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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Always hate me {n.c | new code.}
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Always hate me {n.c | new code.}
♡ Título: always hate me.
♡ Autor: colectiva.
♡ Adaptación: no... {ya que la canción me inspiró pero no tiene nada que ver con lo demás}.
♡ Género: romance, desamor, drama, etc.
♡ Contenido: eso lo decidirán las escritoras.
♡ Advertencias: no, creo (?)
♡ Otras páginas: nope.
♡ Autor: colectiva.
♡ Adaptación: no... {ya que la canción me inspiró pero no tiene nada que ver con lo demás}.
♡ Género: romance, desamor, drama, etc.
♡ Contenido: eso lo decidirán las escritoras.
♡ Advertencias: no, creo (?)
♡ Otras páginas: nope.
No fue mi intención hacerle daño, simplemente es algo que hago, sin darme cuenta. Supongo que no es una buena excusa, pero estoy seguro de que ella siempre me odiará, no importa lo que diga. Y no hay duda de que el amor se ha ido. Ella dijo 'me perdiste, bebé'. En el momento en que la vi me dolió, nunca pensé que ella se transformaría en una persona tan fría, era alguien diferente a la que pertenecía, quizás fui el culpable de ello, por eso sé que siempre me odiará. Siento que ya no hay amor, ya no es como antes, que ni ella ni yo somos como antes, que todo entre nosotros se acabó... ¿O no?.
♡ Responsabilidad y obviamente comprometerse.
♡ Creo que está demás decir que una buena ortografía enamora.
♡ Límite de una semana {7 días} para subir capítulo.
♡ Preferentemente el capítulo deberá tener imagen y título.
♡ Pueden usar el código que quieran para el capítulo.
♡ Al principio del capítulo colocar el nombre del pb que narra o de lo contrario poner todos.
♡ Pueden poner personajes secundarios.
♡ Solo se permiten 4 pb's. Preferentemente 3 {más abajo les diré porqué}
♡ Aunque son audiciones, así que solo luego de ser escogida podrán escoger personajes.
♡ Preferentemente deben ser 3 pb's porque la chica deberá tener otra opción.
♡ Peeero, si encojes a un 1D como primer opción tienes prohibido escoger a otro chico de One Direction {para ser justa}.
♡ Para audicionar, déjenme un capítulo, one shot o lo que hayan escrito.
♡ No es necesario que los capítulos sean enooooormes, todo depende de su imaginación.
Si leíste todo esto pon 'Yea she will always hate me, she said you lost me baby' en size 11. Muajaja, sí soy malvada. De otro modo NO puedes audicionar, sorry.
♡ ¿Diviértanse?.
— taylor hill {vanessa
— holland roden {rachel
— crystal reed
— chrissy constanza {barbara
— sasha pieterse
— shay mitchel
— cara delevingne {cristina
— kendall jenner | camille rowe.
— emily rudd {angelina
— justin bieber | shane harper
— dylan o'brien | michael fjordbak
— daniel sharman | julian morris
— luke hemmings {♡ e.e} | sean o'donnell
— niall horan | ashton irwin
— liam payne | calum hood
— sam caflin | joshua anthony brand
— harry styles | will higginson.
— zayn malik | tyler posey
— El agresivo {mío.
— Abusivo {Emm.
— Celoso {Bel.
— Infiel {Dann
— Borracho {Dann.
— Poco romántico {Ann.
— Compulsivo/Obsesivo {Lylush
— Mentiroso {Mia
— Mujeriego {Pau
— Coaccionado {Mitch
- información.:
- ¡Hola! Soy Vane, Vanu, Nessa o como quieran llamarme. Esta es una novela que se me cruzó a la cabeza gracias a la canción de James Blunt 'Always hate me', quise hacer esta ya que es bastante de dolor, y quería comenzar con algo como esto al principio de año. Un poco tarde pero bueh. Los requisitos que deben poner para participar están arriba. ¡Audicionen, please! ¿si? se ganan galletas si lo hacen *-*
Última edición por nessie. el Lun 03 Mar 2014, 3:59 pm, editado 17 veces
nessie.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
Escritos:
¡Hola, Vane! Soy Bel, kajhsdjgkfd amé tu idea por completo, estaba esperando una enecé así c: Espero que la audición esté bien, cualquier cosa me avisas c: ¡Besos!
- Forever yours {OS}:
Comenzó a nevar otra vez.
Dejo de lado el libro que llevaba leyendo hace un rato y me acerco, lentamente, hacia el gran ventanal del salón.
Observo con cautela como los copos caen con parsimonia, sin apuro. Al principio son unos pocos, pero luego empiezan a sumarse más y más. Algunos quedan atrapados en las ramas desnudas de los árboles; otros chocan con el vidrio en donde mi mano se encuentra apoyada o logran finalizar su camino hasta impactar contra el suelo frío.
Dicen que cada copo de nieve es único, es imposible que existan dos exactamente iguales. Cada uno posee una forma singular, como si hubieran sido tallados minuciosamente por una mano experta.
Una sonrisa se forma en mi rostro porque me es imposible pensar aquello sin recordarte. Sin duda alguna, al igual que un copo, desde el momento en el que viniste a este mundo fuiste único y especial.
Mi mente sigue divagando, entonces recuerdo la primera vez que te vi. ¿Cuántos años teníamos? Nueve, quizás. Sólo sé que fue hace mucho, mucho tiempo; y que tú no dejabas de tomar la mano de tu madre. Tenías miedo de hablar con una chica, o quizás conmigo particularmente, pero yo estaba muy ansiosa por conocerte. A esa edad lo que más deseaba era un amigo, después de tantas mudanzas me era imposible tener uno.
Me acerqué lentamente a ti, pero tú solo volteaste tu cara. Tu madre te retó y te obligó a que vinieras a jugar conmigo en la casa del árbol. Te resististe, pero no tuviste otra opción. Subimos a aquel lugar al que yo consideraba mi escondiste y un silencio se formó entre nosotros. Pero no era incómodo, era difícil sentirse de esa manera para mí. Te pregunté tu nombre.
“Niall” respondiste tímidamente mientras bajabas tu mirada azul.
Yo te dije el mío y luego sonreí. Te pregunté a qué escuelas ibas y resultó que yo asistiría a la misma. Te pregunté si tenías hermanos y asentiste con tu cabeza. Te pregunté si, por favor, serías mi amigo. Acabaste diciendo que sí.
Pero nuestra amistad no duró ni siquiera seis meses porque tuve que marcharme, otra vez. Aunque debo admitir que en ese lapso te tomé mucho cariño, demasiado quizás. Sin embargo, tú te quedaste por siempre con algo que me pertenecía: mi primer beso.
Los años pasaron y las cosas no iban bien conmigo. Ya no era la misma niña de antes. Me encontraba sola, sin ningún motivo aparente por el cual seguir. Aquellos pensamientos me atormentaban a todas horas: “¿El mundo tendría más sentido sin mí en él?”, “¿A caso hay alguien a quien le importe?”. Llegué a la posible solución de que la primera afirmación era verdadera y la segunda falsa.
