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falling } zayn malik.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: falling } zayn malik.
fkjdlajsgklsdñg, no importa, lizzo<3Lizzie. escribió:anto :A:perdón por tardarme en comentar :c
hay weona ame el capítulo, yo en el lugar de Peiton golpeo a Harry ¿qué se cree? ah.
y, se encontró con Zayyyyyyyn :AA:o m g, estoy con Miash, Harry ama a Peyton, idk.
asdfghjkl; sube la segunda parte blda. te amo<33
JAJAJAJAJAJJAJA, es que... harry es (? idk cómo explicar
ajaaaaaaaaaaaaam harry ama a harry .l. aqeno.
no creo que pueda subir ahora bc me tengo que ir:c pero mañna, o el viernes
te amo mucho más, fea<3
bhavi.
Re: falling } zayn malik.
Capitulo 1
parte dos. ♥
Apreté mi chaqueta contra mi cuerpo en busca de calor mientras caminaba de vuelta a casa de ver a Sharon. Eran casi las nueve de la noche y sabía que mamá iba a matarme por llegar tarde en un día de escuela.
Camine con mas prisa no tanto por la hora, sino mas por lo oscuro que se ponían las calles entre la casa de mi amiga y la mía. Sin embargo, también lo hacia por el frío, la falda del uniforme de la escuela no brindaba mucho abrigo a mis piernas.
Moví la cara hacia un lado apartando un mechón de mi larga cabellera castaña que se había pegado a mi cara por el viento, entonces me fije en que no estaba sola. Miré sobre mi hombro, apresurando mi andar, un grupo de chicos me venía pisando los talones.
Mi respiración se estremeció cuando sentí a uno rodear mis hombros con su brazo y algo con punta presionando en mi espalda baja.
— ¿Por qué tan apurada, cariño?—
Quise gritar, pero tenía la garganta cerrada. Cerré los ojos fuertemente cuando mi espalda reboto con fuerza contra la pared. Me habían metido en un callejón. Reabrí los ojos temblorosa cuando una de sus manos se introdujo bajo mi falda. Intente apartarlo pero me vi presa contra la pared por los otros dos que me sostenían con fuerza. Tirando mi bolso al suelo. Un cuarto se puso a hurgar en el, mientras que el primero no dejaba de manosearme. Tenía la blusa blanca del uniforme abierta hasta la mitad y ni siquiera sabía en que momento había desaparecido mi chaqueta. Puso una mano en mi boca cuando intente gritar y se dirigió a morder mi cuello sin pudor.
Quería morir. Me sentía morir. Prefería eso a estar viviendo esto. Me encontraba llorando en silencio incapaz de mover un músculo. Estaba inmóvil, mi cuerpo totalmente tenso, dejando que ellos hicieran conmigo lo que quisieran. Me había dado por vencida. Me iban a violar, posiblemente también me matarían y nadie iba a enterarse. No lograba pensar con claridad, todo lo que veía era horrible.
Entonces, deje de sentir el peso de mi agresor sobre mí. Abrí los ojos y lo vi yacer en el piso. Los otros dos me soltaron y caí desplomada en el suelo. Estos y el cuarto que hurgaba mi bolso se encontraban peleando con alguien mas. No entendía lo que pasaba. Me costo minutos darme cuenta que alguien había venido a ayudarme. Miré al frente y no distinguía quien era quien, solo veía puños volar en distintas direcciones. En un momento de lucidez, gateé hasta mi bolso en busca de mi teléfono. Las manos me temblaban y hacían torpe mi búsqueda. Cuando lo tuve en mi poder, marque el cuatro que tenía grabado el número de la única persona en la que pensé en ese momento.
— Ven a buscarme, por favor. Tengo miedo.— le dije atropellando las palabras apenas contestó.
Me sobresalté cuando vi un cuerpo caer inconsciente a mi lado y a alguien parado frente a mí. Mi corazón se detuvo y solté el teléfono que se desarmo cuando impacto contra el pavimento.
— ¿Estas bien?— reconocí su voz al instante y la mitad de mi cuerpo se relajó. Pero la otra seguí tensa, dificultándome el habla. Me tendió su mano y la tomé, aun aturdido por todo. Cuando estuve de pie, la miel de sus ojos hizo eco en mí, mientras me miraba atento esperando mi respuesta. Colocó mi chaqueta en mis hombros mientras me daba mi bolso.— Te acompañaré.— sentenció. Asentí a sus palabras sin saber qué mas hacer.
Salimos del callejón y comenzamos a caminar despacio, en silencio. Mis manos temblaban apretando con fuerza alrededor de la correa de mi bolso. Miré con disimulo hacia él luciendo sumamente tranquilo cuando uno de sus manos voló hasta su chaqueta y la otra al bolsillo trasero de sus pantalones. Sacando un cigarrillo de la cajetilla, lo sostuvo en su boca prendiéndolo con el encendedor, luego guardo todo de nuevo en su sitio. Dio una larga calada y bajo la cabeza al expulsar el humo de sus labios que viajo hacia arriba de su rostro, mezclándose con el aire. Estiro la cajetilla hacia mí y negué volcando mi vista al frente, reprimiendo las ganas de toser gracias el espeso humo saliendo de su boca.
Odiaba el olor a tabaco, pero en él era diferente. Este se mezclaba con la dulce colonia que usaba y como hoy en la escuela, parecía transportarme lejos de aquí.
— ¿Cómo te llamas?— mi boca tembló antes de pensar en contestar. Lo miré por el rabillo del ojo, estaba con la vista fija al frente. Los músculos de su mandíbula tensos.
— Soy Peyton.— balbucee.— Peyton Swan.
Bajo sus ojos a los míos y deje caer mi cabeza hacia el suelo, ocultándome bajo mi cabello. Estruje con fuerza la correa de mi bolso en un intento de deshacerme de mi estado nervioso.
— Zayn.— él dijo.
Las ruedas de la camioneta resbalaron en la carretera al frenar, dejando marcas de los neumáticos en el piso. Harry salto de la camioneta, corriendo hacia mí. Me detuve en seco cuando sus brazos me pegaron a su pecho y acto seguido de separarnos sus grandes manos inspeccionaron mi rostro.
— Fui hasta casa de Sharon y me dijo que ya habías salido. Lo único que se me ocurrió fue conducir por el camino que tomas para ver si te encontraba. ¡Por Dios Peyton! ¿Estas bien? ¿Qué sucedió?
Vi a Zayn caminar hacia nosotros y detenerse a una distancia considerable para que mi amigo lo notara. Harry paso la vista de mí a él y viceversa. Sus manos me soltaron colocándome detrás de su espalda de manera protectora.
— Entra en la camioneta.— espetó Harry. Me negué. Sabía que estaba interpretado las cosas diferentes a como habían sucedido. Harry quiso avanzar hacia Zayn, pero lo detuve cerrando mi puño en su abrigo. Volteó a verme, confundido.
— Si no hubiera sido por él... me estaban robando.— los indescriptibles ojos de Harold me miraron sumidos en una mezcla de horror y preocupación. Miré a Zayn por sobre el hombro de Harry. Nos miraba atento. Parecia estar detectando cada uno de nuestros movimientos. Sin decir palabra alguna caminó de espaldas sobre sus pasos cuando giró y se perdió en las calles, a esta hora casi desiertas.
Camine con mas prisa no tanto por la hora, sino mas por lo oscuro que se ponían las calles entre la casa de mi amiga y la mía. Sin embargo, también lo hacia por el frío, la falda del uniforme de la escuela no brindaba mucho abrigo a mis piernas.
Moví la cara hacia un lado apartando un mechón de mi larga cabellera castaña que se había pegado a mi cara por el viento, entonces me fije en que no estaba sola. Miré sobre mi hombro, apresurando mi andar, un grupo de chicos me venía pisando los talones.
Mi respiración se estremeció cuando sentí a uno rodear mis hombros con su brazo y algo con punta presionando en mi espalda baja.
