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problemas mentales { n.c.
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Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Re: problemas mentales { n.c.
En verdad tu capitulo te quedo espectacular.
No es para nada aburrido.
Por otra parte comprendemos que a veces no llegue las ideas pero en este capitulo se nota que las ideas llegaron y se plasmaron para dejar un hermoso capitulo !!!
Besos esperare el proximo capitulo !!
No es para nada aburrido.
Por otra parte comprendemos que a veces no llegue las ideas pero en este capitulo se nota que las ideas llegaron y se plasmaron para dejar un hermoso capitulo !!!
Besos esperare el proximo capitulo !!
Invitado
Invitado
Re: problemas mentales { n.c.
chelsy escribió:En verdad tu capitulo te quedo espectacular.
No es para nada aburrido.
Por otra parte comprendemos que a veces no llegue las ideas pero en este capitulo se nota que las ideas llegaron y se plasmaron para dejar un hermoso capitulo !!!
Besos esperare el proximo capitulo !!
hola chels querida, creí que te habías desaparecido, ya me preocupaba xdddd. gracias chels, no sabes cuánto te agradezco que hayas escrito éso, me emociona, srsly. yeah, me quede atorada y bue, al fin me renové o algo así (?). ay, muchas gracias querida. yo espero el capítulo de mi amms y el de las demás chicas, que serán per-fect's. y me pasaste de página, coshi cccc':. cuídate, besos<33333.
Invitado
Invitado
Re: problemas mentales { n.c.
oh mi dios. me has sorprendido con ese capitulo. fue amazing srsly. morí cuando él habló con lucifer. fue tan anormal y tan real al mismo tiempo. ya quiero saber que pasa con las chica. dios mio, hay tanta atracción de niall hacia ella. :) niall drogi okno. le toca a jude, espero atentamente -guat? acabo de escribir atentamente.- su capitulo. <3
darkness.
Re: problemas mentales { n.c.
capítulo 002.
¿You think im crazy?. ♡— América Harrison | Marius Pontmercy.
Se que muchas veces puedo parecer un loco, pero creo que la definición que usan las enfermeras del lugar es maniático. Sé que pude haberme obsesionado tanto con mi mujer, que era demasiado celoso de quien se le acercara; pero simplemente tenía impulsos a cuidarla y que ella era mía y solo mía. Podría decirse que parecía más un guardaespaldas y no un comprometido con confianza. Pero ¡vamos! ¿Quién no quiere matar a su comprometida cuando te dice tranquilamente que quiere terminar contigo para irse con otro? Si no era mía, no era de nadie.
La mate y a los pocos días me encerraron en este maldito lugar. Sueño con ella todas las noches. Como me besaba, tocaba y me hacía sentir único, la sensación de que éramos uno. Pero todo se fue a la culata cuando pronunció esas malditas palabras y fue así cuando se topo con mi navaja, como unas… sesenta veces. Creo que me sentí bien, al fin de cuentas, solo vivía en mi mente.
Siento que tocan mi hombro y por instinto, doy vuelta mi cabeza de repente. Ella está ahí, vestida de amarillo como siempre y una sonrisa esplendida. Esa sonrisa era para mí y solo para mi, nadie más podía tenerla. Si como escucharon ya millones de veces: Solamente mía.
—Debo hablar contigo, Marius—su cara cada vez se transforma en una de picardía y maldición.
— ¿Qué pasa mi amor? Habla y ven conmigo—trato de tenderle mis brazos, pero recuerdo que les tengo enrollados por mi torso.
—Creo…creo que no deberíamos casarnos—hace una pausa, la cual me mata lentamente—.Me enamoré de otra persona...creo que deberíamos buscar nuestra felicidad…separados.
La habitación blanca se había transformado en la habitación de nuestro departamento en Hawái. No tenía las manos atadas a mi cuerpo y mis ojos estaban llenos de lágrimas. El día se estaba repitiendo, como todas las veces que ha pasado por mi mente su muerte. El dolor continúa apuntando mi corazón con una daga, es un dolor que nadie a sentido, pues eso creo yo. Miro mi mano y está allí, la navaja está ahí sonriéndome y diciendo que la utilice tantas veces como sea posible.
Doy vuelta la cara para mirarla. Esta sonriéndome, pero macabramente. Tomo un suspiro grande y tranquilizo mi mente durante unos minutos.
—Hagamos de cuenta que no dijiste eso—sonrío, tratando de mostrar felicidad—.No dijiste nada, vamos a dormir y vamos a ser felices.
— ¿No lo entiendes Marius?—se acerca sonriente—.Yo no soy tuya y nunca lo fui, ya no te amo.
— ¡Dije que te acuestes!—grito bastante fuerte.
Doy unos tres pasos, tratando de alcanzarla. La tomo de los hombros, o eso es lo que trataba, porque la traspaso a los segundos. No la siento y no está a mi lado, se ha ido y ahora está en un sueño profundo, del cual nunca despertara. Mis manos manchadas de sangre y mi corazón partido en millones de pedazos.
—Si no puedo tenerla…—miro su cuerpo casi sin vida—.Nadie la tendrá.
Y clavo la última puñalada. Directo al corazón y su último aliento es lo único que escucharon mis oídos por última vez.
Grito. Sé que lo estoy haciendo, porque soy el único en esta habitación, blanca y totalmente fría. El dolor de mi cabeza incrementa y las imágenes de las veces que he hecho mía a la mujer de mi vida, es demasiado. Grito como si me estuvieran masacrando y creo que, si en este momento pudiera decidir morir o no; respondería que lo hagan de una maldita vez.
La puerta se abre y un doctor me toma de las piernas. Siento que el espacio se achica y el aire me falta. Grito más fuerte y esta vez, viene acompañado de lágrimas. Me muevo lo más que puedo, tratando de escapar del lugar en el cual tiene mis miedos y obsesiones.
— ¡América, ven por favor! ¡Necesito ayuda!—la voz de a quien pude identificar, como el doctor White, resuena por el espacio que cada vez es más y más pequeño.
