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Loves.||N.C.||Audiciones Cerradas {Esperando Resultados}
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Re: Loves.||N.C.||Audiciones Cerradas {Esperando Resultados}
Llevo tiempo esperando porque lo hagas :meh:
Quiero saber si quedé con lucho o no, bc muchas chicas han audicionada por el y me da muchos feels ando algo sensible
Quiero saber si quedé con lucho o no, bc muchas chicas han audicionada por el y me da muchos feels
Snowflake.
Re: Loves.||N.C.||Audiciones Cerradas {Esperando Resultados}
Perdón pensé que ya la había aceptado.RayitaCallaghan escribió:No miraste mi ficha D:
Perdón de nuevo por mi despiste, enseguida la acepto.
MariaStylesHoran
Re: Loves.||N.C.||Audiciones Cerradas {Esperando Resultados}
RayitaCallaghan escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Lettisha Mcdough.
>Representante: Freya Mavor.
>Edad: 17 años.
>Chico: Louis Tomlinson.
>Rol: Algo más que mejores amigos, amor.
>Capitulo de tu autoría: (En Spoiler)
- Capítulo.:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Ana Sephaire
Capitulo 004 - Louis Tomlinson
Cada noche que me acostaba en la cama deseaba no despertar nunca más, aunque sabía que eso no iba a pasar. Cada día era lo mismo, despertar; subir las persianas; observar el mundo que me esperaba fuera, tan iluminado por el sol que dañaba a la vista toda la luz que proporcionaba, cada día me sentía más fuera de lugar en esa vida y deseaba dejar de permanecer a este mundo. Morir mientras dormía sin dolor, tal y como le ocurrió a mi padre. Cada día que pasaba preferiría estar junto a él antes que seguir aquí.
Un nuevo día, una nueva lucha contra mis pensamientos cada vez más oscuros y llenos de dolor. La negatividad y pesimismo regían mi vida desde hacía dos años. Siempre veía algo malo a cada momento, a cada objeto, a cada persona que miraba. Sonó el despertador; una vez, dos veces, hasta tres veces. Me levanté de la cama y la apagué sentándome al borde la cama y cayendo de espaldas mientras apoyaba mi mano izquierda en la frente. Hacía frío y estaba temblando, debía ir al instituto… pero no quería, sabía lo que allí me esperaba; todas las personas girándose a mi paso mientras susurraban cosas que eran totalmente audibles para mi oído y eso me dolía todavía más, ser consciente de todos los rumores que pasaban de boca en boca y que ninguno de ellos eran ciertos. Oír como desprestigiaban el nombre de mi padre con tales cosas como que había sido innumerables veces infiel a su esposa, que su muerte había sido provocada por grandes deudas que ahora dejaba a cargo de nuestra familia, e incontables disparates de todo tipo.
Me incorporé y me levanté para dirigirme enfrente del espejo y empecé a escrutarme. Mi piel era blanca de por sí, pero ahora era pálida. Parecía tan helada que podía notar como emanaba el frío de ella, como mis ojos grises, se habían vuelto sin expresión, sólo se reflejaba el dolor que había vivido en estos últimos meses. Debajo de mis ojos habían unas manchas de un color más oscuro; ojeras de no dormir, de no descansar bien por las noches por las pesadillas que habitaban en mi mente cuando lograba conciliar el sueño. Pasé mis manos acariciando mi vientre, apenas comía últimamente y empezaba a notarse demasiado mi delgadez, pero no lograba que los alimentos bajaran por la garganta. << ¿Qué te ha pasado, Ana? >> Me pregunté mirando mi reflejo a los ojos, llenos de tristeza. Hacía demasiado tiempo que ninguna sonrisa verdadera se había dibujado en este rostro, todas habían sido para aparentar que todo iba bien cuando sabía perfectamente que desde su muerte todo había sido un absoluto desastre.
Mamá entró en el cuarto abriendo la puerta con cuidado para no despertarme, no se había fijado que ya estaba en pie. Se sorprendió al no verme tumbada en la cama y encontrarme enfrente del espejo.
—Cariño, creí que hoy no irías a clase —dijo ella acercándose a mí para acariciarme el pelo maternalmente, como cuando era pequeña y trataba de explicarme algo que debido a mi edad cabía la posibilidad de que no entendiera.
