»P.s: Ya no te odio.

»nombre: P.s: Ya no te odio.
»autor: moondust. {miche}
»adaptación: no.
»género: general.
»advertencias: Jamie, no es el nombre real.
»otras páginas: no.

P.s: Ya no te odio.

14 de Julio, 2014.

Querido, Jamie. Esto es un poco embarazoso ya que no se como comenzar esto o incluso terminarlo, pero siempre supiste que era un desastre en el momento de redactar una carta, incluso si solo fuera una simple escusa falsa para dar en la escuela; recuerdo esos tiempos, cuando tratabas de que te salieran las firmas des nuestros padres lo mas similares a las originales, es una lastima que eso se haya quedado en el pasado. Se en lo que estas pensando después de leer eso y no, esta no es una carta para lamentarme no haber pasado mas tiempo contigo estos últimos cuatro años, aunque tal vez si debería hacerlo.

Si no sabes aquí llega el momento incomodo donde no se que mas escribir. Tengo tanto por decirte y a la vez nada. Muchas noches recostada en el suelo de mi habitación tratando de despejar mi mente, si lo sigo haciendo, pienso en tantas cosas que debí decirte, que quiero  decirte y que quisiera decirte. Paso largos tiempos pensando en lo que serian mas que una tonta carta, pero no pasan de la carta echa en mi mente para ti. Ya que algo me evita decirte tantas cosas que quisiste escuchar pero no oíste, ni oirás nunca. Y hoy llegue a la conclusion de saber lo que era; temo en escribirte aquellas cosas y que parezcan vacías, escritas solo por el echo de que extraño tu presencia. Pero parte de la mitad de lo que siempre escribo y pienso acerca de ti es que te extraño. Te extraño demasiado, lo hago tanto que temo quedarme para siempre como una masa de células que lo único que puede hacer mas de la mitad del día es anhelar de nuevo tu presencia. Comienza a preocuparle a mi madre, y se lo contó a mi papá. Creen que estoy loca, no se dan cuenta de que siempre lo estuve. Bueno, sigue siendo ellos. Solo ven, escuchan y piensan solo que quieren y/o creen. Trato de no molestarme tanto con ellos, ya que se que ellos ya no tienen un sueño o una meta por cumplir. Y es triste, por que al verlos a ellos me veo a mi. A la persona pusilánime en la que me he convertido. Y me enojo con todos, por que no quiero hacer nada para cambiarlo, no tengo el valor para cambiar, no deseo cambiar por que este es mi castigo. Aunque todos quieran hacerme creer otra cosa, es mi culpa que nuestro ultimo encuentro frente afrente, cuando te deje ir, haya sido tan amargo. Y te pido perdón por ello; desearía volver el tiempo atrás, para poder entenderte como lo hago hoy, para poder hacerlo diferente, para poder cambiar la amargura por dicha. Para poder haberte dado el beso que siempre quisimos ambos, pero que yo me negaba hacerlo porque cambiar nuestra amistad por algo mas.

La semana pasada vi a tu madre. Se le aguaron lo ojos cuando me vio, y pude ver en ellos tantos sentimientos encontrados hacía mi, hacía ti, hacía ella. Casi me eche a correr, no quería enfrentarme a la madre del chico al cual arruine su vida, a la que le arruine la buena amistad con su amiga de la infancia. A la madre que también dañe. Pero me quede ahí. Parada sin saber que hacer. Y tu madre se echo a llorar y me abrazo. Pude sentir que me había perdonado, algo que no había echo yo misma, y me eche a llorar. Me invito a la que fue tu casa, bueno la que siempre sera tu casa así tu ya no estés ahí. Seré sincera, no quería ir. ¿Como podría ir al lugar donde pasamos tan buenos momentos, como melancólicos? Pero sentí lastima por tu madre. Me lo había pedido con tal urgencia, con tal nerviosismo y me había mirado como si fuera tu. No disfrute de mi corta estadía en tu casa. Hasta las grietas en el cemento de la vereda afuera de tu casa me recordaban a ti y a mi juntos. Cuando eramos pequeños, jugando a que el tocara alguna grieta perdía. Cuando llegue a mi casa llore todo el resto del día y la noche. Pase todo el resto de la semana viendo nuestro vídeos, fotos, juguetes, escuchando nuestra música, viendo la camiseta que me regalaste, el dibujo que hiciste de mi y mi ropa de ese día. Viendo las manchas carmesí en la tela blanca de la camisa. Y los recuerdos de ti, entre mis brazos, mientras tocias y parte del liquido que no te dejaba respirar salia. Recordé como te sostuve por lo que pareció tanto tiempo mientras lloraba. Como llegaron los paramédicos y te alejaron de mis brazos. Pero tu ya te habías ido. Y recordé como pase meses enojada contigo, como por todo un año no deje de maldecir a todos, como por un par de años fui el desastre en todos lados, como en tres años no pare de recordarte, y como por cuatro años hoy no puedo dormir tranquila por el recuerdo de tu partida, reproduciéndose en mi sueños casi siempre.
Y hasta el día de hoy, solo pude comprende por que ocultaste todo, y por que te fuiste sin tratar de hacer algo para remediar tu problema. No querías te tratáramos diferente por estar enfermo, no querías que sufriéramos al verte y pensar que en cualquier momento nos dejarías, no querías irte sin ser tu.
Ahora diré el fin de esta carta. Y es que ya no estoy molesta como te grite segundos antes, y cuando te grite que te odiaba por haberme echo esto, solo fueron palabras que creí que expresaban lo que sentía en ese momento. Y bien también era parte de ello, me sentía mas abandonada y colérica por pensar que no me tenias la suficiente confianza para contarme todo aquello.
Te quise y siempre te querer, Jamie.

P.s: Eh leído un libro recomendado por una amiga, el escritor se vaso por una amiga que falleció a causa del cáncer. Quizás tu seas mi Esther Earl.