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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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1, 2
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por CandeDirectioner1313 Dom 15 Dic 2013, 9:10 pm
lo olvidaba el sensualon gif:
- New York:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
CandeDirectioner1313
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por Invitado Lun 16 Dic 2013, 12:21 pm
Bien, Cande tu escrito ya esta aceptado, ya reservo tus personajes.
Invitado
Invitado
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por Invitado Lun 16 Dic 2013, 1:35 pm
Quiero mas inscripciones 
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por CandeDirectioner1313 Lun 16 Dic 2013, 2:45 pm
oh gracias por aceptarme, por cierto el nombre de mi personaje masculino es Bradley o Brad, Will es su segundo nombre.
CandeDirectioner1313
Invitado
Invitado
Invitado
Invitado
pinkfloyd.
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por Escritora Suicida Miér 18 Dic 2013, 11:36 am
:ñomñom:
Escritora Suicida
Invitado
Invitado
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por Snowflake. Vie 20 Dic 2013, 8:48 am
Louis Tomlinson{policía}
Evangeline Thompson{Victoria Justice}
Liam Hemsworth{NYR}creo que esas son las inciales
Evangeline Thompson{Victoria Justice}
Liam Hemsworth{NYR}
- When I was your man:
- Capítulo 001♫ Adriana Battistini|Harry Styles|[color]
|Dos años atrás|
Se hallaba una chica de cabello chocolate nerviosa. Su amiga trataba de calmarla, pero nada parecía funcionar. Eran los diez minutos más largos de su vida. El piso de madera crujía bajo sus tacones, cada vez que daba un paso alrededor de la habitación. Se mordía el labio, mientras millones de preguntas rondaban por su cabeza.¿Qué pasa si sale positivo?,¿cambiaría mi vida?; eran preguntas que se hacía la oji-verde.
—Oye, tranquilízate—la sostuvo del hombro, provocando que la chica se volteara—Tal vez sea falsa alarma—trató de que se calmara.
—¡Tengo un retraso de dos semanas!—gritó exasperada—¿Cómo diablos podría ser falsa alarma?—preguntó frustrada sentándose en la cama.
Su amiga se quedó callada. Tenía razón, un retraso de dos semanas no era común. La alarma que estaba programada para avisar cuando pasaran los diez minutos sonó. Ambas chicas se asustaron y Adriana no tardó en correr hacia el baño. Salió del baño con la prueba de embarazo entre sus manos. Una lágrima resbaló por sus mejillas.
—Positivo—pronunció, estallando en llanto.
—Tranquila, Harry lo entenderá—la animó su amiga.
—Eso espero—la abrazó fuertemente, siendo correspondida con igual o mayor fuerza.
—Ahora descansa, mañana iremos al departamento de Harry—le dijo Sofía, depositando un pequeño beso en su frente.
—Adiós, Sofi—se despidió, a los pocos minutos escuchó como el auto de Sofía se encendía.
Cuando Sofía se fue, Adriana se cambió la ropa por algo más cómodo. Se colocó unos shorts negros con puntos blancos y una camisa de tirantes color blanca. Se escondió bajo las sábanas que cubrían su cama, cayendo en los brazos de Morfeo.
|Al día siguiente|
Los rayos del sol se colaban por la ventana de la habitación. La chica se revolvió incómoda en la suave cama, pero la claridad era tanta que sus ojos no la soportaban. Se estiró un poco y tomó su celular, el cual se encontraba en la mesa de noche. Vio la hora: 8:25.
Se levantó con rapidez de la cama y tomó una toalla color azul. Se encerró en el baño y se cepilló los dientes. Hizo sus necesidades y se despojó de su ropa. Encendió la ducha y se adentró bajo la lluvia artificial. Tarareaba una canción un poco vieja, pero con mucho significado para ella. Tardó unos minutos y luego apagó la ducha. Secó las gotas que caían de su cabello y envolvió su cuerpo con la toalla.
Salió del baño y se adentró en su "walking closet". Se vistió con una camisa de colores a rayas, una falda color negra y unas sandalias sencillas. Se cepilló el cabello y se lo colocó a un lado. Se maquilló naturalmente y guardó en su pequeño bolso de mano un labial, su celular y un poco de dinero, por si las moscas. No llamó a Harry: quería que fuese una sorpresa.
Su estómago produjo un pequeño sonido, indicando que tenía hambre. Bajó las escaleras y una vez en la cocina se estiró hasta llegar a una de las repisas más altas. Tomó dos rebanadas de pan y las llenó con mantequilla para, luego, meterlas en la tostadora. Se volvió a estirar hasta colocar el pan en la repisa correspondiente. Ella era una chica muy ordenada y, aunque no lo supiera, tenía en su personalidad el rasgo de ser perfeccionista.