¿Por qué había perdido por completo el rumbo de mi vida? Dicen que en la adolescencia es normal sentirse de esa manera, pero cuando mis dieciocho años llegaron decidí que eso no podía seguir así. Debía acabar con el dolor. Y sólo había un alivio para una persona como yo.
Me dirigí hasta el parque de mi antigua ciudad en una noche de diciembre. El frío calaba mis huesos a pesar de todo el abrigo que llevaba puesto. Sin embargo, eso ya no importaría en unos momentos. El lugar se encontraba iluminado por unas cuantas farolas y estaba totalmente desierto. Era la oportunidad ideal.
En aquel espacio verde había un puente, y debajo de este un lago considerablemente profundo cuyas aguas seguramente estarían heladas. Suspiré y recordé que no sabía nadar, eso haría las cosas más fáciles. Subí a la valla, mi respiración estaba agitada y podía notar el humo que salía por mi boca debido al clima frío. Miré el agua y me pregunté si esta era una buena forma de terminar. Pero eso no importó, de todas maneras ya era tarde para echarse atrás.
Cerré mis ojos e instintivamente recuerdos de toda mi vida comenzaron a invadir mi mente: mi cuarto cumpleaños; cuando terminé el jardín de niños; cuando me mudé por décima vez; cuando te conocí; cuando te besé; cuando te dejé; cuando mis padres se divorciaron; cuando mi padre se borró de la faz de la tierra; cuando casi repruebo todas las materias; cuando decepcioné a mi madre; cuando todos mis falsos amigos me abandonaron; cuando me quedé sola para siempre y rememoraba al único amigo verdadero que alguna vez tuve.
Inhalé por última vez y me impulsé hacia adelante, saltando hacia las profundidades. “Adiós” fue mi último pensamiento.
Pero mi plan no salió como lo había previsto. Dos fuertes y grandes manos se posicionaron en mi cintura y evitaron que cayera al agua. Me impulsaron hacia atrás y caí sobre aquella persona que había salvado mi vida, aunque no se lo hubiera pedido.
Me quejé en voz baja y pude notar como el individuo que frustró mi despedida del mundo mortal me tendía su mano. La miré, dudé y luego la tomé. Me puse de pie y vi su cara. A pesar de la oscuridad, pude distinguir dos enormes ojos azules y una reluciente cabellera rubia que le pertenecían a un hombre de aproximadamente mi edad.
Y me llevó como aproximadamente seis segundos reconocerte.
No habías cambiado en nada, tus facciones de niño y tu rostro sereno seguían siendo igual que antes.
“¿Estás loca? ¡No debes hacer eso! ¡Podrías haber muerto!” gritaste, intentando que entre en razón.
“Ese era el plan” respondí sin inmutarme y sonreí levemente. “Hola otra vez, Niall”
Me miraste con una expresión de duda y desconcierto. A ti te llevó más de un minuto saber que se trataba de mí.
“¿Eres tú?” fue lo único que atinaste a preguntar con un hilo de voz. Yo sólo asentí.
De pronto, pude sentir como tus brazos rodeaban mi frágil cuerpo. Con ese gesto me brindaste calor en aquella noche helada; tus lágrimas hicieron que mi corazón se achicara y tus palabras me hicieron darme cuenta de que era una idiota.
"¿En qué rayos estabas pensando?” preguntaste antes de quebrarte otra vez “Si algo te pasaba… jamás me lo hubiera perdonado. Es que, ¡demonios! ¿¡Cómo podría haber vivido luego de saber que te habría perdido para siempre antes de poder encontrarte!?”
Pero eso no paso, mi querido Niall, porque tú siempre aparecías en el momento indicado como mi ángel de la guarda, sin duda alguna. Tú me salvaste de la soledad en mi niñez y de la muerte en mi adolescencia. ¿Es raro, verdad? Pero tan cierto como que te amé desde la primera que te vi tomando la mano de tu madre.
Y, desde ese día en el que te volví a ver, quise dejar de ser la rescatada para poder hacerte feliz como pudiera. Tú me diste la vida en dos ocasiones y yo quería entregarte la mía completamente puesto que, después de todo, siempre te perteneció.
No puedo evitar llorar al recordar cuando demostraste que mis sentimientos por ti eran correspondidos. Creo que ese día fue el más feliz de toda mi existencia. Junto a la orilla del mar me hiciste prometerte que jamás haría otra estupidez como la de aquella vez. Acepté totalmente de acuerdo e, inesperadamente, me besaste con una dulzura imposible de explicar. Los nervios hicieron que mis manos temblaran y las mariposas en mi vientre no tardaron en aparecer. Luego, te correspondí y rodee tu cuello con mis brazos, tu hiciste lo mismo con mi cintura. Ese era nuestro segundo beso que siempre había ansiado.
A partir de ese momento, ambos comenzamos a crecer juntos.
Luego, el compromiso y la boda no tardaron en llegar. Todos pensaban que estábamos locos, pero ellos no entendían cuánto nos amábamos en verdad. Al ser tan cerrados de mente jamás conseguirían nada en esta vida. Y pensar que yo era un poco como ellos, pero por suerte ya no.
Después llegaron Derek y Lucy, las luces de nuestras vidas. Hicimos lo mejor posible y formamos una hermosa familia de la cual siempre estaré orgullosa.
Los años pasaron rápido junto a ti. Por supuesto que no todo fue color de rosas, tuvimos nuestros altibajos y varios obstáculos se toparon en nuestros caminos. Sin embargo logramos sortear cada uno de ellos, porque juntos podíamos hacer cualquier cosa que nos proponíamos. Éramos un equipo que siempre estuvo destinado a ser y así fue.
De repente, Lucy impide que siga navegando por mis pensamientos y me avisa que la cena ya está servida. Le sonrió y le pregunto si Derek y los niños ya llegaron. Ella niega con la cabeza pero me dice que él la llamó avisando que está en camino. Le agradezco, le recuerdo que la amo y le digo que en un segundo voy a la mesa.
Es nuestra tercera navidad sin ti, Niall. Ya nada es igual desde que partiste, te tenemos presente en cada segundo de nuestras vidas; lloramos en ocasiones al recordarte, pero luego sonreímos al acordarnos tu risa contagiosa porque sabemos que te pondría triste vernos derramar lágrimas que no sean de felicidad.
Intenté salvarte, pero creo que nada puede hacerse cuando tu propio cuerpo dice ‘basta’ y decide tomar un descanso eterno. A pesar de todo, siempre rezo por ti y porque estés bien en donde sea que tu alma haya partido.
Por último, mi amor, quiero recordarte algo fundamental: te amo. Te amo infinitamente.
