Nothing's fine (Liam Payne)

Yo no le respondí. En lugar de eso voltee hacia el arroyo y escuche el agua chocar contra las rocas antes de sentir como Liam se paraba detrás de mí. Él puso sus manos en mis hombros y los comenzó a acariciar. Quería que me doliera, para ser honestos debería haberme dolido considerando por lo que pasé en la mañana, pero no me dolía, en realidad se sentía bien. Me quede parada ahí dejando que presionara sus dedos contra mis hombros, deje caer mi cabeza y lo escuche reír bajo.

-vamos Sarah. ¿Qué tal esto? En vez de subir a mi cuarto, vamos a quedarnos en la sala a ver una película. Regresar a donde empezamos.
-empezamos aquí afuera.
-sí, pero en ese entonces era muy tímido y no quería a nadie en mi casa.

     Suspire y lo voltee a ver, ya estaba cansada de jugar a esto con él.

-¿Qué quieres de mí Liam? Escuchaste como me siento. Nada de lo que digas va a hacerlo diferente. ¿Quieres que pretenda que no pasó nada? ¿Qué regresemos a ser mejores amigos? ¿Es eso lo que quieres?

     La sonrisa que se formó en sus labios era aterradora pero al mismo tiempo, seductora. Él se acercó un poco a mí y puso sus labios cerca de mi oído. Sus manos encontraron mis brazos y me agarró de ellos. Cerré mis ojos mientras sus pulgares acariciaban mis antebrazos.

-lo sé. No quiero hablar de eso porque sé que tomara tiempo en que al menos confíes en mí de nuevo. Lo que en verdad quería era entrar al maldito baño y limpiar toda la porquería que te pusiste en la cara para cubrir los moretones. Sabía que algo estaba mal cuando vi al otro empleado parado en el marco de la puerta; solo que no sabía que era. La señora Shay confirmó lo que ya sabía cuándo dijo que regresaste sangrada. Ahora ¿voy a tener que cargarte adentro o me vas a seguir? –me susurró en el oído.

     Su voz era extraña. Parecía como si hubiera practicado como controlarla. Era monótona y controladora. Tenía dulzura en ella, pero al mismo tiempo hacia que me estremeciera ante la fuerza de ella.

     Tragué fuerte, permitiéndolo llevarme hacia su casa. Me prometí no hacerle saber lo que en realidad había pasado, incluso si tenía que mentir. Su mirada nunca se quitó de mi cara, lo que hacía muy difícil no sonrojarme. Agradecí a Dios que el sol ya se hubiera ido y así no pudiera ver mis mejillas en la oscuridad y sintiera que tiene algún tipo de ventaja.

     Sus pulgares seguían moviéndose arriba y debajo de mis brazos, provocándome escalofríos.

-¿tienes frío?
-no.
-¿segura?
-sí.
-entonces ¿me amas?
-no.
-entonces tienes frío.
-¡NO! –me safé de sus manos siguiendo caminando para después quedarme ahí parada viendo hacia él. ¿En serio? ¿Por qué era tan irritante? No recuerdo que fuera así, y sinceramente no me gusta. Él se detuvo, pero no trato de agarrarme de nuevo. En vez de eso se paró muy cerca de mí invadiendo mi espacio personal. Puso su dedo en mi barbilla levantándola para que lo viera a los ojos.
-lo siento, ¿me perdonas?- sonrió tratando de hacer parecer todo esto una broma.
-no- lo rodeé intentando caminar hacia su casa cuando lo sentí acercarse a mí agarrando mi cintura por detrás. Inmediatamente quité sus manos y empecé a caminar más rápido. Rodé mis ojos cuando sentí sus brazos rodear mi cintura de nuevo pero esta vez recargando su cabeza en mi hombro.
-entonces me amas- empezó a reírse, más bien se empezó a carcajear. Yo también quería hacerlo pero decidí que era mejor no hacerlo.

     Me le quedé viendo hasta que terminara de reírse. Una vez que vi que estuvo satisfecho, di media vuelta y comencé a caminar entre los arbustos camino a su casa. Deslicé la puerta corrediza cuidando de no abrirla demasiado rápido pero antes de que pudiera hacerlo vi la mano de Liam hacerlo por mí, esperando que pasara primero. Pasé rápido yendo directo a sentarme al sillón de la sala. Liam me miró con sorpresa.