Aún recuerda sus peleas con su madre. Siempre peleaban por muchas razones, entre ellas, porque su madre era muy perfeccionista. Recuerda que cada proyecto que hacía tenía que estar impecable, sin algún rastro de una mancha, porque sino había que comenzarlo de nuevo. Sonrió nostálgicamente. Vivir en un apartamento sola no era fácil, extrañaba a su familia, pero ella quería aprender a salir adelante sin el dinero de su familia. No vivía tan lejos de su madre, pero sí a una distancia suficiente como para que su madre no se pase todo el tiempo en su departamento.
La tostadora emitió un ruido, indicando que las tostadas ya estaban y que si no las sacaba se quemarían. Sacó las tostadas y, en un abrir y cerrar de ojos, se las comió, quedando totalmente satisfecha. Subió para cepillarse sus dientes y tomar su bolso.
Cerró la casa con llave y se montó en su mini cooper color naranja. Desde que tenía 17 años quería uno y su padre, ante tantas súplicas, cedió y le compró uno. No se le hizo fácil elegir un color, pero desde el primer momento en que lo vio, se enamoró del naranja.
Quince minutos luego se hallaba frente al departamento de Harry. Habían varios carros estacionados frente al edificio, unos eran de sus amigos. Tendría que esperar a que todos se fueran para darle "la noticia" a Harry. Su mayor preocupación era como reaccionaría él. Es un chico muy impredecible y nunca sabrás que es lo que tiene preparado para después.
Inhaló una enorme cantidad de oxígeno cuando ya se encontraba frente a la puerta. Tocó dos veces y espero a que alguien abriera. Escuchaba risas y unos pasos que cada vez se acercaban más a la puerta. La puerta se abrió, relevando a un Harry sonriendo nerviosamente.
—Hola, amor—se enganchó en los brazos de su amado.
—Hola, princesa—la besó tiernamente, pero la chica no encontró en ese beso la calidez de los labios de Harry—Pasa—se hizo a un lado, dándole a la castaña una vista de algunos de los amigos de Harry, que pertenecían al equipo de fútbol y de dos chicas.
La primera la conocía perfectamente, era la ex de Harry, Bianca. Una chica de cabello rubio, lacio hasta la cintura; ojos color marrón adornados con unas abundantes pestañas; facciones muy finas y un cuerpo de envidiar. La otra era totalmente desconocida para la oji-verde.
Todos reían y Bianca, al notar la presencia de la castaña, la miró con aires de superioridad.
—¿Qué tengo?—le preguntó, cansada de la insistente mirada de la rubia.
—Harry, ¿no le dirás?—la rubia ignoró su pregunta.
—¿Decirle qué?—se rascó la nuca nerviosamente.
—Oh, vamos Harry sabes perfectamente de que hablo, no puedes seguir mintiéndole—le contestó.
—¿De qué hablan?—dijo la castaña, estaba muy extrañada por el repentino comportamiento de ambos.
—Oh, querida, lo que pasa es que...—fue interrumpida por Harry.
—¡No digas nada!—le ordenó el ruloso.
—Como decía...—ignoró al ruloso—...Harry sólo se acercó a ti por una apuesta—le informó.
La castaña estaba muy sorprendida. El mundo alrededor de ella se paró. Sus manos sudaban y su mirada se hallaba perdida, en algún lugar de la Tierra. Su mundo se derrumbó por completo, estaba perpleja, aún sin creer lo que hace segundo escuchó. Sentía una presión el el pecho y en su garganta se produjo un nudo. Tenía ganas de llorar, pero no se dejaría ver débil, o al menos no frente a los demás. Harry la había visto llorar por muchas veces, pero no dejaría que el quedara satisfecho por haber logrado destruirla. Le dolía la mandíbula por contener el llanto, pero no lo haría.
—Sólo fui una apuesta—se dijo a sí misma.
—Cariño, te lo puede explicar—Harry trató de acercase y abrazarla, pero ella lo impidió.
—¡Déjame idiota!—le gritó y le dio una cachetada.
El ruloso tocó su mejilla que se hallaba de un color rojizo. Sabía que ella era muy testaruda y no lo dejaría hablar. Aspiró un poco de aire y trató de hablarle.
—No hables—le ordenó—Es mi turno de hablar—todos en la habitación la miraban atentos—¿Por qué?, ¿por qué lastimarme?, ¿por qué yo y no alguien más, ¿qué te hice yo para que hicieras esto?—lo cuestionó, sin darle tiempo a contestar alguna de las preguntas—¿Por qué fingir amor?, me engañaste todo este tiempo, yo me enamoré de ti—las lágrimas amenazan con salir—¡Te di todo lo que tenía!, ¡te di mi primer beso y mi virginidad!—comenzó a alzar su tono de voz—¿Nunca te bastó haberle quitado lo mismo a un montón de chicas?—prosiguió—Quiero que sepas que tu juego conmigo ha llegado a su fin—dos o tres lágrimas se escaparon de sus ojos—Hasta nunca, Harry Styles—pronunció con frialdad—Que te vaya bien—se dio media vuelta y se fue del apartamento.
