Speed and Love |HARRY STYLES FANFIC| Parte II

-Yo…lo lamento-Balbuceé apresuradamente en un intento por cubrir mi imprudencia-No era mi intención…yo…
-Solo cállate-Interrumpió Harry el enredo de palabras, para luego darse media vuelta dejándome de pie en mitad de la habitación.

Salté ante el fuerte portazo y mis ojos quedaron enfocados en la puerta de madera que milagrosamente había sobrevivido al golpe. Llevé mi mano hasta mi frente como si eso fuera a darme algo de equilibrio y calma. Mi mirada cayó en la pantalla de televisión encendida en la que tres hombres sentados alrededor de una mesa redonda discutían algo sobre fútbol o algún otro tipo de deporte del cual de todas formas no conocía absolutamente nada al respecto.

Era extraña la manera en la que podía ver sus bocas moviéndose rítmicamente y riéndose de algún comentario vacío que alguno de ellos había hecho, pero no podía escuchar sus voces porque las de mi mente eran mucho más altas y no me permitían percibir nada más aparte de ellas.  

Harry tenía un hermano.

Tuvo. Me corregí a mí misma.

Harry tuvo un hermano.

Un frió caló mis huesos ante el pensamiento del bebé de la foto y ante todas las posibilidades de lo que pudo llegar a haberle pasado. Mi cerebro dibujó automáticamente una imagen de Harry con el bebé en brazos y el frió se convirtió en hielo y no pude evitar que la tristeza me consumiera. Quería hacerle un millón de preguntas indiscretas y curiosas pero por supuesto mi sentido común era más fuerte que mis ganas de saber. Aunque después de todo, las probabilidades de que consiguiera que Harry respondiera alguna de esas preguntas, eran prácticamente nulas.

“-Nada de televisión, ni de libros, ni de computador. A las nueve en punto quiero que estés en la cama. Si llego a darme cuenta que no cumpliste mi orden, estarás castigada. ¿Me entendiste?”

Apoyé la mano en el mueble de madera, a medida que las voces se volvían más fuertes y más reales.

“-No hay necesidad de que la amenaces Albert-Dijo mi madre rodando los ojos y acercándose a mí-Nos vemos mañana temprano nena-Acarició mi cabello suavemente y dejó un delicado beso en mi frente antes de tomar el abrigo del perchero y dirigirse hacia la puerta principal, seguida por mi padre”

Podía ver la escena reproduciéndose tan nítidamente frente a mis ojos. Como si estuviera pasando en ese preciso momento. Pero parte de mí, la parte que no me permitía dejar completamente de lado la razón, sabía que solo eran recuerdos del pasado.

“Antes de salir definitivamente de la casa, ella se giró regalándome la sonrisa más cálida que jamás hubiera visto y lanzando un beso al aire en mi dirección.

-Te amo Sky”

Mis ojos estaban vagamente enfocados en ningún punto en específico de la habitación. Sentía como éstos ardían y sentía también como mi corazón ardía aún más.

-No la dejes ir-Me susurré en vano a mí misma, viendo como mi padre y mi madre salían de casa. Y sabiendo que solo uno de ellos regresaría.

Sentí unas repentinas lágrimas llenar mis ojos para que una milésima de segundo después se desbordaran por todo mi rostro. Limpié apresuradamente la humedad sintiéndome enojada y revolví la cabeza furiosa intentando que los recuerdos se desvanecieran.

“-Hola Skylar-Salté en mi sitio y di media vuelta para encontrar a Addie Gringer detrás de mí haciendo un pequeño puchero de lástima que, comparado con el que me habían ofrecido todos los demás a lo largo de la mañana, no parecía para nada auténtico-Escuché lo que paso. Lamento lo de tu madre.

Con una fingida media sonrisa me giré nuevamente para terminar de acomodar los libros en el casillero esperando que ella se fuera, pero al mirar de reojo sentí todavía la presencia de Addie a mis espaldas. Sabía su nombre porque todos sabían su nombre, pero nunca antes habíamos hablado. Ella era mayor que yo, mucho mayor. Debía tener alrededor de dieciséis porque estaba en penúltimo año.

-Es una verdadera pena-Hizo otro puchero sacudiendo su larga cabellera rubia hacia atrás y dándose la vuelta para después perderse en el pasillo a medida que se contoneaba más de lo necesario.”

Sacudí la cabeza con más fuerza frustrada por no poder detener a mi mente.  Esos pensamientos y sentimientos eran algo que no necesitaba en esos precisos momentos.

“-Skylar.

Tres pares de ojos me estudiaban minuciosamente haciéndome sentir diminuta y confundida.

-Skylar!-Repitió la directora Porter reclamando mi atención. Por lo que no tuve otra opción más que enfocarme exclusivamente en ella.

Su cabello corto estaba sujetado en un extraño moño alto que la hacía lucir mucho más vieja de lo que en realidad era. Yo prefería el cabello largo. Mamá lo tenía largo.

