diario de una loca.

Y ahí está ella caminando por la fría calle de la ciudad, con su mirada inocente de chica santa. Jannete simplemente nunca había encontrado una manera de relajarse, siempre había algo que la hiciera estar inquieta durante el día y noche. En el día buscaba actividades para mantenerse sana y activa y en la noche tomaba pastillas que ella misma había comprado sabiendo que no podría dormir así de la nada, algo tenía que dormirla. Mientras ella camina va pensando en dos cosas: 
1. Dicen que cuando golpeas un objeto éste no siente nada, pero tú nunca sabrás si eso es verdad, ¿qué tal si el objeto si siente, pero no tiene ojos ni espalda ni nada, simplemente siente? Ella siempre le había querido encontrar una respuesta a ello, pero nunca la sabrá porque es incapaz de golpear un objeto. Y si lo golpea, ¿qué tal si el objeto simplemente no puede hacer nada? Después se sentiría culpable por haber golpeado a un objeto que no se puede defender. 
2. Las paredes están hechas de cemento o a veces de otros materiales, el cual es difícil romperlo, pero no imposible. Ella siempre había querido romper una pared, ya sea de yeso o cemente, pero mejor de cemento porque ésa es más difícil de romper y le duele menos que a ella o a ti. 
Camina con sus botas de frío cafés, sus leggins de mezclilla azules y su blusa de manga larga blanca mientras mira a su alrededor a la gente pensando en que trabajarán o su estado de humor. Se detiene en seco cuando mira a varias personas arrinconadas en un solo lugar, como 10 ó 15, decide ver que hay y se acerca. No puede creer lo que está viendo, era más que nada una persona muerta, un cadáver, parecía que lo había matado a golpes porque estaba completamente intacto de las piernas, es como si le hubieran golpeado el abdomen y después la cara y el último golpe fue en la frente para tumbarlo y al tumbarlo se golpeara en su cerebelo provocándole la muerte, bueno, al menos eso era lo que ella pensaba. Está intacta mirando el cadáver cuando decide seguir caminando y dejar a la persona descansar. Camina y llega a su destino, la cafetería más famosa de Los Ángeles, Starbucks. Ordena un  frappé moka oreo y espera pacientemente mientras mira las personas a su alrededor, gente común pensaría en que la vestimenta de la persona de la esquina es horrible, que la persona que está al lado de la persona de la esquina no deja el celular y que la persona del centro es simplemente zafio para hablar, pero eso sería la gente común, cosa que ella no es. Jannete pensaba en cuantas personas había en la habitación, una vez contadas, las multiplicaba pos dos y realizaba cuantos ojos había y así se iba con las otras partes de la cara, piernas y manos. Una vez entregada su orden decide explorar un poco la ciudad para no volver a su departamento, ya que realmente no quería pasar tiempo en un rectángulo de color blanco que no tiene nada de divertido.
Jannete se encuentra parada alrededor de gente que no conoce y que no quiere conocer porque piensa que mientras más conoces a una persona, más tu cariño crece por ella, lo cual ella no quiere porque odia cualquier tipo de emoción o sentimiento, ella siempre se encontraba en un humor neutro, ni triste ni feliz. Una vez que termina su frappé moka de oreo decide tirarlo a la basura porque ella está en contra del calentamiento global, el bullying y el maltrato animal. Una vez que tira el vaso en el que venía el café decide sentarse y mirar a su alrededor y pensar en como es que nuestro mundo se ha convertido en esto, esto que ahora llamamos 'mundo' ya no es más que un círculo que va empeorando cada vez más y más por nuestra culpa y eso hace que ella se sienta culpable. 
Ella siempre ha pensado que el dicho de 'Cuando la vida te da limones, haz limonada' es falso porque la vida no te puede dar limones, los árboles te dan limones y, ¿para qué hacer limonada cuando la limonada de fresa es mejor? Jannete estaba tan hundida en sus pensamientos que se dio cuenta de que una chica se había sentado a su lado, Jannete sale de sus pensamientos cuando la chica le dice:
-Hola- dice ésta con una gran sonrisa vistiendo un abrigo impidiéndole a Jannete ver lo que estaba vistiendo.
Jannete no contesta ante el 'hola' de la chica, ya que ella no estaba interesada en hacer amigas.
-Hola, me llamo Nora- dice la chica ahora con su sonrisa algo desvanecida. 
Jannete decide no contestar y tratar de seguir pensando en la limonada de fresa
-Disculpa, ¿eres muda o sorda? Porque sé lenguaje de señas, ay, no sé porque digo esto, es obvio que si fueras sorda no me escucharías- dice la chica y empieza a hacer lenguaje de señas con la mano. 
Jannete se harta y decide hablar: 
-No soy muda ni sorda, así que para de hacer tu estúpido lenguaje que no entiendo y déjame en paz- dice Jannete desesperada y frustrada por la chica
La chica pela los ojos y cuando está a punto de hablar, gritan su nombre y simplemente se levanta del asiento y me quedo sola, como siempre y como me gusta.

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