Nothing's fine (Liam Payne)

Me voltee y vi a Carter apoyándose en el piso.

-¿me estas siguiendo a propósito?- le dije molesta.
-no, solo te escuché murmurando y pensé. “oh, algo debe estar mal”.
-¿en el baño? ¿entraste al baño? ¿Qué hubiera pasado si hubiera estado haciendo popo?
-¿haciendo popo?
-sí, haciendo popo, como cuando liberas lo que tu cuerpo…
-sé lo que es- me interrumpió con una sonrisa–no necesitas explicarme.

     Sacudí mi cabeza, él todavía no notaba mi cara. Tal vez eso era una buena señal. Se hincó a un lado mío con una toalla húmeda en su mano.

-poniéndote muchísimo maquillaje no lo va a hacer menos notorio.
-¿disculpa?
-¿las cortadas y los moretones?- lo dijo de manera que sonara estúpido lo que pregunte- puedes cubrirlas, pero todos sabrán que estas ocultando algo.
-nadie más lo ha notado.
- o nadie más ha tenido el valor de decírtelo- gemí mientras me sentaba recargada en la pared.
-me estas mintiendo ¿verdad?
-sabes que es verdad.
-en serio, quiero saber para ver si tendré que ocultarse.
- escucha, creo que debes cubrirlo, pero no uses demasiado, porque ahora eres la puta de la casa.
-¿estas bromeando?
-es verdad, yo solo lo escuche- lo voltee a ver feo y luego me levante del piso agarrando mi botella medio vacía y empecé a aplicar maquillaje hasta que me di cuenta de que Carter todavía no se iba.
-¿te puedo ayudar?- lo voltee a ver.
-solo pensé que debería hacerte compañía.
-no la necesito.
-creo que alguien está de mal humor.
-mi cara necesita cirugía para verse presentable. Creo que eso me da motivos para estar de mal humor.

     Se quedó callado sentado en la taza de baño. Sacudí mi cabeza rindiéndome al hecho de que no se iba a ir para luego continuar trabajando en mi cara. Después de un momento de silencio empezó a hablar de nuevo.

-¿me vas a decir cómo pasó todo esto?- suspiró.

     Me voltee a verlo incrédula ¿de verdad pensaba que le iba a contar? Lo conocía de hace no más de dos horas. Sacudí la cabeza mientas le ponía la tapa a la botella de maquillaje.

-puedo ayudarte sabes.
-no, no puedes.
-en realidad sí. Conozco personas- sonrió orgulloso y le di un golpe en el hombro.
-yo también, y casualmente son amigos de tus amigos.
-bien, ve y dile a tu novio entonces- sonrió mientras se escuchaba una estampida viniendo del pasillo.

     El salió del baño para que nada se viera sospechoso. Mientras limpiaba el corrector del piso, la estampida se detuvo en la puerta.

-¿Qué paso aquí?- lo gritó al aire.
-lo siento. Mi maquillaje se cayó de mi bolsa y se esparció un poco, no pasara de nuevo- mientras me disponía a salir, la mano de Liam me detuvo.
-¿de verdad vamos a jugar este juego?- entré en pánico.
    ¿Cómo lo supo? ¿La señora Payne rompió su promesa? ¿Olvidé maquillar algún moretón? Maldita sea olvide algún moretón ¿Cómo pude ser tan estúpida?
-¿Cuál juego señor?- Harry se rio ante mi elección de palabras.
-¿señor? Jajaja estoy seguro que Liam es más joven que tú.
-tal vez, pero trabajo para él.

     La verdad es que no lo era, él era exactamente un mes y 2 días más grande que yo, pero Harry no tenía que saberlo. Mantuve mis ojos fuera de Liam lo más posible. Pensé en irme de ahí pero al ver a cinco chicos más altos que yo parados frente a mí, me di cuenta de que mis posibilidades eran muy pocas. Liam fue el siguiente en hablar.

