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Chocolate {1º tema de audiciones
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Re: Chocolate {1º tema de audiciones
Que sea helado de chocolate y nunca mejor dicho Pris acepta tu las fichas
.wonderwall.
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
Por lo menos pasé de pagina :vibracionmodeo :vibracionmodeo
.wonderwall.
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
¿eso va aceptar las fichas y nos va a traer helado? lo dudo
pinkfloyd.
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
lo sé es que no soy rosa, así que no voy a celebrar nada
pinkfloyd.
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
Mely Payne escribió:
- Spoiler:
Mel Evans♡ Nombre Completo: Melina Megan Evans.
♡ Chico: Liam O'Donell.
♡ Rol: Cita por internet.
♡ Representantes: Danielle Campbell and Liam Payne.
- Escrito:
- Spoiler:
Capítulo 002Empuje la puerta para poder entrar al edificio. Las nueve y treinta no era mi horario habitual de entrar al trabajo pero mi jefe había hecho que me levante horas antes en busca de un café de Starbucks, acompañado de dos cupcakes y un biberón. Si, un biberón. No entendí muy bien para que, solo me llamo pidiendo uno y luego corto.
Vi las puertas del ascensor cerrarse poco a poco, mis pelos se pusieron de punta. No solo el ascensor se cerraba sino mi salvación se iba y tendría que subir por las escaleras unos seis pisos con tacones de ocho centímetros y medio. Corrí apurada tratando de no caerme, solté unos chillidos desesperados que trate de evitar pero no pude.
—Por favor, paren, paren— Chille por tercera vez. —Por favor— Tropecé con mis tacones, atine a caerme pero antes de que me cayera unos fuertes brazos me tomaron arrastrando prácticamente dentro del ascensor.
—Melene, ¿Estás bien? — El llamado Harry me despertó del pequeño transe en el que había entrado. Mi mejor amiga me mataría después de ver su saco que compro en Inglaterra ensuciado con café.
—Oh, sí— Conteste apenada. —Gracias— Levante mi vista del suelo, clavándola en su camisa, la había ensuciado. Dios, hoy no era mi día. —Lo siento, te he ensuciado con el café, déjame ayudarte— Tome la servilleta que tenía en el saco y comencé a pasar por su camisa, empeorando la situación.
—No, no, no, deja— Hablo rápidamente apartando mi mano de su camisa. —Yo luego lo limpiare— Sonrió fingidamente.
—Yo… yo… lo siento tanto Harry— Comencé a tartamudear.
Lleve mi mano izquierda hasta mi frente, bajando la mirada sintiéndome más que avergonzada, aun faltaba un piso y las personas miraban expectantes el pequeño problema que había creado. Cuando el ascensor llego al sexto piso apenas las puertas se abrieron corrí hacia la oficina de mi jefe.
—Liam, lo siento, hice lo más que pude para poder llegar lo más rápido posible, le debo una camisa nueva a Harry y un nuevo saco a mi amiga, pero ya tengo tú…
Mi voz se corto al ver el rostro preocupado de Liam sosteniendo a una pequeña bebé en brazos.
—Oh, qué bonita, ¿Quién es ella? — Pregunte intrigada acercándome a Liam y a la niña.
—Mi hija— Soltó abrumado.
— ¿Tu hija? — Pregunte. —Por favor Liam, no me hagas reír— No pude evitar soltar una carcajada. Liam asintió.
—Se llama Taylor Tasha… Pa... Pa... Payne— Tartamudeo al terminar la frase. Y con cierta duda agrego su apellido.
— ¿Y la madre? — Pregunté. Tome de las bolsas el biberón y se lo di a la niña.
—No lo sé, apareció en una canasta en casa, diciendo que yo soy el padre y desde ahora tendría que hacerme cargo— Dejo a la niña en la canasta y se sentó acercándose a su escritorio. —Café y nuevas tareas— Cambio radicalmente de tema.
