Re: ''Ella quiere ser mala'' (Nick & tu) Adaptada-TERMINADA

por **Vanee LovatoD'Jonas** Sáb 17 Dic 2011, 12:11 pm

OMJ Qe maraton esta genialisimo
Nick le va a vender el apartamenti a ____ algo huele maL ahi!
jeje siguela Qiero leer el prox cap

por **Vanee LovatoD'Jonas** Sáb 17 Dic 2011, 12:13 pm

Pase de pag ''Ella quiere ser mala'' (Nick & tu) Adaptada-TERMINADA - Página 7 88550944

merecemos doble cap.....ok!no
pero sube!

por **chelis** Sáb 17 Dic 2011, 7:10 pm

esperando caaaaaapiiiiiiiiiiissssss

por **Belencita** Sáb 17 Dic 2011, 8:28 pm

por **chelis** Sáb 17 Dic 2011, 9:23 pm

PORFAAA ESPERANDO CAPIS

por **yessi jobrOss** Dom 18 Dic 2011, 1:45 pm

ahhh chikas muchas gracias por comntar :roll:
ahora subo el capi y disculpen la tardanza
pero no habia tenido tiempo , espero comprendan ''Ella quiere ser mala'' (Nick & tu) Adaptada-TERMINADA - Página 7 3619577255