-¿Qué estás haciendo?
-pensé que íbamos a ver una película- dije inocentemente y el captó rápidamente sentandose a mi lado y acercándome a su torso.
-el que hayas decidido ver una película conmigo no quiere decir que voy a parar de intentar descubrir lo que pasó.
-nada pasó, lo juro, solo me tropecé- dije dudosa viendo a Liam con la esperanza de que lo dejara hasta ahí sin pedir más detalles. Pero claro que eso no sucedió él nunca se pierde los detalles.
-así que te tropezaste ¿eh? ¿Cómo te tropiezas y regresas con dos ojos moreteados y una nariz sangrienta?
-me tropecé en una curva, fue una muy mala caída.
-¿en serio? ¿Es una curva tu nuevo novio?

     Casi se me sale la risa. Él pensaba que era un chico el que me estaba haciendo esto. ¿Porque no lo pensé desde el principio? Nunca le dije que mi mamá me golpeaba. Ni siquiera se lo dije a su mamá. Por fin encontré algo de mí que él no sabía.

     Dejé caer mi cabeza jugando el juego de la chica inocente que acaba de ser descubierta. No lo estaba viendo hasta que me abrazó.

-¿Cómo se llama?

-Carlos- casi se me sale la risa, pero logré mantener mi postura.
-¿Carlos que?
-No te voy a decir. No quiero que te involucres.
-Sarah, él te golpea. ¡Necesitas decírselo a alguien!
-¿y porque ese alguien tienes que ser tú?- le contesté y de repente me enojé.

     Me alejé de él ya que aún me tenía abrazada. ¿Qué derecho tenía de aparecer y de repente pensar que controlaba mi vida otra vez? Para ser honestos, deseaba tener un novio para que así pudiera enseñarle que no lo necesito en mi maldita vida para que me cuide. Y entonces ahí reaccioné. No a fuerza necesitaba un novio, solo un amigo muy protector. Necesitaba a Carter.

     Me distraje por un momento,  y Liam tomó ventaja de eso y volvió a abrazarme.

-lo siento. No quería que te enojaras. Solo quería que estuvieras segura de que estás a salvo.
-está bien- susurró en su cuello. Olía tan bien.
-vamos a ver una película ¿te parece? tu puedes escoger.

     Quitó sus brazos de alrededor mío y salió de la sala para ir por las películas. Me eché en el sillón fingiendo no importarme que en pocos minutos Liam y yo estaríamos viendo una película.

         Necesitaba llegar a mi casa. Mientras más tardara en llegar, más fuerte iba a ser la golpiza porque ella iba a estar más ebria. Me gustaba pensar que ella tomaba porque se preocupaba de si yo estaba segura o no, pero sabía que eso era demasiado optimista.

      Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando Liam regresó con un montoncito de películas. Y las puso frente a mí. Toy Story 1,2 y 3, eran todas las únicas que había traído. Lo voltee a ver para saber si estaba bromeando.

-¡Vamos! no quiero ver ninguna película aburrida. Puedes escoger una de estas. Además eran nuestras favoritas de niños ¿lo recuerdas?
-dijiste que podía escoger la película.
-¡si puedes! puedes escoger tu favorita de Toy Story.
-¡ay por Dios Liam! ¿Quieres ir por tu muñeco de Woody para acompañar la película?
-no me creerías cuantos tengo.

Por primera vez, no pude evitar sonreír ante el recuerdo. En realidad no eran nuestras películas favoritas, eran las suyas. A mí me gustaba verlas con él solo porque me ponía de buen humor ver al pequeño Liam con su sombrerito de vaquero y su muñeco de Woody sentado frente al televisor y sonriendo.

-está bien. Vamos a ver la primera.
-¿cómo sabía que ibas a escoger esa?- suspiró parándose para poner la película en el DVD.

     Se sentó de  nuevo en el sofá a lado mío. La película empezó así como mi mente comenzó a recordar. La primera vez que vine a su casa, su mama nos hizo a los dos chocolate caliente. Estaba tan rico que pedí más y ella me lo hizo complaciente. Era tan dulce y linda. Liam y yo nos sentamos en esta sala,  su mamá nos trajo un montón de películas y escogíamos Toy Story. Eatuvimos sentados ahí más o menos desde las 4 de la tarde hasta las 9 esa noche. No era necesariamente mi mejor recuerdo de estar con Liam, pero era uno de los más claros.

     A la mitad de la película un bostezo se me escapó. Liam me volteó a ver y sin darme cuenta su brazo ya estaba en la parte de arriba del sillón, justamente arriba de mis hombros. No nos estábamos abrazando pero podía sentir el calor que provenía de su cuerpo.

     Antes de que pudiera protestar, se estiró para alcanzar una sábana que estaba en una silla. Me la puso encima y luego me inclinó hacia su pecho. Me puse dura, no queriendo que el pensara que lo estaba disfrutando. Podría asegurar por la manera en la que se movió que lo sabía. De pronto sentí como sus labios estaban cerca de mi oído.

