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48 Horas (One Direction & The Vamps)

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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Lun 30 Dic 2013, 12:21 pm

Capitulo 1




Juzgando sólo por su ropa y su apariencia, no podía aceptar que esta persona tuviera tendencias autistas o violentas. Sé que todas las personas que se niegan a abrir la boca piensan que los que están frente a ellas no entienden de lo que les están hablando.


Y teniendo en cuenta el estado en el que se encuentra él en este momento, es completamente normal.
Hola le dije. Cerré la puerta de la sala de interrogatorios y me acerqué a la mesa. Soy Frank.
Lo miré, hice una pequeña reverencia antes de sentarme, y le pregunté:

¿Te apetece una taza de café?

Evidentemente, él no tenía ningún interés en contestar a mi aburrida pregunta.
A mí también me parece que el café del Departamento Federal es un asco, así que he traído un poco de té… dije— ¿Quieres probarlo? mientras le preguntaba, le hice unos gestos a Mike para que trajera la tetera. Me he dado cuenta de que hace mucho tiempo que no bebes agua, y los humanos necesitamos beber lo miré antes de continuar si queremos seguir vivos.
Se quedó quieto, en la misma posición, pero sus largas pestañas se movieron un poco.

No soy de la policía, ni estoy aquí para charlar contigo como un amigo ni para persuadirte de que hables como si fuera tu niñera le sonreí. Soy médico, y creo que la persona a la que más necesitas en estos momentos.

Sus ojos miraban fijamente al suelo, parecía que no tuviera alma.

Has pasado por muchas cosas esta semana. Pero algún día me incliné para mirarle a la cara, ya que su pelo  le tapaba la mitad, algún día seguirás adelante y afrontarás todo esto. ¿Quieres saber por qué? le pregunté.

No contestó.

Porque no estás loco. Tu estado mental es muy estable. Tampoco tienes amnesia. Tu comportamiento de después de este incidente es una emoción propia de cualquier ser humano, sobre todo después de pasar por este tipo de experiencia. Puedes elegir no aceptarlo, pero tu capacidad y tu resistencia mental son mucho más fuertes que las de cualquier otro chico de tu edad. Aunque intentaras suicidarte en el chalet, te lo pensaste durante mucho tiempo.

Zayn agachó la cabeza, seguía mirando al suelo.

Tuviste al menos 5 horas, y sólo te quedaste mirando ese bote de pastillas para el corazón, sin ser capaz de tragártelas lo miré. Podrías haber saltado por una ventana del chalet, podrías haber roto un espejo en pedazos y haberte cortado la garganta. Hiciste un montón de cosas en el baño para preparar tu muerte, pero no moriste.

Sus dedos temblaron un poco.

Tu deseo de seguir viviendo es más fuerte que el de cualquier otro, mucho más fuerte que el del resto de tus compañeros, que ahora están muertos. Por eso tú sigues vivo me acerqué para mirarlo a la cara. Y la razón por la que Dios te ha permitido seguir viviendo tal vez no sea porque merecías una recompensa, sino porque no has sufrido lo suficiente. Quizás este sea su castigo para ti.

Levantó los párpados, sus ojos marrones estaban turbios.

Puedes quedarte callado durante el resto de tu vida, pasar por una evaluación psicológica, encontrar un buen abogado que te defienda. Puedes vivir lo que te queda de vida tranquilamente, tampoco es que ser un cobarde sea nada malo dije. Pero tú no eres así añadí. Si fueras así, habrías muerto en ese chalet.

Su voz ronca murmuró sus primeras palabras en días.

Me estás sobrevalorando.

Sentí cómo la gente que nos observaba desde fuera se adelantaba unos pasos, los que no llevaban los auriculares para oír la traducción de lo que decíamos se los pusieron rápidamente. Detrás del espejo unidireccional que había a mi espalda, más de una docena de ojos podían vernos.

Sonreí y le pregunté:

¿Por qué dices eso?


¿Te crees muy listo? me devolvió la mirada y la sonrisa.

Por supuesto que no contesté.

No se rió, negando con la cabeza—. Debes de estar pensando que lo sabes todo, que tienes todo bajo control.

Lo miré, en silencio.

Si te has dado cuenta de eso, también deberías saber que la gente que te ha invitado a venir no lo ha hecho por este caso o por mí. Yo soy sólo un impostor, he estado actuando todo el rato —Zayn sonrió y me miró con los ojos entrecerrados. Nuestro verdadero motivo era engañarte para que vinieras. Crees que me niego a hablar porque es demasiado doloroso, pero en realidad lo único que estoy haciendo es actuar.

Miré a Zayn, y empecé a considerar seriamente si la evaluación psicológica era necesaria o no.

¿Qué te parece? me preguntó.

Hubo una pausa, tras la cual le contesté:

No te creo.


¿Qué pasa si salieras de esta habitación y te encontraras con que no hay nadie? preguntó.

Me lo pensé por un momento y respondí:

Asumiría que ha ocurrido una emergencia y que todos han escapado, y que no han tenido tiempo de avisarnos.


¿Y si no pudieras utilizar tu teléfono para contactar con nadie y vieras que la puerta principal está bloqueada? se me quedó mirando.

Yo también lo miré fijamente. Aunque el ambiente empezaba a resultarme bastante incómodo, tenía que intentar seguir manteniendo mi profesionalidad y mi tranquilidad.

Yo… cogí la taza con ambas manos, me protegería a mí mismo… y tendría cuidado contigo.

Sus ojos se oscurecieron de repente, y dijo:

Respuesta incorrecta.


Nunca tomaría la iniciativa de atacarte antes de conocer la situación dije, pero tampoco confiaría en ti.

Agachó la cabeza y dijo:

Te equivocas… yo también me equivoqué… todos nos equivocamos.


Observé su expresión y le pregunté:

¿Todos? ¿Te refieres a los demás chicos?


Se rió como de sí mismo, agachando aún más la cabeza.

Tu té no huele mal.


Sólo podía seguirle el ritmo y cambiar de tema.

Oh, ¿ya lo has probado?


—Un viejo amigo mío, solía tomar mucho ese té; lo bebíamos juntos a menudo dijo, como si de repente yo mismo me hubiera vuelto un viejo amigo suyo.

¿Un amigo de Inglaterra? pregunté.

Eso es. No podemos beber alcohol como y cuando nos gustaría, así que durante en Año Nuevo cambiábamos el alcohol por té empezó a recordar.

Ese viejo amigo tuyo, ¿sigue en Inglaterra?

Se quedó quieto durante un instante y negó con la cabeza.

No lo sé, pero supongo que no habrá vuelto a Inglaterra. Siempre decía que se quería ir a casa.


Mientras hablaba, empezó a derramar lentamente el té de la taza al suelo.

Me quedé mirándolo, en silencio.

La verdad es que no tengo muchos amigos levantó la cabeza y me miró. Él siempre hablaba de volver a casa, y la verdad es que lo envidio, porque yo ya no sé dónde está mi hogar. Creo que tienes razón dijo Zayn, sonriéndome, seguir vivo… no es una recompensa. Es un castigo.




Capitulo 2


El tiempo en Los Ángeles era un poco más frío de lo que me esperaba, pero aparte de eso, no había nada fuera de lo normal ese día. Después de desembarcar del avión, nos dirigimos a la zona de recogida de equipaje. James, un miembro de "The Vamps", los teloneros de nuestro concierto, iba primero. Tristan, Liam y Louis iban caminando entre ellos. Harry y Connor caminaban pegados el uno al otro,como si nadie pudiera verlos. Bradley estaba a mi lado, sin parar de quejarse de lo deprimido que estaba porque estaba lejos de su hogar. Niall seguía como siempre: iba el último, con los auriculares puestos y mirando a su alrededor.


Aminoré el paso a propósito y tiré de él.
—Deberías quitarte eso ya, si no, no nos vas a oír si te llamamos —dije.
Se me quedó mirando, ensimismado, y su expresión se volvió despreocupada:
—Oh, no hay problema —dijo.
No mostró ningún ademán de quitarse los auriculares después de eso. Negué con la cabeza, exasperado, y seguí escuchando las quejas de Bradley. No le había dicho a nadie que en realidad estaba de mal humor porque había pasado la noche en vela. Hoy había visto cómo el manager le echaba la bronca a Niall por plantear la idea de volver a casa, así que eso significaba que mis propios planes de volver a casa se habían ido por el caño.
—¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara, como si tus padres se hubieran muerto? —dijo Connor, mientras esperábamos a que saliera nuestro equipaje. Connor siempre nos molestaba de este modo cuando sabía que nadie estaba de humor para hablar.
Niall se quitó los auriculares y murmuró desde un lado:

—Está llorando tu pérdida en silencio.
—He tenido una vida maravillosa, sobre todo la tenía antes de conocerte —dijo Connor, mirando hacia afuera—, y si consigo llegar a la furgoneta a salvo y sin romperme ningún hueso, consideraré que mi vida ha sido perfecta. Ah, que sepas que no te has afeitado bien —dijo, mirando a Niall con gravedad.
—Y tú no te afeitaste las piernas anoche. Hace un momento, en el avión, pude sentir esa fuerte presencia masculina que solías tener —dijo Niall, arreglándose el cuello de la camisa.
—¿Por qué? ¿Estás cachondo? —Connor se echó a reír—. Si tienes lo que hay que tener, cuenta lo cachondo que estás en la entrevista de mañana.
Si estuviéramos en Irlanda, sería plausible, pero LA no es mi territorio.- Dijo Niall
—Sois unos asquerosos… —dijo Bradley mientras les lanzaba una mirada de disgusto al escuchar su conversación —Comportandose de esa manera y tan pegados delante de otras personas… ¿es que no te basta con Harry?- Dijo Bradley
—¿De qué habláis? —la voz de Harry los interrumpió.
—De nada importante —dijo Connor sonriendo mientras miraba a Harry—. Estábamos discutiendo sobre si nos darían vacaciones este año para ir a casa.
—¿Vacaciones? ¿Cuándo? Si es como la última vez, voy a ir contigo a tu casa —declaró Harry, sin dar pie a discusión.
—Posiblemente… —Connor le lanzó una mirada asesina a Bradley, que estaba intentando disimular una risita—. Aunque supongo que las probabilidades de que eso pase son muy bajas, a Niall ya le han reñido… en fin, oye, ese reloj que te acabas de comprar está muy bien.
—Lo he comprado en la tienda del aeropuerto —dijo Harry, levantando las cejas.
—¿Ah sí? ¿Y por qué no te he visto comprarlo? ¿Cuándo lo has comprado? Y por qué no me has dicho que me comprara uno yo también… —Connor se alejó, charlando con Harry otra vez, Bradley me miró e hizo un mohín.
—¿Habrá muchas fans aquí? —preguntó Niall, mirando hacia afuera.
—No lo se —dije, mirando hacia otro lado, vi una ventana en la que podía ver bien mi reflejo y empecé a arreglarme el pelo y las mangas de la camisa.
—Sí, sí, eres el más guapo del universo —dijo Niall, poniendo los ojos en blanco.
—Gracias —seguí mirándome en la ventana y arreglándome—. Tu habilidad para decir piropos sigue siendo tan buena como la primera vez que te conocí.
Me llegó una esperada patada por parte de Niall, seguida de una frase:
—Y tú sigues siendo tan idiota como cuando te conocí.
—Ninguno de vuestros coeficientes intelectuales ha aumentado mucho, la verdad, que ya no sois niños… —Connor se nos adelantó, arrastrando el equipaje que acababa de recoger.
—Cuando salgamos, buscad una furgoneta amarilla, no os perdáis —dije, mirando hacia los que tenía delante y luego hacia atrás. Miré por última vez mi reflejo en la ventana, sintiéndome satisfecho. Niall nos miró un instante y se volvió a poner los auriculares.
Unos minutos más tarde, ya habíamos llegado al vestíbulo del aeropuerto, y había más fans de las que esperábamos. Lo único que podíamos hacer era seguir hacia adelante con la cabeza gacha, siguiendo a la persona que teníamos delante.
—¿Y Niall? ¿Ya ha vuelto a desaparecer? —miré hacia atrás y busqué con la mirada por todas partes, y le pregunté a Connor, que estaba detrás de mí.
—¿No iba contigo? —me dijo Connor.
—¿Y eso quién lo ha dicho? —seguí buscando, y al final vi a Niall en una esquina, caminando en otra dirección.
—¡¡Niall Horan!! —grité. Obviamente, llevaba los auriculares puestos y no me oyó.
Harry, que iba el último, vio lo que estaba haciendo y también le hizo señales a Niall, gritando:
—Hey Bro que es por aquí
Viendo que el cabezota de Niall seguía andando en la misma dirección, suspiré y me abrí paso hacia donde él estaba.
—¡¿Quieres dejar de correr?! —le di un golpe en el hombro y le quité los cascos—. ¿Es que te vas a morir si dejas de escuchar música por un momento?
Niall me miró, confuso, señalando hacia la puerta:

—¿Pero nuestra furgoneta amarilla…?
Me giré y vi a Louis haciéndonos gestos con las manos, junto a nuestra furgoneta.
—Ven conmigo —dije, y lo arrastré conmigo en la dirección hacia donde estaban todos.
Nunca supe que la frase que Niall no había podido terminar era: “¿Pero nuestra furgoneta amarilla… no es esa de allí?"
Cinco minutos más tarde, todos estábamos subidos en la furgoneta. En el asiento del copiloto iba un hombre que dijo ser del personal encargado de recibirnos, y el conductor parecía ser un local.
—Todos los miembros del staff que nos acompañaban están ya en otra furgoneta e irán directos al hotel —hablaba con un ingles muy fluido—, podréis reuniros con ellos dentro de un rato.
—¿Puedo saber —preguntó Tristan, echándose hacia adelante— dónde vamos a alojarnos y cuánto tardaremos en llegar?
La persona que iba delante soltó una risita.
—El alojamiento es excelente, enseguida lo veréis.
—¡Mierda! ¡No me digas que no puedo utilizar mi teléfono en América! ¡Pero si lo pregunté específicamente antes de venir y me aseguraron que funcionaría! —dijo Liam, frunciendo el ceño y toqueteando su móvil.
—El mío tampoco tiene señal —dijo Louis —, no pasa nada, seguro que tenemos que esperar un rato… ¡chicos, mirad! ¡Hay carteles de nuestro concierto! —las pantallas de fuera atrajeron inmediatamente nuestra atención.
—Sí, sí…
—Parece que somos muy populares aquí…
—Había muchas fans cuando salimos del aeropuerto…
Todos estaban apelotonados, mirando por la ventana y comentándolo. Ya me había acostumbrado a la ruidosa charla de cada vez que nos reuníamos.
Me di cuenta de que el reloj rosa de Harry ya estaba en la muñeca de Connor. Habían empezado a discutir sobre el anillo que llevaba Connor en el dedo corazón, parecía que tenía una especie de mecanismo secreto. James se había quedado profundamente dormido en el momento en que había entrado en la furgoneta, Bradley estaba esforzándose en perfeccionar su presentación en inglés y Niall inclinó la cabeza y la apoyó en mi hombro, y también se quedó durmiendo.
Niall estaba en su mundo otra vez. De repente, giró la cabeza, sobresaltándome.
—¿Estás seguro de que nos hemos subido a la furgoneta correcta? —me preguntó.
—¿A cuál si no? —lo miré, los demás se estaban quedando dormidos unos detrás de otros. Yo mismo tenía un poco de sueño.
Aparentemente se quedó en trance, y echó un vistazo a su móvil antes de volver a mirarme.
—¿Qué te pasa? Despierta, estoy hablando contigo…
—¿Qué pasa? —mi memoria se volvió vaga, sólo podía recordar la cálida luz del sol de aquella tarde.
—…Ese día… me riñó… cogió el teléfono… —su voz iba y venía en mi memoria— …es una mujer… —hasta que ya no pude luchar contra el sueño. Antes de sucumbir completamente, aún pude ver cómo esa persona, completamente confusa, se daba golpes en la cara mientras sacudía a los otros para tratar de despertarlos.
Después de eso… ya no recuerdo nada.

