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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
O W N :: Archivos :: Canceladas
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~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
Nombre: ~Seducida por un millonario.
Autor: Jeybe Loveme Baby.
Adaptación: Sí.
Género: Romance.{Algo hot.Pero no mucho eh,¡jajaja!}
Advertencias: No.
Otras Páginas: No.
Autor: Jeybe Loveme Baby.
Adaptación: Sí.
Género: Romance.{Algo hot.Pero no mucho eh,¡jajaja!}
Advertencias: No.
Otras Páginas: No.
Invitado
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~Seducida por un millonario.{1}
Empresario se carga a la competencia.
Justin Bieber de nuevo machaca a la competencia. El conocido empresario termina el año con dos adquisiciones más: una pequeña empresa europea de transporte por carretera y una lucrativa línea de ferrocarril en Sudamérica. Con las Industrias Bieber dominando el mercado del transporte, uno se atrevería a pensar que puede permitirse el lujo de ser magnánimo, pero aparentemente no es el caso. Por segundo año consecutivo, Justin Bieber ha sido nombrado el empresario más odiado del país. Como era de esperar, el esquivo multimillonario ha rechazado ser entrevistado para este artículo.
—¡Esto es inaudito! —Lawrence Bieber tiró el periódico sobre la mesa del consejo de administración, furioso.
Justin se echó hacia atrás en la silla, intentando disimular un bostezo.
—¿Querías que diese una entrevista?
—No me refiero a eso y tú lo sabes.
—¿Entonces? —le preguntó Justin, mirando a su tío y a los demás miembros del consejo—. ¿Estamos ganando demasiado dinero? ¿Los inversores no están contentos?
—La cuestión es que la prensa te odia —replicó Lawrence—. Has comprado un camping de caravanas y echaste a los residentes, la mayoría de ellos personas mayores o sin medios económicos.
—El camping estaba al lado de una de nuestras nuevas instalaciones, necesitaba esa parcela para ampliarlas. Y el consejo de administración lo aprobó.
—¡No aprobábamos a las ancianas que salían en televisión llorando porque no tenían ningún sitio al que ir!
Duncan levantó los ojos al cielo.
—Pero bueno... parte del trato era llevar a los residentes a otro camping mucho más grande y que está en una zona residencial. Tienen un servicio de autobuses en la puerta y hemos pagado el traslado... nadie se ha quejado ni ha pedido un céntimo. Han sido los medios de comunicación los que han creado esa historia.
Uno de los miembros del consejo lo fulminó con la mirada.
—¿Estás negando que dejaste en la ruina a la competencia?
—No, en absoluto. Si quiero comprar una empresa y el dueño se niega a vendérmela encuentro la manera de convencerlo —Justin se irguió en su silla—. Una manera legal, señores. Todos ustedes han invertido en la empresa y todos han ganado dinero. Me importa un bledo lo que la prensa diga de mí o de Industrias Bieber.
—Ahí está el problema —intervino su tío—. A nosotros, sí nos importa. Industrias Bieber tiene una reputación espantosa, igual que tú.
—Las dos inmerecidas.
—En cualquier caso, ésta no es tu empresa, Justin —le recordó otro de los miembros del consejo—. Nos llamaste cuando necesitabas dinero para comprar la parte de tu socio y el trato es que tienes que contar con nosotros para tomar decisiones.
A Justin no le gustaba nada eso. Él era quien había convertido a Industrias Bieber en un gigante cuando sólo era una empresa familiar. No el consejo de administración, él.
—Si estás amenazándome...
—No te estamos amenazando —dijo otro miembro del consejo—. Justin, nosotros entendemos que hay una diferencia entre «agresivo» y «perverso», pero el público no lo entiende. Te estamos pidiendo que controles tu comportamiento durante los próximos meses.
—Sal de esa lista como sea —dijo su tío, moviendo el periódico frente a su cara—. Prácticamente estamos en Navidad. Da dinero a los huérfanos, encuentra una causa benéfica... rescata a un cachorro, sal con una buena chica para variar. Nos da igual que cambies de verdad o no, la percepción lo es todo y tú lo sabes.