— ¿Por qué tan apurada, cariño?—
Quise gritar, pero tenía la garganta cerrada. Cerré los ojos fuertemente cuando mi espalda reboto con fuerza contra la pared. Me habían metido en un callejón. Reabrí los ojos temblorosa cuando una de sus manos se introdujo bajo mi falda. Intente apartarlo pero me vi presa contra la pared por los otros dos que me sostenían con fuerza. Tirando mi bolso al suelo. Un cuarto se puso a hurgar en el, mientras que el primero no dejaba de manosearme. Tenía la blusa blanca del uniforme abierta hasta la mitad y ni siquiera sabía en que momento había desaparecido mi chaqueta. Puso una mano en mi boca cuando intente gritar y se dirigió a morder mi cuello sin pudor.
Quería morir. Me sentía morir. Prefería eso a estar viviendo esto. Me encontraba llorando en silencio incapaz de mover un músculo. Estaba inmóvil, mi cuerpo totalmente tenso, dejando que ellos hicieran conmigo lo que quisieran. Me había dado por vencida. Me iban a violar, posiblemente también me matarían y nadie iba a enterarse. No lograba pensar con claridad, todo lo que veía era horrible.
Entonces, deje de sentir el peso de mi agresor sobre mí. Abrí los ojos y lo vi yacer en el piso. Los otros dos me soltaron y caí desplomada en el suelo. Estos y el cuarto que hurgaba mi bolso se encontraban peleando con alguien mas. No entendía lo que pasaba. Me costo minutos darme cuenta que alguien había venido a ayudarme. Miré al frente y no distinguía quien era quien, solo veía puños volar en distintas direcciones. En un momento de lucidez, gateé hasta mi bolso en busca de mi teléfono. Las manos me temblaban y hacían torpe mi búsqueda. Cuando lo tuve en mi poder, marque el cuatro que tenía grabado el número de la única persona en la que pensé en ese momento.
— Ven a buscarme, por favor. Tengo miedo.— le dije atropellando las palabras apenas contestó.
Me sobresalté cuando vi un cuerpo caer inconsciente a mi lado y a alguien parado frente a mí. Mi corazón se detuvo y solté el teléfono que se desarmo cuando impacto contra el pavimento.
— ¿Estas bien?— reconocí su voz al instante y la mitad de mi cuerpo se relajó. Pero la otra seguí tensa, dificultándome el habla. Me tendió su mano y la tomé, aun aturdido por todo. Cuando estuve de pie, la miel de sus ojos hizo eco en mí, mientras me miraba atento esperando mi respuesta. Colocó mi chaqueta en mis hombros mientras me daba mi bolso.— Te acompañaré.— sentenció. Asentí a sus palabras sin saber qué mas hacer.
Salimos del callejón y comenzamos a caminar despacio, en silencio. Mis manos temblaban apretando con fuerza alrededor de la correa de mi bolso. Miré con disimulo hacia él luciendo sumamente tranquilo cuando uno de sus manos voló hasta su chaqueta y la otra al bolsillo trasero de sus pantalones. Sacando un cigarrillo de la cajetilla, lo sostuvo en su boca prendiéndolo con el encendedor, luego guardo todo de nuevo en su sitio. Dio una larga calada y bajo la cabeza al expulsar el humo de sus labios que viajo hacia arriba de su rostro, mezclándose con el aire. Estiro la cajetilla hacia mí y negué volcando mi vista al frente, reprimiendo las ganas de toser gracias el espeso humo saliendo de su boca.
Odiaba el olor a tabaco, pero en él era diferente. Este se mezclaba con la dulce colonia que usaba y como hoy en la escuela, parecía transportarme lejos de aquí.
— ¿Cómo te llamas?— mi boca tembló antes de pensar en contestar. Lo miré por el rabillo del ojo, estaba con la vista fija al frente. Los músculos de su mandíbula tensos.
— Soy Peyton.— balbucee.— Peyton Swan.
Bajo sus ojos a los míos y deje caer mi cabeza hacia el suelo, ocultándome bajo mi cabello. Estruje con fuerza la correa de mi bolso en un intento de deshacerme de mi estado nervioso.
— Zayn.— él dijo.
Las ruedas de la camioneta resbalaron en la carretera al frenar, dejando marcas de los neumáticos en el piso. Harry salto de la camioneta, corriendo hacia mí. Me detuve en seco cuando sus brazos me pegaron a su pecho y acto seguido de separarnos sus grandes manos inspeccionaron mi rostro.
— Fui hasta casa de Sharon y me dijo que ya habías salido. Lo único que se me ocurrió fue conducir por el camino que tomas para ver si te encontraba. ¡Por Dios Peyton! ¿Estas bien? ¿Qué sucedió?
Vi a Zayn caminar hacia nosotros y detenerse a una distancia considerable para que mi amigo lo notara. Harry paso la vista de mí a él y viceversa. Sus manos me soltaron colocándome detrás de su espalda de manera protectora.
— Entra en la camioneta.— espetó Harry. Me negué. Sabía que estaba interpretado las cosas diferentes a como habían sucedido. Harry quiso avanzar hacia Zayn, pero lo detuve cerrando mi puño en su abrigo. Volteó a verme, confundido.
— Si no hubiera sido por él... me estaban robando.— los indescriptibles ojos de Harold me miraron sumidos en una mezcla de horror y preocupación. Miré a Zayn por sobre el hombro de Harry. Nos miraba atento. Parecia estar detectando cada uno de nuestros movimientos. Sin decir palabra alguna caminó de espaldas sobre sus pasos cuando giró y se perdió en las calles, a esta hora casi desiertas.
- le kb a hazz(?:
- la última parte del capítulo uno, ay, espero que les guste<3
bhavi.
Re: falling } zayn malik.
me quedé con tantas ganas, blda. en serio, creo que amare este fic, ya lo persivo (?) idk, zein es todo un malulo bc eh berda (?) cachai? no? bueno, andate a la mierda. (?) ahque. no sé que escribir, bola. sólo que me encantó el capítulo y me siguo enamorando de zayn cada vez más. y a jari le kbe por no estar ahí con ella :jum: idk, me da mucha paja para excribir algo más, so, bai .l.
Sunrise.
Re: falling } zayn malik.
Dios. ¡Zayn al rescate! Kajskaj Zayn pudo con esos cuatro y si no fuera por Peyton, también con Harry xd. ¡me encantó, me encantó, me encantó! Espero que la sigas pronto linda. Besos c:
Invitado
Invitado
Re: falling } zayn malik.
capítulo 3
Cuantas veces hubiera estado encantada de despertar por los tímidos rayos del sol penetrando las cortinas de mi alcoba, pero en su lugar lo hacia la molesta e irritante alarma de mi teléfono, ¿como alguien espera que tenga buen humor por las mañanas con eso?
Tirando de las colchas hacia un lado, salí de la cama en contra de mi voluntad congelándome al poner un pie en el suelo. También me hubiera encantado tener alfombra en lugar del frío parque que decoraba el piso. La puerta se abrió y por esta entro Luke, mi pequeño Golden luciendo un lindo sweater para perros tejido por mamá. Tantee mis piernas y él corrió hacia mi, dando un salto para sentarse sobre mi regazo. Lo acaricie con una mano mientras que con la otra buscaba mi teléfono por debajo de las sabanas y almohada. Tenía que recordar dejarlo sobre la mesa de luz a un costado de mi cama en la noche, y así no tener que buscarlo al otro día. Sin mensajes o llamadas. Esto era lo usual.
Luke dio un tierno bostezo que se me termino por contagiar. Me desplome de espaldas al colchón con él sobre mí y nos tape con las sabanas. No quería ir a la escuela, ni siquiera quería salir de la comodidad de mi cama que se hacia mas confortable conforme los pensamientos de que debía levantarme se hacían mas fuertes en mi cabeza. Hay personas que siempre enfrentan un nuevo día de la manera mas positiva que jamás vi. Luego estaba yo, y las personas como yo que apenas y podían abrir un ojo al comenzar el día. Sin contar que vivía sin ganas de hacer nada, lo que me hace cuestionarme el porque siempre estoy cansada.
