Robinson Crouse | 1D

¿Qué es lo malo de tener muchísimo dinero y contactos importantes? Bueno, la respuesta es, que si tienes un tío como, Simon Cowell, no puedes gastarlo como lo deseas. No puedes, pero igual, yo lo hago.  Gasto el dinero como me plazca y utilizo todas mis influencias para conseguir lo que deseo, si bien no es lo correcto, pero simplemente no me importa. ¿Por qué tendría que importarme hacer con mi dinero lo que me dé la gana sin esperar a que me riñan? Es sumamente ridículo que él no me permita nada, si a June no le importa, ¿Por qué tendría que actuar él como un tío preocupado? La forma en la que me saco de Ámsterdam, fue grosera, abrupta y muy fuera de lugar, no era su problema lo que sea que yo hiciera en esa ciudad.  La estaba pasando bien, sin conciencia, sin responsabilidades y sin remordimientos, soy joven y parece que el viejo Simon, se salto esa parte de la vida donde quieres hacerlo todo. Me salió con cada mamada de que; “Tienes 21 años, sienta cabeza de una buena vez.”, “Esas no son cosas que deba hacer una señorita” o “¿Qué diría tu madre, Melanie”. ¿Qué diría ella? Pues está muerta, los muertos no pueden hablar, mejor que lo acepte, no me interesa lo que digan.

Me mude a Dublín, con la intención de que me dejaran vivir mi vida, a mi manera, no para que aun siguieran dirigiéndome por donde caminar, que comer, que decir y qué hacer. Parece ser, que ni que me mude a la china, van dejar de molestar.

- Ya está por salir el vuelo.- me informa la áspera voz de Hannah.- Tenemos que entrar a la zona de abordaje.
- ¿Y si no quiero hacerlo?- reto enarcando una de mis cejas.- bien podría entrar a la zona de abordaje y subirme a otro avión.- se encoje de hombros
- A mí me da igual lo que tú hagas con tu vida, cariño.- rueda sus verdes ojos con desinterés y se muerde las mejillas desde adentro de la boca.- Preocúpate por los guardias que nos mando, Simon. A mí, poco y nada me importa lo que hagas.

 Parpadeo un par de veces sorprendida por la actitud de mi prima, pasamos de ser unidas a hablarnos de vez en cuando si nos topamos. Hace unos tres meses que ni siquiera le dirigía un “Hola” ya veo cuanto pueden cambiar las personas con el tiempo. La observo alejarse, con ese nuevo movimiento de cadera, y esa rara forma de que su cabello se balancee de lado a lado a su paso. Lo pretenciosa se le puede notar inclusive a mil kilómetros de distancia. Y ahora tendré, no solo que soportarla a ella, sino también a las demás. La última vez que las vi fue en navidad, y de eso ya va mucho tiempo.

Cojo mi maleta del donde la tenia y comienzo a caminar a paso pesado, sinceramente no tengo idea de adónde voy, se que haremos escala en Londres, pero solo para recoger a las demás, me gustaría que me dijeran a donde coño me llevan. Pero eso no va a pasar, el tío es bastante astuto, no me daría la oportunidad de escapar. Pero él sabe que adoro competir, y más cuando se que yo puedo hacerlo mejor, cada día y cada noche me esfuerzo por ser mucho mejor que todos ellos, no del modo en que lo esperan, pero saben que si me ponen una traba, la pateare y la tirare lejos de mi camino sin ningún problema. Ellos me ponen un “Pero” y yo camino a su al redor, evadiéndoles, dándoles a entender que no me importa lo que hagan o me digan, yo hare lo que quiera, no pueden conmigo. Y con esta ridiculez del viaje colectivo lo que hacen es demostrarme que ya han perdido fuerzas para batallar conmigo y utilizan su último recurso.  Aunque tal parece que mis primas también han hecho de las suyas, de lo contrario el reclusorio seria solo para mí. ¿Qué podría haber hecho la tonta de Julianne? Ella sería incapaz de hacer algo como lo que yo hago para divertirme, la nena puede ser malcriada y bastante soberbia, pero tampoco le alcanzan los ovarios para hacer algo estúpido. En cuanto a las demás, sinceramente no se que habrán hecho, se que al menos, Hannah, es la perra mas pretenciosa y arrogante del campus. Aunque ahora no nos soportemos, tanto ella como yo sabemos que solo nos gusta divertirnos, y que ambas nos hemos ido lejos de Londres, con la intención de que dejaran de manipular nuestras vidas.