Justin sacudió la cabeza.
—Así que no os importa que sea el mayor canalla del mundo mientras nadie lo sepa, ¿no?
—Eso es.
—Muy bien, de acuerdo —Duncan se levantó de la silla. Podía «hacerse el bueno» durante unos meses, mientras buscaba dinero para comprar las acciones de los miembros del consejo. Entonces no tendría que dar explicaciones a nadie y así era como a él le gustaban las cosas.
Justin Bieber de nuevo machaca a la competencia. El conocido empresario termina el año con dos adquisiciones más: una pequeña empresa europea de transporte por carretera y una lucrativa línea de ferrocarril en Sudamérica. Con las Industrias Bieber dominando el mercado del transporte, uno se atrevería a pensar que puede permitirse el lujo de ser magnánimo, pero aparentemente no es el caso. Por segundo año consecutivo, Justin Bieber ha sido nombrado el empresario más odiado del país. Como era de esperar, el esquivo multimillonario ha rechazado ser entrevistado para este artículo.
—¡Esto es inaudito! —Lawrence Bieber tiró el periódico sobre la mesa del consejo de administración, furioso.
Justin se echó hacia atrás en la silla, intentando disimular un bostezo.
—¿Querías que diese una entrevista?
—No me refiero a eso y tú lo sabes.
—¿Entonces? —le preguntó Justin, mirando a su tío y a los demás miembros del consejo—. ¿Estamos ganando demasiado dinero? ¿Los inversores no están contentos?
—La cuestión es que la prensa te odia —replicó Lawrence—. Has comprado un camping de caravanas y echaste a los residentes, la mayoría de ellos personas mayores o sin medios económicos.
—El camping estaba al lado de una de nuestras nuevas instalaciones, necesitaba esa parcela para ampliarlas. Y el consejo de administración lo aprobó.
—¡No aprobábamos a las ancianas que salían en televisión llorando porque no tenían ningún sitio al que ir!
Duncan levantó los ojos al cielo.
—Pero bueno... parte del trato era llevar a los residentes a otro camping mucho más grande y que está en una zona residencial. Tienen un servicio de autobuses en la puerta y hemos pagado el traslado... nadie se ha quejado ni ha pedido un céntimo. Han sido los medios de comunicación los que han creado esa historia.
Uno de los miembros del consejo lo fulminó con la mirada.
—¿Estás negando que dejaste en la ruina a la competencia?
—No, en absoluto. Si quiero comprar una empresa y el dueño se niega a vendérmela encuentro la manera de convencerlo —Justin se irguió en su silla—. Una manera legal, señores. Todos ustedes han invertido en la empresa y todos han ganado dinero. Me importa un bledo lo que la prensa diga de mí o de Industrias Bieber.
—Ahí está el problema —intervino su tío—. A nosotros, sí nos importa. Industrias Bieber tiene una reputación espantosa, igual que tú.
—Las dos inmerecidas.
—En cualquier caso, ésta no es tu empresa, Justin —le recordó otro de los miembros del consejo—. Nos llamaste cuando necesitabas dinero para comprar la parte de tu socio y el trato es que tienes que contar con nosotros para tomar decisiones.
A Justin no le gustaba nada eso. Él era quien había convertido a Industrias Bieber en un gigante cuando sólo era una empresa familiar. No el consejo de administración, él.
—Si estás amenazándome...
—No te estamos amenazando —dijo otro miembro del consejo—. Justin, nosotros entendemos que hay una diferencia entre «agresivo» y «perverso», pero el público no lo entiende. Te estamos pidiendo que controles tu comportamiento durante los próximos meses.
—Sal de esa lista como sea —dijo su tío, moviendo el periódico frente a su cara—. Prácticamente estamos en Navidad. Da dinero a los huérfanos, encuentra una causa benéfica... rescata a un cachorro, sal con una buena chica para variar. Nos da igual que cambies de verdad o no, la percepción lo es todo y tú lo sabes.
Justin sacudió la cabeza.