Cuando me desperté, el único que ya estaba despierto era James. Estábamos todos tumbados sobre una alfombra, en un chalet de las afueras. Me di cuenta de que tenía algo en el cuello que me hacía sentir incómodo.
—Ni te molestes, ya lo he intentado, no vas a poder quitártelo —dijo James desde el sofá.
—¿Cuándo te has despertado? —le pregunté.
—Hace 5 minutos —contestó.
Vi que el reloj señalaba las 10, sólo habíamos dormido poco más de cuatro horas.
—¿Por qué no nos has despertado? —sacudí a Connor, que estaba a mi lado.
—No hay manera —dijo, con la cara inexpresiva—. Espera un rato y ya se despertarán.
Y en efecto, todos empezaron a volver en sí después de un rato. Bradley se agarró la cabeza con una mano y se incorporó, luego se dirigió tambaleándose hacia el baño. Harry le preguntó algo a Connor en voz baja, entonces Connor frunció el ceño y negó con la cabeza, presionándose las sienes con los dedos. Niall estaba intentando desesperadamente quitarse el anillo de metal que llevaba en el cuello, me acerqué y le acaricié la cabeza, diciéndole que dejara de intentarlo.
El salón era extraño. Había una combinación de colores que no pegaban entre ellos, un espejo enorme en la pared de al lado de la puerta, dos máquinas Dance Revolution en una esquina del salón y… un cubo de rubik colgando de una caja fuerte al lado de las escaleras.
—¿Qué está pasando? —preguntó Tristan, acercándose a mí y a James. Negó con la cabeza, respiró hondo y se arregló el pelo, que llevaba despeinado. James siguió sentado en el sofá, mirando a la puerta principal, que estaba cerrada.
—Esa puerta está protegida con contraseña —dijo.
—¿Qué? ¿Nos han secuestrado? —preguntó Liam, mirando a su alrededor con expresión horrorizada. Se puso a revolver a su alrededor buscando su móvil pero no lo encontró.
—Desde el momento en que nos subimos a esa furgoneta supe que había algo sospechoso —dijo Connor—. Pero ahora ya es muy tarde para decir nada.
—Cómo es posible que nos pase algo así cuando acabamos de aterrizar en América… —dijo Liam con expresión cansada.
—A lo mejor es cosa de alguna fan loca —a Harry se le iluminó la mirada— que nos está gastando una broma.
Todos se quedaron callados, evidentemente nadie se creía esa teoría.
—Espero que sea eso —dijo Tristan, apoyando la cara en sus manos.
De repente, Bradley señaló la pared que teníamos detrás y gritó:

—¡Mirad, ¿qué es eso?!
En la pared de al lado del espejo, aparecieron un montón de palabras en inglés. La caligrafía era muy mona, aunque el contexto no lo era en absoluto.
“Queridos chicos:
Bienvenidos a Paraíso Blanco, la casa más mágica de Los Ángeles.
Vamos a jugar a un juego.
Será mejor que sepáis lo siguiente:
No intentéis salir de la casa, eso está fuera de vuestras posibilidades.
Lleváis un anillo mágico en el cuello y en él hay un pequeño cuchillo. Si rompéis las reglas, recibiréis un pequeño castigo.
Tenéis que dividiros en dos equipos. Los dos chicos que estén más cerca de la puerta en estos momentos serán los capitanes. Ambos capitanes elegirán al primer miembro de su equipo, y aquellos a los que elijan elegirán a su vez al siguiente miembro. Así sucesivamente, hasta que no quede ninguno.
El juego es muy simple, y sólo hay dos reglas:
1. Después de 48 horas, sólo un chico debe seguir vivo en esta casa.
2. Los dos últimos chicos que queden vivos deben pertenecer al mismo equipo.
Mucha suerte, mis queridos chicos. Les deseamos la mejor de las suertes.
Vuestros anfitriones.”

—¿Qué dice? —me preguntó Bradley
Aún no me había repuesto cuando el contador que había sobre la puerta mostró de repente una serie de números.
47h 59m 59s


Capitulo 3


Era una cuenta atrás. Los números seguían disminuyendo. Mientras veíamos cómo el tiempo pasaba, segundo a segundo, la habitación fue quedándose en completo silencio.
—Están intentado decirnos… que no podemos salir de aquí. Y que dentro de estos anillos metálicos hay unos cuchillos escondidos —dijo Niall, y su cara se volvió pálida.
—Cuando hayan pasado dos días, sólo uno de nosotros puede seguir vivo —dije, y me quedé mirándolos a todos, sus expresiones eran de pánico.
—Además, tenemos que dividirnos en dos equipos. Los dos últimos que queden vivos tienen que pertenecer al mismo equipo —explicó Connor—. Si violamos las reglas —dijo, mientras se señalaba el cuello—, probablemente ese cuchillo que hay escondido en los anillos cumplirá su función.
Todos se quedaron callados, el único sonido que se oía era el del contador, cuyos números seguían disminuyendo.
—Cómo nos vamos a separar en equipos… —dijo Louis en voz baja—, las dos personas que estén más cerca de la puerta en este momento son los líderes. Ellos empiezan a elegir miembros, al que ellos elijan escogerá al siguiente miembro y así sucesivamente, hasta que todos estemos en un equipo o en otro.
Nos volvimos todos a mirar a las personas que estaban más cerca de la puerta: Niall y Connor
—¡Esto es una locura! ¡Seguro que es una broma de las fans! —dijo Louis —¡¿Pero qué es esto?! ¡¿Qué es lo que queréis hacer con nosotros?!—vociferó.

Luego se puso en pie y salió disparado hacia la puerta principal, y empezó a golpear el panel con el teclado para introducir la contraseña. Liam y Tristan se acercaron corriendo a intentar detenerlo, pero Louis no paraba de sollozar mientras probaba todo tipo de combinaciones numéricas que abrieran la puerta…

Te quedan dos intentos —se oyó una voz mecánica desde el panel. Louis seguía intentándolo, frenético.
Te queda un intento —dijo la voz de nuevo.
—¡Para ya! —gritó James desde atrás.
No has tenido suerte, adiós.
Todos se quedaron paralizados por un segundo, hasta los chillidos histéricos de Louis se detuvieron. Cayó redondo al suelo, e inmediatamente se formó un charco de sangre alrededor de su cuerpo. Harry se acercó corriendo para ver qué le pasaba y dio un grito, cayendo a un lado. Una gran cantidad de sangre carmesí había empezado a brotar del cuello de Louis, y se estaba formando un gran charco rápidamente bajo su cuerpo y los pies de Harry.
Yo me dejé caer en el sofá, todos habían perdido esa fingida calma que intentaban mantener y en la habitación reinaba el caos. Niall gritaba, había subido corriendo al segundo piso del chalet. James se tropezó con la mesa del café y cayó al suelo, la cara de Connor estaban más blancas que el papel mientras veían la escena que tenían delante, sin poder articular palabra. Harry intentaba sobreponerse a las arcadas que lo hacían sujetarse fuertemente el estómago.
La casa se sumió en un silencio lúgubre, a excepción del sonido de la sangre derramándose.
—¿Louis? —Harry dio un paso al frente y lo llamó en voz baja. Miró al panel de la contraseña, y luego a su compañero caído, incapaz de creerse lo que acababa de ver.
—¡¿Por qué íbamos a morir por intentar desbloquear la contraseña?! —Harry se dio la vuelta para mirar a todos, su expresión era de extenuación—. ¡¿¡Por qué?!? —rugió, su voz profunda se oyó por toda la casa—. No —susurró después—. Quiero salir de este lugar… —observó a su alrededor, entró a la cocina, se subió a la encimera y empleó toda su fuerza en abrir la ventana del techo de la cocina. Yo fui corriendo hacia él y lo hice bajar—. ¡Suéltame! —me empujó con todas sus fuerzas y me gritó—: ¡No quiero morir aquí! ¿¡Cómo estás tan seguro de que no podemos romper esta ventana y…?!
Volví a acercarme unos pasos, y le di una sonora bofetada para calmar su ataque de histeria. Se quedó callado de inmediato.
—¿Tantas ganas tienes de morir? —le pregunté, mirándole fijamente.
—Por ahora no tenemos ninguna prisa —me acerqué a él y le quité la sartén que había cogido para romper el cristal de la mano. Con la mirada fija en el suelo, volví al salón.
No recuerdo cuánto tiempo estuvimos ahí de pie, pero pareció una eternidad.
Después de que el contador se redujera otra media hora, Tristan rompió el silencio.
—Vamos a buscar un sitio oscuro y fresco para dejarlos —dijo, mientras miraba a los dos miembros que yacían en un gran charco de sangre.
Todos se levantaron y se pusieron a buscar por el chalet sin saber exactamente qué era lo que buscaban, el sonido de las pisadas sustituyó cualquier otra forma de comunicación.
—Aquí hay un sótano —dijo Harry, mientras abría una pequeña puerta.
El sótano tenía unos dos pisos de profundidad. No había luz y hacía mucho frío. Al fondo del mismo había una puerta, pero estaba bloqueada. Parecía una especie de garaje. Harry y Liam cargaban con el cuerpo de Louis, y nos pusimos a investigar el lugar.
No había mucho espacio porque había muchos muebles amontonados en el sótano. A medio camino, noté que mi rodilla golpeaba algo parecido a una estructura metálica, que se movió un poco, pero ni me molesté en comprobar lo que era.
—¿Dónde los dejamos? —preguntó Liam.
—Tan al fondo como podamos —contestó Tristan.
Al volver del sótano, vi a Niall y a James arrodillados en el suelo, limpiando las manchas de sangre. Para cuando todo se calmó un poco, el contador ya marcaba 46 horas y 32 minutos.
—¿Y ahora qué? —James se limpió las manos y preguntó en voz alta, como si nos preguntara a todos pero haciéndose la misma pregunta a sí mismo.
Miré las reglas del juego de la pared, que seguían inmutables.
—A lo mejor —lo cierto es que estaba tartamudeando al hablar por primera vez desde que habíamos llegado a la — deberíamos… deberíamos separarnos.
Todos me miraron, y entonces se giraron para mirar a Tristan, todos sabíamos en lo más profundo de nuestro ser lo que aquello significaba.
Tristan me miró fijamente, con una expresión mortificada. Entonces miró al contador: el tiempo seguía corriendo, pero el juego no había empezado aún.
Lo miré, y en mis ojos había una pregunta: “¿Es esto lo correcto?”
“No lo sé… ¿pero qué sería correcto hacer en esta situación?”, Tristan me miró.
“¿La única manera de sobrevivir es siguiendo las reglas?”
“Probablemente… ¿no es eso lo que nos han enseñado desde pequeños?”
Lentamente, Tristan bajó la mirada.
Unos minutos después, levantó la cabeza con dificultad, mirando en silencio a las dos personas que estaban más cerca de la puerta, Niall y Connor.
—Vamos a dividirnos.
Los dos se pusieron de pie en silencio y se dirigieron hacia cada una de las dos alfombras que había en el centro del salón, una verde, otra azul.
De pie sobre la alfombra azul, Connor levantó la cabeza y miró a Niall.
—¿Quién elige primero? —preguntó.
—Decidámoslo como siempre —le contestó Niall— Separados como bandas.
Los dos esperaron y los demas miembros se fueron colocando detrás de Niall y Connor
Noté como Niall me aferró la mano de repente, como si lo hubiera atravesado una corriente eléctrica.
El ambiente se volvió tenso. Connor frunció el ceño, sin moverse de donde estaba. Tras un momento de silencio, se dirigió lentamente hacia el lado de James.


Capitulo 4

 Finalmente cuando todos los miembros se colocaron en la alfombra que le correspondia todos se miraban con horror. Liam le susurró algo a Harry. Estaba todo muy tenso, y nadie sabia que hacer o decir.


— ¿Estás seguro de esto? — dijo Bradley  mirándome algo inseguro

—No estoy en posición de pensar en todo esto ahora… —me quedé mirándolo tranquilamente, y después agaché la cabeza, ignorando su mirada— Deja de depender tanto de mí, ya te he molestado lo suficiente.
Se quedó callado durante un largo rato. A lo mejor estaba dolido, o tal vez mi expresión facial reflejaba mi actitud habitual, la de que nada podía molestarme.
—¿Es eso cierto? ¿O me estás mintiendo? —el estúpido crío se estaba poniendo serio. Mierda, me regañé a mí mismo mentalmente por complicarlo todo.
—Yo nunca miento —dije.
—Voy a ir con ese equipo, sólo quiero saber si es verdad o mentira —sus ojos se cerraron, ahora eran sólo dos estrechas rendijas
ligeramente enrojecidas. Levanté la cabeza y lo miré, y entonces observé la cuenta atrás.

—Ya has perdido demasiado tiempo de todos nosotros.

—¿Y por qué es tan importante no perder el tiempo? ¿Para qué quieres reservarlo? — Vi cómo sus ojos se humedecían  —. ¡¿Para matar?! —me gritó.

James tiró de él inmediatamente hacia atrás, intentando calmarlo en voz baja. Connor y Harry miraban hacia el suelo, sin palabras, y yo me limpié con calma la saliva que me había escupido en la cara con sus gritos. Al ver que James ya se había llevado a Bradley me calme.