El dolor para, en tan solo dos segundos. La habitación ya no se mueve y yo no estoy gritando, si no que sonriendo. La admiro, se que suena raro, pero es uno de los días más felices de mi vida. Sus ojos me miran, se que está ahí y que podemos volver a estar juntos. Su cabello está suelto y danza, como el carbón que prende llamas. Tengo miedo, miedo de perderla nuevamente. Sus manos me tocan la cara, la acaricia y me hace sentir vivo nuevamente. Esta aquí, sabía que volvería por mi y que no me dejaría solo. Era, es y siempre será mía.
—Por favor, Doctor White—lo mira— ¿Puede dejarme a solas con mi paciente?
El doctor la mira y luego me observa a mí. No me tiene confianza y lo sé, le he hecho pasar demasiadas cosas a lo largo de estos ¿años? ¿Meses? ¿Días? Ya ni sé en qué año estamos, en esa habitación estoy aislado de, totalmente, todo.
—Claro, señorita Harrison—me observa—estaré afuera esperando.
El doctor traspasa la puerta sin más. Un peso sale de mi cuerpo y me siento bien, perfectamente bien. La chica me toma de los hombros y me sienta en la pequeña cama de color blanco. Me limpia los restos de lágrimas y sonríe, me está sonriendo y eso me hace sentir bien. Habla como los ángeles, sé que es perfecta y que siempre va a ser mía.
— ¿Quieres ir a un grupo, Marius?—esta agachada a mi altura y me observa detenidamente.
— ¿Cómo te llamas?—las palabras salen de mi boca rápidamente.
—Mi nombre es América Harrison y seré tu nueva enfermera.
Esta es la pregunta que ronda mi cabeza ahora: ¿Ella piensa que estoy loco? Puede que sí, pero locamente enamorado de ella.
La mate y a los pocos días me encerraron en este maldito lugar. Sueño con ella todas las noches. Como me besaba, tocaba y me hacía sentir único, la sensación de que éramos uno. Pero todo se fue a la culata cuando pronunció esas malditas palabras y fue así cuando se topo con mi navaja, como unas… sesenta veces. Creo que me sentí bien, al fin de cuentas, solo vivía en mi mente.
Siento que tocan mi hombro y por instinto, doy vuelta mi cabeza de repente. Ella está ahí, vestida de amarillo como siempre y una sonrisa esplendida. Esa sonrisa era para mí y solo para mi, nadie más podía tenerla. Si como escucharon ya millones de veces: Solamente mía.
—Debo hablar contigo, Marius—su cara cada vez se transforma en una de picardía y maldición.
— ¿Qué pasa mi amor? Habla y ven conmigo—trato de tenderle mis brazos, pero recuerdo que les tengo enrollados por mi torso.
—Creo…creo que no deberíamos casarnos—hace una pausa, la cual me mata lentamente—.Me enamoré de otra persona...creo que deberíamos buscar nuestra felicidad…separados.
La habitación blanca se había transformado en la habitación de nuestro departamento en Hawái. No tenía las manos atadas a mi cuerpo y mis ojos estaban llenos de lágrimas. El día se estaba repitiendo, como todas las veces que ha pasado por mi mente su muerte. El dolor continúa apuntando mi corazón con una daga, es un dolor que nadie a sentido, pues eso creo yo. Miro mi mano y está allí, la navaja está ahí sonriéndome y diciendo que la utilice tantas veces como sea posible.
Doy vuelta la cara para mirarla. Esta sonriéndome, pero macabramente. Tomo un suspiro grande y tranquilizo mi mente durante unos minutos.
—Hagamos de cuenta que no dijiste eso—sonrío, tratando de mostrar felicidad—.No dijiste nada, vamos a dormir y vamos a ser felices.
— ¿No lo entiendes Marius?—se acerca sonriente—.Yo no soy tuya y nunca lo fui, ya no te amo.
— ¡Dije que te acuestes!—grito bastante fuerte.
Doy unos tres pasos, tratando de alcanzarla. La tomo de los hombros, o eso es lo que trataba, porque la traspaso a los segundos. No la siento y no está a mi lado, se ha ido y ahora está en un sueño profundo, del cual nunca despertara. Mis manos manchadas de sangre y mi corazón partido en millones de pedazos.
—Si no puedo tenerla…—miro su cuerpo casi sin vida—.Nadie la tendrá.
Y clavo la última puñalada. Directo al corazón y su último aliento es lo único que escucharon mis oídos por última vez.
***
Grito. Sé que lo estoy haciendo, porque soy el único en esta habitación, blanca y totalmente fría. El dolor de mi cabeza incrementa y las imágenes de las veces que he hecho mía a la mujer de mi vida, es demasiado. Grito como si me estuvieran masacrando y creo que, si en este momento pudiera decidir morir o no; respondería que lo hagan de una maldita vez.
La puerta se abre y un doctor me toma de las piernas. Siento que el espacio se achica y el aire me falta. Grito más fuerte y esta vez, viene acompañado de lágrimas. Me muevo lo más que puedo, tratando de escapar del lugar en el cual tiene mis miedos y obsesiones.
— ¡América, ven por favor! ¡Necesito ayuda!—la voz de a quien pude identificar, como el doctor White, resuena por el espacio que cada vez es más y más pequeño.
El dolor para, en tan solo dos segundos. La habitación ya no se mueve y yo no estoy gritando, si no que sonriendo. La admiro, se que suena raro, pero es uno de los días más felices de mi vida. Sus ojos me miran, se que está ahí y que podemos volver a estar juntos. Su cabello está suelto y danza, como el carbón que prende llamas. Tengo miedo, miedo de perderla nuevamente. Sus manos me tocan la cara, la acaricia y me hace sentir vivo nuevamente. Esta aquí, sabía que volvería por mi y que no me dejaría solo. Era, es y siempre será mía.
—Por favor, Doctor White—lo mira— ¿Puede dejarme a solas con mi paciente?
El doctor la mira y luego me observa a mí. No me tiene confianza y lo sé, le he hecho pasar demasiadas cosas a lo largo de estos ¿años? ¿Meses? ¿Días? Ya ni sé en qué año estamos, en esa habitación estoy aislado de, totalmente, todo.