Luke gruño cuando lo aparte de mí para poder levantarme e ir a tomar una ducha. Sinceramente me duchaba en la mañana ya que luego de un estresante día de escuela no me quedaban fuerzas para hacerlo antes de dormir. O tal vez si, pero eran muy pocas esas veces. Dure casi cuatro canciones en el baño antes de salir con una toalla envuelta al cuerpo y otra en mi cabeza. Busque mi ropa interior y el uniforme azul marino de la escuela, dejándolo sobre la cama donde Luke dormía plácidamente. Lo envidaba.
El olor a tocino y huevos me llamo desde el pie de las escaleras y lo seguí hasta la cocina, donde mamá terminaba de ponerlos en un plato para mí. Estaba segura que no iba a contarle lo sucedido de ayer por la noche a ella. Primero, iba a darle un ataque ante la idea su hija a punto de ser violada, luego iba a querer hacer una denuncia en la policía pero estaba consciente de que ni con eso atraparían a los chicos de anoche. Además se preocuparía, y mucho, y ya tenia otras cosas de que preocuparse para tener que sumarle otra mas. Al fin y al cabo estaba bien, no me había pasado nada. Gracias a él.
— ¿Hoy te quedaras con tu padre?—
Asentí sentándome en un taburete, apoyando mi bolso en el desayunador.
— Como todos los viernes.—canturrié sin ganas.
Mis padres estaba en proceso de divorcio hace como mas de un año. No entendía porque no terminaban de separarse y ya, era estúpido tratar de alargar algo que había terminado hace ya mucho tiempo. Cuando tenia once años se alejaron por primera vez y desde entonces no han hecho las pases ni lo harán. Estoy casi en mis diecisiete años de edad y se que nunca volveremos a ser una familia unida como alguna vez fuimos y no me molesta, últimamente tener padres divorciados es la cosa mas común del mundo. Como si fuera una moda.
Mamá me acaricio el rostro y me dio un ligero abrazo para desaparecer de la cocina. No me pareció extraño, ella siempre era así de cariñosa conmigo y lo adoraba. Aun que a veces llegaba a empalagar.
De: Harry.
Sal.
Termine de comer mi desayuno con algo de prisa al leer el mensaje de Harry. Deje el plato en el fregadero y tomando mi bolso corrí a la sala para buscar mis llaves. Mamá bajo en ese instante y me despedí de ella antes de salir por la puerta. Harry estaba estacionado frente a mi casa, esperando pacientemente. Camine hacia él a la vez que me abría la puerta del acompañante desde el interior.
— ¿Cómo estas?— preguntó apenas cerré la puerta.
— Bien— le sonreí abrochando el cinturón de seguridad—. ¿Tu?
Harry maniobro para salir de la entrada de mi casa y tomar la ruta a la escuela.
—También.— Y ahí acababa nuestra conversación matutina. Harry siempre iba concentrado al conducir cuando iba con él, era muy precavido en muchos sentidos. Abrí mi bolso buscando mi teléfono. Había tratado de ocultárselo a mamá lo más posible pero sabia que la suerte no iba a durarme mucho. Era un iPhone, el último que había salido, el regalo mas costoso que había recibido en mi cumpleaños y no me había durado ni un año. Ayer en todo lo ocurrido, justo después de que llamara a Harry y cuando apareció Zayn frente a mi, deje caer mi teléfono al suelo. Por consecuente, tenia la pantalla con un par de rajaduras. Apenas y podía usarlo ya que se me dificultaba al ser táctil. Necesitaba uno nuevo o tendría que mentirle a mamá sobre como lo había roto. Seguramente usaría la última opción.
— Peyton.— Voltee a ver a Harry quien me miraba extrañado, entonces caí en cuenta que habíamos llegado a la escuela. — ¿Seguro estas bien? Todo lo que te paso ayer...
— Estoy bien— lo interrumpí—. Lo de ayer pudo pasarle a cualquiera no solo a mi. Supongo que tuve suerte y fue solo un susto.
Harry suspiro pesadamente. Sabía que no iba a hablar más del tema, no hacia falta ya había pasado y esperaba que no se repita. Ambos salimos de la camioneta y entramos a la escuela, con suerte el día iba a pasarse mas rápido de lo que esperábamos.
— ¿Qué hay, Swan?—
Reí al verlo caminar hacia mí de manera provocadora. Dustin era uno de mis amigos más cercanos, junto con Sharon, Harry, Johan y Sophie, su hermana. Esta última era la más chica del grupo, iba a un grado anterior al de nosotros que ya íbamos a graduarnos este año. Dustin paso un brazo por mis hombros mientras caminábamos por la cafetería rumbo a buscar nuestro almuerzo. Nos pusimos en la cola a esperar que llegase nuestro turno. Mientras hablábamos note unos ojos ambarinos puestos en mi.
— Con que Malik, eh.— miré a Dustin frunciendo el ceño. — Oh, no me mires así. Sabes de lo que hablo.
Avanzamos un par de pasos en la fila y acomode un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
— No sé a que te refieres—conteste. Dustin alzo una ceja y sonrió petulante. Rodé los ojos, a sabiendas de que solo quería molestarme.
— Esta en mi clase, por si te interesa—bromeó—. Aun que es algo solitario, y raro. Sin duda son tan para cual.—rió.
Arroje mi puño a su hombro golpeándolo. —No soy rara.
— ¿Por qué siempre me pegas? Tu y Sharon deberían ir a un curso de control de la ira.—se quejo frotándose el brazo.
Reí y lo abrasé ligeramente de lado descansando mi cabeza en su hombro. Era divertido pelear con Dustin, éramos como hermanos junto con Harry. Creo que la confianza que tenía con ellos, no la tenía ni con Sharon. Era extraño. Nuestro turno en la fila llego al fin, y tomamos nuestras charolas con nuestro almuerzo de hoy. Una hamburguesa, una manzana, un pudín de chocolate con una mini botella de jugo de manzana. Seguí a Dustin hasta la mesa donde se encontraban los demás pero a mitad de camino voltee la vista al sentir el cosquilleo de unos ojos en mi espalda. Me encontré con Zayn mirándome desde la otra punta de la cafetería, sentado solo como de costumbre. Sólo estaba sentado y mirándome. No comía ni parecía tener intención de hacerlo. Tenía la espalda reposando en la pared y los brazos cruzados sobre su pecho mientras que sus pies descansaban sobre la mesa. Ese chico tenia tanta suerte de que ningún directivo nunca le dijera nada por su muy notable mala conducta.
— Peyton— me llamo Dustin—, vamos.
Asentí girando mi vista hacia Zayn por última vez. Sus ojos pardos se estrecharon en mí e inclino la cabeza hacia mí, ¿eso era un saludo, ¿no? De inmediato una leve sonrisa sin separar los labios tiro de las comisuras de mi boca. Un segundo después él se levanto y desapareció de mi vista. ¿Por qué de pronto sentí como si hubiera hecho algo que no debía? Sacudí la cabeza. No Peyton, no empieces con tus idioteces. Suspiré sentándome en la mesa con los demás. Trataría de tener un almuerzo en paz y socializar con mis amigos sin pensar en Zayn. No podía ser tan difícil.
De: Harry.
No me siento bien, el maestro Cohen hizo que me vinieran a buscar. Tendrás que ir a Laboratorio sola, perdón. x
Golpee la cabeza contra mi casillero haciendo eco en el pasillo. Era la primera clase de Laboratorio en el año dado el tiempo de licencia que había tenido la nueva maestra, Jhons. Hoy apenas entráramos al salón nos pondrían en parejas e iban a durar hasta fin de curso. Cuando supe que Harry era él único de mi grupo que le tocaba la misma clase, esperaba que fuera mi pareja de Laboratorio. Supongo que no será así.
Para: Harry.
Te odio. Mejórate, después de la escuela iré a ver como estas. Te quiero.
Teclee una respuesta lo más rápido que pude y se la envié guardando mi teléfono devuelta en su lugar antes de entrar al aula. Maldije internamente al ver a toda la clase ya dentro y separada en parejas. Oh vamos, no había llegado tan tarde.
— Llega tarde— me reprocho la maestra Jhons al verme—. Nombre.
— Swan, Peyton.
Ella garabateo en su libreta algo ilegible y levanto su vista hacia mí.— Recuerde el horario de entrada, Señorita Swan. No tolero llegadas tardes— asentí un tanto cohibida—. Tome asiento junto al alumno Malik. Será su pareja hasta finalizar el año.