—Así que no os importa que sea el mayor canalla del mundo mientras nadie lo sepa, ¿no?
—Eso es.
—Muy bien, de acuerdo —Duncan se levantó de la silla. Podía «hacerse el bueno» durante unos meses, mientras buscaba dinero para comprar las acciones de los miembros del consejo. Entonces no tendría que dar explicaciones a nadie y así era como a él le gustaban las cosas.
Invitado
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~Seducida por un millonario.{2}
___ Johnson podía aceptar una rueda pinchada porque el coche era viejo y debería haber cambiado las ruedas la primavera anterior. También podía entender que Cody hubiese comido tierra en el patio y que vomitase después sobre su falda favorita.
No se quejaría de la carta que había recibido de la compañía eléctrica señalando, muy amablemente, eso sí, que tenía pendiente la última factura… otra vez. Pero todo eso le había ocurrido el mismo día. ¿El universo no podía darle un respiro?
En el viejo porche de su casa, ___ revisó el resto del correo. No había más facturas, a menos que esa carta de UCLA exigiese el inmediato pago de la matrícula de su prima Vanessa.
La buena noticia era que su prima había conseguido entrar en la prestigiosa universidad. La mala noticia, que ella tenía que pagar sus estudios.
Incluso viviendo en casa, el coste de una carrera era enorme y ___ hacía lo que podía para ayudar.
—Un problema para otro momento —se dijo a sí misma mientras abría la puerta y dejaba el correo en la caja hecha de macarrones y pintada con purpurina dorada que sus alumnos le habían regalado el año anterior.
Suspirando, entró en la cocina para mirar la pizarra donde anotaba los horarios…
Era miércoles, de modo que Vanessa tenía clase por la noche. Ashley, la gemela de Vanessa, estaría trabajando en el restaurante de Westwood. Y Kami, la estudiante de intercambio de Guam, había ido de compras con unos amigos.
De modo que tenía la casa para ella sola… al menos durante un par de horas. Y era como estar en el cielo.
Sonriendo, sacó de la nevera una botella de vino blanco y, después de servirse una copa, se quitó los zapatos y salió descalza al jardín.
La hierba era tan fresca bajo sus pies… alrededor de la verja crecían plantas y flores. Estaban en Los Ángeles y allí todo crecía de maravilla mientras pudieras pagar la factura del agua. Además, le recordaban a su madre, que había sido una estupenda jardinera.
Pero apenas se había dejado caer en el viejo y oxidado balancín bajo la buganvilla cuando sonó el timbre. Por un momento pensó no abrir pero, suspirando, volvió a entrar en la casa, abrió la puerta y miró al hombre que estaba en el porche.
Era alto y atlético, su traje de chaqueta destacando unos hombros y un torso anchísimos. Parecía uno de esos gigantes que estaban en las puertas de las discotecas. Tenía el pelo dorado y los ojos miel más fríos que había visto nunca. Y parecía enfadado.
—¿Quién es usted? —le espetó, a modo de saludo—. ¿La novia de Christian? ¿Está él aquí?
___ lo miró, perpleja.
—Hola —le dijo—. Imagino que es así como quería empezar la conversación.
—¿Qué?
—Diciendo «hola».
La expresión del hombre se ensombreció aún más.
—No tengo tiempo para charlar. ¿Está aquí Christian Johnson?
El tono no era nada amistoso y la pregunta no la animó en absoluto. Dejando la copa de vino sobre la mesita, ___ se preparó para lo peor.
—Chris es mi hermano. ¿Quién es usted?
—Su jefe.
—Ah.
Aquello no podía ser bueno, pensó, dando un paso atrás e invitándolo a entrar con un gesto. Chris no le había contado mucho sobre su nuevo trabajo y ella había tenido miedo de preguntar.
Christian era… un irresponsable. No, eso no era verdad del todo. A veces era encantador y cariñoso, pero tenía una vena diabólica.
El hombre entró en la casa y miró alrededor. El salón era pequeño y un poco destartalado, pero acogedor, pensó ___. Por lo menos, eso era lo que quería creer.
