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Infieles. {novela colectiva}
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Re: Infieles. {novela colectiva}
Por todos los Dioses, el prólogo es hermoso
ya quiero leer el primer capítulo
ya quiero leer el primer capítulo
wylan
Re: Infieles. {novela colectiva}
Capítulo 01
El contacto de mis pies con el agua salada del mar me recordaba los maravillosos momentos que había pasado allí. Sonreí ampliamente al evocar uno que otro, y continué caminando, dejando mis huellas en la arena semi-cálida.
Ya era hora de volver a casa, por más que no quisiera, mi poca libertad había acabado; si quería poder salir más seguido, debía ser precavida y no pasarme de lista, pues ya sabía las consecuencias si lo hacía.
«Ruego que no esté en casa.» pensé.
Al fin llegué al pórtico de mi humilde, pero hermoso hogar. Por fuera, éste parecía totalmente iluminado y lleno de paz, mas solo eran simples y falsas apariencias que con mis propias manos había hecho. Hice que luciera así para que tapara un poco el infierno en el que se transformaba cuando él y yo estábamos dentro.
Sacudí mi cabeza, y suspiré, preparándome mentalmente para cualquier cosa. Pero, quien sabe, quizás hoy llegó de buen humor.
Introduje la llave por la cerradura, la giré y entré. El silencio y el frío eran fantasmales, mas eso era lo que más deseaba; él no estaba en casa. Sonreí, aliviada, y me recargué en la puerta, deslizándome sobre ésta hasta llegar al suelo. Solté mis zapatos de taco chino negros, colocándolos a mi lado, y bostecé, cerrando los ojos por unos segundos
En un movimiento rápido, me levanté y conmigo los tacones, los llevé hasta la habitación y los guardé, colocándome unas cómodas pantuflas. Movilicé mis dedos dentro de éstas, y puse en marcha mis quehaceres.
Limpié la habitación, los baños y la cocina, y ya casi terminaba de limpiar la sala de estar, las demás partes de la casa podían esperar. Luego de finalizar, busqué una receta en el libro de cocina que mi madre me había regalado cuando tenía trece, —ya que para esa edad yo quería ser chef profesional, pero al cumplir los dieciocho, mi esperanza por ser abogada creció y eso estudié, y terminé siendo abogada—.
En una situación como la mía, ser abogada es irónico, pues puedes demandar por tantas cosas a tu cónyuge si te lastima, pero era un caso especial y perdido; tenía miedo de no despertar el día de mañana si llegaba a confesar alguna de las atroces torturas que éste cometía.
Minutos después de que comencé a hacer espaguetis, llegó Chris y, para a mi suerte, no venía de buen humor, para nada.
—¿Puedes decirme dónde carajo estabas hace dos horas, Julianne? —espetó, luego de azotar la puerta y arrojar las llaves sobre la mesa, molesto.
—Fui a caminar a la playa, ¿por qué? —respondí rápidamente, limpiando mis manos en mi delantal.
—¡Mentira! —su mano aterrizó con fuerza en uno de los floreros de porcelana que había arriba de la mesa, y lo arrojó al suelo, lo que hizo sobresaltarme. El corazón me latía a mil por segundo.
—No podría mentirte, Chris, ¿para qué? —traté de tranquilizarlo, con la mismísima verdad, luego de unos segundos.
—¿Me estás engañando, verdad? —deslizó una mano por su cabello y la otra la posicionó en su cadera, claros signos de creciente irritación— ¿Acaso me tomas por estúpido? —se acercó a mí rápidamente y me tomó bruscamente del cabello— ¡Contéstame!
—¡Claro que no, lo sabes! —me arrojó al suelo, como si fuera aquel florero; una cosa sin valor.
—Perra, deja de mentirme, solo empeoras las putas cosas. —vociferó, y acto seguido estampó su mano en mi mejilla derecha.