Me congele frente a ella dando la espalda a toda la clase mirándola con los ojos como platos, no podía hablar enserio.
Tirando de las colchas hacia un lado, salí de la cama en contra de mi voluntad congelándome al poner un pie en el suelo. También me hubiera encantado tener alfombra en lugar del frío parque que decoraba el piso. La puerta se abrió y por esta entro Luke, mi pequeño Golden luciendo un lindo sweater para perros tejido por mamá. Tantee mis piernas y él corrió hacia mi, dando un salto para sentarse sobre mi regazo. Lo acaricie con una mano mientras que con la otra buscaba mi teléfono por debajo de las sabanas y almohada. Tenía que recordar dejarlo sobre la mesa de luz a un costado de mi cama en la noche, y así no tener que buscarlo al otro día. Sin mensajes o llamadas. Esto era lo usual.
Luke dio un tierno bostezo que se me termino por contagiar. Me desplome de espaldas al colchón con él sobre mí y nos tape con las sabanas. No quería ir a la escuela, ni siquiera quería salir de la comodidad de mi cama que se hacia mas confortable conforme los pensamientos de que debía levantarme se hacían mas fuertes en mi cabeza. Hay personas que siempre enfrentan un nuevo día de la manera mas positiva que jamás vi. Luego estaba yo, y las personas como yo que apenas y podían abrir un ojo al comenzar el día. Sin contar que vivía sin ganas de hacer nada, lo que me hace cuestionarme el porque siempre estoy cansada.
Luke gruño cuando lo aparte de mí para poder levantarme e ir a tomar una ducha. Sinceramente me duchaba en la mañana ya que luego de un estresante día de escuela no me quedaban fuerzas para hacerlo antes de dormir. O tal vez si, pero eran muy pocas esas veces. Dure casi cuatro canciones en el baño antes de salir con una toalla envuelta al cuerpo y otra en mi cabeza. Busque mi ropa interior y el uniforme azul marino de la escuela, dejándolo sobre la cama donde Luke dormía plácidamente. Lo envidaba.
El olor a tocino y huevos me llamo desde el pie de las escaleras y lo seguí hasta la cocina, donde mamá terminaba de ponerlos en un plato para mí. Estaba segura que no iba a contarle lo sucedido de ayer por la noche a ella. Primero, iba a darle un ataque ante la idea su hija a punto de ser violada, luego iba a querer hacer una denuncia en la policía pero estaba consciente de que ni con eso atraparían a los chicos de anoche. Además se preocuparía, y mucho, y ya tenia otras cosas de que preocuparse para tener que sumarle otra mas. Al fin y al cabo estaba bien, no me había pasado nada. Gracias a él.
— ¿Hoy te quedaras con tu padre?—
Asentí sentándome en un taburete, apoyando mi bolso en el desayunador.
— Como todos los viernes.—canturrié sin ganas.
Mis padres estaba en proceso de divorcio hace como mas de un año. No entendía porque no terminaban de separarse y ya, era estúpido tratar de alargar algo que había terminado hace ya mucho tiempo. Cuando tenia once años se alejaron por primera vez y desde entonces no han hecho las pases ni lo harán. Estoy casi en mis diecisiete años de edad y se que nunca volveremos a ser una familia unida como alguna vez fuimos y no me molesta, últimamente tener padres divorciados es la cosa mas común del mundo. Como si fuera una moda.
Mamá me acaricio el rostro y me dio un ligero abrazo para desaparecer de la cocina. No me pareció extraño, ella siempre era así de cariñosa conmigo y lo adoraba. Aun que a veces llegaba a empalagar.
De: Harry.
Sal.
Termine de comer mi desayuno con algo de prisa al leer el mensaje de Harry. Deje el plato en el fregadero y tomando mi bolso corrí a la sala para buscar mis llaves. Mamá bajo en ese instante y me despedí de ella antes de salir por la puerta. Harry estaba estacionado frente a mi casa, esperando pacientemente. Camine hacia él a la vez que me abría la puerta del acompañante desde el interior.
— ¿Cómo estas?— preguntó apenas cerré la puerta.
— Bien— le sonreí abrochando el cinturón de seguridad—. ¿Tu?
Harry maniobro para salir de la entrada de mi casa y tomar la ruta a la escuela.
—También.— Y ahí acababa nuestra conversación matutina. Harry siempre iba concentrado al conducir cuando iba con él, era muy precavido en muchos sentidos. Abrí mi bolso buscando mi teléfono. Había tratado de ocultárselo a mamá lo más posible pero sabia que la suerte no iba a durarme mucho. Era un iPhone, el último que había salido, el regalo mas costoso que había recibido en mi cumpleaños y no me había durado ni un año. Ayer en todo lo ocurrido, justo después de que llamara a Harry y cuando apareció Zayn frente a mi, deje caer mi teléfono al suelo. Por consecuente, tenia la pantalla con un par de rajaduras. Apenas y podía usarlo ya que se me dificultaba al ser táctil. Necesitaba uno nuevo o tendría que mentirle a mamá sobre como lo había roto. Seguramente usaría la última opción.
— Peyton.— Voltee a ver a Harry quien me miraba extrañado, entonces caí en cuenta que habíamos llegado a la escuela. — ¿Seguro estas bien? Todo lo que te paso ayer...
— Estoy bien— lo interrumpí—. Lo de ayer pudo pasarle a cualquiera no solo a mi. Supongo que tuve suerte y fue solo un susto.
Harry suspiro pesadamente. Sabía que no iba a hablar más del tema, no hacia falta ya había pasado y esperaba que no se repita. Ambos salimos de la camioneta y entramos a la escuela, con suerte el día iba a pasarse mas rápido de lo que esperábamos.
* * *
En el receso busque a Sharon en la cafetería, pero me tope con Dustin a medio camino.— ¿Qué hay, Swan?—
Reí al verlo caminar hacia mí de manera provocadora. Dustin era uno de mis amigos más cercanos, junto con Sharon, Harry, Johan y Sophie, su hermana. Esta última era la más chica del grupo, iba a un grado anterior al de nosotros que ya íbamos a graduarnos este año. Dustin paso un brazo por mis hombros mientras caminábamos por la cafetería rumbo a buscar nuestro almuerzo. Nos pusimos en la cola a esperar que llegase nuestro turno. Mientras hablábamos note unos ojos ambarinos puestos en mi.
— Con que Malik, eh.— miré a Dustin frunciendo el ceño. — Oh, no me mires así. Sabes de lo que hablo.
Avanzamos un par de pasos en la fila y acomode un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
— No sé a que te refieres—conteste. Dustin alzo una ceja y sonrió petulante. Rodé los ojos, a sabiendas de que solo quería molestarme.
— Esta en mi clase, por si te interesa—bromeó—. Aun que es algo solitario, y raro. Sin duda son tan para cual.—rió.
Arroje mi puño a su hombro golpeándolo. —No soy rara.
— ¿Por qué siempre me pegas? Tu y Sharon deberían ir a un curso de control de la ira.—se quejo frotándose el brazo.
Reí y lo abrasé ligeramente de lado descansando mi cabeza en su hombro. Era divertido pelear con Dustin, éramos como hermanos junto con Harry. Creo que la confianza que tenía con ellos, no la tenía ni con Sharon. Era extraño. Nuestro turno en la fila llego al fin, y tomamos nuestras charolas con nuestro almuerzo de hoy. Una hamburguesa, una manzana, un pudín de chocolate con una mini botella de jugo de manzana. Seguí a Dustin hasta la mesa donde se encontraban los demás pero a mitad de camino voltee la vista al sentir el cosquilleo de unos ojos en mi espalda. Me encontré con Zayn mirándome desde la otra punta de la cafetería, sentado solo como de costumbre. Sólo estaba sentado y mirándome. No comía ni parecía tener intención de hacerlo. Tenía la espalda reposando en la pared y los brazos cruzados sobre su pecho mientras que sus pies descansaban sobre la mesa. Ese chico tenia tanta suerte de que ningún directivo nunca le dijera nada por su muy notable mala conducta.
— Peyton— me llamo Dustin—, vamos.