Las lágrimas salían de sus ojos verdes sin control. No quería que Harry se enterara de la existencia del pequeño bebé. Prefería cuidarlo sola. Caminó unas pocas cuadras hasta llegar a un pequeño parque, al cual solía acudir con Harry. Se sentó en un banco, un poco viejo, que le traía muchos recuerdos...
—¡Harry!—gritó, buscando con la mirada al ruloso, el cual le había dicho que vendría ahora.
El día era muy hermoso, el cielo había tomado un color naranja. Habían muchas aves, que emigraban por la venida del invierno próxima a llegar. Se hallaban parejas con sus hijos muy felices corriendo por el parque o, simplemente, sentadas tratando de encontrarles forma a las nubes. Harry la había invitado porque "tenía que decirle algo". Le dijo que cerrara los ojos, pero simplemente había desaparecido.
—¡Harry!—volvió a llamarlo—¿Aún sigues ahí?—preguntó, sin ningún éxito de conseguir una respuesta.
—Listo—se escuchó una voz a sus espaldas, la cual provocó que la chica soltará un pequeño grito.
—Harry que cara...—tapó su boca al ver a Harry arrodillado con un ramo de rosas en la mano.
—Adriana, sé que no soy el mejor chico, ni que te he tratado bien todo este tiempo, pero todos los momentos que he pasado junto a ti han sido hermosos—a la oji-verde se le cristalizaron los ojos de la emoción—Así que...—jugueteó con el cuello de su camisa nerviosamente—¿Quieres ser mi novia?—hizo la gran pregunta, la castaña se quedó observándolo.
—Harry, yo...—fue interrumpida por el chico.
—Está bien si no quieres, te entiendo—dijo él un poco desilusionado.
—Harry, yo si quiero ser tu novia—le dedicó una sonrisa sincera.
Harry se levantó y la alzó en brazos. La besó tiernamente, ambos disfrutando de aquel momento.
—Te amo—dijo él, sonriendo en medio de aquel hermosos beso.
—Yo también—volvió a besarlo...
Soltó varias lágrimas, todos los momentos vividos junto a Harry fueron una farsa. Excepto aquellos momentos en los que Harry la insultaba, eso sí eran ciertos. En sus brazos se hallaban pequeña cicatrices, producto de las veces que se cortó por culpa de Tania...
"Mírate, pareces una ballena a punto de explotar"
Primer corte, no tan profundo.
"No le importas a nadie, mejor mátate de una vez"
Segundo corte, un largo bastante considerable y una profundidad mayor.
"Harry sólo te está usando, en verdad no te quiere"
Tercer corte, en su otra muñeca, la sangre comenzó a brotar.
"Mientras tu te preocupas por Harry, él esta follando con cualquier zorra"
Cuarto corte, tan profundo que casi llegaba a una de sus venas.
"Si te suicidas le harías un favor al mundo"
Quinto corte.
"Eres una inútil, no sabes hacer nada bien, sólo estorbas"
Sexto y último corte. Ya se había desahogado completamente. Sus brazos estaban llenos de sangre, al igual que el frío suelo de su baño.
—¿Qué mierda has hecho?—apareció Harry, un poco pálido.
La chica no contestó, Harry la tomó en brazos y se la llevó en brazos...
Ahora de sus ojos brotaba una cascada de aquel líquido salado. Quería empezar de nuevo, en un lugar donde nadie la conociera. Ya había tomado la decisión, se iría de Londres, al menos por un buen tiempo. Llamó a su mamá, que de seguro la apoyaría.
—¿Hola?—se escuchó la voz de su madre a través de la línea telefónica.
—Mamá—se le quebró la voz.
—¿Qué ha pasado?—en su tono de voz se hallaba presente la preocupación.
—Luego te digo, pero necesito que me consigas un vuelo a New York, me quiero largar de aquí—le dijo, calmando su llanto.
—Vale, ¿dónde estás?—le preguntó.
—En un parque cerca del apartamento de Harry—le informó mirando a su alrededor—¿Sabes dónde es?—le preguntó dudosa.
—Claro—le dijo—Estaré en quince minutos, sólo no hagas nada, por favor—le suplicó, pues sabía de todo lo que era capaz su hija.
—No te preocupes, te espero—colgó el celular.
Se sentó bajo la sombra de un árbol que estaba justo al lado de la calle. Lo prefirió así para que su mamá no se volviera loca llamándola. Como lo había prometido, su mamá se hallaba en el parque luego de quince minutos. Se montó en el auto, no veía la calle bien, ya que sus ojos estaban nublados por las lágrimas.