—Si me he levantado es para ir, ¿no crees? —Dije cortante, deshaciéndome de su caricia. Me acerqué a la silla de donde colgaba un montón de ropa arrugada y mal colocada. Cogí unos pantalones vaqueros largos y me los puse intentando mantener el equilibrio, después me quité la camiseta del pijama girándome sobre mí porque me daba vergüenza que mi madre me viera medio desnuda. Cuando acabé de ponerme la camiseta de manga larga, estampada con un dibujo en relieve de un oso panda, alcé la vista hacia el lugar donde estaba parada mi madre.
—Te esperaré abajo con el desayuno preparado —dijo ella seriamente, y después de echar un vistazo a la habitación, desapareció por la puerta cerrándola tras ella.
Acabé de arreglarme, aunque hiciera lo que hiciera el reflejo que me devolvía el espejo seguía mostrando una imagen deplorable de mi misma. Llené la mochila de la escuela con varios libros, no me molesté en saber cuáles. Colgué la mochila en el hombro y bajé sin ganas por las escaleras apoyándome en la barandilla porque temía que las piernas me fallaran al tocar el suelo. Cuando el tramo de escaleras acabó me sentí más segura; como si esas escaleras hubieran sido un puente colgante encima de un río lleno de cocodrilos, a la espera de que me desplomara para luchar contra ellos por ver quien devoraba mi cuerpo, me sentí segura como si hubiera llegado a tierra firme dejando a mis espaldas aquel puente colgante.
Fui a la cocina y empecé a beber de la taza que mi madre había dejado encima de la mesa junto a unas tostadas con mermelada de arándanos. Miré por la ventana, llovía. Suspiré con una sonrisa en los labios. Acabé de desayunar y salí a la calle, tapándome con un abrigo que después de haber perdido peso me quedaba un poco grande, pero no me importaba porque así podía sentir un poco de libertad en mis movimientos. En la calle se habían formado charcos, gracias a mis botas de lluvia color fucsia no me importó pisarlos a medida que avanzaba por el camino que me separaba a aquel infierno. Llegaba tarde, como siempre. Llegué a la puerta de aquel enorme edificio y pensé en entrar pero no pude, no tenía el coraje para hacerlo, no de momento. Me marché corriendo hasta un parque que estaba justo al lado y me apoyé en un árbol algo húmedo, poniéndome los cascos para escuchar música hasta que acabaran las clases. Esa se había convertido en mi rutina.
Después de varios minutos vi alguien que me pareció conocido, al fijarme más y reconocer la figura de mi madre caminando cerca de donde me encontraba, fui a esconderme detrás de otro árbol o alguna estatua lo bastante grande como para cubrirme entera. Pero fue demasiado tarde, nuestras miradas se encontraron y su paso, ahora firme y enfadado, se dirigió hacia mí. Antes de poder huir me grito que me mantuviera quieta donde estaba.
—Ana, no sabes lo harta que me tienes de esta situación. No puedo confiar en nada que me digas a partir de ahora. Mentira sobre mentira, siempre lo mismo; yo ya no puedo aguantar con todo esto. Tengo un límite y ese límite lo sobrepasaste hace ya unos meses. Tenía la mínima esperanza que te dieras cuenta de que estabas tirando tu vida por el desagüe faltando cada día a clase y viendo como poco a poco tu futuro va empeorando —gritaba, y yo lloraba por la impotencia, no sabía que decir porque sabía que tenía toda la razón del mundo. Me deslicé por el árbol acabando sentada en el suelo sin importarme que mis pantalones acabaran manchados de barro. —Encontré una institución por internet en que van a poder ayudarte. Quiero que vayas allí, no me importa que quieras o que no. No puedo seguir viendo como destrozas tu vida sin importarte y yo no ser capaz de hacer nada. —Se puso en cuclillas en frente de mí y me abrazó. Yo la aparté de mala gana, no podía crees que fuera capaz de dejarme en manos de unos totales desconocidos, por muy buenas que fueran las referencias. Me negaba a que me internaran en aquel lugar, aunque dijera lo que dijera sería totalmente inútil frente a la palabra de mi madre, ella era la que mandaba en todo.