Asentí girando mi vista hacia Zayn por última vez. Sus ojos pardos se estrecharon en mí e inclino la cabeza hacia mí, ¿eso era un saludo, ¿no? De inmediato una leve sonrisa sin separar los labios tiro de las comisuras de mi boca. Un segundo después él se levanto y desapareció de mi vista. ¿Por qué de pronto sentí como si hubiera hecho algo que no debía? Sacudí la cabeza. No Peyton, no empieces con tus idioteces. Suspiré sentándome en la mesa con los demás. Trataría de tener un almuerzo en paz y socializar con mis amigos sin pensar en Zayn. No podía ser tan difícil.
* * *
Bueno, me retracto. Desde la hora del almuerzo no dejaba de pensar en Zayn, no entendía por qué demonios no podía dejar de hacerlo. Quiero decir, eran solo pensamientos sin sentidos. Algunos, otros no tanto. Me preguntaba el porque de su constante soledad. Parecía tan reservado y frío. Frío y calculador. Típico de alguien que había sido lastimado con anterioridad y no quería volver a pasar por lo mismo. Por eso creaban como una especie de muralla a su alrededor apartándose de todos. Conocía a muchas personas así pero la pregunta era, ¿será él así? ¿Ó solo era de carácter algo duro? Sin olvidar lo misterioso. Siempre apareciendo y desapareciendo constantemente. Dustin tenía razón. Misterioso y raro eran las dos características que predominaban en Zayn. Inspiré profundamente tomando el libro de laboratorio para mi última clase del día. Mi iPhone vibro en el bolsillo de mi remera y lo tome con delicadeza. No quería arruinarlo más de lo que estaba. En la pantalla se veía un mensaje nuevo. Batalle para intentar desbloquear el aparato hasta lograr verlo.De: Harry.
No me siento bien, el maestro Cohen hizo que me vinieran a buscar. Tendrás que ir a Laboratorio sola, perdón. x
Golpee la cabeza contra mi casillero haciendo eco en el pasillo. Era la primera clase de Laboratorio en el año dado el tiempo de licencia que había tenido la nueva maestra, Jhons. Hoy apenas entráramos al salón nos pondrían en parejas e iban a durar hasta fin de curso. Cuando supe que Harry era él único de mi grupo que le tocaba la misma clase, esperaba que fuera mi pareja de Laboratorio. Supongo que no será así.
Para: Harry.
Te odio. Mejórate, después de la escuela iré a ver como estas. Te quiero.
Teclee una respuesta lo más rápido que pude y se la envié guardando mi teléfono devuelta en su lugar antes de entrar al aula. Maldije internamente al ver a toda la clase ya dentro y separada en parejas. Oh vamos, no había llegado tan tarde.
— Llega tarde— me reprocho la maestra Jhons al verme—. Nombre.
— Swan, Peyton.
Ella garabateo en su libreta algo ilegible y levanto su vista hacia mí.— Recuerde el horario de entrada, Señorita Swan. No tolero llegadas tardes— asentí un tanto cohibida—. Tome asiento junto al alumno Malik. Será su pareja hasta finalizar el año.
Me congele frente a ella dando la espalda a toda la clase mirándola con los ojos como platos, no podía hablar enserio.
- holop.:
- subí ahora bc si :jum:perdonen por tarder:c y uhm, voy a subir otro creo
bhavi.
Re: falling } zayn malik.
capítulo 4
Inspiro hondo mientras movía sus pies directo a su asiento, colocando su bolso en el suelo a un lado de su silla y su libro sobre la mesa. No le alcanzaban las palabras para maldecir a Harry mentalmente. Si bien la maestra o maestro a cargo de la clase elegía las parejas de Laboratorio, tal vez conseguía que la sentasen con él o cualquier otro alumno. No pensó en la posibilidad de tener a Zayn de compañero, ni siquiera sabia que tomarían la misma clase. Suspiro. Estaba haciendo todo un drama de algo minúsculo. No era amiga de Zayn, ¿entonces por que le importaba tanto aquello?
— Saquen sus cuadernos, carpetas o lo que vallan a utilizar para los apuntes que tomaran en esta clase— dijo la Srta. Jhons—. Empezaremos con teoría básica, luego al pasar las clases haremos trabajos que bien pueden ser entregados en el día, o en una fecha que yo les indique. También habrán proyectos que serán gran parte de su calificación en esta clase ya que decidí no hacer exámenes, ¿de acuerdo?
Todos corearon un «si» y esta se volteo hacia la pizarra donde comenzó a escribir sobre el tema que tratarían esa clase. Peyton abrió su cuaderno tomando el bolígrafo situado estratégicamente en el espiral, y comenzó a tomar apuntes de la pizarra. Pero para su mala suerte de siempre, la tinta de su bolígrafo se había evaporado. Golpeteo nerviosa con este sobre el cuaderno sin saber si pedirle a alguien que le prestase uno o decirle a la Srta. Jhons. Tomo su bolso rebuscando en el algo con que poder escribir, pero recordó que le había dado el que tenia adicional a Johan. Se golpeo la frente internamente. Entonces noto a alguien removerse a su lado. Zayn recogió su mochila del suelo y rebusco en ella. Un momento después saco un bolígrafo y lo extendió hacia su compañera. Peyton dejo caer el suyo sobre la mesa con algo de sorpresa. Dudosa, tomo el que Zayn le ofrecía musito un tímido «gracias». El chico asintió volcando su vista al frente mientras seguía garabateando en su cuaderno casi ignorándola por completo.
— Haré una visita a dirección. No tardo.— advirtió mirando a todos seriamente para luego salir del aula con el constante sonido de sus tacones en el suelo. Todo el aula comenzó a hablar entre si ante la ausencia de la maestra. Los únicos en silencio eran ellos dos. Zayn jugueteaba con el bolígrafo en sus manos y la vista clavada al frente. Decidida y juntando coraje se giro hacia él sobre el taburete quedando de frente a su cuerpo.
— Ayer... ayer no me dejaste darte las gracias— las palabras temblaron en sus labios por alguna razón—. G-gracias. Enserio.
Zayn detuvo sus manos y giro sus ojos a ella sin cambiar su postura con los brazos descansando sobre la mesa. La miro expectante esperando que dijese algo mas, pero la chica se mantuvo en silencio mordiendo su mejilla por dentro.
— Seguro.— contesto. Volvió su vista al frente notando a su compañía moverse inquieta a su lado. Suspiro pesadamente esperando impaciente que la clase terminara mientras seguía moviendo el bolígrafo en sus manos. Gracias a sus palabras de agradecimiento para él, los sucesos de la noche anterior no tardaron en aparecer en su mente.
Había discutido con su madre al llegar a casa. Siempre era lo mismo, siempre se trataba de él y lo que hacia con su vida. Ese no era problema de nadie más que suyo, le molestaba el que los demás no pudieran entenderlo. Al escapar de ello camino sin rumbo por los alrededores. Era de noche, pero estaba acostumbrado a salir a esa hora. Sabía defenderse en caso de que algo sucediera. En su cabeza se repetían las escenas con su madre. Su vida se había convertido en lo peor luego del accidente de su padre. Rebusco en sus bolsillos la cajetilla de cigarros cuando una silueta a metros de él llamo su atención. Olvidando todo, corrió lo más rápido que pudo al ver como la metían en un callejón a la fuerza. Entonces la vio. Aterrada, cerrando con fuerza los ojos mientras lloraba en silencio. Las imágenes siguientes fueron borrosas, pero recordaba los hechos. Haber golpeado a dos de ellos, los otros habían escapado al verse en aprietos, pensando que no tardaría en aparecer alguien mas. Uno lo había golpeado en el estomago con la rodilla antes de huir cuando Zayn logro dejar inconsciente a su compañero. Ignorando el dolor, se acerco a la chica para intentar ayudarla pero esta aun estaba asustada. Sus grandes pupilas marrones dibujaban su reflejo en ellos como un espejo. Sacudió la cabeza cuando la maestra Jhons volvió al aula. Miro por el rabillo de ojo a Peyton, quien se frustraba presionando la pantalla de su móvil con fuerza. Enojada, lo arrojo sobre la mesa mientras se tiraba el cabello hacia atrás sobre su espalda dejando al descubierto su rostro de perfil. Suspiro exasperada y le saco la lengua al aparato en un acto sumamente infantil. Zayn reprimió una carcajada que Peyton noto. Sus mejillas de tintaron de un rosa vergonzoso evitando los ojos mieles. Pronto la campana sonó y ella recogió todo a prisa al igual que el resto del aula.