Su mamá la llevó a su casa, para así empacar todas sus pertenencias. Tomaba todo lo que había a su paso, sin importar estuviera acomodada o no. Al final tenía 3 maletas. Bajó las escaleras y su mamá se hallaba sentada en un sillón de cuero color hueso.
—¿Nos vamos?—le preguntó a su mamá, quien volteó y asintió con la cabeza.
Arrastró las maletas hasta la entrada principal y cerró su apartamento con llave. Se montó en el auto y le entregó las llaves a su madre, para que así pudiera llevarse todo lo que permanecía en el lugar. Cerró sus ojos e inmediatamente muchos recuerdos invadieron su mente...
—¿Quieres ver un película de terror?—el ruloso le enseño una de las películas que se hallaban en la vitrina.
—No, me dan miedo—le dijo, sentándose en forma de indio.
—Por favor—hizo un puchero imposible de resistir, o al menos para ella.
—Está bien—rodó los ojos.
El chico se sentó en la cama con algo de fuerza, provocando que algunas palomitas se cayeran del plato. Presionó el botón de "play" y la película comenzó.
—Si me da miedo será tu culpa—lo amenazó.
—No te preocupes, yo te protegeré—la abrazó—Lo haré siempre–le dio un dulce beso en los labios...
Unas cuantas lágrimas se volvieron a escapar de sus ojos. Abrió sus ojos, encontrándose con que ya habían llegado al aeropuerto. Se bajó del auto y tomó sus maletas, su mamá caminando detrás de ella. Arrastró las maletas hasta un pequeño sillón. Le ordenó a su mamá que se quedara ahí sentada y se dirigió a la pequeña cafetería. Ordenó un café y se paró a un costado.
Volvió a tomar asiento junto a su madre. Su mamá se fue a comprar el boleto de avión. Cerró sus ojos y espero el llamado de su vuelo.
—Pasajeros del vuelo 639, por favor ir abordando su avión—una voz femenina se escuchó anunciando su vuelo.
Abrazó a su madre fuertemente, volviendo a soltar lágrimas, pero la diferencia es que esta vez no era por Harry. Se llevó consigo sus maletas y entró en el avión. Buscó su asiento y se sentó en él. Respiró hondamente, liberando sus tensiones.
—Al parecer serás mi compañera por varias horas—una voz masculina habló.
Se volteó, quedando impactada por la belleza de aquel chico. Cabello bastante largo, color marrón con algunas vueltas en él; facciones muy finas y una musculatura bastante proporcionada.
—Eso creo—esas fueron las únicas palabras que pudo pronunciar.
—Soy Avan, Avan Jogia—extendió una de sus manos.
—Adriana—le dijo aceptando su mano.
Y así pasó todo el vuelo, hablando con Avan. Miró por la ventana y se dio cuenta que ya estaban en Nueva York. Se despidió de Avan, no sin antes intercambiar números telefónicos. Pidió un taxi que la llevará hasta un hotel.
Llegaron al hotel y ella le pagó. Se bajó y tomó aire antes de entrar al hotel. Hizo la fila y reservó una habitación pequeña por un tiempo indefinido. Un portero llevó las maletas a la habitación y ahí se quedó sola, pensando en una sola cosa: Harry.
|Presente|
Nuestra amiga castaña se encuentra preparando sus maletas. Luego de dos años por fin volvería a Inglaterra. Había pasado un largo tiempo, pero tenía que ir a la universidad y, con suerte, consiguió una beca en una de las universidades más prestigiosas en toda Inglaterra.
—Mami, ¿me ayudas?—apareció Darcy por la habitación.
Darcy era la hija de Adriana y de Harry. Aunque el no sabía de su existencia. Tenía un año y unos pocos meses. No hablaba mucho, pero podía pronunciar una que otra palabra. Era una niña de tez blanca, cabello rizado color verde y sus ojos era un verde, pero ese verde era una mezcla de los ojos de su ambos padres. Se parecía más a Harry. La niña llevaba un trajesito a cuadros rosa y unos zapatos blancos. Su cabello estaba suelto con algunas pequeñas flores en él. Era muy hermosa.
—Ahora voy—cargó a su hija en brazos hasta la habitación de la pequeña.
El apartamento estaba vacío, ella había vendido todo lo que había en él. No era por falta de dinero, sino porque se mudaría y sabía que no volvería. Escuchó la bocina de un carro. Tomó a su pequeña hijo en brazos y arrastró las dos maletas que tenía.
Vio a Avan recostado en su auto. Fue hasta donde él y le dio un beso en los labios. Llevaban casi un año de novios. Ella lo amaba, pero nunca lo haría como amaba, o más bien, como ama a Harry. Él la ayudo a guardar las maletas en la cajuela del auto, mientras ella ponía a Darcy en un su asiento. Entraron en el auto y se fueron en silencio hasta el aeropuerto.
|Inglaterra|
—¿Así que ella volverá a Inglaterra?—preguntó uno de los chicos.