Harry levantó la cabeza pesadamente, como si se acabara de despertar de un sueño muy profundo. No parecía ser consciente de lo que tenía que hacer, y me miró, confuso.
Volvió a mirar a los demás con esfuerzo, observó a los miembros del otro equipio y luego miró a los miembros que estaban de pie Junto a él.
El salón se quedó en silencio, podía oír claramente el tic tac del reloj.
La alfombra verde y la azul tenían cada una 4 personas encima. Miré hacia Connor y Bradley, y de repente mi corazón se llenó de tristeza. Agaché la mirada, esperando que esa tristeza no se me reflejara en la cara.
Connor estaba mirando al suelo, imagino que no podía soportar mirar hacia donde estaban Niall y Harry mirándolo a él. Bradley  estaba mirando fijamente en dirección a la puerta de la casa, probablemente deseando salir por ella e ignorarme para siempre.
Pero Bradley, estoy seguro de que si consigues salir por esa puerta, me perdonarás.
Eso es todo, pensé. Parecía que mi memoria se iba emborronando por momentos… En mis vagos recuerdos veía incluso cómo Niall se acercaba a darle unas palmaditas en el hombro a Connor. James y Harry se abrazaron fuertemente; Tristan se sentó a un lado y nos miraba a todos, pensativo; se quedó agachado en una esquina. Connor se dio cuenta, pero nunca se acercó a él.
Si hubiera sabido en ese momento que todo lo que estaba pasando ante mis ojos era el único recuerdo exclusivo que me quedaría, me hubiera esforzado en abrir los ojos al máximo para mirarlos a todos y cada uno de ellos. Sacrificaría cualquier cosa si pudiera volver a ese mismo momento.
El equipo de James y Connor ocuparía el piso de arriba, así que nosotros nos quedamos en la planta baja. Aunque sólo había un dormitorio en la planta baja, por suerte teníamos un cuarto de baño y la cocina. Además, nadie tenía ganas de dormir en esa situación.
Por otro lado, teníamos un problema mucho más grave: no había agua.
No había agua potable por ningún sitio, incluyendo los grifos del baño y de la cocina. La tapa de la cisterna del inodoro estaba sellada, y el agua que salía de ella había pasado por un proceso de desinfección con una especia de espuma limpiadora, así que el agua, azul y espumosa, no inspiraba mucha confianza. Al menos teníamos sándwiches y pan en el frigorífico que podría durarnos los dos días.
Obviamente no teníamos ni idea de qué había en el segundo piso, ni si tenían provisiones o agua. Aunque no habíamos delineado estrictamente el territorio de un equipo y otro, era mejor que no nos molestáramos entre nosotros. Si sólo había una cocina en toda la casa, lo único que podía decir era… buena suerte. Compartir la comida era algo completamente habitual entre nosotros en el pasado, pero ahora… ya no estaba seguro.
Una hora y media después de medianoche, éramos 4 personas sentadas o tumbadas en una habitación de unos 20 metros cuadrados. Todos estábamos exhaustos, pero ninguno dormía.
—¿Qué hacemos? —preguntó Liam.
—Nada —contesté.
—¿Y entonces para qué has sugerido que nos separáramos en equipos? —me preguntó, mirándome fijamente.
Me quedé callado. Niall le dio un tironcito en la camiseta y dijo:

—Ha sido Tristan el que lo ha propuesto.

—No es verdad —dijo Liam mirando al suelo
Lo sabía. Sabía que yo era el principal culpable de cómo habían quedado los equipos. Escuchar ahora cómo alguien me lo reprochaba era normal.
—¿De qué sirve discutir sobre esto ahora? —preguntó Harry, poniendo los ojos en blanco—. Si tenías una opinión diferente, ¿por qué no la has dicho antes?
Liam miró a Harry:

—Ni siquiera tú dijiste lo que pensabas, ¿por qué iba a hacerlo yo?

—Podríais dejar de discutir ya… —dijo Niall, cansado—. Ya estamos separados, más nos vale no pelearnos también entre nosotros…
Liam miró a Niall y dijo:

—Tú eres el líder. Tenemos que obedecerte.

—¿Obedecerme? —Niall sonrió sarcásticamente—. Simplemente resultó que estaba más cerca de la puerta, eso es todo.
Harry miró a Niall, y luego me miró a mí.

—A mí me da igual.

Niall se escondió detrás de Harry, y se tumbó en la cama:

—Zayn es el más maduro. Le obedeceremos a él.

Nadie dijo nada durante un rato. Sinceramente no me interesaba ser el mas maduro… nunca me interesó.
Pero Niall me dio un toquecito. Me di la vuelta y vi su pelo despeinado, sus ojos que me miraban esperando que dijera algo. Esa sensación era como si la persona en la que más confías te vendara los ojos y te llevara al borde de un precipicio, sólo para decir con la voz llena de esperanza: "¡Venga, abre la puerta! Ya estamos en casa".
Me volví para mirarlos a todos.
—A pesar de que no haya sido tanto el tiempo que hemos pasado juntos, aún podemos trabajar unos con otros, como hacíamos antes, ¿verdad? Antes cooperábamos por ganar The X Factor. Ahora… es por sobrevivir, la motivación es más fuerte —dije, sonriendo.
—Pues sí que era fuerte tu motivación por ganar The X Factor —dijo Harry
Estuve callado unos segundos, y entonces respondí:

—No suelo mostrar intimidad con otras personas.

—¿Ah, no? —preguntó, con un atisbo de agresividad.
Me moví, sentándome más cómodamente, y continué:
—A lo mejor a veces sí, lo admito. Pero hablando de eso, ¿quién eres tú para reprocharme nada? ¿Es que cuando actúas de forma íntima con los demás no te das cuenta de que la gente está mirando y haciendo fotos?
Harry se me quedó mirando, sorprendido.
—Pues claro que sé que nos están mirando, lo hago precisamente por eso, ¿me has visto interactuar íntimamente con los demás en privado?
Era una pregunta de lo más estúpida. Todos los demás pusieron los ojos en blanco.
—¡Pero si no soy gay! —añadió, quedando como más tonto aún. Aunque nadie tenía el ánimo como para meterse con él por eso en una situación como esa.
—¿Qué estarán haciendo? —Niall señaló al techo, aunque su mirada no se apartó de la ventana.
—Probablemente el líder Connor habrá montado una reunión —dijo Liam, aturdido.
—Bradley estará armando un escándalo, pero siempre estará de acuerdo con el líder —Niall también parecía un poco aturdido—, y James seguramente ya se habrá quedado dormido, aburrido por la conversación.
—En cualquier caso —dijo Niall—, estarán discutiendo qué hacer con nosotros.
—A lo mejor no —dije—. A lo mejor su tema de conversación es tan aburrido como el nuestro.
—Dime, si en lugar de estar en nuestro equipo estarías con ellos, ¿cuál sería la situación ahora? —me preguntó Niall, dándome un pequeño codazo.
—Estaría en su equipo, pensando en cómo matarte a ti el primero —dije, mirando al techo.
—¿Por qué yo? —me preguntó Niall, cambiando al chino de repente.
—Porque prefiero hacer las cosas difíciles primero —contesté.
Se quedó muy quieto durante dos segundos, y entonces me dio un empujón, expresando su alegre protesta.
—Tengo sed —dijo Harry de repente. Se puso de pie, haciéndonos saber que quería salir de la habitación.
—No hay agua, ya lo he comprobado —dije—, ni siquiera de los grifos del baño y la cocina. A no ser que quieras subir al piso de arriba y preguntarles si tienen agua…
—¿Hay agua en el florero del salón? —preguntó Harry.
—¿Te has vuelto loco? —contestó Niall con otra pregunta.
—La sed es lo que me ha vuelto loco —dijo Harry—. Si la flor puede bebérsela, yo también.
—Pues ve a mirar —le dije a Harry—. Pero no enciendas las luces, no quiero que los otros se den cuenta. Si tiene agua, trae el jarrón aquí.
—De acuerdo —se puso en pie con esfuerzo y salió por la puerta.

Apenas un minuto después, los gritos de Harry nos sacaron de nuestro sopor. Fue un grito penetrante que venía del salón:

—¿¡Quién eres?! ¡¡No te acerques a  mí!!
Inmediatamente después oímos un fuerte ruido, de cómo algo se caía y se rompía en pedazos.
—¿¡Pero qué pasa?! —Niall se incorporó rápidamente.
—¡Deprisa! —todos salieron corriendo hacia la puerta, pero antes de que pudieran abrirla siquiera, se oyó un grito otra vez, seguido por el sonido de algo que se arrastraba.
Abrí la puerta pero la oscuridad era absoluta. Otro grito desgarrador de Harry nos indicó la dirección que debíamos seguir, y cuando llegamos vi cómo una persona sostenía algo y lo hundía en el cuerpo de otra persona, que estaba tirada en el suelo… todos lo vimos.
Los del piso de arriba bajaban a toda prisa por las escaleras. Las luces se encendieron, James estaba al lado del interruptor.
Mi visión se dirigió inmediatamente al espejo roto que había junto a la puerta de la casa, y a Harry, que estaba hecho un desastre. Justo a su lado había una persona tirada en el suelo, cubierta de manchas de sangre y con un trozo del espejo roto clavado profundamente en el pecho.
Esa persona era Tristan.


Última edición por Lunaa el Lun 30 Dic 2013, 3:11 pm, editado 2 veces
Lunaa
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por denn styles Lun 30 Dic 2013, 12:44 pm

Hola!
Me gustaan las novelas de vampiros...
Necesitas chicas?

Siguelaa
denn styles
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por GinaE Lun 30 Dic 2013, 10:03 pm

Debo decir que esta muy interesante!

nueva lectora soy Fanii
siguela linda!
GinaE
GinaE


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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Miér 01 Ene 2014, 11:23 am

Capitulo 5



—¡¡Líder!! —Bradley estaba boquiabierto, bajó corriendo las escaleras, se arrodilló en el suelo y observó a Tristan con impotencia. James también se acercó corriendo y levantó la cabeza del líder para apoyarla sobre su regazo, e intentó detener la sangre que no paraba de brotar de su pecho utilizando sus manos; había un trozo de cristal roto clavado en el costado derecho de Tristan, éste sólo jadeaba sin poder articular palabra—. ¡Tris! ¡Tristan no puedes morir! —gritaba Bradley mientras veía como  la respiración de Tristan se iba haciendo cada vez más débil.

—Yo… yo… Tristan.. ¿Por qué...? —balbuceó Harry

James levantó la cabeza silenciosamente para mirar a Harry, entonces nos miró a nosotros, Bradley empujó bruscamente a Harry y dijo mientras se le caían las lágrimas:

—¡¿Pero qué has hecho?! —en ese momento, Harry empezó a sollozar también y a negar con la cabeza continuamente.

Niall se agachó y sujetó a Harry por los hombros: - Tómate tu tiempo para hablar, y cuéntanos qué ha pasado.

—Salí a buscar agua —dijo Harry desesperado.

—Eso ya lo sé, ¿y después? —preguntó Niall.

—Pasé por al lado del sofá y vi a alguien…. Llevaba una gorra, estaba de pie junto al espejo con un cuchillo… y una linterna… —Harry no paraba de tartamudear—. Me miró y se puso el cuchillo al lado de la cara, y empezó a acercarse a mí… —Harry empezó a llorar—. Entonces… entonces… alargó la mano hacia mí… así que lo empujé… —dijo—, se cayó de espaldas y el espejo se rompió.

—¿Y entonces lo asesinaste? —preguntó Bradley.

—¡No! ¡No! ¡Yo no quería! ¡No quería! —nos miró con desesperación a cada uno de nosotros—, estaba tirado en el suelo y susurró algo que no pude entender… —a Harry le costaba recordar lo que había visto cuando la habitación estaba a oscuras—. Entonces… entonces se arrastró hacia mí y me cogió la mano…

Nadie dijo ni una palabra, lo que venía después ya lo tenían claro como el agua, Harry había cogido un trozo del espejo roto y lo había apuñalado.

—Tristan…— James se acerco también, nosotros no nos movimos, dejándole espacio.

Sin embargo, la respiración de Tristan se había acelerado, hacía tiempo que no podía hablar y simplemente negaba con la cabeza sin parar. Nos miró a todos y de repente se agarró a las manos de James, como si quisiera decir algo.

Al fin, le cayó una lágrima, y su respiración se paró.

Posiblemente fueran lágrimas de frustración, ya que como pude ver, no había ningún cuchillo en el suelo, sólo un destornillador.

Connor cogió el destornillador y un tornillo que se había caído del espejo roto, y miró a Harry.

—El cuchillo del que estabas hablando probablemente fuera esto. Antes de subir al piso de arriba hoy, Tristan me comentó que sospechaba que había un dispositivo de escucha detrás del espejo —continuó Connor—, no nos dijo nada y bajó a comprobarlo él solo.

—¿Y por qué no nos lo habías dicho? —James le dirigió una mirada que irradiaba rencor, y Connor no sabía qué decir.

—¿Y cómo iba a saber Connor que Tristan iba a bajar sin decir nada? ¡No puedes echarle la culpa! —el tono de Bradley seguía siendo el de alguien que no piensa antes de hablar.

—¡Fue él quien le sugirió a Tristan que no encendiera las luces, lo que llevó a que Harry se confundiera!

—¡Eh! —dijo Bradley mientras se estiraba las mangas—, todo esto lo ha causado Harry, no tienes razones para culparnos, ¡al fin y al cabo es Harry el que no confía en nosotros, y piensa que saldríamos a matarlo en medio de la noche!

—No es eso…—dijo Harry sollozando—, pensaba que sería el pervertido que nos ha metido aquí…

—Si Harry es culpable o inocente no te corresponde a ti decidirlo —Niall miraba al suelo y no a Bradley mientras hablaba—, Tristan lo perdonaría, siempre que no fuera intencionado.

—Por supuesto que no es cosa mía —los ojos de Bradley enrojecieron otra vez—, de todas formas ninguno de vosotros quería estar en el mismo equipo que yo.

—¡Bradley Will Simpson, deja de hablar ahora mismo! —gritó Connor.

—Si tenías tanto problema con estar en este equipo, podrías haberlo dicho —comentó James mientras se levantaba—, no te necesitamos.

—¿Crees que no lo dije? —los ojos de Bradley tenían un brillo amenazador y se adelantó unos pasos.

—¿Quieres pelear? —James estaba furioso.

—¿Piensas que podrías ganarme? —Bradley inclinó la cabeza y observó a James.

—Ya basta —dije fríamente.

Liam ayudó a Harry a levantarse, con la cara cubierta de lágrimas, y se giró para mirar otra vez a Tristan; Niall se acercó para separar a Bradley de James. Bradley miró a Niall y éste negó con la cabeza.