La idea de visitar a papá todo el fin de semana era algo que me gustaba pero a la vez detestaba. Al igual que mamá había conocido a alguien mas, también lo había hecho él. Pero Mark, novio de mamá, era una excelente persona y se notaba que la amaba, nos ama, a comparación de Carol, la ya prometida de papá, una mujer sumamente engreída. Sin hablar de su hijo, Colin, quien era un par de años mas grande que yo. Él por su parte, era el típico chico que esta con miles de mujeres y a la vez con ninguna. Nunca, en los cuatro años que lo conozco, supe de alguna novia suya. Solo chicas con las que pasaba el tiempo... o compartía la cama. No lo odiaba, pero si le tenia cierta antipatía.
Mirando por la ventanilla a mi lado recordé que le había dicho a Harry que iría a verlo al salir de la escuela, cosa que no había hecho. Cuando llegase a casa de papá le pediría permiso para visitar a mi convaleciente amigo. También recordé cuando ayer mientras llegábamos a casa de Sharon, Harry me había preguntado sobre mis planes para mañana en la tarde, pero cuando le dije no haría nada que solo había asentido. Sinceramente a veces era tan complicado entender alguna de las actitudes de Harry, que no me molestaba en hacerlo. Ya me había acostumbrado a su extraña forma de ser, al igual que su poco decente hobbie de andar muy ligero de ropa en su casa, aun cuando yo estaba presente.
El conductor del autobús hizo sonar la bocina apartándome de mis pensamientos. Mis mejillas se calentaron al darme cuenta que había llegado a mi destino y era la única aun en el autobús que terminaba allí su recorrido. Baje rápidamente y camine las pocas calles restantes hasta la casa de mi padre situada justo en una esquina. Busque mi juego de llaves al llegar y abrí la puerta encontrándome con papá en la sala.
— Hola.—lo salude abrazándolo. Él sonrió y serpenteo sus brazos alrededor de mi cintura sentándome sobre su regazo.
— ¿Cómo has estado? ¿Como va la escuela?—
—De maravilla. — conteste en general. Tenia que admitir que había veces en que extrañaba a papá, a pesar de verlo dos días a la semana sentía que aquello no me alcanzaba. Lo quería conmigo, todos los días, como cuando era pequeña y al despertar después de una noche de pesadillas lo veía a mi lado durmiendo en la estrecha cama de mi cuarto. No podía quejarme, él había sido y era un padre ejemplar para mí y lo amaba con toda mi alma. Extrañaba verlo junto a mamá mientras ella cocinaba y él la molestaba haciéndola reír como una adolescente. Sin dudas mis primeros siete u ocho años de mi vida habían sido los mejores con ellos juntos como un feliz matrimonio y una familia.
—Peyton, ¿qué sucede?—pregunto al ver mi repentino cambio de humor.
Negué con la cabeza hundiendo mi rostro en el hueco de su cuello aspirando su perfume.
— Nada—murmure—. Sólo te hecho mucho de menos.
Sus brazos aumentaron su fuerza a mi alrededor y supe que a él le pasaba igual.
— Hola...— susurré.
Harry entreabrió los ojos mostrando una suave inclinación de sus comisuras en una media sonrisa.
— Viniste.— dijo con voz ronca aun con notable cansancio.
— Te dije que lo haría, ¿no?—movió la cabeza en «si» sin levantarla de la almohada—. ¿Qué tienes?
— No lo sé, no me siento muy bien.
— ¿No has comido algo que creas que te haya caído mal?
Se mantuvo en silencio mirando la pared frente a él por un momento y luego volver sus ojos a mí.
— La comida de la cafetería.
Incline el gesto cuando la puerta volvió a abrirse y por esta entro su madre con una bandeja en sus manos. Harry tomo las colchas y se tapo hasta la cabeza al verla entrar con comida.
— Le hice un poco de sopa, es de pollo— dijo dándome la bandeja—. Que la tome, le hará bien —asentí sonriéndole—. Oblígalo si hace falta.
Anne me guiño un ojo antes de caminar hacia la puerta de nuevo. Cuando se fue, Harry salio de su escondite bufando. Se dio vuelta apoyándose sobre sus codos, peinando sus rizos con una mano y barriéndolos a un lado de su cara con la otra.
— No voy a comer eso.
— Lo harás si no quieres verme enojada—le advertí—. Siéntate.
Arqueo una ceja mirándome serio, y lo imite poniendo mi mejor cara de amenaza. Suspirando, me obedeció sin muchas ganas recostando su espalda en el respaldo de su cama cruzando los brazos sobre su pecho como protesta.
— Oh, vamos. ¿Cuantos años tienes? ¿Cinco? Es solo sopa.—dije acomodando la bandeja sobre sus piernas— Eres peor que un niño pequeño.
— La comida me tiene así, ¿y tu remedio es que siga comiendo?
— Mi remedio es que comas eso si no quieres que te lo haga comer a la fuerza.
— No lo harías— dijo retadoramente.
— ¿Quieres probar?
Estrecho sus ojos verdes en mí mientras tomaba la cuchara y removía la sopa con repulsión. Asegurándome de que estuviera comiendo, «y lo hacia», me levante para acomodar su uniforme escolar que estaba desparramado sobre el suelo. Harry siempre era limpio y ordenado con todo, por lo que me pareció raro hallar la ropa regada en todo el piso menos en su lugar. Al levantar sus pantalones, un par de boxers negros cayeron de entremedio de estos. Los levante tomándolos con la punta de mis dedos mirando a Harry. Él al sentir mi mirada aparto la suya del plato de sopa hacia a mi. Paso sus ojos de la ropa en mis dedos a mi cara, sonriendo de lado.
— ¿Tu...
— Es mas cómodo para dormir.— explicó ante la obvia desnudes que tenia bajo las sabanas.
— Oh por dios.— Solté la prenda de mis dedos repulsivamente, sintiendo un incomodo cosquilleo en todo mi cuerpo. Él reprimió una carcajada llevando una cucharada de sopa a su boca, con una petulante sonrisa en sus labios. — Eres imposible.
— Soy humano—replico, aun sonriendo. Negué rodando los ojos, y guarde su ropa en perchas individuales dentro de su ropero evitando volver a tocar sus boxers. Antes de cerrar la puerta, vi una foto muy familiar pegada en esta del lado de adentro. Una pequeña niña de cabello negro y ojos marrones estaba sentada sobre un tronco en el suelo, luciendo un lindo vestido con tiras de color rosa chillón. Era yo a los cuatro o cinco años, de vacaciones en Brighton, según me había contado mamá una vez al ver la misma foto en uno de nuestro viejos albums de fotos. Sonreí antes de girarme hacia Harry.
— No sabia que tenias esa foto.
Él levanto la mirada frunciendo el entrecejo.— ¿Hmm?
Di un paso hacia el costado para que viera de qué imagen le hablaba. Cuando fijo sus ojos en ella tosió escupiendo casi toda la sopa, levante un ceja mirándolo extrañada.
— Yo...b-bueno... —tartamudeo. Cambie mi peso de pie, esperando a que continuase—. Sonia me la obsequio—farfullo volcando su vista al plato frente a él. Sonia, era el nombre de mi madre. Bueno, lo es aun.
— Que raro, ni siquiera sabia que se la habías pedido o que la habías visto alguna vez—dije cerrando las puertas del placard. Camine hasta su cama, gateando en esta hasta llegar a su lado y sentarme sobre mis tobillos. Suspire tomando una novela de su repisa de libros, con la idea de leer algunas páginas mientras esperaba a que terminara de comer. Algo de entre todas las cosas que teníamos en común, era nuestro amor a los libros. Aun que Harry a veces prefería las películas, mayormente eran los libros de suspenso, drama y rara vez romance, los que llamaban nuestra atención. Como la copia de Hush Hush por Becca Fitzpatrick que sostenía en mis manos. Recuerdo la primera vez que me había topado con esta novela en la pequeña librería que estaba cerca de la escuela. Había obligado a Harry a leerla conmigo, y desde ese momento me enamore de ese libro y los siguientes de la saga. Mi favorito era Silence, en el cual le borraban la memoria a Nora, pero luego la recupera y puede estar con Patch.