—Yo soy ___ Johnson—le dijo, ofreciéndole su mano—. La hermana de Christian.
—Justin Bieber.
___ tuvo que disimular una mueca cuando el desconocido estrechó su mano. Afortunadamente, no había querido apretar porque podría haberle roto los dedos.
—O convertirlos en pan rallado.
—¿Qué?
—Ah, nada, es un cuento. ¿No quería la bruja de Hansel y Gretel pulverizar sus huesos para hacer pan rallado? No, ésos eran los gigantes… no me acuerdo. Tendré que volver a verlo.
Duncan frunció el ceño.
—No se preocupe —sonrió ___—. No es nada contagioso, es que se me ocurren cosas raras de vez en cuando. Pero no se lo voy a pegar —nerviosa, se aclaró la garganta—. En cuanto a mi hermano, no vive aquí.
—Pero ésta es su casa.
¿Era ella o el tal Justin Bieber no era el más listo de la clase?
—No vive aquí —repitió, hablando más despacio. A lo mejor eran todos esos músculos. Demasiada sangre en los bíceps y no la suficiente en el cerebro.
—Lo he entendido, señorita Johnson. ¿No es Christian el propietario de la casa? Él me dijo que era suya.
A ___ no le gustó nada oír aquello.
—No, es mi casa —le dijo, apoyándose en el respaldo de una silla—. ¿Por qué lo pregunta?
—¿Sabe dónde está su hermano?
—No, no lo sé.
Chris se había metido en algún lío, seguro. Justin Bieber no parecía la clase de hombre que aparecía en casa de alguien por capricho y eso significaba que Chris había vuelto a meter la pata.
—¿Qué ha hecho ahora?
—Ha robado dinero de mi empresa.
La habitación pareció girar de repente. ___ sintió que su estómago daba un vuelco y se preguntó si iba a pasarle lo que le había pasado a Cody en el patio.
Chris había robado dinero…
Le gustaría preguntar cómo era posible, pero en realidad ya sabía la respuesta: Chris tenía un problema con el juego. Le gustaba demasiado y vivir a cinco horas de Las Vegas complicaba el problema aún más.
—¿Cuánto? —le preguntó.
—Doscientos cincuenta mil dólares.
___ se quedó sin aire. Podría haber dicho un millón o diez millones. Era demasiado dinero, una cantidad imposible de devolver.
—Veo por su expresión que no sabía de las actividades de su hermano —dijo Justin Bieber.
___ negó con la cabeza.
—Que yo sepa, a Chris le encantaba su trabajo.
—Demasiado —dijo él, burlón—. ¿Es la primera vez que roba dinero?
Ella vaciló durante un segundo.
—Pues… ha tenido algún problema antes.
—¿Por culpa del juego?
—¿Lo sabe?
—Me dijo algo cuando hablé con él hace un rato. Pero también me dijo que tenía una casa en propiedad y que el valor de la casa era mayor que la cantidad robada.
___ abrió mucho los ojos.
—¿Pero qué está diciendo?
—Lo que ha oído, señorita Johnson. ¿Es ésta la casa a la que se refería?
Ahora de verdad iba a vomitar, pensó ella. ¿Chris le había ofrecido la casa? ¿Su casa? Era todo lo que tenía.
Cuando su madre murió les había dejado la casa y el dinero del seguro a los dos y ella había usado su parte para comprarle la mitad de la casa a Chris. Supuestamente, su hermano iba a usar el dinero para pagar el préstamo universitario y dar la entrada para un apartamento… claro que, en lugar de hacerlo, se había ido a Las Vegas.
Pero eso fue casi cinco años antes.
—Esta es mi casa —le dijo—. Es mía y está a mi nombre.
La expresión de Justin no cambió en absoluto.
—¿Su hermano tiene alguna otra propiedad?
___ negó con la cabeza.
—Gracias por su tiempo —dijo él entonces, dirigiéndose a la puerta.
—Espere un momento —lo llamó ___. Christian podía ser un auténtico irresponsable, pero era su hermano—. ¿Qué va a pasar ahora?