—Bien, el café se perdió en el camino, gran parte cayó en la camisa de Harry y en mi saco— Conteste, avergonzándome de lo sucedido.
—Luego te daré un poco más de dinero para tu saco, llama a Harry, por favor— Me ordeno.
Salí rápidamente de la oficina dirigiéndome ahora a la de Harry Styles, el mejor amigo de Liam. Él era el que lo llevaba de fiestas, y lo sacaba cuando el trabajo a ambos los saturaba. Suponía que era él quien lo había incitado a acostarse con la que era la madre de la niña.
—Harry— Toque la puerta interrumpiendo una charla por teléfono. —Oh, lo siento— Moví mis labios disculpándome.
Un segundo después Harry se despidió.
—Mel, ¿Qué necesitas? — Me pregunto sonriendo.
—Liam te necesita— Le di una sonrisa y luego salí de su oficina.
Volví hacia la oficina de Liam, la pequeña bebé se encontraba ahora sobre los brazos de su padre. Liam la cargaba y se movía de un lado al otro tratando de dormirla, la bebé lloraba.
— ¿Crees que duerma? — Pregunto preocupado, trataba de que la bebé parara de llorar, pero no podía, y por su rostro, me daba cuenta de que su paciencia se estaba acabando.
—No lo creo, pero si quieres puedo hacerla dormir…
—Llévatela— Me interrumpió entregándome a la niña.
—Puedes ser un poco más humano, es tu hija, además de que es una bebé— Le regañe. Otras vez volvían nuestras peleas, a veces olvidaba que era mi jefe y hacia cosas por él que jamás pensé que haría, y lo trataba como no debía, mas como un amigo de preparatoria.
—Liam, ¿Para qué me necesitas? — Harry entro a la oficina, Liam apunto hacia el sillón donde usualmente se sentaban las personas que lo buscaban para pedirle ayuda o negociar con él.
—Yo me llevaré a la niña— Anuncie antes de salir de la oficina, y luego cerré la puerta.
Acune en mis brazos a la bebé por más de media hora, la niña durmió tranquilamente. Jamás había presenciado tanta belleza desde que había cuidado a mis sobrinos, que ahora tenían una edad de siete u ocho años.
Harry salió de la oficina de Liam, sonriente guardando su billetera en el bolsillo de su pantalón. Me dio una sonrisa y luego se acerco a mí. — ¿Crees que en verdad sea su hija? — Pregunto mirando tiernamente a la niña.
—No lo sé, creo que sí, tiene sus ojos—Solté una silenciosa risita mirando a la bebé.
—Es bonita como la ma…— Harry cerró su boca antes de que sea demasiado tarde. Ya era tarde.
— ¿Quién es la madre? — Pregunte frunciendo el ceño, y poniendo las manos a cada lado de la cintura.
—Hey, solo dije por de…— Se defendió, pero rápidamente lo interrumpí.
—Dime— Gruñí.
—No lo sé, puede que sea Danielle, Sophia, Samantha, Valentine, Stephanie— Contó con los dedos y luego alzo sus hombros.
—Dios, no entiendo como puede ser así, encima tu lo ayudas— Volví a gruñir, el humor de perros que me ponían Harry y Liam estaba volviendo, las mini vacaciones habían sido muy pocas.
Harry abrió la boca para responder, pero le hice una seña y rápidamente se calló, le indique su oficina indignada y un segundo después se marcho.{ . . . }
La hora de volver a casa llego, Liam prácticamente ni había salido de la oficina, y cada vez que lo hacía para ir al baño ni miraba hacia mi escritorio o a la bebé. El reloj indico las siete de la tarde, tenía que volver a casa después de un largo día de trabajo agotador. Fue mucho el papeleo y mantener a la pequeña Taylor jugando con un oso de peluche o haciéndola dormir.
