Project: T.

Capítulo 003

Tessa Mackenzie

Intentaba enfocar los números que mi profesor apuntaba en la pizarra, pero cada vez que lo intentaba mis ojos se cerraban. Era como si no hubiera dormido en toda la semana y ahora me estuvieran cobrando las horas de sueño que mi cuerpo requería, pero bien sabía que dormir era lo que menos faltaba en mi día. Apoyé mi cabeza en mi mano izquierda evitando que cayera contra la mesa y con la mano derecha movía mi lápiz contra el cuaderno. Puede que no escribiera nada coherente, o, a decir verdad, nada en absoluto, pero sabía que, mientras el profesor no se acercara, era  una buena forma de hacerle creer que en realidad estaba escuchando lo que él decía.

Miré por la ventana tratando de distraerme, si continuaba escuchando y “copiando” la materia, terminaría dormida antes de poder evitarlo. Desgraciadamente, no había nada que llamara mi interés. Los estudiantes estaban en clases y el patio trasero del instituto podía decir que ya lo había estudiado múltiples veces anteriormente, por lo que no había otra escapatoria que escuchar al profesor.

A quien engañaba, aunque tuviera que ver un punto fijo en la pizarra o en el cuaderno lo haría en lugar de escuchar cualquier cosa de literatura. Si tan sólo mamá no me hubiera quitado el teléfono estaría jugando o mandando mensajes. Rodé los ojos y suspiré frustrada.

-No deberías hacer tan notorio tu desagrado- le habló el castaño a su lado. Me volteé para ver a Liam con su característica sonrisa burlona.
-Cállate Morrison- le susurré.  El rió y continuó apuntando en su cuaderno.
-Sólo digo, en vez de quejarte deberías escuchar al profesor.- me miró de reojo.
-En vez de tirarte a la profesora deberías estudiar, pero como bien lo sabes no todos hacemos lo que “deberíamos”. – le sonreí cínicamente, su mandíbula se tensó, al igual que el resto de su cuerpo y su sonrisa desapareció de su rostro. Abrió la boca, pero luego la cerró.

Él sabía que no le convenía molestarme, que yo supiera de su sucio secreto nunca había sido de su agrado, pero ese día que me rogó para que no le dijera a nadie, tenía que admitir que quedó guardado en mi memoria como uno de mis favoritos.

-Pensé que no hablarías más de ello- me recordó Liam.
-Pensé que no me hablarías del todo- fijé mi vista en el cuaderno y comencé a hacer pequeños círculos en la esquina de la hoja.
-Deberías agradecer, sólo te dije que escucharas la materia, es compañerismo- su voz no pudo adquirir un tono más irónico al decir “compañerismo”.
-Teressa, Liam, ya que están prestando tanta atención a la materia les preguntaré algo muy básico. Morrison, autor de ‘Otelo’, Mackenzie autor de ‘La Catedral del Mar’.- preguntó el profesor antes de poder responderle a liam.
-William Shakespeare. – respondió Liam y me miró con una sonrisa burlona, esperando mi respuesta. Toda la clase tenía su atención en mí.
-No lo sé.- cerré mi cuaderno y lo guardé junto con mi lápiz en mi mochila, el profesor iba a hablar pero lo interrumpí. – Si, si, detención, lo sé. -Miré a Liam, y una sonrisa altanera adornaba sus labios.  
Me levanté de mi asiento y acomodé mi mochila en mi hombro antes de acercarme al escritorio del profesor, agarrar la papeleta de castigo que el profesor me tendía y salir del aula para encaminarme a la sala de detención.

-Hola Thomas- saludé al viejo profesor que cuidaba el castigo y le entregué la papeleta.
-Hola Tessa, tanto tiempo sin verte- habló irónicamente ya que había tenido que venir aquí el día anterior.

Rodeé los ojos y me acerqué al asiento en la parte trasera, me senté y apoyé mi cabeza en brazos para ocultar mi vista de la luz y dormir por la próxima media hora, y por más placentero que me resultara, sabía que tendría problemas por estar aquí y todo por culpa de Liam.