Unpredictable | 5 Seconds of Summer

–Así que está es tu casa. –Dijo Kat Smith, mirándo los cuadros de la pared de la escalera mientras subían rumbo al cuarto de Nicole.
–Sí, –respondió la rubia– ¿quieres algo de comer?
–Que va, dentro de un rato.
–Está bien.
Entraron en la habitación de Nicole. La verdad es que era bastante sagrada y sus padres no solían ir, puesto que respetaban mucho la intimidad de su hija. Demasiado quizá, teniendo en cuenta como hacía lo que le daba la gana. La paredes eran morado claro, y los muebles blancos o del color marrón claro de algunos tipos de madera. Tenía una ventana grande que daba al tejado, y cerca de esta estaba su querido árbol del jardín de los Hood. La cama estaba en esa misma pared, con algún que otro póster de grupos y varios oficiales de distintas películas. También tenía un corcho, con fotos te su clase y de su familia. Había un par de diplomas enmarcados, y Kat supuso que estaban ahí puestos más por sus padres que por la propia chica.
Se sentaron en la cama, que fue donde Nicole dejó su ordenador portátil. Kat miró en una estantería y sacó un CD de All Time Low para ponerlo en el estéreo.
–Vaya, tienes buen gusto. –Comentó la morena, que seguía observando los discos.
–Mi madrina siempre me compra CDs por mi cumpleaños, navidades, mi santo o cualquier festividad, desde que tengo once años, por eso está la banda sonora de Camp Rock.
–Oye, que Camp Rock es genial.
–Lo sé, lo sé. –Sonrió Nicole, Kat era bastante distinta a lo que aparentaba.– Por algo tengo la banda sonora.
Se levantó y fue a abrir la ventana. El ruido de una batería siendo golpeada podía oírse por encima de Somewhere In Neverland.
–¿Qué es eso? –Preguntó Kat.– ¿Y pot qué suena tan mal?
Nicole no pudo evitar echarse a reír.
–Es tu tutor Ashton Irwin tocando la batería.
Kat se rió de nuevo.
–¿Pero que dices?
–Que sí. Calum Hood, Michael Clifford, Luke Hemmings y él tienen una banda, ensayan aquí.
–Pues suenan horrible.
Nicole soltó otra carcajada.
–No seas dura, tienen sus días. Llevan reuniéndose menos de un año.
La morena tenía las cejas alzadas.
–Juro que a veces es un gusto escucharlos.
–Está bien, está bien. Vamos a ponernos con ese proyecto.

–¡Ashton joder! –Gritó Michael por enésima vez.– Lo estás haciendo fatal.
–Mira tío, –comenzó Luke al ver que Ashton iba a responder– ahora mismo todos estamos jodidos en cuanto al tema de chicas, pero eso no significa que tengas que romper tres baquetas seguidas.
La verdad es que el rubio tenía toda la razón. Todos estaban de mal humor o tristes, o ambas. Ariadne pasaba olímpicamente de Michael como jamás había pasado nadie; Angie tenía a Luke no en la friendzone, en la brotherzone, que es peor; Kat y Ashton se habían acostado y luego ella había intentado arrancar de raíz cualquier sentimiento; y Nicole tenía novio, NOVIO.
–¿Y si dejamos de ensayar y vemos las tres películas de Spiderman seguidas? –Pidió Calum.– Las tengo en DVD, por favor.
Un día normal sus amigos se habrían reído de él, pero estaban todos tan destrozados que asintieron vagamente y subieron al salón, donde (más acurrucados de lo que les gustaría aceptar) pasaron el resto de la tarde llamando guarra a Mary Jane.

Pasaban ya las nueve cuando Nicole acompañó a Kat hasta la puerta y se despidieron. Se verían al día siguiente, jueves, de nuevo, en el instituto, y para terminar el trabajo de Biología.
Nicole subió de nuevo a su habitación, ya no tenía tiempo de salir, puesto que su padres llegarían en cualquier momento. Se sentó junto a la ventana, apoyada en el alféizar, con un libro –El castillo ambulante, de Diana Wynne Jones– en las rodillas. Se encontraba dispuesta a terminarlo de una vez. Realmente ya sabía el final, había visto la película mil veces de pequeña, y cuando encontró el ejemplar lo compró sin pensárselo, a decir verdad es que tenía cosas que le habían jodido la infancia un poco, pero era un libro entretenido.
–Vaya, te veo en la ventana pero no vas a saltar. –Dijo a modo de saludo su vecino, Calum.
Nicole dejó el libro a un lado y se giró para mirarlo. Sonrió.
–De vez en cuando estoy en casa. –Bromeó.
–¿Quién lo diría?
Ambos rieron un poco. No tenían nada de que hablar en realidad, pero querían mantener una conversación. Era evidente.
–Hoy el batería estaba un poco flojo, ¿no?
Calum se dejó caer junto a su ventana, encogiéndose de hombros en el proceso y resoplando.
–No machaques a Ashton, está destrozado.
–¿Y eso? ¿Le ha pasado algo?
–Más o menos. Pero es un algo con nombre y apellido.
Nicole iba a abrir la boca para preguntar, pero obtuvo la respuesta enseguida.
–Katherine Smith.
–Estuvo ahora en mi casa.
–Estáis juntas en el trabajo, ¿no?
Nicole asintió.
–Tú vas con Johan. –Soltó la chica, dándose cuenta de que había estado más pendiente de Calum de lo que quería reconocer.
Él no hizo ningún comentario sobre que ella lo supiera.
–Sí, y con lo desastre que somos los dos va a salir un desastre. Pero en fin, al menos suspenderemos juntos. ¿De qué lo conoces?
–Fui su primera novia. –Dijo Nicole, dándose aires de importancia.
–No es justo.
–¿Qué?
–También fuiste la mía.
La rubia se quedó callada unos instantes, era cierto. Calum y ella habían sido una adorable pareja de niños de siete años.
–Me refiero a novia de verdad.
–Nuestra relación infantil iba muy en serio. –Bromeó el chico.
Nicole soltó una carcajada.
–Increíble que seamos ex y no nos estemos gritando.
–Somos muy maduros.