La bebé dormía plácidamente en la canasta, así que no costo nada tomarla y llevarla a donde estaba su padre, mi jefe, Liam.
Toque la puerta y entre, Liam se encontraba pensativo con el teléfono en la mano, y en la otra una lapicera sobre su libreta.
—Liam— Toque la puerta un par de veces, él levanto la cabeza. —Lo siento, es que ya es la hora, y no sé qué hacer con Taylor— Sonreí hacia un lado.
—Tengo que terminar con unos papeles, ¿Puedes llevártela a casa? — Pregunto sin levantar la mirada, me estaba entregando a su hija, a su hija de menos de un año.
—No soy una niñera Liam— Aclaré la voz. Deje la canasta sobre el escritorio. —Lo siento pero es pequeña, es tu hija.
—Lo sé, pero necesito que alguien la cuide, solo esta noche— Puso la tonta cara de perrito que solía hacer cuando necesitaba algo que yo me negaba a hacer.
—Bien— Sacudí mi pelo hacia un lado y deje salir un bufido. —Pero solo esta noche, ¿Entendido? — Él asintió y luego sonrió de ojera a oreja.
—Liam ya vámonos, tengo que coger dinero y cambiarme de camisa, le avisaré a Samantha que nos reserve dos chi…— Harry paro al verme en la oficina. —Mel, ¿Qué haces aquí? — Pregunto sonriendo y con cautela metió su celular al bolsillo.
—Me pregunto lo mismo, ya debería irme a casa…
—Pero Melene, cuidarías a la niña— Me interrumpió Liam. —Enserio necesito que la cuides…
— ¿Para qué? Para que puedas salir con Harry— Brame enojada encaminándome hacia fuera de la oficina.
—Pero Mel— Tomo mi mano, haciendo que retrocediera. —Por favor, te daré una semana más de vacaciones, y lo que le haya salido el saco a tu amiga.
—Gracias, y el saco es importado así que si consigues uno para mañana cuidaré a Taylor— Hable rápidamente.
—Pero necesito que la cuides ahora— Susurro apenado.
—Okey, pero para mañana quiero el saco importado de Inglaterra con un costo de más de mil euros y no los gastes en perras baratas si es que planeabas salir con esas esta noche— Tomé la canasta y salí de la oficina, sacudiendo mi pelo y riendo.
Agarré mi cartera que se encontraba sobre el escritorio y me dirigí al ascensor para terminar por fin con mi largo día laboral.{ . . . }
Llegar a casa luego de un día de trabajo era complicado usualmente tomaba el metro y luego un bus pero esta vez tuve que tomar un taxi, no me tomaría el riesgo de tomar el bus y el metro sabiendo lo concurrido que estaría y teniendo una bebé bajo mi cargo.
Prendí la luz del living, mi pequeño departamento de solo dos ambientes. Deje la canasta en mi cama, tomé el biberón del bolso para poder lavarlo y luego servir mas leche. La pequeña bebé dormía tranquilamente así que no fue problema cuando me cambie de ropa para estar más cómoda.
La leche llego a su punto y para cuando la serví en el biberón, la pequeña Taylor ya tenía sus ojos abiertos mirando de par en par en lugar donde se encontraba. Me acerque a la canasta y me senté en la cama, prendí el televisor y luego saque a Taylor de la cesta donde se encontraba.
—Tu padre, si es que lo es— Dude. —Es un terrible padre pero sé que en el fondo de todo lo galán y guapo que es, debajo de ese atractivo traje que usa a menudo es un buen hombre que con el tiempo aprenderá a amarte, y si no lo hace, lo obligaré, mira la belleza que eres, como para no amarte— Le di un beso en la frente, nariz y mejilla. —Dudo que seas hija de algunas de las perras con las que se ha acostado Liam, eres pura perfección.
La bebé sonrió y no pude evitar yo también sonreír.
El teléfono sonó, ágatas tome mi celular de la pequeña mesa de noche para poder atender a lo que al parecer era una llamada.
