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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Página 4 de 8. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
amo ese gif, omg.Anastacia escribió:
- 'the show must go on' :
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Invitado
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Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
india, subí en la de odair, comenta.l. ily.
tobias.
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
electra dan.
Nombres completos de los pj's: Electra Charleen Maggay Davico / Dan Jean Roney.
Representantes: Kaya / Luke.
Descripción psicológica: Electra es una chica demasiado brillante. Demasiado perfecta, demasiado buena, demasiado... cliché. Se sabe que la chica oculta sus demonios internos para solo la que la hace enfurecer y muestra su lado amable y sarcástico con el que le rodea. Le encanta la atención de todo el mundo, usar lindos vestidos y agradar a todos y a todas en cualquier lugar. Solo... no molestes a Electra ni la enojes, podrías salir herido.
Representantes: Kaya / Luke.
Descripción psicológica: Electra es una chica demasiado brillante. Demasiado perfecta, demasiado buena, demasiado... cliché. Se sabe que la chica oculta sus demonios internos para solo la que la hace enfurecer y muestra su lado amable y sarcástico con el que le rodea. Le encanta la atención de todo el mundo, usar lindos vestidos y agradar a todos y a todas en cualquier lugar. Solo... no molestes a Electra ni la enojes, podrías salir herido.
- Escrito:
- No logro despegar la mirada de mi computadora, necesito terminar mi trabajo de literatura. Es algo que simplemente no puedo dejar para cualquier día. Lamentablemente, esa es otra de mis extrañas obstinaciones. Una de las cuales quiero —y debo— dejar atrás. Escribo tecleando fuerte, y luego, furiosamente, observo la hora que indica el aparato.
Ocho con cuarenta y nueve minutos.
— ¡Oh, demonios! —mascullo mientras calculo cuanto tiempo necesitaré para poder alistarme. Debería darme una ducha, arreglar mi cabello —con la ayuda de la estilista más genial del mundo, la rebelde Mitch Moran. Mi completa y totalmente inadaptada madre— y conseguir tiempo extra para lograr terminar mi proyecto.
La puerta de mi habitación se abre lentamente, y la cabeza de cabello castaño con largos mechones rubios de mi madre se asoma, para luego preguntar sí tengo la menor idea de cuando comenzaré a ser algo más sensata y sí moveré mi trasero para ponerme ese vestido rojo.
— ¡Darian! ¿Realmente no estás emocionada? —pregunta, abriendo la puerta completamente y entrando, para luego acercarse hacia mi diminuto escritorio—. Vamos, nena, que no he comprado esa clase de vestido para que no muestres ni una pizca de interés en él.
— Mamá. Realmente me importa el baile, ¡la única cosa es que no puedo apagar mi cerebro! ¡Está siempre funcionando y recordándome los miles de deberes que debo hacer! ¡Y ni siquiera me pagan por ello, lo cual no para nada justo! —reclamo, obteniendo la mirada divertida de mi madre.
— ¡Eres igual a tú padre! ¡Nunca quieres divertirte! —comenta, mientras sale de la habitación riendo. Simplemente, Mitch Moran es increíble.
— ¡Oh, vamos! —grito de vuelta. Observo un punto fijo en la pantalla de mi ordenador y asiento sonriendo. Ha llegado la hora, Hollens.
Me levanto de mi asiento y corro hacía el baño. Me miro y levanto el dedo corazón hacía el reflejo. Qué desastre de cabello.
— ¡Soy realmente un asco! —comento a la alfombra de baño. Me desvisto y entró a la ducha. Abro la llave de la agua fría y un montón de agua me cae en la espalda. Doy un gritillo y enciendo rápidamente la llave del agua caliente. Cuando la regulo, observo al champú y le pregunto—. ¿Nunca te había ocurrido eso? Es bastante tonto, ¿no?
Probablemente, sí Luke —o cualquier persona cuerda— me viera, pensaría que soy una total lunática. ¡Y qué lunática! No sé ocultar mi nerviosismo ni mucho menos disimularlo de algún modo. Este era mi fin.