La mirada de Connor no se apartaba de Harry y parecía que James hubiera echado raíces, no hacía ademán de moverse.

—Esto también es parte del juego —le dije a James.

Connor nos miró a los dos antes de adelantarse a por James:

—Vamos a llevar al líder al sótano.

Nos dejó a ambos con una expresión de rivalidad, James se dio la vuelta, levantó a Tristan para llevárselo al sótano. Connor fue corriendo a ayudarlo a abrir la puerta.

Liam se agachó para limpiar la sangre y recoger los pocos trozos del espejo que quedaban contra la pared, que reflejaban perfectamente nuestras caras. Nos estábamos segregando lentamente.

Todo volvió a calmarse. James y los demás volvieron del sótano, y yo fui a por Connor.

—¿Hay agua en el piso de arriba? —le pregunté.

Negó con la cabeza, impaciente.

—Lo he comprobado, ni siquiera hay agua en el baño. Sólo hay un montón de licores, de todas las clases.

¿Licor? Bueno, ponerme borracho no me parecía tan mala opción, para cuando quisiera estar sobrio otra vez a lo mejor el contador ya habría llegado a cero.

—Nosotros tenemos comida —le dijo Niall a Connor, yo me quedé mirando a Niall, intentando tragarme mis preocupaciones.

—Ah, ¿en serio? —Connor agachó la cabeza y se quedó callado.

—¿Tienes hambre? —le preguntó Niall a Connor, con la voz muy seria.

Sólo hacía un par de meses, a Niall le pidieron que perdiera peso para prepararse para el próximo album y lo sometieron a una dieta muy estricta, y un día Connor había robado un paquete de galletas, en ese momento le dijo “debes de estar hambriento” con el mismo tono.

Algunas cosas, aun inconscientemente, se convertían en costumbre.

Connor levantó la cabeza y miró fijamente a Niall mientras éste le agarraba la mano y se lo llevaba corriendo a la cocina. Yo les seguí rápidamente, y vi a Niall abrir el frigorífico para coger un sándwich.

—Sólo hay fríos, cómetelo aquí, rápido.

Connor miró a Niall, cogió el sánwich y empezó a devorarlo. Se obligó a sí mismo a masticar y tragar apresuradamente, con una sonrisa que hacía mucho, mucho tiempo que no veían.

Esa estúpida sonrisa.

—¿Quieres otro? —Niall señaló al frigorífico.

—No, ya está bien —Connor se limpió la boca—. Si no subo rápido empezarán a sospechar—Connor volvió la cabeza para mirarme—. Gracias —dijo.

Aunque al fin y al cabo él no tuviera una relación tan estrecha conmigo, encontré que las gracias eran innecesarias, sólo era un sándwich… Aún así le debía muchas comidas.

—¿Queréis que le lleve uno a Bradley…? —fijó su mirada en mí.

—Olvídalo, es demasiado arriesgado —dudé por un momento antes de seguir hablando—. Además, no sería la primera vez que se obliga a no comer —dije mientras recordaba sus ansias de comer patatas fritas cada noche en los dormitorios después de estar todo el día sin comer.

—Entonces me voy —Connor le dio a Niall unas palmaditas en el hombro, y se fue asintiendo con la cabeza hacia mí a modo de saludo antes de subir las escaleras, dejándonos a mí y a Niall en la cocina.

La noche era oscura, dependía de la luz que la luna le prestaba.
Niall estaba de pie en la cocina, iluminado por la tenue luz de la luna, y presumía de las expectativas y las esperanzas que se había traído consigo a Inglaterra y cuánta gente había ido a despedirlo.

—Uno de los jueces de The X Factor dijo que ya tengo una pagina oficial de Fans—dijo satisfecho y seguro de sí mismo, sonriendo—. ¡Definitivamente voy a volverme muy famoso, y si no, no voy a volver!

Su yo de antes era alguien que no paraba de parlotear, al contrario que la persona silenciosa y callada que era ahora.

—No soy como tú, que ya has nacido siendo así de elegante, ni como los otros que pueden controlar muy bien las cosas que hacen —agachó la cabeza—, así que tengo que tener éxito en algún aspecto, no, tengo que ser el mejor para ser más exactos.

—¿Cuántas personas han ido a despedirte? —le pregunté.

Se puso los dedos bajo la barbilla en gesto pensativo y dijo:

—Mis familiares, mis compañeros de clase también vinieron a despedirme, mi profesor particular, el profesor Oh que nos enseñó a cantar a mí y unos cuantos chicos más…

—¿Y cuánta gente crees que se despidió de mí? —le dije sonriendo.

—No me digas… ¿más que a mí? —dijo, haciendo un mohín.

Bajé la cabeza, sonreí y negué.

—Nadie.

Para ser sincero, no quería hacer ver que yo era tan patético, sólo quería bromear.


Niall practicaba el canto como loco, era el primero en llegar por la mañana y el último en irse. Practicaba incluso cuando los demás estaban durmiendo o comiendo juntos, cuando la gente se relajaba y disfrutaba del poco tiempo libre que tenían, él seguía perfeccionándose. La gente que lo rechazaba no tuvo más remedio que empezar a darse cuenta de que él, un joven irlandes, practicaba más que nadie y sudaba mares en el estudio con el pelo despeinado y soportando una presión increíble.
Pero luego de un tiempo, algunas cosas cambiaron, se volvió aún más callado, y una vez entré al baño y encontré una botella de vino y a un Niall muy borracho. Niall solía ser muy precavido y evitaba por todos los medios romper las normas. Levantó la cabeza y me vio, y empezó a reírse.

—¿Crees que todo esto es una tontería?

Le quité la botella, me senté y yo mismo empecé a beber.

—He roto con ella —dijo.

—Sólo es una ruptura, algo que sabías que iba a pasar más tarde o más temprano —dije.

—He estado practicando hasta el punto…en que lo he perdido todo… ¿crees que podré debutar?

Me quedé callado, mirándolo, su cara estaba pálida a pesar de lo que había bebido.

—Si no puedo debutar… no sé  qué voy a hacer…—se rió levemente—. Ni siquiera me he graduado en el instituto.

—Ninguno de nosotros puede volver atrás ahora, yo estoy en la misma situación —dije, mirando fijamente la botella.

—Cinco años —levantó los dedos—. Me he dado cinco años… si no debuto en cinco años, volveré a casa.

—¿Volver a casa para qué? —dije.

—Para buscar un trabajo, algo que me dé de comer —sonrió—. Mírame a la cara… ¿crees que tendría éxito como cantante en un bar?

Lo miré y negué con la cabeza.

Sonreí mientras lo levantaba del suelo del baño y lo saqué de allí, vi que estaba lloviznando, aunque no lo suficiente como para que fuera una molestia.

—¿Tienes un cigarro? —me preguntó con los ojos enrojecidos.

—Creía que no fumabas —le dije.

—Dame uno —dijo mientras me metía la mano en el bolsillo para sacar una cajetilla medio vacía de tabaco. Cogió un cigarro, se lo puso en los labios y volvió a meter la mano para buscar el mechero. Le llevó una eternidad encenderlo.

—Anda, dámelo —cogí el mechero y le encendí el cigarro, se lo pasé y vi como se atragantaba al darle la primera calada y se ponía a toser.

Yo también cogí uno y lo encendí. Esa noche, en la que nuestro futuro parecía impredecible, tampoco sabíamos que sería la mejor de las noches.


Desde la cocina, los ojos de Niall siguieron a Connor mientras subía por las escaleras y volvía a su habitación. Apoyándome contra la encimera de la cocina, vi a Connor llegar rápidamente al segundo piso, saludar a todos y darle unas palmaditas en las manos a James. En la oscuridad, James lo despidieron y se giraron, utilizando una voz que ellos creían que era baja para continuar con lo que estaban hablando.

—Harry nunca habría hecho una cosa así, no consigo creérmelo —Connor sacudió la cabeza, hablando con voz segura.

—Él nunca lo habría hecho, pero alguien podría haberle obligado —la voz de James era suave como el terciopelo.

Connor se quedó paralizado unos segundos y abrió la boca de par en par.

—Quieres decir que… ¿Zayn…?

James le lanzó una mirada asesina y luego miró a su alrededor.

—¿¡Quieres bajar el volumen?!

Connor se tapó la boca y se quedó en blanco unos instantes.

—Zayn… nunca haría una cosa así… si tuviera que matar a alguien, probablemente lo haría él mismo.

Esto me conmovió por un momento, alguien que había compartido momentos conmigo durante meses y que probablemente me había visto recibir incontables sermones y castigos, era imposible que pensara que yo tendría la habilidad intelectual de enviar a otra persona a matar a alguien por mí.

—¿Y entonces quién podría ser? Es imposible que Liam le ordenaran a Harry que matara al Tristan, no me lo creería ni aunque se hubieran vuelto locos… —susurró James.

—Eh, en comparación —Connor se quedó pensativo— parece que Zayn es el más sospechoso…

Me imaginé su expresión idiota, agaché la cabeza e intenté contener la risa.

—¡Ah, sí! ¡También está Niall! —exclamó Connor como si hubiera visto la luz de repente y recibió otra mirada asesina de James, que se cubrió la boca y lo riñó en susurros.

—¡Bradley está en la habitación de al lado así que haz el favor de no hacer tanto ruido!

—Además, Niall… es el líder del equipo —dijo Connor.

—El único enemigo de ese chico es él mismo —dijo James negando con la cabeza. Levantó la mirada hacia el techo—. Da igual que sea el líder, tú también eres el líder de nuestro equipo y eres tan inútil como él.

Connor agachó la mirada y retorció los dedos, luego dirigió una mirada dolida a James.

—No creo que ninguno de ellos pudiera hacer una cosa así… —dijo Connor, sus ojos parecían como de cristal—. A lo mejor las cosas no han sido tan retorcidas como pensamos.

James bajó la cabeza en silencio.

—Tristan bajó a comprobar lo del espejo, Harry salió y lo vio. Como todo estaba tan oscuro y él estaba asustado… —Connor continuó—perdió los papeles y empujó al líder contra el espejo.

Connor se pasó los dedos por el pelo.

—Conozco a Harry desde hace unos meses—susurró James—unos meses… y nunca había visto una expresión así en su rostro hasta ahora… como si deseara decirme algo con todas sus fuerzas… Si este juego es real —James levantó la cabeza—, no pienso morir antes que ninguno de ese equipo.

Ya lo sabía, y en ese equipo yo estaba incluido.

No quería escuchar  más, y justo cuando estaba a punto de volver a la habitación, Harry abrió la puerta con cuidado y salió, en la oscuridad. Connor se alarmó al oír movimiento y miró hacia esa dirección, al darse cuenta de que era Harry, ignoró a James y se lanzó escaleras abajo, saltando los escalones con esas piernas tan largas. Le dio un abrazo a Harry y quiso llevárselo con él al piso de arriba, Harry dudó un instante pero al final se fue con él.

Yo fui hacia mi habitación y vi a Liam, parecía dormido, y a Niall, que estaba sentado al lado de la ventana. Me senté junto a él.

—Tengo muchísima sed —dijo.

—Si duermes, no te darás cuenta.

—Probablemente moriré mañana, así que no merece la pena dormir hoy —Niall miró fijamente por la ventana; había muchas estrellas. Pero por supuesto, esto podía ser sólo impresión mía, ya que no tenía costumbre de mirar al cielo.

—No tiene por qué ser así —me sacudí el polvo de las manos y lo observé—. A lo mejor llegas vivo al final.

—¿Alguien como yo?

—¿Qué clase de persona eres tú? —le pregunté medio en broma.

—Soy del tipo al que matan en el momento en que empieza el juego —confesó—. Además he tenido muy mala suerte últimamente, la semana pasada mi reloj empezó a fallar, la semana anterior se me rompió el helado y se cayó al suelo… —aunque me resultaba difícil comparar esos dos incidentes con el problema que teníamos ahora, fingí ser comprensivo y le di unas palmaditas—. Y me niego a aceptar el hecho de que no voy a poder comer una buena comida antes de morirme, si supieran cuántos meses llevo a dieta… —dijo

Mientras miraba a ese glotón, empecé a notar que mi corazón estaba extrañamente tranquilo.

—Ya hace más de un mes desde la última vez que fui a casa, y ni siquiera me han pagado el sueldo del mes pasado… —con tanta queja, básicamente estaba demostrando el dicho de que la muerte siempre llega en mal momento.

Me apoyé contra la ventana y señalé afuera:

—Bueno, por lo menos hoy hace una noche preciosa.

Hubo una pausa, y me preguntó:

—Si sobrevivieras, ¿qué querrías hacer? —sus ojos brillaron, parecían las estrellas que había fuera, en el cielo.

—Llevaría una vida normal —le contesté.

—¿Y cómo sería esa vida normal? —preguntó.

—Probablemente… comer, dormir y beber —dije. Si hubiera sido el yo de antes, no hubiera dicho lo de beber.

—Hey —se puso las manos detrás de la cabeza, revelando su sonrisa por un momento—, si fueras a morir mañana, seguramente estarías comiendo y durmiendo hoy, dejando aparte el hecho de que no puedes beber agua.

—O tal vez no —le contesté con una sonrisa.

—Si mañana fuera a morirme —miré por la ventana— probablemente buscaría a alguien con quien compartir un beso.

Se quedó paralizado durante un par de segundos y se echó a reír.

—Qué pena, en los últimos años tu personalidad ha acabado volviéndose negativa... Aquí sólo hay chicos.

—Y es por eso que no voy a morir —dije.

—¡Mira! ¡Un mosquito hembra! ¡A por ella! —ignorando mi mirada de desprecio, siguió señalándome al mosquito.

—¿Seguro que si le doy un beso no la mataré? —dije entrecerrando los ojos.

—Bueno, si ella no te vale, puedes pedírselo a Connor, seguro que colaboraría —dijo apasionadamente, dejando entrever la provocación.

—No, soy muy quisquilloso para esas cosas.

—Enhorabuena por haber elegido tu mano derecha después de todos estos años —dijo sonriendo.

Me quedé helado durante un par de segundos antes de lanzarle una patada, diciendo:

—Eso es incomparable al lío que tienes tú con tu mano izquierda.

Nuestra conversación continuaba, hablábamos de cosas tontas, como en los viejos tiempos. No sé por qué ya no puedo recordar esas conversaciones, pero me daba la sensación de que en cualquier momento podría hablarle al aire y sabría cómo me contestaría. Podría imitar a un perfecto Niall Horan.

—Voy a dejar de hablar —dijo, y cerró los ojos.

—¿Por qué?

