Diferente/Nuevo Tema

Durante los días siguientes, no se hablaba de otra cosa que no se de Sirius Black y las diferentes especulaciones de como había logrado entrar al colegio. Papa en mis tiempos libres me prohibió salir a las afueras del castillos sola y a rondar por los pasillos en las tardes, sin compañía. Theo y Blaise me acompañaban a todos lados, por orden de mi padre. Draco y sus gorilas de ves en cuando también me acompañaban, pero siempre lograba escapar de ellos. SU mera presencia me irritaba. 

Luego de que nos mandaran de nuevo a nuestras salas comunes, pude abrir la caja que Blaise me entrego; Tenia un collar verde con el logo de Slytherin en el. Una nota lo acompañaba y decía: 

Mis padres organizaran una fiesta de navidad en mi casa. ¿Me consideras el honor de ser mi pareja? Yo mismo podría hablar con Snape para que te conceda el permiso. - *Blaise*

Y así lo hizo, Blaise hablo con mi padre para que me dejara ir a la casa de los Zabini, pero se negó. Poniendo de excusa que no eran momentos para organizar una fiesta cuando un asesino estaba suelto y que yo tenia que mejorar en mis materias. Esta ultima si era verdad. ¡Transformaciones y Pociones iba pésimo! 

- Creo que debería devolvertelo, ya que no podre ir al...

- ¡No! Es un regalo, Dela.- Me interrumpió masticando un pedazo de torta de manzana- Deja... Deja y te lo pongo- Trago rápido la torta y me quito el collar. Estábamos en el Gran Comedor a la hora del almuerzo, Theo estaba frente a nosotros, junto con los gorilas y Draco. 

Me di la vuelta y me levante el cabello para que el me pusiera el collar. Cuando ya el collar colgaba de mi cuello, me di la vuelta para darle las gracias. El me sonrió nervioso, y seguimos comiendo. Theo nos observaba curioso y con los ojos entre cerrados, como si estuviera tratando de descubrir algún código. Esa misma noche, acompañe a George y Fred a la cocina a buscar algunas provisiones para nuestra travesura del día siguiente. Teníamos como misión, lanzar a Flinch uno que otros jugos y tortas mientras hace su ronde por los pasillos. Apenas entramos a la cocina, los duendes nos recibieron de buena manera, siempre era grato venir aquí. Ellos te trataban como quieres ser tratado.

- Y bien Dela... - Empezó a decir Fred mientras comía puré de zanahorias al vapor

- ¿Que hay entre la rata de Blaise Zabini y tu?- Termino por el George. Le sonreí negando con la cabeza

- Nada. El es mi amigo, y siempre sera así. 

Ellos sonrieron y seguimos comiendo de todo lo que nos traían los Elfos. Una ves que nos dieron lo que queríamos, nos fuimos prometiendo volver pronto. Los chicos me dejaron afuera de mi sala común y ellos se fueron. Al entrar a mi sala común, me encontre con una sala desierta y sin vida. Ya todos estaban dormidos, y si papá o alguno de los Prefectos me encontraban aquí, estaría en problemas. Corrí hasta mi habitación al ver la cabeza de Alex O´coonor asomarse por una esquina. Llegue a mi habitación y con mucho cuidado de no despertar a mis compañeras, me metí en mi cama preparada para el día de mañana. 

******

- ¿¡Como que no jugaran contra Gryffindor!?- Pregunte alterada 

George y Fred despues del desayuno me habían venido con el chisme de que Gryffindor ya no jugarían contra Slytherin. Ahora jugarían Hufflepuff. Durante las clases, no pude hablar con los muchachos ante el cambio de juego, y en los tiempos libres no los lograba encontrar. Así que al final de Adivinación, me fui directo a la sala de reuniones del equipo de Slytherin, donde siempre se reunían en las tardes. Ahora, todos los del equipo me observaban extrañados por llegar brutalmente gritando a los cuatro vientos. 

- Draco sigue con el brazo lesionado, Dela. Tranquilízate. Me respondió Flint, el capital del equipo. 

- ¡El no tiene nada en el brazo! Yo si tengo el brazo lesionado, y no ando faltando a clases o no hago mis deberes por eso. ¿Acaso tiene miedo del tiempo? Son unas gallinas- Les reclamo. Ahora todo el equipo de Griffindor tendrá que cambiar sus movimientos y aguantarse esa tormenta en el partido. 

