Al límite de las mentiras (Teen Wolf) TERMINADA

-Pero no tiene sentido – escuché que Stiles reclamaba a lo lejos, todo se sentía lejano. Como si estuviera encerrada en una habitación de vidrio o sumergida bajo el agua – No es un alfa ¡No puede tener una manada!

-No, pero puede tenerla en un futuro – explicó Derek mientras se paseaba alrededor de su departamento -  Si lo que quiere es volver a ser el alfa, y me parece que todos podemos concordar en que eso es lo que siempre ha querido, necesita a alguien que haga el trabajo sucio por él. No es lo suficientemente fuerte aún, pero si Caden está ayudándole a despejar el camino para llegar hasta Scott, sólo necesitaría matar a Scott. Eso lo convertiría de forma inmediata en el alfa, y con Caden como beta, sería aún más poderoso.

-Pero ¿Qué saca este chico a cambio? Aparte de Essie, me refiero – escuché a Kira preguntar, y supe que aún no entendía la complejidad del asunto. Lo que me hizo cuestionar, si todos verían tan claro como yo el alcance de la obsesión que Caden tenía conmigo.

-Yo soy lo único que quiere – susurré con dificultad – Y ahora que me enfrenté abiertamente a él, no creo que me quiera convertir. Me debe querer muerta.

Sentí la palabras asentarse lentamente en los hombros de todos, Stiles se veía profundamente afectado, pero bien podrían ser los hechos ocurridos durante el día. Lydia estaba sentada en un escalón, pálida como un fantasma y con la mirada perdida. Y en general, todos lucían agotados, sólo seguíamos de pie y en ese lugar, porque necesitábamos planear la ofensiva. Y bueno, también la defensa. No podíamos arriesgarnos a perder más vidas inocentes.

-No lo sabemos con certeza – dijo Scott firmemente -  Por lo que aún podemos confiar en que te ama lo suficiente como para no dañarte.

-O que la ama lo suficiente como para que nadie más se le acerque – dijo mi mamá levantándose de la silla en la que estaba y hablando por primera vez desde que la encontramos – Quizás deberíamos irnos, venir aquí fue una mala idea Essie – continúo ella, esta vez las lágrimas corriendo por su rostro – No sé que estaba pensando tu padre al querer venir a este maldito lugar. De todas las ciudades en el mundo, se le ocurrió que el faro era el lugar más seguro para escondernos – con un sollozo queriendo salir de su pecho, mi mamá cayó nuevamente en la silla, escondiendo su cara entre sus manos. Me acerqué a ella y la abracé, sabiendo que no había palabras, ni acciones que pudiera hacer para alivianar su dolor. O el mío, para el caso.

-Beacon Hills podrá no ser el lugar más seguro – dijo Scott con convencimiento – Pero es el lugar donde podrán encontrar más personas sobrenaturales dispuestas a protegerlas – Todos a nuestro alrededor asintieron con confianza y agradecí en silencio que a pesar del riesgo que esta misión suponía, ellos aún estuvieran dispuestos a ayudarnos a mi mamá y a mí.

Sabiendo que Caden estaba herido y que iba a tener que esperar a curarse antes de venir a atacarnos de nuevo, empezamos a armar el plan que debía permitirnos derrotar tanto a Caden como al famoso Peter.

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-Entonces ¿Quién es este Peter? – le pregunté a Stiles, quien se había ofrecido a llevarnos a mi mamá y a mí a la casa del Sr. Argent, lugar en el cual nos estaríamos quedando hasta que todo este conflicto se resolviera...

Que eufemismo. Tenía claro que sólo se iba a resolver si Caden moría, pero Scott quería agotar la “solución pacífica” primero.

Sacudí mi cabeza levemente, en un intento de situarme en la conversación presente (que precisamente yo había iniciado). Miré a mi mamá, quien estaba sentada en el asiento trasero mientras que yo iba de copiloto junto a Stiles. Ella se veía agotada, no era para menos, pero me parecía que se veía incluso peor que cuando supo que papá había muerto. Como si ya no tuviera esperanza de que saliéramos de esta con vida, y quizás era así. Quizás ella sabía algo que yo no, o tal vez era sólo el hecho de que todo parecía estarse repitiendo.