Restriego y lavo mi cuerpo y cabello, cantó canciones sobre las grandes mujeres en el mundo y sobre lo increíblemente lejos que yo estaba de ser una Madame Curie. La canción tiene poco sentido y mi cabeza comienza a procesar la tonta canción. Que idiotez. Cada mujer podía ser una Madame Curie si ella se lo proponía. No volvería a cantar esa canción. Termino mi ducha, envuelvo mi cuerpo y mi cabello en una toalla para luego comenzar a cepillarme los dientes. La inseguridad me ataca por la espalda. No estaba totalmente segura de sí debía realmente ir al baile y ser una rosa roja. Quizá era algo demasiado romántico y demasiado loco. Digo, ¿realmente a un chico le iría a importar que una chica se estuviera muriendo por él? ¡No! ¡Sonaba demasiado ridículo! Y mucho menos sí ese chico era Luke Hemmings.
Este, sin duda, era mi fin.* * *
Luego de pensarlo varios minutos sentada sobre la tapa de el inodoro, decidí que quizá simplemente podía ir a desahogarme y decirle lo mucho que me gusta su cabello despeinado, sus ojos azules, su nariz ligeramente respingada, sus labios y sin olvidar el piercing en ellos. Asombroso. ¡Podía decirle lo que me apetecía en el momento que me apetecía sin que el supiera quien era yo!
¡La vida me sonríe!
Salí del baño y corrí hacía mi habitación, donde, mi mamá esperaba con todos sus utensilios de peluquería sobre mi cama. Me dio una mirada desaprobando mi retraso.
— Lo lamento, lo lamento —pedí disculpas mientras daba media vuelta y abría mi pequeño clóset con las pocas prendas de vestir que me podía permitir—. Simplemente... —comencé, mientras tomaba el vestido y le quitaba el plástico que lo cubría. Era un vestido simplemente bello. Rojo, por supuesto. De tirantes cortos de tan solo cinco centímetros, escotado de la espalda, ajustado a la cintura y suelto hacía abajo—. Realmente estaba dudando sí debía ir.
— ¿Dudando? ¡Pero, Darian! ¿Cómo? —ya veía venir el regaño. La interrumpí lo antes posible. Algo, que se considera una hazaña si eres un Moran. Callar a Mitch sí era una hazaña.
— Digo, dudo que a un chico le sea muy agradable que le digan un montón de cosas sobre su forma de ser... sobre su físico y esas cosas, sin tener ni la maldita idea de quien le habla. ¡A nadie le gustaría! Supongo, a mi no.
— Creo, que tienes la razón. ¡Pero eso no importa! Irás y harás que ese chico caiga a tus pies.
Me coloqué mi vestido y me senté en la vieja silla de mi escritorio. Y se puso manos a la obra. ¡Mi mamá realmente era una artista en ello! Arregló mi cabello en pequeñas e insignificantes ondas y se preocupo de que quedara realmente suave, me maquilló y me colocó sus vieja joyería la cual nunca usaba y yo no pretendía usar en mucho tiempo.
— ¡Oh, oh! ¿Sabes que vendrán en una limusina? ¿Puedes creerlo? —todavía sentada, reí y aplaudí nerviosamente.
— Tiene que ser una broma. Realmente pensé que te recogerían en algún autobús escolar o algo similar, pero, ¿una jodida limusina? —tapó su boca con su mano, sonriendo—. Lo lamento, no repitas esas cosas.
— Mamá, tengo diecisiete años. Sé lo que debo decir y lo que no.
— Sí, lo sé. Solamente quiero recordar cuando eras solo una niña de cuatro años que fue al jardín de niños diciendo que todo era "Jodidamente genial".
Cuando estuve lista, me dirigí hacía la puerta y me coloqué mi abrigo. Miré a mi mamá y ella sonrió: — Patea traseros en esa pista, Darian.
Caminé fuera, bajé las escaleras y esperé inmovilizada fuera del edificio donde nos habríamos movido hace unos años. Fue cuando la limusina paró en el barrio de mal gusto. Aquella monstruosidad no tenía nada que hacer aquí. Me senté en el espacioso asiento y conté a las chicas sentadas. Diez. Once conmigo y faltaría solo una. La limusina se mueve rápidamente por toda la ciudad hasta llegar a una calle rodeada de bonitas casa. ¿Qué? Zoe vive allí. ¡Zoe vive allí! ¿Zoe era una rosa roja? ¿Estaría conmigo? ¿Estaría en una situación tan loca cómo la mía? Alto, incluso su hermana podía ser una rosa roja, Barbara. Digo, ¿no es cualquier chica? Pero... Barbara no tenía problema alguno para declararse. Esto era increíble. Cualquier chica de mi escuela podía vivir allí. No solo Zoe.