—Imaginaba que enamorarse de Patch era como lamer ese cristal. Sabía que era una estupidez. Sabía que lastimaba. Después de tantos años una cosa no había cambiado—voltee a ver a Harry quien mantenía una pequeña sonrisa en sus labios—, me seguía atrayendo el peligro—concluyó con una de mis citas favoritas de, justamente el libro en mis manos. Sonrió apartando la bandeja al terminar de comer, la coloco sobre la cómoda. Despeino y volvió a peinar sus rizos, esta vez elevándolos al frente.
— ¿Sigues disponible mañana en la tarde?—pregunto sacándome la novela de las manos y hojearla un momento antes de colocarlo de vuelta en la repisa. Asentí.
— Genial. Porque tengo campeonato de fútbol, y quería que fueras a verme.
Volví a asentir emocionada.
— Allí estaré.
— Saquen sus cuadernos, carpetas o lo que vallan a utilizar para los apuntes que tomaran en esta clase— dijo la Srta. Jhons—. Empezaremos con teoría básica, luego al pasar las clases haremos trabajos que bien pueden ser entregados en el día, o en una fecha que yo les indique. También habrán proyectos que serán gran parte de su calificación en esta clase ya que decidí no hacer exámenes, ¿de acuerdo?
Todos corearon un «si» y esta se volteo hacia la pizarra donde comenzó a escribir sobre el tema que tratarían esa clase. Peyton abrió su cuaderno tomando el bolígrafo situado estratégicamente en el espiral, y comenzó a tomar apuntes de la pizarra. Pero para su mala suerte de siempre, la tinta de su bolígrafo se había evaporado. Golpeteo nerviosa con este sobre el cuaderno sin saber si pedirle a alguien que le prestase uno o decirle a la Srta. Jhons. Tomo su bolso rebuscando en el algo con que poder escribir, pero recordó que le había dado el que tenia adicional a Johan. Se golpeo la frente internamente. Entonces noto a alguien removerse a su lado. Zayn recogió su mochila del suelo y rebusco en ella. Un momento después saco un bolígrafo y lo extendió hacia su compañera. Peyton dejo caer el suyo sobre la mesa con algo de sorpresa. Dudosa, tomo el que Zayn le ofrecía musito un tímido «gracias». El chico asintió volcando su vista al frente mientras seguía garabateando en su cuaderno casi ignorándola por completo.
* * *
El reloj que colgaba en el centro de la pared sobre la pizarra parecía haberse roto o algo marcando la hora con extrema lentitud. Lo bueno era que al fin solo faltaban un par de minutos para finalizar. La Srta. Jhons se levanto de su asiento inspeccionando una carpetilla en sus manos.— Haré una visita a dirección. No tardo.— advirtió mirando a todos seriamente para luego salir del aula con el constante sonido de sus tacones en el suelo. Todo el aula comenzó a hablar entre si ante la ausencia de la maestra. Los únicos en silencio eran ellos dos. Zayn jugueteaba con el bolígrafo en sus manos y la vista clavada al frente. Decidida y juntando coraje se giro hacia él sobre el taburete quedando de frente a su cuerpo.
— Ayer... ayer no me dejaste darte las gracias— las palabras temblaron en sus labios por alguna razón—. G-gracias. Enserio.
Zayn detuvo sus manos y giro sus ojos a ella sin cambiar su postura con los brazos descansando sobre la mesa. La miro expectante esperando que dijese algo mas, pero la chica se mantuvo en silencio mordiendo su mejilla por dentro.
— Seguro.— contesto. Volvió su vista al frente notando a su compañía moverse inquieta a su lado. Suspiro pesadamente esperando impaciente que la clase terminara mientras seguía moviendo el bolígrafo en sus manos. Gracias a sus palabras de agradecimiento para él, los sucesos de la noche anterior no tardaron en aparecer en su mente.
Había discutido con su madre al llegar a casa. Siempre era lo mismo, siempre se trataba de él y lo que hacia con su vida. Ese no era problema de nadie más que suyo, le molestaba el que los demás no pudieran entenderlo. Al escapar de ello camino sin rumbo por los alrededores. Era de noche, pero estaba acostumbrado a salir a esa hora. Sabía defenderse en caso de que algo sucediera. En su cabeza se repetían las escenas con su madre. Su vida se había convertido en lo peor luego del accidente de su padre. Rebusco en sus bolsillos la cajetilla de cigarros cuando una silueta a metros de él llamo su atención. Olvidando todo, corrió lo más rápido que pudo al ver como la metían en un callejón a la fuerza. Entonces la vio. Aterrada, cerrando con fuerza los ojos mientras lloraba en silencio. Las imágenes siguientes fueron borrosas, pero recordaba los hechos. Haber golpeado a dos de ellos, los otros habían escapado al verse en aprietos, pensando que no tardaría en aparecer alguien mas. Uno lo había golpeado en el estomago con la rodilla antes de huir cuando Zayn logro dejar inconsciente a su compañero. Ignorando el dolor, se acerco a la chica para intentar ayudarla pero esta aun estaba asustada. Sus grandes pupilas marrones dibujaban su reflejo en ellos como un espejo. Sacudió la cabeza cuando la maestra Jhons volvió al aula. Miro por el rabillo de ojo a Peyton, quien se frustraba presionando la pantalla de su móvil con fuerza. Enojada, lo arrojo sobre la mesa mientras se tiraba el cabello hacia atrás sobre su espalda dejando al descubierto su rostro de perfil. Suspiro exasperada y le saco la lengua al aparato en un acto sumamente infantil. Zayn reprimió una carcajada que Peyton noto. Sus mejillas de tintaron de un rosa vergonzoso evitando los ojos mieles. Pronto la campana sonó y ella recogió todo a prisa al igual que el resto del aula.
* * *
Peyton's POV.
Salí casi corriendo de la escuela para alcanzar el autobús a casa de papá ya que Harry no estaba para llevarme como siempre. Minutos después llego, y subí pagando mi boleto me senté en los asientos del fondo. Tome mi ipod y me puse a escuchar música por los siguientes treinta minutos que duraba el viaje.La idea de visitar a papá todo el fin de semana era algo que me gustaba pero a la vez detestaba. Al igual que mamá había conocido a alguien mas, también lo había hecho él. Pero Mark, novio de mamá, era una excelente persona y se notaba que la amaba, nos ama, a comparación de Carol, la ya prometida de papá, una mujer sumamente engreída. Sin hablar de su hijo, Colin, quien era un par de años mas grande que yo. Él por su parte, era el típico chico que esta con miles de mujeres y a la vez con ninguna. Nunca, en los cuatro años que lo conozco, supe de alguna novia suya. Solo chicas con las que pasaba el tiempo... o compartía la cama. No lo odiaba, pero si le tenia cierta antipatía.
Mirando por la ventanilla a mi lado recordé que le había dicho a Harry que iría a verlo al salir de la escuela, cosa que no había hecho. Cuando llegase a casa de papá le pediría permiso para visitar a mi convaleciente amigo. También recordé cuando ayer mientras llegábamos a casa de Sharon, Harry me había preguntado sobre mis planes para mañana en la tarde, pero cuando le dije no haría nada que solo había asentido. Sinceramente a veces era tan complicado entender alguna de las actitudes de Harry, que no me molestaba en hacerlo. Ya me había acostumbrado a su extraña forma de ser, al igual que su poco decente hobbie de andar muy ligero de ropa en su casa, aun cuando yo estaba presente.
El conductor del autobús hizo sonar la bocina apartándome de mis pensamientos. Mis mejillas se calentaron al darme cuenta que había llegado a mi destino y era la única aun en el autobús que terminaba allí su recorrido. Baje rápidamente y camine las pocas calles restantes hasta la casa de mi padre situada justo en una esquina. Busque mi juego de llaves al llegar y abrí la puerta encontrándome con papá en la sala.