-no muerdo Sarah. Relájate. Está bien, no te voy a hacer daño.

     Decidí que no valía la pena pelear. Él me había hecho daño; mucho daño. Lo entiendo, volverse famoso es una oportunidad que solo aparece una vez en la vida, pero eso no quiere decir que pierdas a tu mejor amiga y mucho menos herirla por eso.

     Me relajé esperando hacerlo sentir mejor. No estoy segura de porque me importaba. Solo ha pasado un día y apenas hemos estado juntos. No quiero sentirme mal por él. Eso sería librarlo del problema y no voy a hacer eso. No lo voy a hacer.

     Sentí su brazo rodear mi cuerpo. El calor que provenía de él era adictivo. Mis ojos empezaron a cerrarse lentamente pero los abrí de golpe. No podía quedarme dormida. Mi mamá me mataría y si ella no terminaba de hacerlo, la sra. Shay seguramente lo haría.

-Liam debo irme- le dije mientras me levantaba del sillón . Sus brazos me agarraron y me sentó de nuevo.
-solo quédate- susurró en mi oído.
-no puedo.
-¿Por qué?- susurró de nuevo.
-porque trabajo para ti. Por eso. ¿Quieres que tus sábanas estén limpias? Necesito dormir bien.
-renuncia.
-¿Qué?
-me escuchaste. Renuncia. No quiero que trabajes para mí.
-pues hace rato parecía que si querías.
-quiero que renuncies, no que te despidan. Es diferente.
-bueno pues si me quedo más tiempo eso es lo que va a pasar, así que, adiós. Nos vemos mañana.

     Me puse de pie camino a la puerta. Él se deslizó en frente de mí, me levantó y me colocó arriba de uno de sus hombros.

-¡Liam bájame!
-shh Vas a despertar a mi mamá- rió mientras me subía por las escaleras.

     Ya habíamos llegado a la punta de las escaleras cuando empezó a bajarme pero sin dejarme completamente tocar el piso hasta que llegamos a su habitación. Me dejo caer sobre su cama con todo su peso sobre mí.

-¡Liam! No puedo respirar
-¿Qué? ¿Qué? ¿Qué me amas?- podía ver su pequeña sonrisa a través de su voz.
-sí, Liam Payne. Te amo. Ahora quítate de encima.

     Se levantó un poco, pero nunca se quitó de mi espacio personal. Estaba viendo profundamente mis ojos como si estuviera buscando algo y no lo pudiera encontrar. Agarró mi mano y me levantó de su cama y me guió hasta el baño.

     Estaba mojando toallas hasta que me di cuenta de cuáles eran sus intenciones. Empecé a caminar rápidamente hacia la puerta del baño para salir de ahí pero él fue más rápido. Con sus manos agarró mi cintura de nuevo y me acercó a él.

-relájate, ya sé que está ahí ¿Por qué tratas de ocultarlo?

     Tenía un punto, pero no iba a dejar que me quitara ni un poco de maquillaje. Me negué un poco más hasta que me rendí y él logró llevarme de nuevo al baño. Enojada y queriendo que esta noche acabara dejé que Liam comenzara a quitarme el corrector de la cara.

     La toalla estaba caliente, hacía que mis ojos se cerraran inconscientemente. Liam me quitaba el maquillaje con cierto ritmo, iba de una mejilla a otra, a mi frente y luego bajaba a mis labios. Dejé mis ojos cerrados pensando en lo que él debería de estar viendo ahora. Era la primera vez que iba a ver las cicatrices y me asustaba.

- Sarah…
-lo sé, es horrible ¿estas feliz ahora?- abrí mis ojos cuando la toalla dejó de tocar mi cara.
-no es horrible. Es triste.
-es lo mismo.
-Sarah ¿Por qué  lo has permitido tanto tiempo?
-porque no tengo opción.
-sí, sí la tienes Sarah. Hay miles de chicos lindos allá afuera.
-¿Qué? ¿Cómo tú?

     Salí del baño directo hacia su habitación, agarré mi bolso y voltee justo cuando Liam iba entrando al cuarto.

- necesitas decirle a tu mamá. –casi me rio de lo que dijo.
-¿mi mamá? Okay. Le diré. Gracias por el tip.- me reí mientras pasaba a un lado suyo para irme cuando me agarró la muñeca.
-pensé que te ibas a quedar conmigo.
-no. Tú me subiste a la fuerza a tu cuarto. Eso no quiere decir que estuviera de acuerdo en quedarme contigo.
- ¡Vamos! ¿Estás bromeando Sarah? Me voy, ahora estoy de regreso y estoy tratando con todo lo que puedo.
-¡bien por ti Liam! Desde que eres tan…
-¡estoy tratando de ser tu amigo de nuevo! Lo estás haciendo increíblemente difícil.
-no quiero ser tu amiga de nuevo.- dije lentamente.