Observo subir a la chica y quedo totalmente pensativa bastante tiempo. Ni siquiera logro darme cuenta de que hemos llegado. Sujeto mi vestido y bajo rápidamente. La misma chica misteriosa estaba totalmente nerviosa. Me armo de valor, me acerco a ella sigilosamente y le digo: — Venga, tranquilízate. Todas sentimos lo mismo, pero es la única oportunidad que tenemos.* * *
Miró sonriendo por todos lados. La emoción y la adrenalina recorre todo mi cuerpo. Busco con la mirada a Luke y no se me hace visible. Un chico me toma de la cintura y me lleva a bailar una canción bastante pegajosa.
— ¿Esa rosa es para mí? —pregunta, señalando la rosa en mi mano. Sonrió amablemente y niego con la cabeza.
— Lo lamento.
— No importa.
Miró alrededor y Luke no está. Resignada, lamento que el chico no haya venido. Es una lástima y la sangre me quema por dentro de la rabia. Cuando me acerco hacía las puertas del gimnasio, estoy dispuesta a arrepentirme infinitamente de mi tonta decisión de venir. Digo, ¿un chico cómo Luke vendría? Por supuesto que no. Qué ingenua. De un momento hacía otro, choco contra alguien. Observo al alto chico en un traje elegante y abro mis ojos de par en par.
— Una rosa roja —murmura él. ¡Luke Hemmings sí vino al baile de las rosas rojas! ¡Luke sí vino! ¡Lo hizo! ¡Un chico cómo Luke sí viene a los bailes cómo estos! ¡Es imposible de creerlo! ¡Qué genial! Nerviosamente, empujo la rosa hacía su pecho torpemente. Lo cual provoca su sorpresa y frunce el ceño sonriendo—. ¿Mí rosa roja?
No, idiota. Soy la rosa roja de tu abuelo.
— Yo... eh.... —tartamudeo y me avergüenzo de mi comportamiento. ¡Creía ser una chica segura de si misma! Qué fracaso. Mi voz sale como la de un pitido—. ¡Sí! Por supuesto, Luke.
— Oh, genial. Pero vaya, pensé que debías entregar la rosa, no empujarla contra el chico.
— Lo lamento, es en serio. Estoy nerviosa, oh, ¿realmente ni siquiera puedo ser normal por una noche? —pregunto, observando el cielo fuera del gimnasio. Al igual que yo, intenta encontrar lo que tanto miro, no lo logra, ríe y observa la rosa entre sus manos. Había pasado parte de mi semana pensado tanto en cómo él se vería en traje y allí estaba, golpeando cada expectativa que tenía en mente. Muy guapo.
— Acabo de llegar. Vamos a bailar. ¿Qué me dices? —pregunta. Sonríe y me dice, algo avergonzado—. Disculpa si tropiezo o algo por el estilo, soy un horrible bailarín. Deberás disculparme.
— No puede ser tan malo —digo divertida.
Nos acercamos a la pista y la música todavía es enérgica. El me toma de las manos e intentamos bailar. No hace ningún movimiento bien. Oh, sí. Luke Hemmings realmente es un horrible bailarín. Observo sus ojos azules y el sonríe de lado. Pensamos exactamente lo mismo. Nada de bailes normales. Asentimos y comenzamos a movemos cómo dos indios intentando hacer algún tipo de ritual para que la lluvia vuelva a caer en sus tierras. Reímos incontrolablemente y la gente nos mira extrañados. No puedo lograr que nada me avergüence mientras bailo de un modo totalmente raro con Luke. Repentinamente, la música pop cambia a una balada de los 80' I'll be over you de Toto resuena en los parlantes. Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. La canción que más haría llorar a mi madre, hacía que fuera la mejor noche de mi vida.
Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. Sentí que traicionaba a mi madre, sonriendo y bailando felizmente la canción que le habría roto el corazón, pero rápidamente imaginé lo que diría mi madre: '¡Te pareces tanto a tu padre! ¡Siempre preocupándose por todo! Estaré bien'. Cierro los ojos y le digo lo que estoy pensando a Luke, lo suficientemente bajo para que lo que le diga sea confidencial. Un secreto entre nosotros.
— Ayer... ayer soñé contigo.
— ¿Soñaste conmigo? —suspiró—. ¿Y qué ocurría? ¿Era un sueño húmedo? —pregunta, sonriendo triunfalmente sobre su gracia. Reí y negué con la cabeza.
— ¡No, no! Soñé contigo. Y que nos besábamos. Y... aunque sabía que no era real, desperté, ilusionada —le digo, y sueno más como un poeta desesperado que una chica de diecisiete años.
— Espero que la ilusión siga estando allí, porque me muero por hacer realidad tu sueño —murmura, haciendo un gesto soñador.
Pestañee intentando despertar de la locura en la que estaba metida y suspiro, diciendo: — La magia de Disney.
— ¿Qué? —logra escuchar y frunce el entrecejo.
— Has sonado cómo un príncipe de Disney —le dije—. Ya sabes, con eso de hacer realidad los sueños.
Lanza una carcajada y le digo, sonriente: — Cambio de tema. ¿Te soy sincera? La verdad es, que hace un tiempo, prefería el Rock antes que el amor. Creo que has logrado cambiar mi teoría de vida.
Lo observo levantar sus cejas sorpresivamente y sonreír divertido.
— ¿Eso es difícil?
— Muy. Realmente en una hazaña si consideras mi forma de ser, ¿sabes? —hago una pausa y recuerdo sus ojos auzles—. Creo que tienes unos... muy lindos ojos. Azules —le comento y luego agrego, como una niña—. ¡Y me gusta tu cabello!
— Oh. ¿No te vas a burlar de mi cabello? —pregunta riendo.
— ¿Por qué lo haría?
— No lo sé. Todos lo hacen —murmura, acercando aún más mi cuerpo al suyo.
— Creo que se pierden a un maravilloso chico por el simple hecho de que no les agrade tu cabello.
Ríe y murmura: — Qué romántico es todo esto. Nunca pensé qué...
— Oh, Dios. ¿Estoy siendo estúpidamente romántica, no? —lamente aterrorizada. ¡Estaba asustándole! Aquello no podía ser cierto. Solté el agarre alrededor de su cuello, el cual nos mantenía juntos agradablemente y bajé mis brazos resignada. No puedo hacer esto—. Lamento todo eso.
— No, no. No me molesta que seas estúpidamente romántica. Es tu noche, cariño —ladee mi cabeza hacia la derecha y arrugué el entrecejo. ¿Es mí noche? Observo a Luke morder su labio nerviosamente y juguetear con su piercing. Agita su cabeza y la sombra de una sonrisa aparece mágicamente. Toma entre sus manos mi cintura y me acerca a él seductoramente. Temo derretirme frente a él en ese mismo instante y quedar en completo ridículo frente a todo el mundo.
pinkfloyd.
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
Frankie Marshall.
Nombres completos de los pj's: Francesca Marshall & Connor Thales.
Representantes: Amber Heard & Joe Jonas.
PEQUEÑA descripción psicológica: Realista es la palabra que mejor la define. No se deja llevar por falsas ilusiones, ni cuentos de hadas. Sabe que la vida es única, por eso la disfruta al máximo, reflejando su parte fiestera; no obstante, siempre directa y con la idea fija de que no todo es para siempre, evitándose ilusiones y, principalmente, obviando el amor en su vida.
Escrito (link o spoiler): [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Representantes: Amber Heard & Joe Jonas.
PEQUEÑA descripción psicológica: Realista es la palabra que mejor la define. No se deja llevar por falsas ilusiones, ni cuentos de hadas. Sabe que la vida es única, por eso la disfruta al máximo, reflejando su parte fiestera; no obstante, siempre directa y con la idea fija de que no todo es para siempre, evitándose ilusiones y, principalmente, obviando el amor en su vida.