La castaña le tiende su boleto a la azafata que los recibe y le se hace a un lado para dejarla pasar. Avanzo para darle el mío también, esta lo recibe y cuando subo la mirada esta me estudia unos segundos, parece reconocerme de algún lugar. Yo también le reconozco, esta chica estuvo en Ámsterdam, durante las fiestas de la zona roja, claro es una de las chica con las que Ariel y yo, estuvimos jugando.  Ella parece sonrojarse y yo le dedico una sonrisa seductora, le hago un guiño y entro al túnel para subir al avión. Esa chica tenía una muy buena lengua, larga, gruesa y vaya que sabia moverla. Recuerdo el rostro de Ariel cuando ella se agacho para hacerle un favor a su pene. Es italiana si mal no recuerdo, Esas semanas la pasamos excelente gracias a las diferentes razas que había en ese lugar.

- Deberías dejar se sonreír de esa forma.- me riñe la castaña.- No tienes idea de adonde nos envía Simon, y tu estas sonriendo con cara de zorra.- muestra una sonrisa arrogante y ladeada en su rostro.
- Siempre se puede escapar, Hannah.
- No lo creo.- niega con la cabeza.- El es más astuto que nosotras.
- Por supuesto que no.- me rio burlona.- No se ustedes, pero yo no pienso dejar que el haga conmigo lo que quiera. – Ella rueda los ojos, pero me doy cuenta de que en ellos hay rastro de burla.

Nos sentamos en los puestos que nos tocan. Me abrocho el cinturón y abro la ventanilla y me reclino en mi asiento encontrándome con un pequeño niño asomado entre los asientos de enfrente. El pequeño me sonríe y yo le hago un gesto con la lengua como si estuviera lamiendo algo. El me mira sonrojado, no sabe lo que hago pero no me quita los ojos de encima y eso me da gracia, incluso de pequeños los hombres son una mierda.

***

Me despierto  zarandeada, gracias a los golpes de Hannah, me informa que estamos en Londres, y debemos desabordar el avión. Cuando me levanto, la linda azafata radia italiana, nos informa que nuestro equipaje será trasbordado a nuestro próximo vuelo y que nos esperan en la puerta número 12 del aeropuerto, el vuelo sale dentro de 30 minutos. Suelto un bufido cansado y molesto, apenas estamos en la puerta número cinco, tendríamos que atravesar casi medio aeropuerto para llegar a la puerta doce y tengo hambre, eso sí que me pone de mal humor, también quiero ir al baño, juro que si no voy me meare encima.

Le digo a Hannah, sobre mis necesidades y ella asiente con la cabeza y camina junto a mi en dirección al baño, los guardias se nos pegan atrás. Mi prima se da vuelta y les fulmina con la mirada. Estos se detienen cuando ella les dice dejen de olernos el culo y que necesitamos ir al baño. Al menos en eso nos dan un poco de privacidad y se quedan fuera del baño.  Para mi mala suerte hay una fila enorme para entrar a los cubículos y mear decentemente. Me cruzo de brazos y estudio la enorme fila, la mayoría son un montón de ancianas, también hay embarazada, dios esas duran una eternidad.  Echo un rápido vistazo hacia la otra parte del baño y veo los lavamanos, solos.

Enarco una ceja en dirección a estos y luego veo la fila. Si espero un segundo más me hago encima.  Subo la mirada y detallo el techo del lugar, hay cámaras en dirección a la puerta, pero ninguna apunta hacia los lavamanos. Toco el brazo de la castaña y esta se vuelve a mirarme, su expresión me da a entender que le molesta la fila. Le señalo en dirección a las losas de granito empotradas al piso y pared de espejo. Ella sonríe divertida e incrédula y yo me encojo de hombros.  

Nos separamos de la fila y caminamos hasta el final de los baños. Me vuelvo para ver que nadie nos haya visto y me rio en un tono bajo para no llamar la atención. Hannah, sonríe y de pronto siento que tenemos 15 años y estamos por escaparnos de la fiesta navideña que organiza el tío Simon todos los años. Cuando llegamos al lugar, ambas nos dedicamos una mirada cómplice, brillante y divertida. Dejo caer mi bolso y ella hace lo mismo, nos miramos en el espejo divertidas hasta la mierda. Desabrocho mi pantalón y lo bajo junto a mis bragas, me subo sobre el tope y al sentir lo frio que esta hago un gesto con la cara, arrugándola y luego dejo que mi vejiga se vacié, y con eso mi mal humor desaparece. Hannah, suelta unas carcajadas también al sentir lo frio de la losa. Incluso dejo que se me salga un pequeño gas y mi prima se ríe y me golpea.

- ¿Encima vas a cagarte?
- El que mea y no pea, es como el que se baña y no se echa agua. – murmuro mientras me estiro para tomar los papeles de limpiarse la mano. Le tiendo uno a ella.- Date prisa antes de que nos pillen.
- Eres un cerda sin escrúpulos.
- Lo dice alguien que tiene su delicado culo en un lavamanos.- le respondo entre risas y ella me imita.