-Peter es el tío de Derek – escuché a Stiles responderme – Derek es el tipejo musculoso de pelo negro – añadió antes de que alcanzara a preguntar, incluso aunque ya lo sabía. Sonreí por la forma en que se refirió a Derek, y por la forma en que se estaba tomando el tiempo para ponerme al día sobre todos aquellos que no conocía, y sobre lo que había pasado antes de mi llegada – Peter es un psicópata que fue asesinado por Derek, y que fue traído de vuelta por Lydia. Aún no ha recuperado la fuerza que solía tener, y créeme no queremos que eso pase, porque era el lobo más feo y letal que hayas visto alguna vez – escuché a Stiles atenta y algo divertida, su forma de narrar me mostraba su desesperación y lo que pensaba de todos ellos. Su honestidad me parecía entretenida, aunque sabía que no debería. Ellos habían estado involucrados en muchas cosas, cosas que yo ni siquiera me habría atrevido a imaginar.

-Ah, sí – siguió Stiles sin importarle que yo estuviera en silencio – Peter también es quien mordió a Scott.

-¿Qué? – Eso realmente me sorprendió - ¿Por qué hizo algo como eso?

-Por el motivo que Peter hace todo, por poder.

Quise seguir preguntándole más, pero mi mamá (algo molesta) dijo:

-Es suficiente Esther, no necesitamos saber nada más. Tú y yo nos vamos a quedar en la casa de Chris y no vamos a salir hasta que todo esto se solucione.

Sus palabras nos silenciaron a ambos de forma inmediata, suspiré un poco irritada por la actitud de mi mamá, pero entendía sus aprensiones. Yo también las tenía. Pero la diferencia entre nosotras, era que ella prefería esconder su cabeza en la tierra e ignorar todo y yo encontraba más útil informarnos y estar al tanto de lo que estaba pasando.

El viaje continúo en silencio, y menos mal que pronto llegamos a la casa del señor Argent, porque mis preguntas querían salir de mi boca a toda costa.

Stiles estacionó en frente y ayudó a mi mamá a llegar a la puerta, ella realmente lucía como que iba a desplomarse en cualquier minuto. El motivo por el cual era Stiles quien estaba con nosotras y no el señor Argent, era porque este había decidido que poner trampas en el bosque era prioridad y tenían que aprovechar que Caden estaba herido para hacerlo, ya que así evitaban cruzarse en su camino.

Una vez adentro, mi mamá se tendió en el sillón y yo acompañé a Stiles a la puerta.

-Gracias – le dije, sabiendo que eso no alcanzaba para abarcar todo por lo que habíamos pasado. Era increíble pensar que llevaba menos de una semana en la ciudad y ya todo estaba cabeza abajo.

Él asintió y me preguntó:

-¿Cómo lo llevas?

-Bastante bien… Dadas las circunstancias ¿No crees?

-Sí – me respondió con un amago de sonrisa – Debería irme – añadió reticente mientras apuntaba hacia la puerta principal que estaba su espalda.

-Sí – dije, pero ninguno de nosotros se movió, sólo estábamos ahí mirándonos.

-¿Essie? – la voz de mi mamá llamándome interrumpió mi momento con Stiles. Ambos nos sobresaltamos ligeramente y retrocedimos un paso, sin saber cómo nos habíamos acercado hasta estar menos de diez centímetros separados.

-Voy – le respondí y con esa palabra Stiles retrocedió y abrió la puerta.

-Te mantendré informada – me dijo antes de desaparecer tras la puerta y yo asentí, incluso sabiendo que no podía verme.

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Su silueta fue recortada en contra de la luz que se filtraba del interior de su casa y su voz pareció romper todas mis barreras. Por lo que sin cuestionarme, di un paso hacia adelante y lancé mis brazos alrededor del cuello de Stiles. Mis labios se posaron sobre los suyos y sorprendido, él retrocedió unos cuantos pasos, sin devolverme el beso.

-Essie ¿Qué pasa? ¿Por qué estás aquí?

-Necesito… - intenté decir, pero mis pensamientos no lograban conectarse los unos con los otros. Volví a intentarlo:

- Necesito olvidar Stiles – susurré contra sus labios – Ayúdame a olvidar – Y eso fue lo único que tuvo sentido para mí. Necesitaba arrinconar en lo más profundo de mi mente todo lo que había pasado, dónde estaba y lo que iba a suceder. Él pareció comprenderlo y me devolvió el beso. Yo sabía que lo estaba usando y la culpa de eso se añadió a la pila de culpa que ya cargaba, pero en comparación era tan pequeña, que fue fácil dejarlo pasar.

