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Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Título: Green Eyes and Dimples. (Nada creativo, lo sé)
Autor: Yo.
Adaptación: Nope.
Advertencias: Ninguna. Es puro fluff. Hay un poco de violencia, insultos y bullying pero no es mucho, no es nada preocupante... quiero creer, ah.
Descripción: Básicamente, Harry está obsesionado con Louis y Louis no se da cuenta de cuanto necesitaba a Harry en su vida antes de que apareciera y fuera parte de ella.
A/N: Lo dividí en dos partes, porque me quedó muy largo. Me dejo llevar mucho cuando escribo :/
(no encontré uno mejor pero creo que encaja con la historia igual jaja)
Harry está obsesionado.
Y realmente, no es como si fuera su culpa. Es algo sobre lo que no tiene control. Pero los demás simplemente no lo entienden, o no quieren hacerlo, porque tal vez para ellos es más divertido burlarse de Harry o ver como los “chicos malos” del colegio lo maltratan.
A veces Harry desearía no ser así. A veces desde lo más profundo de su ser desearía volver el tiempo atrás a cual fuera el momento en que algo se descompuso en su cabeza y arreglarlo o impedir que suceda, detener lo que no lo hace ser como cualquier otro chico normal de 16 años. A veces desearía dormirse y no volver a despertar, o despertar cuando ya todos hayan madurado lo suficiente como para dejar de molestarlo por algo que no es una broma en absoluto y sin embargo lo toman como tal.
Pero luego lo recuerda a él y a su sonrisa, esa sonrisa que es dirigida a Harry cada vez que “casualmente” se cruzan en los pasillos. En realidad es Harry quien va de acá para allá planeando cruzárselo en el camino, y lo hace, bastantes veces, y él lo sabe pero no le molesta. A él no le molesta nada de lo que hace Harry. Y eso es lo que hace al menor feliz. Entonces Harry se olvida de todos para centrarse en aquella sonrisa, la que ilumina sus días y hace que su corazón se acelere. Se olvida de querer ser alguien normal, de querer retroceder el tiempo, de querer arreglar ese foco fundido en su cerebro, se olvida de querer dormir y no volver a despertar, y sonríe, a él, porque para Harry no hay nadie más importante en el mundo. Y si es por él, vale la pena. Si es por él, Harry hace oídos sordos al mundo solo para escuchar su angelical voz o su melodiosa risa. Si es por él, Harry va a soportar lo que sea que los demás le hagan o digan. Solo por él.
Así que Harry bloquea sus malos pensamientos y las duras palabras que la gente le dice diariamente, porque si su recompensa va a ser esa sonrisa, entonces lo vale. Y aunque nunca va a admitir tener una real obsesión, todo vale la pena si esa obsesión es Louis Tomlinson.
*
Louis es un chico muy solitario.
Y si, tal vez tiene un par de amigos. Y a su mamá. Y a sus adoradas hermanas. Pero Louis necesita alguien que lo complete, alguien que le haga sentir que encontró su propósito en la vida. Alguien que le haga creer en el destino, el amor y todo ese tipo de cursilerías. Louis necesita a alguien que llene ese vacío que siente en el interior desde que tiene memoria. Un vacío que ninguna de las personas que están a su lado puede llenar.
A veces desearía no sentirse así. A veces desearía que ese vacío desapareciera, así sin más, sin dejar rastro, que simplemente se vaya. Porque a Louis realmente no le gustaría ser dependiente de alguien más, porque eso es, ese vacío, es un lugar que se completa con la otra mitad de Louis, por decirlo de la manera cursi. Pero Louis no quiere saber nada de eso. El amor no es algo que le llame la atención. Simplemente porque él no cree que el verdadero amor exista. Y sin embargo, el vacío interior a veces llega a doler tanto que lo hace desear encontrar a esa persona especial de una buena vez, porque ya no quiere sentir el dolor de estar incompleto. Ya no quiere sentir el dolor de la soledad.
Louis dejó de creer en el amor cuando sus padres se divorciaron, tan cliché como suena, así pasó. Para él, el amor que sus padres compartían era un ejemplo de lo que quería llegar a tener en el futuro. Pero ellos rompieron esa imagen tan perfecta que Louis tenía del amor, porque para Louis el amor era algo sagrado y puro que nada ni nadie podía corromper, un sentimiento que duraba para siempre. Entonces cuando sus padres le demostraron lo contrario, él dejó de creer que un sentimiento como ese podía durar eternamente, mucho menos existir siquiera. Cuando su padre se marchó, Louis tenía 14 años, y ciertamente, era muy temprano para aprender sobre las decepciones que puede darte la vida. Era muy temprano para darse cuenta que algo en lo que él creía fielmente, en realidad era una completa farsa. Era muy temprano para comenzar a sentirse solo a pesar de estar rodeado de su familia y amigos. Porque ese fue el día. El día en que ese vacío se formó, ese maldito espacio sin llenar que lo ha atormentado por cuatro años.
Al principio, al ser joven e ingenuo, no entendía muy bien el sentimiento de soledad que lo invadía. Lo molestaba, el no entender y simplemente el sentirlo, pero más que nada el hecho de no saber cómo hacer que desaparezca. Y a pesar de que no le gustaba sentirse solo, comenzó a aislarse, porque más fuerte era el miedo al amor, el miedo a que llegara alguien a su vida a pretender demostrarle que el amor si existía para al final marcharse y dejarlo con un vacío más grande aún, el miedo a acercarse demasiado a alguien y salir lastimado o decepcionado. Así que Louis se aisló de las personas, dejando paso en su vida a sus dos únicos mejores amigos, Liam y Zayn, y a su familia. Eran los únicos en los que confiaba de verdad. Comenzó a siempre vestirse de negro, enteramente, a hacerse tatuajes en los brazos y en su pecho, a usar piercings, a fumar, y a mostrar esa vibra de no-me-toques-o-sales-lastimado. Así no sólo él se alejaba de las personas sino que también las personas se alejaban de él. A su madre no le gustó para nada ver ese cambio en su hijo pero lo hecho está hecho y no había vuelta atrás, por lo tanto no le quedó otra alternativa que acostumbrarse a la nueva imagen de Louis, porque también lo entendía y en ese caso ella solo lo dejaría ser.
Y al final no importó cuanto esfuerzo hizo para alejarse de lo que pudiera lastimarlo, porque todo lo que bastó para que su mundo se pusiera de cabeza y comenzara a sentir como ese vacío se llenaba poco a poco muy lentamente fueron esos ojos verdes, esos rizos chocolate que parecían tan suaves, esos labios rellenos y tan rosados, y esos hoyuelos. Dios, sus hoyuelos y sus ojos tan verdes serían la perdición de Louis. Todo él sería la perdición de Louis.
Harry. Louis sonreía cada vez que pronunciaba su nombre. Hacía seis meses que lo había visto por primera vez. El chico seguro asistía al colegio desde primer año pero Louis no lo conocía, para ser justos él no conoce a nadie, no le presta atención al resto de los estudiantes. Esa primera vez, Harry había aparecido por accidente en el patio trasero de la biblioteca, nadie iba al lugar y Louis lo usaba para salirse de clases y esconderse a fumar. Louis escuchó la puerta abrirse y enseguida levantó la vista, queriendo averiguar quién era la nueva persona en el lugar, escondiendo su cigarrillo por si acaso. Pero no era ningún profesor o la bibliotecaria, sino este chico de rizos locos y ojos cómicamente abiertos, ya que sin duda se había sorprendido al encontrar a Louis ahí, en cambio para Louis lo sorprendente era que el chico esté en el patio. Louis suspiró y bajó la mirada de nuevo, regresando a su cigarrillo. Pero no sintió que Harry se haya movido, así que levantó su mirada una vez más y vio que el chico solo estaba parado mirándolo, una diminuta sonrisa en su rostro, y un brillo en sus ojos. Louis frunció el ceño, entre divertido y confundido por la situación.
– ¿Te encuentras bien? – Había preguntado Louis, y Harry había abierto los ojos muy grandes, asustado, y entrado a la biblioteca corriendo. El mayor había hecho una mueca rara, abriendo los ojos en sorpresa y soltado un resoplo como risa, luego volvió a sus asuntos sin darle mucha más importancia.
(Pero sí que había sido importante, al menos esos ojos, porque desde ese día Louis no pudo dejar de pensar en ellos.)
Después de ese día, comenzó a encontrarse a Harry en los pasillos todos los días. Casi todo el tiempo. Una y otra y otra vez. Llegó un punto en el que Louis ya no creía que fuera coincidencia. Además, notaba que cuando pasaba, Harry lo miraba hasta cierta distancia, es decir que cuando estaban muy cerca de pasar el uno al lado del otro el ojiverde bajaba la mirada, con las mejillas sonrosadas y apretando sus libros contra su pecho fuertemente. Todo le parecía muy extraño. Claro, hasta que supo quién era y cuál era su problema. Entonces todo cobró sentido. Al parecer, Louis no era el primer chico del colegio que pasaba por esta situación. Por lo que le habían dicho, Harry era un loco raro que se obsesionaba con las personas, con aquellas que le gustaban, para ser más específicos. Y la verdad era que Louis ni siquiera había preguntado por Harry, simplemente todos en el colegio parecieron darse cuenta de las intenciones del menor y comenzaron a decirle a Louis cosas como “ten cuidado con Styles, no es tan inocente como parece”, “ese loco debe tener hasta un altar para ti en su armario”, “seguro pega fotos de ti por toda su habitación”, “es muy probable que te vigile por las noches, así que asegura tu casa”. Louis no lo soportaba, a simple vista, para él Harry era un chico muy simpático y normal. Y en caso de que todos tuvieran razón, ¿Qué importaba si estaba un poco loco? Todos llevamos un poco de locura dentro de nosotros. No existe cordura absoluta. Además, a Louis le gustaba mucho ver como Harry actuaba tan tímidamente cuando estaba cerca de él, le parecía adorable. Así que Louis hizo oídos sordos a los comentarios crueles, tal como lo hacía Harry cada día, y disfrutó de toda esa atención que le brindaba el chico de ojos verdes y sonrisa con hoyuelos.