Luego de unos cuantos golpes sin piedad, se detuvo, gracias al agua de los fideos que había hervido y comenzaba a rebalsarse.
Mi boca sangraba, no mucho, pero lo hacía, y un dolor latente provenía de mi ojo izquierdo, el mismo que provenía de mi mejilla derecha completamente adolorida. Me sentía fatal, ésta vez había sido una de las peores. Y quien sabe, si no hubiera sido por la cena, podría haberme dejado inconsciente.
Me paré con las pocas fuerzas que tenía, una vez que él había bajado el fuego y se había marchado a la habitación, y me dirigí al baño. Una vez allí, sollocé, cubriéndome la boca al ver mi golpeado reflejo en el espejo, para no gritar. Un corte en mi ceja derecha, mi pómulo derecho y ojo izquierdo increíblemente hinchados y mis labios bañados en líquido rojo. Me lavé la cara con cuidado, y recurrí al botiquín de primeros auxilios, donde encontré todas las cosas para curar algunas lastimaduras. Gracias a Dios, ésta vez los golpes solo habían sido en el rostro.
Salí del cuarto de baño, volví a la cocina y terminé de hacer la cena. Dolía acostumbrarme a tal abuso, pero debía hacerlo, ya que jamás podría salir de tal lugar; vivir con miedo era la peor situación del mundo.
—Lo siento. —pronunció una vez que ya estábamos sentados en la mesa, cenando— Sabes que te amo, pero odio que me mientas, y así aprenderás a no hacer cosas que no debes.
—No te he mentido. —repliqué con inexistentes fuerzas, sabiendo la rutina diaria; golpes, cena, disculpas, tener la razón y finalmente, hacer como que nada sucedió.
—¿Y cómo es qué no me avisaste? —dejó los cubiertos sobre el plato— ¿Piensas qué soy adivino?
—La nota todavía está en el mármol del desayunador. —mi mirada yacía perdida y mi voz sonaba apagada, pero pude notar que giró su cabeza en dirección a la cocina.
—Podrías haberme llamado, sabes que no habría encontrado esa nota al no verte aquí. —tomó el tenedor, y siguió comiendo— Eres tan insípida, mi querida Julie. —posicionó su blanca palma en mi pelo, y sonrió con un deje de maldad.
—Me arrebataste el móvil, ¿qué acaso no lo recuerdas? —retiré su mano de mi cabello, y automáticamente me levanté de la mesa.
—¡Ya dije que lo sentía! —gritó a mis espaldas, mas su cuerpo no se movió al ver el mío alejarse.
Me tumbé en la cama, adolorida, y lloré silenciosamente abrazada a mi almohada, tal y como lo había hecho cuando cumplí quince años y tuve mi primer mal de amores. Pero ojalá ésto fuera un mal de amores.
Habito un infierno disfrazado de hogar, y vivo con un demonio enmascarado al que llamo esposo; nada en mi vida es lo que yo esperaba que fuera, todos mis sueños y anhelos fueron tirados a la basura en el mismísimo momento en el que pronuncié las palabras "sí, acepto".
Ya era hora de volver a casa, por más que no quisiera, mi poca libertad había acabado; si quería poder salir más seguido, debía ser precavida y no pasarme de lista, pues ya sabía las consecuencias si lo hacía.
***
El largo tramo cada vez parecía ser más pequeño, algo que me fastidiaba demasiado, quería respirar y aprovechar lo suficiente como para lidiar con la bestia con la que convivía; mi esposo, Christian.«Ruego que no esté en casa.» pensé.
Al fin llegué al pórtico de mi humilde, pero hermoso hogar. Por fuera, éste parecía totalmente iluminado y lleno de paz, mas solo eran simples y falsas apariencias que con mis propias manos había hecho. Hice que luciera así para que tapara un poco el infierno en el que se transformaba cuando él y yo estábamos dentro.
Sacudí mi cabeza, y suspiré, preparándome mentalmente para cualquier cosa. Pero, quien sabe, quizás hoy llegó de buen humor.