Además, Stiles me estaba devolviendo el beso y con ello, todos mis otros pensamientos comenzaban a desaparecer. Yo quería mantenerlo así, quería que al menos por un momento, todo lo demás se desvaneciera.  

Es por esto que me arrimé más contra él, haciéndolo chocar contra una silla, sus manos se deslizaron desde mis hombros hasta posicionarse en mis caderas y sentí su agarre hacerse más fuerte. Lo seguí besando sin siquiera preocuparme por el aire que nos estaba empezando a faltar, pero él se separó un segundo de mí  y, tras notar que estábamos en la cocina de su casa, me preguntó entrecortadamente:

-¿Q-Quie…? ¿Q-Quieres tomar algo? – Pude notar que él estaba intentando con todas sus fuerzas controlarse y de paso, no mirarme a los ojos. Pero yo no podía con ello. Necesitaba tener mi mente en blanco y él era el único que podía ayudarme a lograrlo.

-No – susurré contra su boca – Te quiero a ti – Y tras estas palabras, lo volví a besar y él pareció entender, porque sin separarse de mí nos encaminó en dirección a su habitación. Crucé mis brazos tras su cuello, literalmente colgándome de él, y Stiles me sujetó fuerte desde la cintura. Botamos algunas cosas en nuestro camino, pero pronto estuve recostada en su cama con él sobre mí, sus manos recorriendo mi cuerpo y sus labios besando mi cuello. Con desesperación comencé a tirar de su ropa para que se la quitara, pero antes de que él me dejara hacerlo, me preguntó mientras se incorporaba sobre sus codos:

-¿Essie estás segura? No quiero que después pienses que yo…

-Shh – murmuré poniendo un dedo en sus labios y manteniéndolo allí – No te preocupes Stiles, está es mi decisión – Con lo que él se quitó la polera, a la vez que yo empezaba a desabrochar mis pantalones.

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Cuando Caden la vio salir de la casa en la que se estaba quedando, supo que esa era su oportunidad. Essie iba a ser suya y de nadie más, él había venido a reclamarla y llevársela a donde pertenecía: Su bosque.

Ella era suya y nadie más que él tenía derecho de reclamarla.

Aún no sabía que iba a hacer con ella para castigarla por haber huido y desaparecido de su lado, pero sabía que una vez que ella volviera a él recuperaría la cordura. Así es que cuando la vio escabullirse, la siguió. Pensó en agarrarla ahí mismo y huir con ella, pero le había hecho una promesa a Peter y él no rompía sus promesas.

A cambio del amor de su vida Caden mataría a Scott y le allanaría el camino para que Peter fuera el alfa que debía ser. Ese niño no era ni de cerca lo que un alfa debía ser y representar, Peter por otro lado, encarnaba lo que Caden siempre había valorado y había aprendido a honrar desde niño.

El hombre lobo vio a Essie caminar sin rumbo por múltiples calles, sin preocuparse de lo que ocurría a su alrededor. Ella parecía no tener un destino, pero a Caden no le importó. Cada vez que alguien intentó siquiera cruzarse en el camino de Essie, él intercedió y asesinó, sin importarle si era niño, mujer y hombre. Y sobre todo, sin importarle si se acercaba a ella con malas intenciones o no.

Él no iba a permitir que nadie le pusiera una mano encima, no iba a arriesgar la vida de esa chica. Sólo él podía disciplinarla, sólo él podía tocarla y sólo Caden podía golpearla.  Era de él… Sólo de él.

Finalmente, ella llegó hasta una casa y golpeó, un chico le abrió la puerta y ella se lanzó a sus brazos, besándolo. Caden gruñó y empezó a correr en dirección al chico, dispuesto a desgarrar su garganta por tocar a su chica y darle una paliza a Essie para que aprendiera de una vez que ella le pertenecía a él.