Y luego ocurrió, ese día en que los dos chicos comenzaron una especie de amistad, o algo parecido. No fue en las mejores circunstancias a decir verdad. El día en el colegio había terminado y ya todos se habían ido, pero Louis se escabulló hasta el campo de fútbol y se sentó en las gradas a fumar, en el silencio tranquilizador que había a su alrededor. Luego de unos minutos se dio cuenta que no estaba tan solo como él había pensado cuando escuchó unos gritos enfurecidos y otros que salían ahogados y parecían suplicar piedad, Louis se paró de inmediato y tiró su cigarrillo bajando por las bancas hasta pisar el suelo, siguió las voces y pronto se encontró entrando al cuarto de vestuario de los jugadores del equipo. Se escuchaban golpes, llanto y palabras que iban desde “asqueroso marica” hasta “loco de mierda”, y cuando por fin entró al lugar, la escena frente a él lo dejó atónito. Era Harry, en el suelo, en posición fetal, cubriendo su cabeza lo más que podía con sus brazos, llorando sin parar y suplicándole a los otros dos que por favor pararan, esos dos que lanzaban patadas a su cuerpo sin parar y no dejaban de gritarle insultos o burlarse de él porque “llora como la nena que es”. Y Louis siempre pensó que Harry no obtenía más que comentarios horribles que se le gritaban por los pasillos. Se había equivocado muy feo. Cuando por fin pudo reaccionar, llamó la atención de los dos gorilas y fue directo a darle un puñetazo en la cara a cada uno, tan rápido que ninguno lo notó. (De todas formas, Louis los asustaba un poco. En realidad, Louis asustaba a todos. Por eso era que él no quería alejar a Harry, porque Harry no se asustaba, el chico solo quería estar cerca, y eso era algo que a Louis le agradaba saber.) Le dio un par de patadas en las costillas a cada uno de los bravucones, para luego tomar a Harry en brazos y salir de ahí, sin antes dedicarles una mirada asesina a los dos chicos en el suelo y advertirles que si tocaban a Harry de nuevo les iba a ir peor.
Entraron al baño más cercano, Harry seguía llorando en brazos de Louis, y apretaba su sweater entre sus grandes manos. Louis sentó al menor al lado de uno de los lavabos y se sacó el sweater para luego romper con mucha fuerza el ruedo de la remera que llevaba debajo, al menos no era una de sus favoritas. Remojó el pedazo de tela y fue hacia Harry para limpiarle su rostro, el cual tenía sangre que brotaba de su labio superior y su nariz. Limpió también sus lágrimas y mirándole a los ojos le susurró “ya no llores, estás conmigo ahora, estás a salvo”, y Harry no puedo hacer más que devolverle la mirada, morder su labio inferior, y asentir débilmente. Louis le sonrió y el corazón de Harry dio un salto ante la imagen. Al terminar de limpiar su rostro, Louis había levantado la remera de Harry y había visto todas estas marcas rojas en sus caderas y costillas, amenazando con convertirse en hematomas enormes que no se irían en semanas, pero Louis no podía hacer nada para hacerlas desparecer así que solo las recorrió delicadamente con las yemas de sus dedos, sintiendo como Harry se estremecía bajo su tacto, y depositó pequeños besos sobre la piel herida. Cuando se incorporó, sonrió al ver ese suave color rosa en las mejillas de Harry. Salieron del baño y Louis lo llevó a las gradas, donde él había estado sentado antes, descubriendo al llegar que había dejado olvidada su mochila en el lugar. Después de eso, comenzaron a charlar y conocerse un poco mejor, es decir, Harry seguía siendo tímido y no contestaba con muchas palabras pero si, fue una agradable conversación a pesar de eso. Al marcharse, Louis ofreció a Harry acompañarlo en la caminata hasta su casa y Harry aceptó sonriendo felizmente. Y fue cuando llegaron al destino que Louis comprendió que la obsesión era real, cuando Harry le preguntó balbuceando nerviosamente si podía tener una foto de él. Louis rio por lo bajo, negando divertido con su cabeza y un minuto después estaba sonriendo para la cámara.
Desde ese día, Harry siempre obtuvo lo que quiso de parte de Louis, porque Louis no podía negarle nada a ese chico de ojos verdes que estaba un poco loco.
*
El día estaba soleado y caluroso. Louis expulsaba el humo por sus labios y daba otra pitada al cigarrillo. Echó su cabeza hacia atrás, golpeando suavemente con el muro en el que estaba apoyado. Cerró sus ojos, exhalando el humo sobrante una vez más. Lamió sus labios y llevó nuevamente el asesino de pulmones a su boca. Escuchó la puerta trasera de la biblioteca abrirse, y no hacía falta abrir sus ojos para saber de quien se trataba. Unos dedos golpearon su hombro derecho suavemente. Giró su cabeza y abrió de a poco sus ojos, como si apenas estuviera despertando, y ahí estaba ese color esmeralda envolviéndolo entero.
– Hey, Harry. – Saludó con voz baja, y sonrió.
– Hola, Louis. – Contestó el chico tímidamente.
– Y… ¿hoy qué? ¿Otra foto?
Harry se sonrojó y bajó la mirada, sabía que Louis solo bromeaba, por lo que no debía sentirse ofendido por las palabras. Negó con su cabeza y le tendió una hoja doblada a la mitad, mirándolo por debajo de sus pestañas. Louis levantó una ceja.
– Oh… una nota. – La tomó en sus manos y la observó por unos segundos. – Guardé las anteriores, ¿sabes? – Dio otra pitada antes de tirar su cigarrillo al otro lado del patio y lanzó el humo hacia el lado contrario del que estaba Harry, sabía que al chico le haría mal aspirarlo. Supo de su pequeño problema de asma de la peor manera. El chico casi se le ahoga porque él no encontraba el maldito inhalador en la mochila aquel día.
– ¿En serio? – El rostro de Harry se iluminó. Louis sonrió ampliamente.
– Claro que sí. Son dulces y tiernas. – Lo miró por el rabillo del ojo, esperando por que se acumule la sangre en esas suaves mejillas. Oh, ahí está. Los ojos azules brillaron con orgullo.
Harry mordió su labio inferior y comenzó a jugar con sus manos, su mirada en ellas. Estaba nervioso, Louis enseguida supo que quería pedirle algo pero no sabía cómo.
– Uhm… y-yo… que-ría…ugh. – El mayor no dijo nada, solo le dio su tiempo. Él no lo presionaría, entendía que esto era difícil para Harry. Cuando por fin lo dijo, fue un susurro casi inaudible, pero que pudo llegar a los oídos de Louis. – ¿Podrías… escribir mi nombre… en un papel para mí? – Y sus mejillas estaban rojísimas. El ojiazul sabía que era por vergüenza a lo que estaba pidiendo. Él sabía que a Harry no le gustaba hacer esas cosas, pero no podía evitarlo. Sonrió y extendió su mano hacia las de Harry, el chico saltó por la sorpresa al principio pero luego dejó que Louis lo guiara a sentarse a su lado. Aun así no encontraba la valentía de mirarlo a los ojos. Louis tomó su mochila y buscó dentro una hoja y un bolígrafo. Escribió ‘Harry’ con la letra más delicada que pudo hacer, y una pequeña firma en una esquina, miró a Harry y el menor estaba mirando el pedazo de hoja que aún estaba en manos de Louis. Tomó su mentón y obligó a los ojos verdes mirar a los azules propios. Sin apartar la mirada de ellos, llevó el papel a sus labios y depositó un suave beso encima de la tinta que marcaba el nombre que le hacía sonreír diariamente. Le envió un guiño y Harry rio como colegiala enamorada, sus mejillas rosas una vez más, mordiendo su labio. Era algo que parecía no poder evitar hacer cada que estaba con Louis. El mayor soltó su mentón y le tendió el papel, Harry lo tomó y susurró un “gracias”, acompañado de una sonrisa, sus hoyuelos mostrándose en todo su esplendor. El vacío en Louis desapareció en ese instante.
Se formó un silencio entre ellos. No uno incómodo porque ya eran algo normal con el hecho de que Harry aun no hablaba mucho por su nerviosismo. Louis esperaba que lo superara pronto, porque él estaría dispuesto a escuchar la voz de Harry todo el día.
Una duda apareció en su cabeza de repente, una duda que la tenía hace bastante tiempo y no le gustaba, porque tener esa duda indicaba que él pensaba de Harry lo que los demás, y eso no era así. Pero si no la sacaba, no iba a estar tranquilo.
– Harry, te preguntaré algo. Pero no te enojes, ¿sí?
Harry lo miró con el ceño fruncido. Asintió lentamente. – Ok.
– Bien, em, tú… – Louis dirigió su mirada al frente. Así será más fácil. – ¿Tú tienes algo así como un altar para mí en tu armario? – Harry no respondió como por dos minutos y Louis se preocupó, él no quería ofender a su chico de hoyuelos. Giró a mirarlo e inmediatamente el menor comenzó a negar, con los ojos denotando sorpresa.
– No, claro que no. – Dejó de sacudir la cabeza y su expresión se hizo triste. – No estoy tan loco como ellos piensan, Louis. O como tú piensas.
Louis frunció el ceño. – Yo no pienso que estés loco, Harry. – Sus ojos reflejaban sinceridad y Harry le creyó. – Sólo fue una pregunta estúpida. Olvídalo. Lo siento. – El ojiverde asintió.
– Está bien.