—Claro, señorita Harrison—me observa—estaré afuera esperando.
El doctor traspasa la puerta sin más. Un peso sale de mi cuerpo y me siento bien, perfectamente bien. La chica me toma de los hombros y me sienta en la pequeña cama de color blanco. Me limpia los restos de lágrimas y sonríe, me está sonriendo y eso me hace sentir bien. Habla como los ángeles, sé que es perfecta y que siempre va a ser mía.
— ¿Quieres ir a un grupo, Marius?—esta agachada a mi altura y me observa detenidamente.
— ¿Cómo te llamas?—las palabras salen de mi boca rápidamente.
—Mi nombre es América Harrison y seré tu nueva enfermera.
Esta es la pregunta que ronda mi cabeza ahora: ¿Ella piensa que estoy loco? Puede que sí, pero locamente enamorado de ella.
- Abranme:
- pss lo hice ahora, bc estaba aburrida. Le di millones de vueltas y aquí están, las dos paginas y dos renglones de word que hice ah. Puede que no sea tan bueno como el de my Lottie, pero algo quedó ah. soo that espero el siguiente capítulo y espero que les guste, besitos y las amo, bye.
holmes.
Re: problemas mentales { n.c.
Islandia ame tu capitulo, es tan asdfghjklñ idk
Vee que puedo decir es perfecto es muy asdfghjklñ que jdaslfhladsfjhaljfldjfh
Vee que puedo decir es perfecto es muy asdfghjklñ que jdaslfhladsfjhaljfldjfh
wasteland
Re: problemas mentales { n.c.
ay dios, mi amms; he amado el capítulo. no me pareció aburrido, todo lo contrario. fue excelente, asdlksfs. me sorprendió que marius haya matado a su ex; aunque mi nialler también lo hizo, so... xdddd. lo amé todo todito (?). marius y niall se encontrarán, y las chicas también, asjkdsf. so, espero el de cope ansiosa. gracias por sus comentarios chicas, los amé completamente*-*. bai hermosuras<3333.
Invitado
Invitado
Re: problemas mentales { n.c.
Amé los dos capítulos, simplemente hermosos. Ya quiero ver cuando se vuelvan locos por las chicas. Pobre Niall, los demonios lo acosan y pobre Marius, sus recuerdos lo atormentan
Pevensie
Re: problemas mentales { n.c.
capítulo 003.
Do you think I'm crazy?♡— Violet | Tate.
Estaba sentado en el rincón de mi “habitación” era como todos lo llamaban, pero yo sabía que era una celda, la camisa de fuerza apretaba mis músculos, haciéndome sentir irritado, la luz de luna entraba por los barrotes empapándome el rostro con su luz, podía escuchar los gritos de Niall y Marius, pero no sentía nada, absolutamente nada, no tenía miedo, no me sentía triste, no tenía las reacciones normales de cualquier otra persona en mi situación, “tal vez es porque no eres una persona” la voz que habitaba en mi cabeza repetía. Tenía razón. Yo no era una persona, era un monstro, un chico que había matado a quince personas de su colegio. No era una buena persona, pero no estaba loco.
El tiempo pasó y me quede dormido en el rincón, no me había molestado en ir a la cama, era dura y fría, en mi opinión el suelo era la mejor opción, por lo que cuando desperté sentía el cuello a dolorido, quería sobarlo, pero la camisa me lo impedía.
No tenía la menor idea de porque la usaba, se supone que eso solo se los ponían a los pacientes con miedo a que se lastimaran ellos mismos. No era mi caso. Tal vez era porque me tenían miedo, deberían.
Pasaron unos momentos cuando los gritos de mis compañeros cesaron, eso me daba a entender que las enfermeras al fin iban a hacer su trabajo, después de años se habían decidido venir a ayudar a los pobres enfermos.
Como siempre fui el último en pasar a revisar, había algo diferente esta ocasión, la voz gruñona de la enfermera eterna estaba regañando a otra persona, algo había hecho mal, de eso estoy seguro y sin embargo la otra persona no respondía, mínimo no como lo habría hecho él. Entonces entraron.
Greta, una enfermera gorda y vieja, con una mueca de enojo permanente entro primero, tapando de vista a quien sea que estuviese detrás de ella.
— Langdon ¿Cómo amaneciste esta mañana? — preguntó la señora con brusquedad.
— ¿Viene a quitarme la camisa o a conversar de su falta de sexo? — conteste yo con mi usual insolencia, una risa se escuchó a su espalda, una risa que debo admitir, fue el sonido más hermoso que he escuchado.
— ¿Y tú de que te ríes? — se volteó aun sin dejarme ver a quien le hablaba, la risa paro y yo me sentí enojado con esa mujer. — pensaba en quitarte la camisa y llevarte a desayunar, ahora te quedaras aquí.
Greta y la desconocida salieron por la puerta encerrándome y volviendo a dejarme solo.
Pasó una buena cantidad de tiempo y mi estómago comenzó a hacer ruidos, cuando Greta dijo que no desayunaría, pensé que alguien vendría a darme de comer, pero no fue así, me levante del suelo y camine de la puerta al rincón, eso era lo único que podía hacer. Unos pequeños y ligeros pasos se escucharon en el pasillo, seguí el ritmo de los pasos, se acercaban, pararon súbitamente en frente de mi puerta y esta se abrió, revelando a una pequeña joven rubia, la cual cargaba un conjunto de llaves en una mano y un plato de comida con cubiertos en la otra.
— ¿Tate Langdon verdad? — pregunto dubitativa.
— Depende quien pregunte — la volteé a ver, era mucho más joven y mucho más bonita, tan frágil y pequeña.
— Violet, Violet Harmon, digamos que soy nueva en este lugar — apoyo el plato con comida en la cama e intento quitarme la camisa.
— ¿Es difícil?
— ¿La camisa? Si, pensé que era más sencillo ¿no importa que te de comer yo?
— Supongo que no — dije. Me senté en la cama haciendo espacio para ella.