Introduje la llave por la cerradura, la giré y entré. El silencio y el frío eran fantasmales, mas eso era lo que más deseaba; él no estaba en casa. Sonreí, aliviada, y me recargué en la puerta, deslizándome sobre ésta hasta llegar al suelo. Solté mis zapatos de taco chino negros, colocándolos a mi lado, y bostecé, cerrando los ojos por unos segundos
En un movimiento rápido, me levanté y conmigo los tacones, los llevé hasta la habitación y los guardé, colocándome unas cómodas pantuflas. Movilicé mis dedos dentro de éstas, y puse en marcha mis quehaceres.
Limpié la habitación, los baños y la cocina, y ya casi terminaba de limpiar la sala de estar, las demás partes de la casa podían esperar. Luego de finalizar, busqué una receta en el libro de cocina que mi madre me había regalado cuando tenía trece, —ya que para esa edad yo quería ser chef profesional, pero al cumplir los dieciocho, mi esperanza por ser abogada creció y eso estudié, y terminé siendo abogada—.
En una situación como la mía, ser abogada es irónico, pues puedes demandar por tantas cosas a tu cónyuge si te lastima, pero era un caso especial y perdido; tenía miedo de no despertar el día de mañana si llegaba a confesar alguna de las atroces torturas que éste cometía.
Minutos después de que comencé a hacer espaguetis, llegó Chris y, para a mi suerte, no venía de buen humor, para nada.
—¿Puedes decirme dónde carajo estabas hace dos horas, Julianne? —espetó, luego de azotar la puerta y arrojar las llaves sobre la mesa, molesto.
—Fui a caminar a la playa, ¿por qué? —respondí rápidamente, limpiando mis manos en mi delantal.
—¡Mentira! —su mano aterrizó con fuerza en uno de los floreros de porcelana que había arriba de la mesa, y lo arrojó al suelo, lo que hizo sobresaltarme. El corazón me latía a mil por segundo.
—No podría mentirte, Chris, ¿para qué? —traté de tranquilizarlo, con la mismísima verdad, luego de unos segundos.
—¿Me estás engañando, verdad? —deslizó una mano por su cabello y la otra la posicionó en su cadera, claros signos de creciente irritación— ¿Acaso me tomas por estúpido? —se acercó a mí rápidamente y me tomó bruscamente del cabello— ¡Contéstame!
—¡Claro que no, lo sabes! —me arrojó al suelo, como si fuera aquel florero; una cosa sin valor.
—Perra, deja de mentirme, solo empeoras las putas cosas. —vociferó, y acto seguido estampó su mano en mi mejilla derecha.
Luego de unos cuantos golpes sin piedad, se detuvo, gracias al agua de los fideos que había hervido y comenzaba a rebalsarse.
Mi boca sangraba, no mucho, pero lo hacía, y un dolor latente provenía de mi ojo izquierdo, el mismo que provenía de mi mejilla derecha completamente adolorida. Me sentía fatal, ésta vez había sido una de las peores. Y quien sabe, si no hubiera sido por la cena, podría haberme dejado inconsciente.
Me paré con las pocas fuerzas que tenía, una vez que él había bajado el fuego y se había marchado a la habitación, y me dirigí al baño. Una vez allí, sollocé, cubriéndome la boca al ver mi golpeado reflejo en el espejo, para no gritar. Un corte en mi ceja derecha, mi pómulo derecho y ojo izquierdo increíblemente hinchados y mis labios bañados en líquido rojo. Me lavé la cara con cuidado, y recurrí al botiquín de primeros auxilios, donde encontré todas las cosas para curar algunas lastimaduras. Gracias a Dios, ésta vez los golpes solo habían sido en el rostro.
Salí del cuarto de baño, volví a la cocina y terminé de hacer la cena. Dolía acostumbrarme a tal abuso, pero debía hacerlo, ya que jamás podría salir de tal lugar; vivir con miedo era la peor situación del mundo.