''Ella quiere ser mala'' (Nick & tu) Adaptada-TERMINADA - Página 7 3619577255

por **yessi jobrOss** Dom 18 Dic 2011, 1:49 pm

Capítulo 12

La risa de los bebés es adictiva.
Aforismo de _____

Sara Cox sintió un aliento de alivio en cuanto entró en el Centro de Alfabetización. No tendría que pasar otra interminable velada sola en su casa ni someterse a la tortura de otro bar. Con una vez bastaba.
_____, su jefa, la volvería loca reprochándole esa actitud, pero ella se sentía mucho más cómoda entre libros en una biblioteca, que entre martinis en un bar de lujo. Había completado en otro lugar el curso para alfabetizadores y ya estaba lista para trabajar como voluntaria. Después de firmar el registro se presentó a la recepcionista. La mujer le dijo que dentro de unos minutos le daría el material de orientación.
Con una taza de café en la mano, Sara se paseó por la sala llena de libros. Al girar en un recodo estuvo a punto de chocar con una alta silueta masculina.
—Ay, disculpe… —Se detuvo justo a tiempo, pero el café le salpicó el jersey rosa—. ¡Host…, digo ostras! —se corrigió de inmediato, invadida por el bochorno.
Levantó la vista y se encontró con la cara de Paul Woodward, que parecía sentirse casi tan incómodo como ella.
—Madre mía, señor Woodward, no lo había reconocido.
—Hola, Sara. —Él la saludó con la cabeza, mirando por encima de su hombro—. ¿Por qué no nos tuteamos?
Ella lo miraba con fijeza, atónita. Era la última persona que esperaba encontrar en el Centro de Alfabetización. ¿Qué hacía allí? Tal vez lo mismo que ella. Tal vez era algo más que un recreo para los ojos. Sacó del bolso unos pañuelos de papel para limpiarse el jersey.
—He completado todo el curso de alfabetizador, pero es la primera vez que vengo. Me encanta leer. No entiendo que alguien pueda vivir sin saber leer. Siempre he querido trabajar como voluntaria, pero a mi marido no le gustaba. —Tragó saliva, maldiciéndose mentalmente por tanto parloteo—. ¿Cuánto tiempo hace que vienes?
—Para mí también es la primera vez —respondió él. Y se metió una mano en el bolsillo.
Parecía tenso, a juzgar por el movimiento de los bíceps. Era un hombre guapísimo; ella siempre se sentía intimidada por su presencia. ¿Cómo harían sus alumnos para concentrarse en la lectura con un maestro tan atractivo?
—Dime, ¿cómo se te ha ocurrido venir? ¿Ha sido por la nueva sección de libros del instituto? A mí me decidió eso.
—Sí, algo así. —Él se rascó el mentón y volvió A mirar más allá.
Probablemente con ella se aburría muchísimo. Sara echó un vistazo a la revista que él llevaba enroscada en la mano.
—¿Qué lees?
Él la desplegó.
—«Terapia de masajes: técnicas avanzadas.» —leyó ella con una sonrisa—. ¡Se explica que seas el mejor masajista del instituto! Y para entretenerte, ¿qué tipo de lecturas prefieres?
La miró como si no entendiera. Luego murmuró:
—Tolkien.
—Un clásico de la literatura fantástica. Es interesante que sus obras se puedan adaptar tan bien al cine. No he tenido oportunidad de ver la última parte.
—Yo tampoco.
—Señor Woodward —llamó la recepcionista.
Paul se puso tenso y el pánico atravesó esas facciones atractivas.
—Debo irme —dijo con un meneo de cabeza. Y cruzó las puertas del Centro de Alfabetización.
Sara lo siguió con la vista, preocupada por la posibilidad de haberlo ofendido. Por un momento se retorció las manos. Luego, dejándose llevar por una extraña intuición, fue tras él. Lo alcanzó en el momento en el que entraba en el ascensor.
—¡Paul! ¡Espera, Paul!
La miró por encima del hombro; se habría dicho que prefería cualquier cosa a esperarla. Pero su cortesía innata debió de imponerse, pues retuvo la puerta hasta que ella entró.
—¿A qué piso vas? —preguntó.
—A…, eh… —Ella se encogió de hombros—. Al aparcamiento. —Lo observó; Paul mantenía la cara vuelta hacia otro lado—. Disculpa, pero ¿estás ofendido por algo?
—No —respondió el joven, con la vista clavada en los números del indicador.
—Es que no entiendo. Estabas allí para enseñar a alguien y de pronto…
—No estaba allí para enseñar.
Sara frunció las cejas, confundida.
—Pero entonces ¿por qué…?
Con un fuerte suspiro, Paul la miró a la cara.
—No esperaba para enseñar, sino para aprender.
Ella tardó un largo rato en comprender lo que significaban esas palabras.
—Ah, no sabía.
—Te agradecería que no se lo dijeras a nadie.
—No, por supuesto. —El ascensor emitió un campanilleo y las puertas se abrieron con un susurro. Paul salió; ella fue detrás—. Pero ¿por qué te vas?
Él encogió los anchos hombros y apartó la vista.
—No lo sé. No me he sentido a gusto.
—¿Porque te has encontrado conmigo?
—No lo sé.
Sara, que percibía su bochorno, buscó la manera de calmarlo.
—Me parece estupendo que quieras mejorar tu lectura. Con tanto éxito como tienes en otros terrenos, otra persona no se molestaría en hacerlo.
Él asintió con la cabeza, pero aún no la miraba a los ojos.
—Sí, eso me ha parado —admitió.
—Todo el mundo tiene algo que le impide hacer lo que quisiera —murmuró ella.
—Tú no, ¿verdad?
—Claro que sí —corrigió Sara, con una sonrisa triste—. Mi matrimonio duró demasiado. Ahora ya es tarde para muchas de las cosas que deseaba hacer.
—¿Por qué, si eres joven?
—No me siento joven.
—Pues lo pareces.
—Gracias —dijo ella—, pero lo dices por educación.
—No, de verdad. Te vistes como si fueras mayor, pero eres bonita, muy bonita. —La miraba a los ojos.
Sara sintió que se le aceleraba el corazón y se le caldeaban las mejillas. Se mordió los labios, cohibida por esa reacción.
—Oye…, no tengo experiencia en enseñar. ¿Quieres que veamos si puedo ayudarte?
Él la estudió un largo rato. Fue una visible batalla entre la confianza y la indecisión.
—Si quieres, yo estoy dispuesto.

