Si todo fuera como antes

Había llegado media hora antes de lo acordado pero en casa mi padre ya no me soportaba, aun no entiendo como nuestra relación había empeorado tanto desde la muerte de mi madre; como la extraño, a ella y su odio en contra del fútbol americano, cada vez que me veía salir hacia las prácticas me decía “Un día de estos terminaras en el hospital y en cuanto te den alta estarás castigado hasta los 60” yo simplemente le daba un beso en la mejilla y me iba.

— ¡Jake!— gritó Tom, mi mejor amigo. Había olvidado que era parte del comité de organización del baile.
— ¡Amigo!, ¿Cómo va todo? —le dije correspondiendo al abrazo. Hace tiempo que no hablaba con Tom, nos dejamos de hablar porque yo entré al equipo de fútbol americano y una de las “reglas” dentro de los jugadores es seguir al capitán o te harán la vida imposible, gracias a esa estúpida regla tuve que dejar de ver a mi amigo e ir a fiesta que nos invitarán, cosa que no le agradó mucho a mi padre pero prefiero a que él se enoje, a ser humillado.   
—Bien, aquí terminando con los detalles, ¿y, tu?, ¿Qué haces tan temprano? ¿Vienes a ayudar a tu amigo?
—Pues, problemas en casa, lo típico— dije, el solo bufó.
—No te volveré a repetir lo de siempre— dijo dándose vuelta para irse, pero lo detuve tomándolo del brazo.
—Lo sé y no es necesario. Último día,  última fiesta, no más perro faldero. Estemos juntos, como en los viejos tiempos— mencioné pasándole el brazo por los hombros, hoy nadie me detendrá por ser yo y hacer lo que se me da la gana.
—Entonces, ¿Por qué no cumplimos nuestra meta de hace unos años? — preguntó
— ¿Cuál meta?
—Sofía y Laura las chicas más lindas de segundo año —dijo reímos juntos. Hace unos años estábamos colados por estás chicas pero nunca nos atrevimos a hablarles, pero por lo que he visto sé que él ya se ha empezado a relacionar con ella.
—Pero tú ya eres su amigo, me vas ganando, viejo— me dio un golpe suave riendo.
— ¡Hey!, ¿Cómo sabes tú?
—Que no hable contigo seguido no significa que no te tengo en la mira— reímos juntos.
— ¡Tom a trabajar e invita a tu amiguito! — gritó una de las encargadas.
—Ya escuchaste amigo, el deber nos llama— me dijo.
—O no, tú deber
— ¡Que se apuren, no me hago más joven!
— ¡Vamos, jefa! — gritamos a coro, corriendo hacia el trabajo.
Ya era la hora, nuestros compañeros poco a poco iban llegando y toda ya estaba en su lugar. Me arrepiento de haber llegado temprano me pusieron a poner globos y la mayoría se me reventaron y tuve que gastar lo poco y nada de dinero que tenía en reponer los globos.
 Estaba sentado con Tom en una de las mesas cuando me pega en las costillas apuntando con el dedo hacia la entrada y ahí estaban nuestras chicas favoritas.

—Mierda— susurré
— ¿Qué pasa hermano? — dijo desviando su mirada hacia mí, ya que seguía viendo a Laura.
—Mira la puerta— ahí se encontraban el equipo de fútbol todos menos yo.
—Creo que te buscan— fue lo único que mencionó.
—Se supone que nos íbamos a encontrar detrás del gimnasio.
— ¿Por qué no fuiste?
—No quería ir— le respondí sin importancia —prefiero estar con mi único amigo.
—Alguien va estar en problemas esta noche.
—Será como todas, qué más da; es la última fiesta, el último día, ya no me importan ellos. Iré a una universidad lejos de todos y todas—dirigí mi vista a Sofía y después al piso. Ya no me importa, no la merezco. Después de todo me he comportado como un idiota. Todo ha ido de mal a peor.
— ¡Hey! pero aun tienes posibilidades— dijo tratando de animarme mi amigo.
— ¿De qué hablas? — dije tratando de mostrar inocencia, no quiero que salga  a la luz que sigo enamorado de ella, porque sé que terminará convenciéndome de que vaya y luche sin importar que vayamos a una universidad distinta.
—A mí no me engañas, te conozco tanto como tú me conoces, dime amigo mío, ¿Por qué esconder tu amor?
—Simplemente porque me odia.
— ¿Cómo lo sabes? —
—Me he comportado, he defraudado a gente que quería, cambie mucho. Ella se merece a alguien mejor no ha una basura como yo.
—Yo creo…—fue interrumpido por la llegada de Jake y el resto del equipo de fútbol.
— ¿Dónde te metiste? —preguntó Jake.
—Solo me adelante—le respondí sin darle importancia.
—Creí que te habían quedado claras las reglas el primer día—dijo con voz maliciosa. Oh no, genial me gané una golpiza — ¿porque tú y tu amiguito nos acompañan?, hay algo que tenemos que mostrarles.
—No te preocupes, voy yo. Tom está ocupado con la organización del baile— yo solo me había ganado los golpes y no iba a arrastrar a Tom a esto —Nos vemos luego amigo— le dijo a mi amigo y luego seguí al grupo de idiotas. Debí haberme salido en cuánto pude pero estaba cegado.

 Hace unos días vi a un hombre tendría unos 30 años se encontraba llorando en una plaza, yo iba pasando por ahí para ir a mi auto, el señor no me vio pero decía “¡Cuánto me arrepiento de haberme alejado de mi padre!, ahora que se fue no tengo nada. Debí haberle hecho caso a él, no mejor no a él, a todo el mundo. Ahora me he quedado solo y lleno de problemas” en verdad todo esto lo decía susurrando pero iba pasando tan cerca y el silencio de la plaza, ayudaba a poder escuchar. El hombre se paró y empezó a caminar, yo me había quedado estático, el hombre seguía caminando y en una esquina alguien vestido de negro salió de la nada, lo único que podía escuchar era los gritó de súplica de aquel hombre que hace un rato lloraba, hubo un silencio y después de escucho un disparo, el individuo salió corriendo mientras el otro hombre caía; todo pasó muy rápido de un momento a otro todo ya estaba lleno de policías y ambulancias, cuando se estaban llevando el cuerpo reaccioné pero no veía aquel hombre, me veía a mí en unos años más, y ahí fue cuando caí en cuenta de todo lo mal que he estado haciendo.

— ¡Auch! —fue lo único que pude decir iba tan concentrado en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que habíamos llegado a un lugar oscuro no muy lejano a la fiesta.
—Esto te pasa— golpe en la cara —por hacernos— golpe en el abdomen —esperarte— caí al piso. Me dieron unos golpes más en grupo, cuando se aburrieron se fueron; mientras se marchaban algunos se giraban y decían perdón con los labios. Los comprendo, te pueden arruinar la vida si te opones a las órdenes de Jake.
 Me quedé un rato ahí, tendido en el piso tratando de regularizar la respiración.  De a poco me senté y me apoyé en el muro, tenía claro que merecía un par de golpes pero no por haber ignorado las ordenes, si no por haberme transformado en un bastardo, por haber dejado solo a Tom, por haber defraudado a mi padre.