—Porque necesito conservar mi saliva —siguió hablando con los ojos cerrados—. Salir contigo no me deja escapatoria, tengo que salvarme a mí mismo.

—Enhorabuena por tus métodos de autoenseñanza —dije—, que te ayudan a ti y a todos.

—¿...Por qué no estoy en el otro equipo? —frunció el ceño.

—Te podrías haber guardado esa pregunta —entrecerré los ojos—, decirla en voz alta no era necesario.

—Teniendo en cuente tu habilidad intelectual y emocional, los otros acabarán con nosotros dentro de poco —dijo dolorosamente.

—Bueno, soy más grande que ellos, les llevará un tiempo poder conmigo —dije con desdén—. Sin embargo, el más fácil de vencer serías tú.

—Sí, claro…—me miró con atención—. ¿Crees que tu amiguito nos ayudaría a espiar un poco?

—¿…Connor?... ¿Por qué no lo buscas directamente?

—¿Y por qué tú no has pensado en Bradley? —cerró los ojos, se apoyó en mí y bostezó.

—¿Crees que Bradley querría hablarme siquiera? Ya estaría bien con que no me pegara con sólo verme —dije, y cogí una manta y cubrí a Niall con ella.

—Si has hecho algo malo, te mereces el castigo.

Nunca fallaba a la hora de darme consejos en el momento adecuado.

—¿Vas a dormir? Te quedan menos de cuarenta horas de vida y te estás preparando para dormir justo antes de morir...

—Es un simple instinto humano, como el de besar —dijo cerrando los ojos—. La gente que muere mientras duerme es la que más suerte tiene.

—Si alguien viene a matarte, no voy a salvarte.

—De acuerdo. Nos vemos en el cielo —susurró.

—¿Y si fuera yo quien te matara?

—Entonces irías al infierno… además, irías tú solo… Tú eliges… —las comisuras de sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa.

No me importaba esa expresión desdeñosa en su cara, de hecho, me eché a reír, ya estábamos todos acostumbrados a lanzarnos este tipo de amenazas.

Niall se quedó durmiendo, yo moví su cuerpo para tumbarlo en la cama y salí para ir al baño. En la oscuridad, vi a Harry  tirado en el suelo junto a la cristalería del salón, no estoy muy seguro de lo que estaba haciendo. Dejé la puerta del dormitorio abierta para él, y en una media hora, se levantó y se dirigió al cuarto de baño.

Encendió las luces, yo me apoyé contra la puerta para verlo acercarse al espejo, sacar un frasquito de maquillaje y comenzó a pasárselo alrededor de sus ojos cuidadosamente. Empezó por el ojo derecho y luego siguió con el izquierdo, para después difuminarlo, como si se estuviera preparando para una actuación.

Bajando la cabeza, reprimí esa sensación tan extraña que tenía a pesar de que no entendía nada de lo que estaba pasando. Dejando la puerta abierta, volví sigilosamente a la habitación.




P.d: Gracias a las que comentaron :) me levantaron el animo es la primera vez que subo una novela, es nuevo esto para mi, gracias por su apoyo lindas :D
Lunaa
Lunaa


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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Miér 01 Ene 2014, 11:48 am

CAPITULO 6
 
Al día siguiente a mediodía, me despertó el sonido tintineante de vasos y botellas chocando, que llegaba desde fuera de la habitación. Todos fruncieron el ceño debido al miedo y al cansancio, ninguno de nosotros podía luchar contra la fatiga.
—¿Qué están haciendo? —murmuró Harry.
—A lo mejor ha venido alguien a salvarnos —cerré los ojos y fruncí el ceño—, se ha descubierto la verdad y ha venido la policía.
—Eso sería lo mejor, desde luego. Pero… —dijo Liam— ¿…no crees que llegan un poco tarde?
Harry se frotó los ojos, miró a la puerta y dijo:

—Voy a salir a echar un vistazo.
En el momento en que se levantó, conseguí sobreponerme al cansancio, me levanté, un poco tambaleante, y le dije:

—Voy contigo.
Para decepción nuestra, la policía no estaba por ningún lado, sólo eran Connor colocando unos cuantos vasos vacíos en la mesa de café. James y Bradley estaban sentados en el sofá, cada unos sostenía tres botellas de vodka y tequila y nos dijeron:

—Teníamos mucha sed, y encontramos estas botellas de alcohol, vamos a bebérnoslas todos juntos.
Había un escorpión negro, dormido, en la mesa de cristal, y por un momento, el corazón se me aceleró un poco.
—¿Quién ha dibujado esto? —preguntó Harry.
—Yo —dijo Connor—. Os habéis levantado muy tarde y estaba aburrido, así que me puse a dibujar un poco.
—¿Tanto echabas de menos a Zayn…? —Harry se acercó a Connor y le dio un empujoncito. Éste se frotó los ojos y volvió hacia la habitación, tocó a la puerta y gritó:

—¡Despertaos! ¡Vamos a beber!
Observé el escorpión dibujado en la mesa de cristal y noté cómo me latía el corazón. Recordaba algo vagamente, pero parecía como un sueño.
Después de un par de minutos, Liam salió de la habitación, inseguro, y preguntó:
—¿Qué clase de alcohol…?
Miró a las ordenadas filas de vasos que estaban en la mesa con cara extrañada.
—No hay agua en ningún lugar de la casa, pero en el segundo piso hay unas cuantas botellas de alcohol… —Connor abrió una botella de vodka y fue llenando los vasitos uno a uno—. Aunque no sea demasiado bueno para el estómago… es bastante mejor que morirse de sed —nos miró a mí y a Harry, y nos hizo gestos para que bebiéramos.
Bradley se adelantó, cogió uno de los vasos más cercanos al borde de la mesa, seguido por James y Connor. Connor sujetó uno de los vasos, y empujó el contiguo hacia mí, mirándome. Harry también fue a coger un vaso pero Connor no lo dejo tomarlo.
—Ah, Esto… —Connor se frotó el estómago y dejó el vaso en la mesa otra vez en su posición original—. Primero tengo que hacerme cargo de un problema… personal —dijo, y salió corriendo al baño.
—Aaah, Niall no se ha despertado aún —Harry se acercó a la mesa, y en ese momento, Connor salió del baño. Se miraron a los ojos un momento, Harry dudó pero cogió un vaso, y Connor cogió el vaso que estaba justo detrás rápidamente, pero no era el mismo vaso que le había quitado a Harry antes.
—¡Liam! —gritó James—. ¡Despierta!.

Connor, por su parte, decidió entrar directamente en nuestra habitación y sacar a Niall a rastras.
Sólo quedaban 2 vasos de alcohol en la  mesa, Niall se frotó los ojos mientras se acercaba. De repente, Bradley cogió uno de los vasos y se lo dio a Niall. Harry llego un poco después, y tuvo que coger el último vaso de alcohol. Vi que las expresiones de Connor y James eran un poco extrañas, y esta expresión no cambió, sino que se intensificó cuando Liam se tomó todo el alcohol de un trago. Esta expresión era especialmente pronunciada en la cara de Connor, que se acercó a Liam con la cara pálida, preocupado por cada uno de sus movimientos e intentando incluso que se sentase.
Enseguida encontré explicación para este comportamiento tan extraño. De repente, Liam se hizo un ovillo en el sofá, agarrándose el pecho y jadeando con una expresión de dolor en la cara. Connor parecía no saber qué  hacer, se arrodilló junto al sofá y empezó a limpiarle el sudor con la mano, mientras James intentó que se sentara y repetía:
—¡Vomítalo, vomítalo!
—¿Qué ha pasado? —aparté a Connor del sofá.
—Me duele el corazón… no puedo respirar… —Liam se agarraba el lado izquierdo del pecho muy fuerte, su respiración se estaba acelerando a un ritmo vertiginoso.
—¿Es alérgico al alcohol? —escuché cómo Niall le preguntaba a Harry en voz baja.
—No, ya hemos bebido juntos antes y toleraba bastante bien la bebida… —Harry estaba muy alarmado, miraba a todo el mundo con expresión de terror.
—Aguanta… no te rindas… —Connor sollozaba mientras sostenía a Liam en sus brazos—. Perdón… perdónanos…
Los movimientos de Liam fueron deteniéndose gradualmente, y un par de minutos después dejó de moverse completamente. Connor se quedó mirando inexpresivamente a la persona que sostenía en sus brazos, y no se atrevía a comprobar si seguía respirando o no.
—Está muerto —dijo Bradley tras poner el dedo bajo la nariz de Liam para comprobar si había algún signo de respiración, y miró a Connor.
En esos pocos instantes de silencio, probablemente todos hicimos varias suposiciones.
—¿Qué le habéis puesto al alcohol? —miré a Connor.
Connor me ignoró y continuó abrazando a Liam con la mirada perdida. Parecía que todavía no era del todo consciente de lo que había pasado.
James fue recuperándose poco a poco del golpe, se puso delante de Bradley, levantó la cabeza y dijo lentamente:
—Has hecho trampas.
Sorprendentemente, Bradley no se defendió, se metió las manos en los bolsillos y miró hacia otro lado.
—Si vamos a jugar de esta manera —dijo James—, la igualdad de oportunidades no es más que un montón de mierda, ¿verdad? —dijo, y dio un empujón en el pecho a Bradley.
Bradley se mordió el labio, y no contestó nada, contrariamente a como hubiera actuado en cualquier otra situación
James se echó a reír hasta que pareció que se estaba volviendo loco, y dijo:

—Esto es absurdo.
Connor dijo:

—¿Y quién ha sido el primero que ha jugado sucio? Si la decisión hubiera sido arbitraria, habría sido Harry el que estuviera aquí tirado, muerto.
Los miré en silencio, disfrutando del espectáculo.
Harry bajó la cabeza, inexpresivo, y miró su vaso, que estaba medio vacío. Cerré los ojos y de repente me sentí muy cansado y asqueado; puede que fueran los efectos secundarios de beber alcohol con el estómago vacío. El silencioso escorpión dibujado en la mesa agitó su cola venenosa discretamente.
No recuerdo cómo se encargaron del cuerpo de Liam, y tampoco las discusiones que tuvieron. Sólo recuerdo a Niall apoyándose en mí, suspirando:

—Seguramente la cola del escorpión era venenosa.
—No lo sé —contesté.
Me miró una vez más, se acercó a la mesa y colocó su vaso encima de la negra cola del escorpión, dándole la vuelta al vaso para tapar el aguijón. Qué idea tan genial.
Harry se acercó lentamente, aún no había soltado su vaso.
—¿A quién querían matar? —preguntó.
Esa era una buena pregunta, probablemente ni siquiera ellos lo tenían muy claro. Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuché el sonido de un objeto rompiéndose contra el suelo en el piso de arriba.
—¡Lo único que dije es que no sabía los efectos secundarios de estas pastillas para el corazón! —era la voz de Connor.
—¡Era un bote entero, creo que los efectos eran de esperar! —la voz de James.
—Joder, y lo dices como si no hubieras estado de acuerdo desde el principio… —la voz de Bradley.
—¿Qué coño dices?—la voz de James, el sonido de alguien empujando la mesa.
—¡Digo que todos estuvimos de acuerdo desde el principio! ¿A qué viene todo esto ahora? —gritó Bradley.
—¡Dijimos dos pastillas! ¡No el maldito bote entero! —la voz grave de Connor se escuchaba sobre las demás—. En lo que nos pusimos de acuerdo fue en dejarlos inconscientes para que no pudieran atacarnos… —lo que dijo después no se escuchó por los gritos de la violenta discusión de Bradley y James.
Después empezó a oírse el sonido de objetos estrellándose contra el suelo. Me acerqué un par de pasos al final de las escaleras para ver a James sujetando a Connor por el cuello, contra la pared.
—Recuerda bien mis palabras: tú eres el asesino de Liam y Tristan.
La cara de James estaba roja, y estaba sacudiendo a Connor de un lado a otro. Los párpados de Connor se entrecerraron, mirando al suelo.
—¿Pero de qué coño hablas? —resonó la voz de Bradley, y separó a James de Connor de un empujón, James cayó al suelo—. ¿¡Cómo vas a culpar a Connor de la muerte de Tristan?!
—¡Él fue el único con el que habló Tristan! ¡Era el único que lo sabía! —James se levantó y le gritó a Bradley, con tono lloroso.
—Ya basta —Connor interrumpió los gritos y se arregló el cuello de la camiseta—. Ya sabíamos que alguien iba a morir.
Todo se quedó en silencio durante unos segundos, Connor lo miró con los ojos entrecerrados y dijo:

—Sí, probablemente ya has programado el orden de nuestras muertes, dime, ¿cuándo me toca?

—Me sobreestimas —dijo James—Pero si sigues así, supongo que morirás antes que yo.
Lunaa
Lunaa


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Mensaje por Lunaa Miér 01 Ene 2014, 12:25 pm

Capitulo 7
 
Era un día soleado, las flores y las plantas que se veían desde la ventana estaban abriéndose, como si nos mostraran su fuerza de voluntad. Con el recordatorio constante de la cuenta atrás, parecía que nuestra vida iba evaporándose en los coloridos alrededores de la casa.
2 horas más tarde, Connor bajó las escaleras.
—Gracias —le dije, sabiendo que él me entendería.
—No hay de qué —no expresó ni la más mínima intención de hacerme caso y se acercó a Harry, que estaba en una esquina y que por un momento entrecerró los ojos y reveló una sonrisa.
—¿Estás bien? —Connor se acercó y le acarició el pelo.
—Me duele un poco el estómago —Harry se frotó la barriga aunque sus ojos permanecían fijos en la cara de Connor.
—Eso es porque bebiste alcohol con el estómago vacío, tienes que comer algo. Eh… no tenéis…—se volvió a mirarme a mí— ¿No tenéis comida?
Harry se frotó el estómago otra vez y le susurró algo a Connor al oído, éste pareció calmarse y sonrió. Harry se lo llevó a toda prisa a la cocina, probablemente para darle otro sándwich.
Agaché la cabeza, todos apreciaban mucho a Connor. ¿Si yo estuviera en el otro equipo, el tonto que tenía al lado mío en ese momento me habría dicho que tenían comida? Miré a Niall. Esa mañana, otra persona más había caído antes de que tuviera tiempo de peinarse siquiera, y su pelo parecía un nido deshecho, tenía las manos metidas en los bolsillos y la mirada gacha, fija en un punto del suelo. Me pregunté en qué estaría pensando.
Si se lo dijo a Niall, supongo… que probablemente también me lo habría dicho a mí. Me reconforté a mí mismo con esa idea y decidí que a partir de ese momento iba a tratar mejor a Niall.
James bajó las escaleras, su expresión no era ni de lejos tan alegre como solía ser.
—¿Qué tal? —le pasé brazo sobre los hombros—. ¿Has memorizado del todo la que teníamos que cantar hoy?
Levantó sus grandes ojos para mirarme, pero no dijo nada.
—No tienes por qué lamentarte —lo miré—. Deberías aprender de Connor, es un juego, ¿no? —dije, y señalé a la cocina.
Agachó la cabeza, parecía que estuviera pensando en algo y un momento después dijo:
—No quiero matar a nadie.
—Yo tampoco —le contesté—. Entonces, ¿quieres vivir?
Lo pensó un poco y asintió vigorosamente.
—Matarme o morir, ¿qué elegirías? —le pregunté, bromeando.
Rompió un pequeño silencio y dijo:

—¿Y tú? ¿Matar a Niall o morir, qué elegirías?
Miré hacia donde estaba Niall, en su mundo, parecía que su alma ya se hubiera esfumado de su cuerpo. Le di unas palmaditas a James en el hombro y le dije al oído:

—No puedo compararme contigo, yo soy mucho más egoísta.
—Si esa es la única forma de sobrevivir, prefiero morir.