-somos mejores amigos Sarah. No puedes evitarme por siempre- inhale y exhale lentamente. No iba a lograr ablandarme, no lo iba a permitir.
-lo siento, fuimos mejores amigos, ahora trabajo para ti, y necesito continuar haciéndolo para poder conservarlo. Así que les pido por favor que me dejen pasar.

     Como no se movían pasé por el centro de ellos camino hacia la cocina donde supuestamente tenía otra lista de deberes que debía hacer. Antes de que pudiera entrar, la mano de Liam me agarró por la espalda, proteste mientras me quitaba para que dejara de agarrarme.

Parecía que se había sacado de onda, pero no iba a dejar que me afectara. Él había tocado un área sensible de mi cuerpo por los golpes que se encargó de darme el pie de mi mama. No estaba tratando de ser difícil de obtener, bueno si, pero aparte de eso de verdad me dolió cuando me agarró. Quisiera poder decirle eso porque la mirada en su rostro me decía que lo había herido. Quisiera que no me afectara lo que pase con él nunca más, pero no podía en realidad si me afectaba.

-¿podemos hablar cuando hayas terminado?
-no terminaré hasta que todos ustedes estén dormidos en sus camas- mentí, terminaba a las 10.
-entonces fingiré estar dormido para que así puedas venir y hablar.
-no tengo permitido hacerlo.
-sí, si lo tienes, eres mi mejor amiga.
-¡deja de decir eso! - le dije como gruñendo (no sé si me explico bien espero que sí)
-¿Por qué? Es la verdad.
-no, ¿ves a esos cinco chicos de ahí? Esos son tus mejores amigos.
-pero tú lo fuiste primero.
-no importa, eso ya terminó.
-¿Por qué?
-Liam no podemos hablar de esto ahora- escuche como la señora Shay se acercaba, me voltee para que pareciera como si estuviera limpiando. Liam rápidamente agarro mi brazo y me volteó para que lo viera a los ojos.
-quiero hablar contigo, estoy seguro que me estas evitando, pero no va a funcionar. Ven a hablar conmigo después de que hayas terminado tus tareas por favor.

     La señora Shay estaba parada viéndonos secretamente desde la esquina. No sabía qué hacer. Una de las reglas era no tener relación con las visitas, y yendo a hablar con él es tener un tipo de relación. Mientras pensaba esto descubrí una laguna en la regla y no sabía si estar feliz o no por lo que acababa de descubrir. Me dirigí hacia la cocina pero fui detenida por la señora Shay.

-¿Qué demonios fue todo eso?
-disculpe ¿Qué?
-no te hagas la tonta, la regla número uno, “no tener ninguna relación con las visitas”
-pero usted me dijo que olvidara todo lo ordenado por usted si uno de ellos me pedía hacer algo.

     Contuve la respiración mientras esperaba su respuesta. Usualmente cuando le contestaba así a mi mama lo único que recibía era una cachetada. Pero la señora Shay fue más sutil, ella solo levanto la cabeza, respiró profundamente y caminó en la dirección opuesta. No fui despedida y no había sido golpeada. Buen inicio.

-tu lista está en el mostrador. Vas a ayudar a servir la cena esta noche.

     Me voltee para preguntarle a que se refería pero ya se había ido. Se suponía que yo era una de las que limpiaban no una de los que servían. Yo no sabía cómo ser mesera, tenía cero equilibro.
     Me dirigí a la cocina, viendo el reloj en mi camino, ya eran las cinco, cuando llegue vi una lista con mi nombre que decía:

Memoriza esto, estas son tus labores desde ahora y no serás recordada de lo que son
*cubiertos: dos cucharas, dos tenedores, cuchillo para mantequilla y cuchillo para carne.
*vajilla: un plato para cada silla con unos de plata bajo estos y un tazón de ensalada encima.
*copa para vino a la derecha del plato y vaso para agua a la izquierda.

     Mire de nuevo la lista y pensé que esto era estúpido. Ellos no eran ese tipo de familia. Esto era para ese tipo de personas refinadas que regresan a casa esperando que la cena esté servida. Claro, eran famosos ahora ¿pero esto? esto no era necesario.
     Pero no iba discutir, solo tenía que hacerlo y ya. Me dirigí hacia la cocina para agarrar los cubiertos cuando escuche una puerta azotar detrás de mí.