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Última edición por Lottie. el Jue 03 Abr 2014, 7:24 pm, editado 3 veces
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Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
Hola perdón perdón si moleste pero te llego el MP ? donde te deje el link ?
Invitado
Invitado
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
pinkfloyd. escribió:
electra dan.Nombres completos de los pj's: Electra Charleen Maggay Davico / Dan Jean Roney.
Representantes: Kaya / Luke.
Descripción psicológica: Electra es una chica demasiado brillante. Demasiado perfecta, demasiado buena, demasiado... cliché. Se sabe que la chica oculta sus demonios internos para solo la que la hace enfurecer y muestra su lado amable y sarcástico con el que le rodea. Le encanta la atención de todo el mundo, usar lindos vestidos y agradar a todos y a todas en cualquier lugar. Solo... no molestes a Electra ni la enojes, podrías salir herido.
- Escrito:
No logro despegar la mirada de mi computadora, necesito terminar mi trabajo de literatura. Es algo que simplemente no puedo dejar para cualquier día. Lamentablemente, esa es otra de mis extrañas obstinaciones. Una de las cuales quiero —y debo— dejar atrás. Escribo tecleando fuerte, y luego, furiosamente, observo la hora que indica el aparato.
Ocho con cuarenta y nueve minutos.
— ¡Oh, demonios! —mascullo mientras calculo cuanto tiempo necesitaré para poder alistarme. Debería darme una ducha, arreglar mi cabello —con la ayuda de la estilista más genial del mundo, la rebelde Mitch Moran. Mi completa y totalmente inadaptada madre— y conseguir tiempo extra para lograr terminar mi proyecto.
La puerta de mi habitación se abre lentamente, y la cabeza de cabello castaño con largos mechones rubios de mi madre se asoma, para luego preguntar sí tengo la menor idea de cuando comenzaré a ser algo más sensata y sí moveré mi trasero para ponerme ese vestido rojo.
— ¡Darian! ¿Realmente no estás emocionada? —pregunta, abriendo la puerta completamente y entrando, para luego acercarse hacia mi diminuto escritorio—. Vamos, nena, que no he comprado esa clase de vestido para que no muestres ni una pizca de interés en él.
— Mamá. Realmente me importa el baile, ¡la única cosa es que no puedo apagar mi cerebro! ¡Está siempre funcionando y recordándome los miles de deberes que debo hacer! ¡Y ni siquiera me pagan por ello, lo cual no para nada justo! —reclamo, obteniendo la mirada divertida de mi madre.
— ¡Eres igual a tú padre! ¡Nunca quieres divertirte! —comenta, mientras sale de la habitación riendo. Simplemente, Mitch Moran es increíble.
— ¡Oh, vamos! —grito de vuelta. Observo un punto fijo en la pantalla de mi ordenador y asiento sonriendo. Ha llegado la hora, Hollens.
Me levanto de mi asiento y corro hacía el baño. Me miro y levanto el dedo corazón hacía el reflejo. Qué desastre de cabello.
— ¡Soy realmente un asco! —comento a la alfombra de baño. Me desvisto y entró a la ducha. Abro la llave de la agua fría y un montón de agua me cae en la espalda. Doy un gritillo y enciendo rápidamente la llave del agua caliente. Cuando la regulo, observo al champú y le pregunto—. ¿Nunca te había ocurrido eso? Es bastante tonto, ¿no?
Probablemente, sí Luke —o cualquier persona cuerda— me viera, pensaría que soy una total lunática. ¡Y qué lunática! No sé ocultar mi nerviosismo ni mucho menos disimularlo de algún modo. Este era mi fin.
Restriego y lavo mi cuerpo y cabello, cantó canciones sobre las grandes mujeres en el mundo y sobre lo increíblemente lejos que yo estaba de ser una Madame Curie. La canción tiene poco sentido y mi cabeza comienza a procesar la tonta canción. Que idiotez. Cada mujer podía ser una Madame Curie si ella se lo proponía. No volvería a cantar esa canción. Termino mi ducha, envuelvo mi cuerpo y mi cabello en una toalla para luego comenzar a cepillarme los dientes. La inseguridad me ataca por la espalda. No estaba totalmente segura de sí debía realmente ir al baile y ser una rosa roja. Quizá era algo demasiado romántico y demasiado loco. Digo, ¿realmente a un chico le iría a importar que una chica se estuviera muriendo por él? ¡No! ¡Sonaba demasiado ridículo! Y mucho menos sí ese chico era Luke Hemmings.
