
O al menos pensó que lo había decidido.
Si hubiera sido sincero consigo mismo, habría reconocido que la capacidad de decisión se le había ido de las manos en el momento en el que había sentido el cuerpo de _________ moldeándose contra el suyo.
E intentando refugiarse en la mentira de que en realidad sólo estaba disfrutando de un poco de diversión, se había dejado envolver por aquellas sensaciones que corrían desenfrenadamente por su cuerpo.
Profundizó su beso, asaltando la boca de __________ una y otra vez.
_____________ se estremeció en el momento en el que le bajó la cremallera del vestido y lo dejó caer a lo largo de su cuerpo. En ese instante Nick supo, por la expresión de sus ojos, que la había conquistado.
Nick no estaba preparado para ello. Él estaba acostumbrado a mujeres que se convertían en gatas salvajes cuando las abrazaba. Acostumbrado y orgulloso a su manera de ser capaz de desvelar su secreto, de sacar a la luz lo que se escondía bajo sus pulcros modales y su sofisticación.
Pero no estaba acostumbrado a sentir que acababa de cruzar el umbral de la inocencia. Y, con cada uno de sus besos, Nick tenía la sensación de que _________ estaba más sorprendida que él mismo de la intensidad de sus sentimientos.
Y así, de alguna manera, el seductor pasó a convertirse en seducido.
Rápidamente, aquella experiencia se transformó en un momento infinitamente dulce a pesar de toda la pasión que lo rodeaba.
Todo desapareció de su conciencia. El establo, los caballos, el heno... Lo único que existía era aquella mujer que había sabido reducirlo a una masa de puro deseo.
Aquélla estaba siendo Una experiencia nueva y diferente, pero tenía la sensación de haber estado esperándola durante toda su vida. Era como si ___________ lo conociera desde siempre.
Cada una de sus caricias era como una revelación que lo dejaba anhelante.
_________ se había convertido en una mujer salvaje bajo su boca. Era como si cada fibra de su ser se hubiera transformado en fuego y sólo él pudiera extinguir aquellas llamas.
Pero no las apagaba. Con cada movimiento, parecía estar alimentándolas.
Nick movía sus dedos, sus labios y su lengua a lo largo de todo su cuerpo, enseñándola a conocerse a sí misma, demostrándole que no había un solo rincón inmune a las maravillas del amor.
Y cuando llegó a aquel recodo en el que todos los placeres se unían, cuando por fin se hundió en ella, la excitación era tal que apenas le permitía respirar.
Nick se obligó a abandonar los recuerdos. Aquél no era momento para divagar. Lo único que sabía era que no podía perder a _________. No podía. Perderla sería como perder la mitad de su alma.
-Aguanta, pequeña -dijo en voz alta- Tienes que aguantar hasta que vaya a ayudarte.
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