-por dios Carter ¿no tienes nada más que hacer?
-¿Qué te pasa? Ya relájate un poco- me quitó de las manos mi lista de deberes.
-detente Carter, tengo que terminar esto.
-¿tan perfeccionista eres?
-sí, ahora regrésamela para que pueda terminar.
-¿quieres ayuda?
-no. Quiero terminar.
-bueno, puedo ayudarte a terminar.
-eres peor que un niño ¿Qué parte de NO, no entendiste?- le dije un poco enojada. Se estaba volviendo desesperante.
-está bien, ya entendí. Te dejare sola. Adiós.

     Suspiré mientras la puerta se cerraba detrás de él. Acababa de arruinar mi oportunidad de divertirme este verano. Me deslicé en la pared, abriendo la gaveta más cercana que contenía los platos, iba a agarrar un bonche cuando Carter entró de nuevo.
-por cierto, espero que tu actitud haya cambiado para esta noche, no creo que a Liam le…- le lance una toalla para que se callara. Claro que no estaba realmente enojado conmigo.

     Estaba lentamente aprendiendo que este chico no le herían los sentimientos fácilmente. Agarré los platos sonriendo hacia mí misma. Por lo menos mi fea actitud de mierda no alejaba a una persona.

     Terminé de arreglar la mesa para la cena checando una y otra vez la lista para asegurarme que no olvidara nada. Una vez que estuve satisfecha con mi trabajo salí del comedor y choqué con Niall y Liam.

-lo siento.
-yo también- me contestó él.
-fue mi culpa, debí caminar más despacio.
-no te pedí perdón por eso.

     Lo volteé a ver intentándole decir con la mirada que no íbamos a tener esa conversación ahí  enfrente de Niall.

     No era la conversación que esperaba pero causo el mismo efecto, la única diferencia es que no tenía que responderle así que solo gire mi cuerpo y comencé a caminar alejándome de ellos, pero no avancé mucho antes de escuchar la voz de Liam.

-ya sabes que te espero en la noche.
-sí señor- asentí esperando que se diera cuenta que solo estaba haciendo esto porque era su empleada y tenía que hacer lo que me pidiera. Y su mirada en los ojos me dijo que lo había logrado.

     Cuando regresé a la cocina, volteé a ver el reloj que marcaban las 5:30. Me tomó treinta minutos arreglar una mesa, en verdad me impresionaba lo eficiente y rápida que era, claro de manera sarcástica.

     Cuando quité mi mirada del reloj, vi que la cocina estaba llena de gente que no conocía pero que sabía que trabajaban aquí. Todos estaban vestidos con uniformes blanco y negro, deduje que eran meseros. Con la mirada empecé a buscar a Carter entre todos. Él estaba en la esquina recargado en la pared con una camisa negra. Empecé a caminar entre todas las personas pidiendo permiso hasta que llegara con él. Cuando ya estaba a punto de llegar me volteó a ver y sus ojos se encontraron con los míos.

-¿Por qué hay tantas personas?
-en verdad eres nueva ¿no?
-la última vez que chequé, si, lo era.
-la mitad de esta gente son los cocineros, la otra mitad van a ser los que sirvan la comida. Ellos tienen asignado cada quien a una visita. Eso es lo que nosotros vamos a ser. No llevamos la comida o las bebidas, solo nos quedamos parados a un lado por si quieren algo. Tu uniforme esta allá, puedo ayudarte a cambiar si tú quieres- sonrió coquetamente.
-apuesto que eso te gustaría- le dije mientras me dirigía a donde Carter dijo que estaba mi uniforme.
-no tienes idea- aunque no lo veía podía saber que estaba sonriendo, podía escuchar la sonrisa.
-me voy a cambiar en el clóset, ya sabes solo en caso de que alguien pregunte- le dije mientras cerraba la puerta.