Este, sin duda, era mi fin.* * *
Luego de pensarlo varios minutos sentada sobre la tapa de el inodoro, decidí que quizá simplemente podía ir a desahogarme y decirle lo mucho que me gusta su cabello despeinado, sus ojos azules, su nariz ligeramente respingada, sus labios y sin olvidar el piercing en ellos. Asombroso. ¡Podía decirle lo que me apetecía en el momento que me apetecía sin que el supiera quien era yo!
¡La vida me sonríe!
Salí del baño y corrí hacía mi habitación, donde, mi mamá esperaba con todos sus utensilios de peluquería sobre mi cama. Me dio una mirada desaprobando mi retraso.
— Lo lamento, lo lamento —pedí disculpas mientras daba media vuelta y abría mi pequeño clóset con las pocas prendas de vestir que me podía permitir—. Simplemente... —comencé, mientras tomaba el vestido y le quitaba el plástico que lo cubría. Era un vestido simplemente bello. Rojo, por supuesto. De tirantes cortos de tan solo cinco centímetros, escotado de la espalda, ajustado a la cintura y suelto hacía abajo—. Realmente estaba dudando sí debía ir.
— ¿Dudando? ¡Pero, Darian! ¿Cómo? —ya veía venir el regaño. La interrumpí lo antes posible. Algo, que se considera una hazaña si eres un Moran. Callar a Mitch sí era una hazaña.
— Digo, dudo que a un chico le sea muy agradable que le digan un montón de cosas sobre su forma de ser... sobre su físico y esas cosas, sin tener ni la maldita idea de quien le habla. ¡A nadie le gustaría! Supongo, a mi no.
— Creo, que tienes la razón. ¡Pero eso no importa! Irás y harás que ese chico caiga a tus pies.
Me coloqué mi vestido y me senté en la vieja silla de mi escritorio. Y se puso manos a la obra. ¡Mi mamá realmente era una artista en ello! Arregló mi cabello en pequeñas e insignificantes ondas y se preocupo de que quedara realmente suave, me maquilló y me colocó sus vieja joyería la cual nunca usaba y yo no pretendía usar en mucho tiempo.
— ¡Oh, oh! ¿Sabes que vendrán en una limusina? ¿Puedes creerlo? —todavía sentada, reí y aplaudí nerviosamente.
— Tiene que ser una broma. Realmente pensé que te recogerían en algún autobús escolar o algo similar, pero, ¿una jodida limusina? —tapó su boca con su mano, sonriendo—. Lo lamento, no repitas esas cosas.
— Mamá, tengo diecisiete años. Sé lo que debo decir y lo que no.
— Sí, lo sé. Solamente quiero recordar cuando eras solo una niña de cuatro años que fue al jardín de niños diciendo que todo era "Jodidamente genial".
Cuando estuve lista, me dirigí hacía la puerta y me coloqué mi abrigo. Miré a mi mamá y ella sonrió: — Patea traseros en esa pista, Darian.
Caminé fuera, bajé las escaleras y esperé inmovilizada fuera del edificio donde nos habríamos movido hace unos años. Fue cuando la limusina paró en el barrio de mal gusto. Aquella monstruosidad no tenía nada que hacer aquí. Me senté en el espacioso asiento y conté a las chicas sentadas. Diez. Once conmigo y faltaría solo una. La limusina se mueve rápidamente por toda la ciudad hasta llegar a una calle rodeada de bonitas casa. ¿Qué? Zoe vive allí. ¡Zoe vive allí! ¿Zoe era una rosa roja? ¿Estaría conmigo? ¿Estaría en una situación tan loca cómo la mía? Alto, incluso su hermana podía ser una rosa roja, Barbara. Digo, ¿no es cualquier chica? Pero... Barbara no tenía problema alguno para declararse. Esto era increíble. Cualquier chica de mi escuela podía vivir allí. No solo Zoe.