—Lo siento. —pronunció una vez que ya estábamos sentados en la mesa, cenando— Sabes que te amo, pero odio que me mientas, y así aprenderás a no hacer cosas que no debes.
—No te he mentido. —repliqué con inexistentes fuerzas, sabiendo la rutina diaria; golpes, cena, disculpas, tener la razón y finalmente, hacer como que nada sucedió.
—¿Y cómo es qué no me avisaste? —dejó los cubiertos sobre el plato— ¿Piensas qué soy adivino?
—La nota todavía está en el mármol del desayunador. —mi mirada yacía perdida y mi voz sonaba apagada, pero pude notar que giró su cabeza en dirección a la cocina.
—Podrías haberme llamado, sabes que no habría encontrado esa nota al no verte aquí. —tomó el tenedor, y siguió comiendo— Eres tan insípida, mi querida Julie. —posicionó su blanca palma en mi pelo, y sonrió con un deje de maldad.
—Me arrebataste el móvil, ¿qué acaso no lo recuerdas? —retiré su mano de mi cabello, y automáticamente me levanté de la mesa.
—¡Ya dije que lo sentía! —gritó a mis espaldas, mas su cuerpo no se movió al ver el mío alejarse.
Me tumbé en la cama, adolorida, y lloré silenciosamente abrazada a mi almohada, tal y como lo había hecho cuando cumplí quince años y tuve mi primer mal de amores. Pero ojalá ésto fuera un mal de amores.
Habito un infierno disfrazado de hogar, y vivo con un demonio enmascarado al que llamo esposo; nada en mi vida es lo que yo esperaba que fuera, todos mis sueños y anhelos fueron tirados a la basura en el mismísimo momento en el que pronuncié las palabras "sí, acepto".
azura.
Re: Infieles. {novela colectiva}
- Spoiler:
- sé que el capítulo está hecho un asco, pero mi inspiración está bastante ausente. Estuve más de dos horas escribiendo esa bazofia, imagínense. bueno, espero tu capítulo, zowi. las quiero<3
azura.
Re: Infieles. {novela colectiva}
Sophs, no sé si ya te lo había mencionado pero soy fan de como escribes porque lo haces perfecto.
Y con lo del capítulo quiero reservarme muchos comentarios al odioso ese de Christian.había escrito una biblia de comentario pero se me borro al querer previsualizar, maldito internet.
Ya quiero leer el capítulo de Zoe
Y con lo del capítulo quiero reservarme muchos comentarios al odioso ese de Christian.
Ya quiero leer el capítulo de Zoe
wylan
Re: Infieles. {novela colectiva}
gracias, yiyi, pero es una caca yo también odio a chris, pero es tan potro, ya vas a ver x.x
azura.
Re: Infieles. {novela colectiva}
Capítulo 02
Podía lograr sentir las miradas de la gente posadas en mi, cosa que si, verdaderamente me resulta molesto. Y no me resultaría de tal forma si no fuera por que Blake llega tarde, otra vez. Suspiré. Luego me centré en el cuadro que supuestamente estaba mirando hacía un par de minutos aun que realmente estaba manteniendo un monólogo interno tranquilizándome por el hecho de estar completamente sola cuando hacía cuarenta-y-cinco minutos que había quedado con él.
La representación constaba de una gama cromática de colores fríos, los violetas se mezclaban con los azules. Se podía lograr ver el pelo de la chica le tapaba la mitad de la cara y luego se mezclaba con unas formas abstractas indefinidas haciendo que se difuminara de forma que no se distinguía pero de alguna forma la composición era hermosa, los ojos de ella al igual que los labios eran los detalles más trabajados a propósito logrando que la mente captara el interés de la gente por conocer a aquella persona inexistente. Era uno de los cuadros que más me había gustado, sin embargo mi favorito era día añil de Victor Petrov. Pero sin embargo por mucho que lo quisiera sabía que Blake nunca me lo compraría, él simplemente prefería comprarme cosas "bonitas", además no tiene ni sentido artístico ni entiende el arte.