     Me quité los jeans dejándolos caer al suelo. Mire el daño que tenían mis piernas por los golpes. Comparadas con mi cara estaban muy bien. Comencé a ponerme lentamente las medias negras y luego me quite la playera, teniendo en cuenta el intenso dolor que sentía de mi lado derecho. Cuando estaba completamente afuera de ella bajé la mirada para examinarme como lo había hecho con mis piernas. Mis costillas estaban cubiertas con moretones negros y morados. Deslicé lentamente la blusa negra con cuidado de no rozar las cicatrices.  

     Suspiré y me amarre a la cintura el delantal blanco. Abroché los zapatos negros y abrí la puerta para unirme a la multitud de nuevo, solo que esta vez estaban callados.

     Todos los ojos me voltearon a ver mientras entraba a la cocina. La señora Shay estaba dándoles indicaciones. Una vez que llegué a mi lugar ella aclaró su garganta y continuó. Caminé lentamente hacia donde estaba Carter escuchando atentamente.

-¿de qué me perdí?
-ya sabes, lo básico.
-¿en serio? Definitivamente sé cómo hacer esas cosas- dije asegurándome de que escuchara el sarcasmo en lo que dije.
-de acuerdo seré una buena persona y te diré. La persona a le que fuiste asignada es la persona de la que estarás al pendiente. Si pide agua, le das agua. Como sea si pide cualquier cosa tú le dices a los meseros.- Lo voltee a ver esperando a que continuara.

-¿Qué?
-¿eso es todo?
-sí. Ah ¿te mencione que logré que te asignaran a Liam? Supuse que ustedes dos…- lo golpeé en el brazo y empecé a hablar interrumpiéndolo,
-¿Qué hiciste qué?
-¿qué tiene? Pensé que ustedes dos eran amigos.
-¿Por qué de todas las personas tuviste que elegirme a mí para molestar?
-porque eres bonita…
-ay por Dios.

Salí de la cocina tapándome la cara, caminé al comedor y me paré en la orilla con los demás tratando de no sonrojarme pero Carter lo estaba haciendo difícil. ¿Cómo una persona que me conoce de menos de un día podría saber cómo soy? ¿Seré tan predecible?

     La señora Payne entró primero y tomó su lugar en la orilla de la mesa. Al sentarse volteó hacia nosotros y nos sonrió en agradecimiento pero al momento de llegar a mí, sus ojos se me quedaron viendo fijamente. Yo solo voltee a ver el piso para evitar su mirada de compasión. No me gustaba que fuera así, había estado lidiando con eso por casi mi vida entera.

     Levanté la mirada cuando escuché las voces y saltos de los chicos mientras entraban al comedor. Ni siquiera se preocuparon por mantenerse en silencio como lo hizo Karen. Sonreí cuando vi que los chicos se sentaban y buscaban comida. Eso por lo menos me ayudó porque me di cuenta de que esta exagerada sofisticada cena también era nuevo para ellos.

-¿Dónde está la comida? Pensé que la cena estaba lista.
-tenemos los filetes en curso- dijo Karen riéndose.
-¿en curso? ¿Eso quiere decir que tenemos que comer cierta comida a cierto tiempo?

     Él se sentó de nuevo y los chicos lo imitaron. Yo estaba intentando controlar mi risa pero en el otro lado de la habitación Louis se dio cuenta y sonrió antes de empezar a reír.

-lo ven, hasta ella cree que esto es estúpido- me señaló

     Mis ojos voltearon a ver al piso antes de empezar a ver hacia todos lados para después voltear a ver a Liam accidentalmente quien me estaba sonriendo. De verdad quería que este día terminara.            Pero el saber que el día casi terminaba, me estresaba  incluso más. Quería saber lo que Liam quería decirme, pero al mismo tiempo no quería escucharlo. Él vivía con la idea de “fuera de contacto, fuera de la mente” y lo demostró cuando me dejó. La señora Shay me salvó de mis propios pensamientos dándonos la señal de que ya debíamos empezar a servir.

Caminé hacia Liam haciendo mi mayor esfuerzo de mantenerme profesional.