_____ estaba tan furiosa que habría querido mascar vidrio. Cuando tuvo a Willy a salvo en su parque y a Los teletubbies moviéndose en la pantalla, sacó dos cajas de huevos de la nevera y fue al cuarto de baño.
—Sucia bruja malcri…
De pie junto a la ducha, arrojó el primer huevo contra la pared. Ese día Demi había aparecido en el instituto para exigir otra reunión improvisada; trataba de demostrar que _____ era incapaz de dirigir la empresa, sobre todo ahora que se presentaba a trabajar con un bebé.
—Grandísima desagradecida, ignorante, pedazo de…
Arrojó dos huevos más y se quedó contemplando las yemas viscosas que se deslizaban por los azulejos.
—Me trata como a la mierda. Me mira como si yo fuera un gus… —Arrojó tres huevos más.
—¿Qué haces? —inquirió una voz masculina, desde el vano de la puerta.
_____ giró bruscamente, con un huevo en cada mano.
—Nick —dijo, mostrando los dientes.
Su vecino contuvo el impulso de buscar un escudo para protegerse. No había vuelto a verla tan furiosa desde la noche en que, después de rescatarlo, se había enterado de que él era «el vecino de las herramientas». Tenía los ojos llenos de furia, el pelo revuelto y las mejillas encendidas. Vestía un top crema ceñido y una falda de piel más ceñida aún; los tacones altos destacaban la curva de sus piernas. Parecía una mujer fatal dedicada a la destrucción. A la destrucción de su cuarto de baño.
—¿Por qué arrojas huevos contra la pared?
—Porque la ley prohíbe el asesinato. Porque no quiero ir a la cárcel por arrancar hasta el último cabello de esa cabeza hueca, hasta la última uña de sus dedos.
—¿De quién hablas?
_____ le volvió la espalda para estrellar otro huevo. Y otro más.
—De mi socia. Yo poseo la mayor parte de las acciones del instituto, pero casi todo el resto es de ella. Y desde que heredó su parte quiere quitarme de en medio.
—Si tú eres la socia mayoritaria no hay nada que pueda hacer.
—Tú lo sabes y yo también, pero como ella tiene dinero a toneladas los contables no quieren contradecirla. Entra como si tal cosa, convoca una reunión instantánea para detallar las deficiencias de mi labor como directora y subraya el hecho de que llevo a Willy al instituto. A partir de mañana tendrá niñera, pero eso no importa. No: esa pequeña bruja opina que soy una basura y hace lo posible por sacarme de allí. —_____ arrojó cuatro huevos en rápida sucesión.
—Pues bien, convoca tú misma una reunión —insinuó él.
La chica se volvió a mirarlo como si lo creyera idiota.
—¿Para qué torturarme y malgastar el tiempo así?
—Para retener el mando.
_____ abrió la segunda caja de huevos y arrojó dos contra la pared de la ducha. Tenía buena mano. Nick notó que ya no estaba tan furiosa.
—Si tú convocas una junta, eres tú quien determina el orden del día y cuándo se da por terminada la sesión. Hasta puedes indicarle que te presente sus preguntas por escrito antes de cada reunión.
Lo miró a los ojos.
—¿De veras?
—Sí. Y si se hace una reunión por mes…
—¿Por mes? —repitió ella, lúgubre. Arrojó un huevo más—. Ya me conformaría con que fueran bisemanales. La tengo allí todos los días, fastidiando a todo el mundo. ¡Esa mujer necesita algo que la distraiga!
—¿Quién es?
La cara de la chica pareció cerrarse.
—Preferiría no decirlo. —Lanzó otro huevo—. No creo que eso funcione.
—Tendrás que mantenerte firme, por mucho que ella se queje.
—O por mucho que se quejen los contables —especificó ella, mientras estrellaba un huevo más—. Pero vale la pena intentarlo. —Con dos huevos en la mano giró hacia él—. ¿Quieres probar?
Él contrajo los labios.
—¡Vaya ofrecimiento!
—Me he percatado de que te mueres por mi… —Se encogió de hombros—. Por mis huevos.
Su vecino rio por lo bajo.
—Hace años que no arrojo huevos contra nadie.
—¡Qué horror! ¡Eso significa que alguna vez lo has hecho! Yo te creía demasiado perfecto como para cometer un acto así.
El tono en que dijo «perfecto» llegó al corazón de Nick.
—Fue una cuestión de honor. El capitán del equipo rival había pinchado las ruedas del coche de nuestro mejor jugador.
—Sí, pero ¿lo saben tus padres?
Nick cogió los huevos.
—No quería que mi madre se desmayara. —Arrojó uno y luego el otro, sorprendido al sentir tanta satisfacción.
—Sienta bien, ¿no? —comentó _____.
Al mirarla experimentó la lenta fuerza de la excitación.
—Sí, pero hay cosas que sientan mucho mejor.
Ella tomó aliento. En su mirada se reflejaba un dejo de la pasión que él sentía. Luego bajó la vista a la caja.
—Queda media docena. ¿Quieres una tortilla francesa?
—Sí.
Roció la pared con un producto de limpieza y abrió la ducha.
—Se limpia en un abrir y cerrar de ojos —dijo—. Después retiraré las cascaras.
—Y no tendrás que pasar ni siquiera una noche en la cárcel.
—Creo que en adelante disfrutarás de otra visión de lo que representa un huevo —aseguró _____, mientras iba hacia la cocina.