Te amo, porque fuiste mi principio a los nueve años. Te amo, porque fuiste mi segundo comienzo a los dieciocho. Te amo, porque fuiste el único que me abrazó cuando hacía frío y me sentía perdida. Te amo, porque junto a ti pasé los mejores años de mi vida. Te amo, porque sé que siempre serás mi ángel de la guarda. Y aunque te extraño tanto que duele, me reconforta el saber que muy pronto volveremos a estar juntos en un nuevo lugar en donde nada ni nadie podrán dañarnos o separarnos.
Y recuerda: yo seré por siempre tuya.
- Learning to be a dad {N.C}:
- CAPITULO 5Just twin fire signs, four blue eyes[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
No sabía dónde estaba, ni cómo había llegado a aquel lugar, pero no podía ignorar el hecho de que esa persona estaba de espaldas a él y que su corazón comenzó a acelerarse sin control. Era ella, de eso no había dudas, podría reconocer aquella ondulada y suave cabellera pelirroja en cualquier lado. Lentamente se giró sobre sus talones y Niall creyó que había dejado de respirar por unos momentos. Estaba exactamente igual que hacía más de siete meses cuando había decidido partir lejos de todo el mundo. Era bella, muy bella, y él pensó que jamás encontraría a una mujer así.
Había estado enamorado de esos ojos verdes desde la secundaria y por su mente se cruzó la idea de que tal vez moriría deseándolos por toda la eternidad. Pero había algo que no entendía: ¿Por qué ella había vuelto? ¿Acaso su vida en Atlanta era un asco, como la de él desde que ella había partido? Sea cual sea la respuesta, estaba decidido a perdonarla. Quería decirle que no importaba que se hubiera ido, porque al fin y al cabo había regresado y él continuaba amándola como siempre. Además, su pequeño hijo también la necesitaba.
Avanzó unos pasos hasta el encuentro con su primer y único amor, sin embargo pudo notar como ella comenzaba a desvanecerse. Su rostro se volvía cada vez más borroso, al igual que toda su silueta. Niall extendió sus brazos para intentar tocarla sin éxito alguno.
Ella se estaba yendo, otra vez. La misma situación volvía a repetirse.
De pronto, Niall comprendió que Pagie jamás volvería a su vida, porque la molesta alarma del despertador estaba sonando indicando que toda la situación anterior no era más que un producto de su gran imaginación. En esos momentos deseó tener un bate a su alcance para despedazar ese aparato y seguir durmiendo, pero después de todo era un nuevo día y él ya no era un adolescente como para permitirse esos gustos. Debía hacerse cargo de sus responsabilidades, por lo tanto comenzaría con la más importante: Dylan.
Eran las siete de la mañana y ya podía escucharse el sonido de los coches circulando por las calles. Para Niall los miércoles eran peores que los lunes porque la semana aún no acababa y el fin de semana estaba muy lejos. Se levantó de la cama con toda su fuerza de voluntad y caminó a tientas hasta la habitación de su pequeño hijo de cuatro años. Al entrar casi se patinó con un dinosaurio de juguete que yacía en el suelo, pero lo esquivó a tiempo y evitó una caída segura.
—Campeón, es hora de levantarse. —Dijo mientras sacudía suavemente a su hijo que aún dormía plácidamente— Debes ir con toda tus energías al jardín de infantes.
—Cinco minutos más, papi. —Pidió el pequeño y Niall no pudo evitar sonreír. Dylan era un calco a él, tanto físicamente como en su forma de ser.
—Lo siento, Dy, pero esto no puede esperar así que… ¡¡Arriba!! —Exclamó y comenzó a saltar sobre la cama de su hijo.
Sí, Niall Horan también era un niño en su interior.
Para cuando quisieron acordarse, se encontraban gritando y saltando en aquella pobre cama. Ambos no sólo eran padre e hijo, sino más bien mejores amigos. Desde la inesperada partida de Pagie se habían vuelto más y más cercanos, después de todo Niall tuvo que convertirse en la madre y el padre de Dylan. Por ello dejó de lado las fiestas, las mujeres y cualquier otra cosa para avocarse únicamente al pequeño, pero no se encontraba mal por criar a su hijo; al contrario, le gustaba proteger a esa personita que al fin y al cabo era una parte suya. Sin embargo, no podía negar que la ausencia de Pagie se notaba a horrores y que él aún no era un experto en el cuidado de infantes.
—Bien campeón, cámbiate y de mientras yo iré abajo a preparar el desayuno ¿de acuerdo?
— ¡De acuerdo! —Respondió Dylan y ambos chocaron los puños. Niall se dirigió a la puerta del cuarto— Papá… —Empezó a decir el pequeño pero su padre lo interrumpió.
—No te preocupes hijo, hoy te irá muy bien el jardín, ya lo verás.
— ¡Papá! —Advirtió el pequeño y cuando Niall quiso darse cuenta ya se encontraba en el piso por culpa de aquel dinosaurio de juguete de hacía unos minutos— Te lo dije, papi.
— ¡Auch! —Se quejó el rubio mientras se levantaba— No olvides recoger tus juguetes, Dy. Ahora ve a cambiarte que es tarde.
Aún le dolía un poco el trasero por la caída, pero de todas formas Niall se dirigió rápidamente a su habitación y se vistió con una camisa blanca, pantalones, saco y zapatos negros. Luego, bajó de prisa las escaleras y comenzó a tostar pan mientras oía el reporte del clima que daba la televisión.
—Ya estoy listo. —Avisó Dylan, que vestía pulcramente una remera roja adornada con dibujos infantiles y unos pantalones azules. Tomó asiento en la mesa de la cocina y Niall puso enfrente suyo un tazón de cereales y luego besó su cabecita— ¡Son los cereales que vi el otro día! ¡Gracias por comprarlos papá! —Niall sonrió.
—“Pronostico del día de hoy: cielo parcial a totalmente nublado, tormentas provenientes del sector norte…” —Informaba el presentador de las noticias.
—Campeón, parece que hoy tendremos algo de lluvia, pero no por eso será un día aburrido. Habrá mucha diversión en el jardín, te lo aseguro.
— ¡Estoy ansioso! —Dijo Dylan mientras su padre reía— Emm, Papá…
—No, no debes preocuparte, además jugarás con tus amiguitos… —Contestó Niall interrumpiendo al pequeño.
—Pero papi…
—Y este año aprenderás otras cosas muy divertidas, también podrás usar los columpios que tanto te gustan. —Continuó diciendo el rubio, sin prestar atención.
—Papá, creo que las tostadas se te están pasando.
Niall dirigió su vista hacia la tostadora y comprobó que su hijo tenía razón: ¡La comida se estaba quemando! Rápidamente desenchufó el artefacto y trató retirar las tostadas, no sin antes quemarse en el intento. Lo que antes parecían panes ahora sólo eran trozos negros nada comestibles.
—Vaya, lamento no haberte escuchado Dy. Tenías razón. —Se lamentó el rubio y reconoció que su hijo, por más de tener cuatro años, era aún más cuidadoso y atento que un adulto como él.
—Lamento que tu desayuno se haya quemado, papi.
