Guia para entender a los hombres |N.C|

Introducción.

by s! ©

Capítulo 01.

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Por última vez observé mi reflejo. «Ya estás aquí, sé fuerte, no es tu primer año haciendo esto.» Salí del baño para dirigirme al aula caminando por aquel gran corredor en dónde la mayoría está nervioso por su primer día en este nuevo año.
Procuro dar pasos firmes y seguros, aunque los tacones que llevo puestos no ayudan mucho, además que mi hombro me duele por la mochila llena de libros que llevo en el. A lo lejos veo a un chico rubio que atrapa mi atención. Esta vestido de negro y tiene apariencia de chico malo. Trae una chaqueta con una playera blanca que se transparenta mostrando a la luz su torso trabajado. Nunca lo había visto por aquí, tal vez le asignaron un casillero por aquí.
Despeje de mi mente cualquier pensamiento que se tratara de él. Ahora tenía que buscar mi casillero, genial. «3982» Ese era el número de mi nuevo casillero. Buscando este choqué con alguien, era el mismo chico rubio.

— Lo siento—articule nerviosa.
— No importa—dijo una voz ronca sin darle importancia al asunto.

A este no le afectó en absoluto y siguió con su vida como si nada hubiera pasado, me limite a rodar los ojos y entrar a mi salón. «Un idiota más.»

— Buenos días alumnos—dice el profesor Cortes felizmente. ¿A este qué le picó?
— Buenos días—digo un poco cansada de siempre lo mismo junto con todo el salón.
— Sé que hoy es nuestra primera clase de muchas—empieza a dar uno de sus discursos famosos por ser los más aburridos—. Este trabajo que les pienso dejar, valdrá el cincuenta por ciento de su nota final—y todo el salón se queja al igual que yo, dando a entender porqué estaba tan feliz.
— ¡Billy!—reprocha al chico de aquel nombre por jugar con aviones de papel— Como iba diciendo, vale el cincuenta por ciento de su nota final, no me interesa el tema que elijan, pero eso sí—levanto la vista hacia Britney, la reina de las plásticas—, nada de maquillaje o cosméticos, mucho menos de fútbol—un chico de cabellos rojizos alza la mano—. Si señor Winham—dice el profesor cediéndole la palabra.
— Entonces, ¿de qué se podría hacer?—pregunta confundido.
—Del comportamiento humano, cualquier tema—respondió cortésmente el profesor.
La campana sonó indicando que la corta clase había llegado a su fin.
— Tengan un buen día—sonrío malvadamente, todos comenzaron a levantarse de sus asientos y a irse cuando este nos detuvo agregando por último—. Es en grupos, entre más integrantes menos trabajo—dijo en un cántico.
— Viejo idiota—susurro antes de salir.

Al salir un par de figuras familiares llamaron mi atención; se trataban de Alexandra y Bethany. Me acerqué a ellas por detrás asustándolas, riendo por sus reacciones.

— ¡Hailee! Dios, casi me matas del susto—dice Bethany llevándose la mano al corazón.
— Lo siento, pero, debieron ver sus caras—terminé de decir para nuevamente volver a reír.
— Já já, que graciosa—dice sarcástica Alexandra—. ¿Y? ¿No nos vas a saludar o qué?
— Tan amorosa como siempre—dije abrazando a ambas—. ¿Han visto a alguien más?
— Nop, encontré de casualidad a Alexandra cuando llegué, no hemos visto a las demás.
— ¿Seguras que todas se iban a quedar este año?—pregunto nerviosa.
— Calma chica, ya verás que todas están aquí, simplemente están jugando a las escondidas o algo parecido.

Traté de no preocuparme y pensar en que lo Alexandra me había dicho, trate de pensar en lo primero que se me viniera a la mente; para desgracia mía lo primero que se me vino a la mente fue aquel rubio con nombre desconocido.

— Tierra llamando a Hailee—dice Bethany con voz robótica.
— Lo siento, ¿qué decían?—pregunte lo más normal posible.
— ¿En qué mundo estabas?—pregunta divertida Alex.
— En ningún mundo—me excuso—. Bien, ¿haremos el proyecto juntas, cierto?
— ¡Por supuesto que sí!—exclama Bethany— ¿Acaso tú no le tienes miedo a Cortes? Yo siento un calosfrío al verlo.
— Bien, pero si encontramos a alguna de las chicas les pediremos que se unan a nosotras—dice Alex.
— Estoy de acuerdo contigo—digo asintiendo.
— ¡Victoria!—grita Bethany emocionada haciendo voltear todas las cabezas hacia la chica.
— Oh por Dios—exclama a ella—. ¡Las encontré! Me empezaba a preocupar de no encontrar a ninguna.
— Pues aquí estamos—menciona divertida la castaña a mi lado—. ¿También acabas de salir de la clase del profesor Cortes?
— Ni que lo digas—menciona ella—. No puedo creer que apenas es el primer día y ya quiere torturarnos. ¿Lo haremos juntas?
— Claro—afirmo esta vez yo—. Juntas como hermanas.
— ¿De qué tratará?—pregunta Bethany.
— No tengo ni la menor idea—responde Alexandra.
— Tal vez del comportamiento humano—apoya Victoria.
— ¿Los hombres cuentan como comportamiento humano? Sería un tema interesante, una guía de cómo entender a los hombres—opino y todas asienten.

Rubio, prepárate para ser analizado como si de una rata de laboratorio se tratara.

Lo siento por la tardanza en verdad pero no estaba segura de si subir así el capítulo o cambiarlo además de que me quería agregar a un par de chicas.

Sigue: sweet sacrifice.

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