Volvieron a caer en el silencio. Lo único que se escuchaba eran los autos recorriendo las calles a los alrededores del colegio, y los estudiantes en los pasillos, esperando por su próxima clase. Harry se removió en su lugar y de repente siseó bajito, Louis giró tan rápido a mirarlo que le dolió el tirón que dio su cuello. Su mirada cayó instintivamente en sus costillas, la mano de Harry sobre ellas. La paliza había sido hace una semana y aún él seguía adolorido. Si tan solo Louis pudiera hacer algo por detener a esos imbéciles. Él deseaba estar siempre en esos momentos, para salvar a Harry, pero desde ese día meses atrás en el cuarto de vestuario, los malditos eran más precavidos y acorralaban al menor en lugares bien escondidos, procurando que Louis no se enterara. Pero en serio eran idiotas, porque de todas maneras él lo sabía al día siguiente, cuando veía al rizado con un ojo morado o un labio roto o caminando despacio y cuidadosamente porque le dolían los golpes en su estómago y caderas. En esos días, Louis acariciaba la mejilla de Harry, le daba una sonrisa de disculpas (porque a Harry no le gustaba que Louis se metiera en problemas por su culpa) e iba en busca de esos dos. Ni siquiera debía preguntarle quienes habían sido, él lo sabía muy bien. Les daba su merecido y los dejaba tirados en el suelo, retorciéndose del dolor, para después ir en busca de Harry nuevamente.
Estiró su mano, queriendo tomar la camiseta de Harry para levantarla y ver la herida pero Harry lo detuvo. – ¿Es malo? – Preguntó. Harry asintió. Louis sintió una oleada de enojo recorrer sus venas. Tal vez debería agarrar una segunda vez a esos idiotas y dejarles moretones tan grandes como los que ellos le daban al menor. La campana resonó por todo el colegio, indicando el comienzo de otro periodo. Pero Harry no movió ni un dedo para ir a la siguiente clase. – ¿No tienes algún profesor esperándote?
Harry le clavó la mirada y asintió. – Sí, pero… – Se sonrojó pero no bajó la mirada. No quería irse. Louis sonrió de lado y el corazón de Harry se aceleró. Algo que siempre sucedía cuando Louis le dedicaba una sonrisa, no importaba de que tipo. La sonrisa de Louis era lo más hermoso que él había visto en su corta vida. Lo hacía sentir raro por dentro, como esas famosas mariposas en el estómago. Él sabía que esta vez no era una simple obsesión, por eso lo negaba. Hace varios meses Harry se dio cuenta de que se había enamorado realmente de Louis. De esa obsesión solo quedaban rastros.
Louis acunó una de esas suaves mejillas en su mano. – Es mejor que vayas a clases. Tienes dos minutos hasta el próximo timbre. – Decepción fue lo que derrochó la mirada de Harry. Pero igualmente se levantó de su lugar, sacudió su pantalón y caminó despacio hacia la puerta. Louis recordó un pequeño detalle.
– Harry. – Lo llamó. El aludido se volteó a mirarlo, presionando el pedazo de papel con su nombre en él contra su pecho, alzando sus cejas inquisitivamente.
– ¿Sí?
Louis lo miró sonriendo, con su dedo índice golpeó un par de veces su mejilla. – Mi beso.
Harry abrió sus ojos sorprendido. Era la primera vez que se lo pedía Louis. Él siempre le daba un beso en la mejilla al despedirse. Esta vez no lo había hecho porque ya había pasado por muchos embarazosos momentos en solo 15 minutos que estuvo con Louis y estaba muy nervioso. Pero si Louis lo pedía… él no le podía decir que no. Se hincó a su lado otra vez y besó su mejilla cariñosamente. Cuando se separó, lo observó por unos segundos y abrió su boca para dejar salir esas palabras que siempre decía antes del “adiós”. – Te a… – Pero selló sus labios de inmediato cuando Louis se giró y posó su mirada en la suya. Ahora Harry lucía asustado. Nunca se lo decía mirándolo a los ojos. No tenía el valor suficiente.
– Vamos, Harry. Dilo. – Louis lo que más quería era que se lo dijera mientras sus ojos verdes miraban los suyos. No le importaba si era la obsesión hablando. Escuchar esas palabras dejando la boca de Harry era algo que para él valía oro. Porque nadie más lo iba a amar como Harry lo amaba, por eso él no iba a dejarlo ir. No podía dejar ir algo que lo hacía sentir completo. Con Harry ya no se sentía tan solo, con Harry sentía cosas que jamás pensó que podía llegar a sentir. Harry le hacía creer. Harry le daba esperanzas.
– No puedo. – Lo escuchó susurrar. Le sonrió comprensivamente.
– Está bien. Ahora ve. – Harry asintió y se levantó, sacudió las rodillas de su pantalón y caminó a la puerta. Tomó la perilla, la miró, como perdido en sus pensamientos por unos segundos.
– Te amo. – Murmuró, para un segundo después entrar rápidamente a la biblioteca.
Harry se fue, y el vacío en Louis volvió.
___
Básicamente, ah. Ni sé por qué dije eso jaja
Lo iba a cortar antes pero pensé que sería mejor dejar que vean más o menos como era su "relación", idk.
En fin, díganme si les gustó y si quieren que suba la otra parte :) Besos <3
Autor: Yo.
Adaptación: Nope.
Advertencias: Ninguna. Es puro fluff. Hay un poco de violencia, insultos y bullying pero no es mucho, no es nada preocupante... quiero creer, ah.
Descripción: Básicamente, Harry está obsesionado con Louis y Louis no se da cuenta de cuanto necesitaba a Harry en su vida antes de que apareciera y fuera parte de ella.
A/N: Lo dividí en dos partes, porque me quedó muy largo. Me dejo llevar mucho cuando escribo :/
PARTE UNO.
Harry está obsesionado.
Y realmente, no es como si fuera su culpa. Es algo sobre lo que no tiene control. Pero los demás simplemente no lo entienden, o no quieren hacerlo, porque tal vez para ellos es más divertido burlarse de Harry o ver como los “chicos malos” del colegio lo maltratan.
A veces Harry desearía no ser así. A veces desde lo más profundo de su ser desearía volver el tiempo atrás a cual fuera el momento en que algo se descompuso en su cabeza y arreglarlo o impedir que suceda, detener lo que no lo hace ser como cualquier otro chico normal de 16 años. A veces desearía dormirse y no volver a despertar, o despertar cuando ya todos hayan madurado lo suficiente como para dejar de molestarlo por algo que no es una broma en absoluto y sin embargo lo toman como tal.
Pero luego lo recuerda a él y a su sonrisa, esa sonrisa que es dirigida a Harry cada vez que “casualmente” se cruzan en los pasillos. En realidad es Harry quien va de acá para allá planeando cruzárselo en el camino, y lo hace, bastantes veces, y él lo sabe pero no le molesta. A él no le molesta nada de lo que hace Harry. Y eso es lo que hace al menor feliz. Entonces Harry se olvida de todos para centrarse en aquella sonrisa, la que ilumina sus días y hace que su corazón se acelere. Se olvida de querer ser alguien normal, de querer retroceder el tiempo, de querer arreglar ese foco fundido en su cerebro, se olvida de querer dormir y no volver a despertar, y sonríe, a él, porque para Harry no hay nadie más importante en el mundo. Y si es por él, vale la pena. Si es por él, Harry hace oídos sordos al mundo solo para escuchar su angelical voz o su melodiosa risa. Si es por él, Harry va a soportar lo que sea que los demás le hagan o digan. Solo por él.
Así que Harry bloquea sus malos pensamientos y las duras palabras que la gente le dice diariamente, porque si su recompensa va a ser esa sonrisa, entonces lo vale. Y aunque nunca va a admitir tener una real obsesión, todo vale la pena si esa obsesión es Louis Tomlinson.
*
Louis es un chico muy solitario.
Y si, tal vez tiene un par de amigos. Y a su mamá. Y a sus adoradas hermanas. Pero Louis necesita alguien que lo complete, alguien que le haga sentir que encontró su propósito en la vida. Alguien que le haga creer en el destino, el amor y todo ese tipo de cursilerías. Louis necesita a alguien que llene ese vacío que siente en el interior desde que tiene memoria. Un vacío que ninguna de las personas que están a su lado puede llenar.
A veces desearía no sentirse así. A veces desearía que ese vacío desapareciera, así sin más, sin dejar rastro, que simplemente se vaya. Porque a Louis realmente no le gustaría ser dependiente de alguien más, porque eso es, ese vacío, es un lugar que se completa con la otra mitad de Louis, por decirlo de la manera cursi. Pero Louis no quiere saber nada de eso. El amor no es algo que le llame la atención. Simplemente porque él no cree que el verdadero amor exista. Y sin embargo, el vacío interior a veces llega a doler tanto que lo hace desear encontrar a esa persona especial de una buena vez, porque ya no quiere sentir el dolor de estar incompleto. Ya no quiere sentir el dolor de la soledad.
Louis dejó de creer en el amor cuando sus padres se divorciaron, tan cliché como suena, así pasó. Para él, el amor que sus padres compartían era un ejemplo de lo que quería llegar a tener en el futuro. Pero ellos rompieron esa imagen tan perfecta que Louis tenía del amor, porque para Louis el amor era algo sagrado y puro que nada ni nadie podía corromper, un sentimiento que duraba para siempre. Entonces cuando sus padres le demostraron lo contrario, él dejó de creer que un sentimiento como ese podía durar eternamente, mucho menos existir siquiera. Cuando su padre se marchó, Louis tenía 14 años, y ciertamente, era muy temprano para aprender sobre las decepciones que puede darte la vida. Era muy temprano para darse cuenta que algo en lo que él creía fielmente, en realidad era una completa farsa. Era muy temprano para comenzar a sentirse solo a pesar de estar rodeado de su familia y amigos. Porque ese fue el día. El día en que ese vacío se formó, ese maldito espacio sin llenar que lo ha atormentado por cuatro años.