Ambas nos bajamos del tope y nos subimos el pantalón rápidamente y tomamos los bolsos. Salimos del baño y pillamos que la cola no ha avanzado, le dedico una mirada a la castaña y esta se encoge de hombros inexpresiva. Cuando salimos del baño encontramos a todos los guardias de Simon, mirando en dirección a la puerta. Ya veo cual fue la orden de Simon, no dejar que nos pierdan de vista, pobres monitos, no le quitaron los ojos a la puerta del baño durante todo el rato que estuvimos dentro. No se le escapa nada al viejo, Cowell.

Caminamos entre la multitud de turistas y viajeros que avanzan por el aeropuerto. Este lugar huele a dinero de una manera masiva, me gustaría gastar dinero con más libertad,  Spring Breaker en Miami, eso estaría muy pero muy bien para pasar el rato, quien quita y me gane el papel protagónico para la segunda película, puedo hacerlo mejor que Selena Gómez, esa cagada se fue a casa al final.  Echo un ojo hacia la entrada de la puerta diez, con destino a Washington DC, lindos norteamericanos, prometo visitarles pronto, la última vez que fui, Susanne y Ariel, hicieron una escena en frente del enorme letrero de “Hollywood” fue divertido. Los norteamericanos son más relajados, y no le dan atención a las reglas. Lo que aquí no es divertido, La mayoría de nosotros como ciudadanos Europeos, no tenemos tantas restricciones, aun así siempre tan educados, eso explica porque no nos soportan en el continente de enfrente.  

Escucho un suspiro y me vuelvo para mirar a mi prima, ella mira en dirección al frente, sigo esa misma dirección y me encuentro una cabellera rubia que cae en ondas hasta la mitad de la espalda, podría reconocer ese cabello y ese cuerpo incluso estando en la cima del Big Ben, Miranda. A su lado esta  Haylee, y Julianne, que al igual que siempre, la niña está más concentrada en ver sus uñas y de vez en cuando mirar alrededor o su teléfono, diecinueve años de vanidad pura.

- ¡Familia!- suelto una vez que estamos frente a frente. Abro los brazos queriendo ser un poquitín menos repugnante, pero mis primas no se lo creen y ruedan los ojos.- Vaya, estamos de mal humor.
- Tal vez porque nos arrastran al Caribe, sin pedir nuestra opinión.- acota Haylee cruzándose de brazos. Me quedo callada y veo el rostro de Hannah, inexpresivo. ¿El Caribe? ¿por eso esas caras? ¿están locas? Es el mejor castigo del mundo.
- Claro, se supone que debo enojarme como ustedes ya que el viejo, Cowell nos envía al Caribe.- añado con aires de ironía y asintiendo con la cabeza como si tratara con locos.
- Cariño, asumo que no te has dado cuenta de a que parte del Caribe nos están enviando. – Miranda sonríe con burla y arrogancia enarcando una de sus perfectas cejas rubia.
- Como sea, es el Caribe, están locas.
- ¡Oh por dios!.- murmura Hannah, y me giro a mirarle con el entrecejo fruncido. Esta mira hacia arriba con la boca abierta de impresión.- Tiene que ser una broma.- añade y yo subo la cabeza, escucho las risitas burlonas de las dos perras a mis espaldas y palidezco cuando veo la marquesina de vuelos.
- ¡No me jodas!- mascullo entre dientes. ¡¿Cuba?! ¡¿Enserio?! Maldición, de todos los lugares que hay, el idiota de mi tío nos envía a Cuba, a vivir bajo dictadura y sabrá dios que mas mierdas.- No pienso subir a ese puñetero avión.
- Es un lugar precioso, estuve mirando en internet.- La voz de Julianne se une a nosotras.- Y tiene playa, ¿qué de mal nos podría venir?- se lleva la mano a la barbilla y hace como si pensara, cosa que lo dudo, y luego me mira indulgente.- Cierto, no sabes nadar.
- Como se nota que nunca en tu vida has visto las noticas.-le increpa Hannah.- Ese país esta bajo dictadura, Julianne. Intenta no ser tan hueca.
- No me interesa, tampoco es que vamos a vivir ahí de por vida. – hace gestos con las manos y eso me hace enojar. Maldita estúpida ciento ganas de poner mis manos alrededor de su pequeño cuello.- Me concentrare en pasar el tiempo en la playa, comiendo, pescado, mariscos, langostinos, langostas, cualquier tipo de cosas marinas. Hasta que al tío Simon se le quite esta ridiculez de tenernos en esa isla.
- ¿De verdad piensas que nos dejara salir de ese lugar cuando se le pase?- pregunta Haylee incrédula.
- No la hagas pensar mucho, de seguro se le quema el cabello por sobrecalentamiento de cerebro.
- Mel, tratemos de llevar la fiesta en paz.- pide la rubia metiéndose en el medio.- Definitivamente, está claro que Cowell ha hecho esto por razones obvias,  pero tienes que salir de ese mundo ridículo en el que vives.- le dice a Julianne.- deja de hablar de playas y pendejadas, está claro que no vamos de turistas.
- ¿Por qué mejor no escapamos?- inquiero levantando las manos con sobriedad.
- Ya nosotras lo intentamos.
- Los guardias de Simon las trajeron a rastras.- la pequeña se ríe.- fue divertido verlo.
- Mejor olvidemos la paz.- dice la rubia acercándose lentamente.- Porque mejor no te ahorco aquí mismo.
- Tu no me dejaste hacerlo, así que mejor relájate- le digo dejando una mano sobre su hombro.
- Creo que la cosa se pondrá peor.- murmura Hannah y todas nos volteamos a mirarle, permanece pálida e inmune.

