Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Soy toda tuya (Joe y tu) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 17 de 26. • Comparte
Página 17 de 26. • 1 ... 10 ... 16, 17, 18 ... 21 ... 26
Re: Soy toda tuya (Joe y tu) [TERMINADA]
Bueno, bueno, esta bn, pero la mitad, porque estoy haciendo algo aqui XDDDDDDD
Baile de 5 segundos por pasar de pagina
Baile de 5 segundos por pasar de pagina
♫ Laura Jonas ♥
Re: Soy toda tuya (Joe y tu) [TERMINADA]
Capítulo 17
Si Jimmy Cadenas hubiera podido echar el guante al imbécil que le había dicho que Kaylee estaba en un motel a una hora y cuarto al oeste de Laramie, le habría partido por la mitad, le habría roto los dos brazos y le habría hecho tragarse los dientes a patadas. Había buscado villorrio tras villorrio sin encontrar nada, y en el proceso había llegado a entender la causa del mal genio de su padre hacía ya tantos años. Tal vez al viejo no le faltaba razón, al fin y al cabo. Tal vez un adolescente que iba de listillo solo entendiera el lenguaje de los puños.
El chico le había tomado el pelo, y el Cadenas odiaba que la gente le tomara por tonto. Muy pocos hombres repetían aquel error, por lo menos en su cara, porque él siempre respondía al instante: con los puños, con los pies, con una botella rota, con un cuchillo o con una pistola. Jamás le había gustado hacer daño a las mujeres, pero accedió a matar a Alice Mayberry cuando Sanchez se lo pidió, pero jamás lo habría hecho solo por dinero.
La muy zorra le había llamado grandullón, idiota y feo demasiadas veces. Así que tampoco podía ser muy lista.
Ahora bien, Kaylee era harina de otro costal y no le gustaba en absoluto la idea de hacerle daño, aun sabiendo que era necesario. A lo mejor si no hubiera hablado con él tantas veces en el club... Pero siempre que se cruzaba con él le dedicaba una sonrisa amistosa, una réplica ingeniosa o un «¿cómo te va?». Jamás le había hecho sentirse torpe o estúpido, como las otras chicas.
Y hoy le había dicho que era inteligente. Eso jamás se lo había dicho nadie.
Lo que sí era cierto es que no era el imbécil que todo el mundo parecía creer. Para empezar, nadie que fuera tan idiota como algunos pensaban podría vestir tan bien como él. Y además, cuando se detuvo para echar una meada en aquel mirador y vio a Kaylee justo en mitad de la carretera, delante de él como respuesta a todas sus oraciones, ¿acaso no había pisado a fondo?
Y se la habría llevado por delante de no ser por aquella vieja. ¿Quién hubiera pensado que una persona tan pequeña y de aspecto tan frágil pudiera tener aquellos reflejos?
El Cadenas se detuvo en el aparcamiento de otro sórdido motel, justo cuando se abrían los cielos y empezaba a caer el diluvio. El caso es que él había sido rápido pensando, como hacía la gente inteligente, y había sabido aprovechar la situación.
Qué demonios, a un estúpido no se le habría ocurrido comer en el restaurante donde el autobús había hecho la parada del almuerzo, de manera que no habría podido oír la conversación sobre la mujer que estaba buscando.
Jimmy abrió el coche y salió corriendo bajo la lluvia hacia la oscura recepción del motel.
Se le subió el calor a la cara y apretó los puños. Vale, probablemente no había sido muy buena idea pensar ahora sobre la conversación del restaurante. Intentó abrir la oficina, y al ver que estaba cerrada llamó a golpes a la puerta. Pensar en eso le había hecho perder los nervios otra vez. Eran casi las dos de la mañana, y todavía no había encontrado el motel que se suponía que estaba a una hora y cuarto de aquel jodido restaurante. Le gustaría echarle el guante al gilipollas del chaval aquel. ¡Y pensar que además le había invitado!
Justo cuando estaba a punto de atravesar de un puñetazo el cristal de la puerta para llegar al mostrador, se encendió una luz. Salió un hombre, parpadeando bajo el resplandor, y abrió la puerta haciendo sonar la campanilla que había encima.
