Here comes the sun [Liam Payne y ____ MacGarrett] ¡Aviso importante!

Caminé hasta donde me había dicho y me encontré con la hermosa sonrisa que había visto minutos atrás. El chico me había parecido encantador, pero yo me negaba a aceptarlo ."Es como los demás", decía mi conciencia, "Solo quiere usarte". El me miraba fijamente mientras sonreía tanto con los ojos como con la boca, aquellos preciosos ojos marrones que tenían un brillo que nunca había visto antes. Rápidamente deshice la concesión que nos unía apartando la mirada, mientras dejaba mi mochila en el suelo, me sentaba y sacaba mis libros.

-Así que no te importa MacGarrett ¿Eh? Bonito nombre- Dijo riendo levemente, y yo no pude evitar sonreír- Y bonita sonrisa- Dijo devolviéndomela, a lo que yo quité la mía rápidamente, no quería que pensara que me caía bien ni que tenía algún tipo de oportunidad conmigo. Miré hacia la mesa mientras seguía sacando los libros, pero podía notar su mirada de confusión posada en mi. El simplemente se dedicó a mirar a la pizarra y copiar los apuntes en su cuaderno. Pensaba que había captado la indirecta, que por fin había entendido que no quería nada con el, que no quería ser su amiga ni mucho menos su novia, hasta que un pequeño y liso papel se posó en la superficie de mi mesa. "¿Por que eres así conmigo? ¿Acaso te he hecho algo?". Claro que no, no me había hecho nada, pero lo haría, el solo quería acercarse a mi para luego burlarse, solo quería hacerme daño, estaba segura. Me limité a responder "No, todavía no". No esperaba que le entendiera, pero siempre me había gustado ser directa, sincera y decir lo que pienso, aun que solo me entienda yo misma. El no contestó, simplemente clavó su mirada en mi, aun que yo seguía mirando al frente e intentaba ignorarlo, pero no pude, así que esta vez fui yo la que escribí "¿Por que me miras?" a lo que el respondió "Porque eres guapa. Me gusta mirar a las personas guapas, y hace un tiempo decidí no privarme de los pequeños placeres de la vida". "Valla manera de ligar" pensé mientras rodaba los ojos, pero su carácter me gustaba, era original y decía lo que pensaba. El timbre tocó, la clase había acabado y yo no había atendido por culpa de ese chico. Me puse mis cascos y me dirigí a mi siguiente clase, pero o tardé mucho en darme cuenta de que no caminaba sola. El andaba a mi lado, a la misma velocidad que yo, planeando un encuentro y pretendiendo hacerlo pasar por casualidad. Lo ignoré una vez más, y el me ignoró a mi. Nos ignorábamos mutuamente, ni hablaba ni me miraba, solo me seguía. Dado el ambiente incómodo, decidí hablar.

- ¿Por que me sigues?

-No te sigo, simplemente voy a la misma clase que tu , por el mismo camino y a la misma velocidad que tu- Dijo sin apartar su mirada del frente. Yo inconscientemente formé una sonrisa ligeramente torcida con mis labios, me gustaba su sarcástico y extraño sentido del humor.

Llegamos al aula y el tomó asiento a mi vera. No me molestó durante toda la clase hasta que tocó el timbre. Como había hecho anteriormente, me siguió hasta mi próxima clase y se sentó a mi lado. Cuando tocó la campana que indicaba el comienzo del descanso. Hizo el mismo recorrido que yo hasta la cafetería y "por casualidad" se sentó en la misma mesa que yo, para lo cual no tuvo problema ya que esta estaba vacía.

-¿Porque me sigues?- Pregunte.

-No te sigo, estoy esperando.

-¿Esperando a que?- Dije curiosa.

- No se si te das cuenta de que ambos no podríamos morir en cualquier momento- Pronunció de la nada.

-Si, me lo imagino- Dije confundida- ¿Estas esperando a la muerte?

-No, estoy esperando a ver tu hermosa sonrisa, sería una injusticia que me muriese repentinamente sin haberla visto una ultima vez- Yo rodé los ojos, para mi aquello solo era palabrería- Lo digo muy enserio... - Dijo intentando que yo le dijese mi nombre.