-Queremos que sepas, como ya lo hemos hablado con tu padre, que éste colegio está abierto para ayudarte durante éstos momentos tan duros por los que atraviesan tú y tu familia.

No sabía absolutamente nada sobre maquillaje pero noté la forma en que el labial de la directora Porter se esparcía alrededor de su boca de una manera para nada adecuada. El labial de mamá siempre estaba perfecto. Su maquillaje siempre lucía perfecto. Ella era perfecta.

-¿Estás prestando atención?-Habló ésta vez el profesor Mitchel con una clara expresión de preocupación en su rostro que automáticamente perdía seriedad gracias al abundante bigote que cubría su boca.
-Tu padre dice que no es necesario que te tomes un tiempo antes de volver a clases. A pesar de que le aseguramos que todo estaría en orden y que sería lo mejor para ti, él se opuso rotundamente-La directora frunció sus labios mal pintados y le dio una rápida mirada seria al profesor Mitchel antes de continuar hablando-Pero nosotros consideramos que deberías tomarte unas semanas. Es lo más apropiado.
-Es cierto-Intervino nuevamente el profesor Mitchel-Estás muy distraída Skylar y temo que eso pueda perjudicar tu buen rendimiento académico.
-Sky-Le corregí apenas audiblemente.

Mis ojos fueron hasta la otra mujer que estaba silenciosamente de pie a un lado del escritorio de la directora. Me molestaba la forma en que su mirada evaluaba cada movimiento que yo daba. Aunque en los pocos minutos que llevaba sentada allí frente a esas tres personas, en realidad habían sido mínimos los movimientos que había dado.

Era como si ella tratara de adivinar lo que estaba pensando, para dar una especie de diagnóstico o algo por el estilo. Hasta ese momento nunca la había visto antes, pero se presentó a ella misma como la psicóloga del colegio. Vaya novedad.

-¿Estás escuchando?-Dijo la directora obligándome a retirar mi mirada fija de la mujer y dirigirla de nuevo a ella.

Pero no. No estaba escuchando. No necesitaba escuchar absolutamente nada de lo que decían y más importante aún, no quería escuchar nada de lo que decían. Pero aun así, estar allí sentada sin hacer nada parecía más atractivo que ir a casa. Papá había estado pasando demasiado tiempo fuera, lo escuchaba llegar tarde en las noches y se iba temprano en la mañana. Sin siquiera decirme algo. Y cuando lo hacía, solo me gritaba y perdía los nervios de un momento a otro. Lo comprendía, pero aun así no podía evitar que me doliera.

Ellos siguieron hablando unos minutos más, mientras yo simplemente permanecía sentada sin decir nada. De todos modos de nada iba a servir hablar. Si papá no quería que perdiera clases, yo no iba a perder clases. No quería hacerlo enojar más. Ya había perdido a mi madre y no iba a perderle a él también."

Sujeté con mucha más fuerza el mueble frente a mí. Apreté los ojos y solté una pesada respiración para componerme. No iba a llorar. No podía llorar.

Finalmente cuando los recuerdos de cuatro años atrás dejaron de atormentarme, alcé la cabeza y con valor salí de la habitación.

Encontré a Harry en la cocina inclinado con las manos apoyadas firmemente en la encimera, de la misma forma en que tan sólo hace segundos atrás yo me aferraba del mueble de madera de su alcoba. Respiraba más fuerte de lo normal y su cabeza estaba gacha dejando que su cabello húmedo cayera hacia adelante. No estaba segura de qué era lo que intentaba hacer, pero aun así terminé de entrar en el lugar aclarando la garganta sutilmente en busca de que él me notara. Pero no lo hizo, o simplemente hizo como si no me hubiera escuchado.

Tal vez era mejor dejarlo solo, pero algo dentro de mí me dijo que no lo hiciera y me impulsó a caminar hacia su lado.

-Harry-Susurré sin obtener ningún tipo de respuesta de su parte, titubeé un par de segundos antes de levantar la mano hacia él para apartar el cabello de su rostro.

Pero él agarró mi muñeca rápidamente impidiéndome llegar a mi objetivo y se movió quedando frente a mí con todo el enojo brotando de sus ojos y su cuerpo.

-No-Gruñó crudamente ejerciendo mayor fuerza en mi muñeca.

Solté un quejido tratando de sacudir la mano para que me soltara pero eso únicamente hizo que me apretara con más fuerza y que me pegara aún más contra la encimera.

-Harry-Chillé.
-Cállate. ¡Solo cállate!-Soltó exasperado sin apartar su mirada fija que me quemaba por dentro.
-Suéltame-Lloriqueé agudamente pero él parecía no escucharme. Simplemente se dedicó a observarme dejándome ver como su enojo crecía.
-Cuando te veo a ti es como si estuviera viéndolo a él-Exclamó entre dientes y todo ese enojo se convirtió en ira y furia de un instante a otro.

Harry se abalanzó sobre mí tratando de besarme pero me moví a tiempo para impedírselo.