-¿Qué le gustaría de tomar señor Payne?
-¿Qué crees tú que deba pedir?
-lo que sea que pida está bien.
-¿Qué me traerías?- suspire.
-puedo traerle agua, pero no va con los filetes así que…
-tomare agua- dijo interrumpiéndome a la mitad de lo que estaba diciendo.

     Suspiré molesta por su insistencia ¿Por qué no entiende que solo quiero trabajar aquí? Juro que si mi vida no dependiera de este trabajo renunciaría.

     Caminé hacia la cocina para servir su agua y Carter camino a un lado mío. Él estaba encargado de Niall.

-¿Qué quiere? Apuesto que algo profundo como…-lo interrumpí.
-agua, solo quiere agua.
-ah… ¿así que no te quiere a ti?
-¡no! Solo quiere agua ¿sabes? Para beberla.
-está bien, solo quería agua. No entiendo porque estas tan en contra de él.

     Empujé la puerta sin contestarle pero él se quedó en mi camino. Agarré la jarra con agua cuando voltee y me encontré con Carter de nuevo.

-ok, entiendo, eran mejores amigos, pero si lo eran ¿no te gustaría retomar esa amistad desde donde se quedaron?

     Dejé la jarra de nuevo en la mesa para contestarle algo que hiciera que no volviera a mencionar el tema.

-¡sí! Me gustaría retomar desde donde nos quedamos. Nos quedamos donde él me gritó por no apoyarlo cuando le grité por abandonarme. El dejó de mensajearme y llamarme. Encontró una novia y se olvidó completamente de mí. Me dijo que lo mejor era olvidar nuestra amistad. Que iba a ser más fácil cuando ellos estuvieran viajando. ¿Pues adivina qué? Eso es lo que estoy haciendo. Olvidando nuestra amistad.- mi tono de voz cada vez iba aumentando de intensidad y a la vez se quebraba.
Sus ojos estaban completamente abiertos viendo algo detrás de mí. Su mirada reflejaba confusión y pena por mí. Sabía quien estaba parado detrás de mí sin ni siquiera voltear.

-supongo que tener la plática hoy no tiene sentido ya- suspiró

-hola- voltee para encontrarme cara a cara con Zayn.
-um, hola ¿Viniste por un bocadillo? ¿Bebida? ¿Qué te doy?- le dije rápidamente y él se rio.
-no, estoy aquí solo para hablar contigo. Escuché tu versión corta de la historia.
-escucha, estoy segura de que Liam ha cambiado. No pienso mal de él…
- no, tu historia es correcta, Liam nos contó acerca de eso el año pasado. Encontramos una foto tuya, eso hizo enojar a Danielle y terminaron así que hicimos que nos contara la historia.
-déjame adivinar, yo era la mala.
-en realidad no. El admitió que era su culpa. Escucha, sé que ustedes dos van a hablar esta noche. ¿Puedes hacerme un favor? Dale una oportunidad ¿sí? Sé que no estoy en posición de pedirte esto, pero lo creas o no, tú le sigues importando.
-lo creo, solo que no…
-tu no lo crees. Puedo verlo en tus ojos, puedo ver que mueres porque este verano termine para que así puedas volver a tu vida normal.-agaché la cabeza. No había manera de que él pudiera saber todo eso de mí, no la había. –Solo dale una pequeña oportunidad- suspiró y después salió de la cocina.

     Zayn tenía razón, no estaba en posición de pedirme eso. No sé qué fue lo que les contó a los chicos, pero no me importaba. Ellos no estaban conmigo para ver como moría por dentro porque mi mejor amigo me dejó y no quiso saber nada de mí. Mis segundas oportunidades eran limitadas.  

     Terminé de lavar los platos y la señora Shay me dio permiso de llevarlos al lavaplatos. Una vez que agregué el jabón, presioné el botón de encendido y salí de la cocina. Todavía me faltaba una hora pero todos ya se habían ido, estoy segura que incluso la señora Shay se había ido. No quería ir todavía con Liam, no quería escuchar sus disculpas o sus críticas de todo lo que he hecho. Salí por la puerta trasera directo al estanque.