—No te hagas problema, campeón. Aún hay tiempo para que pueda cocinar algo más… —Miró el reloj pulsera de su muñeca y se alarmó al darse cuenta que ya eran las 7:50. Dylan debía estar en el jardín a las 8:00— ¡Cambio de planes! ¡Dy, termina rápido tus cereales y ve a lavarte los dientes!
El niño hizo eso y mientras estaba en el baño Niall aprovechó para limpiar la cocina, guardar la leche en la heladera y apagar la TV. ¿Cómo era que la hora se había pasado tan rápido? No tenía idea.
— ¿Ya estás listo? —Preguntó Niall y su hijo asintió— Bien, vámonos —Dijo abriendo la puerta delantera, pero su hijo lo detuvo.
—Papá, mi mochila.
—Oh, ¡casi lo olvido! —El rubio tomó la mochila de su hijo que se encontraba encima del sillón y con toda rapidez salieron de la casa. Una fina pero persistente lluvia cubría a toda la ciudad, tal como había advertido el servicio meteorológico. Niall abrió su paraguas y dijo por último: — ¿Listo para correr, campeón?
(…)
—5 minutos con 13 segundos… ¡un nuevo récord para el equipo Horan!
— ¡Sí! —Festejó Dylan y chocó los puños con su padre. Luego de correr aproximadamente unas diez cuadras, habían llegado antes de que la campana sonara— Allá están Sam y Ted, ¿puedo ir a jugar con ellos?
—Claro que sí, pero recuerda portarte bien. —El niño asintió— Así me gusta, volveré a recogerte a la una.
—Papi, salgo a las doce.
— ¡Cierto! Hasta las doce, entonces. —Besó la mejilla de su hijo y lo abrazó— Te quiero Dylan.
—Y yo a ti, papá.
— ¡No olvides de demostrar quién es el que puede comer más pastelitos!
— ¡No lo haré! —Respondió el niño mientras corría hasta los juegos para encontrarse con sus amigos.
Niall rió y en ese momento se sintió muy bendecido por tener por a su hijo. Tal vez él no era el mejor padre, eso estaba claro, pero Dylan sin dudas era el mejor y el amor que sentía hacia él era mayor que cualquier otra cosa. Gracias al pequeño, Niall había podido continuar adelante a pesar de las diferentes piedras que la vida ponía en su camino.
—Crecen muy rápido. —Dijo una voz a su izquierda. Niall giró y se encontró con un hombre de aproximadamente su edad, cabello castaño con rulos y ojos verdes— Soy Harry Styles.
—Niall Horan. —Respondió el rubio y ambos estrecharon sus manos— Recuerdo como si fuera ayer cuando apenas había nacido y ahora ya está aquí, haciendo sus propias amistades.
—Te comprendo totalmente. —Concordó Harry— Por cierto, ¿dónde trabajas, Niall?
—En la empresa Harvey’s como contador. —Respondió.
—Yo debo ir hacia esa dirección, ¿quieres que te alcance? —Propuso el castaño.
—De acuerdo, gracias. —Agradeció Niall y, antes de marcharse al trabajo, observó por última vez cómo su pequeño ingresaba al jardín.
(…)
Aquella noche el temporal empeoró y una fuerte tormenta había empezado a la hora de la cena.
—Adivina que tenemos para cenar, campeón…
—Mmm… ¿Pizza?
— ¡Sí! ¿Cómo lo supiste? —Preguntó Niall incrédulo.
— Papi, últimamente comemos pizza todos los días. —Respondió Dylan mientras tomaba una porción y veía los dibujos que pasaban en la televisión— A mí me gustan mucho las galletas de canela y chocolate que hace la señorita Brown. —Dijo casualmente.
— ¿La señorita Brown?
—Sip, mi maestra. —Aclaró el niño— Es muy, muy hermosa, inteligente y joven. Todos mis amigos quieren casarse con ella.
— ¿Y tú quieres casarte con ella, Dy?
—No, sé que no se fijaría nunca en mí porque ella es más grande. —Contestó sabiamente para ser sólo un niño— Pero tú sí podrías papá. —Niall rió ante las ocurrencias de Dylan.
—Campeón, no creo que eso suceda.
Lo cierto es que Niall no se había fijado en ninguna otra mujer desde que Pagie se había marchado. Quizás debería comenzar a hacerlo, pero él estaba convencido que jamás podría amar a alguien tanto como amó –y aún amaba– a aquella pelirroja. Además, no quería acabar con el corazón completamente destrozado nuevamente.
(…)
—5 minutos y 57 segundos. No está mal pero debemos vencer el récord de ayer, después de todo ¿quiénes somos nosotros?
— ¡El equipo Horan!
— ¡Bien dicho! —Como siempre, los dos chocaron sus puños y en ese momento la campana sonó— Espero que te diviertas, nos vemos luego. —Niall se despidió de su hijo y vio como entraba a su clase.
—Disculpe, ¿es usted el señor Niall Horan? —Aquella voz pertenecía a una bella castaña de ojos completamente azules y profundos.
Vaya, sí que era linda.
—Sí, soy yo. —Respondió aún algo obnubilado por esa mujer.
—Un gusto, mi nombre es Skye Brown y soy la maestra de Dylan. —Explicó su suave y melodiosa voz. Así que ella era la maestra de su hijo… el pequeño no se había equivocado cuando dijo que era hermosa. Y joven— Debo felicitarlo, su hijo es uno de mis mejores alumnos. Es tan inteligente y dulce, sin dudas un gran niño. —Sonrió cálidamente y, luego de unos momentos, Niall cayó en la cuenta de que debía responder.
—Sí, es un hijo grandioso. Incluso en ocasiones él es quien me recuerda que ya no hay más leche en la heladera y que debo comprar más. —Respondió sin pensar, aunque todo lo que dijo era completamente cierto. Skye rió.
—Señor Horan necesito un favor de su parte, si no le molesta claro. —Pidió ella de forma armoniosa.
—Claro, ¿qué necesita?
—Verá, estoy organizando una clase para los niños sobre las profesiones y he escuchado que usted se evoca a la economía. ¿No le gustaría charlar con ellos sobre dónde y cómo trabaja? —Skye sonrió una vez más y Niall simplemente no pudo resistirse a su petición.
—Sí, sí, por supuesto. —Aceptó sin dejar de observar el bello rostro de la joven— Sería un placer.
— ¡Muchas gracias! Le aseguro que será un grato momento para todos. Bien, es mejor que entre ya. Gusto en conocerlo señor Horan y gracias otra vez. —Le tendió la mano y él la tomó en forma de saludo. Qué piel tan suave…— Espero que tenga un buen día.
—Igualmente.
Totalmente embobado la vio alejarse con su cabello castaño siendo despeinado por la brisa matutina y, por primera vez después de mucho tiempo, deseó poder conocer más a fondo a una mujer.
¡Hola, Vane! Soy Bel, kajhsdjgkfd amé tu idea por completo, estaba esperando una enecé así c: Espero que la audición esté bien, cualquier cosa me avisas c: ¡Besos!