—Que su hermano irá a la cárcel.
—Chris necesita ayuda psicológica, no ir a la cárcel. ¿La empresa no tiene un seguro médico? Podrían enviarlo a una clínica de rehabilitación o algo así.
—Podríamos haberlo hecho… antes de que se llevase el dinero. Lo siento, pero si no puede devolverlo tendré que llamar a la policía. Doscientos cincuenta mil dólares es mucho dinero, señorita Johnson.
—___ —dijo ella, sin pensar. Doscientos cincuenta mil dólares era más dinero del que aquel hombre podía imaginar—. ¿Y no podría devolvérselo poco a poco?
—No —Justin Bieber miró alrededor de nuevo—. Pero si está dispuesta a hipotecar la casa para ayudarlo, tal vez podría retirar los cargos.
Hipotecar la…
—¿Y marcharme de aquí? Esto es todo lo que tengo en el mundo. No puedo hacerlo.
—¿Ni siquiera por su hermano? No perdería la casa si pagase la hipoteca todos los meses. ¿O también usted tiene un problema con el juego?
El desprecio que había en su tono era realmente irritante, pensó ___, mirando el traje de chaqueta italiano y el reloj de oro que seguramente costaría más de lo que ella ganaba en tres meses. Y estaba segura de que si se asomaba al porche, en la puerta vería un lujoso deportivo. Con buenas ruedas.
Era increíble. Estaba agotada, hambrienta y aquello era lo último que necesitaba.
Tomando la factura de la luz de la cajita, ___ movió el papel delante de su cara.
No se quejaría de la carta que había recibido de la compañía eléctrica señalando, muy amablemente, eso sí, que tenía pendiente la última factura… otra vez. Pero todo eso le había ocurrido el mismo día. ¿El universo no podía darle un respiro?
En el viejo porche de su casa, ___ revisó el resto del correo. No había más facturas, a menos que esa carta de UCLA exigiese el inmediato pago de la matrícula de su prima Vanessa.
La buena noticia era que su prima había conseguido entrar en la prestigiosa universidad. La mala noticia, que ella tenía que pagar sus estudios.
Incluso viviendo en casa, el coste de una carrera era enorme y ___ hacía lo que podía para ayudar.
—Un problema para otro momento —se dijo a sí misma mientras abría la puerta y dejaba el correo en la caja hecha de macarrones y pintada con purpurina dorada que sus alumnos le habían regalado el año anterior.
Suspirando, entró en la cocina para mirar la pizarra donde anotaba los horarios…
Era miércoles, de modo que Vanessa tenía clase por la noche. Ashley, la gemela de Vanessa, estaría trabajando en el restaurante de Westwood. Y Kami, la estudiante de intercambio de Guam, había ido de compras con unos amigos.
De modo que tenía la casa para ella sola… al menos durante un par de horas. Y era como estar en el cielo.
Sonriendo, sacó de la nevera una botella de vino blanco y, después de servirse una copa, se quitó los zapatos y salió descalza al jardín.
La hierba era tan fresca bajo sus pies… alrededor de la verja crecían plantas y flores. Estaban en Los Ángeles y allí todo crecía de maravilla mientras pudieras pagar la factura del agua. Además, le recordaban a su madre, que había sido una estupenda jardinera.
Pero apenas se había dejado caer en el viejo y oxidado balancín bajo la buganvilla cuando sonó el timbre. Por un momento pensó no abrir pero, suspirando, volvió a entrar en la casa, abrió la puerta y miró al hombre que estaba en el porche.
Era alto y atlético, su traje de chaqueta destacando unos hombros y un torso anchísimos. Parecía uno de esos gigantes que estaban en las puertas de las discotecas. Tenía el pelo dorado y los ojos miel más fríos que había visto nunca. Y parecía enfadado.
—¿Quién es usted? —le espetó, a modo de saludo—. ¿La novia de Christian? ¿Está él aquí?
___ lo miró, perpleja.
—Hola —le dijo—. Imagino que es así como quería empezar la conversación.