—Así es—afirmó—Pero no quiere que Harry lo sepa.
Ninguno se dio cuenta que alguien los había escuchado. Y no era simplemente cualquiera, sino que era Harry...[/color]
- Reglas:
- *Inserte gif de New York*bc estoy desde el cel y ya sabes
Snowflake.
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por CandeDirectioner1313 Mar 24 Dic 2013, 10:17 am
Cuando dan los resultados?
CandeDirectioner1313
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por Escritora Suicida Miér 25 Dic 2013, 3:01 pm
:aah: :calor:
Escritora Suicida
Re: Appetite for destruction {Inscripciones Abiertas
por Invitado Miér 25 Dic 2013, 3:25 pm
Aceptada.Adrianamalik escribió:Louis Tomlinson{policía}
Evangeline Thompson{Victoria Justice}
Liam Hemsworth{NYR}creo que esas son las inciales
- When I was your man:
|Dos años atrás|
Se hallaba una chica de cabello chocolate nerviosa. Su amiga trataba de calmarla, pero nada parecía funcionar. Eran los diez minutos más largos de su vida. El piso de madera crujía bajo sus tacones, cada vez que daba un paso alrededor de la habitación. Se mordía el labio, mientras millones de preguntas rondaban por su cabeza.¿Qué pasa si sale positivo?,¿cambiaría mi vida?; eran preguntas que se hacía la oji-verde.
—Oye, tranquilízate—la sostuvo del hombro, provocando que la chica se volteara—Tal vez sea falsa alarma—trató de que se calmara.
—¡Tengo un retraso de dos semanas!—gritó exasperada—¿Cómo diablos podría ser falsa alarma?—preguntó frustrada sentándose en la cama.
Su amiga se quedó callada. Tenía razón, un retraso de dos semanas no era común. La alarma que estaba programada para avisar cuando pasaran los diez minutos sonó. Ambas chicas se asustaron y Adriana no tardó en correr hacia el baño. Salió del baño con la prueba de embarazo entre sus manos. Una lágrima resbaló por sus mejillas.
—Positivo—pronunció, estallando en llanto.
—Tranquila, Harry lo entenderá—la animó su amiga.
—Eso espero—la abrazó fuertemente, siendo correspondida con igual o mayor fuerza.
—Ahora descansa, mañana iremos al departamento de Harry—le dijo Sofía, depositando un pequeño beso en su frente.
—Adiós, Sofi—se despidió, a los pocos minutos escuchó como el auto de Sofía se encendía.
Cuando Sofía se fue, Adriana se cambió la ropa por algo más cómodo. Se colocó unos shorts negros con puntos blancos y una camisa de tirantes color blanca. Se escondió bajo las sábanas que cubrían su cama, cayendo en los brazos de Morfeo.
|Al día siguiente|
Los rayos del sol se colaban por la ventana de la habitación. La chica se revolvió incómoda en la suave cama, pero la claridad era tanta que sus ojos no la soportaban. Se estiró un poco y tomó su celular, el cual se encontraba en la mesa de noche. Vio la hora: 8:25.
Se levantó con rapidez de la cama y tomó una toalla color azul. Se encerró en el baño y se cepilló los dientes. Hizo sus necesidades y se despojó de su ropa. Encendió la ducha y se adentró bajo la lluvia artificial. Tarareaba una canción un poco vieja, pero con mucho significado para ella. Tardó unos minutos y luego apagó la ducha. Secó las gotas que caían de su cabello y envolvió su cuerpo con la toalla.
Salió del baño y se adentró en su "walking closet". Se vistió con una camisa de colores a rayas, una falda color negra y unas sandalias sencillas. Se cepilló el cabello y se lo colocó a un lado. Se maquilló naturalmente y guardó en su pequeño bolso de mano un labial, su celular y un poco de dinero, por si las moscas. No llamó a Harry: quería que fuese una sorpresa.
Su estómago produjo un pequeño sonido, indicando que tenía hambre. Bajó las escaleras y una vez en la cocina se estiró hasta llegar a una de las repisas más altas. Tomó dos rebanadas de pan y las llenó con mantequilla para, luego, meterlas en la tostadora. Se volvió a estirar hasta colocar el pan en la repisa correspondiente. Ella era una chica muy ordenada y, aunque no lo supiera, tenía en su personalidad el rasgo de ser perfeccionista.
Aún recuerda sus peleas con su madre. Siempre peleaban por muchas razones, entre ellas, porque su madre era muy perfeccionista. Recuerda que cada proyecto que hacía tenía que estar impecable, sin algún rastro de una mancha, porque sino había que comenzarlo de nuevo. Sonrió nostálgicamente. Vivir en un apartamento sola no era fácil, extrañaba a su familia, pero ella quería aprender a salir adelante sin el dinero de su familia. No vivía tan lejos de su madre, pero sí a una distancia suficiente como para que su madre no se pase todo el tiempo en su departamento.