— Hola.—lo salude abrazándolo. Él sonrió y serpenteo sus brazos alrededor de mi cintura sentándome sobre su regazo.
— ¿Cómo has estado? ¿Como va la escuela?—
—De maravilla. — conteste en general. Tenia que admitir que había veces en que extrañaba a papá, a pesar de verlo dos días a la semana sentía que aquello no me alcanzaba. Lo quería conmigo, todos los días, como cuando era pequeña y al despertar después de una noche de pesadillas lo veía a mi lado durmiendo en la estrecha cama de mi cuarto. No podía quejarme, él había sido y era un padre ejemplar para mí y lo amaba con toda mi alma. Extrañaba verlo junto a mamá mientras ella cocinaba y él la molestaba haciéndola reír como una adolescente. Sin dudas mis primeros siete u ocho años de mi vida habían sido los mejores con ellos juntos como un feliz matrimonio y una familia.
—Peyton, ¿qué sucede?—pregunto al ver mi repentino cambio de humor.
Negué con la cabeza hundiendo mi rostro en el hueco de su cuello aspirando su perfume.
— Nada—murmure—. Sólo te hecho mucho de menos.
Sus brazos aumentaron su fuerza a mi alrededor y supe que a él le pasaba igual.
* * *
Golpee la puerta del cuarto de mi amigo antes de pasar. Sonreí al verlo profundamente dormido, boca abajo sobre la cama tapado hasta la cintura con su torso desnudo, camine sigilosamente hasta él sentándome con cuidado a su lado. Se veía muy pálido y algo cansado aun durmiendo. Encendí la luz de la lámpara sobre la cómoda a un lado de la cama, provocando que se removiera incómodo.— Hola...— susurré.
Harry entreabrió los ojos mostrando una suave inclinación de sus comisuras en una media sonrisa.
— Viniste.— dijo con voz ronca aun con notable cansancio.
— Te dije que lo haría, ¿no?—movió la cabeza en «si» sin levantarla de la almohada—. ¿Qué tienes?
— No lo sé, no me siento muy bien.
— ¿No has comido algo que creas que te haya caído mal?
Se mantuvo en silencio mirando la pared frente a él por un momento y luego volver sus ojos a mí.
— La comida de la cafetería.
Incline el gesto cuando la puerta volvió a abrirse y por esta entro su madre con una bandeja en sus manos. Harry tomo las colchas y se tapo hasta la cabeza al verla entrar con comida.
— Le hice un poco de sopa, es de pollo— dijo dándome la bandeja—. Que la tome, le hará bien —asentí sonriéndole—. Oblígalo si hace falta.
Anne me guiño un ojo antes de caminar hacia la puerta de nuevo. Cuando se fue, Harry salio de su escondite bufando. Se dio vuelta apoyándose sobre sus codos, peinando sus rizos con una mano y barriéndolos a un lado de su cara con la otra.
— No voy a comer eso.
— Lo harás si no quieres verme enojada—le advertí—. Siéntate.
Arqueo una ceja mirándome serio, y lo imite poniendo mi mejor cara de amenaza. Suspirando, me obedeció sin muchas ganas recostando su espalda en el respaldo de su cama cruzando los brazos sobre su pecho como protesta.
— Oh, vamos. ¿Cuantos años tienes? ¿Cinco? Es solo sopa.—dije acomodando la bandeja sobre sus piernas— Eres peor que un niño pequeño.
— La comida me tiene así, ¿y tu remedio es que siga comiendo?
— Mi remedio es que comas eso si no quieres que te lo haga comer a la fuerza.
— No lo harías— dijo retadoramente.
— ¿Quieres probar?
Estrecho sus ojos verdes en mí mientras tomaba la cuchara y removía la sopa con repulsión. Asegurándome de que estuviera comiendo, «y lo hacia», me levante para acomodar su uniforme escolar que estaba desparramado sobre el suelo. Harry siempre era limpio y ordenado con todo, por lo que me pareció raro hallar la ropa regada en todo el piso menos en su lugar. Al levantar sus pantalones, un par de boxers negros cayeron de entremedio de estos. Los levante tomándolos con la punta de mis dedos mirando a Harry. Él al sentir mi mirada aparto la suya del plato de sopa hacia a mi. Paso sus ojos de la ropa en mis dedos a mi cara, sonriendo de lado.
— ¿Tu...
— Es mas cómodo para dormir.— explicó ante la obvia desnudes que tenia bajo las sabanas.
— Oh por dios.— Solté la prenda de mis dedos repulsivamente, sintiendo un incomodo cosquilleo en todo mi cuerpo. Él reprimió una carcajada llevando una cucharada de sopa a su boca, con una petulante sonrisa en sus labios. — Eres imposible.
— Soy humano—replico, aun sonriendo. Negué rodando los ojos, y guarde su ropa en perchas individuales dentro de su ropero evitando volver a tocar sus boxers. Antes de cerrar la puerta, vi una foto muy familiar pegada en esta del lado de adentro. Una pequeña niña de cabello negro y ojos marrones estaba sentada sobre un tronco en el suelo, luciendo un lindo vestido con tiras de color rosa chillón. Era yo a los cuatro o cinco años, de vacaciones en Brighton, según me había contado mamá una vez al ver la misma foto en uno de nuestro viejos albums de fotos. Sonreí antes de girarme hacia Harry.
— No sabia que tenias esa foto.
Él levanto la mirada frunciendo el entrecejo.— ¿Hmm?
Di un paso hacia el costado para que viera de qué imagen le hablaba. Cuando fijo sus ojos en ella tosió escupiendo casi toda la sopa, levante un ceja mirándolo extrañada.
— Yo...b-bueno... —tartamudeo. Cambie mi peso de pie, esperando a que continuase—. Sonia me la obsequio—farfullo volcando su vista al plato frente a él. Sonia, era el nombre de mi madre. Bueno, lo es aun.
— Que raro, ni siquiera sabia que se la habías pedido o que la habías visto alguna vez—dije cerrando las puertas del placard. Camine hasta su cama, gateando en esta hasta llegar a su lado y sentarme sobre mis tobillos. Suspire tomando una novela de su repisa de libros, con la idea de leer algunas páginas mientras esperaba a que terminara de comer. Algo de entre todas las cosas que teníamos en común, era nuestro amor a los libros. Aun que Harry a veces prefería las películas, mayormente eran los libros de suspenso, drama y rara vez romance, los que llamaban nuestra atención. Como la copia de Hush Hush por Becca Fitzpatrick que sostenía en mis manos. Recuerdo la primera vez que me había topado con esta novela en la pequeña librería que estaba cerca de la escuela. Había obligado a Harry a leerla conmigo, y desde ese momento me enamore de ese libro y los siguientes de la saga. Mi favorito era Silence, en el cual le borraban la memoria a Nora, pero luego la recupera y puede estar con Patch.
—Imaginaba que enamorarse de Patch era como lamer ese cristal. Sabía que era una estupidez. Sabía que lastimaba. Después de tantos años una cosa no había cambiado—voltee a ver a Harry quien mantenía una pequeña sonrisa en sus labios—, me seguía atrayendo el peligro—concluyó con una de mis citas favoritas de, justamente el libro en mis manos. Sonrió apartando la bandeja al terminar de comer, la coloco sobre la cómoda. Despeino y volvió a peinar sus rizos, esta vez elevándolos al frente.
— ¿Sigues disponible mañana en la tarde?—pregunto sacándome la novela de las manos y hojearla un momento antes de colocarlo de vuelta en la repisa. Asentí.
— Genial. Porque tengo campeonato de fútbol, y quería que fueras a verme.
Volví a asentir emocionada.
— Allí estaré.
- holop.:
- subí otro
bhavi.
Re: falling } zayn malik.
HOLA.
Me encanta esta novela , muchas gracias por adaptarla!!
Zayn es tan misterioso y lindo al mismo tiempo ♥ Harry esta enamorado de Peyton -Para mi -
Harold duerme desnudo y hace problema para tomar sopa -Ironico- jaja !!
Seguila !! Besos♥
Cold
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