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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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A.R.N.S.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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A.R.N.S.
- Spoiler:
- Spoiler:
- presentación.
Buenos días, tardes, noches, sé que esta novela no tiene una introducción presentable, bueno, realmente no tiene introducción, es que creo que la sinopsis o prólogo tiene lo que yo pondría en una introducción. Bueno, me llamo Ludmila y tengo, por ahora, catorce años y soy de argentina (ahq importaba tanto), y después de pensar mucho en mis momentos de ocio decidí que mi mejores ideas tenían que estar en la sección de originales junto a todas esas buenas novelas que hay acá. En fin, espero que la disfruten tanto cómo yo, cualquier duda por mp y si querés ver la ficha reglamentaría... bueno, comentá a menos que seas del stuff. La novela cuenta con más o menos treinta y pico de capítulos y una segunda temporada en proceso, bueh' llevo cómo tres años con la misma idea y realmente no quiero volver a cambiar de tema... así que, te invito que la leas, no es tan mala.
Última edición por Jackson. el Jue 17 Jul 2014, 4:28 pm, editado 4 veces
proserpina
Re: A.R.N.S.
Leicoth Taurgen Victorie.
Jenna E. Brannan.
Ethan F. Schmidt.
Beck J. Smith.
Meloddie A. StepWalley.
Melannie V. StepWalley.
Kerianne L. Rose.
Julietta M. Morrison.
Edward E. Foster.
Rouselind A. Preismann.
James L. Morrison.
Katherine N. Dubois.
Travis J. Murphy.
Cindhy F. Parthenopeaus.
Benjamin W. Tomlinson.
Mayuri A. Smith.
Ninna Alexxa-Dominika Romero.
Martin N. Sandler.
Jayden A. Royce.
Lucas R. Hernández.
Maya C. Edwards.
Cristopher J. Rose.
Ethan F. Schmidt.
Beck J. Smith.
Meloddie A. StepWalley.
Melannie V. StepWalley.
Kerianne L. Rose.
Julietta M. Morrison.
Edward E. Foster.
Rouselind A. Preismann.
James L. Morrison.
Katherine N. Dubois.
Travis J. Murphy.
Cindhy F. Parthenopeaus.
Benjamin W. Tomlinson.
Mayuri A. Smith.
Ninna Alexxa-Dominika Romero.
Martin N. Sandler.
Jayden A. Royce.
Lucas R. Hernández.
Maya C. Edwards.
Cristopher J. Rose.
Bitgh Grules Hokmer.
—próximamente.Ketiannae Heatrs Zas-dú.
—próximamente.Pirwalls Grensth Mourire.
—próximamente.Última edición por Jackson. el Vie 18 Jul 2014, 3:29 pm, editado 5 veces
proserpina
Re: A.R.N.S.
Prólogo.
She is special.
Todas las personas nacen para algo, con un propósito especial en la vida, por desgracia no todas logran cumplirlo ya que por distintas razones no lo consideran importante o simplemente son demasiado realista como para soñar, claro que otras solo viven para sueños y esperanzas que alimentan cada día su corazón.
¿En qué pensamos cuando las palabras ‘dioses’, ‘Olimpo’ o ‘Grecia’ llega a nuestros oídos? claro, la mitología griega, sus dioses, Zeus en los cielos, Poseidón para los mares y Hades para la muerte.
Hijas de los mismo padres, idénticas, pero con un poder distinto cada una; se creía antiguamente que era reencarnaciones en la tierra de los tres dioses principales, luego de unos cientos de años la idea se modificó y se llegó a la conclusión que estas niñas había sido bendecidas por los dioses, cada uno con un favoritismo, los tres dioses principales, eligieron a las niñas, pero tal vez, hubo un error por parte de Poseidón y Zeus, como ya se había mencionado antes, a el dios de la muerte también tenía una niña, una bebé tan pura que el mismo dios dentro de sí mismo sintió lastima de ella.