Observo subir a la chica y quedo totalmente pensativa bastante tiempo. Ni siquiera logro darme cuenta de que hemos llegado. Sujeto mi vestido y bajo rápidamente. La misma chica misteriosa estaba totalmente nerviosa. Me armo de valor, me acerco a ella sigilosamente y le digo: — Venga, tranquilízate. Todas sentimos lo mismo, pero es la única oportunidad que tenemos.* * *
Miró sonriendo por todos lados. La emoción y la adrenalina recorre todo mi cuerpo. Busco con la mirada a Luke y no se me hace visible. Un chico me toma de la cintura y me lleva a bailar una canción bastante pegajosa.
— ¿Esa rosa es para mí? —pregunta, señalando la rosa en mi mano. Sonrió amablemente y niego con la cabeza.
— Lo lamento.
— No importa.
Miró alrededor y Luke no está. Resignada, lamento que el chico no haya venido. Es una lástima y la sangre me quema por dentro de la rabia. Cuando me acerco hacía las puertas del gimnasio, estoy dispuesta a arrepentirme infinitamente de mi tonta decisión de venir. Digo, ¿un chico cómo Luke vendría? Por supuesto que no. Qué ingenua. De un momento hacía otro, choco contra alguien. Observo al alto chico en un traje elegante y abro mis ojos de par en par.
— Una rosa roja —murmura él. ¡Luke Hemmings sí vino al baile de las rosas rojas! ¡Luke sí vino! ¡Lo hizo! ¡Un chico cómo Luke sí viene a los bailes cómo estos! ¡Es imposible de creerlo! ¡Qué genial! Nerviosamente, empujo la rosa hacía su pecho torpemente. Lo cual provoca su sorpresa y frunce el ceño sonriendo—. ¿Mí rosa roja?
No, idiota. Soy la rosa roja de tu abuelo.
— Yo... eh.... —tartamudeo y me avergüenzo de mi comportamiento. ¡Creía ser una chica segura de si misma! Qué fracaso. Mi voz sale como la de un pitido—. ¡Sí! Por supuesto, Luke.
— Oh, genial. Pero vaya, pensé que debías entregar la rosa, no empujarla contra el chico.
— Lo lamento, es en serio. Estoy nerviosa, oh, ¿realmente ni siquiera puedo ser normal por una noche? —pregunto, observando el cielo fuera del gimnasio. Al igual que yo, intenta encontrar lo que tanto miro, no lo logra, ríe y observa la rosa entre sus manos. Había pasado parte de mi semana pensado tanto en cómo él se vería en traje y allí estaba, golpeando cada expectativa que tenía en mente. Muy guapo.
— Acabo de llegar. Vamos a bailar. ¿Qué me dices? —pregunta. Sonríe y me dice, algo avergonzado—. Disculpa si tropiezo o algo por el estilo, soy un horrible bailarín. Deberás disculparme.
— No puede ser tan malo —digo divertida.
Nos acercamos a la pista y la música todavía es enérgica. El me toma de las manos e intentamos bailar. No hace ningún movimiento bien. Oh, sí. Luke Hemmings realmente es un horrible bailarín. Observo sus ojos azules y el sonríe de lado. Pensamos exactamente lo mismo. Nada de bailes normales. Asentimos y comenzamos a movemos cómo dos indios intentando hacer algún tipo de ritual para que la lluvia vuelva a caer en sus tierras. Reímos incontrolablemente y la gente nos mira extrañados. No puedo lograr que nada me avergüence mientras bailo de un modo totalmente raro con Luke. Repentinamente, la música pop cambia a una balada de los 80' I'll be over you de Toto resuena en los parlantes. Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. La canción que más haría llorar a mi madre, hacía que fuera la mejor noche de mi vida.
Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. Sentí que traicionaba a mi madre, sonriendo y bailando felizmente la canción que le habría roto el corazón, pero rápidamente imaginé lo que diría mi madre: '¡Te pareces tanto a tu padre! ¡Siempre preocupándose por todo! Estaré bien'. Cierro los ojos y le digo lo que estoy pensando a Luke, lo suficientemente bajo para que lo que le diga sea confidencial. Un secreto entre nosotros.
— Ayer... ayer soñé contigo.