     Aquí fue donde Liam y yo nos conocimos, bueno no es exactamente un estanque es más bien un arroyo. Pero siempre le hemos llamado estanque porque su casa queda en la parte más amplia.
     Era una niña pequeña y la parte del arroyo que quedaba en mi casa no era muy amplia, así que empecé a caminar a un lado y me di cuenta de que cada vez se hacía más grande, quería explorar como cualquier niño de mi edad. Seguí caminando hasta que me encontré con un pequeño niño caminado alrededor de su parte del estanque, cuando estuve más cerca lo escuché cantar y empecé a reírme.
- ¿Por qué te ríes de mí?
-porque estas cantando. Nadie canta. Tienes que salir en televisión para poder cantar.
-pero se cantar. Escucha.
Estaba a la defensiva acerca de su habilidad vocal, pero no me importaba. De todos modos me quede ahí a escucharlo. Cuando terminó, me reí más.

-suenas como Jessie McCartney ¿eres el?- aplaudí.
-¡no! Soy Liam Payne.- me gritó.
-lo siento, no quería herir tus sentimientos, cantas muy bien ¿vives aquí?
-no, vivo allá- dijo señalando su casa.
-¿de verdad? Yo también vivo frente al arroyo, pero más abajo- sonreí mientras señalaba hacia a donde había venido.
-genial- se volteó y siguió caminando por el arroyo mientras cantaba.
-¿a qué escuela vas?
-voy en tercer año.
-¡yo también! Pero ¿en dónde?
-en la escuela- dijo sonando obvio. –fruncí el ceño.

     Solo quería saber a qué escuela iba, era nueva aquí. Me senté en un pedazo de tierra cuidando que no hubiera lodo que pudiera manchar mi ropa y agarré una ramita mientras me sentaba y la aventé al agua haciendo que salpicara un poco.

     Después de un rato, se sentó a lado de mí. Lo voltee a ver. Estaba sonriéndome con su cabeza inclinada.

-¿Por qué estás hablándome?- le dije.
-no le caigo bien a nadie.
-¿Por qué?
-porque soy raro.
-creo que es porque cantas.- le dije sin ni siquiera mencionar que era uno de los mejores que había escuchado.
-bueno pues creo que eres una grosera.- gritó
- lo siento- baje la cabeza.
-dices mucho lo siento.

     Lo que él no sabía era lo cierto que estaba lo que había dicho. Mi papa nos abandonó. Por eso nos mudamos aquí; para empezar una nueva vida. Mi mamá estaba deprimida. Lo ha estado desde hace ya algún tiempo. Creo que el que mi papa nos dejara solo le dio más razones para estarlo.
      Empezó por gritarme por todo lo que hacía, castigándome con las cosas que más quería. Luego empezó por dejarme sin comer hasta que llegó al punto en que decidió dejar de trabajar aunque eso implicara no tener ingresos ni para nuestras necesidades básicas, aun así lo hizo.

     Liam y yo empezamos a ser amigos desde ese día. Todos los días caminaba desde mi casa hasta su parte del arroyo. Nos sentábamos en la orilla y aventábamos piedras o solo platicábamos de nuestros días anteriores. Liam y yo estábamos en el mismo salón así que muchas veces solo revivíamos lo que habíamos pasado en el día. Un día me invitó dentro de su casa porque hacía mucho frío afuera, creo que ahí fue cuando me di cuenta que era mi mejor amigo. Ninguno de los dos tenía muchos amigos pero no nos importaba. Nos teníamos el uno al otro.

Desde ese día, en vez de ir al arroyo y sentarnos ahí todo el día hasta que anocheciera, nos quedábamos adentro. Al principio su mamá nos hacía quedarnos en la sala, o donde ella pudiera vigilarnos. Luego entendió que éramos solo amigos; que no íbamos a hacer ese tipo de cosas juntos.