Sin embargo, no fue lo suficientemente rápido y ellos cerraron la puerta dejando a un furioso y sanguinario Caden afuera. Este gruñó con ira e intentó forzar la casa, pero no pudo acercarse. Se arañó sus propios brazos con la rabia goteando por todos sus poros y mientras su piel se regeneraba, él inspeccionó qué era lo que lo mantenía afuera. Tras reconocer que era “Ceniza de Montaña” lo que rodeaba la propiedad, su ira se disparó aún más y se encegueció. Comenzó a rondar la casa intentando entrar, a la vez que agudizaba su audición para así poder oír a Essie. Lo que Caden escuchó lo enfureció aún más, Essie susurraba y gemía el nombre de ese chico. El nombre de Stiles se repitió una y otra vez en la cabeza de Caden, la voz que alguna vez había suspirado su propio nombre y se había retorcido bajo él y su tacto, ahora llamaba a alguien más. Era alguien más quien la hacía gemir ahora y la llenaba de placer.

Y Caden no iba a permitirlo.

Con un brusco movimiento, él destruyó el buzón que rezaba Stilinski y se arrancó mechones de su propio cabello. Gruñendo con desesperación, se juró que ese tal Stiles no iba a vivir para contarlo.

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Stiles observó el pecho de Essie subir y bajar a medida que ella inspiraba y espiraba en su sueño. No podía creer lo que acababa de pasar, tenía que admitir que se sentía un poco culpable de que había accedido, ya que ella claramente no estaba en el estado mental para procesar lo que hacía, pero al verla tan desesperada no había podido negarse.  

Stiles sentía que tenía que protegerla, pero hasta ahora no había podido hacer mucho, él sabía que ella estaba pasando por un mal momento, pero también sabía que cada uno lidia con la pena de manera distinta. Y él esperaba poder ser de apoyo para cuando Essie se diera cuenta del error que había cometido al acostarse con él. No que Stiles se arrepintiera.

Quizás hacía poco tiempo que conocía a Essie, pero honestamente Stiles sentía que la conocía de mucho más y quizás eso guardaba relación con todo lo que habían tenido que vivir estas últimas semanas.

Acarició con cuidado el cabello de ella y lo despejó de su cara, la luz que la luna reflejaba le iluminaba el rostro y Stiles se entristeció al ver las oscuras ojeras enmarcando su rostro. En realidad, ella había pasado por mucho ya. Él sólo esperaba que el plan funcionara, Stiles no quería poner a Essie en peligro, pero sabían que la única manera de atraer y vencer a Caden era usándola a ella como carnada. Y eso era exactamente lo que iban a hacer, si bien iba a estar protegida, nunca estaba de más tener cuidado, porque él tenía claro que Peter era tan inteligente como psicópata.

De pronto, Stiles frunció el ceño, no se había dado cuenta pero la única luz que entraba era la de la luna, el poste fuera de su ventana estaba apagado y toda su casa parecía sumida en las penumbras. Miró a Essie y supo que esto no era una coincidencia, sin dejar de mirar hacia la puerta de su pieza tomó su teléfono y llamó a Scott.

-¿Scott? Oye amigo estoy en casa y algo anda mal.

-¿Qué está mal Stiles? – le preguntó el chico preocupado.

-Estoy a oscuras, no hay luz de ningún tipo – respondió Stiles mediante susurros. Él sabía que las paredes tienen oídos, especialmente con hombres lobos rondando. Se puso de pie y con cuidado se acercó a la ventana para ver si era un corte de luz de su sector – Scott – dijo Stiles nuevamente, esta vez más asustado – Es sólo mi casa la que no tiene luz.

-Voy para allá – respondió Scott mientras tomaba sus llaves –Por ningún motivo vayas a salir.

-Por supuesto que no, no con un maniático suelto afuera – siseó Stiles – Y Scott… Essie está conmigo – añadió antes de que Scott cortara.

-Por supuesto que lo está – respondió Scott preocupado, pero sonriendo.

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Una vez que Scott cortó la llamada de Stiles, inmediatamente llamó a Derek.

-¿Derek? – Dijo el joven lobo una vez que se comunicó – Alguien está rondando la casa de Stiles, le cortaron la energía. Es hora de llevar a cabo el plan. Y tras avisarles a los demás, se dirigió a la casa de su mejor amigo.

Aceleró su moto más allá del límite permitido, sabía que tanto Stiles como Essie estaban protegidos dentro de la casa, pero nunca se sabía que estaba tramando Peter. El hombre estaba cegado por la sed de poder y Scott sabía que haría todo lo que estuviera en su mano para recuperar aquel poder que alguna vez fue suyo.