- Ya deberías irte, Delaisa- Dice Draco con una sonrisa en su rostro

- Todos ustedes, son unas viles ratas de alcantarillas. ¡Todos! Igual, ellos le hubieran ganado.

- Ya deberías irte Dela- Me dice Theo calmada mente. Yo le miro mal y antes de irme digo: 

- Esto no se va a quedar así.

Camino por los pasillos, buscando a mi padre para reclamar por el cambio del juego. En ves de eso, me encuentro con un Filch cubierto de jugo y tartas de pies a cabeza. ¡La broma! Me la eh perdido. Filch me observa, irritado y me grita: 

- ¡Tu lo hiciste! ¡Tu y esos canallas!

Sonrió tímidamente y corro en otra dirección. Bajo hasta las mazmorras al despacho de mi padre, y lo encuentro haciendo una poción desde su escritorio, con miles de ingredientes a su alrededor. 

- ¿Porque? 

El se sorprende mi mi llegada y deja caer uno que otros ingredientes, me observa fijamente con la quijada tensa por provocar la perdida de ellos. -¿Porque, que?

- ¿Porque Slytherin ya no va a jugar contra Gryffindor? - Me acerco a el. 

- El buscador de Slytherin no esta en condiciones para jugar, tiene una lesión en el brazo...- Le interrumpo

- ¡Y yo que! Una Bludgers me pego en todo el brazo y ya esta mejor. A el solo lo rasguño un Hipogrifo, no hay nada del otro mundo en eso. Todavía me duele mi brazo, y no ando faltando a mis clases o pongo excusas para no hacer mis deberes, el si. 

- No hay nada que se pueda hacer. Ahora, si me disculpas, estoy haciendo una poción. Retírate- Señala la puerta a mis espaldas con su mano. Yo frunzo el ceño y le miro mal y salgo de las mazmorras dando grandes sacadas. Me dirigí a mis otras clases, ignorando completamente a Theo Y Blaise. Y sobre todo. A Draco. 

Cuando por fin termino todas mis asignaturas, salgo del castillo hasta llegar al comienzo del bosque prohibido. Hace ya semanas que no se nada de Black, no eh oído hablar de un perro merodeando por los alrededores o algo parecido. Me recuesto de un árbol y disfruto de la tarde, del viento y de los pájaros cantar antes de irse a dormir. Saco mis libros y cuadernos del bolso para adelantar algún deber, acomodo todo en el suelo, de forma cómoda y practica, evitando que la tinta se me bote o perder mi pluma. Hago la tarea de transformaciones y una parte de Historia de la Magia, antes de ver que el cielo ya empieza a oscurecer, así que recojo todo y cuando estoy apunto de pararme, escucho un crujir a mis espaldas. Volteo lentamente, esperando que no sea ningún Dementor o algún animal exótico de Hagrid que ayea escapado. Pero mi sorpresa es grata, cuando me encuentro con unos ojos verdes observándome desde lo lejos. Es Black. Sonrió y trato de caminar a el, pero este me gruñe y retrocede. 

- Vamos Black. Seguro tienes abre, ven- Camino lentamente, pero este vuelve a gruñir y lanza ladridos en mi dirección. Trago saliva, y me quedo paralizada. Retrocedo lentamente, acomodando unos cabellos sueltos tras mi oreja. Black vuelve a ladrar me, y yo me regreso por donde llegue. Cuando ya estoy saliendo del bosque prohibido, escucho una vos... seca y cansada, áspera y rasposa que produce un escalofrió en mi.

- Eres igual a ella

Volteo, y me encuentro con Sirius Black sosteniéndose de un árbol. Su aspecto es horrible, tiene el uniforme de Azkaban rasgado con una túnica marrón en el mismo estado, luce tan flaco, que logro verle las costillas, su cabello esta enmarañado y sucio. Sus ojos son grises y cansados, tiene ojeras bajo sus ojos, su piel parece no tener vida por lo pálido y desnutrido que esta. Mi respiracion se acelera al tan solo tenerlo a unos pocos metros de mi, pero algo en mi me dice que no le tema, que el no me ara nada, que lo tome como algo normal. 