Al principio, al ser joven e ingenuo, no entendía muy bien el sentimiento de soledad que lo invadía. Lo molestaba, el no entender y simplemente el sentirlo, pero más que nada el hecho de no saber cómo hacer que desaparezca. Y a pesar de que no le gustaba sentirse solo, comenzó a aislarse, porque más fuerte era el miedo al amor, el miedo a que llegara alguien a su vida a pretender demostrarle que el amor si existía para al final marcharse y dejarlo con un vacío más grande aún, el miedo a acercarse demasiado a alguien y salir lastimado o decepcionado. Así que Louis se aisló de las personas, dejando paso en su vida a sus dos únicos mejores amigos, Liam y Zayn, y a su familia. Eran los únicos en los que confiaba de verdad. Comenzó a siempre vestirse de negro, enteramente, a hacerse tatuajes en los brazos y en su pecho, a usar piercings, a fumar, y a mostrar esa vibra de no-me-toques-o-sales-lastimado. Así no sólo él se alejaba de las personas sino que también las personas se alejaban de él. A su madre no le gustó para nada ver ese cambio en su hijo pero lo hecho está hecho y no había vuelta atrás, por lo tanto no le quedó otra alternativa que acostumbrarse a la nueva imagen de Louis, porque también lo entendía y en ese caso ella solo lo dejaría ser.
Y al final no importó cuanto esfuerzo hizo para alejarse de lo que pudiera lastimarlo, porque todo lo que bastó para que su mundo se pusiera de cabeza y comenzara a sentir como ese vacío se llenaba poco a poco muy lentamente fueron esos ojos verdes, esos rizos chocolate que parecían tan suaves, esos labios rellenos y tan rosados, y esos hoyuelos. Dios, sus hoyuelos y sus ojos tan verdes serían la perdición de Louis. Todo él sería la perdición de Louis.
Harry. Louis sonreía cada vez que pronunciaba su nombre. Hacía seis meses que lo había visto por primera vez. El chico seguro asistía al colegio desde primer año pero Louis no lo conocía, para ser justos él no conoce a nadie, no le presta atención al resto de los estudiantes. Esa primera vez, Harry había aparecido por accidente en el patio trasero de la biblioteca, nadie iba al lugar y Louis lo usaba para salirse de clases y esconderse a fumar. Louis escuchó la puerta abrirse y enseguida levantó la vista, queriendo averiguar quién era la nueva persona en el lugar, escondiendo su cigarrillo por si acaso. Pero no era ningún profesor o la bibliotecaria, sino este chico de rizos locos y ojos cómicamente abiertos, ya que sin duda se había sorprendido al encontrar a Louis ahí, en cambio para Louis lo sorprendente era que el chico esté en el patio. Louis suspiró y bajó la mirada de nuevo, regresando a su cigarrillo. Pero no sintió que Harry se haya movido, así que levantó su mirada una vez más y vio que el chico solo estaba parado mirándolo, una diminuta sonrisa en su rostro, y un brillo en sus ojos. Louis frunció el ceño, entre divertido y confundido por la situación.
– ¿Te encuentras bien? – Había preguntado Louis, y Harry había abierto los ojos muy grandes, asustado, y entrado a la biblioteca corriendo. El mayor había hecho una mueca rara, abriendo los ojos en sorpresa y soltado un resoplo como risa, luego volvió a sus asuntos sin darle mucha más importancia.
(Pero sí que había sido importante, al menos esos ojos, porque desde ese día Louis no pudo dejar de pensar en ellos.)
Después de ese día, comenzó a encontrarse a Harry en los pasillos todos los días. Casi todo el tiempo. Una y otra y otra vez. Llegó un punto en el que Louis ya no creía que fuera coincidencia. Además, notaba que cuando pasaba, Harry lo miraba hasta cierta distancia, es decir que cuando estaban muy cerca de pasar el uno al lado del otro el ojiverde bajaba la mirada, con las mejillas sonrosadas y apretando sus libros contra su pecho fuertemente. Todo le parecía muy extraño. Claro, hasta que supo quién era y cuál era su problema. Entonces todo cobró sentido. Al parecer, Louis no era el primer chico del colegio que pasaba por esta situación. Por lo que le habían dicho, Harry era un loco raro que se obsesionaba con las personas, con aquellas que le gustaban, para ser más específicos. Y la verdad era que Louis ni siquiera había preguntado por Harry, simplemente todos en el colegio parecieron darse cuenta de las intenciones del menor y comenzaron a decirle a Louis cosas como “ten cuidado con Styles, no es tan inocente como parece”, “ese loco debe tener hasta un altar para ti en su armario”, “seguro pega fotos de ti por toda su habitación”, “es muy probable que te vigile por las noches, así que asegura tu casa”. Louis no lo soportaba, a simple vista, para él Harry era un chico muy simpático y normal. Y en caso de que todos tuvieran razón, ¿Qué importaba si estaba un poco loco? Todos llevamos un poco de locura dentro de nosotros. No existe cordura absoluta. Además, a Louis le gustaba mucho ver como Harry actuaba tan tímidamente cuando estaba cerca de él, le parecía adorable. Así que Louis hizo oídos sordos a los comentarios crueles, tal como lo hacía Harry cada día, y disfrutó de toda esa atención que le brindaba el chico de ojos verdes y sonrisa con hoyuelos.
Y luego ocurrió, ese día en que los dos chicos comenzaron una especie de amistad, o algo parecido. No fue en las mejores circunstancias a decir verdad. El día en el colegio había terminado y ya todos se habían ido, pero Louis se escabulló hasta el campo de fútbol y se sentó en las gradas a fumar, en el silencio tranquilizador que había a su alrededor. Luego de unos minutos se dio cuenta que no estaba tan solo como él había pensado cuando escuchó unos gritos enfurecidos y otros que salían ahogados y parecían suplicar piedad, Louis se paró de inmediato y tiró su cigarrillo bajando por las bancas hasta pisar el suelo, siguió las voces y pronto se encontró entrando al cuarto de vestuario de los jugadores del equipo. Se escuchaban golpes, llanto y palabras que iban desde “asqueroso marica” hasta “loco de mierda”, y cuando por fin entró al lugar, la escena frente a él lo dejó atónito. Era Harry, en el suelo, en posición fetal, cubriendo su cabeza lo más que podía con sus brazos, llorando sin parar y suplicándole a los otros dos que por favor pararan, esos dos que lanzaban patadas a su cuerpo sin parar y no dejaban de gritarle insultos o burlarse de él porque “llora como la nena que es”. Y Louis siempre pensó que Harry no obtenía más que comentarios horribles que se le gritaban por los pasillos. Se había equivocado muy feo. Cuando por fin pudo reaccionar, llamó la atención de los dos gorilas y fue directo a darle un puñetazo en la cara a cada uno, tan rápido que ninguno lo notó. (De todas formas, Louis los asustaba un poco. En realidad, Louis asustaba a todos. Por eso era que él no quería alejar a Harry, porque Harry no se asustaba, el chico solo quería estar cerca, y eso era algo que a Louis le agradaba saber.) Le dio un par de patadas en las costillas a cada uno de los bravucones, para luego tomar a Harry en brazos y salir de ahí, sin antes dedicarles una mirada asesina a los dos chicos en el suelo y advertirles que si tocaban a Harry de nuevo les iba a ir peor.
Entraron al baño más cercano, Harry seguía llorando en brazos de Louis, y apretaba su sweater entre sus grandes manos. Louis sentó al menor al lado de uno de los lavabos y se sacó el sweater para luego romper con mucha fuerza el ruedo de la remera que llevaba debajo, al menos no era una de sus favoritas. Remojó el pedazo de tela y fue hacia Harry para limpiarle su rostro, el cual tenía sangre que brotaba de su labio superior y su nariz. Limpió también sus lágrimas y mirándole a los ojos le susurró “ya no llores, estás conmigo ahora, estás a salvo”, y Harry no puedo hacer más que devolverle la mirada, morder su labio inferior, y asentir débilmente. Louis le sonrió y el corazón de Harry dio un salto ante la imagen. Al terminar de limpiar su rostro, Louis había levantado la remera de Harry y había visto todas estas marcas rojas en sus caderas y costillas, amenazando con convertirse en hematomas enormes que no se irían en semanas, pero Louis no podía hacer nada para hacerlas desparecer así que solo las recorrió delicadamente con las yemas de sus dedos, sintiendo como Harry se estremecía bajo su tacto, y depositó pequeños besos sobre la piel herida. Cuando se incorporó, sonrió al ver ese suave color rosa en las mejillas de Harry. Salieron del baño y Louis lo llevó a las gradas, donde él había estado sentado antes, descubriendo al llegar que había dejado olvidada su mochila en el lugar. Después de eso, comenzaron a charlar y conocerse un poco mejor, es decir, Harry seguía siendo tímido y no contestaba con muchas palabras pero si, fue una agradable conversación a pesar de eso. Al marcharse, Louis ofreció a Harry acompañarlo en la caminata hasta su casa y Harry aceptó sonriendo felizmente. Y fue cuando llegaron al destino que Louis comprendió que la obsesión era real, cuando Harry le preguntó balbuceando nerviosamente si podía tener una foto de él. Louis rio por lo bajo, negando divertido con su cabeza y un minuto después estaba sonriendo para la cámara.
Desde ese día, Harry siempre obtuvo lo que quiso de parte de Louis, porque Louis no podía negarle nada a ese chico de ojos verdes que estaba un poco loco.
*
El día estaba soleado y caluroso. Louis expulsaba el humo por sus labios y daba otra pitada al cigarrillo. Echó su cabeza hacia atrás, golpeando suavemente con el muro en el que estaba apoyado. Cerró sus ojos, exhalando el humo sobrante una vez más. Lamió sus labios y llevó nuevamente el asesino de pulmones a su boca. Escuchó la puerta trasera de la biblioteca abrirse, y no hacía falta abrir sus ojos para saber de quien se trataba. Unos dedos golpearon su hombro derecho suavemente. Giró su cabeza y abrió de a poco sus ojos, como si apenas estuviera despertando, y ahí estaba ese color esmeralda envolviéndolo entero.
– Hey, Harry. – Saludó con voz baja, y sonrió.
– Hola, Louis. – Contestó el chico tímidamente.
– Y… ¿hoy qué? ¿Otra foto?
