FIGHT, RUN OR DIE.

Después de la indemne guerra todo quedó desbastado y de la desbastación un nuevo gobierno salió a la luz; Glorem. La paz y la prosperidad ha conseguido que este nuevo mundo compuesto por el orden, por fin hay armonía. Glorem está gobernado por el consejo funcionario, que trata que ese orden mantenido por años no pueda quebrarse y la paz continúe. Es un estado de vigilancia peranente y  Esta "raza" como bien ellos denominan, para ellos lo único que trata es acechar contra el orden que ellos han establecido desde que el nuevo mundo se creó. ¿y si realmente los seres humanos perteneciente a esta raza lo único que hacen es despertar?

Para ello han establecido un nuevo programa, un experimento creado por la mente de un doctor.
La primera fase se realiza gracias a la identificación de las personas de semejante raza, donde los capturan y los llevan a un lugar desconocido.
La segunda fase empieza cuando estos son divididos, primero por estatus social; baja, media o alta. Secundariamente son divididos por su personalidad; fríos, amigables, sensibles o amables. Cada separación es estable por una semana, donde se entrenan. Un día antes de que las puertas del muro de piedra se abran cada uno es asignado con un compañero aleatorio formado por un chico y una chica, que formarán el equipo para enfrentarse a la lucha. Una vez dentro, nadie puede escapar. Ellos deberán enfrentarse a todo tipo de peligros y medio.

✘ Creo que se merece el primero lugar, ya que para que cada colectiva es fundamental: el respeto. Cada una de las elegidas es fundamental en la novela y la verdad que no queremos problemas. Si los quieres, has venido al lugar equivocado.
✘ El compromiso: la novela las necesita para poder proseguir con los capítulos y demás. No queremos que se quede estancada o algo por el estilo, así que si quieres participar, hazlo con el tiempo suficiente.
✘ La ortografía y la gramática: son cosas que buscamos con esta novela. No queremos capítulos des prolijos o cortos.
✘ Ideas en HIDE.
✘ Tienen: cinco días para subir capítulo en la novela. Si no lo subes en el tiempo dado, será una falta; a las cuatro faltas ¡bye!
✘ Se usa el guion largo y no en forma de teatro.
✘ Divertirse. Chicas estas novelas están echas con el propósito de compartir y hacer amigos.
✘ Pd. las tachadas no están en la novela ya ;-; bc se fueron o decidieron abandonar.
themob
Bowie
Wallflower
Berry.
Tessa
Ogygia
anderlysbella.

“Esta mañana se ha encontrado un nuevo cuerpo sin identificación. Por lo que hemos podido identificar, es un cuerpo femenino y contiene una gran grieta en el cuello. Repito, la joven no tiene identificación y nadie aun ha venido a reclamarla.
Esta y muchas notici…”

Lucius, el actual presidente en aquellos momentos, estaba cansado de escuchar esa y más noticias en la televisión. Suspiró mientras presionaba sus dedos contra su fina y delicada frente.

El hombre no era para nada feo ni viejo, al contrario: era el hombre más codiciado. Ojos verdes, cabello oscuro y un físico envidiable. Pero el estrés lo estaba cansando y mantener todos los secretos que esa ciudad tenía en su cabeza, lo reventaba y no podía pensar en solo una cosa a la vez.

Se levanto al escuchar la gran puerta del despacho crujir. Gruño. Odiaba que lo molestasen cuando estaba estresado y más si era su hora de descanso. Nunca más volvía a dejar la puerta abierta en sus momentos.

Cuando la puerta dejó de molestar, divisó al Doctor William. Un hombre bajito, rechoncho y con una bata que apenas le cubría un poco de sus brazos. El hombre era un completo loco, un loco que estaba completamente pirado y sin arreglo alguno.

Ugh.

Odiaba a ese hombre con todo su ser, pero su trabajo dependía de esa miniatura insoportable. No le quedaba de otra.

—Señor, lo lamento. Fue un pequeño descuido so…

—No lo lamente, Doctor. Tengo un pequeño presentimiento de que usted sabe lo que hace.

Y era verdad. Lucius no iba a dejar que  otra vez arruinara todo. Tenía completamente en la mira a quien iba a interceptar.

Si iba a gobernar, lo haría a su manera.

— ¡Que me dejes en paz, dije! —Grite con todas mis fuerzas hacia mi novia, bueno, la amante de mi padre— ¡No puedo creer lo estúpido que fui! ¡Con mi propio padre! ¿Acaso no tienes juicio, Clary?


La chica que había amado durante estoy últimos años, a la que le había confiado mi virginidad.


< Suenas como nena > me reprocho mi mente.


—Escucha, iba a decírtelo pero…—la chica trataba de calmarme, pero me valía un pepino lo que me dijera.