—Vaya nochecita —saludó. Y bostezando retrocedió hacia el mostrador—. ¿Quiere una habitación?
—No, tío. Quiero información.
El hombre alzó la cabeza con gesto receloso.
El Cadenas estaba cansado y harto, y quería volver a su casa, donde había palmeras en lugar de aquel paisaje asqueroso de película del Oeste. Le parecía que ahora sí era un lugar lo bastante privado para sacar a golpes a aquel tipo la información que necesitaba sin cabrear al jefe. Sus ganas de violencia debieron notarse, porque el hombre abrió el libro de registro sin decir una palabra y lo dejó en el mostrador para que el Cadenas lo leyera.
Allí no estaban ni el nombre de Kaylee ni el de el cazarrecompensas, pero el Cadenas era demasiado inteligente para esperar que así fuera.
—Una pelirroja con unas tetas de infarto, un tío alto de pelo moreno —dijo—. ¿Los has visto?
—No, señor.
El Cadenas se inclinó sobre el mostrador.
—No me estarás mintiendo, ¿verdad?
—No, señor. —El hombre tragó saliva, pero le aguantó la mirada sin vacilar.
Jimmy lanzó una maldición. Luego suspiró.
—A la mierda. Estoy agotado. Dame una habitación.
Dormiría unas horas y ya encontraría a Kaylee por la mañana.
Cuando Joe se despertó, encontró la habitación vacía. Se incorporó de un brinco, quitándose la sábana del regazo. ¿Dónde se había metido la pelirroja? La noche anterior había vuelto, a menos que lo hubiera soñado. ¿Dónde estaba ahora?
Pero por encima del martilleo de la lluvia en el tejado, por encima del rugido de la sangre en sus oídos, oyó un ruido apagado y se hundió de nuevo contra la almohada. No se había marchado. Estaba en el baño. El ruido apenas era audible, una especie de sordo chinc chinc chinc, pero definitivamente provenía de allí, y a menos que de la noche a la mañana hubieran aparecido ratones, tenía que ser ella.
Su vejiga le apremiaba, lo cual era una buena señal, puesto que significaba que había superado la deshidratación de la noche anterior. Pero solo llegó al borde de la cama. Allí se quedó sentado, con los pies separados plantados en la fina moqueta, dudando si debía levantarse para ir al baño.
Tenía entre manos un problema enorme. Empezaba a preguntarse si no se habría llevado a la gemela equivocada.
Al pasarse la mano por el mentón, apenas advirtió el áspero ruido de la dura barba, que asomaba por encima del martilleo de su corazón y del súbito fragor de sus emociones. Joder, qué idea más espantosa. Había ciertas... inconsistencias que había pasado por alto.
Para empezar, la pelirroja tenía un vocabulario que no cuadraba. ¿Qué había dicho el otro día? Que pensaba decir a todo el mundo que la estaba arrastrando por todo el país con obscenos propósitos. ¿Qué clase de gogó decía «obscenos propósitos», por Dios?
Eso por no mencionar que era más inteligente de lo que su primera impresión le había hecho suponer. Mucho más inteligente. Qué demonios, era más rápida que él y sabía aprovecharse de la más mínima oportunidad para volverla a su favor.
Además, se había dado cuenta de que, excepto aquella vez, había hecho caso omiso de las nueve décimas partes del maquillaje que llevaba en el bolso. O que se mostraba amable con las mujeres y los niños mientras que hacía caso omiso de cualquier tío que se acercaba a ella babeando... a menos que fuera para reclutar su ayuda para escapar.
Y... anoche había vuelto.
Aquel era el hecho más desconcertante, el que menos entendía. Cuando se marchó, Joe no estaba en condiciones de ir tras ella. Podía haber cruzado la frontera del estado en cualquier dirección, lo cual le habría proporcionado una ventaja considerable. Sam podía haberla encontrado de nuevo, pero eso no era tan evidente.
Y aunque la hubiera encontrado, lo más probable es que hubiera sido demasiado tarde o le hubiera costado demasiado dinero para que valiera la pena el esfuerzo. Así pues, ¿por qué había vuelto?
Tal vez porque no tenía nada que perder, puesto que era quien decía ser, lo cual quedaría demostrado con una simple huella dactilar al final del camino.