Harry se sonrojó y bajó la mirada, sabía que Louis solo bromeaba, por lo que no debía sentirse ofendido por las palabras. Negó con su cabeza y le tendió una hoja doblada a la mitad, mirándolo por debajo de sus pestañas. Louis levantó una ceja.
– Oh… una nota. – La tomó en sus manos y la observó por unos segundos. – Guardé las anteriores, ¿sabes? – Dio otra pitada antes de tirar su cigarrillo al otro lado del patio y lanzó el humo hacia el lado contrario del que estaba Harry, sabía que al chico le haría mal aspirarlo. Supo de su pequeño problema de asma de la peor manera. El chico casi se le ahoga porque él no encontraba el maldito inhalador en la mochila aquel día.
– ¿En serio? – El rostro de Harry se iluminó. Louis sonrió ampliamente.
– Claro que sí. Son dulces y tiernas. – Lo miró por el rabillo del ojo, esperando por que se acumule la sangre en esas suaves mejillas. Oh, ahí está. Los ojos azules brillaron con orgullo.
Harry mordió su labio inferior y comenzó a jugar con sus manos, su mirada en ellas. Estaba nervioso, Louis enseguida supo que quería pedirle algo pero no sabía cómo.
– Uhm… y-yo… que-ría…ugh. – El mayor no dijo nada, solo le dio su tiempo. Él no lo presionaría, entendía que esto era difícil para Harry. Cuando por fin lo dijo, fue un susurro casi inaudible, pero que pudo llegar a los oídos de Louis. – ¿Podrías… escribir mi nombre… en un papel para mí? – Y sus mejillas estaban rojísimas. El ojiazul sabía que era por vergüenza a lo que estaba pidiendo. Él sabía que a Harry no le gustaba hacer esas cosas, pero no podía evitarlo. Sonrió y extendió su mano hacia las de Harry, el chico saltó por la sorpresa al principio pero luego dejó que Louis lo guiara a sentarse a su lado. Aun así no encontraba la valentía de mirarlo a los ojos. Louis tomó su mochila y buscó dentro una hoja y un bolígrafo. Escribió ‘Harry’ con la letra más delicada que pudo hacer, y una pequeña firma en una esquina, miró a Harry y el menor estaba mirando el pedazo de hoja que aún estaba en manos de Louis. Tomó su mentón y obligó a los ojos verdes mirar a los azules propios. Sin apartar la mirada de ellos, llevó el papel a sus labios y depositó un suave beso encima de la tinta que marcaba el nombre que le hacía sonreír diariamente. Le envió un guiño y Harry rio como colegiala enamorada, sus mejillas rosas una vez más, mordiendo su labio. Era algo que parecía no poder evitar hacer cada que estaba con Louis. El mayor soltó su mentón y le tendió el papel, Harry lo tomó y susurró un “gracias”, acompañado de una sonrisa, sus hoyuelos mostrándose en todo su esplendor. El vacío en Louis desapareció en ese instante.
Se formó un silencio entre ellos. No uno incómodo porque ya eran algo normal con el hecho de que Harry aun no hablaba mucho por su nerviosismo. Louis esperaba que lo superara pronto, porque él estaría dispuesto a escuchar la voz de Harry todo el día.
Una duda apareció en su cabeza de repente, una duda que la tenía hace bastante tiempo y no le gustaba, porque tener esa duda indicaba que él pensaba de Harry lo que los demás, y eso no era así. Pero si no la sacaba, no iba a estar tranquilo.
– Harry, te preguntaré algo. Pero no te enojes, ¿sí?
Harry lo miró con el ceño fruncido. Asintió lentamente. – Ok.
– Bien, em, tú… – Louis dirigió su mirada al frente. Así será más fácil. – ¿Tú tienes algo así como un altar para mí en tu armario? – Harry no respondió como por dos minutos y Louis se preocupó, él no quería ofender a su chico de hoyuelos. Giró a mirarlo e inmediatamente el menor comenzó a negar, con los ojos denotando sorpresa.
– No, claro que no. – Dejó de sacudir la cabeza y su expresión se hizo triste. – No estoy tan loco como ellos piensan, Louis. O como tú piensas.
Louis frunció el ceño. – Yo no pienso que estés loco, Harry. – Sus ojos reflejaban sinceridad y Harry le creyó. – Sólo fue una pregunta estúpida. Olvídalo. Lo siento. – El ojiverde asintió.
– Está bien.
Volvieron a caer en el silencio. Lo único que se escuchaba eran los autos recorriendo las calles a los alrededores del colegio, y los estudiantes en los pasillos, esperando por su próxima clase. Harry se removió en su lugar y de repente siseó bajito, Louis giró tan rápido a mirarlo que le dolió el tirón que dio su cuello. Su mirada cayó instintivamente en sus costillas, la mano de Harry sobre ellas. La paliza había sido hace una semana y aún él seguía adolorido. Si tan solo Louis pudiera hacer algo por detener a esos imbéciles. Él deseaba estar siempre en esos momentos, para salvar a Harry, pero desde ese día meses atrás en el cuarto de vestuario, los malditos eran más precavidos y acorralaban al menor en lugares bien escondidos, procurando que Louis no se enterara. Pero en serio eran idiotas, porque de todas maneras él lo sabía al día siguiente, cuando veía al rizado con un ojo morado o un labio roto o caminando despacio y cuidadosamente porque le dolían los golpes en su estómago y caderas. En esos días, Louis acariciaba la mejilla de Harry, le daba una sonrisa de disculpas (porque a Harry no le gustaba que Louis se metiera en problemas por su culpa) e iba en busca de esos dos. Ni siquiera debía preguntarle quienes habían sido, él lo sabía muy bien. Les daba su merecido y los dejaba tirados en el suelo, retorciéndose del dolor, para después ir en busca de Harry nuevamente.
Estiró su mano, queriendo tomar la camiseta de Harry para levantarla y ver la herida pero Harry lo detuvo. – ¿Es malo? – Preguntó. Harry asintió. Louis sintió una oleada de enojo recorrer sus venas. Tal vez debería agarrar una segunda vez a esos idiotas y dejarles moretones tan grandes como los que ellos le daban al menor. La campana resonó por todo el colegio, indicando el comienzo de otro periodo. Pero Harry no movió ni un dedo para ir a la siguiente clase. – ¿No tienes algún profesor esperándote?
Harry le clavó la mirada y asintió. – Sí, pero… – Se sonrojó pero no bajó la mirada. No quería irse. Louis sonrió de lado y el corazón de Harry se aceleró. Algo que siempre sucedía cuando Louis le dedicaba una sonrisa, no importaba de que tipo. La sonrisa de Louis era lo más hermoso que él había visto en su corta vida. Lo hacía sentir raro por dentro, como esas famosas mariposas en el estómago. Él sabía que esta vez no era una simple obsesión, por eso lo negaba. Hace varios meses Harry se dio cuenta de que se había enamorado realmente de Louis. De esa obsesión solo quedaban rastros.
Louis acunó una de esas suaves mejillas en su mano. – Es mejor que vayas a clases. Tienes dos minutos hasta el próximo timbre. – Decepción fue lo que derrochó la mirada de Harry. Pero igualmente se levantó de su lugar, sacudió su pantalón y caminó despacio hacia la puerta. Louis recordó un pequeño detalle.
– Harry. – Lo llamó. El aludido se volteó a mirarlo, presionando el pedazo de papel con su nombre en él contra su pecho, alzando sus cejas inquisitivamente.
– ¿Sí?
Louis lo miró sonriendo, con su dedo índice golpeó un par de veces su mejilla. – Mi beso.
Harry abrió sus ojos sorprendido. Era la primera vez que se lo pedía Louis. Él siempre le daba un beso en la mejilla al despedirse. Esta vez no lo había hecho porque ya había pasado por muchos embarazosos momentos en solo 15 minutos que estuvo con Louis y estaba muy nervioso. Pero si Louis lo pedía… él no le podía decir que no. Se hincó a su lado otra vez y besó su mejilla cariñosamente. Cuando se separó, lo observó por unos segundos y abrió su boca para dejar salir esas palabras que siempre decía antes del “adiós”. – Te a… – Pero selló sus labios de inmediato cuando Louis se giró y posó su mirada en la suya. Ahora Harry lucía asustado. Nunca se lo decía mirándolo a los ojos. No tenía el valor suficiente.
– Vamos, Harry. Dilo. – Louis lo que más quería era que se lo dijera mientras sus ojos verdes miraban los suyos. No le importaba si era la obsesión hablando. Escuchar esas palabras dejando la boca de Harry era algo que para él valía oro. Porque nadie más lo iba a amar como Harry lo amaba, por eso él no iba a dejarlo ir. No podía dejar ir algo que lo hacía sentir completo. Con Harry ya no se sentía tan solo, con Harry sentía cosas que jamás pensó que podía llegar a sentir. Harry le hacía creer. Harry le daba esperanzas.
– No puedo. – Lo escuchó susurrar. Le sonrió comprensivamente.
– Está bien. Ahora ve. – Harry asintió y se levantó, sacudió las rodillas de su pantalón y caminó a la puerta. Tomó la perilla, la miró, como perdido en sus pensamientos por unos segundos.
– Te amo. – Murmuró, para un segundo después entrar rápidamente a la biblioteca.
Harry se fue, y el vacío en Louis volvió.
___
Básicamente, ah. Ni sé por qué dije eso jaja
Lo iba a cortar antes pero pensé que sería mejor dejar que vean más o menos como era su "relación", idk.
En fin, díganme si les gustó y si quieren que suba la otra parte :) Besos <3
BlahBlahBlah
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Hiiii!! El os esta simplemente genial, Hazza es super tierno todo obsesionado por Louis *.* Lo del altar realmente me causó gracia xD
Awwww Lou pidiendole un beso a Harry >.< fue demasiado para mi
Simplemente ame la primera parte y estoy segura de que amare la segunda, asique siguela o te las veras conmigo y Lou, él también quiere saber como sigue >:-[
So, te esperare aquí con una linda y espeluznante sonrisa en mi cara :D
Besooos, adiosss
Awwww Lou pidiendole un beso a Harry >.< fue demasiado para mi
Simplemente ame la primera parte y estoy segura de que amare la segunda, asique siguela o te las veras conmigo y Lou, él también quiere saber como sigue >:-[
So, te esperare aquí con una linda y espeluznante sonrisa en mi cara :D
Besooos, adiosss
lovemeplease
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Oh por dios, esto fue jodidamente hermoso.., jkaslhdakakdha me encanta la inocencia de harry y como Lou era tan cuidadoso con el y cuando lo defendio y golpeo a esos tipos, ¡Lo ame!