- No le digas a nadie que me viste... - Y desaparece tras los arboles como una sombra. Me quedo donde estoy por varios minutos, todavía en shock por lo que acaba de pasar. Me ha dicho que soy igual a ella. ¿Pero, quien es ella? ¿De donde salio el? ¿Porque no estoy corriendo en busca de un profesor a decirle que eh visto a Sirius Black? 

Sin darme cuenta, estoy caminando hasta la Sala Común de Slytherin. Se me quito el apetito. Entro a mi habitación, y dejo todo en mi cama, me quito el uniforme y me pongo un pantalón de algodón rojo con una camisa blanca manga larga. Me pongo unas medias de algodón para evitar el frió en la noche y tiro las cosas al suelo para acostarme en mi cama. No puedo creer que ayea visto a Sirius Black y yo aun así no le ayea dicho a nadie. 

*****

Al día siguiente, ya había olvidado por completo el asusto del partido. Mañana se llevaría a cabo y no se harían mas cambios, según la profesora Hooch. En la mañana a la hora del desayuno, me había sentado con los chicos en la mesa de Slytherin, pero en ningun momento les dirigí la palabra. Todavía no podía creer lo que paso ayer. Durante toda la noche soñé con esos ojos grises mirándome fijamente y diciendo: ¨Eres igual a ella¨ ¿A quien se refería? ¿porque no me hiso nada? ¿Porque no hice nada? Las chicas en de la habitación me contaron que durante toda la noche no paraba de moverme, y durante pocos segundos, les vi preocupación en sus ojos. Luego de las clases de Historia de la magia y Ciencias Muggle, tocaba Defensa Contra las Artes Oscuras. Por fin algo que lograra despejar mi mente. 

Fuera del salón, se encontraba una fila con estudiantes de toda las casas. Por un momento me extrañe, pero luego me acorde que una ves a la semana, las casas se unían en DCAO para convivir un poco mas y avanzar por iguales. Cuando dieron las 11:25, las puertas se abrieron dejando que todos entráramos. Cuando apenas había pasado el marco de la puerta, una pared de personas había parado mi caminar. Tratando de mirar por arriba de sus hombros, me encuentro a mi padre sentado en el escritorio del profesor Lupin. 

- Todos tomen asiento- Ordena mi padre. Tengo mi boca tan abierta, que puedo asegurar que mi barbilla, esta tocando el suelo.- Eso va también para usted, señorita Snape. 

Cierro mi boca y parpadeo varias veces antes de tomar asiento junto a Ron. Genial, primero Sirius Black y ahora mi padre como profesor de DCAO. Theo y Blaise estaban sentados tras nosotros, y en ningún momento deje de sentir que me observaban. 

- El profesor Lupin no se encuentra bien para darles clase hoy, por lo que me ah pedido el favor de dar la clase yo. Les aviso, que soy estricto con esto y no voy aguantar una sola broma de ustedes. Espero encontrar en esta clase algún estudiante que cubra mis expectativas y....

—Lamento llegar tarde, profesor Lupin. Yo...

Harry tiene la respiracion acelerada cuando entra al salón. Demonios Harry... Siempre llegas a tiempo, ¿y justo hoy que tenemos a Snape de clase te antojas de llegar tarde?

—La clase ha comenzado hace diez minutos, Potter. Así que creo que descontaremos a Gryffindor diez puntos. Siéntate.

Pero Harry no se movió.

—¿Dónde está el profesor Lupin? —preguntó.

—No se encuentra bien para dar clase hoy —dijo Snape con una sonrisa contrahecha—. Creo que te he dicho que te sientes.

Pero Harry permaneció donde estaba.

—¿Qué le ocurre?

A Snape le brillaron sus ojos negros.

—Nada que ponga en peligro su vida —dijo como si deseara lo contrario—. Cinco puntos menos para Gryffindor y si te tengo que volver a decir que te sientes serán cincuenta.

Harry se fue despacio hacia el puesto frente a mi y a Ron. 

—Como decía antes de que nos interrumpiera Potter, el profesor Lupin no ha dejado ninguna información acerca de los temas que habéis estudiado hasta ahora...