La tostadora emitió un ruido, indicando que las tostadas ya estaban y que si no las sacaba se quemarían. Sacó las tostadas y, en un abrir y cerrar de ojos, se las comió, quedando totalmente satisfecha. Subió para cepillarse sus dientes y tomar su bolso.
Cerró la casa con llave y se montó en su mini cooper color naranja. Desde que tenía 17 años quería uno y su padre, ante tantas súplicas, cedió y le compró uno. No se le hizo fácil elegir un color, pero desde el primer momento en que lo vio, se enamoró del naranja.
Quince minutos luego se hallaba frente al departamento de Harry. Habían varios carros estacionados frente al edificio, unos eran de sus amigos. Tendría que esperar a que todos se fueran para darle "la noticia" a Harry. Su mayor preocupación era como reaccionaría él. Es un chico muy impredecible y nunca sabrás que es lo que tiene preparado para después.
Inhaló una enorme cantidad de oxígeno cuando ya se encontraba frente a la puerta. Tocó dos veces y espero a que alguien abriera. Escuchaba risas y unos pasos que cada vez se acercaban más a la puerta. La puerta se abrió, relevando a un Harry sonriendo nerviosamente.
—Hola, amor—se enganchó en los brazos de su amado.
—Hola, princesa—la besó tiernamente, pero la chica no encontró en ese beso la calidez de los labios de Harry—Pasa—se hizo a un lado, dándole a la castaña una vista de algunos de los amigos de Harry, que pertenecían al equipo de fútbol y de dos chicas.
La primera la conocía perfectamente, era la ex de Harry, Bianca. Una chica de cabello rubio, lacio hasta la cintura; ojos color marrón adornados con unas abundantes pestañas; facciones muy finas y un cuerpo de envidiar. La otra era totalmente desconocida para la oji-verde.
Todos reían y Bianca, al notar la presencia de la castaña, la miró con aires de superioridad.
—¿Qué tengo?—le preguntó, cansada de la insistente mirada de la rubia.
—Harry, ¿no le dirás?—la rubia ignoró su pregunta.
—¿Decirle qué?—se rascó la nuca nerviosamente.
—Oh, vamos Harry sabes perfectamente de que hablo, no puedes seguir mintiéndole—le contestó.
—¿De qué hablan?—dijo la castaña, estaba muy extrañada por el repentino comportamiento de ambos.
—Oh, querida, lo que pasa es que...—fue interrumpida por Harry.
—¡No digas nada!—le ordenó el ruloso.
—Como decía...—ignoró al ruloso—...Harry sólo se acercó a ti por una apuesta—le informó.
La castaña estaba muy sorprendida. El mundo alrededor de ella se paró. Sus manos sudaban y su mirada se hallaba perdida, en algún lugar de la Tierra. Su mundo se derrumbó por completo, estaba perpleja, aún sin creer lo que hace segundo escuchó. Sentía una presión el el pecho y en su garganta se produjo un nudo. Tenía ganas de llorar, pero no se dejaría ver débil, o al menos no frente a los demás. Harry la había visto llorar por muchas veces, pero no dejaría que el quedara satisfecho por haber logrado destruirla. Le dolía la mandíbula por contener el llanto, pero no lo haría.
—Sólo fui una apuesta—se dijo a sí misma.
—Cariño, te lo puede explicar—Harry trató de acercase y abrazarla, pero ella lo impidió.
—¡Déjame idiota!—le gritó y le dio una cachetada.
El ruloso tocó su mejilla que se hallaba de un color rojizo. Sabía que ella era muy testaruda y no lo dejaría hablar. Aspiró un poco de aire y trató de hablarle.
—No hables—le ordenó—Es mi turno de hablar—todos en la habitación la miraban atentos—¿Por qué?, ¿por qué lastimarme?, ¿por qué yo y no alguien más, ¿qué te hice yo para que hicieras esto?—lo cuestionó, sin darle tiempo a contestar alguna de las preguntas—¿Por qué fingir amor?, me engañaste todo este tiempo, yo me enamoré de ti—las lágrimas amenazan con salir—¡Te di todo lo que tenía!, ¡te di mi primer beso y mi virginidad!—comenzó a alzar su tono de voz—¿Nunca te bastó haberle quitado lo mismo a un montón de chicas?—prosiguió—Quiero que sepas que tu juego conmigo ha llegado a su fin—dos o tres lágrimas se escaparon de sus ojos—Hasta nunca, Harry Styles—pronunció con frialdad—Que te vaya bien—se dio media vuelta y se fue del apartamento.