Jenna, Meloddie y Melannie, no son semidiosas, ni mucho menos, solo son especiales. Jenna, también llamada Apola, es la joven más alejada de todo lo que solo conoció cuando nació, en un intento frustrado, su guardiana habría perdido a una de las niñas, en un intento de salvar a todas juntas. Así, Gracia, la rectora de los guardianes no tuvo otra alternativa que dejarla a merced del mundo humano, mientras caminaba por las calles de una cuidad cualquiera, una sombra la atrapó con bebé y todo, llevándola a un edificio.
— Sé que la tienes contigo Gracia, dámela, ahora.
— Nunca.
— Tú lo pediste.
Y así, como si nada el cuerpo de la mujer se volvió pálido, y se desplomó contra el piso, todo estaba listo, nada le impedía tocarla y así matarla, pero la niña había comenzado a llorar y todo empezó a prenderse fuego, la habitación dónde estaban se convirtió en llamas, y luego gritos, llantos y una sirena…
Y él, desapareció.
Última edición por Jackson. el Vie 08 Ago 2014, 3:57 pm, editado 1 vez
proserpina
Re: A.R.N.S.
Capítulo 001.
“Y apareció”
Todo comenzó cuando Ethan cumplió 5 años... la fiesta se celebraba en una pintoresca y rústica casa de Bradford, un niñito de cabello castaño oscuro estaba emocionado por su fiesta de 5; ahora sería más grande que sus amigos.
La madre de Ethan estaba nerviosa porque Burhaan, su esposo y padre del infante, no llegaba del su trabajo; él jamás se retrasaba, eso llegaba a formar en la cabeza de la mujer la incertidumbre de que algo de magnitud lo suficientemente grande como para saltearse el comienzo del cumpleaños de su hijo habría de pasar. Su esposo era una persona respetable y un excelente padre.
Burhaan era un hombre que trabajaba de bombero, y ese mismo día tuvieron que acabar con un gran incendio en un edificio donde vivían decenas de familias. Ya habían evacuado a todos los residentes de aquella construcción…
Mientras él y su compañero se aseguraban de que nadie más había dentro, un tercer bombero oyó algo, un grito, provenía del corazón de la edificación. Lo cual le extrañó ya que ningún residente se había quejado de la ausencia de algún familiar, pero eso no lo detuvo, entonces algo asustado llamó a Burhaan y al compañero de este Robert Thompson para poder ayudarlo a encontrar aquel pedido desesperado de ayuda.
Tenían que poner manos a la obra lo más rápido posible porqué la falta de oxígeno ya se había hecho presente. Ninguno de los tres hombres había dado con el paradero de aquel sollozo pero aun así no se procurarían vencidos, buscaron por varios minutos pero no hubo un resultado positivo, sin embargo el llanto no cesaba, de hecho cada vez se oía más y más fuerte. Burhaan y Robert, colega y mejor amigo, le habían ordenado al tercer bombero la evacuación inmediata, ya que la madera seguía siendo carcomida con el fuego y eso conseguía aumentar las probabilidades de que el inmueble colapsará en cualquier segundo.
El aire se hacía cada vez más denso y los llantos más fuertes era una situación de completa impotencia y esquizofrenia por parte de los individuos, aun ahí, parados. Pero gracias al cielo consiguieron seguir los lamentos de aquella persona hasta que se esfumaron sobre una pared.
Eso no podía inmovilizarlos, no, de ninguna manera, eso sería inconcebible, habían llegado lejos, por lo que con algo más que fuerza que ingenio arrasaron con una puerta conjunta a aquella pared de tronco y la encontraron.
Era una niña toda cubierta en cenizas, sus cabellos claros y enrulados sobresalían de la manta azul que la tenía protegida. Tan dócil, con unos dos o tres años de edad, movía sus manos impacientemente en el aire, como queriendo agarrarse de algo para salir corriendo de ahí.
Robert al descubrir al pequeño ser dueño de los gritos, la arropo en sus brazos y procuró que no siguiera aspirando el monóxido de carbono que el fuego encerrado desprendía, por su toxicidad y por lo más importante, por la vida de la nena. Burhaan, por su parte, en un movimiento rápido se despojaba de su propia chaqueta para rodear en la niña y observaba la situación, cómo salir, por dónde, y cuándo, eran prioridades, un paso en falso y adiós a todos. Del brazo de su amigo salió de aquel infierno que alguna vez fue un hogar para las familias que en ese momento se encontraban esparcidas en la vía pública observando la construcción a punto de estallar en llamas.