     Un día, él dejó la escuela temprano después del receso. Fui a su casa después de clases para ver cómo estaba y si quería compañía. Su mamá hablaba por teléfono en un tono muy bajo así que solo decidí subir a su cuarto. Cuando abrí la puerta, vi que no estaba ahí. Me espanté porque con mi pequeña cabeza de 10 años, pensé que había muerto.

     Salí corriendo de la casa directo al arroyo, sin importarme que el aire estaba prácticamente cortándome a la mitad. Si estaba muerto eso significaba que tendría que buscar un nuevo mejor amigo, o estar sola por el resto de mi vida. Deje de correr y de pensar cosas malas cuando lo vi sentado en una piedra, salte por atrás de él tocándole los hombros. El salto del dolor y se alejó un poco de mí. Cuando le pregunte qué había pasado lo único que hizo fue suspirar y tratar de esconder su cara.

-¡Liam!
-¿quieres saber qué pasó?- me medio gritó, pero al mismo tiempo se le escuchaba la voz quebrada.
-sí.

     Me miró y pude ver su labio sangrando y su ojo morado. Podría asegurar que su nariz estaba un poco quebrada también y podía ver cicatrices en su brazo. Algo así como me encontraba yo en estos momentos.

-¿Qué pasó?- le pregunté preocupada tocando su brazo.
-deje propiedad de la escuela, y fue como si esos estúpidos chicos de 18 años estuvieran buscando algo que golpear y me escogieron.

     Sus manos temblaban mucho. Lo agarré con cuidado de los hombros y lo acerque a mí. Lo abracé y sentí como empezó a llorar. Acaricie su espalda tratando de reconfortarlo, al final de cuentas era mi mejor amigo y yo le debía mucho, principalmente porque mi mamá había empeorado. Habían pasado 2 años sin ayuda, sin trabajo, y sin lógica alguna en ella. Estaría destruida ante el monstruo en el que mi mamá se había convertido. Si no fuera por él probablemente no estaría aquí, aunque él no tuviera idea de todo el bien que me hacía. Para mí el valía las ocho horas que tenía que pasar con mi mamá en las noches que regresaba a casa a dormir. Después de todo lo menos que podía hacer era reconfortarlo en un momento como este.

     Más tarde esa noche, seguíamos sentados afuera en el frío cuando su mamá salió por nosotros. Liam se había quedado dormido, así que no estaba muy feliz con el hecho de que lo hubieran despertado. Empecé a caminar hacia mi casa pero la sra. Payne me detuvo. Me dijo que podía quedarme ahí esa noche. No la culpaba. Ella no sabía que el quedarme ahí esa noche iba a hacer que los golpes masivos comenzaran. Mi vida cambió después de esa noche.

     No recuerdo cuando tiempo estuve sentada ahí afuera recordando todo eso, pero obviamente ya iba tarde a mi “reunión” con Liam, iba a levantarme para entrar a la casa cuando escuche su voz.
-¿estas probando mi habilidad para recordar tus escondites?                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            
-lo siento, solo…
-¿podrías dejar de decir eso?
-pero lo siento. No quería que pensaras...
Sacudió su cabeza de lado a lado -no entiendo porque te disculpas si fui yo quien arruino todo entre nosotros.
-nunca hubo realmente un nosotros así que no, no lo hiciste.
-eso es mentira y lo sabes, no estarías tan enojada si…
-¡eras mi mejor amigo Liam! –perdí el control de mí, algo que no era muy común.
-aww, esa es mi Sarah- sonrió – ven, subamos a mi cuarto.
-no. Hablemos aquí afuera. De todas formas debo irme pronto.- voltee a ver a lo lejos como no dándole importancia a la plática.
-¿Por qué? Puedes quedarte a dormir.
-lo siento…
-¡ya basta!
-¿ya basta que?
-sube a mi habitación solo por una hora o dos. Por favor.
-¿Qué tal 30 minutos?
-un mínimo de una hora, si te quieres ir después de eso, no te detendré.
-eso no es justo.
-¿Por qué? ¿Por qué sabes que no te querrás ir?- dijo con esa sonrisa que tanto extrañaba y en tono que se notaba que quería que toda esa tensión se fuera.