'Yea she will always hate me, she said you lost me baby'
Diamandis.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
aw, vane que hermosa idea, asdasd. idk, después dijo mis escritos bc me da paja buscar ;-; besos.
Yea she will always hate me, she said you lost me baby.
Yea she will always hate me, she said you lost me baby.
Sunrise.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
Hola Vane la idea es hermosa
Soy Paula, y bueno, voy a audicionar, claramente. Espera mi ficha, plz. Despues dejo la frase ¿si? Es que es dificil ponerla desde mi telefono ;-;
Soy Paula, y bueno, voy a audicionar, claramente. Espera mi ficha, plz. Despues dejo la frase ¿si? Es que es dificil ponerla desde mi telefono ;-;
Invitado
Invitado
Re: Always hate me {n.c | new code.}
'Yea she will always hate me, she said you lost me baby'
amé la idea, vane, simplemente es perfecta. además amo esa canción, iré por sam claflin, joshua anthony y cara delevingne (?). espera mi ficha bc me da paja ahora mismo.
amé la idea, vane, simplemente es perfecta. además amo esa canción, iré por sam claflin, joshua anthony y cara delevingne (?). espera mi ficha bc me da paja ahora mismo.
tobias.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
bubblegum bitch. escribió:Escritos:
- Forever yours {OS}:
Comenzó a nevar otra vez.
Dejo de lado el libro que llevaba leyendo hace un rato y me acerco, lentamente, hacia el gran ventanal del salón.
Observo con cautela como los copos caen con parsimonia, sin apuro. Al principio son unos pocos, pero luego empiezan a sumarse más y más. Algunos quedan atrapados en las ramas desnudas de los árboles; otros chocan con el vidrio en donde mi mano se encuentra apoyada o logran finalizar su camino hasta impactar contra el suelo frío.
Dicen que cada copo de nieve es único, es imposible que existan dos exactamente iguales. Cada uno posee una forma singular, como si hubieran sido tallados minuciosamente por una mano experta.
Una sonrisa se forma en mi rostro porque me es imposible pensar aquello sin recordarte. Sin duda alguna, al igual que un copo, desde el momento en el que viniste a este mundo fuiste único y especial.
Mi mente sigue divagando, entonces recuerdo la primera vez que te vi. ¿Cuántos años teníamos? Nueve, quizás. Sólo sé que fue hace mucho, mucho tiempo; y que tú no dejabas de tomar la mano de tu madre. Tenías miedo de hablar con una chica, o quizás conmigo particularmente, pero yo estaba muy ansiosa por conocerte. A esa edad lo que más deseaba era un amigo, después de tantas mudanzas me era imposible tener uno.
Me acerqué lentamente a ti, pero tú solo volteaste tu cara. Tu madre te retó y te obligó a que vinieras a jugar conmigo en la casa del árbol. Te resististe, pero no tuviste otra opción. Subimos a aquel lugar al que yo consideraba mi escondiste y un silencio se formó entre nosotros. Pero no era incómodo, era difícil sentirse de esa manera para mí. Te pregunté tu nombre.
“Niall” respondiste tímidamente mientras bajabas tu mirada azul.
Yo te dije el mío y luego sonreí. Te pregunté a qué escuelas ibas y resultó que yo asistiría a la misma. Te pregunté si tenías hermanos y asentiste con tu cabeza. Te pregunté si, por favor, serías mi amigo. Acabaste diciendo que sí.
Pero nuestra amistad no duró ni siquiera seis meses porque tuve que marcharme, otra vez. Aunque debo admitir que en ese lapso te tomé mucho cariño, demasiado quizás. Sin embargo, tú te quedaste por siempre con algo que me pertenecía: mi primer beso.
Los años pasaron y las cosas no iban bien conmigo. Ya no era la misma niña de antes. Me encontraba sola, sin ningún motivo aparente por el cual seguir. Aquellos pensamientos me atormentaban a todas horas: “¿El mundo tendría más sentido sin mí en él?”, “¿A caso hay alguien a quien le importe?”. Llegué a la posible solución de que la primera afirmación era verdadera y la segunda falsa.
¿Por qué había perdido por completo el rumbo de mi vida? Dicen que en la adolescencia es normal sentirse de esa manera, pero cuando mis dieciocho años llegaron decidí que eso no podía seguir así. Debía acabar con el dolor. Y sólo había un alivio para una persona como yo.
Me dirigí hasta el parque de mi antigua ciudad en una noche de diciembre. El frío calaba mis huesos a pesar de todo el abrigo que llevaba puesto. Sin embargo, eso ya no importaría en unos momentos. El lugar se encontraba iluminado por unas cuantas farolas y estaba totalmente desierto. Era la oportunidad ideal.
En aquel espacio verde había un puente, y debajo de este un lago considerablemente profundo cuyas aguas seguramente estarían heladas. Suspiré y recordé que no sabía nadar, eso haría las cosas más fáciles. Subí a la valla, mi respiración estaba agitada y podía notar el humo que salía por mi boca debido al clima frío. Miré el agua y me pregunté si esta era una buena forma de terminar. Pero eso no importó, de todas maneras ya era tarde para echarse atrás.
Cerré mis ojos e instintivamente recuerdos de toda mi vida comenzaron a invadir mi mente: mi cuarto cumpleaños; cuando terminé el jardín de niños; cuando me mudé por décima vez; cuando te conocí; cuando te besé; cuando te dejé; cuando mis padres se divorciaron; cuando mi padre se borró de la faz de la tierra; cuando casi repruebo todas las materias; cuando decepcioné a mi madre; cuando todos mis falsos amigos me abandonaron; cuando me quedé sola para siempre y rememoraba al único amigo verdadero que alguna vez tuve.
Inhalé por última vez y me impulsé hacia adelante, saltando hacia las profundidades. “Adiós” fue mi último pensamiento.
Pero mi plan no salió como lo había previsto. Dos fuertes y grandes manos se posicionaron en mi cintura y evitaron que cayera al agua. Me impulsaron hacia atrás y caí sobre aquella persona que había salvado mi vida, aunque no se lo hubiera pedido.
Me quejé en voz baja y pude notar como el individuo que frustró mi despedida del mundo mortal me tendía su mano. La miré, dudé y luego la tomé. Me puse de pie y vi su cara. A pesar de la oscuridad, pude distinguir dos enormes ojos azules y una reluciente cabellera rubia que le pertenecían a un hombre de aproximadamente mi edad.
Y me llevó como aproximadamente seis segundos reconocerte.
No habías cambiado en nada, tus facciones de niño y tu rostro sereno seguían siendo igual que antes.
“¿Estás loca? ¡No debes hacer eso! ¡Podrías haber muerto!” gritaste, intentando que entre en razón.
“Ese era el plan” respondí sin inmutarme y sonreí levemente. “Hola otra vez, Niall”
Me miraste con una expresión de duda y desconcierto. A ti te llevó más de un minuto saber que se trataba de mí.
“¿Eres tú?” fue lo único que atinaste a preguntar con un hilo de voz. Yo sólo asentí.