Se quedó de pie detrás de mí. Bajé la cabeza con remordimiento, esa perspectiva para mí desapareció cuando tenía 10 años. Sonreí y me di la vuelta para mirarlo:
—Es más fácil decirlo que hacerlo —le dije, le di la espalda y me marché.
A mediodía, todos estábamos en el salón, la sed había acabado con nuestras fuerzas incluso para hablar. Bradley se bebió él solo una botella entera de vino, me miraba fijamente con esos ojos que se esforzaba por mantener abiertos en su estado de embriaguez.
Niall y Connor estaban tumbados en el sofá, observándose las palmas de las manos, Connor gritó con tono exagerado que éste iba a ser un mal año para él.
—Deja de mirarme, no llevo ropa interior roja —me llegó el sonido de su voz aunque me estaba dando la espalda, como si supiera que estaba pensando en él.
—¿qué has dicho? —preguntó Harry, inclinándose hacia él.
—He dicho que estoy teniendo mala suerte este año —alargó la mano para tocarle las orejas a Harry.
—Vas a sobrevivir —dijo Harry entrecerrando los ojos.
Connor se rió:

—Bueno, haré lo que pueda.
—Si me muero, ¿te pondrás triste? —Harry lo miró a los ojos.
Connor levantó el brazo como a cámara lenta y le acarició el pelo a Harry.

—No he tenido la oportunidad de conocerte mejor—Harry agachó la cabeza y ser retorció las manos nerviosamente.
Vi como los ojos de Connor se dirigían hacia la ventana y parecía que fuera a decir algo, pero se tragó sus palabras. Yo sabía que se parecía a mí, que no llamaba a menudo a sus padres.

Me hice amigo de Connor este año.
Por varias razones, tuvo que esperar dos años para poder llegar a ser nuestro telonero, y durante ese tiempo, incluso hizo audiciones para otros concursos. Justo al final, cuando estaba a punto de rendirse, una oportunidad se presentó frente a él. Al empezar a ser nuestro telonero, siempre hablábamos de su camino como si no hubiera sido nada, pero sinceramente, yo sabía que su preparación fue más dura y llevó más tiempo que la de los demás.
 Todos los miembros de One Direction hicimos audiciones en  The X factor, pero él tuvo que esperar en Inglaterra a que la oportunidad de la audición le llegara.
La entrada no fue tan difícil para él, ya que tenía un nivel aceptable además de su más único e inigualable talento: hacer amigos. Al principio a mí no me gustaba demasiado, en su larga lista de amigos parecía que yo era la única excepción; y teníamos un amigo en común, Niall. Pero éramos dos personas que, aunque tenían todos los requisitos para llevarse bien, simplemente empezaron a evitarse mutuamente.
Al debutar, a Connor era capaz de adaptarse a todo, aprendió rápidamente las reglas del juego y cómo aplicarlas. Tenía una apariencia y una personalidad que podían compararse a las mías, y además era menor que yo, y se integró muy bien en el grupo.  Sin embargo, simplemente no conectábamos. Yo prefería salir con Bradley, que me idolatraba, y a él le gustaba estar con Niall, lanzándose pullas el uno al otro.
Aparentemente a todos nos gustaba hacernos amigos de gente que no supusiera una amenaza. Connor apenas volvía a su casa, ni siquiera llamaba, no como Niall y Bradley que llamaban casi día sí, día no. Era excepcionalmente parecido a mí en este aspecto, pero nunca hablábamos de ello. Lo cierto es que la personalidad de Connor no era tan adorable, odiaba tener que actuar de forma mona y yo no estaba seguro de que estuviera agradecido por tener que representar ese papel. En privado, no le gustaba mucho hablar, normalmente se le veía fumando cuando no había nadie alrededor. Fumaba muchísimo.
—¿Vas a volver a casa el mes que viene? ¿Puedes llevar unas cosas de mi parte? —Pocas veces me pedía ayuda, así que esto me causó mucha impresión.
—¿El qué? Que no pese mucho —le dije.
—No, no pesa —me dio un paquete blanco—. No es nada caro, gracias por hacerme el favor.
Siempre tan educado, supongo que lo hacía por mi apariencia distante.

En el paquete había unos pendientes preciosos. Se los di a la chica, pero ésta no parecía tan contenta como me esperaba.
—Gracias, y perdón por las molestias —dijo ella, y cogió la caja pero ni siquiera le echó un vistazo antes de meterla en su bolso.
—Esto… ¿no quieres que le dé ningún mensaje a Connor? —le pregunté, incómodo.
—Dile que… trabaje duro —la cara de la chica era tranquila, como el agua—. Y que no me vuelva a enviar nada, nunca más.
Le di a Connor el primer mensaje, no el segundo. En ese otoño, aún recuerdo su expresión indiferente. En los días que siguieron, Connor mantuvo su vitalidad, su popularidad e incluso su locura… Tenía a su mejor amigo, Harry, debutamos y alcanzamos más fama y popularidad, sin embargo, seguía escondiéndose en sitios donde sus fans no pudieran encontrarlo para calmar su necesidad de nicotina.
Eran esos pequeños cambios, los invisibles, como esa expresión que acababa de poner… Yo no era íntimo amigo suyo, pero nunca se me escapaban esas pequeñas cosas que para los demás pasaban desapercibidas.
Tal vez es que éramos así de parecidos.


Harry se sentó en una esquina de la habitación, mirando en silencio a la máquina de baile Dance Revolution que había a su lado. De repente, le brillaron los ojos.

—A lo mejor todos nos hemos equivocado...
Esas dos máquinas a las que no les habíamos prestado atención alguna tenían un pequeño cartel colgado:
Queridos chicos,
¿queréis un poco de agua?
Tendréis que pelear por ella.
Todos sois buenos bailando, ¡elegid a uno de cada equipo!
El que gane, se lleva el agua. El que pierda, un pequeño castigo.”
—¡Joder! —agarré el cartel y me ensañé con la máquina de baile, dándole patadas como loco, Niall vino y me abrazó por detrás—. ¡¿Os parece divertido, joder?! —me di la vuelta y le grité al reloj de la cuenta atrás hasta que Niall me empujó al sofá.
Jadeó y se me quedó mirando, yo le devolví la mirada hasta que momentos después admití mi derrota y eché la cabeza hacia atrás. Había usado hasta la última gota de mi saliva, no quería volver a hablar.
Todos se quedaron callados, aunque el baile  no era la base de nuestro trabajo, todos estábamos deshidratados y habíamos perdido las fuerzas para movernos, mucho menos para bailar. Además, había que tener en cuenta el  “pequeño castigo”. Pero si no bailábamos, no tendríamos agua. Mientras pensaba esto, se me olvidó el paso del tiempo hasta que la voz de James me despertó de mi trance.

—¡Venga, Niall! —dijo.
Lunaa
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por GinaE Miér 01 Ene 2014, 3:54 pm

Siguelaa pobre los chicos :(

-fani
GinaE
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por GinaE Miér 01 Ene 2014, 3:54 pm

Siguelaaa
GinaE
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Jue 02 Ene 2014, 2:19 pm


Capitulo 8
 


 
Las miradas de todos nosotros aterrizaron en Niall, que estaba sentado en el sofá, al que todo esto había pillado por sorpresa, pero que se levantó inconscientemente.
—La lesión de su espalda no se ha curado todavía –dije, y sujeté Niall, que ya estaba yendo hacia la máquina Dance Revolution—En el ultimo concierto antes de subir al avión empeoró, y lo sabes —miré fijamente a James.
Dejó escapar un gruñido, molesto, y me miró burlón:
—Bueno, ¿y qué te parece si eres tú el que juega conmigo?
Por alguna razón, me tragué mis palabras. Era un cobarde.
—Y quién no tiene algún tipo de lesión aquí —dijo James, sonriendo, despreciando con la mirada a Niall. Ésa era la mirada que Niall había visto tantas veces desde que audicionó para The X Factor y a la que aún no había podido acostumbrarse. James conocía las debilidades de Niall demasiado bien.
—Está bien, no pasa nada —Niall apartó mi mano, se alejó de mí y se subió a la Dance Revolution.

Connor me miró, ansioso, parecía que me preguntaba con la  mirada qué era lo que yo quería. Me sentí con ganas de darme mil bofetadas, me moría por bajar a Niall de la Dance Revolution. Pero no lo hice. Simplemente vi como jugaban a suertes sus propias vidas.
—Niall, eres un oponente respetable, pero no vas a ganar —James se cruzó de brazos mientras escrutaba a Niall. Éste se quedó en silencio, mirando a la pantalla.
—¿Empezamos? —James miró a Niall, provocándolo.
De repente, Connor exclamó:

—¡Esperad!
Los dos chicos que estaban de pie sobre la Dance Revolution volvieron la cabeza para mirar a Connor, esperando a que continuara.
Connor me miró a mí, y luego a James, parecía que no encontrara las palabras.
—¿Cuál… cuál será el castigo? —preguntó.
—No lo sé —dijo James—. Si quieres, puedes bailar en mi lugar, y cuando pierdas contra Niall nos enteraremos —estaba tranquilo mientras sostenía la mirada de Connor—. Hace apenas un momento, ¿no decías que alguien tenía que morir? —le reprochó, esperando a oír su decisión—. ¿Qué pasa? ¿Ahora que el objetivo no es el mismo, la cosa cambia?
Connor guardó silencio durante mucho tiempo mientras miraba fijamente a la pantalla de la Dance Revolution.
—Bueno, vamos a empezar —dijo Niall, dándole la espalda al resto de miembros.

—¿Cómo quieres jugar? ¿Dobles estilo libre? —James lo miró, Niall levantó la cabeza y todos sabíamos lo que eso significaba.
Todos conocíamos ya el juego de las máquinas Dance Revolution, se volvió increíblemente popular en sólo 10 años, y era famosa por su dificultad y por la cantidad de estilos complejos de juego que tenía.
Incluso para gente que tuviera formación en baile, el objetivo y modo de juego de la Dance Revolution ya era de nivel avanzado. En estilo libre, la habilidad al bailar y la seguridad en uno mismo eran cruciales a la hora de ganar puntos, es decir, uno tenía que utilizar su instinto para saber de antemano los movimientos que tenían que hacer, y esto era imposible para alguien como yo.
Sin embargo, Niall y James no sólo podían jugar en el nivel más avanzado de estilo libre, sino que también podía establecer su propio nivel de dificultad para el juego.
Todos habíamos jugado a ese juego “imposible” en el pasado cuando estábamos entrenando.
Niall sonrió, con los ojos tristes.
—Cualquier cosa me vale.
—La tercera canción —dijo James mirando a la pantalla.
Dándose la vuelta, Niall se quedó muy quieto por un instante y dijo:
—Sal de aquí con vida, mis padres están en tus manos.
Entonces, le hizo un gesto a James para que comenzara.
No estaba seguro de si eso iba dirigido a mí o a Connor, ni siquiera pude responderle nada antes de que el juego comenzara. Y pronto me di cuenta de que el juego no parecía un juego para nada, más bien era una tortura.
Cada vez que Niall tenía que agacharse a tocar una de las flechas de la plataforma de baile con ambas manos, el sudor goteaba de las puntas de su pelo y las gotas volaban por todas partes con los vigorosos movimientos de su cuerpo al bailar.
Su mirada no se relajó en ningún momento, con esa expresión que nos decía que seguía aguantando a pesar de que no podía más, esa mirada que había visto tantas veces antes.
Innumerables noches en un solitario estudio de baile, frente al enorme espejo que de forma inconsistente reflejaba un brillo de esperanza y seguridad, pero también mal humor y desesperación.
—Tus movimientos no son lo suficientemente explosivos —decía el profesor de baile, impasible.
—Puedo mejorar —contestó Niall.
No me sorprendió, porque incluso cuando ya pensabas que estaba acabado, él siempre se las apañaba para seguir adelante, como diciéndote: “mira, estoy vivo.”
Ya había olvidado cuánto tiempo hacía que habían empezado, pero ambos estaban ya en ese momento en el que tenían que darlo todo para seguir. Los dos chicos deshidratados apretaban los dientes, con las caras casi cadavéricas. La espalda de Niall probablemente estaba ya entumecida, y como hacía tanto tiempo que pasaba hambre, la expresión de James era de todo menos saludable. Esas expresiones que mostraban que no tardarían mucho en desmayarse estaban suplicando que el juego acabara pronto.
En el momento en que ambos completaron el mismo movimiento, el juego se paró. Las dos pantallas dijeron que habían pasado de nivel, y que tenían que pulsar el botón para pasar a la siguiente ronda.
De rodillas en la plataforma de baile, los dos jadeaban y respiraban pesadamente, mirando a las pantallas, no podían articular ni una sola palabra. Niall agachó la cabeza, se mordió el labio y cerró los ojos con fuerza, con la mano izquierda se sujetaba la espalda, y ni siquiera podía ponerse en pie. Los labios de James estaban mortalmente pálidos, tenía las dos manos en el suelo para mantenerse en equilibrio, y sufría unas oleadas de náusea incesantes. Si tenían que bailar otra ronda, sin duda tendríamos un ganador antes de que terminaran el baile entero.
—Ya no pueden seguir, tenemos que elegir a otros dos que los sustituyan —Harry se adelantó y sonrió en mi dirección.
En frente de nosotros, Connor se puso de pie y se acercó a la Dance Revolution. Se dio la vuelta y miró a Bradley, y le dijo:

—¿Ves? Supongo que esto es el karma, por decirte que morirías antes que yo.
Niall estaba empapado de sudor, tirado en el suelo mirando a Connor con mucha preocupación.
—¿Cómo vamos a jugar? —Connor sonrió mientras miraba a Harry.
—Tú eliges —Harry inclinó la cabeza a un lado.
—Nosotros podemos jugar a doble estilo libre, pero si jugáramos normalmente tampoco podríamos declarar un ganador —dijo Connor. Harry agachó la cabeza, pensativo, había muchos estilos de juegos, pero él y Connor eran buenos en varios aspectos, era una decisión difícil.
—Vamos a hacerlo a suertes —Connor se dio la vuelta.
Después de correr escaleras arriba para buscar un papel, partió el papel en 10 trozos en los que escribió algo, los plegó y se los puso todos en la mano. Connor le hizo un gesto a Harry para que eligiera uno; Harry cogió un trozo de papel plegado, lo abrió, y dentro estaba escrito:
—De rodillas.
No daba crédito a mis ojos.
“De rodillas” era un estilo de baile que esos bailarines buenísimos (y locos) habían inventado, en el que había que bailar arrodillado, y esto requería mucha fuerza en la cintura y en las extremidades. Era un estilo que provocaba muchas lesiones en la cintura, en la espalda y en las rodillas. Además, este tipo de baile no era bonito de ver en absoluto.