Me encanto!!! Espero la siguiente parte
-susy
Susy
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Holaaaa! Justo estaba por subir la segunda parte, porque nadie me había dicho nada y pensé que si subía lo demás tal vez si jajajalovemeplease escribió:Hiiii!! El os esta simplemente genial, Hazza es super tierno todo obsesionado por Louis *.* Lo del altar realmente me causó gracia xD
Awwww Lou pidiendole un beso a Harry >.< fue demasiado para mi
Simplemente ame la primera parte y estoy segura de que amare la segunda, asique siguela o te las veras conmigo y Lou, él también quiere saber como sigue >:-[
So, te esperare aquí con una linda y espeluznante sonrisa en mi cara :D
Besooos, adiosss
Cuando escribí lo del altar, lo hice porque me acordé de Hey Arnold, porque Helga está tan enamorada que le tiene un altar hecho en su armario xD
Estereotipos, ya sabes... ah jaja
En fin, me alegro de que te gustara, pero creo que voy a esperar a tener al menos dos comentarios más y subo la otra parte :)
Gracias por leer! Bye!
BlahBlahBlah
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Omg Susy!! No te esperaba acá! Pero que hermosa sorpresa! *-*Susy escribió:Oh por dios, esto fue jodidamente hermoso.., jkaslhdakakdha me encanta la inocencia de harry y como Lou era tan cuidadoso con el y cuando lo defendio y golpeo a esos tipos, ¡Lo ame!Me encanto!!! Espero la siguiente parte-susy
Me alegro mucho de que te haya gustado!
Gracias por leer! Y si tengo algún otro comentario para mañana (esperemos), subo lo que sigue! :)
Besos!
BlahBlahBlah
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Hola soy abby owww estuvo muy cute
lo juro me encanto
espero con ansias la segunda parte
cuidate siguela cuando puedas:) xx
lo juro me encanto
espero con ansias la segunda parte
cuidate siguela cuando puedas:) xx
Abigail castillo zapata
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Dios, esto es tan adorable. Amo la relación de Louis & Harry. Ahora debería estar durmiendo, mañana (hoy) me levanto a las 6 am porque tengo que.hacer un pequeño viaje, ahora en Argentina son las 1.40 am y el teléfono me hace doler la cabeza B) JAJAJAJAJAJAJ, espero no tardes en subir la otra parte! Me encanta!
Cuídate, nos leemos x.
Cuídate, nos leemos x.
Smile♡.
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Holi! Nueva lectora me llamo Abi y soy de Argentina :) Este OS hace que mi corazon duela,idk,y es super porque cuando una novela me hace doler el pecho es porque es PERFECTA! plis linda siguela :3 QUIERO LA SEGUNDA PARTE!!
un kiss :*
un kiss :*
Mothertruker
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Hola Abby! Yo soy Daniela :) ah jajaAbigail castillo zapata escribió:Hola soy abby owww estuvo muy cute
lo juro me encanto
espero con ansias la segunda parte
cuidate siguela cuando puedas:) xx
Gracias, me alegro mucho! En serio!
En unas horas más subo la otra parte.
Gracias por leer :D
BlahBlahBlah
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Mal, mal, mal, hay que ser responsable y dormir lo debido ahSmile♡. escribió:Dios, esto es tan adorable. Amo la relación de Louis & Harry. Ahora debería estar durmiendo, mañana (hoy) me levanto a las 6 am porque tengo que.hacer un pequeño viaje, ahora en Argentina son las 1.40 am y el teléfono me hace doler la cabeza B) JAJAJAJAJAJAJ, espero no tardes en subir la otra parte! Me encanta!
Cuídate, nos leemos x.
Re que yo me duermo todos los días a las 5 de la mañana xD
Mi adicción a twitter está fuera de control otra vez!
Yo también soy de Argentina! Choca esa aleta! ah jaja
En unas horas la subo :)
Gracias por leer, y que bueno que te gustó!
Nos leemos!
BlahBlahBlah
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Otra Abi :D Hola! Yo también soy de Argentina!Mothertruker escribió:Holi! Nueva lectora me llamo Abi y soy de Argentina :) Este OS hace que mi corazon duela,idk,y es super porque cuando una novela me hace doler el pecho es porque es PERFECTA! plis linda siguela :3 QUIERO LA SEGUNDA PARTE!!
un kiss :*
Aww muchas gracias! Te juro que al principio pensé que no era nada bueno, porque no me habían dicho nada, pero ahora vos estás diciendo que es perfecto y jdhfjksdhgksjdh aunque no lo creo, hay mucho mejores!
Más tarde la subo! :D
Besos!
BlahBlahBlah
Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS | Segunda parte
PARTE DOS.
Harry se encontraba en una mesa apartada en la cafetería del colegio, con su bandeja frente a él. Era la hora del almuerzo y siempre era lo mismo: él almorzando solo, apartado de los demás, siendo invisible. Bueno, no para todos.
– Hola, amor. – El menor levantó la mirada para encontrarse con un Louis muy sonriente sentado a su lado, ojos azules brillando con diversión y… ¿cariño? Harry sintió calidez fluir en su pecho.
Louis rio por lo bajo, seguramente porque el ojiverde no podía dejar de mirarlo, con ojos que claramente expresaban “¿Qué haces aquí?”. El mayor nunca había hecho esto, él obviamente tenía su propia mesa, la de los “chicos malos” junto a Zayn, Liam y sus novias. Pero ahí estaba, sentado a su lado, disfrutando de su almuerzo mientras daba un recorrido panorámico con su mirada a la cafetería completa. De vez en cuando, lo miraba a él y volvía a reír. Harry estaba simplemente pasmado por la sorpresa.
Louis volvió a mirarlo y asintió hacía la bandeja del chico. – Come. Estás muy flaco. – Desvió la mirada. – No quiero llegar tarde algún día y ver que los idiotas pudieron quebrarte. – Murmuró con cierto desprecio y miedo mezclados.
– ¿No llegas tarde siempre? – Fue la respuesta de Harry, en un susurró casi imperceptible, pero que llegó a los oídos de Louis y lo hizo detenerse a media mordida de su sándwich. Bajó su mano, al igual que su mirada, que ahora estaba llena de culpabilidad.
– Si, y no sabes cuánto lamento eso.
El de ojos verdes percibió su tono triste y se sintió mal sabiendo que él era quien lo había puesto en aquella voz tan angelical que tanto adoraba escuchar. – Lo siento. No quería hacerte sentir culpable. – Se disculpó, mirándolo con su ceño fruncido, claramente preocupado.
Louis volteó a verlo con una dulce sonrisa. – No te disculpes. No dijiste nada malo, cariño, solo la verdad.
El aliento de Harry se atascó en su garganta. Cariño, amor. Con gusto se podría acostumbrar a Louis llamándolo así desde ahora en adelante. Asintió sin decir nada más y se dispuso a comer por fin. Louis lo imitó y permanecieron en silencio por unos minutos. No por mucho sin embargo, porque Harry necesitaba saber, necesitaba entender por qué Louis estaba allí en ese momento con él. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? Después de todo, llevaban seis meses hablando. Hasta se podía decir que eran casi amigos. Así que no tenía nada de malo pedir una explicación.
– ¿Qué haces aquí? – Louis lo miró por debajo de sus pestañas, mientras tragaba lo último de su sándwich y estiraba su mano para alcanzar el envase de jugo. Tomó un sorbo, aclarando su garganta una vez que tragó, para luego responder la pregunta.
– Almorzando, duh. – Sonrió de lado, relajándose contra el respaldar de su silla y cruzándose de brazos, sin apartar la vista de los ojos del menor.
Harry reprimió una risita ante la respuesta. – ¿Conmigo? – Preguntó, tratando de hacer más claro qué era lo extraño de la situación. Louis solo siguió sonriéndole, dándole una respuesta simple.
– Contigo.
Y bueno, ¿quién era Harry para quejarse? Sonrió y no dijo nada más, dispuesto a disfrutar de la compañía de Louis, al menos hasta que sonara la campana.
Pero por supuesto, lo bueno dura poco. Sobre todo en la vida de Harry.
– ¿Louis?
La sonrisa del menor se borró al instante de escuchar la voz de Zayn Malik. Louis solo levantó su cabeza y lo miró con una ceja alzada en forma inquisidora.
– Hey, ¿Qué pasa? – Preguntó Louis. El morocho levantó ambas cejas, como si hubiese estado esperando otro tipo de reacción. Tal vez esperaba que Louis se haya ido con él apenas lo vio allí, delante de él.
– ¿Qué haces aquí, amigo? Vamos a nuestra mesa, te estamos esperando hace más de diez minutos.
– Uhm, en realidad, estoy bien aquí así que pueden volver a su almuerzo. Nos veremos en clase o detrás de la biblioteca luego de todas formas. – Se encogió de hombros.
Su amigo lo miró incrédulo, se cruzó de brazos y lo observó con el ceño fruncido, pero Louis seguía interesado en su comida. – Ya, déjate de juegos, Tommo.
Ahora era Louis quien fruncía el entrecejo. – ¿Juegos?
– Si, juegos. No sé qué te traerás con el psicópata Styles pero puedes dejarlo para después.
Los ojos de Louis se oscurecieron. – No vuelvas a llamarlo así. – Su tono de voz no era para nada amistoso. Asustaba, de hecho. Harry se encogió en sí mismo en su lugar, aún no se había atrevido a mirar hacia arriba. No quería que los demás vieran a través de sus ojos lo mucho que lo afectaba que lo trataran de loco.