—Hemos estudiado los boggarts, los gorros rojos, los kappas y los 119 grindylows —informó Hermione rápidamente—, y estábamos a punto de comenzar...

- ¿La haz visto llegar?- Le susurro Ron a Harry cuando Hermione había respondido. Harry negó con la cabeza.

—Cállate —dijo Snape fríamente—. No te he preguntado. Sólo comentaba la falta de organización del profesor Lupin

— Disculpe señor, pero que usted sea el profesor aquí, no le da el derecho de mandar a callar a los estudiantes como le de la gana. Y respecto al profesor Lupin, le puedo asegurar que es el mejor profesor que hemos tenido.

El salón completo se quedo callado cuando le respondía a mi padre. Hermione que estaba un puesto mas aya del mio, me sonrió tímidamente antes de regresar la mirada a mi padre. Este me miraba con la boca abierta y con ojos furiosos. Esta es una manera de vengarme por dejar que Malfoy y el resto del equipo de Slytherin se salgan con la suya. 

—Son fáciles de complacer. Lupin apenas les exige esfuerzo... Yo daría por hecho que los de primer curso son ya capaces de manejarse con los gorros rojos y los grindylows . Hoy veremos..

— Los hombres lobos— Susurre para mi cuando mi vista se dirigió a la pagina abierta de Ron. 

—Pero profesor —dijo Hermione, que parecía incapaz de contenerse—, todavía no podemos llegar a los hombres lobo. Está previsto comenzar con los hinkypunks...

—Señorita Granger —dijo Snape con voz calmada—, creía que era yo y no tú quien daba la clase. Ahora, abrid todos el libro por la página 394.—Miró a la clase—: Todos. Ya.  Y si me vuelve a corregir mi forma de expresarme, Señorita Snape, me veré en la obligación de castigarle.

— ¿Porque un castigo y no me baja puntos? Apuesto que si fuera de Gryffindor, ya tuviera 100 puntos menos.— Sonreí al ver su expresión y la de los demás. En especial la de todos los Slytherin

— Dela...— Susurro a mi lado Ron. Lo mire y el negó con la cabeza pidiendo que parara

— Limpiara todo el salón de DCAO, mas el de pociones y todo lo que ayea en el.  Sin magia— Me apunto con su varita. Sabia que había llegado un poco lejos al mencionar Gryffindor, pero era la verdad. — Pagina 394

—¿Quién de vosotros puede decirme cómo podemos distinguir entre el hombre lobo y el lobo auténtico?—Prosiguió mi padre luego de abrir mi libro. 

Todos en el salón se quedaron en silencio. Excepto Hermione, quien tenia la mano levantada como de costumbre. 

—¿Nadie? —preguntó Mi padre, sin prestar atención a Hermione. La sonrisa contrahecha  había vuelto a su rostro—. ¿Es que el profesor Lupin no les ha enseñado ni siquiera la distinción básica entre...?

—Ya se lo hemos dicho —dijo de repente Parvati—. No hemos llegado a los hombres lobo. Estamos todavía por...

—¡Silencio! —gruñó Snape—. Bueno, bueno, bueno... Nunca creí que encontraría una clase de tercero que ni siquiera fuera capaz de reconocer a un hombre lobo. Me encargaré de informar al profesor Dumbledore de lo atrasados que estáis todos...

—Por favor, profesor —dijo Hermione, que seguía con la mano levantada—. El hombre lobo difiere del verdadero lobo en varios detalles: el hocico del hombre lobo...

—Es la segunda vez que hablas sin que te corresponda, señorita Granger —dijo Snape con frialdad—. Cinco puntos menos para Gryffindor por ser una sabelotodo insufrible.

—¡Pero ella estaba pidiendo la palabra! ¡50 puntos menos al profesor gruñón que no deja que una estudiante responda la pregunta que acaba de hacer!

—¡SUFICIENTE!—El grito de me padre hizo sobresaltarme en mi puesto. Al igual que los demás. Todos en el salón me observaron con los ojos bien abiertos, la mayoría sabia que siempre intentaba defender a los demás de las injusticias de mi padre, pero hoy me había pasado. Todos estaban claros en eso— ¡Recoge tus cosas y sal inmediatamente de mi salón! Vuelve cuando la clase ayea terminado y cumple con tu castigo. ¡Y ten pos seguro que dejando de lado ser tu profesor, también soy tu padre y puedo darme mas castigos que estos! 