La chiquilla al salir de aquel lugar fue asistida por paramédicos que le quitaron la máscara, Robert atendió a las curiosas personas que miraban extrañados la situación, ellos les comunicaron que la infanta no había sido nunca antes vista en el edifico.
Alguien la había abandonado ahí, eso quería decir que no lograrían comunicarse con nadie para informar sobre el estado de su hija o nieta o sobrina. Burhaan Schmidt activó su instinto paternal, justo como hacía su esposa con Ethan Francis, su hijo. La nena no podía quedar sola a tan tierna edad en manos del estado. Por lo que él fue la persona que acompaño a la pequeña al hospital.
{xxx}
Habían pasado cuarenta y cinco minutos desde que la fiesta de pequeño de ojos miel había comenzado y el padre del pequeño aún no llegaba, eso alarmó aún más a la señora Schmidt. Sentada en una de las sillas mirando a su hijo jugar con sus amigos, el teléfono sonó y ella rápidamente atendió.— Hola, ¿Tricia?— La voz roca y grave de su marido la sobresaltó.
— Cariño, sí, soy yo, ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estás? Sabías que hoy era el cumpleaños de nuestro hijo…
— Lo sé, y lo siento, sabes que el trabajo está primero, y además estoy en el hospital, y antes de que me interrumpas, no tenga nada, no es por mí que estoy acá, sino es que… junto con Bobby, encontramos una niña en el viejo edifico de la calle Baker’s—. Finalizó girando sus talones para dirigir su mirada hacia la sala donde dormía la párvula, sostuvo el teléfono público con su mano derecha mientras revisaba la hora en su brazo izquierdo.
Burhaan sabía que su esposa estaría preocupada por él. Cuándo a la niña la pusieron en una camilla camino hacia un sala de urgencias y le informaron que estaba es buen estado, decidió hablar e informarle su situación a su esposa porque él claramente no había tenido en cuenta que día era el cumpleaños de su hijo adorado y se sentía fatal por defraudarlo en una fecha tan esperada.
— ¡Oh! ¿Una cría dices? ¿Cómo? ¿Seguro que estas bien? ¿Te hago compañía?
— Tranquila, estoy bien, lo juro, solo que… no lo sé, me da lástima dejar a esta bebé sola en este hospital, ¿Mencioné que no encontraron a sus padres?— Murmuró consternado—. Ella es especial y no puedo dejarla sola—. Concluyó.
Tricia sabía que cuando su esposo se encariñaba con alguna niño era difícil separarlo, por eso le agradaba los tantos amigos de Ethan, le gustaban los niños, y por algo él estaba allí. Sentía como que la niña era más significativa que una simple desconocida que había sido salvada de un incendio.
— Burhaan, dime que no quieres quedarte con ella—. Le advirtió.
— Entonces no te lo digo—. Contestó.
— Sabes que no podemos—, intentó convencerlo su esposa—. Apenas podemos con nosotros y nuestro hijo.
— Haré doble jordana, Tricia, esta niña me necesita—. Rogó. Y un suspiró resignado se oyó del otro lado del teléfono.
— Bien, le diré a Ethan que su padre le tiene un gran regalo, solo espero que lo reciba gustoso…
— No te preocupes, estoy seguro que la querrá tanto como yo.
Última edición por Jackson. el Vie 08 Ago 2014, 3:59 pm, editado 2 veces
proserpina
Re: A.R.N.S.
Acá comenta la Annu.
Espero la sigas y bueno... ¡quiero leerte!
te amo mucho mucho mucho tarada y sabes que cuentas conmigo.
Espero la sigas y bueno... ¡quiero leerte!
te amo mucho mucho mucho tarada y sabes que cuentas conmigo.
Invitado
Invitado
Re: A.R.N.S.
annya, me vas a hacer llorar. Te amo mucho más, solo soy tu tarada(?) gracias por tanto apoyo.annu. escribió:Acá comenta la Annu.
