Supernatural {Resultados| N.C

Los rayos de el sol se asoman por la ventana de Katherine, alumbrando su rostro y haciendo que la joven despertara irritada a causa de la luz. Ella se encontraba acostada en su cómoda y suave cama, en una habitación con paredes de mármol y cortinas largas de un color bordo.
Ella se sienta en su cama dando un pequeño bostezo a causa del sueño. Estira poco a poco su cuerpo y suspira. Se levanta de la cama decidida a tomar una ducha, para tratar de estar mas despierta, dirigiéndose al baño. Abre la ducha, empieza a desvestirse y entra en ella. Cuando termina de ducharse, envuelve su cuerpo en una toalla para hacer lo mismo con su cabello. Sale del baño y abre su gran armario queriendo encontrar algún atuendo para ponerse. Después de estar preparada sale de su habitación y se va directo al comedor para poder desayunar algo.

— Buenos días. – Su tutora la saluda con una sonrisa.

Desde pequeña ella es la encargada de darle a Katherine todo lo que necesita, ocupándose de su bienestar, salud y alimentación, eso también incluye la enseñanza, porque Katherine nunca fue a la escuela debido a que su padre nunca quiso que se relacione con otros jóvenes.

— Buenos días Maggie. – Katherine le responde sonriendo de medio lado y agarrando una manzana de el estante. – ¿Porque no me despertaste? – Pregunta.
— Pensé que te gustaría dormir un poco mas. – Le responde Maggie. – ¿Que quieres desayunar?
— No, estoy bien así. – Katherine se dirige hacia las escaleras para subir a su habitación.– Mas tarde saldré a dar una vuelta por allí, tal vez iré a ver a...
— No puedes salir. – Maggie interrumpe a Katherine antes que esta termine de hablar.

Katherine frunce el ceño al darse cuenta de lo nerviosa que se ve su tutora. Tal vez ella sea solo una adolescente, pero sabe cuando alguien le oculta algo. Ella levanta una de sus cejas y se acerca a Maggie lentamente. Si algo le oculta se lo tendrá que decir ahora.

— ¿Hay algo que quieras compartir conmigo Maggie? – Le pregunta Katherine tratando de intimidarla.
— No, solo digo que hoy no puedes salir. – Maggie se da la vuelta evitando la mirada de Katherine e improvisa hacer el desayuno. – Estas saliendo demasiado últimamente y me gustaría que te quedes así charlamos...
— ¿Sobre que? – Katherine la interrumpe queriendo averiguar mas sobre el tema.

Maggie dio un gran suspiro y camino hacia la mesa para tomar asiento. Katherine frunce el ceño y se acerca hacia para tomar asiento a su lado. Si hay algo que no le agrada a Kath es el drama del suspenso y Maggie sabe que esto no esta ayudando.

— Bueno, me llamo el padre de Samantha. – Comenzó hablando serena-mente. – Me hablo sobre que tu y las demás chicas del grupo hagan un viaje. – Termino de hablar haciendo notorio sus nervios por lo que acaba de decir.
— ¿Un viaje?, ¿A donde? – Pregunta confundida.
— A la ciudad. – Maggie agarro la mano de Katherine, pero ella enseguida la quito.
— No quiero ir a la ciudad, nunca e ido y no quiero ir. Es absurdo este viaje. ¿Para que debemos ir? – Katherine se encuentra aturdida y confundida por lo que acaba de escuchar.

Kath se levanta de su asiento y empieza a caminar de un lado hacia otro tratando de entender que es lo que esta sucediendo. Nunca fue a la ciudad, ¿Porque ir ahora? ¿Que tiene que hacer allí y porque todas sus amigas deben ir a la ciudad?




Después de haber estado todo un día entero enojada con Maggie, Kath decidió ir a la ciudad y conocer el lugar donde su madre nació y vivió toda su vida. Cuando se puso a pensar las cosas, se dio cuenta que no seria tan malo ir y mas si van sus amigas. Ademas, no tenia otra opción, de seguro su padre la regañaría.
Termino de hacer su ultima maleta y fue a despedirse de su tutora, Maggie. Bajo la gran escalera con su pesada maleta y encontró a Maggie parada en frente de la puerta de entrada.

— ¿Estas lista? – Le pregunta Maggie ayudando a Kath a bajar la ultima maleta.
— Si. – Kath le responde y las dos se abrazan.
— Te voy a extrañar mucho. – Dice Maggie sin dejar de abrazarla y empezando a lagrimear.
— Yo voy a extrañar demasiado tus desayunos. – Bromea sonriendo con lagrimas en los ojos hasta que finalmente se separan de su abrazo.
— ¿Enserio? ¿Solo eso extrañaras de mi? – Maggie le pregunta en broma poniendo sus manos en su cadera y haciendo una pequeña mueca.
— Si, solo eso. – Las dos se ríen. – Cuídate mucho, ¿Si? – Kath le dice llorando aun mas fuerte.
— Claro, tu también cuídate mucho.

Se abrazan por ultima vez y lloran juntas pensando que se separaran después de haber vivido 17 años juntas. Jamas paso por la cabeza de Katherine que algún día saldría de su hogar, y menos para ir a la ciudad. Suena estúpido, pero ella nunca había ido allí y no cree que pueda adaptarse a ese lugar por un año completo.
Kath se separa de ella agarrando su maleta y yéndose por la puerta, no le agradan las despedidas, por eso prefiere nunca decir adiós.




Suspira pesadamente por quinta vez mirando a su alrededor y tratando de encontrar a sus amigas. Hace media hora había llegado al aeropuerto de la ciudad y, en tan poco tiempo, ya se sentía un pequeño bicho raro que no pertenece allí. Comienza a golpear el piso con suela de su zapatilla sin poder evitarlo. Esta irritada e histérica por tener que esperar en un sitio que no conoce y con personas extrañas. observa en su reloj de muñeca la hora nuevamente después de haberlo echo mas de diez veces desde que llego al aeropuerto. A lo lejos, visualiza a una de sus amigas y compañera de viaje, viaje de la tortura diría ella.

— ¡Katherine! – La llama una joven que viene corriendo con sus maletas.
— ¡Oh, gracias a dios llegaste Sam! – Las dos se abrazan.
— ¿También piensas que esto es una locura? – Le pregunta Samantha.
Kath asiente con los ojos cerrados, desviando la mirada y suspirando.
— Un poco, pero después de pensarlo, no es tan malo. – Sonriendo de medio lado tratando de darle apoyo a su amiga.
— Faltan las demás chicas ¿No? – Pregunta Samantha tomando asiento a su lado.
— Sip. – Responde Katherine dando énfasis a 'p'. – Pero ahí vienen las demás. – Kath apunta a otras chicas que vienen hacia ellas.

Por la manera en que se acercan, se da cuenta que se están riendo a carcajadas y haciendo que varias miradas se claven en ellas. Sin duda las chicas no son nada desapercibidas. Pero viéndolo el lado positiva, quizás,  se divertirá mas de lo debido este año y si algo malo pasa, estará con sus fieles y buenas amigas.