¿Cómo si estuviera viendo a quién? ¿A su hermano? La confusión me gobernó instantáneamente y de nuevo la curiosidad por saber que había pasado con el bebé de la foto, me abarcó.

Con la mano libre Harry sostuvo mi barbilla fuertemente, manteniendo mi cabeza quieta frente a él. Me quejé una última vez antes de que su boca se estampara contra la mía invadiendo con su lengua cada rincón a su paso. Gimoteé cuando mordió fuertemente mi labio inferior previamente lastimado, pero él volvió a repetir la acción sin importarle.

Soltó mi rostro y bajó la mano recorriendo mi clavícula y bajando hasta mi pecho el cual acunó con fuerza para luego seguir bajando, recorriendo mi espalda hasta llegar a mi trasero y apretarme más hacia él. Finalmente me removí regañándome a mí misma por dejarlo besarme y tocarme con tanta brusquedad. Terminé con el beso y lo empujé con toda la fuerza de la que fui capaz, pero él no se movió ni un centímetro. Por el contrario, se apegó más y ejerció mucha más fuerza en el agarre de mi muñeca haciéndome chillar.

-Déjame-Protesté apoyando mi pequeña mano libre en su pecho y luchando para liberar la otra-Suéltame. Me lastimas Harry.

De un momento a otro su opresión cesó y su expresión se desfiguró súbitamente. Me observó fijamente frunciendo el ceño y viéndose desconcertado, como si no comprendiera lo que había pasado. Harry me soltó definitivamente y marcó distancia entre los dos, se inclinó hacia el frente y apoyó las manos en las rodillas respirando con dificultad. Rocé mi muñeca enrojecida dándole una mirada antes de volver a Harry que se había erguido repentinamente enfocando sus ojos en mí de nuevo. Dio un paso hacia adelante e instintivamente yo di uno hacia atrás chocando con la encimera a mis espaldas. Su rostro se contrajo pareciendo lastimado debido a mi acción e inmediatamente detuvo sus intenciones.

Por más incoherente que fuera, quise acabar con la distancia entre nuestros cuerpos y abrazarlo. Quise enredar mis manos en su cabello húmedo y apartarlo de su rostro perfectamente tensionado. Pero el repentino sonido del teléfono también trajo consigo un poco de razón.  

Harry fue hasta el aparato incrustado en la pared de la cocina descolgándolo y llevando el auricular hacia su oído.

-Déjalo subir Carl-Habló luego de escuchar al otro lado de la línea por un par de escasos segundos, y luego colgó.

Se dio la vuelta de nuevo hacia mí. Sus labios se apretaron y sus cejas se juntaron al mismo tiempo que corría hacia la encimera y tomaba una servilleta de papel del dispensador.

-Tu labio está sangrando-Dijo apoyando el material en mi labio inferior y automáticamente me estremecí debido al ardor.

Me perdí en sus ojos, en la forma en que estudiaban con detenimiento mi herida mientras me limpiaba. Y en la forma en que ya no había ira en ellos. Harry se alejó para sacar otra servilleta la cual remojó levemente en el lavado para luego apoyarla en mi labio consiguiendo otro quejido de mi parte y provocando que sus cejas se juntaran en una gruesa línea recta.

-Lo lamento-Murmuró sin apartar su mirada de mis labios.

Pero no pude descifrar si se refería a todo en general o solo al ardor que el agua había causado.

-Lo lamento-Repitió ésta vez con sus ojos fijos en los míos.

El timbré retumbó en todo el apartamento interrumpiendo nuestras profundas miradas. Harry botó las servilletas utilizadas para luego acercarse a mí, y acunó mi rostro entre sus enormes manos.

-Perdóname-Susurró dándome un casto beso-¿Me perdonas?

No pude negarme a él. Ni al arrepentimiento que veía en sus palabras y acciones.

-No quería hacerte daño-Dijo dejando un último cuidadoso beso en mis labios y me soltó para ir a abrir la puerta.

Mi mente daba vueltas tratando de hallarle sentido a lo que había pasado. Pero por más que lo intentara, no había ningún sentido que pudiera ser hallado. Todo había sido tan rápido, tan extraño y tan sorpresivamente exhausto.

En pocas palabras Harry había dicho que yo le recordaba a su hermano, pero a juzgar por la forma en que él había reaccionado eso no era algo bueno. Solté un pesado suspiro decidiendo que lo mejor era que por ahora dejara pasar los acontecimientos de los últimos minutos, así que salí de la cocina.  

Encontré su amplia espalda desnuda de pie junto a la puerta mientras sacaba dinero de su billetera. Los ojos del repartidor se encontraron con los míos pero no demasiado tiempo, haciéndome estremecer cuando su mirada bajó por mis piernas apenas cubiertas por la camisa de Harry.

-¿Se te perdió algo imbécil?-Sentenció Harry al notar que la atención del chico ya no estaba en él y cuando al darse vuelta se encontró directamente conmigo.

Harry le entregó el dinero bruscamente y le arrebató la caja antes de cerrarle la puerta en la cara.