Espero la sigas y bueno... ¡quiero leerte!
te amo mucho mucho mucho tarada y sabes que cuentas conmigo.
proserpina
Re: A.R.N.S.
Gracias por leer, pronto subiré un capítulo.Cobain escribió:me tienes como lectora de ahora en adelante :) la amo *o*
proserpina
Re: A.R.N.S.
En ese caso, gracias cindhy por leer. No está tan mejorada, solo un pocoC. Morgenstern escribió:Esta mega mejorada. Cada proyecto, hermana, espero leer mas de ti.
proserpina
Re: A.R.N.S.
Capítulo 002.
Bienvenida al desayuno escolar.
–años después–
— Jenna, cariño despierta, vamos… arriba… no seas como Ethan…— Le llamó Tricia de manera dulce, como siempre en realidad, jamás había levantado la voz ni a su hijo ni a nadie; completamente pacífica y amable a diferencia de su hijo que por las mañanas era completamente molesto y malhumorado—. Oh vamos niña, acaso… ¿No quieres asistir al colegio?— Y en ese momento, sus ojos se abrieron de golpe.
Se levantó con euforia, casi lastimándose su cuello de la brutalidad con la cual elevó su cuerpo de la gélida cama, estaba tan emocionada, iba a salir de la casa, y aunque fuera a la escuela sería suficiente –como para presumirle a sus padres que había conocido mucho tipo de personas, caminar por las calles, respirar aire fresco de los parques, todo lo que siempre había soñado–.
Jenna había visto, recortado, guardado y decorado toda clase de fotos del mundo una y mil veces, desde que cumplió los cuatro años ha querido salir, pero algo siempre la había detenido, no sabía lo que era, simplemente sentía como si una fuerza invisible le advertía e impedía que sus pies tocasen el cemento de la acera. No sabía que era lo que le hacía pensar eso, pero jamás lo había conversado con nadie como para obtener una respuesta. Depositó sus pies en el frio suelo y caminó hacia el ropero; se alistó con un vestido suelto, de eso que son similares a remerones con bonitos estampados, botines militares de cuero marrón, y una mochila –que Burhaan le había regalado, por su último cumpleaños no hace más de dos meses–.
Pasó por el baño, se miró en el espejo, y comenzó a hacer ridículas muecas, alguna tenía que gustarle para tener como recuerdo de su primer día. Con su cámara instantánea Polaroid se sacó una foto y corrió por el pasillo que conectaba su recamara con el baño, llegó a su «estudio» juntando lagunas chinches para poner su foto junto a las otras en su pared forrada con corcho color beige. Satisfecha con el resultado volvió al baño, y lavó su cara, sus dientes, cepilló su cabello e completó sus necesidades orgánicas; posteriormente bajando hacia la planta baja de la casa, encontrándose con una agradable situación, sus padres adoptivos desayunando junto a su hermano de largas pestañas –cómo solía llamarlo– mientras su pequeño cachorro de Golden Retriever le daba la bienvenida, aquella mascota alegraba a toda la familia aunque Jenna jamás se sintió parte de esta completamente, sentía que no pertenecía a los Schmidt aunque llevara su apellido y sus especulaciones se concretaron cuando sus padres le revelaron la verdad, ella era adoptada y sorprendentemente a la –en aquel entonces– niña de unos tiernos doce años no le afectó como esperaba la pareja, de hecho la pequeña solo agradecía por haber sido adoptada sabiendo lo mucho que los huérfanos anhelan una familia y tener una como la que ella tenía era un sueño.
— Buenos días preciosa, hasta que te dignas a despertar—. Mencionó burlonamente un ojimiel con una sonrisa mientras abrazaba a la cintura de Jenna, pues no disponía de energía como para levantarse de la silla y saludarla correctamente.
— Respecto a eso, lo siento realmente, ayer me acosté muy tarde, pero no me miren a mí, la culpa la tiene este señor—. Contestó ella mientras tomaba las mejillas de su hermano y hacía que su cabeza se enderezara y mirara a sus padres—. Por cierto, buenos días. ¿Qué hay para desayunar?