Sigo su verde mirada en dirección a las espaldas de Haylee, ella también lo hace al igual que las demás y con lo que nos encontramos no es nada reconfortante.  Seis hombres se acercan hasta nosotras, cinco de ellos son los imbéciles de One Direction y el otro es Paul, su manager y mano derecha de Simon.  Escucho a Miranda y Haylee maldecir entre dientes yuna vez que estos se detienen en frente de nosotros. Todos con sus mejores caras de culo y la petulancia que se puede respirar desde fuera de ellos. Todos llevan bolsos, y al igual que nosotras tan bien llevan un pase para recoger más maletas.

- Paul.- Hannah, es quien avanza y le tiende la mano al hombre sin quitar su mirada arrogante. Este la toma y la estrecha, una vez que le suelta mi prima pregunta: - ¿Qué haces aquí?
- Viene a traer a los chicos.- responde haciendo un movimiento con la mano derecha en mención a los idiotas detrás de el.
- ¿Se van de gira?- pregunta la pequeña castaña.
- No, Julianne- le responde el exasperado.- Los chicos, al igual que ustedes también están…- busca la palabra y luego suelta una risita que molesta a los chicos- Castigados
- Wow, ¿Qué hicieron mal? ¿Desentonaron en una canción?
- Sera idiota.- escucho el quejido entre dientes del de cabellos alborotados y Haylee da un  paso adelante.
- No te quieras pasar de listo conmigo niño bonito.- le increpa esta y el chico traga pesado. Miranda se ríe en burla y toma el brazo de Haylee para traerle de vuelta.
- Pensamos que esto sería solo para nosotros.- dice el rubio que esta frente a mi.
- Mejor, nos envían con acompañantes.- sonríe con malicia y coquetería el chico que tiene más tatuajes.
- Oh, dios.- la risa burlona de Hannah es contagiosa.- Que asco.
- Ni en tu sueños más salvajes flaquito.- me rio y le dedico una fría mirada a Paul.- ¿Por qué tenemos que ir con estas maricas?
- Porque así lo decidió, Simon.
- Bien, pues hagamos algo.- Miranda se mete en el medio y coloca su dedo índice sobre el pecho de Paul.- Te daré 5000 Libras, si nos dejas irnos.- Paul abre los ojos como platos y nosotras reímos del descaro de Miranda.- Vamos, Simon nunca lo sabria, nos dejas subir en otro avión y tus…- señala a los idiotas detrás de el.- maquitas, pueden hacer lo mismo.
- Sé que logras con facilidad persuadir a la gente, Miranda. Tu tío me lo ha dicho.- el toma la mano de la rubia y la baja.- Pero tu tío me ha ofrecido mucho con tal  de no caer bajo tu juego, ni bajo las amenazas de Melanie, ni bajo el encanto de Hannah, ninguna de ustedes va a lograr persuadirme.- la chica da un paso atrás y frunce el ceño con enojo. Oh, le han hecho enojar.
- Yo no soy su sobrina.
- Es como si lo fueras.- puntualiza el tipo y se da la vuelta para encarar a los otro cinco.- Subirán a ese avión los diez, se comportaran como gente grande que son, y afrontaran sus equivocaciones como debe de ser.- se da la vuelta.- Solo intenten no matarse.- agrega al final y con una sonrisa malvada se da la vuelta y se aleja entre las personas.

Estamos cinco contra cinco, nadie se quita los ojos de encima, todos recelosos, arrogantes y enojados. Detallo a cada uno de ellos, El de los cabellos explotados, el  que parece haber pasado mucha hambre, el rubio que nunca ha conocido la luz del sol, Peter pan con trasero de abuela y de ultimo tenemos a uno alto que parece estar bueno, abría que verle sin camisa. Este me pilla mirándole y me increpa con la mirada. Ruedo los ojos y con una sonrisa maliciosa me doy la vuelta dejándolos que se quemen con la mirada. Si asi quiere jugar el Tío, Simon, le deseo mucha suerte, veremos quien ríe al último.