— ¡Iba a proponerte matrimonio! —Grite interrumpiendo sus asquerosos llantos— ¿Entiendes? ¡Iba a cometer un delito pidiéndote matrimonio teniendo solo dieciocho y arriesgaba mi propia vida con eso! 


— ¿Puedes escucharme, Adrien? —contesto con voz más firme—.No iba a aceptar de todas formas, tu padre me ama y yo a el ¿Qué tiene de malo? ¿Acaso no puedes aceptarlo?


reclamó por segunda vez mi mente.


¿Acaso había escuchado bien? Mi nov… bueno mi ex novia pensaba que estaba bien andar revolcándose con mi padre, el cual estaba casado y con dos hijas menores. Si que estaba completamente loca.


La frente de Clary estaba arrugada y sus facciones finas se habían convertido en gruesas y repugnantemente sudorosas. Sus ojos verdes estaban completamente dilatados y al momento pensé en las drogas. Las drogas habían entrado en su sistema y por eso me estaba echando toda la verdad en la cara. No creía en poder merecer eso. No tenía por que aguantarme tal monstruosidad de parte de ella y menos de mi padre.


— ¿Aceptar que mi ex novia este con mi padre, un hombre el cual esta felizmente casado y con tres hijos que mantener? —replique—.Creo que puedo vivir con eso, pero como te conozco más de lo que piensas Clary, se cual es tu plan.


Lo sabía. Sabía cada uno de sus gestos y eso me decía que estaba planeando. Su cara mostro un poco de susto al principio, pero como nada cambio a una expresión fría y con confianza.





—Tu quieres la riqueza de mi familia, la poca que tenemos—su cara era completo horror—.Solo que como quieres quedar embarazada hace tiempo, debías seguir conmigo y verte más seguido con mi padre. Pero si lo amaras tanto, sabrías que es infértil y que mis hermanas y yo fuimos efecto de otro matrimonio—me reí tan sarcásticamente que hasta yo mismo me sorprendí de no haberme puesto a llorar—.Eres patética Clary, patética.


Su cara se formo un tomate con mescla de chiuaua. Temblaba de miedo, como si yo fuera a lastimarla y por otra parte estaba enojada por echarle toda la verdad en su cara, pero no podía permitirle pasarme por idiota.


No lo era, para nada.


—Púdrete en el mismísimo infierno, Adrien—Su cara fue tomando de nuevo su color oscuro y aun mantenía su voz temblando—. Te odio, odio todo de ti y para serte sincera, tu padre es mejor que tu en la cama.


Gruñí. Odiaba que me echen en cara la poca experiencia que tenía durante los actos sexuales, y todo lo que se —que no es mucho—lo aprendí con Clarissa.


De a poco empecé a recobrar la compostura y me dirigí hacia mi padre. No sabía lo que haría, pero el era el principal responsable de esto. Sabía los actos de arpía de Clary y que cada palabra de su boca era veneno, pero si yo no lo logré en esos años reconocerlo, creo que el idiota de mi padre menos.


Reconocía que mi padre era mucho más lindo que yo y tenía más aspecto a hombre desarrollado. Mis facciones me jugaban una mala pasada, parecía cara de niño pequeño y la verdad, que me odiaba internamente por eso, así que contuve las respiración y me dije que tenía que estar lo más tranquilo posible para no cometer una estupidez.


Di unos cuantos pasos hasta el idiota apoyado en la pared con cara de horror y lo tome de la camisa con todas mis fuerzas. Su cara me mostraba arrepentimiento y vergüenza, toda la vergüenza del mundo la tenía el en su cara. Hasta me dio lastima por unos segundos, pero volví a la realidad y pensé en que ese hombre le había arruinado la vida a mamá. Una mujer completamente enamorada de ese idiota que no sabía valorar el amor de alguien tan buena y serena como lo era mi madre.


—Maldito, te vuelves a acercar a mi familia—susurre con los dientes apretados—y no sales vivo aunque corras ¿me entendiste?


Y fue ahí cuando sentí un gran dolor en mi nuca. Fue corto, tan corto que no tuve tiempo ni de quejarme. Caí al suelo como si me hubiera resbalado y toda la noche estrellada se esfumó como por arte de magia.

{---}

Un dolor de cabeza logró despertarme de esa terrible pesadilla. Había estado en mala posición, por que realmente me dolía todo el cuerpo —hasta partes que no sabía que lo hacían— y lo que menos me gustaba aguantar era a mi madre tratando de sacarme de la cama cuando me dolía todo.

Moví mi mano hacia un costado, tratando—sin éxito alguno—alcanzar mi celular y ver la hora. No sentí mi mesita de luz, en su lugar había una ¿Caja? Bueno, no podía ser tan malditamente distraído como para no saber la textura de mi propia mesa. La mesa que había tocado como hace años.