—Liam— Conteste al ver el remitente del llamado. — ¿Qué sucede? — Pregunté algo aturdida debido a la música de fondo que se escuchaba del otro lado de la línea.
— ¿Cómo esta Taylor? — Oí apenas.
—Estaba por darle su biberón, es muy bonita además de tierna, y se comporta como un ángel, es todo un
encanto— Suspire sonriente, la bebé me miro y luego rio. —Eresh preshiosha, preshiosha— Le hable a Taylor haciendo caras y cambiando de vos con las palabras.
—Qué bueno que te encariñaste con ella, porque dudo volver en la noche…
—Ah no Payne, yo tengo vida quería salir esta noche— Mentí.
—Vamos, solo una, prometo mañana recogerte.
—Okey— Accedí. —Pasa una linda velada— Me despedí y luego corte.
Acerque el biberón a Taylor, que encantada comenzó a tomar de él.
—Tu padre me trae loca, loca… loca de amor, al igual que tu.
- Spoiler:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] I just wanted to be loved
Abrazando su guitarra, y volviendo a pasar otro San Valentín sola, tratando de escribir una canción que no suene para nada patética y que paso el día de los enamorados sola en casa tratando de olvidar el pasado.
Le dio otra calada a su cigarrillo, tomo el lápiz y comenzó a escribir, o más bien, un intento. Garabatos y mas garabatos solo habían en su block de notas denominado “canciones de Misha”, — ¿Cómo podía un chico enamorarse de un nombre tan patético?— se pregunto. Había recibido el nombre de “Misha” por su mejor amiga, o mejor dicho, ex mejor amiga. Su nombre era Sharon, pero su amiga le decía mi Sharon, así que decidieron acortarlo y quedando Misha, —nombre estúpido— se repetía cada vez que recordaba cuando quería ligar con algún chico y cada vez que su amiga se acerca y le decía —Misha, ¿quieres un trago? — el chico terminaba yéndose en fuga de allí, jamás podría entender porque su tan mala suerte con los chicos.
—Como yo, como yo, nadie te ha amado— Canto bajo recordando la vieja canción de Bon Jovi, recordaba cuando fue a ese show con su amiga y ambas se habían dedicado esa canción finalizándolo con un fuerte abrazo, y rodeada de aplausos, más que obvio, que para Bon Jovi.
Miro hacia el reloj que se alojaba en su muñeca y dejo salir un sonoro suspiro. —Once y media, solo media hora y batiré mi propio record— Se dijo en un susurro. Una lagrima rodo por su mejilla, rompiéndose en su mejilla poco a poco.
Levanto su cigarro hasta la altura de sus labios, pero luego lo alejo. —Sabes, no entiendo. Siempre me rechazan, me ignoran, no lo entiendo— Soltó otro suspiro. —Tan fea soy, tan gorda estoy— Sus lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos tremendamente mieles. —Mi pelo es rizado, mis dientes chuecos, mi cuerpo feo, mis ojos normales, mis labios finos, por ser como soy nadie puede verme— Grito soltando un mar de lágrimas que caían por su mejilla. —Acaso por ser así nadie puede amarme— Tocio un par de veces debido a su llanto. —Tengo diecinueve años, quiero amar, quiero sentir lo que es amor, quiero dar mi primer beso, ¡Joder! ¡Quiero que me amen!
Arrojo su cigarrillo al suelo y llevo su temblorosa mano hacia su boca, tratando de silenciar sus gemidos y chillidos. El mar de lagrimas saladas seguían cayendo sin control alguno, aunque haga el esfuerzo más grande por pararlas seguirían derramándose por sus mejillas, labios y rompiéndose en su cuello. Se levanto del suelo con las pocas fuerzas que tenia encima, y arrojo su guitarra lo más lejos posible que pudo. Piso con pudor su cigarrillo que yacía en el suelo, y a zancadas se tiro sobre su cama, rebusco en su mesa de noche hasta encontrar lo que andaba buscando. —Te arrepentirás de por vida— Se dijo a sí misma. —Algún día de todas formas sucedería.