Mierda. Mierda. La sola idea le producía náuseas.
Y no se trataba de la pérdida de dinero que eso suponía, ni de la decepción que de nuevo causaría a Gary.
Era por el recuerdo de cada una de sus palabras, de cada uno de sus actos. Su comportamiento con ella se había basado en la creencia de que estaba tratando con una estúpida corista. Una gogó estúpida y mentirosa. Y una ladrona de coches.
No una respetable profesora de sordos.
Se levantó de un brinco de la cama. Bueno, si de algún modo se había equivocado con ella, se disculparía. Pero ¿bastaría con una disculpa? «Lo dudo, amigo, lo dudo muchísimo.» Bueno, la llevaría de vuelta a su casa. La...
Lo que vio cuando abrió la puerta del cuarto de baño bloqueó todos los pensamientos en su mente.
La pelirroja estaba de espaldas a la puerta, con un pie sobre la taza del retrete, inclinada sobre la pierna cubierta de espuma por lo que pasaba una afilada cuchilla del tobillo a la rodilla. Se volvió un poco para lavar la maquinilla de afeitar bajo el grifo, la sacudió contra el borde del lavabo con un chinc, chinc, chinc, y volvió a pasársela por la pierna.
Última edición por ♫ Laura Jonas ♥ el Dom 30 Oct 2011, 6:54 pm, editado 1 vez
♫ Laura Jonas ♥
Re: Soy toda tuya (Joe y tu) [TERMINADA]
No me maten es que, como les dije estoy haciendo otra cosa, y he durado mucho, bueno ahi la mitad del capi :D :hi: :hi: :hi:
Llevaba de nuevo la camisa de Joe, cuyos faldones se alzaban cada vez que ella se inclinaba, exponiendo y ocultando las bragas.
Unas bragas que, por lo que Jonas pudo ver, consistían en un sencillo hilo de satén que corría entre la división de sus redondas y firmes nalgas. Eran de color rojo carmín. Muy apropiado...
Porque hacían juego con los pequeños labios fruncidos de su tatuaje.
Un tatuaje que sin palabras invitaba a todos a besar aquel trasero exquisito.
El tatuaje de una gogó, no de una profesora.
Un alivio que no intentó analizar le corrió por las venas. Joder, qué idiota. Sí, vale, tal vez había caído en algún que otro tópico, como que una gogó tiene que ser tonta. Pero no había perdido del todo ni la cabeza ni su instinto. Casi se echó a reír. Luego miró con más detenimiento la cuchilla que ella tenía en la mano, y la intensa oleada de alivio se convirtió en irritación.
—¡Eh! —protestó, abriendo más la puerta—. ¡Eso es mío!
Ella pegó un grito y dio un respingo.
—¡Virgen santísima! —Resolló unas cuantas veces con la mano en el corazón. Luego se volvió para mirarle ceñuda—. ¿Me quieres matar de un susto? ¡Fuera de aquí! —De un tirón se bajó la camisa sobre las nalgas y volvió a concentrarse en afeitarse las piernas, mascullando algo entre dientes sobre hombres desconsiderados que andan husmeando como gatos en un gallinero.
—Dame eso. —Joe intentó quitarle la maquinilla, pero ella alzó el codo para impedir que se acercara, sin dejar de pasarse la cuchilla por la espuma de la pierna. Joe se quedó mirando la franja de piel tersa que iba apareciendo a su estela mientras la espuma se iba acumulando en la cuchilla—. Joder, pelirroja, era la última que me quedaba y ahora estará para tirarla.
________ le miró por encima del hombro.
—Ya veo que hoy te encuentras mucho mejor. Has recuperado tu encanto habitual. —Afeitaba, aclaraba la cuchilla, la sacudía. Mientras volvía a ponérsela en la pierna, bloqueó otro intento de Joe por arrebatársela—. ¡Que me dejes! ¡Vas a conseguir que me corte!
—Mierda. —Joe se enderezó y se la quedó mirando—. Te la has cargado. Ahora más me vale afeitarme con una lata vieja. —Se apartó el pelo de la frente—. Una lata oxidada que se haya abierto con un cuchillo.
—Ay, pobrecito. No había oído en mi vida una historia tan triste.