— Es cereal con leche, fruta y jugo, sopa de tomate y una carne, con una botella de agua.
— ¿Planeas alimentar a todos los locos? — le dije sonriendo
— No, pero escuche a Greta decir que no te va a dejar salir hasta mañana. Comenzó a darme de comer como si fuera un bebé que necesita cuidados, limpiándome cada vez que me manchaba y haciéndome sentir cosas en el estómago que nunca había sentido. Y ahí estaba yo, siendo alimentado por la chica más hermosa que mis ojos jamás habían visto, mirando sus profundos, grandes y extraños ojos.
— ¿No creer que sería mejor que me quites la camisa? — no quería que me tocara, no quería que me hiciera cosas en el estómago, yo quería hacerlo y sentir su piel de porcelana.
— Claro lo intentare una vez más — se sonrojo ligera y rápidamente. Esta vez tuvo éxito al remover los cinturones y yo me agite y estire los brazos.
— Gracias. — Comencé a comer solo la comida que ella me había dado — ¿Por qué te regañaba Greta en la mañana?
— Nada importante, solo un descuido mío, mejor cuéntame cómo llegaste aquí. — su pregunta me puso tenso
— ¿Qué es lo que sabes?
— No mucho, solo de un incidente en la escuela y la etiqueta de psicópata en la puerta — comento encogiéndose de hombros.
— Pues es eso. ¬— unos pasos se escucharon a lo lejos y Violet se quedó muy tiesa.
— Disculpa me tengo que ir, regresare con tu cena, te tengo que poner la camisa, ya sabes, para que no se enojen. — comenzó a ponerme la camisa rosando mi piel con sus dedos ligeramente y causándome escalofríos.
Como lo prometió se marchó, llevando los trastos sucios y dejándome solo, la camisa estaba menos apretada, cosa que agradecí.
De un momento a otro me encontraba durmiendo, soñando con su hermosa sonrisa, sus perfectos ojos y su piel porcelana, la deseaba, la deseaba tanto. Mi hermoso sueño pronto fue convertido en pesadilla, la sangre escurría por todos lados, los gritos me rodeaban, cada parte de mí se encontraba alerta, más mi cara estaba inmutable, podía sentir el miedo que ahí reinaba. Me encantaba, podía ver como todos se alejaban de mí, como todos corrían en direcciones opuestas, todo era caos, esboce una sonrisa, dispare un par de veces más y vi como los cuerpos caían.
Nunca lo hubieran sospechado de mí, nunca hubieran pensado que Tate, el chico que leía libros de pájaros, el hijo de una madre alcohólica y un padre ausente, el chico callado, tímido e inteligente que siempre comía solo, pudiera estar haciendo esto y eso era lo que me gustaba, había prendido al actual novio de mi mamá en llamas y no había sentido nada al escuchar el desgarrador grito y el olor a carne quemada.
Fue mi madre la que me dijo que era un monstro, mi madre la que me interno y la única que no se daba cuenta de lo que en realidad pasaba.
Me desperté con una sonrisa de satisfacción que después se convirtió en un llanto silencioso y amargo. Yo no quería ser así, quería ser normal, enamorarme, sentir pasión, remordimiento u otra cosa que me indicara que era un humano, mi muñeca comenzó a picarme, tenía tiempo que no realizaba ningún corte, pero con esta camisa y en este lugar eso era imposible.
Me senté en la cama y observe a mí alrededor. No había nada.
Violet regreso como había prometido con la cena, me volvió a quitar la camisa para poder comer y yo volví a llorar.
— ¿Te encuentras bien?
— ¿Crees que estoy loco?
— Todo depende del punto de vista.
Termine mi cena y ella volvió a colocar la camisa de fuerza, recogió los platos y se marchó, dejándome en la completa oscuridad.
El tiempo pasó y me quede dormido en el rincón, no me había molestado en ir a la cama, era dura y fría, en mi opinión el suelo era la mejor opción, por lo que cuando desperté sentía el cuello a dolorido, quería sobarlo, pero la camisa me lo impedía.
No tenía la menor idea de porque la usaba, se supone que eso solo se los ponían a los pacientes con miedo a que se lastimaran ellos mismos. No era mi caso. Tal vez era porque me tenían miedo, deberían.
Pasaron unos momentos cuando los gritos de mis compañeros cesaron, eso me daba a entender que las enfermeras al fin iban a hacer su trabajo, después de años se habían decidido venir a ayudar a los pobres enfermos.
Como siempre fui el último en pasar a revisar, había algo diferente esta ocasión, la voz gruñona de la enfermera eterna estaba regañando a otra persona, algo había hecho mal, de eso estoy seguro y sin embargo la otra persona no respondía, mínimo no como lo habría hecho él. Entonces entraron.
Greta, una enfermera gorda y vieja, con una mueca de enojo permanente entro primero, tapando de vista a quien sea que estuviese detrás de ella.
— Langdon ¿Cómo amaneciste esta mañana? — preguntó la señora con brusquedad.
— ¿Viene a quitarme la camisa o a conversar de su falta de sexo? — conteste yo con mi usual insolencia, una risa se escuchó a su espalda, una risa que debo admitir, fue el sonido más hermoso que he escuchado.
— ¿Y tú de que te ríes? — se volteó aun sin dejarme ver a quien le hablaba, la risa paro y yo me sentí enojado con esa mujer. — pensaba en quitarte la camisa y llevarte a desayunar, ahora te quedaras aquí.
Greta y la desconocida salieron por la puerta encerrándome y volviendo a dejarme solo.
Pasó una buena cantidad de tiempo y mi estómago comenzó a hacer ruidos, cuando Greta dijo que no desayunaría, pensé que alguien vendría a darme de comer, pero no fue así, me levante del suelo y camine de la puerta al rincón, eso era lo único que podía hacer. Unos pequeños y ligeros pasos se escucharon en el pasillo, seguí el ritmo de los pasos, se acercaban, pararon súbitamente en frente de mi puerta y esta se abrió, revelando a una pequeña joven rubia, la cual cargaba un conjunto de llaves en una mano y un plato de comida con cubiertos en la otra.