Unas manos se posaron en mis caderas logrando que me sobresaltara.
— Hola nena —me susurró al oído y yo evité su mirada mientras seguía contemplando el cuadro.
— Llegas tarde —le contesté de brazos cruzados.
— Lo siento pero es que estaba en una reunión —me dijo acercándose a mi oído.
— No lo entiendes. Esto era importante para mi —le digo para luego agarrar mi abrigo y marcharme de la galería.
El viento azotó mi cara con su baja temperatura haciendo que me acomodara más mi abrigo mientras caminaba rápido intentando ignorar a mi marido. Cosa que resultó inútil ya que el hecho de que fuera más alto le proporcionaba ventaja para pegar zancadas más largas y me alcanzó rápido impidiéndome el paso poniéndose delante de mi.
— Sarah, se que era importante. Pero realmente no tengo la culpa de que se atrasara la reunion, como sub-director no podía abandonar la sala.
— Siempre haces lo mismo.
— Lo hago por ti, por nosotros. Ese trabajo nos da la vida que nos merecemos —dijo él. Y entonces fue mi perdición. Sus ojos castaños miraron dentro de los míos recordándome que estaba casada con él por que le amaba, era imposible culparle por algo que en realidad no era culpa suya. Respondí con una sonrisa torcida— Vamos, reservé en Le pas . Al menos podremos disfrutar de la cena.
***
Lo cierto es que Blake sabia currárselo para pedir disculpas, ya el hecho de pedir champán me seguía impresionando. Nunca había sido una chica adinerada, lo más parecido a ese manjar que había probado era la coca-cola o como mucho el vodka barato. El restaurante francés era de un conocido del padre de él, era un hombre que nada más verle podías saber dos cosas: 1- Su acento, el cual adoraba usar, le delataba su nacionalidad, y 2- Nunca había conocido una persona tan gay. Vamos a ver yo adoro a las personas homosexuales y estoy a favor de la diversidad de sexos y el colectivo homosexual, pero bueno él es algo así como exageradamente explicito, fabuloso y su egocentrismo salta como las feromonas de un adolescente.
El entrante fue un poco de verduras con tapenade y unos panecillos deliciosos, el plato principal era confit de pato -básicamente carne de pato, con sal, ajo embadurnados con una salsa deliciosa y un confit- después terminamos con un postre para los dos,un postre que me resultó difícil de pronunciar a la hora de pedirlo por mi pésimo conocimiento de francés. Maldita cocina francesa, era imposible no amarla.
— ¿Entonces me perdonas? —me pregunta mientras coge una cucharada de la tarta.
— Creo que si me das estos manjares cada día podría amarte eternamente —le contesté riendo y él me correspondió cogiéndome de la mano— Aun que posiblemente me convirtiera en una foca y tendrías que dejarme acabando sola con un par de gatos.
— Nunca haría eso.
***
Y lo consiguió. Mi cabreo leve se fue como si de una pelusa se tratara. Al llegar simplemente nos cambiamos en el baño conjunto y dejamos la ropa en el sofá del vestidor para ponernos el pijama e acostarnos. Me acerqué a él para poner mis brazos sobre su cuello y él me rodeó para atraerme a él. Acaricié su cabello castaño mientras nuestras miradas se entelazaban, después nuestros labios se unieron en un beso apasionado y entonces...
— Cielo, me encantaría seguir con esto y acabar... bueno juntos en la cama —dijo con una sonrisa, pero al instante se le fue— Pero mañana he de levantarme temprano para ir a trabajar, ¿lo entiendes verdad?
— Claro —dije con una sonrisa falsa repimiendo la lágrima de mi ojo derecho.
Después besó mi frente y nos acostamos en la cama dándonos la espalda, no lo pude reprimir y a la luz de la luna dejé caer un par de lágrimas sin hacer ruido.