Joe salió hecho una furia del cuarto de baño, pero volvió al instante con un objeto blanco en la mano con espirales en un extremo.
—Toma —gruñó—. Usa tu propia maquinilla.
Ella, sin hacer caso, se volvió para afeitar la última banda de espuma en la pantorrilla.
—Eso es una Epilady, Jonas.
—¿Sí? ¿Y qué?
—Pues que no corta el vello como la maquinilla eléctrica de tu madre, sino que arranca los pelos de raíz. Úsala tú. Yo me niego a sufrir.
—Entonces, ¿para qué coño la metiste en la maleta?
________ se volvió para arrojarle a la cara unas cuantas palabras bien escogidas, pero él alzó la mano con gesto imperioso.
—Déjalo, más vale que no entremos en eso. —Volvió la cabeza para mirarle la pantorrilla—. ¿Te falta mucho? No puedo aguantarme todo el día, pelirroja. Tengo que ir al baño.
—Dios mío. —________ le miró incrédula—. Eres increíble.
—¿Por qué? Tengo que ir, qué le voy a hacer.
Ella resopló como una cafetera.
—Muy bien. —Tiró al lavabo la toalla con la que se había limpiado los restos de espuma y le apartó para salir—. Todo tuyo, desagradecido.
Ya estaba en la habitación cuando la voz de él la detuvo.
—Pelirroja.
—¿Qué? —No se volvió. Maldito Joe. Tenía que haberle dejado cuando tuvo la oportunidad.
—Gracias. Por lo de anoche. —Su voz era grave, áspera, y pareció envolverla—. No sé por qué volviste, pero te lo agradezco. Hoy me encuentro bien, y sé que es gracias a ti. —Luego cerró la puerta del baño.
Maldición. ________ se quedó mirando sin ver la lluvia que se deslizaba por la ventana. Jonas la estaba volviendo loca. Era tan arrogante, tan exasperante... Demasiado terco para ver más allá de sus ciegos prejuicios.
Excitante.
«Ah, admítelo.» De todas formas, ya había tomado su decisión, de manera que ¿para qué seguir fingiendo? Pensaba quedarse para ver adónde les llevaba aquel extraño viaje.
Durante años había creído que deseaba una vida tranquila. Una vida normal y segura. Pero tal vez se parecía más a Kaylee de lo que jamás había imaginado. Y a lo mejor eso no era tan terrible.
Empezaba a darse cuenta de que había estado reprimiendo y negando partes importantes de su personalidad. Soltarse un poco no tenía por qué ser el camino a la perdición. Y reconocer su sexualidad no tenía por qué ser sinónimo de irresponsabilidad. Era evidente que algunos rasgos de Kaylee eran también suyos. Rasgos que en secreto había envidiado. A lo mejor lo que de verdad contaba era lo que una hacía con esos rasgos.
Rebuscó despacio en su maleta, pensando en ello. Cuando Joe salió del baño, ________ tenía clara al menos una cosa.
—Tenía razón —gruñó Jonas—. Has destrozado la cuchilla. Las piernas femeninas y las caras masculinas no están hechas para compartir la misma maquinilla de afeitar. —Mirando ceñudo las culpables piernas de _______, tocó con un dedo el trocito de papel higiénico pegado con una gota de sangre a su mentón, y luego indicó otras heridas que adornaban su rostro—. ¡Mira! ¡Me van a quedar cicatrices de por vida!
—¡Ay, pobrecito! —El corazón comenzó a latirle con fuerza, pero ________ no vaciló.
Atravesó la sala para acercarse a él hasta que apenas unos centímetros separaban sus cuerpos.
Al ver que Joe la miraba con desafiante recelo, estuvo a punto de echarse atrás. Como aquello no saliera bien, iba a sentirse una idiota redomada. Pero tenía que intentarlo.
Con la vista fija en la pequeña herida bajo su hinchado labio inferior, que era su objetivo real, le agarró los hombros y se alzó de puntillas.
—Ven. —Al oír el tono grave y sedoso de su propia voz, _________ se humedeció nerviosa el labio con la lengua. Por primera vez sonaba de verdad como Kaylee—. Que te lo voy a curar con un besito.