En ese momento, Nick estaba concentrado en su trasero. No podía dejar de recordar lo fantástico que era cuando estaba desnudo. Tragó un gemido: no podía dejar de recordar lo maravilloso que era deslizarse dentro de ella.
—A decir verdad, no me sorprendería que en el futuro arrojaras unos cuantos huevos en tu propio cuarto de baño.
—Es malgastar la comida —observó él—. Algo inmaduro e improductivo.
_____ enarcó las cejas, llena de escepticismo.
—Y brillante —reconoció Nick—. Lástima que no tengas otra caja.
Prepararon juntos las tortillas francesas, con ingredientes diversos que ella desenterró de la nevera. Luego _____ untó de mantequilla el sobrante de pan italiano. Dio de comer a Willy, siempre hablándole, y le cambió el pañal. Nick vio que apretaba los labios contra la barriga del bebé para hacer una pedorreta. Willy rio de gozo.
—Parece que os estáis llevando muy bien —comentó él.
—Es que te conquista poco a poco. Igual que el moho. —Con una sonrisa irónica, hizo otra pedorreta contra la barriga del bebé.
Nick meneó la cabeza.
—Nunca lo habría pensado.
—¿El qué? —preguntó ella, mientras levantaba a Willy.
—Creo que estás colada por ese niño.
—Esto es algo que muy pocos saben —le confesó ella—, pero lo cierto es que tengo una vena maternal muy autodestructiva. Por lo general la mantengo dominada, pero Willy es tan dulce cuando no berrea…
—Conmigo te mostraste maternal —recordó él.
_____ le sostuvo la mirada. Entre los dos chisporroteó algo potente. Luego ella apartó los ojos.
—Sí, cuando tenías media cara hecha puré y no sabía quién eras.
—Y ahora que lo sabes —aventuró Nick.
—¿Has visto que hay gente alérgica a las fresas?
—Sí. —Él se preguntó adonde diablos querría llegar.
—Pues yo soy alérgica a los hombres como tú.
Esa generalización ya lo tenía harto.
—¿Todas las mujeres como tú sois alérgicas? —musitó.
—¿Qué significa eso de «todas las mujeres como tú»? —inquirió ella, áspera.
—Lo mismo que «todos los hombres como yo».
Con un gesto ceñudo, ella puso a Willy en el parque y cruzó los brazos sobre su amplio busto.
—Define el concepto de «mujeres como yo».
—Cómo no. Siempre que tú definas el concepto de «hombres como yo».
_____ lo miró con dureza. En su cara batallaban la curiosidad y el desafío.
—Vale. Tú primero.
—Las mujeres como tú son licenciadas en pragmatismo. A menudo, aunque no siempre, saben juzgar el carácter de las personas. Tienen un gran corazón, que se esfuerzan por mantener oculto. Las mujeres como tú reconocen su atractivo sexual y saben complacer al hombre, pero quizá tienen mucho que aprender en cuanto a complacerse a sí mismas.
Ella enarcó las cejas como si no estuviera totalmente de acuerdo, pero tampoco pudiera desmentirlo.
—Continúa.
—Las mujeres como tú han pasado malos ratos y creen que el mundo entero está contra ellas. Se rodean de tantas defensas que a veces ellas mismas no pueden salir; por eso suelen tener una gran zona vulnerable. Las mujeres como tú desconfían de cualquier hombre que se pueda medir con ellas.
_____ se mantenía muy erguida frente a él.
—Y supongo que tú eres el hombre perfecto para cuidar de mi zona vulnerable y enseñarme todo lo que debo hacer para complacerme a mí misma —dijo, con esa voz sensual que anudaba las entrañas.
—¿Me estás ofreciendo un trato? —la provocó su vecino.
—No —replicó ella de inmediato.
—Naturalmente. Tal como he dicho: cuando percibes que un hombre puede ponerse a tu altura te sientes amenazada.
—Y tú eres un sabelotodo malcriado y lleno de pasta —replicó _____.
—Pero no soy un gallina. Tú sí.
Ella dilató los ojos, llena de furia.
—Lárgate. ¡Lárgate! No sé cómo he podido prepararte una tortilla.
—La hemos preparado entre los dos —señaló Nick.
—¡Lárgate! —Lo empujó hacia el vestíbulo—. No sé cómo he podido dejar que me metieras en esta discusión ridícula. ¡No soy una gallina! Lo único que quieres es que te permita dormir conmigo.
—¿Quién habla de dormir? —Él reía para sus adentros.
—¡Bien sabes a qué me refiero! Quieres follar y nada más, pura y llanamente. —Lo empujó hacia la puerta clavándole el dedo en el pecho—. Estás frustrado porque esa novia tuya, toda oro de dieciocho quilates, ha demostrado tener el corazón de hierro forjado. Y estás frustrado porque en este momento no tienes a nadie. Estabas habituado a ser siempre el primero, el triunfador, el que consigue todo lo que quiere. Pues mira lo que te digo: conmigo se ha acabado. Con una vez he tenido más que suficiente.
—Fue más de una vez, _____.
—¡Fuera! —Ella abrió la puerta.
—Cloc, cloc —dijo él, imitando el cloqueo de una gallina, mientras salía.
La chica cerró la puerta tras él, con tanta violencia que levantó viento, y lanzó un grito de frustración. Nick sintió cierto placer al pensar que _____ ya no tenía huevos. Pero él sí.