     Una cara de reconocimiento se apoderó de Liam. Conocía bien esa cara. La ponía cuando se rendía. Solo me tomó un día quitármelo de encima. Una noche perdida que esperaba que se hubiera acabado hace dos horas.

     Soltó mi muñeca, y bajé las escaleras. Ni siquiera voltee a ver atrás a ver si estaba viendo porque sabía que no lo hacía. Ya no tenía que preocuparme por él.

     Abrí la puerta de la entrada, dejando que el aire de la noche me capturara. Se sentía bien pero al mismo tiempo me ponía sentimental. Dejé que las cosas que pasaron hoy pasearan por mi mente. ¿Cómo pudo haber pasado tanto solo hoy? Todo lo que quería era un trabajo de verano en el que pudiera fingir que no había nada malo en la vida que llevo en mi casa.

     Caminé un poco más hasta que visualicé mi casa. Suspiré. No estaba espantada. Supongo que una vez que el maltrato es tan constante, deja de asustarte.

     Caminé por la puerta principal cuidando no hacer mucho ruido en caso de que mi mamá en realidad se hubiera quedado dormida. Y para mi sorpresa así era. Tal vez, solo tal vez, este bebé podría ser algo bueno. Caminar por todos lados con algo de peso extra ha de haber puesto a mi madre más cansada de lo normal y yo estaba perfectamente de acuerdo con eso.

     Subí las escaleras y hacia mi cuarto. Dejé que mi bolso cayera al piso. Me aventé a mi cama dejando que el cansancio saliera de mí. Creo que debí tomar un baño, pero honestamente, no creo que importase. No es como si hubiera agua caliente de todos modos, y el agua fría solo me despertaría.

     Dejé que mis ojos se cerraran completamente hasta que sentí que mi trasero vibraba. Gruñí antes de sacar mi celular de mi bolsillo. No sé porque tengo un celular. No es como que lo necesitara.

      Solo recibía llamadas y mensajes en ocasiones especiales, como por ejemplo, ahora. Abrí mi teléfono y leí el mensaje sin ver de quien era.

     Rodé mis ojos y tiré mi celular al vestidor. Ni siquiera tenía que ver el nombre para darme cuenta de quien fue la persona que me lo mandó. Si Carter de verdad quería hablar conmigo podía esperar hasta mañana.

     Mi sueño no duró demasiado. A lo mucho habré dormido unas dos horas. ¿Por qué? Porque a las cinco de la mañana alguien me tiró de la cama al piso.

     Gruñí y froté mis ojos. Una vez que se acostumbraron a la luz, vi a mi madre parada frente a mi con una botella de vodka en su mano. Sus ojos estaban rojos y su boca estaba torcida por el enojo.

-¿Cómo te atreves a no llegar a casa anoche?

     Tiró la botella de vodka a la pared que estaba detrás de mí, a punto de golpearme en la cabeza. El vodka no es barato y sabía como hecho que iba a tener que comprarle otra botella con mi dinero difícilmente ganado.

     Me paré con dificultad y presioné mi espalda contra la pared mojada. Cerré mis ojos cuando vi la sombra de su mano acercarse a mí. Un segundo después ya estaba en el piso de nuevo. Gemí mientras intentaba levantarme del suelo otra vez. Quedarme de pie se convirtió extremadamente imposible cuando apretaba fuertemente con su mano mi clavícula. Grité de dolor mientras volvía a caer lentamente al piso.

     La golpiza siguió por cerca de treinta minutos. Hubiera sido más larga si mi mamá no se hubiera quedado inconsciente en mi cama. Me quedé recostada en el piso por lo que parecieron horas. Cerré mis ojos queriendo ignorar mi cuerpo punzando. Podía oler también mi sangre alrededor de mí. Era posiblemente la peor golpiza que me había dado… por ahora.

     Todo era culpa de Liam. La golpiza no hubiera sido tan grave si él me hubiera dejado ir desde el inicio. Que se joda. Que se jodan él y su familia y su estúpida idea de que algún día lo perdonaré.