Hhahahaahhaahhaha. ¿a que se asustaron? XDDDD, pero hasta aqui era el capi ENTERO EH!!! Ahora si, bye bye, espero ver muchos COMMENTS PORQUE....... :¬w¬: :¬w¬: :¬w¬: .............el proximo capi ES EL HOT!!!!! :twisted: :twisted:
Llevaba de nuevo la camisa de Joe, cuyos faldones se alzaban cada vez que ella se inclinaba, exponiendo y ocultando las bragas.
Unas bragas que, por lo que Jonas pudo ver, consistían en un sencillo hilo de satén que corría entre la división de sus redondas y firmes nalgas. Eran de color rojo carmín. Muy apropiado...
Porque hacían juego con los pequeños labios fruncidos de su tatuaje.
Un tatuaje que sin palabras invitaba a todos a besar aquel trasero exquisito.
El tatuaje de una gogó, no de una profesora.
Un alivio que no intentó analizar le corrió por las venas. Joder, qué idiota. Sí, vale, tal vez había caído en algún que otro tópico, como que una gogó tiene que ser tonta. Pero no había perdido del todo ni la cabeza ni su instinto. Casi se echó a reír. Luego miró con más detenimiento la cuchilla que ella tenía en la mano, y la intensa oleada de alivio se convirtió en irritación.
—¡Eh! —protestó, abriendo más la puerta—. ¡Eso es mío!
Ella pegó un grito y dio un respingo.
—¡Virgen santísima! —Resolló unas cuantas veces con la mano en el corazón. Luego se volvió para mirarle ceñuda—. ¿Me quieres matar de un susto? ¡Fuera de aquí! —De un tirón se bajó la camisa sobre las nalgas y volvió a concentrarse en afeitarse las piernas, mascullando algo entre dientes sobre hombres desconsiderados que andan husmeando como gatos en un gallinero.
—Dame eso. —Joe intentó quitarle la maquinilla, pero ella alzó el codo para impedir que se acercara, sin dejar de pasarse la cuchilla por la espuma de la pierna. Joe se quedó mirando la franja de piel tersa que iba apareciendo a su estela mientras la espuma se iba acumulando en la cuchilla—. Joder, pelirroja, era la última que me quedaba y ahora estará para tirarla.
________ le miró por encima del hombro.
—Ya veo que hoy te encuentras mucho mejor. Has recuperado tu encanto habitual. —Afeitaba, aclaraba la cuchilla, la sacudía. Mientras volvía a ponérsela en la pierna, bloqueó otro intento de Joe por arrebatársela—. ¡Que me dejes! ¡Vas a conseguir que me corte!
—Mierda. —Joe se enderezó y se la quedó mirando—. Te la has cargado. Ahora más me vale afeitarme con una lata vieja. —Se apartó el pelo de la frente—. Una lata oxidada que se haya abierto con un cuchillo.
—Ay, pobrecito. No había oído en mi vida una historia tan triste.
Joe salió hecho una furia del cuarto de baño, pero volvió al instante con un objeto blanco en la mano con espirales en un extremo.
—Toma —gruñó—. Usa tu propia maquinilla.
Ella, sin hacer caso, se volvió para afeitar la última banda de espuma en la pantorrilla.
—Eso es una Epilady, Jonas.
—¿Sí? ¿Y qué?
—Pues que no corta el vello como la maquinilla eléctrica de tu madre, sino que arranca los pelos de raíz. Úsala tú. Yo me niego a sufrir.
—Entonces, ¿para qué coño la metiste en la maleta?
________ se volvió para arrojarle a la cara unas cuantas palabras bien escogidas, pero él alzó la mano con gesto imperioso.
—Déjalo, más vale que no entremos en eso. —Volvió la cabeza para mirarle la pantorrilla—. ¿Te falta mucho? No puedo aguantarme todo el día, pelirroja. Tengo que ir al baño.
—Dios mío. —________ le miró incrédula—. Eres increíble.
—¿Por qué? Tengo que ir, qué le voy a hacer.
Ella resopló como una cafetera.
—Muy bien. —Tiró al lavabo la toalla con la que se había limpiado los restos de espuma y le apartó para salir—. Todo tuyo, desagradecido.