De pie frente a la Dance Revolution, Harry y Connor estaban callados, Connor dijo apresuradamente:
—No, no, esto es culpa mía, no tendría que haber puesto esa opción, coged otra, coged otra.
Dudó por un momento, pero levantó la cabeza y dijo:
—Olvídalo, al fin y al cabo el objetivo de esto es distinguir entre el ganador y el perdedor, esta es la manera más adecuada.
Harry miró a Connor y sonrió.
—Además, ninguno de los dos hemos probado este estilo antes. Es lo justo.
Mientras veía a los dos arrodillándose en la plataforma de baile, preparándose para el juego, Niall, que estaba tumbado en el suelo, levantó la vista y le dijo a Connor:

—No estés tan seguro de ti mismo.
Lunaa
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Jue 02 Ene 2014, 2:50 pm

Capitulo 9
 
Frente a la Dance Revolution, Sehun entrecerró los ojos, sonriendo, y se giró hacia Connor.
—No me dejes ganar —dijo.
Sin dejar de mirar al frente, Connor dijo:
—Esa podría ser la excusa perfecta. Si ganas, más te vale decir después que me fue porque me dejé ganar, no que no fui lo suficientemente bueno.
—Estás enfrentándote a la muerte, podrías dejarte de bromas —Harry frunció el ceño.
—¿Y quién ha dicho que voy a morir? —Connor estaba estirando los músculos—. Aunque tenga unos pocos años menos que tú, eso no quiere decir que no sea igual de ágil.
—Eres el niño más sinvergüenza que he conocido en mi vida —dijo Harry negando con la cabeza.
—Y tú eres el Hombre más arrogante que he visto —comentó Connor con una sonrisa.
—¿Empezamos? —Connor se giró hacia Harry—. Más te vale dar lo mejor de ti mismo, no ha habido ni una sola vez en que me hayas ganado en un juego.
—Y que lo digas… —Harry evitó mirarlo a los ojos
Tras unos segundos de silencio, Connor sonrió y le dijo a Harry:
—Cuando consigas el agua, no te olvides de prepararme un tea.
—No tenemos te… —Harry fijó la vista al frente
—Entonces… —Connor mantuvo la cabeza gacha—, hazlo cuando salgas de aquí –sonrió mientras se quitaba el anillo que llevaba en su dedo corazón—. Este anillo tiene 3 partes que giran, es un puzzle, juega con él.
Harry cogió el anillo, y dijo:

—No lo has resuelto…
—No soy un experto en resolver puzzles —se rió Connor—Tendrás que resolverlo tú.
Harry asintió y se puso el anillo en el dedo corazón.
En qué punto de tu vida empieza la cuenta atrás… nunca puedes saberlo.
Era obvio que ninguno de los dos tenía ni idea de cómo se jugaba arrodillado. Aunque utilizaban las manos desesperadamente para intentar cubrir donde sus rodillas no llegaban, el ritmo que llevaban seguía siendo caótico; no habían llegado a la mitad del juego cuando el indicador del nivel de errores seguía acumulando puntos hasta que la pantalla de Harry se puso roja, e inmediatamente después, la luz roja empezó a brillar también en la pantalla de Connor.
—Connor ya no puede seguir —Niall se sentó en el suelo y negó con la cabeza—. Lo está haciendo todo mal.

James, que estaba de pie en el lado contrario le gritó a Harry:
—¡Mantén la calma! ¡Intenta tranquilizarte y dejarás de cometer errores!
Parecía que todos estaban ayudando a quien no debían.
La barra de los errores subía y subía, los dos chicos seguían arrodillados, jadeando de forma irregular, sin dejar de mirar a la pantalla. La música hacía eco en el silencioso salón y la situación pendía de un hilo, ya no podían permitirse más errores.
Todos los demás estábamos callados, en completo silencio.
De repente, Connor se puso de pie y cambió al método de juego normal, utilizando los pies para marcar puntos. La caótica situación pronto cambió y su nivel de errores empezó a estabilizarse.
Lo cierto es que la máquina no tenía manera de saber si estaba utilizando las rodillas o los pies para bailar.
Harry se volvió a mirar a Connor, boquiabierto, sin saber qué estaba pasando, pero para cuando quiso darse la vuelta para volver a mirar a la pantalla, su margen de error llegó a cero.
La plataforma de la Dance Revolution se retrajo hacia los lados, revelando un agujero en el suelo, al estar Harry completamente desprevenido cayó sin remedio, sin tiempo para intentar evitarlo. Se escucharon dos golpes secos.
¡Bam! ¡Bam!
La Dance Revolution empezó a emitir música de celebración por la victoria de Connor, mientras un paquete entero de agua mineral descendía del techo, junto a un poco de confeti dorado que cayó en el pelo de Connor.
—¡¡Harry!! —gritó James hacia el interior del oscuro agujero.
James fue corriendo hacia Connor, que se había desplomado en el suelo y estaba paralizado, lo cogió por el cuello de la camiseta y le dio un puñetazo. Dio unos pasos atrás, de la comisura de la boca de Connor salía sangre.
—Cabrón hipócrita —dijo James entre dientes, y se volvió, apresurándose a bajar al sótano.
Cuando entré en el sótano, Niall había encontrado la linterna e iba un paso por delante de mí, explorando. Había un hedor desagradable flotando en el aire.
Con la sola ayuda de la débil luz de la linterna, encontramos a Harry, tirado debajo de donde estaba la Dance Revolution. Junto al lugar donde había caído había un trampolín descolocado. Al caer, debía haberse chocado con los pies contra el borde del trampolín, y así cayó con la cabeza por delante, golpeándose contra los afilados bordes del soporte del trampolín. Alrededor de su cabeza había un charco de sangre. No respiraba.
Connor estaba junto a mí, y sugirió con voz histérica:
—D-deberíamos llevarlo arriba primero.
Miré a Connor.

—Ya está muerto.
—Pero aquí la temperatura es horrible… —continuó Connor—. Y él estaba resfriado…
Niall se acercó a Connor y se agachó, y le dio un abrazo a un Connor tembloroso.
—Connor, vamos a salir de aquí —dijo Bradley, en un intento de hacer que Connor se levantara, pero éste lo empujó e intentó levantar el cadáver.
—¡Connor! —exclamó Bradley mientras intentaba retener a Connor con todas sus fuerzas—. ¡Ya está muerto!
Como si no oyera nada de lo que le decían, Connor seguía intentando levantar a Harry, totalmente desorientado. Niall lo observó, y salió del sótano para volver casi en seguida. Se puso delante de Connor, le abrió la boca con dos dedos y obligó a Connor a beber el alcohol que contenía una botella que había traído de arriba. Después de media botella, le preguntó:
—¿Es suficiente? —y se lo quedó mirando, a Connor se le escapaban gotas de alcohol de la boca.
Levantando la cabeza, Connor abrió un poco los ojos y le preguntó a Niall:
—¿Qué pasa? ¿Es que el avión no ha despegado?
Niall inclinó la cabeza en silencio, lo abrazó, apoyó el peso de Connor sobre sí mismo y lo sacó del sótano.


La mañana se hizo eterna, a mí ya se me había olvidado dónde estábamos, la razón por la que estábamos jugando a este juego y lo que nos esperaba al final.
El reloj de pared señalaba las 4 en punto. Bradley estaba tumbado, con sus piernas larguísimas estiradas en el sofá, y jugueteaba con las botellas vacías mientras que Y Niall estaba tumbado en la alfombra, intentando soportar el dolor que irradiaba de la lesión de su espalda. James tenía el mismo aspecto que yo ayer, como si se acabara de despertar de un sueño muy profundo, con la cara inexpresiva, mirando por la ventana.
Connor, por el contrario, ya no estaba serio, sonreía como un idiota en sus sueños y yo me preguntaba en qué estaría soñando.
—¿Qué creéis que hay en esa caja fuerte? —preguntó Bradley mientras observaba la caja fuerte con el cubo de Rubik colgado.
—Quién sabe, tendrás que preguntarle a Connor —dijo James.
—A lo mejor tiene la contraseña para abrir la puerta —dijo Bradley con su tono optimista habitual.
—O a lo mejor lleva una bomba conectada —dijo James. Luego inclinó la cabeza y siguió mirando por la ventana.
Me levanté y fui tambaleándome hasta el baño, negándome a admitir que tenía tanta sed que no podía soportarlo más, mientras que Niall seguía tirado en el suelo, deshidratado después de todo lo que había sudado durante el juego. Antes de que Connor se despertara, parecía que era James el que había asumido el papel del líder, él y Bradley ya habían subido el agua al segundo piso para beber un poco. Antes que volver a emborracharme o tener que tomar la decisión de beberme mi propia orina, tal vez debería arrodillarme ante James y suplicarle que me diera un poco de agua y que después me matara directamente.
Dos horas después, Connor por fin despertó. Se apoyó las manos en la parte trasera de la cabeza, sin duda para intentar contener un dolor punzante, y tenía los ojos inexpresivos, pero no preguntó por qué no estaba Harry. No parecía que hubiera tenido la suerte de volverse loco o desarrollar amnesia, sólo que, como todos los que seguíamos vivos, estaba pasando por una serie de cambios y permanecía con vida.
—El agua está arriba —le dijo James.
Miré a James antes de acercarme a él, apenas manteniendo el equilibrio, y me arrodillé delante de él.
—Danos un poco de agua, aunque sólo sea un poquito. —Fijé mi mirada en el suelo. Justo como esperaba, no recibí respuesta alguna—. Por favor, Niall ya no puede más —dije con la cabeza agachada.
—Já —por encima de mi cabeza sonó una risa helada—. O sea, que si te doy un vaso de agua, ¿tú se lo darías a Niall? —su voz estaba llena de desprecio—. Otro cabrón hipócrita.
Miré al suelo, no conseguía levantar la cabeza. En ese período de tiempo, Bradley se levantó y se dirigió a las escaleras. James extendió una pierna para bloquearle el paso, rechazando sus acciones en silencio.
—El agua no es sólo tuya —dijo Bradley.
—Tienes razón, es el agua que ganó Connor —dijo James fríamente—. Y la ganó haciendo trampa.
—¡Connor! — Bradley se dio la vuelta y lo llamó a gritos pero nadie respondió.
Niall, que seguía tirado en el suelo, se cubrió la cabeza y dijo con la voz ronca:

—Olvídalo, Bradley.
Me acerqué a Connor y le supliqué:

—Por favor, danos agua.
Después de quedarse quieto unos instantes, dijo:

—De acuerdo. Hagamos un intercambio. Agua por comida.
—¿Qué comida? —preguntó Bradley.

—Hay sándwiches en la nevera —dijo Connor tranquilamente.
Lunaa
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por GinaE Jue 02 Ene 2014, 8:22 pm

siguelaaaaa Lunaaa :3
GinaE
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por GinaE Jue 02 Ene 2014, 8:22 pm

Pobre Harry :(
GinaE
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Vie 03 Ene 2014, 10:28 am

Capitulo 10
 
Punto de vista de Frank:
Zayn se había quedado dormido, apoyado sobre la mesa de la sala de interrogatorios, ni siquiera con todo el té que había tomado pudo resistirse al cansancio; ya que no había dormido nada en por lo menos 3 días, el sueño le sería muy beneficioso. Parecía que mi conversación con él le había aliviado un poco la presión que sentía, y como doctor estaba muy satisfecho.
Salí de la sala de interrogatorios con las tazas vacías, y vi a Mike saludándome con la mano. Me acerqué con una sonrisa y le di las tazas.
—¿Ha sido incómodo de ver?
—¡Has estado fantástico! —Los ojos le brillaban—. Aunque también tengo que decirte que hace más de 24 horas que me fui de casa por este caso. Mi novia pensará que me he fugado contigo o algo.
—Oh, ¿en serio? Parece que tu novia sabe apreciar mis encantos.
—Seguro —contestó con toda tranquilidad—. Pero sí que es cierto que al señor superviviente lo has conquistado con esos encantos tuyos.
—Por supuesto, es mi obligación que un chico triste se sienta feliz —dije, yendo hacia el cuarto de baño—. No te olvides de traer otras dos tazas de té, esto aún no ha terminado.
Mike recogió las tazas perezosamente.
—Vaya, ahora resulta que soy el camarero. En fin, sigue animando a ese chico triste tan mono, nosotros te estaremos observando.
Cuando salí del baño, vi a Zayn, que aún dormía con el pelo despeinado sobre la mesa.