Una vez en el lugar Scott se encontró con Derek, Malia, Kira y Lydia quienes ya estaban allí. Miró a Lydia preocupado de que ella estuviera en las cercanías, pero ella le devolvió la mirada como retándolo a que la hiciera irse. Scott sabía que la banshee era la mejor opción para saber cuando alguien estaba cercano a morir y ponía todas sus esperanzas en que Lydia pudiera prevenirlos, pero eso no significaba que le gustara que ella estuviera ahí. No quería que arriesgara su vida en un intento de salvarlos a todos, esperaba que ella escuchara y se refugiara en algún lugar. No quería que más personas inocentes murieran, no quería más “Allisons” ni “Melodys”.

Se acercaron de forma cautelosa a la casa de Stiles, pero aparte de la falta de luz no había nada más que pareciera fuera de lugar. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos Scott se giró hacia Derek, pero con un gruñido cargado de ira Caden había saltado sobre este y lo había noqueado, cayendo el cuerpo de Derek al suelo como un bulto inanimado.

Rápidamente Caden se abalanzó sobre Scott, pero este lo detuvo y lo empujó lejos. Kira sacó su arma mientras que Lydia arrastraba el cuerpo de Derek lejos de la pelea. Scott corrió hacia Caden y con un sonido gutural se enfrascaron en una lucha cuerpo a cuerpo.

El plan original de la manada de Scott era usar a Essie como señuelo para atraer a Caden, esa representaba la parte fácil del plan. Sabían, gracias a lo que Essie les había contado, que Caden caería en ello y llegaría hasta la chica. No obstante, la parte difícil del plan era detener a Peter, Scott era reacio a matarlo, pero tampoco se le ocurría como iban a poder controlarlo. No era la primera vez que el hombre lobo intentaba manipular las cosas de manera que él saliera beneficiado y Scott sabía que aunque lo detuvieran, lo intentaría de nuevo. Así, que la segunda parte del plan era crear un perímetro alrededor de Essie, de manera de protegerla en caso de que algo saliera mal. Kira tenía que herir a Caden con acónito, de forma que sus heridas lo inmovilizaran y no pudiera huir como solía hacer. Scott planeaba en incapacitarlo y amenazarlo para que dejara la ciudad y se alejara de Essie, pero si la chica estaba en lo cierto acerca de Caden y él aún así decidía no irse, no le iba a quedar más que matarlo. Ante esto, Chris Argent había decidido que para no manchar las manos de Scott, él podía deshacerse del hombre lobo y aún así honrar su propio código.

Al momento de crear este plan Scott esperaba que con Caden fuera de combate, Peter volviera a replegarse y fingir ser el útil e inofensivo tío, que constantemente pretendía ser. Y así, poder evitar el tener que tomar la palabra de Chris Argent acerca de matar a Peter también.

Sin embargo, ese plan ya no iba a poder llevarse a cabo, ya que con Derek caído, Stiles refugiado con Essie, y Lydia vigilando el cuerpo de Derek no había forma de crear un perímetro. Pero aún así, mientras Scott peleaba con Caden, detectó a Kira por el rabillo del ojo y supo que estaba intentando acercarse al otro lobo. Quizás aún tuvieran oportunidades de reducirlo.

Lamentablemente para ellos, a Peter se le ocurrió aparecer justo en ese momento. Con una de sus manos agarraba el cuello de Lydia y con un golpe de su otro brazo quitó a Kira del camino sin que ella alcanzara a defenderse. Enfurecido Scott sometió a Caden y mientras este último intentaba recuperarse, le dijo a Peter de forma cuidadosa:

-Ríndete Peter, Caden no representa una amenaza y estás solo. No vas a seguir matando personas inocentes si de mí depende.

-Oh, pero Scott – rió Peter de manera desagradable y despectiva – Te equivocas al pensar que estoy solo. Yo nunca camino directo a una pelea sin tener un as bajo mi manga.

Una vez pronunciadas estas palabras, Scott escuchó a Kira gimotear y al mirarla la traición se asentó en su pecho.

-¿Por qué? – fue lo único que le preguntó a Malia, nada más que eso le importaba. Ella lo miró avergonzada, pero guardó silencio.

Con desesperanza, Scott pensó que quizás Argent había tenido razón, y era hora de matar a Peter.

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