Zayn bufó molesto, y miró a Liam, quien estaba detrás de él, en busca de apoyo, pero en cambió recibió una mirada de advertencia, la cual decidió ignorar y volver a su conversación con Louis. – ¿Lo estás defendiendo?
Louis apoyó con fuerza el envase de jugo sobre la mesa, provocando que Harry a su lado salte de sorpresa y deje de respirar por un segundo. Si su comportamiento era por como su mejor amigo estaba tratando a Harry, el chico no podía hacer más que sentirse increíblemente bien. Y tal vez estaba mal, a él no le gustaba ver a Louis metido en peleas o problemas por su causa, pero nunca antes había podido ver al ojiazul actuar así. Sí, sabía lo que hacía, sabía que lo defendía siempre que tuviera la oportunidad. Ciertamente, Louis era su protector, por así decirlo. Aunque nunca lo hizo en su presencia, hasta ahora, y por eso Harry se sentía tan bien. Estaba viendo por primera vez cuan protector podía llegar a ser el mayor cuando se trataba de él, y le daba la sensación de ser querido. Algo que no todos pueden lograr en él.
Louis era un caso especial en su vida. En más de una manera.
– ¿Y qué si lo hago? – La voz de Louis lo sacó de sus pensamientos, y fue entonces que se dio cuenta que una mano estaba apoyada en su rodilla, apretando suavemente. Reconfortante.
– No puedes estar hablando en serio.
– Pero lo hago.
– Louis, por Dios, ¿Qué caraj-
– ¿Qué tiene de malo que esté aquí con él? – Lo interrumpió severamente. Su enojo crecía segundo a segundo. Sabía que a Zayn no le agradaba Harry, al igual que su amigo sabía muy bien que debía pensarlo dos veces antes de decir algo malo del chico delante de Louis.
– ¿Qué no tiene de malo? Mejor dicho.
– ¿Cómo? – Su voz salió más fuerte y cruel de lo que pretendió, Harry llevó su mano libre hasta su rodilla, cubriendo la de Louis para intentar calmarlo.
– ¡Este loco está obsesionado contigo, Louis! – Harry volvió a encogerse, ya sintiendo las lágrimas subiendo a sus ojos. Liam lo notó y sintió pena por él. La verdad era que al castaño no le molestaba el chico de rulos en lo más mínimo. Sabía y entendía que a Louis le gustaba pasar tiempo con él, así como también había podido descifrar algo más que enferma obsesión en los ojos de Harry cuando miraba a su amigo. Ahora, Zayn, era un caso demasiado diferente.
– Zayn… – Habló Liam por primera vez, tratando de tranquilizar el ambiente, pero se vio interrumpido a mitad de la oración.
– No, Li, déjalo. Déjalo que hable, estoy ansioso por escuchar lo que tiene para decir. – Veneno enlazado en cada palabra que pronunciaba Tomlinson. – Vamos, Malik, habla.
Zayn le dio una mirada desafiante antes de decir lo que llevaba pensando hace meses. – El chico es un puto loco, Louis. Está mal de la cabeza. ¡Ni siquiera sabes lo que puede llegar a hacerte! Solo quiero protegerte. Louis, últimamente siempre nos dejas de lado por él, ¿Qué carajos te pasa? Nosotros somos tus amigos, ¡no este psicópata de mierda! Debió haberse caído de la cama cuando era chiquito para quedar así de fallado. Me da lástima, asco, me repug-
Y de un segundo a otro, silencio llenó el lugar. Todo pasó tan rápido que no fueron más de cinco segundos: Zayn seguía con su palabrería mientras miraba a Harry con desprecio, quien mantenía la cabeza gacha, con los ojos completamente inundados en lágrimas ahora, por lo que no notó cuando Louis se levantó del asiento caminando hacia él, conectó tan duramente su puño con la nariz del morocho que juraba haber oído un ‘crack’, Zayn cayó al suelo con sus manos sosteniendo su zona herida, Louis mirándolo con odio y furia, todos los demás en la cafetería se habían quedado mudos al ver aquel acto, sorprendidos, al igual que Liam que miraba a Louis casi asustado, y Harry… se había marchado del lugar tan pronto como vio al mayor golpear al morocho, corrió fuera de allí sin que nadie lo notara.
– Vas a cerrar esa maldita boca tuya, porque si no seré yo quien te fuerce a callarte de una puta vez, ¿entendiste Malik? – Zayn no contestó, solo seguía en el suelo. Sus ojos se posaron en los fríos de Louis, quien él creía que era su mejor amigo. Lamió sus labios al sentir una gota de sangre que había caído sobre ellos desde sus fosas nasales. Un parpadeo y volvía a tener a Louis encima de él, tomándolo con fuerza por el cuello de su camiseta. Sus narices rozándose, los ojos azules clavados vilmente en los marrones. – Te hice una pregunta, ¿no piensas contestarla? ¿O prefieres que te demuestre ahora como es que planeo hacerte callar?
Para este entonces, Zayn estaba un poco asustado. Conocía muy bien a Louis, y sabía de lo que era capaz cuando se trataba de proteger a los que significaban algo en su vida. Muy bien, al diablo su orgullo, quería su rostro lo más sano posible. Aun así no dejaría de mostrarle a Louis cuanto asco le daba su comportamiento al defender al menor en estos momentos. Escupió un poco de sangre a su costado, con una mueca de desagrado. Supo que Louis entendió cuando lo vio cerrar los ojos y asumió que era para poder controlarse.
– Entendí, Tomlinson.
Enseguida el ojiazul lo soltó bruscamente, dejándolo caer al suelo con un golpe seco. Se giró hacia la mesa solo para descubrir que Harry ya no se encontraba en el lugar. Mierda. Por esto era que no le gustaba actuar así frente a Harry, por esto siempre se aseguraba de que estuviera lejos cada vez que se metía en una pelea. Ahora solo esperaba que no costara mucho encontrarlo.
*
No llevó mucho tiempo saber dónde estaba, ya que apenas salió de la cafetería, alguien lo empujó contra la pared, tomándolo del cuello de su camiseta, la misma persona que luego de una explicación, le dijo donde se encontraba Harry. Niall Horan, era el otro amigo del rizado, el único aparte de Louis que lo defendía de los demás. Aunque claro, Niall era un poco más pacífico, sin meterse en peleas. Pasaba poco tiempo con Harry de todas maneras, ya que el menor lo evitaba a veces para no perjudicar la buena reputación del rubio, quien era muy popular en el colegio. Pero a Horan no le importaba eso, él siempre lo defendía en los pasillos si alguien le lanzaba cosas o lo insultaban, y se sentaba con él en las clases que compartían. Ese día, sin embargo, no pretendía actuar pacíficamente. De hecho, se veía dispuesto a golpear a Louis después de haber visto a Harry llorando y al parecer por su causa, ya que cuando le preguntó, lo único que había dicho el rizado había sido su nombre. Una vez que el ojiazul le explicó como habían ocurrido las cosas, el rubio lo soltó, le pidió disculpas, y le dijo que Harry había salido corriendo en dirección al baño. Louis le dio las gracias y corrió también hacia el baño de hombres.
Entró despacio al lugar cuando escuchó sollozos apagados y enseguida lo vio. Harry estaba sentado contra la pared, sus brazos rodeaban sus piernas que estaban pegadas a su pecho, y su rostro escondido entre sus rodillas, todo su cuerpo temblaba con los poderosos sollozos que escapan de su boca. Su llanto hizo que el corazón de Louis se encogiera en su interior, era como revivir ese día en el cuarto de vestuario. Caminó con pasos lentos y cuidadosos en su dirección, arrodillándose frente a él, despacio llevó su mano a su cabello y él saltó por el repentino toque, pero le habló para que supiera que era él y no alguien más que venía a causarle más dolor del que ya estaba sintiendo.
– Harry… – lo reconoció y se lanzó hacia él inmediatamente en un fuerte abrazo. Louis correspondió y lo apretó contra su pecho, comenzado a acariciar sus rulos también. Su llanto parecía haberse hecho más fuerte, sus sollozos más altos y le rompían cada vez más el corazón. Si Zayn pedía perdón a él y a Harry después de esto, le costaría demasiado que el mayor lo aceptara de nuevo como su amigo.
– Perdón, perdón, perdón, por favor, Louis, perdóname. – Se sorprendió mucho al escuchar como no dejaba de repetir eso. Él no tenía por qué pedir perdón, no entendía por qué lo hacía si no había razón alguna.
– Shh, shh, Harry, no. Basta, no tienes por qué pedir perdón. Tranquilo. – Susurró contra su cabello.
– P-pero yo… – su respuesta se rompió con otro sollozo y tomó aire para continuar. – Yo te metí en esto con mi estúpida obsesión y…
– No. – Lo interrumpió. – No digas eso. Tú no me metiste en nada, no es tu culpa. Yo soy tu amigo porque quiero, no porque sienta la obligación de serlo o lo que sea.
Harry aumentó su agarré sobre el torso de Louis. Amigo. Louis lo consideraba su amigo. Y aunque Harry quería ser algo más, no importaba en este momento porque ser su amigo era suficiente. Tener a Louis cerca bastaba. Y ahora estaba más cerca que nunca, fundido en este abrazo. Era el primero, Louis antes había acariciado su mejilla, sus manos o sus rulos pero este era el primer abrazo y Harry estaba sintiendo mil explosiones de alegría en su interior. Con el calor de Louis contra su cuerpo, sentía como el dolor que habían causado las palabras del moreno en la cafetería, se iba desvaneciendo poco a poco. Sin embargo, sentía que debía dar una explicación, sentía que al menos alguien debía entender cómo eran realmente las cosas, como funcionaba la mente de Harry. Necesitaba que alguien entienda que no era su culpa.