Después del almuerzo, Joe llevó a Demi al patio del club de campo. Su padre insistía en extraer a la declaración hasta la última gota de publicidad que fuera posible. «Eso tiene gran valor emocional», le había dicho; «hay que pensar en el voto femenino.»
El estuche de terciopelo negro le pesaba en el bolsillo. No estaba seguro de lo que iba a hacer. Demi se había pasado todo el almuerzo sonriendo y parloteando, pero él no lograba recordar una sola de sus palabras. Lo único que imaginaba era la puerta de un calabozo que se cerraba con estruendo. Luego recordó lo que había sentido al ver que otro hombre intentaba besarla: habría querido descuartizarlo. Era obvio que la quería más de lo que pensaba, pero aún no se había hecho a la idea. Conscientemente sabía que ese paso era el que debía dar. Nunca había mantenido relaciones serias; siempre se cuidaba de no jugarse demasiado el corazón. Pero en el caso de Demi los sentimientos habían ido creciendo hasta cogerlo por sorpresa, sin que él se percatara de lo que sucedía.
Ella se estremeció.
—Hace mucho frío. ¿De veras tenemos que salir?
—El aire frío nos sentará bien —insistió Joe. Al mirar por encima del hombro vio a un hombre con una cámara. El estómago se le hizo un nudo—. Ven, vamos a ese banco.
La chica lo miró, confundida.
—¿Quieres que nos sentemos allí? Oye, Joe, que nos congelamos. Este viento me está penetrando hasta…
Él se dejó llevar por la impaciencia.
—Haz lo que te digo, ¿me oyes? —ordenó, con más aspereza de la que creía.
Ella abrió mucho los ojos y se puso rígida.
—Como quieras.
«Mira qué bien», se dijo él, ahogando un suspiro. Ahora su futura prometida estaba enfadada. Maldijo por lo bajo, molesto por sentirse tan nervioso. Recordó lo que había dicho su padre: que los hombres nunca están del todo dispuestos a encadenarse. «Es un instinto natural del varón, eso de no querer ataduras afectivas, pero llega un momento en la vida en que eso es lo que te conviene. Si has querido regalar un perro guardián a esa chica es porque la sientes parte de tu territorio. Y en ese caso es hora de que le des también un anillo de compromiso.»
«Es lo que conviene», se dijo.
Además ya no había otra salida. Su padre ya había dispuesto todo para que la prensa se enterara. Demi se detuvo ante el banco de hormigón y se quedó mirándolo.
—¿De veras tenemos que sentarnos aquí?
—Es sólo un momento. Quiero… —Se le tensaban los músculos de la garganta—. Quiero discutir algo contigo.
La chica se sentó con repentina solemnidad.
—Parece que es algo serio.
—Sí. —Él carraspeó. Tragó saliva—. He estado pensando. Creo que tú y yo deberíamos llegar a un acuerdo permanente.
—¿Qué clase de acuerdo permanente?
Joe volvió a carraspear.
—Pues mira, tendrás que pensarlo porque la carrera política suele exigir mucho de la mujer, pero creo que tú y yo… —Tragó saliva de nuevo—. Creo que tú y yo haríamos un buen equipo en muchos aspectos.
Demi asintió, cautelosa:
—Aja.
Él sintió que su cuerpo y su mente se dividían. Clavó una rodilla en tierra, le cogió una mano, abrió la boca. No surgió sonido alguno. Tenía la garganta completamente cerrada. No podía siquiera respirar.
—Dime, Joe.
Aclaró una vez más esa garganta seca como un desierto. En su desesperación extrajo del bolsillo el estuche de terciopelo.
—Dios mío —susurró ella. Luego se levantó de un salto, tirando de la mano de su compañero—. Sí. Sí, acepto casarme contigo.
Joe la rodeó con los brazos, deshinchándose de puro alivio. Gracias a Dios, ella entendía. Ni siquiera había tenido que declararse.