De pronto, pude sentir como tus brazos rodeaban mi frágil cuerpo. Con ese gesto me brindaste calor en aquella noche helada; tus lágrimas hicieron que mi corazón se achicara y tus palabras me hicieron darme cuenta de que era una idiota.
"¿En qué rayos estabas pensando?” preguntaste antes de quebrarte otra vez “Si algo te pasaba… jamás me lo hubiera perdonado. Es que, ¡demonios! ¿¡Cómo podría haber vivido luego de saber que te habría perdido para siempre antes de poder encontrarte!?”
Pero eso no paso, mi querido Niall, porque tú siempre aparecías en el momento indicado como mi ángel de la guarda, sin duda alguna. Tú me salvaste de la soledad en mi niñez y de la muerte en mi adolescencia. ¿Es raro, verdad? Pero tan cierto como que te amé desde la primera que te vi tomando la mano de tu madre.
Y, desde ese día en el que te volví a ver, quise dejar de ser la rescatada para poder hacerte feliz como pudiera. Tú me diste la vida en dos ocasiones y yo quería entregarte la mía completamente puesto que, después de todo, siempre te perteneció.
No puedo evitar llorar al recordar cuando demostraste que mis sentimientos por ti eran correspondidos. Creo que ese día fue el más feliz de toda mi existencia. Junto a la orilla del mar me hiciste prometerte que jamás haría otra estupidez como la de aquella vez. Acepté totalmente de acuerdo e, inesperadamente, me besaste con una dulzura imposible de explicar. Los nervios hicieron que mis manos temblaran y las mariposas en mi vientre no tardaron en aparecer. Luego, te correspondí y rodee tu cuello con mis brazos, tu hiciste lo mismo con mi cintura. Ese era nuestro segundo beso que siempre había ansiado.
A partir de ese momento, ambos comenzamos a crecer juntos.
Luego, el compromiso y la boda no tardaron en llegar. Todos pensaban que estábamos locos, pero ellos no entendían cuánto nos amábamos en verdad. Al ser tan cerrados de mente jamás conseguirían nada en esta vida. Y pensar que yo era un poco como ellos, pero por suerte ya no.
Después llegaron Derek y Lucy, las luces de nuestras vidas. Hicimos lo mejor posible y formamos una hermosa familia de la cual siempre estaré orgullosa.
Los años pasaron rápido junto a ti. Por supuesto que no todo fue color de rosas, tuvimos nuestros altibajos y varios obstáculos se toparon en nuestros caminos. Sin embargo logramos sortear cada uno de ellos, porque juntos podíamos hacer cualquier cosa que nos proponíamos. Éramos un equipo que siempre estuvo destinado a ser y así fue.
De repente, Lucy impide que siga navegando por mis pensamientos y me avisa que la cena ya está servida. Le sonrió y le pregunto si Derek y los niños ya llegaron. Ella niega con la cabeza pero me dice que él la llamó avisando que está en camino. Le agradezco, le recuerdo que la amo y le digo que en un segundo voy a la mesa.
Es nuestra tercera navidad sin ti, Niall. Ya nada es igual desde que partiste, te tenemos presente en cada segundo de nuestras vidas; lloramos en ocasiones al recordarte, pero luego sonreímos al acordarnos tu risa contagiosa porque sabemos que te pondría triste vernos derramar lágrimas que no sean de felicidad.
Intenté salvarte, pero creo que nada puede hacerse cuando tu propio cuerpo dice ‘basta’ y decide tomar un descanso eterno. A pesar de todo, siempre rezo por ti y porque estés bien en donde sea que tu alma haya partido.
Por último, mi amor, quiero recordarte algo fundamental: te amo. Te amo infinitamente.
Te amo, porque fuiste mi principio a los nueve años. Te amo, porque fuiste mi segundo comienzo a los dieciocho. Te amo, porque fuiste el único que me abrazó cuando hacía frío y me sentía perdida. Te amo, porque junto a ti pasé los mejores años de mi vida. Te amo, porque sé que siempre serás mi ángel de la guarda. Y aunque te extraño tanto que duele, me reconforta el saber que muy pronto volveremos a estar juntos en un nuevo lugar en donde nada ni nadie podrán dañarnos o separarnos.
Y recuerda: yo seré por siempre tuya.
- Learning to be a dad {N.C}:
CAPITULO 5
Just twin fire signs, four blue eyes[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
No sabía dónde estaba, ni cómo había llegado a aquel lugar, pero no podía ignorar el hecho de que esa persona estaba de espaldas a él y que su corazón comenzó a acelerarse sin control. Era ella, de eso no había dudas, podría reconocer aquella ondulada y suave cabellera pelirroja en cualquier lado. Lentamente se giró sobre sus talones y Niall creyó que había dejado de respirar por unos momentos. Estaba exactamente igual que hacía más de siete meses cuando había decidido partir lejos de todo el mundo. Era bella, muy bella, y él pensó que jamás encontraría a una mujer así.
Había estado enamorado de esos ojos verdes desde la secundaria y por su mente se cruzó la idea de que tal vez moriría deseándolos por toda la eternidad. Pero había algo que no entendía: ¿Por qué ella había vuelto? ¿Acaso su vida en Atlanta era un asco, como la de él desde que ella había partido? Sea cual sea la respuesta, estaba decidido a perdonarla. Quería decirle que no importaba que se hubiera ido, porque al fin y al cabo había regresado y él continuaba amándola como siempre. Además, su pequeño hijo también la necesitaba.
Avanzó unos pasos hasta el encuentro con su primer y único amor, sin embargo pudo notar como ella comenzaba a desvanecerse. Su rostro se volvía cada vez más borroso, al igual que toda su silueta. Niall extendió sus brazos para intentar tocarla sin éxito alguno.
Ella se estaba yendo, otra vez. La misma situación volvía a repetirse.
De pronto, Niall comprendió que Pagie jamás volvería a su vida, porque la molesta alarma del despertador estaba sonando indicando que toda la situación anterior no era más que un producto de su gran imaginación. En esos momentos deseó tener un bate a su alcance para despedazar ese aparato y seguir durmiendo, pero después de todo era un nuevo día y él ya no era un adolescente como para permitirse esos gustos. Debía hacerse cargo de sus responsabilidades, por lo tanto comenzaría con la más importante: Dylan.
Eran las siete de la mañana y ya podía escucharse el sonido de los coches circulando por las calles. Para Niall los miércoles eran peores que los lunes porque la semana aún no acababa y el fin de semana estaba muy lejos. Se levantó de la cama con toda su fuerza de voluntad y caminó a tientas hasta la habitación de su pequeño hijo de cuatro años. Al entrar casi se patinó con un dinosaurio de juguete que yacía en el suelo, pero lo esquivó a tiempo y evitó una caída segura.
—Campeón, es hora de levantarse. —Dijo mientras sacudía suavemente a su hijo que aún dormía plácidamente— Debes ir con toda tus energías al jardín de infantes.
