Beautiful Destination 《 Larry Stylinson》TERMINADA

Epílogo 

A la mañana siguiente despertaron abrazados, desnudos y un poco avergonzados. Después de mirarse durante unos minutos sin saber qué hacer o qué decir, ambos se levantaron de golpe, con movimientos torpes, y se vistieron, el primero en hablar fue Harry quien estaba bastante nervioso.


-¿…T-Te apetece desayunar?- Pregunto murmurando mientras se ponía su camisa.


Louis también con los nervios a flor de piel intentó contestar, pero al darse la vuelta con los pantalones a medio poner, se resbaló y cayó al suelo sobre su trasero. Alzó la vista avergonzado cuando se dio cuenta de que Harry se había puesto la camiseta del revés. Ambos se miraron y estallaron en carcajadas, no pudieron parar en un buen rato. 


-Lou ¿estás bien? No sabía que tenías tanto sentido del humor como para reírte de tu propia caída.- Dijo Harry con la risa todavía en la boca. Ante esto Louis rió más todavía, señalando la camiseta de Harry y aclaró.


-N-No es eso- le costaba hablar.- T-Tu camiseta- En ese momento y sin poder aguantarlo Louis se encogió agarrándose la barriga, que le dolía horrores a causa de la risa. Y cuando Harry se miró al espejo y se dio cuenta, también comenzó a reír sin parar.


-¡Qué idiota soy!


-Que cosas, parecemos niños.


-Y que lo digas. En fin, será mejor que desayunemos.


-Si, será mejor-Louis comenzó a levantarse del suelo para ponerse bien los pantalones.


Todavía riendo se encaminaron a la pequeña cocina. Esta vez, Harry se había preparado y había comprado pan y mermelada. Calentó leche y sirvió tostadas.


-¡Vaya! – Exclamó Louis, sorprendido.


-¿Qué te creías? Esta vez me he preparado.


-No tenías por qué...-Movió su cabeza de izquierda a derecha con una sonrisa en sus labios.


-Aún que me duela decirlo, es nuestro último desayuno juntos en mucho tiempo. Al menos quería que fuera “Abundante”.


-Y lo es, muchas gracias. 


-Así tienes otra razón para no olvidarte de mí.


-No me olvidaré de ti, tengo esto.- Dijo Louis posando la mano en su pecho, donde la noche anterior Harry había dejado una marca. Ante esto, el aludido se sonrojó y comenzó a echar mermelada de más en su tostada.- Y como sigas echando mermelada te va a salir por los ojos.


-¡Mierda! ¿Qué me pasa hoy?-Soltó una risita.


-Nunca te había visto tan nervioso, Harry.


-Supongo que esto arruina mi imagen.


-¡No seas tonto! También me gusta esta parte de ti.- Harry sonrió.


-Louis ¿Hasta qué hora tienes para estar aquí?


-Me vendrán a recoger a las doce. ¿Por? ¿Qué hora es?-Preguntó un poco angustiado.


-Tranquilo, son las diez.


Dicho esto, se dispusieron a acabar el desayuno. Ambos decidieron que en esas dos horas se quedarían ahí, los dos solos, disfrutando de la presencia del otro todo lo que pudieran. Se sentaron en el sofá, hablando de todo lo que harían cuando por fin pudieran estar juntos, se imaginaron todos los sitios a los que irían y las cosas que comprarían. Por supuesto irían a visitar a Bella, a Sophie y a George. Louis quería seguir trabajando en la librería. A pesar de lo mucho que habían sufrido en aquella ciudad, era donde se habían conocido y donde tenían todos sus recuerdos felices, así que decidieron que no se querían ir de allí. Estudiarían en la universidad y conseguirían dejar la casa de Harry, ya que este no quería depender de la misericordia de su padre toda la vida. Harían todo lo posible por conseguirlo, se dijeron.


Una vez acabaron de imaginar todo esto, Louis se recostó sobre Harry posando la cabeza en su hombro. Estaba convencido de que esos cinco meses sin él se le iban a hacer eternos, pero la perspectiva de un futuro con él le daba fuerzas para soportar lo que fuera. Estaba pensando en esto cuando sintió el ruido de un coche. Ya eran las doce. Harry también se dio cuenta y, antes de que timbraran a la puerta, besó a Louis con pasión.


-Te quiero, Louis con toda mi alma.


-Yo también te quiero mucho como no tienes idea.- Dicho esto, el chico no pudo eviar que una lágrima se le escurriera por la mejilla, pero en ese mismo momento sonó el timbre de la casa. Mientras Louis se secaba rápidamente la cara, Harry fue a abrir. Era el policía, el mismo que había ido al hospital a hablar con Louis, Harry lo hizo pasar.


-Buenos días, chicos. He venido a llevarte, Louis-Habló el polocía.


-Lo se.


-¿Tienes tus cosas preparadas? ¿O quieres que pasemos por tu casa? No te preocupes, tu madre no está. La hemos retenido toda la noche en comisaría después de tomarle declaración.


-Las cosas las tengo en mi casa, sí, tendré que ir a por ellas... Humm ¿Cómo está mi madre?-Preguntó por ella.


-Loca, chico, loca. No ha parado de gritar que estaba en el infierno toda la noche. Al final hemos tenido que llamar a un psiquiatra.


-¿Y ahora?