-____- Dije en un bufido- ¿Quieres dejar de ligar conmigo?- Espeté

-No ligo contigo, expreso mi opinión. Si ligara contigo me pondría a decir chorradas como "Tus ojos brillan tanto como las estrellas en el cielo" o "Te quiero con la fuerza de mil soles"- Dijo poniéndole cierto acento estúpido, lo que me hizo sonreír, para luego reír y negar ligeramente con la cabeza. "Es divertido, guapo, inteligente y original" Pensé inconsciente "¿Que? ¡No! El solo quiere jugar contigo" reprochó mi conciencia.

 Decidí volver a ignorarlo, no confiaba en el, y aunque lo hiciese, aunque estuviera segura de que el quiere ser mi amigo de verdad, lo evitaría ¿Por que? Por que mi vida era realmente patética, el no se merecía tener que vivir lo que vivo yo, y menos por mi culpa. 

Te puedo hacer una pregunta?- Inquirió, y al ver que yo no decía nada prosiguió- ¿Por que estas siempre sola?

 Automáticamente mis ojos se cristalizaron. "Porque mi mejor amiga a muerto y los demás me ignoran por no ser como las demás chicas" pensé. No iba a llorar no delante de el, así que aparté la mirada de sus ojos y la dirigí al suelo, con la esperanza de que mis ganas de llorar cediesen. Pero no lo hicieron, así que simplemente me fui de allí sin tan siquiera haber probado bocado. Rápidamente me dirigí hacia el baño, y como no había nadie me tomé la libertad de sentarme en el suelo en una esquina y desahogarme. Mis lagrimas corrían por mis mejillas, una detrás de otra, y cuando quise parar mi llanto no tuve más remedio que cubrirme la cara con las manos e intentar controlar la respiración.  Debí de estar allí una hora y pocos minutos, ya que la campana había sonado dos veces.  Cuando ya estuve calmada me puse de pie y me miré al espejo, estaba horrorosa. Mis ojos estaban rojos e hinchados, mis mofletes estaban teñidos de un fuerte color carmesí y mi pelo estaba revuelto. Hice un intento desesperado por arreglar mi imagen y me lavé la cara y me pasé la mano por el pelo repetidas veces. Al menos había conseguido que mi pelo ya no pareciera un nido de pájaros, y mis ojos ya no me escocían tanto como antes. Suspiré con pesadez antes de salir de aquella deprimente estancia. Al abrir la puerta mis ojos se abrieron como platos. Allí estaba el, sentado a uno de los lados de la puerta, apoyado contra una pared, mirándome. 
-¿Estas mejor?- Preguntó mientras se ponía de pie.

-¿Has estado aquí todo este tiempo?- Le devolví la pregunta.

-Claro, te seguí desde la cafetería, pero al ver que estabas llorando decidí dejarte desahogar en paz- Dijo.

Tenía ganas de abrazarlo, era la única persona aparte de mis padres que se preocupaba por mi desde la muerte de Sara. Había estado allí una hora solo para ver si estaba bien. Pero no iba a hacerlo, no lo iba abrazar. Solo mire hacía al suelo y me dirigí a la cafetería a por mi mochila, la cual se me había olvidado. Pero al llegar allí ya no estaba, "Segura que han sido esas malditas animadoras, seguro que esas..."

-¿Buscas esto?- Dijo Liam detrás mía. Llevaba mi mochila en su mano.

Yo di dos pasos hacia el la agarré, pero el echó su brazo hacia atrás, acercándome a el y haciendo que nuestras frentes quedaran unidas. Yo me paralicé, era tan guapo, con esos ojos y esa sonrisa.

-Déjame ayudarte- Dijo sin apartar sus ojos de los míos.

-¿Ayudarme a que? No me conoces- Dije intentando salir de mi trance.

-Pues déjame conocerte- Dijo bajando la mirada a mis labios.Ahí fue cuando me lo imagine llevando la misma carga que yo, y eso me dio fuerzas para tirar de la mochila, cogerla y apartarme de caminando hacia la salida. Aún quedaba una hora de clase, pero yo no tenía ganas de aguantar a ningún profesor.