      Me levanté lentamente, permitiendo a mi cuerpo ajustarse a cada movimiento. Fui cuidadosa de no gruñir o hacer cualquier ruido por miedo de despertar a mi mamá. Una vez que estuve sentada coloqué mis manos en el piso dándome cuenta de que mientras más rápido lo hiciera, menos me dolería. Obviamente mi cerebro no está funcionando correctamente, eso podrá servir con una cortada o una herida leve, pero no esto.

     Aunque todo me dolía, ya estaba parada sin hacer nada de ruido, pero me di cuenta de que mi mamá seguía inconsciente. Comencé a caminar lentamente hacia mi bolsa que estaba tirada en el piso, me agaché para agarrarla dándole a mi cuerpo un poco más de dolor.

     Antes de salir de mi habitación agarré mi teléfono que seguía en el vestidor. Fui muy lentamente hacia las escaleras. No podía decidir si bajar caminando o sobre mi trasero e ir deslizándome. Los primeros seis escalones me decidí por el deslizamiento y rápidamente me di cuenta de que era menos doloroso bajarlos caminando. Logré pararme con ayuda del barandal y salí de mi casa.

     Logré llegar a la banqueta sin tener que tomar un descanso. Puse mis manos en mis rodillas cuando me di cuenta de que no hice nada para cubrir las heridas y cicatrices.

-mierda.- me dije a mi misma.

      Seguí caminando hacia casa de Liam simplemente porque no quería encontrarme con mi mamá de nuevo. A la mitad del camino, escuché la bocina de un carro sonar detrás de mí. Di media vuelta y me encontré con Carter sonriendo dentro de él.

-¡hola nena! ¿Quieres que te lleve? –gritó desde adentro. Asentí con la cabeza solo porque ya no podía caminar más. El día de hoy iba a ser incluso más largo que el de ayer.

     Me subí a su coche, evadiendo sus ojos a toda costa. Su sonrisa estaba intacta. Pude deducir que era una persona madrugadora.

-así que ¿Cuál es la historia hoy? Te tropezaste y caíste en un arbusto o…
-cállate.-me reí, aunque eso provocó que me doliera todo.
- lo siento. Te ves decaída hoy. Más que ayer.
- gracias por no decir que me veo horrible.
- tú lo dijiste, no yo.

     Llegamos a casa de Liam al mismo tiempo que Liam estaba saliendo de la casa con unos shorts y tenis para correr. Carter salió del auto e hizo un movimiento en forma respetuosa hacia Liam mientras el pasaba por ahí. Lo vi alejarse trotando hacia a donde se podía ver el sol saliendo. Eso era algo nuevo. A Liam nunca le había importado la manera en la que se encontraba su físico. Supongo que el tener millones de chicas detrás de él metía algo de presión.

     Lentamente salí del auto, ya estaba casi afuera cuando Carter se dio cuenta que estaba saliendo. Se acercó a mí y empezó a mostrar sus dotes de caballerosidad. Me reí cuando agarro mi mano, asegurándose de que no fuera a caerme.

-el día de hoy va a ser horrible.
- por lo menos no es tu primer día. –dijo tratando de animarme. Y había funcionado. Un poco.
Caminé hacia el pasillo que lleva hacia el área de trabajadores, pero antes de que llegara una cabeza rubia salió de la casa en el mismo atuendo que Liam.

-hola, tu eres Sarah ¿verdad?- dijo Niall
-si.- sonreí educadamente, o tan educadamente como pude.
-¿tú y Liam lo hicieron anoche? El desapareció y el único lugar en el que pensamos es que estaría contigo.

     Sabía bien que Carter estaba espiando desde el rincón, y estaba segura de que estaba carcajeándose, pero al mismo tiempo queriendo saber más

-si por “hicieron” te refieres a hablar, pues sí. Pero nada cambió.
-algo si lo hizo. Él no ha hablado de ti hoy usualmente estás en su boca antes de que todos estén despiertos para escuchar.

      Él de verdad debe estar muy enojado conmigo. No me había dado cuenta de eso hasta ahora, pero de verdad, de verdad no quiero que este enojado conmigo.

-oh!- fue lo único que le respondí.

     Después de eso ya no respondió nada haciendo que me sintiera incómoda. El pasó su mano por su rubia cabellera haciéndome ver que el sentimiento era mutuo.

-escucha… no seas tan dura con él.
- la última vez que me dijeron eso, Liam y yo terminamos peleando. Lo siento. Tengo que checar mi entrada.- me fui de ahí rápidamente porque ya no quería seguir hablando del tema, dejando a Niall con la palabra en la boca.., o eso creo.

     No voltee hasta que llegué a la esquina, y vi a Niall trotando hacia la misma dirección a la que lo hizo Liam. Justo cuando iba a voltear para seguir caminando de repente apareció Carter.