Entonces empecé a sospechar lo que significaba por que eran más tres semanas sin acostarnos, no solo eso; Llegaba tarde, a veces un tanto bebido, y si nos acostábamos nunca me miraba directamente, era como si le costara. Él ya no me quería. Ahora simplemente era una esposa florero, de las que sonríen y no emiten lo que sienten, las que asienten y no comentan, todo por que era una buena chica. Creo que simplemente por eso me quería tanto él como su familia, ¿como había podido cambiar tanto?
Me dolía la cabeza, no quería llorar más y darle vueltas a la cabeza a eso no me iba a poner mejor.
A la mañana siguiente me desperté con un vacío a mi costado derecho, me quedé en la cama mirando a la nada sin ganas de levantarme. Quería quedarme todo el día envuelta con las sábanas todo el día. Y sin embargo me levanté y fui al baño, al lavarme la cara cogí la ropa sucia y luego bajé a la cocina para desayunar. Bebí un vaso de agua mientras ponía la lavadora, una mancha hizo que mi mano apretara demasiado fuerte el vaso haciéndolo añicos; Era carmín rojo.
Ahora ya sabía el por que de sus besos vacíos, sus caricias rígidas y sus retrasos sin razón.
Última edición por hathaway el Lun 18 Ago 2014, 1:27 am, editado 1 vez
✦ ausente.✦
pixie.
pixie.
Re: Infieles. {novela colectiva}
ay que chuchito hijo de puta blake. ahré.
me encantó, zowi
te esperamos, chatti. las quiero<33
me encantó, zowi
te esperamos, chatti. las quiero<33
azura.
Re: Infieles. {novela colectiva}
Amé ambos capítulos e intentaré seguirla pronto por que en serio amo esta novela n.n
Besos xx
Besos xx
Invitado
Invitado
Re: Infieles. {novela colectiva}
Corto pero hermoso Blake me me recordó un poco a Bragi, dios nórdico de la poesía.
Me siento mal por Sarah, se me hizo un hueco en el estomago, ugh, estos hombres, que no es más fácil terminar con la relación que dañar los sentimientos de los demás.
Ya quiero leer el siguiente, lo demando.
Me siento mal por Sarah, se me hizo un hueco en el estomago, ugh, estos hombres, que no es más fácil terminar con la relación que dañar los sentimientos de los demás.
Ya quiero leer el siguiente, lo demando.
wylan
Re: Infieles. {novela colectiva}
noph: amé el capítulo, ése chris es un maldito hijo de puta rlly, lo castraré con la aspiradora(?), es que aghh, lo odio tanto ;-; y luego se disculpa, qué hijo de puta más grande pero bueee. amo como escribes, eres tan perfecta que me dan ganas de hacerte mi esposa, ah, yo soy buena no como ese hijo de puta ahq. te amo<33.
cuñada: amé el maldito capítulo, sarah me cayó tan bien, la amo mucho<33, amo a todos tus personajes siempre los amaré. encima el esposo es un maldito, que los esposos no tengan sexo por 3 semanas es algo así como un pecado(?), yo lo mataba a golpes(?). te amo<33.
cuñada: amé el maldito capítulo, sarah me cayó tan bien, la amo mucho<33, amo a todos tus personajes siempre los amaré. encima el esposo es un maldito, que los esposos no tengan sexo por 3 semanas es algo así como un pecado(?), yo lo mataba a golpes(?). te amo<33.
tobias.
Re: Infieles. {novela colectiva}
gracias, nanni, yo también te amo. ¡dejá de mentir, mierda, sé que mi escritura es pure shit (?)! pero te amo igual ♥ bueno, seamos esposas entonces ♥♥
azura.
Re: Infieles. {novela colectiva}
si te refieres a que el mio es gris es por que lo puse yo
✦ ausente.✦
pixie.
pixie.
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