—Cinco minutos más, papi. —Pidió el pequeño y Niall no pudo evitar sonreír. Dylan era un calco a él, tanto físicamente como en su forma de ser.
—Lo siento, Dy, pero esto no puede esperar así que… ¡¡Arriba!! —Exclamó y comenzó a saltar sobre la cama de su hijo.
Sí, Niall Horan también era un niño en su interior.
Para cuando quisieron acordarse, se encontraban gritando y saltando en aquella pobre cama. Ambos no sólo eran padre e hijo, sino más bien mejores amigos. Desde la inesperada partida de Pagie se habían vuelto más y más cercanos, después de todo Niall tuvo que convertirse en la madre y el padre de Dylan. Por ello dejó de lado las fiestas, las mujeres y cualquier otra cosa para avocarse únicamente al pequeño, pero no se encontraba mal por criar a su hijo; al contrario, le gustaba proteger a esa personita que al fin y al cabo era una parte suya. Sin embargo, no podía negar que la ausencia de Pagie se notaba a horrores y que él aún no era un experto en el cuidado de infantes.
—Bien campeón, cámbiate y de mientras yo iré abajo a preparar el desayuno ¿de acuerdo?
— ¡De acuerdo! —Respondió Dylan y ambos chocaron los puños. Niall se dirigió a la puerta del cuarto— Papá… —Empezó a decir el pequeño pero su padre lo interrumpió.
—No te preocupes hijo, hoy te irá muy bien el jardín, ya lo verás.
— ¡Papá! —Advirtió el pequeño y cuando Niall quiso darse cuenta ya se encontraba en el piso por culpa de aquel dinosaurio de juguete de hacía unos minutos— Te lo dije, papi.
— ¡Auch! —Se quejó el rubio mientras se levantaba— No olvides recoger tus juguetes, Dy. Ahora ve a cambiarte que es tarde.
Aún le dolía un poco el trasero por la caída, pero de todas formas Niall se dirigió rápidamente a su habitación y se vistió con una camisa blanca, pantalones, saco y zapatos negros. Luego, bajó de prisa las escaleras y comenzó a tostar pan mientras oía el reporte del clima que daba la televisión.
—Ya estoy listo. —Avisó Dylan, que vestía pulcramente una remera roja adornada con dibujos infantiles y unos pantalones azules. Tomó asiento en la mesa de la cocina y Niall puso enfrente suyo un tazón de cereales y luego besó su cabecita— ¡Son los cereales que vi el otro día! ¡Gracias por comprarlos papá! —Niall sonrió.
—“Pronostico del día de hoy: cielo parcial a totalmente nublado, tormentas provenientes del sector norte…” —Informaba el presentador de las noticias.
—Campeón, parece que hoy tendremos algo de lluvia, pero no por eso será un día aburrido. Habrá mucha diversión en el jardín, te lo aseguro.
— ¡Estoy ansioso! —Dijo Dylan mientras su padre reía— Emm, Papá…
—No, no debes preocuparte, además jugarás con tus amiguitos… —Contestó Niall interrumpiendo al pequeño.
—Pero papi…
—Y este año aprenderás otras cosas muy divertidas, también podrás usar los columpios que tanto te gustan. —Continuó diciendo el rubio, sin prestar atención.
—Papá, creo que las tostadas se te están pasando.
Niall dirigió su vista hacia la tostadora y comprobó que su hijo tenía razón: ¡La comida se estaba quemando! Rápidamente desenchufó el artefacto y trató retirar las tostadas, no sin antes quemarse en el intento. Lo que antes parecían panes ahora sólo eran trozos negros nada comestibles.
—Vaya, lamento no haberte escuchado Dy. Tenías razón. —Se lamentó el rubio y reconoció que su hijo, por más de tener cuatro años, era aún más cuidadoso y atento que un adulto como él.
—Lamento que tu desayuno se haya quemado, papi.
—No te hagas problema, campeón. Aún hay tiempo para que pueda cocinar algo más… —Miró el reloj pulsera de su muñeca y se alarmó al darse cuenta que ya eran las 7:50. Dylan debía estar en el jardín a las 8:00— ¡Cambio de planes! ¡Dy, termina rápido tus cereales y ve a lavarte los dientes!
El niño hizo eso y mientras estaba en el baño Niall aprovechó para limpiar la cocina, guardar la leche en la heladera y apagar la TV. ¿Cómo era que la hora se había pasado tan rápido? No tenía idea.
— ¿Ya estás listo? —Preguntó Niall y su hijo asintió— Bien, vámonos —Dijo abriendo la puerta delantera, pero su hijo lo detuvo.
—Papá, mi mochila.
—Oh, ¡casi lo olvido! —El rubio tomó la mochila de su hijo que se encontraba encima del sillón y con toda rapidez salieron de la casa. Una fina pero persistente lluvia cubría a toda la ciudad, tal como había advertido el servicio meteorológico. Niall abrió su paraguas y dijo por último: — ¿Listo para correr, campeón?
(…)
—5 minutos con 13 segundos… ¡un nuevo récord para el equipo Horan!
— ¡Sí! —Festejó Dylan y chocó los puños con su padre. Luego de correr aproximadamente unas diez cuadras, habían llegado antes de que la campana sonara— Allá están Sam y Ted, ¿puedo ir a jugar con ellos?
—Claro que sí, pero recuerda portarte bien. —El niño asintió— Así me gusta, volveré a recogerte a la una.
—Papi, salgo a las doce.
— ¡Cierto! Hasta las doce, entonces. —Besó la mejilla de su hijo y lo abrazó— Te quiero Dylan.
—Y yo a ti, papá.
— ¡No olvides de demostrar quién es el que puede comer más pastelitos!
— ¡No lo haré! —Respondió el niño mientras corría hasta los juegos para encontrarse con sus amigos.
Niall rió y en ese momento se sintió muy bendecido por tener por a su hijo. Tal vez él no era el mejor padre, eso estaba claro, pero Dylan sin dudas era el mejor y el amor que sentía hacia él era mayor que cualquier otra cosa. Gracias al pequeño, Niall había podido continuar adelante a pesar de las diferentes piedras que la vida ponía en su camino.
—Crecen muy rápido. —Dijo una voz a su izquierda. Niall giró y se encontró con un hombre de aproximadamente su edad, cabello castaño con rulos y ojos verdes— Soy Harry Styles.
—Niall Horan. —Respondió el rubio y ambos estrecharon sus manos— Recuerdo como si fuera ayer cuando apenas había nacido y ahora ya está aquí, haciendo sus propias amistades.
—Te comprendo totalmente. —Concordó Harry— Por cierto, ¿dónde trabajas, Niall?
—En la empresa Harvey’s como contador. —Respondió.
—Yo debo ir hacia esa dirección, ¿quieres que te alcance? —Propuso el castaño.
—De acuerdo, gracias. —Agradeció Niall y, antes de marcharse al trabajo, observó por última vez cómo su pequeño ingresaba al jardín.