— ¿Mamá? —llamé al no sentir a las pequeñas correr por los pasillos.

Un chirrido de metal fue lo único que hiso que me despertara completamente. No también abrí bien los ojos, que a los dos segundos estaba tratando de encontrar una salida de ese pequeño lugar.

La “caja” de metal era muy chica para mi gusto y lo único que contenía era un colchón —el cual era terriblemente incomodo— y cajas que… realmente no sabía lo que contenían.

Un ataque de claustrofobia se formo en mi cabeza y pecho. De inmediato empecé a hiperventilar y ha sudar como loco. No me gustaba para nada esa pesadilla o la broma pesada que me estaban haciendo, no era para nada linda.

— ¡Ayuda! —Grité por instinto.

De un momento ha otro, la caja estaba en movimiento. Como pude, me tira en el colchón y espere que llegue hasta el tope que, raramente, parecía más una compuerta. Luego de dos minutos hiperventilando, me levante gracias al crujir de las puertas y mantuve mi vista hacia arriba ha todo momento.

La luz me dio de golpe y por unos segundos, me tapé los ojos. Una vez que pude acomodar mi vista a la luz, parpadee unas cuantas veces y divisé a una mujer, joven, para detallarla más.

—Bienvenido al área, humano.
 

Hoy era un buen día, o al menos quise creerlo.

Para la suerte de mi padre y mía hoy podríamos tener la suficiente agua —y además es caliente— como para proporcionarnos una buena comida y por supuesto una agradable ducha, cosa que yo aproveché nada más levantarme para así despojarme de los restos del sudor que las pesadillas me habían hecho soltar por el mal rato pasado. Mi padre seguramente lo haría cuando volviera en la noche antes de cenar.

Parece mentira que algo como el agua caliente pueda proporcionar tantas cosas; el cuerpo humano se despide de las pieles muertas, cura heridas, limpia la suciedad y proporciona un momento eterno de calma. Aun que para mi pesar, ese instante dura más bien poco por que mi mente siempre debe ser consciente de los gastos del contador del agua, por lo que en cuanto hago las necesidades básicas de limpiarme salgo para poder secarme con la toalla marrón seca y áspera para luego vestirme corriendo para no coger demasiado frío.

Al llegar a la cocina puedo ver como mi padre me ha dejado un vaso de leche y un trozo de pan con queso fresco por encima, al fin y al cabo parecía mejorar la cosa, o al menos esta última semana. Al lado hay una nota:

<< Thomas he ido a la mina por una emergencia, no se precisamente a la hora exacta en la que volveré. El desprendimiento del séptimo sector puede suponer la ruina y nosotros como trabajadores no lo podemos permitir, además hemos de sacar a nuestros compañeros de entre los escombros. Pero descuida, recuerda siempre tener un buen día.
Un abrazo hijo. John. >>

Hago una mueca, sabía perfectamente lo que había pasado. No todos los días aporrean tu puerta a las cinco de la mañana, eso despierta a cualquiera.

Pese a los años y el lazo que nos une a ambos mi padre y yo nunca hemos sido reconocidos por nuestra afectividad con el uno al otro, aun que sin embargo, no dudamos en preocuparnos y prestarnos ayuda, sin embargo hay cosas que por mucho que quieras arreglarlas siempre hay un pedazo roto. Mi madre era nuestro talón de Aquiles, lo había sido y lo será. Yo fruto de su amor y él símbolo de este, pero sin embargo pese a que haya dejado de beber sé que la verá en mi y por ello siempre tratamos de no mirarnos a los ojos, tal vez sea para no caer en la oscuridad o por no enfrentarnos a nuestros miedos, quien sabe.

Y allá voy, con un relato de las aventuras de sherlock debajo de mi brazo mientras me dirijo a la fábrica abandonada, sección el almacén para reunirme con el resto de mis compañeros de venta.

Si, venta del mercado negro. No es la forma más honrada de ganarse el dinero, pero cuando el propio gobierno te prohíbe hasta leer algún tipo de libros o escuchar una música en especial, hace que este mercado crezca y con él su demanda. Proveemos hasta bienes de primera necesidad más económicos de lo habitual, remedios naturales y de otros objetos curiosos. Si nos ves bien podrás observar que esto no es una película de al paccino, no hablamos de una mafia italiana. Es un mercado para pobres de bienes prohibidos en los que otros no tan pobres recolectan esos bienes y los intercambian.

Logan me saluda y yo se lo devuelvo, para mi lujo es un buen amigo. Rosa, la de la biblioteca parece distraida por lo que al apoyar mi libro contra la mesa se asusta y mira con recelo.