Abrió suavemente el pequeño frasco de pastillas y, antes de abrirlo por completo cerro sus ojos, torció los labios y oró para sí misma, pidiéndole a dios que cuide a las personas que si la amaban, que si la quería feliz. Dejo salir de sus labios en susurro —Amén— Y tiro la tapa del pequeño envase hacia un lado. Vertió todas las pastillas en su mano y se las llevo a las boca, y de un solo intento las medio todas.
Palpo su cama en busca de su celular, y cuando lo encontró, rápidamente marco a su buzón de correo de voz. Su cuerpo cada vez se movía con más lentitud y algunas partes ya prácticamente, ni moverlas podía. Sus dedos se movieron con la velocidad que mas pudieron para elegir el mensaje que quería reproducir. Cuando su cuerpo ya no estuvo para mas, se tiro de espaldas a la cama, y dejo salir el mensaje de voz.
—Misha, cariño, me ha costado tanto decirte esto pero… yo te amo, cada mínima parte de tu cuerpo, cada alocado pensamiento, cada sentimiento. Misha, yo te amo como a nadie he amado en mi vida, quiero que me des una oportunidad para mostrarte lo valiosa que eres, detrás de tu cabello castaño rebelde hay una hermosa chica, a la cual amo. Misha, te quiero más que a nada, quiero que comprendas mi amor, quiero que sepas que vales oro, que eres una princesa, quiero que seas mi princesa. Misha, te amo, como yo nadie te ha amado. Llámame apenas oigas el mensaje, te quiero demasiado. Atentamente, Hannah, tu mejor amiga— El celular se apago y los ojos de Misha se cerraron, llevándose un profundo secreto con ella.
Misha si alguna vez había sido amada, pero ella no supo ver de quien venía ese profundo y sincero amor. Prefirió un corazón roto, a uno bondadoso que siempre estuvo con ella, que la mantuvo de pie durante mucho tiempo. Prefirió botarla lejos, ha sentir algo completamente diferente, pero sumamente encantador.
Lista mi ficha chicas, les deje dos escritos; uno en primera persona y otro en tercera. Estaré pendiente al tema por las dudas..Ficha Aceptada
Mely, que puedo decir de tu ficha... La verdad es que solo había leído una sola cosa tuya y debo decirte que siempre me encanto tu manera de escribir. Claramente esa ficha es solo una confirmación de eso, porque escribir perfecto. Me encanta tu manera de escribir tanto en primera como en tercera persona. Esa mas que aceptada. ¡Ya estas participando! Mucha suerte.
Invitado
Invitado
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
mely sha cele bel, no sé donde estás deben saber que las amo a todas que rosa es lo que dije, matenme
pinkfloyd.
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
no te conviertas en rosa, eddie.*helado* pero bue, te amo también.*helado* somos rositas *helado* mátennos*helado*.
Invitado
Invitado
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
nadie me contesta me quedé sola aquí olvidad lo que puse allí arriba, las odio
pinkfloyd.
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
28. escribió:
- Spoiler:
corinna o'donell.♡ Nombre Completo: Corinna Sadie O'Donell.
♡ Chico: Luke Hemmings.
♡ Rol: El pretendiente.
♡ Representantes: Nina Nesbitt ♡ Luke Hemmings.
- Escrito:
Poppy estaba bastante segura de que la persona que tocaba la puerta de ese modo debía tener una muy buena escusa para interrumpir su siesta de las cuatro con veintitrés. Sí no era así, aquella persona estaría anotada en su lista negra de por vida.