— ¿Tate Langdon verdad? — pregunto dubitativa.
— Depende quien pregunte — la volteé a ver, era mucho más joven y mucho más bonita, tan frágil y pequeña.
— Violet, Violet Harmon, digamos que soy nueva en este lugar — apoyo el plato con comida en la cama e intento quitarme la camisa.
— ¿Es difícil?
— ¿La camisa? Si, pensé que era más sencillo ¿no importa que te de comer yo?
— Supongo que no — dije. Me senté en la cama haciendo espacio para ella.
— Es cereal con leche, fruta y jugo, sopa de tomate y una carne, con una botella de agua.
— ¿Planeas alimentar a todos los locos? — le dije sonriendo
— No, pero escuche a Greta decir que no te va a dejar salir hasta mañana. Comenzó a darme de comer como si fuera un bebé que necesita cuidados, limpiándome cada vez que me manchaba y haciéndome sentir cosas en el estómago que nunca había sentido. Y ahí estaba yo, siendo alimentado por la chica más hermosa que mis ojos jamás habían visto, mirando sus profundos, grandes y extraños ojos.
— ¿No creer que sería mejor que me quites la camisa? — no quería que me tocara, no quería que me hiciera cosas en el estómago, yo quería hacerlo y sentir su piel de porcelana.
— Claro lo intentare una vez más — se sonrojo ligera y rápidamente. Esta vez tuvo éxito al remover los cinturones y yo me agite y estire los brazos.
— Gracias. — Comencé a comer solo la comida que ella me había dado — ¿Por qué te regañaba Greta en la mañana?
— Nada importante, solo un descuido mío, mejor cuéntame cómo llegaste aquí. — su pregunta me puso tenso
— ¿Qué es lo que sabes?
— No mucho, solo de un incidente en la escuela y la etiqueta de psicópata en la puerta — comento encogiéndose de hombros.
— Pues es eso. ¬— unos pasos se escucharon a lo lejos y Violet se quedó muy tiesa.
— Disculpa me tengo que ir, regresare con tu cena, te tengo que poner la camisa, ya sabes, para que no se enojen. — comenzó a ponerme la camisa rosando mi piel con sus dedos ligeramente y causándome escalofríos.
Como lo prometió se marchó, llevando los trastos sucios y dejándome solo, la camisa estaba menos apretada, cosa que agradecí.
De un momento a otro me encontraba durmiendo, soñando con su hermosa sonrisa, sus perfectos ojos y su piel porcelana, la deseaba, la deseaba tanto. Mi hermoso sueño pronto fue convertido en pesadilla, la sangre escurría por todos lados, los gritos me rodeaban, cada parte de mí se encontraba alerta, más mi cara estaba inmutable, podía sentir el miedo que ahí reinaba. Me encantaba, podía ver como todos se alejaban de mí, como todos corrían en direcciones opuestas, todo era caos, esboce una sonrisa, dispare un par de veces más y vi como los cuerpos caían.
Nunca lo hubieran sospechado de mí, nunca hubieran pensado que Tate, el chico que leía libros de pájaros, el hijo de una madre alcohólica y un padre ausente, el chico callado, tímido e inteligente que siempre comía solo, pudiera estar haciendo esto y eso era lo que me gustaba, había prendido al actual novio de mi mamá en llamas y no había sentido nada al escuchar el desgarrador grito y el olor a carne quemada.
Fue mi madre la que me dijo que era un monstro, mi madre la que me interno y la única que no se daba cuenta de lo que en realidad pasaba.
Me desperté con una sonrisa de satisfacción que después se convirtió en un llanto silencioso y amargo. Yo no quería ser así, quería ser normal, enamorarme, sentir pasión, remordimiento u otra cosa que me indicara que era un humano, mi muñeca comenzó a picarme, tenía tiempo que no realizaba ningún corte, pero con esta camisa y en este lugar eso era imposible.
Me senté en la cama y observe a mí alrededor. No había nada.
Violet regreso como había prometido con la cena, me volvió a quitar la camisa para poder comer y yo volví a llorar.
— ¿Te encuentras bien?
— ¿Crees que estoy loco?
— Todo depende del punto de vista.
Termine mi cena y ella volvió a colocar la camisa de fuerza, recogió los platos y se marchó, dejándome en la completa oscuridad.
- Spoiler:
- Quedo corto y feo ;-; ya lo se no me lo recuerden, pero quería hacer una introducción a porque esta ahí y como se siente, esop bai
wasteland
Re: problemas mentales { n.c.
opsss aqui mis comentarios comentariosos. jude, oh god, eso fue genial. amé esencialmente la parte en la que dice "fue así cuando se topo con mi navaja, como unas… sesenta veces" jajajaj morí. te lo juro piba.
pinguino me imagino las escenas claramente ya que conozco a los personajes. mi tate y su locura <3. dios pobre incomprendido social. amé tu capitulo, no esta feo. okya —me toca a mi -nervios- so ... me pongo a escribir ya—
pinguino me imagino las escenas claramente ya que conozco a los personajes. mi tate y su locura <3. dios pobre incomprendido social. amé tu capitulo, no esta feo. okya —me toca a mi -nervios- so ... me pongo a escribir ya—
darkness.
Re: problemas mentales { n.c.
He regresado...siento mucho haber desaparecido pero con tantas cosas que han pasado me ha sido imposible entrar y si lo he hecho ha sido muy poco.
En fin les quiero decir que los dos capítulos han estado geniales, son grandes escritoras y me encanta como lo van desatollando el tema de cada situación.
Me encantaron eso es lo importante esperare a la siguiente!!
En fin les quiero decir que los dos capítulos han estado geniales, son grandes escritoras y me encanta como lo van desatollando el tema de cada situación.
Me encantaron eso es lo importante esperare a la siguiente!!
Invitado
Invitado
Re: problemas mentales { n.c.
capítulo 004.
"I'll be there. ¿forever?" ♡— celeste | michael.