—¿Qué?
—Diciendo «hola».
La expresión del hombre se ensombreció aún más.
—No tengo tiempo para charlar. ¿Está aquí Christian Johnson?
El tono no era nada amistoso y la pregunta no la animó en absoluto. Dejando la copa de vino sobre la mesita, ___ se preparó para lo peor.
—Chris es mi hermano. ¿Quién es usted?
—Su jefe.
—Ah.
Aquello no podía ser bueno, pensó, dando un paso atrás e invitándolo a entrar con un gesto. Chris no le había contado mucho sobre su nuevo trabajo y ella había tenido miedo de preguntar.
Christian era… un irresponsable. No, eso no era verdad del todo. A veces era encantador y cariñoso, pero tenía una vena diabólica.
El hombre entró en la casa y miró alrededor. El salón era pequeño y un poco destartalado, pero acogedor, pensó ___. Por lo menos, eso era lo que quería creer.
—Yo soy ___ Johnson—le dijo, ofreciéndole su mano—. La hermana de Christian.
—Justin Bieber.
___ tuvo que disimular una mueca cuando el desconocido estrechó su mano. Afortunadamente, no había querido apretar porque podría haberle roto los dedos.
—O convertirlos en pan rallado.
—¿Qué?
—Ah, nada, es un cuento. ¿No quería la bruja de Hansel y Gretel pulverizar sus huesos para hacer pan rallado? No, ésos eran los gigantes… no me acuerdo. Tendré que volver a verlo.
Duncan frunció el ceño.
—No se preocupe —sonrió ___—. No es nada contagioso, es que se me ocurren cosas raras de vez en cuando. Pero no se lo voy a pegar —nerviosa, se aclaró la garganta—. En cuanto a mi hermano, no vive aquí.
—Pero ésta es su casa.
¿Era ella o el tal Justin Bieber no era el más listo de la clase?
—No vive aquí —repitió, hablando más despacio. A lo mejor eran todos esos músculos. Demasiada sangre en los bíceps y no la suficiente en el cerebro.
—Lo he entendido, señorita Johnson. ¿No es Christian el propietario de la casa? Él me dijo que era suya.
A ___ no le gustó nada oír aquello.
—No, es mi casa —le dijo, apoyándose en el respaldo de una silla—. ¿Por qué lo pregunta?
—¿Sabe dónde está su hermano?
—No, no lo sé.
Chris se había metido en algún lío, seguro. Justin Bieber no parecía la clase de hombre que aparecía en casa de alguien por capricho y eso significaba que Chris había vuelto a meter la pata.
—¿Qué ha hecho ahora?
—Ha robado dinero de mi empresa.
La habitación pareció girar de repente. ___ sintió que su estómago daba un vuelco y se preguntó si iba a pasarle lo que le había pasado a Cody en el patio.
Chris había robado dinero…
Le gustaría preguntar cómo era posible, pero en realidad ya sabía la respuesta: Chris tenía un problema con el juego. Le gustaba demasiado y vivir a cinco horas de Las Vegas complicaba el problema aún más.
—¿Cuánto? —le preguntó.
—Doscientos cincuenta mil dólares.
___ se quedó sin aire. Podría haber dicho un millón o diez millones. Era demasiado dinero, una cantidad imposible de devolver.
—Veo por su expresión que no sabía de las actividades de su hermano —dijo Justin Bieber.
___ negó con la cabeza.
—Que yo sepa, a Chris le encantaba su trabajo.
—Demasiado —dijo él, burlón—. ¿Es la primera vez que roba dinero?
Ella vaciló durante un segundo.
—Pues… ha tenido algún problema antes.
—¿Por culpa del juego?
—¿Lo sabe?
—Me dijo algo cuando hablé con él hace un rato. Pero también me dijo que tenía una casa en propiedad y que el valor de la casa era mayor que la cantidad robada.
___ abrió mucho los ojos.
—¿Pero qué está diciendo?
—Lo que ha oído, señorita Johnson. ¿Es ésta la casa a la que se refería?