-Se celebrará un juicio la semana que viene, pero lo más seguro es que la lleven a un psiquiátrico.- Ante esto Louis no supo que decir, se quedó callado con la vista fija en el suelo hasta que sintió la mano de Harry en su hombro.


-Tranquilo, todo saldrá bien, yo estoy aquí.


-Gracias.


-Escucha, Louis- Dijo el policía.- Se que esto es duro, pero debes ser fuerte. Si por mi fuera, no tendrías ni que ir al centro de acogida ya que has demostrado que puedes coexistir por ti solo, pero yo no soy el que manda, y la ley es la ley.


-Lo se, no se preocupe, solo son cinco meses.


-Eso es, chico. Después podrás hacer lo que quieras. Ahora debemos irnos.-Con su pulgar señalo un carro negro a sus espaldas.


-De acuerdo.


-Me has dicho que necesitas tus cosas, vamos por ellas.- En dos minutos Louis recogió todo lo que necesitaba y volvió a casa de Harry. Llegó el momento de despedirse, y el chico se giró a mirar a Harry quien con una expresión de dolor absoluto lo abrazó con todas sus fuerzas. Se quedaron así un rato, sin importarles la presencia del inspector y se dijeron “te quiero” al oído a la vez que se separaban. Haciendo acopio de la poca firmeza que le quedaba, Louis salió por la puerta mientras Harry lo miraba.


Pasó una semana y el juicio se celebró. Como era de esperar, a la madre de Louis la decararon culpable y debido a su estado mental decidieron llevarla a un psiquiátrico en otra ciudad, lejos de Louis quien fue enviado a un centro de acogida que estaba a seis horas de Harry. Durante los cinco meses que estuvieron separados, ambos lo pasaron fatal pero consiguieron aprobar los exámenes e ingresar a la universidad. Harry decidió estudiar derecho y Louis literatura pues esa era su pasión.


El último día en el centro de acogida se le hizo el más largo, había quedado con Harry con el que hablaba a menudo por teléfono, en que este lo esperaría fuera y se irían juntos a las doce. Mientras recogía sus cosas el chico no se podía creer que después de tanto tiempo fuera a ver a Harry otra vez, le parecía todo tan irreal como su estancia en el centro. Cinco meses en los que había estudiado como loco y había conocido a mucha gente con problemas como el suyo o incluso peores, cinco meses sin Harry, sin ver a su madre, sin que ésta le pegara y cinco meses que recordaría toda su vida y que le habían hecho más fuerte. Con un último suspiro cerró la maleta y salió de su habitación. Dejo el equipaje en la entrada y se fue a despedir de la gente que había conocido allí. Todos le desearon mucha suerte e incluso algunos lloraron, pero él no podía llorar, por que a pesar de que le daba pena separarse de ellos, no podía aguantar las ganas de volver a abrazar a Harry de escuchar su voz sin el teléfono de por medio y de mirar sus hermosos ojos color verde.


Salió en silencio y atravesó la enorme puerta de madera, para después caminar por el patio y finalmente cruzar las rejas que rodeaban el lugar. Al otro lado estaba Harry, cuando se vieron fue como si el tiempo se detuviera y volvieran al lugar donde se conocieron. Se quedaron mirando a los ojos unos segundos y después de ver lo mucho que habían cambiado, Louis soltó la maleta de golpe y se echó a los brazos del otro, quien correspondió a su abrazo sin dudarlo. Se quedaron así un bueno rato, sin decir nada, simplemente sintiendo de nuevo al otro, recordando todos los momentos que habían pasado juntos. Cuando se separaron y se miraron otra vez, no pudieron evitar el sonreír de oreja a oreja, juntaron sus frentes y estallaron en carcajadas. Cuando se hubieron calmado, Harry habló por primera vez.


-Estás muy guapo. Has crecido.


-Tú también.


-Volvamos a casa.


-Si- Dicho esto, Harry beso a Louis. A pesar de que ninguno podría haber olvidado esa sensación, revivirla después de tanto tiempo fue algo increíble para ambos, tanto que ninguno se quiso separar en un buen rato. Cuando se separaron, Louis rió.


-No recordaba que besaras tan bien.- Ante esta afirmación, Harry rió.


-Anda, trae que te ayudo con el equipaje, nos vamos.


-¡Siiii!- Louis le acercó una maleta a Harry y, cogidos de la mano, volvieron a casa.


El destino es un constructo metafísico y como tal está sometido a interpretaciones. El destino sería la sucesión incognoscible e inevitable de acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo, el destino se relacionaría con la teoría de la causalidad que afirma que, si «toda acción conlleva una reacción, dos acciones iguales tendrán la misma reacción», a menos que se combinen varias causas entre sí haciendo impredecible a nuestros ojos el resultado. Nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada, todo tiene una causa, y si tiene una causa estaba predestinado a existir desde el momento en que la causa surgió por ejemplo Harry jamás se imagino que al salir de su casa a correr por la orilla del mar, conocería al amor de su vida a la persona que le daba sentido seguir viviendo y Louis jamás penso que aquel chico de rizos sería su salvación, ellos simplemente ya estaba predestinados a encontrarse para poder amarse, para dejar de sufrir, para por fin ser felices y cumplir todas sus metas, aspiraciones y sueños juntos.





¡Hola! Bien este fue ahora si el fin, espero les guste y reciba sus hermosos comentarios jejejeje bueno nos leemos luego, besos.