— ¿Que quieres Miller?
— Quiero cambiar este ejemplar por alguno de herramientas.
— Creo que has leído todos los ejemplares que tengo, ¿para qué los quieres? —preguntó curiosa y con la mirada perdida.
— Me fascinan y me parecen interesantes —contesté y ella rodó los ojos— ¿Que te pasaba antes?
— Nada, solo que me he levantado con una extraña sensación. Espero que solo fuera eso.

Será gafe. No podía decirlo en mejor momento para que de repente a nuestro alrededor salieran balas de la nada aparentemente matando a más de uno, después de eso los agentes entran y sin piedad nos proporcionan algún que otro moratón. Otros entran con mangueras las cuales parecían de agua pero otros entran con pistolas y otros encienden el fuego que supone la ruina y la muerte para todos los presentes. Uno alto y de pelo canoso se acercó hacia mi con gesto de superioridad.

— Tu nombre muchacho.
— Thomas, señor.
— ¡Thomas que, es que dios no te dio un apellido! —preguntó furioso.
— Thomas Miller.
— Es él señor, no hay duda —dijo uno de los agentes jóvenes, a mi parecer un simple novato.

Al principio no entendí las palabras del palurdo, pero cuando me cogieron entre unos cuantos y me sacaron como único superviviente del incendio para luego ponerme frente a una furgoneta y ponerme una bolsa negra de terciopelo en la cabeza. Pataleé y luché como pude, pero mi lucha pareció inútil ya que al poco de entrar un gas se encargó de dejarme inconsciente.



Mi cabeza chocó contra el suelo. Esa fue la terrible forma de despertarme en medio de la oscuridad.

Me froté con la mano la parte en la que había sido el impacto para aliviar el leve dolor, apenas había un rayo de luz para poder ver bien donde me encontraba. Me incorporé poniéndome de pie con dificultad sobre aquél lugar y empecé a palparlo con mis manos, parecía una especie de verja o valla con una malla de seguridad. ¿Estoy en la carcel? me pregunté a mi misma. Me choqué contra uno de los cantos y así otras tres veces averiguando que me encontraba más bien en una caja de metal o una especie de celda cuadrada.

— ¡Cabrones, sacadme de aquí. No tenéis derecho alguno de tenerme aquí retenida! —grité en forma de grito ahogado, grito que nadie parece oír y se queda en el olvido.

Paro en seco en una de las esquinas para agarrarme de una de las barras de metal para apoyar mi meso en esta, al descansar me doy cuenta de que mi respiración es costosa y con una extraña sensación de llena por algo, tal vez fueran gases...

Entonces una imagen viene a mi mente seguida de otras, maldiciendo  por todo y viendo que empiezo a recuperar mis recuerdos y la poca cordura.

Ahora podía lograr entender algo.

Había sido un gran día, mi tia me había preparado un desayuno esplendido y las clases parecían ser bastante entretenidas hasta la hora de llegar a la clase de ciencias políticas. Su nuevo profesor impuesto por el gobierno desde hacía una semana conseguía ponerle nerviosa y no poder hacer otra cosa nada más que odiarle. La tarea era lo suficientemente sencilla como hacer una gráfica, pero claro como no yo Robin Allen puede callarse la boca. Eso es imposible y si no estar discutiendo por más de media hora que no tenía razón al decir que el cálculo de pobreza estaba mal, siendo completamente demostrado científicamente, eso y el hecho de espetarle en la cara que solamente era un enchufado del gobierno para intentar meternos a raya, conseguir hacernos idiotas con sus mierdas de clases que hacen no enseñar y decirle que es un idiota, básicamente fueron de las pocas cosas acumuladas que juntas hicieron que llamara a seguridad.   ¿En la escuela ahora se necesita seguridad, para que? menudo gasto inútil murmuré mientras era llevada contra mi voluntad al despacho del director.

Aun que en vez de llevarme entre ambos a su despacho o mínimamente a un lugar privado —ya que ambos seguratas estaban de muy buen ver—me llevaron fuera del establecimiento reconocido como instituto hasta el aparcamiento de los profesores donde me quitaron las esposas. Sin dudarlo eché a correr, caso error por que corrían más rápido y eran más fuertes y pese que mordí todo lo que pude acabé con una bolsa en la cabeza y siendo adormecida por un gas.

Un estruendo hace que deje mis pensamientos a un lado, la caja parece moverse y elevarse. Caigo al suelo de esta por la velocidad que parece coger, miro a todos los lados pero solo veo una especie de túnel hecho de mármol, acepto que me siento asustada por no saber donde demonios estaba. Al final de este una luz cegadora me inunda.

No veo nada en un rato hasta que me sitúo y veo un cielo, la caja ha sido abierta y una chica me tiende la mano.

— Bienvenida al Area, te aseguro que estas no serán tus mejores vacaciones.