(…)
Aquella noche el temporal empeoró y una fuerte tormenta había empezado a la hora de la cena.
—Adivina que tenemos para cenar, campeón…
—Mmm… ¿Pizza?
— ¡Sí! ¿Cómo lo supiste? —Preguntó Niall incrédulo.
— Papi, últimamente comemos pizza todos los días. —Respondió Dylan mientras tomaba una porción y veía los dibujos que pasaban en la televisión— A mí me gustan mucho las galletas de canela y chocolate que hace la señorita Brown. —Dijo casualmente.
— ¿La señorita Brown?
—Sip, mi maestra. —Aclaró el niño— Es muy, muy hermosa, inteligente y joven. Todos mis amigos quieren casarse con ella.
— ¿Y tú quieres casarte con ella, Dy?
—No, sé que no se fijaría nunca en mí porque ella es más grande. —Contestó sabiamente para ser sólo un niño— Pero tú sí podrías papá. —Niall rió ante las ocurrencias de Dylan.
—Campeón, no creo que eso suceda.
Lo cierto es que Niall no se había fijado en ninguna otra mujer desde que Pagie se había marchado. Quizás debería comenzar a hacerlo, pero él estaba convencido que jamás podría amar a alguien tanto como amó –y aún amaba– a aquella pelirroja. Además, no quería acabar con el corazón completamente destrozado nuevamente.
(…)
—5 minutos y 57 segundos. No está mal pero debemos vencer el récord de ayer, después de todo ¿quiénes somos nosotros?
— ¡El equipo Horan!
— ¡Bien dicho! —Como siempre, los dos chocaron sus puños y en ese momento la campana sonó— Espero que te diviertas, nos vemos luego. —Niall se despidió de su hijo y vio como entraba a su clase.
—Disculpe, ¿es usted el señor Niall Horan? —Aquella voz pertenecía a una bella castaña de ojos completamente azules y profundos.
Vaya, sí que era linda.
—Sí, soy yo. —Respondió aún algo obnubilado por esa mujer.
—Un gusto, mi nombre es Skye Brown y soy la maestra de Dylan. —Explicó su suave y melodiosa voz. Así que ella era la maestra de su hijo… el pequeño no se había equivocado cuando dijo que era hermosa. Y joven— Debo felicitarlo, su hijo es uno de mis mejores alumnos. Es tan inteligente y dulce, sin dudas un gran niño. —Sonrió cálidamente y, luego de unos momentos, Niall cayó en la cuenta de que debía responder.
—Sí, es un hijo grandioso. Incluso en ocasiones él es quien me recuerda que ya no hay más leche en la heladera y que debo comprar más. —Respondió sin pensar, aunque todo lo que dijo era completamente cierto. Skye rió.
—Señor Horan necesito un favor de su parte, si no le molesta claro. —Pidió ella de forma armoniosa.
—Claro, ¿qué necesita?
—Verá, estoy organizando una clase para los niños sobre las profesiones y he escuchado que usted se evoca a la economía. ¿No le gustaría charlar con ellos sobre dónde y cómo trabaja? —Skye sonrió una vez más y Niall simplemente no pudo resistirse a su petición.
—Sí, sí, por supuesto. —Aceptó sin dejar de observar el bello rostro de la joven— Sería un placer.
— ¡Muchas gracias! Le aseguro que será un grato momento para todos. Bien, es mejor que entre ya. Gusto en conocerlo señor Horan y gracias otra vez. —Le tendió la mano y él la tomó en forma de saludo. Qué piel tan suave…— Espero que tenga un buen día.
—Igualmente.
Totalmente embobado la vio alejarse con su cabello castaño siendo despeinado por la brisa matutina y, por primera vez después de mucho tiempo, deseó poder conocer más a fondo a una mujer.
¡Hola, Vane! Soy Bel, kajhsdjgkfd amé tu idea por completo, estaba esperando una enecé así c: Espero que la audición esté bien, cualquier cosa me avisas c: ¡Besos!'Yea she will always hate me, she said you lost me baby'
Audición Aceptada!
nessie.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
dfhgdsfuhsd, mia fdsyfsd, me sonrojas e.e ok, no te hagas problemas :')Sunrise. escribió:aw, vane :gad:que hermosa idea, asdasd. idk, después dijo mis escritos bc me da paja buscar ;-; besos.
Yea she will always hate me, she said you lost me baby.
nessie.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
Hola Pau<3. sdfuihsdi, siguen halagándome y moriré sonrojada (?).Mitchell. escribió:Hola Vane la idea es hermosa
Soy Paula, y bueno, voy a audicionar, claramente. Espera mi ficha, plz. Despues dejo la frase ¿si? Es que es dificil ponerla desde mi telefono ;-;
Claro, esperaré tu ficha, y no te hagas problema. En cuanto puedas, déjala c':
nessie.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
dfhdsdsh, me alegra<33. james es demasiado perfecto a la hora de escribir canciones. La espero<3. oh dios, todas están infectadas adshgsfg, todas tienen paja xd.Odair. escribió:'Yea she will always hate me, she said you lost me baby'
amé la idea, vane, simplemente es perfecta. además amo esa canción, iré por sam claflin, joshua anthony y cara delevingne (?). espera mi ficha bc me da paja ahora mismo.
nessie.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
Hey, Vane... ¿Te acuerdas de mi? Hoy me e pasado a ver alguna de mis novelas y vi una "Vanú." Y me acorde!
Tanto tiempo e.e si no te acuerdas ta bien.
Bueno me encanta el tema y audicionare bc soy re kul
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Yea she will always hate me, she said you lost me baby
Tanto tiempo e.e si no te acuerdas ta bien.
Bueno me encanta el tema y audicionare bc soy re kul
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Yea she will always hate me, she said you lost me baby
moondust.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
Herondale. escribió:Hey, Vane... ¿Te acuerdas de mi? Hoy me e pasado a ver alguna de mis novelas y vi una "Vanú." Y me acorde!
Tanto tiempo e.e si no te acuerdas ta bien.
Bueno me encanta el tema y audicionare bc soy re kul
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Yea she will always hate me, she said you lost me baby
hola :') realmente, no. ¿Cómo eras antes? fgdyfsd
<33 claro, eres re kúl
Audición Aceptada!
nessie.
Re: Always hate me {n.c | new code.}
Vanú. escribió:Herondale. escribió:Hey, Vane... ¿Te acuerdas de mi? Hoy me e pasado a ver alguna de mis novelas y vi una "Vanú." Y me acorde!
Tanto tiempo e.e si no te acuerdas ta bien.
Bueno me encanta el tema y audicionare bc soy re kul
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Yea she will always hate me, she said you lost me baby
hola :') realmente, no. ¿Cómo eras antes? fgdyfsd
<33 claro, eres re kúlAudición Aceptada!
Re tonta yo Me llamo Michelle, me diche Mishu, Miau, Michie, Patchosa, e te cé. Te conoci en mi primera novela... y tu user era {...Vani...} creo... En fin, no te culpo eso fue hace décadas lok.
moondust.
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