Nunca me olvides

Ahora que me desahogue seguiremos con las historias. El apodo de Jeff es hermoso, mi Jeff. No se porque tanto odio en el. Tu tendrás tus razones. El nombre de Jeff te lo cree en Noviembre, cuando ya teníamos la suficiente confianza de tener apodos.
Tu me llamaste por el nombre de “Siete”, ya que mi nombre tenia y tiene algo similar a eso. Se me hizo tierno de tu parte ya que lo dijiste con una ternura que haría que el hombre mas duro del mundo se derritiera.  Gabriela me había llamado “Chico gay”, tenia la suposición que lo había dicho porque había dejado el equipo de Basketball y me había dejado de juntar con mis compañeros, solo para estar siempre con ustedes dos. Luego me aclaro que aun no había superado lo de los libros. Gabriela nunca quiso un apodo, decía que era muy infantil para ella. Votamos con solo decirle “Gaby”.
Ahora te diré porque te había dicho “Jeff”. No sabia mas que decir ya que todos los apodos que tenia en mi cabeza desde hace 3 meses eran. “Mi Jess”, “Mi Princesa”, “Mi corazón”. Todos terminados en “mi”, intente decirte todos eso pero sin el “mi”, pero se me hizo imposible. Luego de un largo tiempo de reflexión para ponerte un apodo para que disimulara mi enamoramiento hacia tu opte por Jeff. Para que pensaras que para mi eras un “amigo” y no la chica que desde el primer día que la vi me había robado el corazón. Desde que mis labios salieron el nombre de “Jeff”, tu sonrisa se borro, frunciste el ceño y frunciste tus labios. Estabas enojada.
-¿Jeff? - preguntaste indignada.
-¿Tiene algo de malo? - pregunte con miedo.
-¿Crees que soy un hombre? - dijiste con tono enojado.
Estábamos en los pasillos de la escuela, esperando que la clase de matemáticas empezara. Gabriela se había retirado temprano de la escuela porque surgió una emergencia en su casa.
-Nada de eso.. eres demasiado hermosa para que te dijera eso. – dije tartamudeando.
-Oh.. - pronunciaste ruborizada.
Por accidente te había dicho parte de mis sentimientos hacia ti, que torpe fui, pero me sentí alagado al saber que te había hecho sonrojar por segunda vez. Nunca olvidare tu expresión al escuchar como tu considera mejor amigo te decía lo hermosa que eras y eres, la tengo guardada en mi memoria y se que tu nunca olvidaras ese momento. Mi amor que nadie te llame Jeff, ese apodo es solo mio, que nadie lo tenga y si te llaman así diles que no te gusta.

Siempre, para mi seras mi pequeña niña, aunque tengamos la misma edad, tienes la estatura cual niña de 13 años, tu rostro es demasiado fino como el di una muñeca. Eres la perfección en persona aunque sepa que no existe la perfección, para mi eres perfecta aunque tu digas lo contrario. Ese mismo día de tu cumpleaños pensaba decirte mis sentimientos, decirte cuales son mis ideas sobre tu sonrisa,  las pequeñas pecas que tienes en tu rostro, todo sobre ti.. sobre mi corazon. Pensaba decirte una de las poesías que te había escrito, una demasiada cursi, pero demuestra todo mi aprecio.
Estábamos en nuestra mesa oficial, cerca de una ventana la cual daba la vista al jardín de la escuela. Gabriela nos estaba mirando con una ceja enarcada y nosotros la mirábamos con el ceño fruncido.
-¿Tenemos algo en la cara? - preguntaste aun con el ceño fruncido.
-No, solo estoy viendo lo bien que se verían al estar juntos- dijo sin importancia.
Me atragante con la hamburguesa que estaba comiendo.
-¿Que?- pregunte asustado al saber que Gabriela se haya dado cuenta de mi secreto hacia ti.
-Oh vamos.. solo mirence.. están locos uno del otro – dijo esta con una sonrisa.
-Solo somos amigos, Gaby – dijiste de lo normal.
Sentí que mi corazón se había caído y destrozado. “Amigo”, la palabra mas odiada entre muchas personas, me faltaba el aire, sabia muy bien que mi color moreno había desaparecido y ahora estaba pálido.
-Stenven, ¿que te pasa?- preguntaste preocupada.
Estaba escrito que tu no compartías los mismo sentimientos que yo, descarte la idea de decirte mi poema, quedarme con mis sentimientos guardados. Quedarme callado y ser tu amigo, intentar borrar mis sentimientos.
-Oh nada.. solo que al atragantarme me dolió la garganta – dije lastimado.
-Si...- dijo Gabriela viéndome con el ceño fruncido.
Tu sabes muy bien que cuando Gabriela te miraba así es porque va a hablar contigo.

Toda mujer dice que no es celosa, pero si que lo son y tu eres parte de ellas, Jess. Eres tan celosa que eres capaz de dejarme hablar por todo un año o dejarme estéril con una patada, te conozco muy bien y si que lo harías. Bueno sigamos con esto, Gabriela era mas directa que tu, ella parecía que me conocía mas que tu. Te voy a contar lo que no sabes. ¿Recuerdas la vez aun en tu cumpleaños?, en el segundo descanso, no nos encontraste por ningún lado. Pues Gabriela me había garrado cuando estaba saliendo de mi clase de Historia, me llevo hasta la parte mas vergonzosa que había estado en mi vida. El baño de mujeres, me quería morir cuando ella me guió hasta allí, no quería ir por tres simples razones.
1.- ¿Y si habían chicas dentro del baño?.
2.- ¡Son capaces de informales al director que entre al baño con Gabriela y inventar una historia!.
3.- Yo, un chico + Gabriela, una chica X Baño = Imaginación Pervertida para muchas personas.

Entro ella primero viendo si había alguien dentro de el, yo miraba a todos lados asegurándome de que no hubiera nada viendo por aquí. Gabriela salio y afirmo que no había nadie. Entramos y empezó el cuestionario mas incomodo que me han hecho.

-¿Eres una persona psicopatamente desesperado por tener relación con Jessica? - pregunto cruzándose de brazos.

Abrí mi boca y mis ojos. ¿en serio tengo apariencia de eso?.

-Pero que..- Gabriela no me dejo terminar.

-¿Piensas secuestrarla? - dijo asustada – sobre mi cadáver – saco su teléfono y marco un número.

-¡No, espera! - le quite el teléfono – amo a Jessica, desde que la vi en la cafetería la he amado, pienso que es perfecta y quiero saber si ella siento lo mismo que yo.

Gabriela suavizo su mirada para poner una sonrisa de emoción.

-Este es mi plan, tengo un hermanastro, le diré que me haga un favor, vamos a hacerle una cita doble por su cumpleaños, pero que no parezca una cita doble, que piense que es una comida normal de cumpleaños, mi hermanastro y yo los dejamos solo, le dices lo que sientes, le preguntas.. y... lo demás ya es asunto tuyo – pronuncio rápidamente.

-¿Desde cuando tienes armado ese plan? - pregunte asombrado.

-Querido chico gay, llámame cupido – dijo con una sonrisa – tenemos que salir rápido antes de que termine el recreo.


Y eso mi querida Jess, eso fue porque no nos viste en todo ese trayecto, Gabriela me estaba ayudando a enamorarte. Si vez a Gabriela dile que le agradezco eso un millón de veces si no fuera por ella, yo no hubiese sido tu novio.