Ficha Aceptada
Obvio tu ficha esta aceptada, amo como escribes y el capitulo fue tan hjnjfd. Ya estas audicionando. ¡Suerte!
MariaStylesHoran
Re: Loves.||N.C.||Audiciones Cerradas {Esperando Resultados}
MariaStylesHoran escribió:RayitaCallaghan escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Lettisha Mcdough.
>Representante: Freya Mavor.
>Edad: 17 años.
>Chico: Louis Tomlinson.
>Rol: Algo más que mejores amigos, amor.
>Capitulo de tu autoría: (En Spoiler)
- Capítulo.:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Ana Sephaire
Capitulo 004 - Louis Tomlinson
Cada noche que me acostaba en la cama deseaba no despertar nunca más, aunque sabía que eso no iba a pasar. Cada día era lo mismo, despertar; subir las persianas; observar el mundo que me esperaba fuera, tan iluminado por el sol que dañaba a la vista toda la luz que proporcionaba, cada día me sentía más fuera de lugar en esa vida y deseaba dejar de permanecer a este mundo. Morir mientras dormía sin dolor, tal y como le ocurrió a mi padre. Cada día que pasaba preferiría estar junto a él antes que seguir aquí.
Un nuevo día, una nueva lucha contra mis pensamientos cada vez más oscuros y llenos de dolor. La negatividad y pesimismo regían mi vida desde hacía dos años. Siempre veía algo malo a cada momento, a cada objeto, a cada persona que miraba. Sonó el despertador; una vez, dos veces, hasta tres veces. Me levanté de la cama y la apagué sentándome al borde la cama y cayendo de espaldas mientras apoyaba mi mano izquierda en la frente. Hacía frío y estaba temblando, debía ir al instituto… pero no quería, sabía lo que allí me esperaba; todas las personas girándose a mi paso mientras susurraban cosas que eran totalmente audibles para mi oído y eso me dolía todavía más, ser consciente de todos los rumores que pasaban de boca en boca y que ninguno de ellos eran ciertos. Oír como desprestigiaban el nombre de mi padre con tales cosas como que había sido innumerables veces infiel a su esposa, que su muerte había sido provocada por grandes deudas que ahora dejaba a cargo de nuestra familia, e incontables disparates de todo tipo.
Me incorporé y me levanté para dirigirme enfrente del espejo y empecé a escrutarme. Mi piel era blanca de por sí, pero ahora era pálida. Parecía tan helada que podía notar como emanaba el frío de ella, como mis ojos grises, se habían vuelto sin expresión, sólo se reflejaba el dolor que había vivido en estos últimos meses. Debajo de mis ojos habían unas manchas de un color más oscuro; ojeras de no dormir, de no descansar bien por las noches por las pesadillas que habitaban en mi mente cuando lograba conciliar el sueño. Pasé mis manos acariciando mi vientre, apenas comía últimamente y empezaba a notarse demasiado mi delgadez, pero no lograba que los alimentos bajaran por la garganta. << ¿Qué te ha pasado, Ana? >> Me pregunté mirando mi reflejo a los ojos, llenos de tristeza. Hacía demasiado tiempo que ninguna sonrisa verdadera se había dibujado en este rostro, todas habían sido para aparentar que todo iba bien cuando sabía perfectamente que desde su muerte todo había sido un absoluto desastre.
Mamá entró en el cuarto abriendo la puerta con cuidado para no despertarme, no se había fijado que ya estaba en pie. Se sorprendió al no verme tumbada en la cama y encontrarme enfrente del espejo.
—Cariño, creí que hoy no irías a clase —dijo ella acercándose a mí para acariciarme el pelo maternalmente, como cuando era pequeña y trataba de explicarme algo que debido a mi edad cabía la posibilidad de que no entendiera.
—Si me he levantado es para ir, ¿no crees? —Dije cortante, deshaciéndome de su caricia. Me acerqué a la silla de donde colgaba un montón de ropa arrugada y mal colocada. Cogí unos pantalones vaqueros largos y me los puse intentando mantener el equilibrio, después me quité la camiseta del pijama girándome sobre mí porque me daba vergüenza que mi madre me viera medio desnuda. Cuando acabé de ponerme la camiseta de manga larga, estampada con un dibujo en relieve de un oso panda, alcé la vista hacia el lugar donde estaba parada mi madre.