– Nadie entiende. – Comenzó susurrando. – No es mi culpa, Louis. En serio no lo es. No lo puedo controlar, no es mi culpa. – Sus sollozos se habían calmado pero ahora parecían querer formarse de nuevo. – Louis frunció el ceño, tratando de calmarlo le murmuraba en su oído, pequeños ‘shh’. – Las… las medicinas solo lo reducen, pero no hacen que desaparezca. No puede desaparecer, tengo que vivir con esto de por vida. Y no es mi culpa, no puedo evitarlo. – Los ojos de Louis se abrieron con sorpresa. Oh, era una enfermedad. Pero nadie lo sabía, y preferían burlarse antes que intentar comprender. – Ellos no lo entienden. – Esta vez fue el mayor quien apretó el agarre en Harry, mientras lo dejaba sollozar en su pecho, de a poco calmándose nuevamente.
– No, no lo entienden. Pero yo sí, Harry… yo sí. – Suspiró. – Y me voy a asegurar de que ellos también. – Dijo con cierto desprecio.
– Sin golpes. – Susurró el menor en su pecho, haciendo sonreír a Louis.
– Sin golpes. – No podía prometerlo pero lo intentaría. Realmente lo haría.
Después de unos minutos abrazados, el llanto de Harry finalmente se había calmado. Louis lo tomó del rostro para depositar un beso en su frente y el menor luego se alejó para refregar sus ojos, borrando los rastros de lágrimas secas en sus mejillas con las mangas de su sweater. Dio un respiro profundo para luego mirar al ojiazul que lo hacía soñar cada noche.
– Gracias. – Le dijo tímidamente.
– No fue nada. – Sonrió Louis. Se dio cuenta de que habían pasado varios minutos desde que llegó al baño en busca del otro chico y, aunque no había escuchado la campana, estaba seguro de que había sonado sin que ninguno lo notara. Ahora Harry se estaba perdiendo una clase y a Louis no le gustaba eso. – Deberías ir a clase, Harry. Ya estás llegando tarde. – El menor lo miró casi suplicante. Louis suspiró. – No me gusta que pierdas clases por mi culpa.
– Pero… – Su mirada era triste y… mierda, Louis nunca podía decirle que no a Harry, pero tampoco quería permitir esto. Lo intentó una vez más.
Le sonrió dulcemente. – Tienes que ir, Harry.
Y al fin el ojiverde se rindió, suspirando y asintiendo. Se levantó del suelo, sacudió un poco su pantalón y tomó su mochila, caminando hacia la puerta. Louis se sentó mejor en el piso, en estilo indio y giró a mirarlo, sonriendo.
– Harry. – Lo llamó. El chico se dio la vuelta, con una ceja levantada. Louis golpeó su propia mejilla con su dedo índice. – Mi beso.
Harry se sonrojó, mirando al suelo, pero acercándose de nuevo a Louis de todas formas. Se hincó a su costado y se inclinó para besar su mejilla. Sin embargo, ese no era el plan de Louis, en el momento justo volteó su cara y el beso de Harry cayó en sus labios. El menor se sorprendió al principio y quiso apartarse pero Louis acunó su rostro con sus manos para mantenerlo en el lugar, así que solo se dejó llevar y cerró los ojos, fundiéndose en ese beso que anhelaba hace meses. Era un beso dulce, tranquilo, cálido y simple, solo dos pares de labios moviéndose lentamente en sincronía. El primero en apartarse fue Louis, y sostuvo su mirada por unos pocos segundos antes de decir algo que hizo a Harry perder el aliento.
– Eres tan hermoso. – La sinceridad en sus ojos era casi demasiada y el menor no pudo evitar sonrojarse como un tomate. Nunca nadie le había dicho algo así. Bajó la mirada. Dios, estaba tan enamorado que llegaba a doler.
Louis rio por lo bajo, orgulloso por provocar que el menor se pusiera así de nervioso. Tal vez él sufría al sentir tanta vergüenza pero el ojiazul sin duda lo disfrutaba, porque se veía tan adorable que le daban ganas de llenarlo de besos hasta hacerlo reír. No había tenido muchas oportunidades de escuchar la risa de Harry, pero las veces que lo hizo fue música para sus oídos. A Louis no le gustaba sonar cursi ni enamorado pero se podía admitir al menos a sí mismo que Harry era lo mejor que le pudo haber pasado en la vida. Le hacía sonreír como nadie más.
Harry volvió a mirarlo en ese momento, sus ojos esmeralda fijos en los azules zafiro de Louis. – Ahora ve. Luego podemos encontrarnos en nuestro lugar. – Le guiñó un ojo, sonriendo de lado. Quería parecer calmado pero por dentro sentía de todo, miles de sensaciones juntas. De todo menos ese molestoso vacío. Vio como Harry se mordía el labio inferior, asintiendo, y no lo pudo evitar así que se inclinó y le dio otro casto beso en los labios.
Harry seguía mirándolo a los ojos, no se quería ir, pero debía. Sentía las palabras en su garganta, desesperadas por salir, pero no podía apartar la mirada y tenía miedo. Tenía miedo de que dejara salir esas palabras cuando aún lo miraba directo a sus ojos. Se sentía como un déjà vu. Pero quizá esta vez la valentía era mayor en él.
– Te… – Louis le sonrió dulcemente. Acarició su mejilla y lo miró con comprensión.
– Ve. Ya llegas muy tarde.
Harry asintió pero no se iría así como así. Esta vez no. Esta vez Louis lo había besado. Louis se había arriesgado y sido valiente. Él debía serlo también. Por Louis.
– Te amo. – Dijo firmemente. Le dio otro breve beso antes de que su cobardía volviera, y salió de allí rápidamente. Bien, de a poco su valentía iría aumentando. Estaba seguro.
Louis rio por lo bajo, sacudiendo su cabeza, divertido. Y cuando lo dijo, nadie pudo escucharlo. Harry ya no estaba allí para escucharlo, pero sabía que no tendría ningún problema en repetirlo.
– Creo que yo también te amo. – Y sonrió para sí mismo.
(Harry se había ido. Y el vacío también.)
___
Y eso es todoooo! Espero que esta parte también les guste! Les cuento que tardé meses en escribir esto, porque aunque me gusta escribir, también vivo con mucha paja y termino abandonando mi escritura por un mes antes de seguirla jajaja por eso es que este es apenas mi segundo one shot terminado! Aunque tengo como tres historias más sin terminar jajaja.
En fin, si alguna vez me vuelven a ver va a ser en alguna adaptación porque tengo muchas ganas de adaptar una de mis películas favoritas a Larry jskdhljsdhgk solo les quería contar, ah.
Mejor me dejo de joder, porque igual no sé si van a leer esto. Comenten please :) Bye! Besos <3
BlahBlahBlah
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Hiiiiiii It's me again :D Esta parte también esta hermosa. Zayn lamentablemente se tenía merecido el golpe, no puedes insultar de esa forma a alguien que tiene u a enfermedad, mal Zayn. Lou toda una ternura en la forma que trata a Harry, defendiendolo sobre sus amigos y todo :3.
La escena del baño fue mi favorita de las dos partes, es que Hazz llorando en el pe ho de Lou, y él consolandolo, y el beso, y los dos "Te amo" fueron demasiado para mi x.x
A mi me pasa lo mismo en cuanto a escribir, sabes creo que solo termine 3 o 4 de unas 20 historias que tengo comenzadas o.O
Me despido, gracias por tomarte los meses para escribir la historia y compartirla con nosotras :D
Besos que estes bien linda :)
La escena del baño fue mi favorita de las dos partes, es que Hazz llorando en el pe ho de Lou, y él consolandolo, y el beso, y los dos "Te amo" fueron demasiado para mi x.x
A mi me pasa lo mismo en cuanto a escribir, sabes creo que solo termine 3 o 4 de unas 20 historias que tengo comenzadas o.O
Me despido, gracias por tomarte los meses para escribir la historia y compartirla con nosotras :D
Besos que estes bien linda :)
lovemeplease
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
Holaaa, te contesto mil años después ah jajajajalovemeplease escribió:Hiiiiiii It's me again :D Esta parte también esta hermosa. Zayn lamentablemente se tenía merecido el golpe, no puedes insultar de esa forma a alguien que tiene u a enfermedad, mal Zayn. Lou toda una ternura en la forma que trata a Harry, defendiendolo sobre sus amigos y todo :3.
La escena del baño fue mi favorita de las dos partes, es que Hazz llorando en el pe ho de Lou, y él consolandolo, y el beso, y los dos "Te amo" fueron demasiado para mi x.x
A mi me pasa lo mismo en cuanto a escribir, sabes creo que solo termine 3 o 4 de unas 20 historias que tengo comenzadas o.O
Me despido, gracias por tomarte los meses para escribir la historia y compartirla con nosotras :D
Besos que estes bien linda :)
Me alegro de que te haya gustado! En serio!
Si? Ya no me siento tan sola :') ah
Yo solo tengo 8 en total, pero 4 terminadas. Y hasta tengo nueva ideas que todavía no he empezado a escribir jaja soy un desastre!
No fue nada! :)
Gracias por leer! Besos <3
BlahBlahBlah
Re: Green Eyes and Dimples {Larry Stylinson} OS
¡Oh! Me había olvidado de comentar. ¡GOD, ME ENCANTÓ! Fue taaaaaaaaaan tierno y y y hARRY LE DIJO QUE AMA A LOUIS MIRÁNDOLO A LOS OJOS, Y SE BESARON Y Y Y AWWWW. Amé la parte del baño.
No pude creer cuándo Zayn actuó como un idiota. SE LO TENÍA BIEN MERECIDO, POR PUTO, ah.
Y Harry se sintió mal y se fue al baño, y le dijo que tenía una enfermedad :((.
¡ME PASA LO MISMO! Es como en un momento te dan ataque de escribir, tenés todas las ideas, pero después ñeee, a la mierda, la sigo más tarde. Hasta que te quedás en blanco y la imaginación te llega un mes después(? Tengo varios fics y sólo uno de 6 OS terminados xddd.
En fin, me encanta como escribes. Quizás nos leemos en otras historias ;)) ah.
Besos, nos leemos :hug: .
Smile♡.
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