Las lágrimas salían de sus ojos verdes sin control. No quería que Harry se enterara de la existencia del pequeño bebé. Prefería cuidarlo sola. Caminó unas pocas cuadras hasta llegar a un pequeño parque, al cual solía acudir con Harry. Se sentó en un banco, un poco viejo, que le traía muchos recuerdos...
—¡Harry!—gritó, buscando con la mirada al ruloso, el cual le había dicho que vendría ahora.
El día era muy hermoso, el cielo había tomado un color naranja. Habían muchas aves, que emigraban por la venida del invierno próxima a llegar. Se hallaban parejas con sus hijos muy felices corriendo por el parque o, simplemente, sentadas tratando de encontrarles forma a las nubes. Harry la había invitado porque "tenía que decirle algo". Le dijo que cerrara los ojos, pero simplemente había desaparecido.
—¡Harry!—volvió a llamarlo—¿Aún sigues ahí?—preguntó, sin ningún éxito de conseguir una respuesta.
—Listo—se escuchó una voz a sus espaldas, la cual provocó que la chica soltará un pequeño grito.
—Harry que cara...—tapó su boca al ver a Harry arrodillado con un ramo de rosas en la mano.
—Adriana, sé que no soy el mejor chico, ni que te he tratado bien todo este tiempo, pero todos los momentos que he pasado junto a ti han sido hermosos—a la oji-verde se le cristalizaron los ojos de la emoción—Así que...—jugueteó con el cuello de su camisa nerviosamente—¿Quieres ser mi novia?—hizo la gran pregunta, la castaña se quedó observándolo.
—Harry, yo...—fue interrumpida por el chico.
—Está bien si no quieres, te entiendo—dijo él un poco desilusionado.
—Harry, yo si quiero ser tu novia—le dedicó una sonrisa sincera.
Harry se levantó y la alzó en brazos. La besó tiernamente, ambos disfrutando de aquel momento.
—Te amo—dijo él, sonriendo en medio de aquel hermosos beso.
—Yo también—volvió a besarlo...
Soltó varias lágrimas, todos los momentos vividos junto a Harry fueron una farsa. Excepto aquellos momentos en los que Harry la insultaba, eso sí eran ciertos. En sus brazos se hallaban pequeña cicatrices, producto de las veces que se cortó por culpa de Tania...
"Mírate, pareces una ballena a punto de explotar"
Primer corte, no tan profundo.
"No le importas a nadie, mejor mátate de una vez"
Segundo corte, un largo bastante considerable y una profundidad mayor.
"Harry sólo te está usando, en verdad no te quiere"
Tercer corte, en su otra muñeca, la sangre comenzó a brotar.
"Mientras tu te preocupas por Harry, él esta follando con cualquier zorra"
Cuarto corte, tan profundo que casi llegaba a una de sus venas.
"Si te suicidas le harías un favor al mundo"
Quinto corte.
"Eres una inútil, no sabes hacer nada bien, sólo estorbas"
Sexto y último corte. Ya se había desahogado completamente. Sus brazos estaban llenos de sangre, al igual que el frío suelo de su baño.
—¿Qué mierda has hecho?—apareció Harry, un poco pálido.
La chica no contestó, Harry la tomó en brazos y se la llevó en brazos...
Ahora de sus ojos brotaba una cascada de aquel líquido salado. Quería empezar de nuevo, en un lugar donde nadie la conociera. Ya había tomado la decisión, se iría de Londres, al menos por un buen tiempo. Llamó a su mamá, que de seguro la apoyaría.
—¿Hola?—se escuchó la voz de su madre a través de la línea telefónica.
—Mamá—se le quebró la voz.
—¿Qué ha pasado?—en su tono de voz se hallaba presente la preocupación.
—Luego te digo, pero necesito que me consigas un vuelo a New York, me quiero largar de aquí—le dijo, calmando su llanto.
—Vale, ¿dónde estás?—le preguntó.
—En un parque cerca del apartamento de Harry—le informó mirando a su alrededor—¿Sabes dónde es?—le preguntó dudosa.
—Claro—le dijo—Estaré en quince minutos, sólo no hagas nada, por favor—le suplicó, pues sabía de todo lo que era capaz su hija.
—No te preocupes, te espero—colgó el celular.
Se sentó bajo la sombra de un árbol que estaba justo al lado de la calle. Lo prefirió así para que su mamá no se volviera loca llamándola. Como lo había prometido, su mamá se hallaba en el parque luego de quince minutos. Se montó en el auto, no veía la calle bien, ya que sus ojos estaban nublados por las lágrimas.
Su mamá la llevó a su casa, para así empacar todas sus pertenencias. Tomaba todo lo que había a su paso, sin importar estuviera acomodada o no. Al final tenía 3 maletas. Bajó las escaleras y su mamá se hallaba sentada en un sillón de cuero color hueso.
—¿Nos vamos?—le preguntó a su mamá, quien volteó y asintió con la cabeza.