Aire, es lo único que necesito. Estar encerrado entre cuatro paredes no es placentero. Por lo general estoy aburrido en estas instalaciones, es mas no entiendo las razones por las que estoy aquí. Todos dicen que veo cosas que no son reales, que debo sacar a esos "amigos" de mi cabeza. Pero en mi opinión ellos están ciegos, son ellos que no ven a las personas que yo veo, ellos solo ven lo que quieren ver.
Mi abuela decía que yo era especial, que tenía la habilidad de ver lo que las personas normales no pueden ver. Eso para mi abuela era un don, un don que me había dado el cielo. Ojala todos pensaran como mi abuela. La gente que me metió aquí piensa que soy un lunático, que me imagino todo lo que veo. ¿Acaso un don del cielo es malo? Yo creo que no, pero la sociedad dice que si.
Hoy me han anunciado que vendrá una nueva especialista para controlar como van mis "problemas mentales". No entiendo qué es lo que ella controlará por que yo estoy completamente sano. Mi ultima especialista dijo que yo tenía algo llamado esquizofrenia, he oído hablar de eso pero no se el significado. Es extraño, nadie me lo ha dicho.
La mujer que me dijo mi supuesto problema se marchó, en palabras sutiles eso le ocurrió. Esa es mi forma de expresar lo que a ella le pasó. Pero si hay que entrar en detalles la palabra exacta es se suicidó. Se supone que yo había hecho algo que a ella la aterró y meses después ella se quitó la vida por miedo. No recuerdo absolutamente haber hecho algo que la asuste. Solo ... que mis amigos me contaron que utilizaron la sangre del perro de la mujer para pintar en sus paredes que me deje en paz. Pero cuando la policía llegó no había nada en la casa. Para mi eso no es terrorífico ¿no?
El hecho es que las cosas que ocurren no son mi culpa, son ellos. Ellos hacen todo. Mis amigos se encargan de meterse en la cabeza de las personas y de todo es me culpan a mi. Por lo que yo sé mi supuesto problema no es contagioso. Así que mi culpa no es.
Escucho que tocan la puerta. Oh, no escuché a nadie tocar mi puerta desde hace un año. Todos entran corriendo para ponerme calmantes o inyectarme líquidos extraños. Por fin gente respetuosa en este planeta.
— Pase. —grito.
Una mujer con ropa que no era del manicomio entra. Hace años que no veo a alguien que no tenga el uniforme. Muchas experiencias nuevas en un día. Espero que vengan mas. Ella es muy linda, de alguna manera me atrae. Ella es joven, tiene un largo cabello castaño que acompaña el largo de su espalda, una boca deseable, rasgos femeninos, un cuerpo normal -no es ni muy delgada, ni robusta- y unos hermosos ojos verdes. Seguido de la mujer que se robaba mis miradas entra Helen, una marmota de cincuenta años que siempre me grita.
— Michael Clifford —la anciana comienza a gritar— te presento a tu nueva especialista Celeste Ryder —en ese momento señala a la presciosura que me cautivó.
— Hola, gusto en conocerlo —dice ella, no noto timidez en su tono. Ella esta segura de con quien trata.
— Espero que el guste dure mucho, no le doy mas de una semana. —dice Helen y comienza a dirigirse a la puerta. — Los dejo solos, para que pueda examinar mejor a su paciente. —antes de desaparecer por la puerta Helen me hace una seña la cual yo traduzco como "ten cuidado".
La puerta se cierra y ambos quedamos solos. Ella se sienta en el suelo, en frente mio. Busca entre sus cosas y encuentra una carpeta, silenciosamente se pone a leer. Supongo que es mi expediente. Se estaba tomando su tiempo, verdaderamente yo tenía necesidad de hablarle, odiaba el silencio. Estaba a punto de hablarle pero alguien se hace presente. Justo él no es el indicado para este momento.
Él era Luke, caratulado como mi peor pesadilla. Él sacaba lo peor de mi, me dejaba completamente enojado, causaba mi descontrol. Él a simple vista era un chico normal, que a cualquier mujer le atraería, digamos que era el prototipo de rubio de ojos celestes. Luego cuando entras a conocerlo mejor te das cuenta de que es un peligro, él es la piedra de tu vida. Por eso no lo quiero cerca, por que yo se que él quiere fastidiarme y sé que lo lograría fácilmente pero en este momento no quiero perder el hilo con mi nueva especialista.
— ¡Hey! —grita Luke pero intento no prestarle atención— Idiota.
Esa es mi táctica de hoy, evitarlo, lo mas posible. Si eso significa obviar el hecho de que él estuviera allí presente lo haría. Mi reto de hoy es durar lo posible sin prestarle atención. Es un reto por que es difícil, rotunda obviedad. Es demasiado trabajo ignorarlo, algo me llama, algo hace que lo mire incluso en los momentos en los que me resisto. Es en contra de mi voluntad, algo que no me puedo resistir y siempre ocurre cuando alguien aparece.
— A ver Michael, ¿Quién es esta nueva presciosura? —sigo sin contestar, esto marcha de maravilla— Oh, no me digas. Intentas no hablarme ... sabes que eso conmigo no funciona. Ya lo has intentado, que yo recuerde tu intento se convirtió en un fracaso, digamos que ya estas acostumbrado al fracaso. Pero amigo ahorremos avergonzarte otra vez.
Lo odio, lo peor de todo es que sabe todo lo que pienso. Según lo que yo entiendo —por lo que me han dicho las personas de aqui— al estar en mi cabeza, yo logro hacer que ellos conozcan mis pensamientos, debilidades, ellos mencionan lo increíble que es que mi propiamente me esta jugando en contra. Mi propia mente crea a estos individuos, llamados Luke, para destruirme. Y no ha peor destrucción que la de uno mismo. Pero ... eso es lo que dicen.
— Si no me lo quieres decir lo averiguaré por mis propios medios. —él comenzó a tocar las carpetas que la especialista había dejado a su lado. Demonios, esta haciendo un desastre—. Con que doctora Celeste Ryder. —me mira profundamente con las cejas alzadas— nuevo material para tu sufrimiento y el de ella.