—Con todos los años que llevo colaborando con vosotros, ¿no me puedes dar algunos de esos detalles que sólo saben los de dentro? —le dije a David, su cabeza calva me impedía ponerme serio.
—Mira, Frank, si los muertos hablaran, lo que dirían sería espantoso. Sin tener la formación pertinente, me temo que tu corazón no lo soportaría —dijo.
—Me hago responsable de mi corazón —dije—Tengo la mejor de las medicinas.
—¿En serio? ¿Qué marca es? —se rió y me miró.
Lo miré con impotencia, saqué un bote de pastillas de mi bolsillo y dije:
—No suelo revelarle mis problemas de salud a ningún colega… además, no soy parte de la policía.
David miró el bote de pastillas y dijo:
—Vaya, parece que esta marca es muy popular.
—No cuestiones mis gustos —dije—. Yo nunca utilizo marcas populares, incluso para los medicamentos.
—Oh, puede que esa no sea una buena costumbre —dijo David—. Podrías morir de forma muy dolorosa.
—¿Qué pasa, la presión constante está empezando a afectarte al corazón? —le pregunté—. Pensaba que los ataques al corazón eran algo muy común entre vosotros.
—Frank —David miró el pequeño bote de pastillas con curiosidad y luego me miró a mí—Si un día me entero de que eres mago a tiempo parcial o algo así, definitivamente me encargaré de que te arresten.
—¿Ah sí? ¿Puedo pedir que me encierren con ese pequeño entonces? —pregunté riéndome.
—¿Cómo? —me dio un pequeño codazo—. No sabía que tuvieras ese tipo de hobbies.
—Qué mal pensado eres —sonreí—. Solamente estoy cumpliendo con mi trabajo, eso es todo, algo que vosotros no entenderíais… magia británica. —Me di la vuelta y entré a la sala de interrogatorios.
Abrí la puerta y desperté a Zayn de su sueño, si es que se le podía llamar así, y no pesadilla.
—Lo siento —utilicé el pie para cerrar la puerta—. No quería interrumpir tus dulces sueños.
Parecía que Zayn estuviera tomando una decisión antes de dirigirme una fría risa, supongo que quería decir que sus sueños eran de todo menos dulces.
—¿Tienes hambre? —pregunte
—No tengo hambre —dijo, arreglándose el pelo con la mano.
—De acuerdo entonces —sonreí—. Como quieras.
Su cara parecía demasiado pálida, sus mejillas y su mentón eran tan esbeltos que parecía que los hubieran esculpido. Sin embargo, tenía un par de ojos impresionantes, y miraba a la gente como si hubiera una capa de neblina cubriéndolos.
—¿Sabes muchas cosas que yo no sepa? —preguntó de repente.
—¿Por ejemplo? —lo miré.
—Por ejemplo… si hay otra gente aparte de mí en el Departamento Federal ahora mismo…—dijo—. ¿Hay más miembros de nuestro grupo?
—¿Si están los cadáveres? —No sabía a qué se refería exactamente, así que decidí usar esas palabras y hablé cuidadosamente.
Sus pupilas parecieron reflejar una emoción perdida, y él también eligió con cuidado sus palabras.
—¿Están todos… todos están muertos?
—¿Tú mismo no lo sabes? —lo miré, pensando en las peculiares expresiones de Mike y David y lo protectores que estaban siendo con la información, cosa que nunca antes habían hecho—. Yo sólo soy un doctor, pero creo… que si te las arreglas para ayudarles, a la policía, quiero decir, ellos también se esforzarán por ayudarte a ti.

Ese par de bonitos ojos se cubrió con una niebla aún más espesa, y se fueron hundiendo en una sombra oscura.
Lunaa
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Vie 03 Ene 2014, 11:01 am

Capitulo 11
 
Punto de vista de Zayn:

Nuestra cena fue muy simple, aquello era como un campamento de adelgazamiento que ofrecía resultados excelentes. Después de comernos un sándwich en un minuto, me bebí una botella entera de agua.

—Quiero comer comida de Nandos —Niall entró en su gloriosa ilusión otra vez.
—No poder comer lo que te apetezca antes de morir es una de las cosas más tristes del mundo —dije—. Hasta a los prisioneros condenados a muerte les dejan elegir una buena comida antes de ser ejecutados.
—Si hubiera sabido que las cosas iba a ser así, nunca me hubiera puesto a dieta en mi vida —dijo Niall.
—Si hubieras sabido esto —lo empuje levemente— no te habrías convertido en artista.
Me miró.

—Aunque  pudiera volver a empezar, volvería a elegir convertirme en artista —me sonrió—
. ¿Después de tantos años y aún no me conoces lo suficiente?

Al volver al salón, no había ni un alma. Niall y yo vimos el cubo de Rubik resuelto en la escalera y la caja fuerte abierta, sin saber qué método emplearía Connor para matarnos.
Examiné el exquisito dibujo del escorpión. Nunca me había dado cuenta de que tenía una habilidad tan especial. Tengo que decir que soy una persona que admira mucho a la gente que dibuja bien. Suelen observar meticulosamente todo lo que les rodea; y cuando tú ya has olvidado el aspecto de algo, ellos aún lo recuerdan.
Se hizo de noche otra vez, ya había pasado la mitad de las 48 horas. Niall estaba sentado sobre la alfombra, al lado de la ventana.
Una estrella fugaz cruzó el cielo. Según las leyendas, una estrella fugaz predecía la muerte de una persona. Niall también la había visto; parpadeó un par de veces pero no dijo nada.
—Sería bonito que la gente que muere se convirtiera en estrellas fugaces —dije—. Podríamos volar a cualquier sitio.
—Yo no quiero convertirme en estrella fugaz —dijo  Niall—. Yo quiero convertirme en un árbol y no ir a ninguna parte.
—¿Es porque piensas que ya te has movido lo suficiente en esta vida y quieres descansar en la siguiente? —lo miré, divertido.
Me respondió poniendo los ojos en blanco.
—¿Y si eso pasara, qué tipo de árbol querrías ser? —le pregunté.
—El que hay en el jardín de mi casa, por supuesto —dijo.
—De acuerdo. Yo iré a regarte.
—Ah, muchas gracias, me aseguraré de echar raíces y crecer mucho.
—Las palabras que dijiste antes de subir a la Dance Revolution… ¿las dijiste por mí? —pregunté, mirándole a los ojos.
Se quedó callado un momento, y dijo:

—Eso sigue siendo válido.
Me quedé mirándolo, agaché la cabeza y dije:
—Mi madre está relativamente bien en Inglaterra…
—Lo entiendo.
Miró por la ventana y la luz de la luna le iluminó la cara.
Sonreí un poco, ese era nuestro acuerdo tácito, esa comprensión mutua que no necesitaba de palabra alguna. Si de verdad se convertía en un árbol, sólo con ver sus hojas yo podría saber si necesitaba agua.
Esa noche fue especialmente silenciosa y tranquila, ni siquiera escuché ningún susurro desde el piso del arriba, como solía ocurrir. Podría ser porque éramos menos. Me levanté para ir al baño, y el silencio de la noche se rompió cuando la puerta del baño crujió al abrirse. Me quedé fuera del baño un momento porque sabía que Niall seguía en la habitación, y tomé mis precauciones antes de entrar lentamente.
La ducha que había al fondo del baño tenía la mampara cerrada. Al acercarme despacio,  vi garabateado en él espejo: “Deprisa, vete”.
Habría reconocido esa letra hasta en el infierno.
—¿Bradley? —susurré suavemente en dirección al espejo, pero la puerta de la ducha siguió cerrada.  Acaricié el marco blanco, nadie habló, pero se oía una respiración entrecortada. Luego volví a la habitación.
Ni siquiera había pasado un minuto cuando oí unos fuertes ruidos en el baño, yo estaba sentado en la cama. El sonido de unos puños dando golpes contra la pared.
—¿Qué está pasando? —Niall se levantó, mirándome, y se dirigió hacia la puerta.
—¡No vayas! —susurré, muy serio, Niall me miraba con expresión asombrada.
Se oyó el sonido de alguien golpeando la puerta del baño, pero la puerta se cerró con un clic. Los demás, que estaban en el piso de arriba, bajaron las escaleras para ver qué pasaba, la luz bañaba el salón. Cuando entramos torpemente al cuarto de baño, todo había vuelto a quedarse en silencio.

—Ya podemos ir —le dije a Niall.
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48 Horas (One Direction & The Vamps) Empty Re: 48 Horas (One Direction & The Vamps)

Mensaje por Lunaa Vie 03 Ene 2014, 11:01 am


Capitulo 12
 



—¿Qué ha pasado? —le preguntó James a Bradley, fríamente.
Bradley, pálido, evitó su mirada; Connor estaba apoyado contra la pared, callado.
—Connor… —James cogió la cuerda de plástico y se giró hacia Connor—, ¿esta no es la cuerda que sacaste de la caja fuerte?
Mirando a James, Connor le extendió una mano para ayudarlo a levantarse, pero se llevó un manotazo.
—¿¡Que pensabas hacer con esto matarnos?! —rugió Chanyeol, ahogándose con sus propias lágrimas.
La mano de Connor que había recibido el empujón se había quedado colgando en el aire. Connor bajó la mirada y retiró la mano.
—¿Qué es esto? —James, que estaba de pie, se acercó lentamente al espejo giró la cabeza lentamente, mirándonos a los tres—. Sólo matáis a los que no te caen bien ¿¡esto es algún secretito que tenéis entre vosotros?! —nos miró amenazadoramente, y utilizó toda su fuerza para golpear a Bradley en el pecho. Bradley acusó el golpe y no contraatacó.
—Esto es un malentendido —sostuve la mano de James que había utilizado para empujar a Bradley.
—Claro… ¿cómo he podido olvidarlo? Tú… y él —James señaló a Niall con el dedo—, los dos estabais justo en la habitación de al lado, ¿¡cómo puede ser que hayáis llegado después que todos nosotros?!
—Le dije que no se acercaran —Bradley entrecerró los ojos y miró a James, provocándolo.
Todo lo que recuerdo del segundo siguiente es a James y Bradley enzarzándose en una pelea. James gritando y llorando era algo que no se veía todos los días.
—¡SIN MI PERMISO! ¿¡CÓMO TE HAS ATREVIDO A ITENTAR MATAR A UNO DE NOSOTROS?!
Bradley empezó a darle patadas a James hasta que lo tuvo tirado en el suelo y arrinconado contra la puerta, y le gritó:
—¡Joder, no te creas que eres el único con cojones para hacer esto!
James se lanzó contra Bradley instintivamente, gritando. Bradley era mucho más fuerte que él, pero en los ojos de James había un brillo de pura locura. Bradley y él fueron luchando y empujándose hasta que llegaron al salón, y allí Bradley le pegó un puñetazo, seguido de un codazo en la rodilla. James cayó de rodillas hacia delante, entonces Bradley le dio una patada en la cintura y la expresión de James fue de un dolor atroz.
—¡Dejad de pelearos! —dijo Connor, intentando desesperadamente sujetar a Bradley desde atrás, pero parecía como si Bradley hubiera perdido el control sobre sí mismo. No paró hasta que junté toda mi fuerza para agarrarlo por detrás y separarlo de James. En esos segundos de silencio, Connor soltó la mano que agarraba a Bradley, y éste se dio la vuelta, Niall se acercó a James, que estaba herido, pero yo vi a James, con los ojos rojos, sentarse y extender la mano hacia una botella de alcohol que había en la mesita.
Se tambaleó en dirección a Bradley.
Parecía que el tiempo se hubiera ralentizado en mi memoria.
—¡Bradley! —gritó Niall, horrorizado.
Bradley se giró para mirar a Niall y por un momento vio la figura de James estampándole la botella de vino. Utilizó su brazo para defenderse instintivamente, la botella se rompió y el fuerte olor del licor impregnó su pelo. Cuando Bradley se llevó las manos a los ojos para protegerlos del alcohol…
El reloj de la pared hizo otro tic-tac…
Bradley miró a James con los ojos de par en par, traumatizado. Bajó la mirada, había una botella de vino rota clavada en su abdomen. Todo el peso de su cuerpo lo sujetaba esa botella, hasta que James lo empujó contra la pared.
En ese momento, todo parecía inaudible, mis sentidos se hicieron añicos; sólo veía la expresión indefensa y sobrecogida de Bradley, y su abdomen sangrando profusamente.
Niall se había acercado, e intentaba desesperadamente apartar al aturdido James; Bradley se deslizó por la pared hasta el suelo, dejando un rastro de sangre a su espalda. Me acerqué tambaleándome, creo que me caí un par de veces en el proceso, la cabeza de Bradley estaba ladeada, sus ojos eran idénticos a aquellos que vi la primera vez que lo conocí.
—Zayn… me duele…—dijo, sus palabras se entrecortaban.
No recuerdo si le contesté algo o no. Ese recuerdo sólo era una hoja en blanco, a lo mejor mi propio sistema inmune lo había borrado.
Después de eso, Bradley se quedó dormido. No se movió en absoluto, cada segundo estaba más y más frío.  Yo veía puntos negros y me pitaban los oídos, me puse de pie y cogí una de las botellas de alcohol, la rompí contra la mesa y me acerqué a James, que estaba en una de las esquinas de la habitación.
Seguía allí de pie, completamente atónito. Junto a él estaba Niall, que estaba esforzándose en apartarlo, pero era demasiado tarde. Mira, tu cuello parece muy vulnerable, todo acabará muy rápido. ¿Niall se acercó a intentar hablar conmigo? Lo cogí por el cuello y lo tiré al suelo.
Parecías poseído, no querías rendirte por nada del mundo, ¿es porque era la primera vez que matabas a alguien? Eres tan inferior, mírate, te voy a asesinar, vas a morir muy pronto. Levanté ligeramente la botella, la giré. ¡James  acompaña a Bradley!
La cara de Connor apareció delante de mí antes de que pudiera hacer nada. En mi cabeza sonó una alarma, mi mano se paró por un segundo. Bajé la cabeza y vi a Connor entre James y yo.
—¿Qué estás haciendo? —le pregunté con la mirada.
Él agachó la cabeza, el pelo le tapaba los ojos. Mi cerebro dejó de funcionar por un momento, sin entender lo que pasaba. Mis ojos se dirigieron hacia James, Niall lo estaba arrastrando al piso de arriba. Intenté dejar atrás a Connor y fui hacia las escaleras. De nuevo, Connor me bloqueó el paso, con las manos firmemente apoyadas en las paredes.  Parecía que mi inteligencia se había deteriorado, ¿cómo podía haber olvidado que Connor pertenecía al otro equipo?
—¿Crees que no me atrevería a matarte? —le pregunté.
—Entonces hazlo.
Qué sinvergüenza.
Retrocedí dos pasos. ¿Cómo podía haber olvidado que esta era una reunión amistosa entre The Vamps y One Direction? Además, a Connor era al que mejor se le daba lo de la amistad profesional. Pero por desgracia, yo no era Niall Horas, siempre podía resistirme, incluso si me ofrecían la amistad más cálida. No intentes aprovecharte de mi paciencia, has sobreestimado mi amabilidad y tu propia inteligencia emocional. Sin embargo, de repente Connor recibió un doloroso golpe en la cara, su nariz empezó a sangrar y cayó al suelo.
—¡Fuera de aquí! —miré atrás y vi a Niall gritándole.

Connor se puso de pie como pudo rápidamente, subió las escaleras sin mirar atrás. Pensé que nuestros muchos años de amistad se acababan de arruinar ese fatídico día, pero no tenía ni la autoridad ni el derecho de reprocharle nada. Debería ser como él, el perfecto superviviente, aprovechándose de todo y de todos y tomando la iniciativa como hiciera falta para sobrevivir. Visto desde esta perspectiva, en eso todos éramos mucho menos femeninos que él.
Lunaa
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