—Te esperaré abajo con el desayuno preparado —dijo ella seriamente, y después de echar un vistazo a la habitación, desapareció por la puerta cerrándola tras ella.
Acabé de arreglarme, aunque hiciera lo que hiciera el reflejo que me devolvía el espejo seguía mostrando una imagen deplorable de mi misma. Llené la mochila de la escuela con varios libros, no me molesté en saber cuáles. Colgué la mochila en el hombro y bajé sin ganas por las escaleras apoyándome en la barandilla porque temía que las piernas me fallaran al tocar el suelo. Cuando el tramo de escaleras acabó me sentí más segura; como si esas escaleras hubieran sido un puente colgante encima de un río lleno de cocodrilos, a la espera de que me desplomara para luchar contra ellos por ver quien devoraba mi cuerpo, me sentí segura como si hubiera llegado a tierra firme dejando a mis espaldas aquel puente colgante.
Fui a la cocina y empecé a beber de la taza que mi madre había dejado encima de la mesa junto a unas tostadas con mermelada de arándanos. Miré por la ventana, llovía. Suspiré con una sonrisa en los labios. Acabé de desayunar y salí a la calle, tapándome con un abrigo que después de haber perdido peso me quedaba un poco grande, pero no me importaba porque así podía sentir un poco de libertad en mis movimientos. En la calle se habían formado charcos, gracias a mis botas de lluvia color fucsia no me importó pisarlos a medida que avanzaba por el camino que me separaba a aquel infierno. Llegaba tarde, como siempre. Llegué a la puerta de aquel enorme edificio y pensé en entrar pero no pude, no tenía el coraje para hacerlo, no de momento. Me marché corriendo hasta un parque que estaba justo al lado y me apoyé en un árbol algo húmedo, poniéndome los cascos para escuchar música hasta que acabaran las clases. Esa se había convertido en mi rutina.
Después de varios minutos vi alguien que me pareció conocido, al fijarme más y reconocer la figura de mi madre caminando cerca de donde me encontraba, fui a esconderme detrás de otro árbol o alguna estatua lo bastante grande como para cubrirme entera. Pero fue demasiado tarde, nuestras miradas se encontraron y su paso, ahora firme y enfadado, se dirigió hacia mí. Antes de poder huir me grito que me mantuviera quieta donde estaba.
—Ana, no sabes lo harta que me tienes de esta situación. No puedo confiar en nada que me digas a partir de ahora. Mentira sobre mentira, siempre lo mismo; yo ya no puedo aguantar con todo esto. Tengo un límite y ese límite lo sobrepasaste hace ya unos meses. Tenía la mínima esperanza que te dieras cuenta de que estabas tirando tu vida por el desagüe faltando cada día a clase y viendo como poco a poco tu futuro va empeorando —gritaba, y yo lloraba por la impotencia, no sabía que decir porque sabía que tenía toda la razón del mundo. Me deslicé por el árbol acabando sentada en el suelo sin importarme que mis pantalones acabaran manchados de barro. —Encontré una institución por internet en que van a poder ayudarte. Quiero que vayas allí, no me importa que quieras o que no. No puedo seguir viendo como destrozas tu vida sin importarte y yo no ser capaz de hacer nada. —Se puso en cuclillas en frente de mí y me abrazó. Yo la aparté de mala gana, no podía crees que fuera capaz de dejarme en manos de unos totales desconocidos, por muy buenas que fueran las referencias. Me negaba a que me internaran en aquel lugar, aunque dijera lo que dijera sería totalmente inútil frente a la palabra de mi madre, ella era la que mandaba en todo.Ficha AceptadaObvio tu ficha esta aceptada, amo como escribes y el capitulo fue tan hjnjfd. Ya estas audicionando. ¡Suerte!
¡Muchas gracias por aceptarla! 3:
RayitaCallaghan
Re: Loves.||N.C.||Audiciones Cerradas {Esperando Resultados}
¡Las audiciones quedan cerradas!
MariaStylesHoran
Re: Loves.||N.C.||Audiciones Cerradas {Esperando Resultados}
¿Cerradas? Wow, estoy nerviosa. ¡Suerte a todas!:3
jungkook.
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