Arrastró las maletas hasta la entrada principal y cerró su apartamento con llave. Se montó en el auto y le entregó las llaves a su madre, para que así pudiera llevarse todo lo que permanecía en el lugar. Cerró sus ojos e inmediatamente muchos recuerdos invadieron su mente...
—¿Quieres ver un película de terror?—el ruloso le enseño una de las películas que se hallaban en la vitrina.
—No, me dan miedo—le dijo, sentándose en forma de indio.
—Por favor—hizo un puchero imposible de resistir, o al menos para ella.
—Está bien—rodó los ojos.
El chico se sentó en la cama con algo de fuerza, provocando que algunas palomitas se cayeran del plato. Presionó el botón de "play" y la película comenzó.
—Si me da miedo será tu culpa—lo amenazó.
—No te preocupes, yo te protegeré—la abrazó—Lo haré siempre–le dio un dulce beso en los labios...
Unas cuantas lágrimas se volvieron a escapar de sus ojos. Abrió sus ojos, encontrándose con que ya habían llegado al aeropuerto. Se bajó del auto y tomó sus maletas, su mamá caminando detrás de ella. Arrastró las maletas hasta un pequeño sillón. Le ordenó a su mamá que se quedara ahí sentada y se dirigió a la pequeña cafetería. Ordenó un café y se paró a un costado.
Volvió a tomar asiento junto a su madre. Su mamá se fue a comprar el boleto de avión. Cerró sus ojos y espero el llamado de su vuelo.
—Pasajeros del vuelo 639, por favor ir abordando su avión—una voz femenina se escuchó anunciando su vuelo.
Abrazó a su madre fuertemente, volviendo a soltar lágrimas, pero la diferencia es que esta vez no era por Harry. Se llevó consigo sus maletas y entró en el avión. Buscó su asiento y se sentó en él. Respiró hondamente, liberando sus tensiones.
—Al parecer serás mi compañera por varias horas—una voz masculina habló.
Se volteó, quedando impactada por la belleza de aquel chico. Cabello bastante largo, color marrón con algunas vueltas en él; facciones muy finas y una musculatura bastante proporcionada.
—Eso creo—esas fueron las únicas palabras que pudo pronunciar.
—Soy Avan, Avan Jogia—extendió una de sus manos.
—Adriana—le dijo aceptando su mano.
Y así pasó todo el vuelo, hablando con Avan. Miró por la ventana y se dio cuenta que ya estaban en Nueva York. Se despidió de Avan, no sin antes intercambiar números telefónicos. Pidió un taxi que la llevará hasta un hotel.
Llegaron al hotel y ella le pagó. Se bajó y tomó aire antes de entrar al hotel. Hizo la fila y reservó una habitación pequeña por un tiempo indefinido. Un portero llevó las maletas a la habitación y ahí se quedó sola, pensando en una sola cosa: Harry.
|Presente|
Nuestra amiga castaña se encuentra preparando sus maletas. Luego de dos años por fin volvería a Inglaterra. Había pasado un largo tiempo, pero tenía que ir a la universidad y, con suerte, consiguió una beca en una de las universidades más prestigiosas en toda Inglaterra.
—Mami, ¿me ayudas?—apareció Darcy por la habitación.
Darcy era la hija de Adriana y de Harry. Aunque el no sabía de su existencia. Tenía un año y unos pocos meses. No hablaba mucho, pero podía pronunciar una que otra palabra. Era una niña de tez blanca, cabello rizado color verde y sus ojos era un verde, pero ese verde era una mezcla de los ojos de su ambos padres. Se parecía más a Harry. La niña llevaba un trajesito a cuadros rosa y unos zapatos blancos. Su cabello estaba suelto con algunas pequeñas flores en él. Era muy hermosa.
—Ahora voy—cargó a su hija en brazos hasta la habitación de la pequeña.
El apartamento estaba vacío, ella había vendido todo lo que había en él. No era por falta de dinero, sino porque se mudaría y sabía que no volvería. Escuchó la bocina de un carro. Tomó a su pequeña hijo en brazos y arrastró las dos maletas que tenía.
Vio a Avan recostado en su auto. Fue hasta donde él y le dio un beso en los labios. Llevaban casi un año de novios. Ella lo amaba, pero nunca lo haría como amaba, o más bien, como ama a Harry. Él la ayudo a guardar las maletas en la cajuela del auto, mientras ella ponía a Darcy en un su asiento. Entraron en el auto y se fueron en silencio hasta el aeropuerto.
|Inglaterra|
—¿Así que ella volverá a Inglaterra?—preguntó uno de los chicos.
—Así es—afirmó—Pero no quiere que Harry lo sepa.
Ninguno se dio cuenta que alguien los había escuchado. Y no era simplemente cualquiera, sino que era Harry...
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