Al decir eso quedo aterrado. ¿Que piensa hacer? No me preocupo por mi, él puede agredirme pero yo lo veo y puedo detenerlo. Ella es el problema, no tiene mi capacidad y eso haré el trabajo mas duro. Con solo pensar que a ella podría pasarle algo y que sea mi culpa me mataría. Debo detenerlo.
— ¿Que demonios piensas hacer? —susurro. Lo ultimo que quiero es que ella me escuche.
— Ni te lo imaginas.
Luke comienza a agrandarse, su sonrisa se convierte en algo parecido a la de el gato en "Alicia en el país de las maravillas", los dientes en ella se le alargan y se hacen puntiagudos. Sus ojos pasan de azul a negro, el negro no ocupa solo el iris, el ojo entero esta bañado de la oscuridad. Ya no me transmite peligro, esto es miedo. Él se acerca a mi y me examina, lanza una carcajada al aire y se pone a rodearme. Hace círculos a mi alrededor como un tornado, me esta quitando el aire.
— Ce ... les-t —ella me mira y se asusta pero se queda quieta—. Aire
No puedo respirar, me falta el aire. Luke da vueltas cada vez mas rápido y no puedo ver a mi alrededor. Comienza a canturrear "La deseas, es tuya, solo mátala y te amará.". Me estaba destruyendo la mente ¿Hablaba de Celeste? Acabo de conocerla, la miré como si con seguridad Luke me hablara de ella. Luego de segundos la pierdo de vista, el aire se agota, los ojos me lloran y todo se nubla. Ya no veo, no puedo ver nada. Solo se que una punzada en el pecho causa mi agonía, estoy en el suelo retorciéndome. Dos manos me toman de la cabeza y me inmovilizan. Era ella, su delicadeza se hace notar.
Gente comienza a gritar. Ya no eran solo dos manos sinó que eran seis. Ellos siguen gritando, la falta de aire es cada vez mas potente. Estoy dando mis últimos respiros, son erráticos. Ya no siento nada mas que un fuerte pinchazo en el cuello. Un tranquilizante, bastante potente. No siento nada mas. Se que me voy a quedar dormido, así funcionan las cosas. Lo único que quiero saber es que ella no esté preocupada, quiero que ella se quede conmigo, quiero verla al despertar.
— Aguanta Michael, estaré aquí. —hermoso, ella finalmente habla.
Las primeras palabras de la primera sesión que ella dirige hacia mi. Demonios que es buena especialista, estoy tranquilo en este momento. Espero que cumpla con sus palabras, espero que ella siempre esté allí. Tengo la sensación que lo que dijo Luke es verdad, la deseo pero ¿tendré que matarla? Ya siento nada mas, los calmantes hacen efecto, me duermo.
Mi abuela decía que yo era especial, que tenía la habilidad de ver lo que las personas normales no pueden ver. Eso para mi abuela era un don, un don que me había dado el cielo. Ojala todos pensaran como mi abuela. La gente que me metió aquí piensa que soy un lunático, que me imagino todo lo que veo. ¿Acaso un don del cielo es malo? Yo creo que no, pero la sociedad dice que si.
Hoy me han anunciado que vendrá una nueva especialista para controlar como van mis "problemas mentales". No entiendo qué es lo que ella controlará por que yo estoy completamente sano. Mi ultima especialista dijo que yo tenía algo llamado esquizofrenia, he oído hablar de eso pero no se el significado. Es extraño, nadie me lo ha dicho.
La mujer que me dijo mi supuesto problema se marchó, en palabras sutiles eso le ocurrió. Esa es mi forma de expresar lo que a ella le pasó. Pero si hay que entrar en detalles la palabra exacta es se suicidó. Se supone que yo había hecho algo que a ella la aterró y meses después ella se quitó la vida por miedo. No recuerdo absolutamente haber hecho algo que la asuste. Solo ... que mis amigos me contaron que utilizaron la sangre del perro de la mujer para pintar en sus paredes que me deje en paz. Pero cuando la policía llegó no había nada en la casa. Para mi eso no es terrorífico ¿no?
El hecho es que las cosas que ocurren no son mi culpa, son ellos. Ellos hacen todo. Mis amigos se encargan de meterse en la cabeza de las personas y de todo es me culpan a mi. Por lo que yo sé mi supuesto problema no es contagioso. Así que mi culpa no es.
†
Escucho que tocan la puerta. Oh, no escuché a nadie tocar mi puerta desde hace un año. Todos entran corriendo para ponerme calmantes o inyectarme líquidos extraños. Por fin gente respetuosa en este planeta.
— Pase. —grito.
Una mujer con ropa que no era del manicomio entra. Hace años que no veo a alguien que no tenga el uniforme. Muchas experiencias nuevas en un día. Espero que vengan mas. Ella es muy linda, de alguna manera me atrae. Ella es joven, tiene un largo cabello castaño que acompaña el largo de su espalda, una boca deseable, rasgos femeninos, un cuerpo normal -no es ni muy delgada, ni robusta- y unos hermosos ojos verdes. Seguido de la mujer que se robaba mis miradas entra Helen, una marmota de cincuenta años que siempre me grita.
— Michael Clifford —la anciana comienza a gritar— te presento a tu nueva especialista Celeste Ryder —en ese momento señala a la presciosura que me cautivó.
— Hola, gusto en conocerlo —dice ella, no noto timidez en su tono. Ella esta segura de con quien trata.
— Espero que el guste dure mucho, no le doy mas de una semana. —dice Helen y comienza a dirigirse a la puerta. — Los dejo solos, para que pueda examinar mejor a su paciente. —antes de desaparecer por la puerta Helen me hace una seña la cual yo traduzco como "ten cuidado".
La puerta se cierra y ambos quedamos solos. Ella se sienta en el suelo, en frente mio. Busca entre sus cosas y encuentra una carpeta, silenciosamente se pone a leer. Supongo que es mi expediente. Se estaba tomando su tiempo, verdaderamente yo tenía necesidad de hablarle, odiaba el silencio. Estaba a punto de hablarle pero alguien se hace presente. Justo él no es el indicado para este momento.