— ¿Soñaste conmigo? —suspiró—. ¿Y qué ocurría? ¿Era un sueño húmedo? —pregunta, sonriendo triunfalmente sobre su gracia. Reí y negué con la cabeza.
— ¡No, no! Soñé contigo. Y que nos besábamos. Y... aunque sabía que no era real, desperté, ilusionada —le digo, y sueno más como un poeta desesperado que una chica de diecisiete años.
— Espero que la ilusión siga estando allí, porque me muero por hacer realidad tu sueño —murmura, haciendo un gesto soñador.
Pestañee intentando despertar de la locura en la que estaba metida y suspiro, diciendo: — La magia de Disney.
— ¿Qué? —logra escuchar y frunce el entrecejo.
— Has sonado cómo un príncipe de Disney —le dije—. Ya sabes, con eso de hacer realidad los sueños.
Lanza una carcajada y le digo, sonriente: — Cambio de tema. ¿Te soy sincera? La verdad es, que hace un tiempo, prefería el Rock antes que el amor. Creo que has logrado cambiar mi teoría de vida.
Lo observo levantar sus cejas sorpresivamente y sonreír divertido.
— ¿Eso es difícil?
— Muy. Realmente en una hazaña si consideras mi forma de ser, ¿sabes? —hago una pausa y recuerdo sus ojos auzles—. Creo que tienes unos... muy lindos ojos. Azules —le comento y luego agrego, como una niña—. ¡Y me gusta tu cabello!
— Oh. ¿No te vas a burlar de mi cabello? —pregunta riendo.
— ¿Por qué lo haría?
— No lo sé. Todos lo hacen —murmura, acercando aún más mi cuerpo al suyo.
— Creo que se pierden a un maravilloso chico por el simple hecho de que no les agrade tu cabello.
Ríe y murmura: — Qué romántico es todo esto. Nunca pensé qué...
— Oh, Dios. ¿Estoy siendo estúpidamente romántica, no? —lamente aterrorizada. ¡Estaba asustándole! Aquello no podía ser cierto. Solté el agarre alrededor de su cuello, el cual nos mantenía juntos agradablemente y bajé mis brazos resignada. No puedo hacer esto—. Lamento todo eso.
— No, no. No me molesta que seas estúpidamente romántica. Es tu noche, cariño —ladee mi cabeza hacia la derecha y arrugué el entrecejo. ¿Es mí noche? Observo a Luke morder su labio nerviosamente y juguetear con su piercing. Agita su cabeza y la sombra de una sonrisa aparece mágicamente. Toma entre sus manos mi cintura y me acerca a él seductoramente. Temo derretirme frente a él en ese mismo instante y quedar en completo ridículo frente a todo el mundo.
Ficha
aceptada.
suerte.
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Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
sí, me llegó, aunque está mal. gracias.PanquequesForever:3 escribió:Hola perdón perdón si moleste pero te llego el MP ? donde te deje el link ?
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Invitado
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
soy tan boba que no me decido por quien audicionar
✦ ausente.✦
pixie.
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
dylan x brittbowie escribió:soy tan boba que no me decido por quien audicionar
amo ese ship.
Invitado
Invitado
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
iba a hacer stora o allisaac pero no seColfer. escribió:dylan x brittbowie escribió:soy tan boba que no me decido por quien audicionar
amo ese ship.
✦ ausente.✦
pixie.
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
allisac<3.bowie escribió:iba a hacer stora o allisaac pero no seColfer. escribió:dylan x brittbowie escribió:soy tan boba que no me decido por quien audicionar
amo ese ship.
Invitado
Invitado
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
- the show must go on:
Gosh, tu idea es maravillosa ccc: casi siempre se trata de que las chicas son las que tratan mal a los chicos xDDD pero ahora es todo lo contrario DDDD: eso me gusta so... creo xDD bueno cuando tenga tiempo te dejo mi ficha :meh:
Gerrie.
Re: a twisted game {audiciones cerradas. |resultados|
cele, amé la idea, es muy djfkalfs ¿me explico? a. me llamo julieta pero dime juli. tengo catorce y soy de argentina. voy a participar, mas tarde te mando la ficha. besos xx
- 'THE SHOW MUST GO ON':
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