Bajó las escaleras marchando tal cual soldado un entrenado lo haría. ¡Oh, maldición! ¿Quién tocaba de ese modo? Definitivamente ya estaba en su lista negra. Se dirigió hacia el vestíbulo y observó su pijama a rayas. Multicolor. Le daba igual. Nada nunca sería lo suficiente para avergonzar a Poppy Holland. Giró el picaporte y abrió la puerta. Allí, inmóvil, un chico rubio lo demasiado guapo para estar simplemente en unos jeans desgastados, anteojos de sol y en una camiseta de Green Day. El chico la miraba anonado. Ella sonrió y movió su mano frenéticamente frente a él, para despertarle.
El chico movió su cabeza, y dejo su trance, sonrió, levantó las cejas y dijo divertido:
— Hola, Poppy, entonces... ¿estás lista para salir ya? Para la cita.
Poppy arrugó el entrecejo, dio un paso hacía atrás y cerro la puerta en su cara. Respiró profundamente y luego gritó:
— Bien. ¡Tan solo tienes cinco segundos para correr! —Poppy comenzó a correr escaleras arriba. Cuando estaba a solo un escalón de subir completamente, se topo cara a cara con La Plaga. El niño abrió sus ojos de par en par, dejando ver sus largas pestañas.
— ¡No he hecho nada, Poppy! ¡Nada! —el chico hizo un puchero con sus labios. No. Su hermana no estaba para nada feliz. Y no tenía ni la menor idea de lo que había hecho—. ¿Tengo aunque sea, cinco segundos?
— Tres —contestó rápidamente la chica.
— Hecho.
Fox se echó a correr y Poppy corrió tras él. Fox había sido nombrado 'La Plaga' gracias a que infectaba cada mínimo espacio de felicidad de Poppy. Vio a su hermano entrar a la oficina de su madre, donde tenían estrictamente prohibido entrar. Ella no iba a corromper esa regla. Recordaba las veces en las que había entrado y había acabado castigada. Apoyó su cabeza contra la puerta, para luego escuchar la voz que provenía de su madre. Serena, aunque ligeramente fuerte. El liderazgo de su madre la hacía estremecer. Cuando la voz decayó, se oyeron pasos y la puerta se abrió. La silueta de la rebelde Rose Davis iluminó la habitación.
Rose era de la clase de mujeres, tan poderosas e increíblemente fuertes, que simplemente no puedes discutir con ellas, pues sabes que siempre perderás esa batalla. Y lamentablemente, Poppy era totalmente el contrarío de Rose Davis. Era simplemente... diferente, supongamos. No había heredado su precioso cabello castaño, si no, el rubio y desordenado de su padre. No lograba ser una persona observadora, si no, una chica sumamente distraída. Ni siquiera había adquirido la paciencia y la flexibilidad de ella.
Poppy Holland era un desastre.
— ¿Qué es lo que ocurre? —preguntó, mientras ordenaba el cabello de su hija, y lo colocaba tras su oreja.
— Mamá. Por favor. Hay un chico esperando por mí, ¡para salir! ¡Sé que fue la idea de esta Plaga!
La mujer se echó a reír.
— ¿Qué tiene de divertido? ¡No tiene nada malditamente divertido!—Poppy estaba indignada. No solamente la habían despertado de su siesta, sí no, además de ello, se estaban riendo en su cara.
— Oh, Poppy. Esta fue mí idea. Yo te conseguí esa cita —su madre caminó hacía el vestíbulo con sus hombros y espalda erguida—. ¿Estará Luke todavía afuera?
¡Luke! Ahora el chico tenía nombre. Rose abrió la puerta y, definitivamente, allí estaba. Luke. El chico tenía las manos en los bolsillos de su pantalón y se había quitado las gafas de sol.
— Hola, Luke —saludó su madre con un beso en la mejilla. ¡Esto no podía estar ocurriendo!—. Vamos, entra, eres bienvenido.
— Gracias —respondió, su voz salió algo ronca, por lo que carraspeo su garganta y sonrió. Poppy logró ver el piercing en su labio. Increíblemente ardiente.