Él era Luke, caratulado como mi peor pesadilla. Él sacaba lo peor de mi, me dejaba completamente enojado, causaba mi descontrol. Él a simple vista era un chico normal, que a cualquier mujer le atraería, digamos que era el prototipo de rubio de ojos celestes. Luego cuando entras a conocerlo mejor te das cuenta de que es un peligro, él es la piedra de tu vida. Por eso no lo quiero cerca, por que yo se que él quiere fastidiarme y sé que lo lograría fácilmente pero en este momento no quiero perder el hilo con mi nueva especialista.
— ¡Hey! —grita Luke pero intento no prestarle atención— Idiota.
Esa es mi táctica de hoy, evitarlo, lo mas posible. Si eso significa obviar el hecho de que él estuviera allí presente lo haría. Mi reto de hoy es durar lo posible sin prestarle atención. Es un reto por que es difícil, rotunda obviedad. Es demasiado trabajo ignorarlo, algo me llama, algo hace que lo mire incluso en los momentos en los que me resisto. Es en contra de mi voluntad, algo que no me puedo resistir y siempre ocurre cuando alguien aparece.
— A ver Michael, ¿Quién es esta nueva presciosura? —sigo sin contestar, esto marcha de maravilla— Oh, no me digas. Intentas no hablarme ... sabes que eso conmigo no funciona. Ya lo has intentado, que yo recuerde tu intento se convirtió en un fracaso, digamos que ya estas acostumbrado al fracaso. Pero amigo ahorremos avergonzarte otra vez.
Lo odio, lo peor de todo es que sabe todo lo que pienso. Según lo que yo entiendo —por lo que me han dicho las personas de aqui— al estar en mi cabeza, yo logro hacer que ellos conozcan mis pensamientos, debilidades, ellos mencionan lo increíble que es que mi propiamente me esta jugando en contra. Mi propia mente crea a estos individuos, llamados Luke, para destruirme. Y no ha peor destrucción que la de uno mismo. Pero ... eso es lo que dicen.
— Si no me lo quieres decir lo averiguaré por mis propios medios. —él comenzó a tocar las carpetas que la especialista había dejado a su lado. Demonios, esta haciendo un desastre—. Con que doctora Celeste Ryder. —me mira profundamente con las cejas alzadas— nuevo material para tu sufrimiento y el de ella.
Al decir eso quedo aterrado. ¿Que piensa hacer? No me preocupo por mi, él puede agredirme pero yo lo veo y puedo detenerlo. Ella es el problema, no tiene mi capacidad y eso haré el trabajo mas duro. Con solo pensar que a ella podría pasarle algo y que sea mi culpa me mataría. Debo detenerlo.
— ¿Que demonios piensas hacer? —susurro. Lo ultimo que quiero es que ella me escuche.
— Ni te lo imaginas.
Luke comienza a agrandarse, su sonrisa se convierte en algo parecido a la de el gato en "Alicia en el país de las maravillas", los dientes en ella se le alargan y se hacen puntiagudos. Sus ojos pasan de azul a negro, el negro no ocupa solo el iris, el ojo entero esta bañado de la oscuridad. Ya no me transmite peligro, esto es miedo. Él se acerca a mi y me examina, lanza una carcajada al aire y se pone a rodearme. Hace círculos a mi alrededor como un tornado, me esta quitando el aire.
— Ce ... les-t —ella me mira y se asusta pero se queda quieta—. Aire
No puedo respirar, me falta el aire. Luke da vueltas cada vez mas rápido y no puedo ver a mi alrededor. Comienza a canturrear "La deseas, es tuya, solo mátala y te amará.". Me estaba destruyendo la mente ¿Hablaba de Celeste? Acabo de conocerla, la miré como si con seguridad Luke me hablara de ella. Luego de segundos la pierdo de vista, el aire se agota, los ojos me lloran y todo se nubla. Ya no veo, no puedo ver nada. Solo se que una punzada en el pecho causa mi agonía, estoy en el suelo retorciéndome. Dos manos me toman de la cabeza y me inmovilizan. Era ella, su delicadeza se hace notar.
Gente comienza a gritar. Ya no eran solo dos manos sinó que eran seis. Ellos siguen gritando, la falta de aire es cada vez mas potente. Estoy dando mis últimos respiros, son erráticos. Ya no siento nada mas que un fuerte pinchazo en el cuello. Un tranquilizante, bastante potente. No siento nada mas. Se que me voy a quedar dormido, así funcionan las cosas. Lo único que quiero saber es que ella no esté preocupada, quiero que ella se quede conmigo, quiero verla al despertar.
— Aguanta Michael, estaré aquí. —hermoso, ella finalmente habla.
Las primeras palabras de la primera sesión que ella dirige hacia mi. Demonios que es buena especialista, estoy tranquilo en este momento. Espero que cumpla con sus palabras, espero que ella siempre esté allí. Tengo la sensación que lo que dijo Luke es verdad, la deseo pero ¿tendré que matarla? Ya siento nada mas, los calmantes hacen efecto, me duermo.
- AMORES ♡:
- finalmente he aqui el capitulo. lo escribí dos veces, se me había borrado. la maldita cosa decía que estaba guardado. bueno, eso. espero que les guste. a mi personalmente no me gustó pero bueno. es lo que hay en mi mente y no quería hacer tardar mas el capitulo. so ... bye. sigue mar |Holly|
darkness.
Re: problemas mentales { n.c.
DIOS MIO!!!! ME MUERO MUERTA Duduy hiciste un capítulo completamente hermoso ♥ no puedo creer lo hermoso que te quedó, ni yo puedo escribir así ♥ aveces pienso que escriben muy bien todas menos yo ah bueno eso, no sé que más decir. Besitos bye. espero a la siguiente
holmes.
Re: problemas mentales { n.c.
ay por dio'. ¡sus capítulos fueron más que perfectos! dios, es que fue tan emocionante. fascinante y maravilloso a la vez. enserio, me encantaron sus capítulos. no puedo creer que digan que les quedó feo, porque no es así. fue tan hermoso, srsly. bueno, espero el siguiente capítulo. ¡las quiero mis pequeños saltamontes!<33333.
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