Ya estaba en la habitación cuando la voz de él la detuvo.
—Pelirroja.
—¿Qué? —No se volvió. Maldito Joe. Tenía que haberle dejado cuando tuvo la oportunidad.
—Gracias. Por lo de anoche. —Su voz era grave, áspera, y pareció envolverla—. No sé por qué volviste, pero te lo agradezco. Hoy me encuentro bien, y sé que es gracias a ti. —Luego cerró la puerta del baño.
Maldición. ________ se quedó mirando sin ver la lluvia que se deslizaba por la ventana. Jonas la estaba volviendo loca. Era tan arrogante, tan exasperante... Demasiado terco para ver más allá de sus ciegos prejuicios.
Excitante.
«Ah, admítelo.» De todas formas, ya había tomado su decisión, de manera que ¿para qué seguir fingiendo? Pensaba quedarse para ver adónde les llevaba aquel extraño viaje.
Durante años había creído que deseaba una vida tranquila. Una vida normal y segura. Pero tal vez se parecía más a Kaylee de lo que jamás había imaginado. Y a lo mejor eso no era tan terrible.
Empezaba a darse cuenta de que había estado reprimiendo y negando partes importantes de su personalidad. Soltarse un poco no tenía por qué ser el camino a la perdición. Y reconocer su sexualidad no tenía por qué ser sinónimo de irresponsabilidad. Era evidente que algunos rasgos de Kaylee eran también suyos. Rasgos que en secreto había envidiado. A lo mejor lo que de verdad contaba era lo que una hacía con esos rasgos.
Rebuscó despacio en su maleta, pensando en ello. Cuando Joe salió del baño, ________ tenía clara al menos una cosa.
—Tenía razón —gruñó Jonas—. Has destrozado la cuchilla. Las piernas femeninas y las caras masculinas no están hechas para compartir la misma maquinilla de afeitar. —Mirando ceñudo las culpables piernas de _______, tocó con un dedo el trocito de papel higiénico pegado con una gota de sangre a su mentón, y luego indicó otras heridas que adornaban su rostro—. ¡Mira! ¡Me van a quedar cicatrices de por vida!
—¡Ay, pobrecito! —El corazón comenzó a latirle con fuerza, pero ________ no vaciló.
Atravesó la sala para acercarse a él hasta que apenas unos centímetros separaban sus cuerpos.
Al ver que Joe la miraba con desafiante recelo, estuvo a punto de echarse atrás. Como aquello no saliera bien, iba a sentirse una idiota redomada. Pero tenía que intentarlo.
Con la vista fija en la pequeña herida bajo su hinchado labio inferior, que era su objetivo real, le agarró los hombros y se alzó de puntillas.
—Ven. —Al oír el tono grave y sedoso de su propia voz, _________ se humedeció nerviosa el labio con la lengua. Por primera vez sonaba de verdad como Kaylee—. Que te lo voy a curar con un besito.
Hhahahaahhaahhaha. ¿a que se asustaron? XDDDD, pero hasta aqui era el capi ENTERO EH!!! Ahora si, bye bye, espero ver muchos COMMENTS PORQUE....... :¬w¬: :¬w¬: :¬w¬: .............el proximo capi ES EL HOT!!!!! :twisted: :twisted:
♫ Laura Jonas ♥
Re: Soy toda tuya (Joe y tu) [TERMINADA]
siguela.....
ya quiero saber que van a hacer la raysis y y joe... :twisted: :bounce: :roll: :yonofui: :lol!:
ya quiero saber que van a hacer la raysis y y joe... :twisted: :bounce: :roll: :yonofui: :lol!:
jamileth
Página 17 de 26. • 1 ... 10 ... 16, 17, 18 ... 21 ... 26
Temas similares
» Soy Toda Tuya- Nick Jonas y Tu
» Soy toda tuya ·Zayn malik· necesito lectoras
» >> ☯ JUMP ☯ << [Larry] Terminada
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» Learn from yesterday. Life for today. Hope for tomorrow.
» Soy toda tuya ·Zayn malik· necesito lectoras
» >> ☯ JUMP ☯ << [Larry] Terminada
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» Learn from yesterday. Life for today. Hope for tomorrow.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 17 de 26.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.