Poppy corrió escaleras arriba. Un acto lo bastante rápido para que Luke no notara que había comenzado a babear. Estaba avergonzada. ¡Poppy Lorrie Holland Davis estaba avergonzada! Entró a su habitación, se colocó sus jeans preferidos y su camiseta azul acuadrille. Cuando estuvo lista, tomo el cepillo de cabello más cercano e intento peinar su cabello frente al espejo de su habitación. Tiró de él fuertemente. Nada. Nunca lograría domarlo. ¿Su cabello siempre sería tan desordenado? Tiró de nuevo, y soltó un gemido de dolor. Resignada, dejó el cepillo de lado, y bajo corriendo las escaleras.
— Hola, Poppy —Luke saludó alegremente. Todavía estaban de pie, conversando y susurrando cosas.
— Poppy, ¿saldrás con Luke, no? —preguntó su madre, esperanzada. Sabía que desde que Lee le había dejado —hace cuatro meses— no había querido salir con ninguno de los chicos que estaban alrededor suyo. Ya no tenían aquella chispa interesante. Y se había jurado que no saldría ni coquetearía con ningún chico.
— No tiene por que obligarla, Señora Davis. Sí es que no quiere... —comenzó Luke. Quien mordió su labio y comenzó a juguetear con su piercing—. ¿O sí saldrías conmigo, Popps?
— No me llames Popps. Detesto eso —gruñó la chica.
— ¡Poppy! ¡Él no sabía que no te agradaba que te llamarán así! —su madre le regaño. El rostro de su madre denotaba su orden de sé—agradable. Poppy suspiró y observo a Luke mirar sus zapatillas—. Contesta, niña, ¿saldrás con él?
Luke levantó la mirada e hizo un puchero hacía ella.
— ¡Oh, Dios, está bien! Acepto salir contigo, ¡pero ni creas que me depilaré para ello!
- Otro escito:
Y ahí estaba yo, como un completo loco, hablándole a mi taza de café, contándole mis sueños frustrados y esperanzas rotas. Mis planes a futuro contigo, mis ideales sobre cómo formar nuestra familia. Platicándole cómo es que te conocí y la ropa que usabas el día que te vi partir.
— Ella era preciosa, lo puedo jurar. Tenía una boca que... ¡Dios mío! Te hacías adicto a ella. Y unos ojos... esos bellos ojos marrones, negros de noche, oscuros como la boca de un lobo furioso. Un cabello sedoso, incluso cuando despertaba en las mañanas, completamente despeinado, era perfecto.
Y me siento aun más loco porque siento que me escucha y que su cálido aliento es una señal reconfortante para hacerme sentir que alguien está ahí.
— Lamentablemente, eso me hace un adicto —pause mi tonta charla con el café y susurre—. Hace tiempo ya que me he vuelto loco. ¡Hablo con el café!
Cuando reparé en lo extraño que me veía juré no hablar más con mi café. Se lo conté a mi taza de té y se rió de mí. Será mejor que intente una charla con los libros que me regalaste. Ellos reciben mis lágrimas y después de un rato las hacen desaparecer.
Ahora solo espero dejar de pensar en ti para que mi almohada no se moleste de nuevo conmigo.
Ficha Aceptada
Veintiocho, bby... okno. Eddie, la verdad es que nunca tuve la oportunidad de leer algo tuyo y realmente me odio por eso. Dios, los escritos que dejaste son únicos. Haces que cada uno de los personajes tenga ese noseque que te hace amarlos, odiarlos y todo al mismo tiempo. Tu escritura es perfecta, y ni hablar de la ortografía. ¡Felicidades! Estas aceptada. Ya estas participando.
Invitado
Invitado
Re: Chocolate {1º tema de audiciones
solo cele solo la amo a ella y soy rosita solo por ella
pinkfloyd.
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