Ahora de verdad iba a vomitar, pensó ella. ¿Chris le había ofrecido la casa? ¿Su casa? Era todo lo que tenía.
Cuando su madre murió les había dejado la casa y el dinero del seguro a los dos y ella había usado su parte para comprarle la mitad de la casa a Chris. Supuestamente, su hermano iba a usar el dinero para pagar el préstamo universitario y dar la entrada para un apartamento… claro que, en lugar de hacerlo, se había ido a Las Vegas.
Pero eso fue casi cinco años antes.
—Esta es mi casa —le dijo—. Es mía y está a mi nombre.
La expresión de Justin no cambió en absoluto.
—¿Su hermano tiene alguna otra propiedad?
___ negó con la cabeza.
—Gracias por su tiempo —dijo él entonces, dirigiéndose a la puerta.
—Espere un momento —lo llamó ___. Christian podía ser un auténtico irresponsable, pero era su hermano—. ¿Qué va a pasar ahora?
—Que su hermano irá a la cárcel.
—Chris necesita ayuda psicológica, no ir a la cárcel. ¿La empresa no tiene un seguro médico? Podrían enviarlo a una clínica de rehabilitación o algo así.
—Podríamos haberlo hecho… antes de que se llevase el dinero. Lo siento, pero si no puede devolverlo tendré que llamar a la policía. Doscientos cincuenta mil dólares es mucho dinero, señorita Johnson.
—___ —dijo ella, sin pensar. Doscientos cincuenta mil dólares era más dinero del que aquel hombre podía imaginar—. ¿Y no podría devolvérselo poco a poco?
—No —Justin Bieber miró alrededor de nuevo—. Pero si está dispuesta a hipotecar la casa para ayudarlo, tal vez podría retirar los cargos.
Hipotecar la…
—¿Y marcharme de aquí? Esto es todo lo que tengo en el mundo. No puedo hacerlo.
—¿Ni siquiera por su hermano? No perdería la casa si pagase la hipoteca todos los meses. ¿O también usted tiene un problema con el juego?
El desprecio que había en su tono era realmente irritante, pensó ___, mirando el traje de chaqueta italiano y el reloj de oro que seguramente costaría más de lo que ella ganaba en tres meses. Y estaba segura de que si se asomaba al porche, en la puerta vería un lujoso deportivo. Con buenas ruedas.
Era increíble. Estaba agotada, hambrienta y aquello era lo último que necesitaba.
Tomando la factura de la luz de la cajita, ___ movió el papel delante de su cara.
Invitado
Invitado
Re: ~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
Hola!!! Me llamo Nuria, pero me puedes decir Nara o Nari :P AMO LA NOVE! Y ME DECLARO TU LECTORA! :D Biebs es un poquito arrogante ¬.¬" Pero bue... LO AMO!!
SIGUELA PRONTO, PORFISS!!
P.D: S quieres puedes pasarte por mis noves! estan abajito en mi gif! :P ESPERO QUE LA SIGAS PRONTO!
SIGUELA PRONTO, PORFISS!!
P.D: S quieres puedes pasarte por mis noves! estan abajito en mi gif! :P ESPERO QUE LA SIGAS PRONTO!
nara3097
Re: ~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
wa!!! siguela estageniallll xfaaaa
arizZ
Re: ~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
siguela lo mas prontoo me mueroo por saber que pasdaaaa plissss
arizZ
Re: ~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
cuando
puedas
has maratonnn
siiii
puedas
has maratonnn
siiii
arizZ
Re: ~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
siguelaaa siiiiii[img][/img]
- Código:
arizZ
Re: ~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
pasen a esta nove no es mia peroo me gustoo
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arizZ
Re: ~Seducida por un millonario.[Justin Bieber y ___.] {Adaptada.}
ola!!!
nueva lectora! me encanta tu nove!
es super! :)
siguela pliss
besos bay
nueva lectora! me encanta tu nove!
es super! :)
siguela pliss
besos bay
chuqi
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O W N :: Archivos :: Canceladas
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.