— Hija, tranquila, no te preocupes, no eres nada comparado con lo que fue Ethan en su primer día, demonios, el chico no se levantaba por nada del mundo, ¿cierto cariño?— preguntó el hombre a su esposa que estaba concentrada en la tarea de darle un desayuno digno, porque la mujer odiaba eternamente que sus hijos salieran de la casa con una tostada con mantequilla y un poco de jugo, no, no, tenía que comer hasta llenarse.
— Cierto, recuerdo arrojarle un vaso lleno de agua, con hielo y todo, supongo que eso provocó el humor de los mil demonios que tenía ese día, ¿o acaso me equivoco Francis?—Jenna casi se atragantó con su sándwich de mermelada al tomarle desprevenida una risa espontánea, siempre, se reiría del segundo nombre de su hermano.
El chico odiaba profundamente el Francis, puesto que sus padres cuando decidían tomarle el pelo, regañarlo, lo llamaban así. Por eso una vez cuando su madre fue al colegio por el llamada de la directora avisándole que su hijo había sido golpeado por otro compañero, le llamó por su nombre completo, y por supuesto, sus compañeros que habían odio aquel nombre, comenzaron a burlarse de él toda la primaria, cuando Scott Johnson se fue de la escuela, y por ende, sus burlas.
—Hijo ¿estás bien?, ¿me oyes?—preguntó aquella mujer activando su instinto maternal y colocando una mano en el rostro de su hijo a lo que solo el asintió sin saber de lo que hablaba su progenitora y saliendo su trance tomando la mano de su «hermana» y saliendo de aquella cocina con el pretexto de que se hacía tarde para llegar al instituto, aunque sus padres sabían bien que quedaban aproximadamente una media hora para que se cumpliera el horario de entrada de la edificación educativa.
Su hermano tomó su campera y las llaves de su moto mientras abría la puerta del garaje y salía por ahí buscando a «Shelly» su hermosa moto. Por su parte Jenna agarró su bolsa de Libros y apuntes recién comprados para la situación, aquella situación que provocaba un desquite continuó con su labio. Se subió a la motocicleta del pelinegro, él se puso el casco y ella lo imitó, –un casco lo de ella, porque él le había revelado, ella era especial–. Aferrándose a la cintura del moreno pegando su cabeza a la espalda de este haciendo que un exquisito perfume de su perfume: Blue de Chanel con el aroma de su piel, ese olor que solo era característico de él, lo que emanaba decía Ethan Schmidt todos lados.
{xxx}
Pasaron por las calles con el sol apenas amaneciendo, todo era tan hermoso, y lo mejor no era solo eso, había una plaza a unas cuantas calles de la casa, ese podrías ser un buen lugar para pasar la tarde. La escuela no se quedaba atrás, de seguro nadie aprecia el gran patio que hay detrás de ella, con tato verde y longitud lo suficientemente grande como para correr sin molestar a nadie, la verdad que es dichoso campo era casi un cuarto de lo que era el instituto en sí, tantas salas, con tantas personas, la chica tironeó de tal forma el brazo de su hermano que el morocho casi no logra aparar su motocicleta correctamente. Simplemente era euforia, una gran euforia por entrar y tener clases, y aprender y hacer amigos y bueno, ya sabes, lo típico.
Pero ese era el problema, ella no era típica y su vida, –aunque forzosamente se intente por lo contrario– tampoco lo es, en segundos próximos el mundo podrá odiar, querer e incluso idolatrar a una persona más como es Jenna Brannan, la pregunta es… ella, ¿está preparada para todo esto?
El palo en la rueda era, que sin que lo quisiera admitir completamente, el morocho no quería que su chica especial conozca a los otros peces del mar, por lo menos hasta estar seguro de que ella lo quería; tanto cómo él.
- Spoiler:
- Dedicado a todas las chicas que estan leyendo esta novela y hacen que mis esperanzas aumenten, gracias.
Última edición por Jackson. el Vie 08 Ago 2014, 4:02 pm, editado 2 veces
proserpina
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