Mi respiracion se corto cuando menciono eso ultimo. Sin duda me había pasado de la raya. Papá nunca mencionaba ser mi padre delante de la clase. Siempre me trataba como una estudiante mas. Pero hoy, no fue así. Recogi mis cosas de la mesa y las tire dentro de mi bolso. Trague saliva fuertemente cuando me pare de mi puesto y mi padre se paro frente a mi. Su mano se estiro en mi dirección y mi mundo se paro.

— La varita. Ahora mismo

Todos en en salón aguantaron la respiracion ante las palabras de mi padre. Me balance de un pie a otro cuando no quito la mano. Mire a todos en el salón, encontrándome con miradas de asombro y unos ojos burlones de Malfoy. Metí la mano en mi túnica y saque la varita, mi padre no me dio tiempo de terminar de sacarla cuando me la arrebato de la mano. 

— Puedo asegurarte que estas castigada por el resto del año. Vete y no vuelvas hasta que termina la clase. Largo

Antes de salir del salón, mi mirada se encontró con la de Blaise quien transmitía pura preocupación. Cerré las puertas de un puertazo cuando salí del salón, escuchando del otro lado como mi padre gritaba mi nombre. Pero ya no me importaba. Mi padre siempre es cruel con los demás estudiantes, excepto con los de Slytherin, y que le bajaran puntos a Hermione solo por responder lo que el pregunto provocaba una explosion en mi interior. 

No tenia mi varita. No la tenia. Eso para un mago, es el peor castigo que le pueden hacer.

Pero eso mismo me lo busca yo. por bocona. ¡Agh! Camine por los pasillos desiertos de estudiantes por la excepción de uno que otro de sexto y septimo año que se encontraban besuquean doce por los pasillos o haciéndose bromas entre ellos. Alex estaba entre los bromistas.

— ¡Hey, Dela!—grito Alex al verme. Con el estaban Parker Diamonds, Louis Jhonson y la novia de Parker, Felicite Travers. 

— Hola, Alex—Le respondí el saludo. Pase por su lado y seguí caminando hacia un lugar desconocido. Como mínimo quedaba hora y media para que termine la clase. Pero una mano en mi brazo me inpide seguir caminando.

—¿Sucede algo, Dela?—Pregunta Alex. Los chicos tras el, me observan curiosos.

— Sucede de todo Alex. Sucede, que oficialmente, detesto a mi padre. 

Felicite se para de las piernas de Parker y se va con unas chicas que la llamaban, dejándome a mi con tres chicos partidos de la risa por mi comentario.

—¿Que hiciste ahora, niña?—Pregunta Louis entre risas

— Me tengo que ir—Dije volviendo a caminar, pero la mano de Alex nunca me soltó— Alex, en serio. No quiero hablar, ¿Vale? Te cuento despues

El me deja ir se pone hablar con los chicos. Yo camino mas aya de los pasillos y cuando llego a las puertas traseras del castillo dando a la cabaña de Hagrid, decido regresar. Por suerte, no me encuentro con nadie, mas que Pevens haciendo una travesura en las puertas de los pasillos, este me saluda de manera amable y sigue haciendo lo suyo. Una de las ventajas de crecer en el castillo, es que te da cierta confianza con todos en el. Incluyendo a Pevens, quien se la pasaba haciéndome bromas desde pequeña, ahora que eh crecido simplemente me ve como una hermana o parte de su familia. No como una estudiante mas que puede hacerle bromas- Claro que todavía me las hace- Pero siempre manteniendo cierto margen.

Llego hasta las afueras del salón de DCAO, y las puertas de este están entre abiertas. Genial. 

Abrí mas las puertas y me encontre con un salón completamente vació, mas que con la presencia de mi padre recostado en su escritorio y con los brazos cruzados sobre su pecho. El se endereza en su lugar cuando entro completamente al salón. Yo trago saliva recordándome mentalmente que todo lo que hice valió la pena. 

— Tremendo espectáculo el que haz dado hoy, Delaisa— Sisea el

Ah dicho mi nombre completo. Estoy en graves, graves problemas