por **yessi jobrOss** Dom 18 Dic 2011, 1:51 pm

ok chikas allí el capi :D
Comnten pliss :)
Las kiero :hug:

AME LA NUEVA SONG DE LOS JONAS :arre:
SUPER GENIALOSA ''Ella quiere ser mala'' (Nick & tu) Adaptada-TERMINADA - Página 7 88550944

NO CREEEN???

por **Belencita** Dom 18 Dic 2011, 6:38 pm

ahhhh declaraciones fuertes de parte de los hermanitos
cada uno a su modo
nos leemos luego

por **chelis** Dom 18 Dic 2011, 8:42 pm

heeeyy esa tecnica de desahogar es buenaaaa heeee
jajajaja nick si que se pasa a veceeeessss
aaaiii siguela porfaaaa

por **Maly** Lun 19 Dic 2011, 8:12 am

SIGUELA PLIS!!!!! yo he probado esa forma de desahogarse xD!!!!!!

por **Dorin** Mar 20 Dic 2011, 8:30 am

siguelaaa : )

por **Sunny** Mar 20 Dic 2011, 8:46 am

Ahhhhhh!Ame los capis!
Perdon por no comentar antes es que estuve de viaje!
Te quiero y amo la nove!Siguela!

por **Annabeth** Mar 20 Dic 2011, 8:24 pm

Joe, no está muy convencido, eso me da pena, y sigo sin imaginarme a Demi rubia skjskgfdf me encantan los enfrentamientos de Nick y la rayis dfhaha sigue! :]

por **VictoriaPaaz** Mar 20 Dic 2011, 10:41 pm

esta buenisima sigue (:

por Contenido patrocinado

ϟ hypatia. aka Kate. MP ϟ Ver perfil.	ϟ dépayser aka Lea. MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae aka . MP ϟ Ver perfil.	ϟ Stark. aka Cande. MP ϟ Ver perfil.

ϟ Legendary. aka Steph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ chihiro aka Zoe. MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu aka Teph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Calore aka idk. MP ϟ Ver perfil.

ϟ ego. aka Kalgh/Charlie. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Asclepio. aka Gina. MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw aka Alec. MP ϟ Ver perfil.