Speed and Love |HARRY STYLES FANFIC| Parte II

 

Mi corazón retumbó fuerte en mi pecho, la respiración abandonó mis pulmones abruptamente todo gracias a lo que acababa de escuchar de la boca de Harry. Mis ojos permanecieron fijos en él, mis brazos firmes colgando a mis costados y mi cuerpo rígido en su lugar mientras lo miraba sin decir nada.

Su ceño estaba perfectamente fruncido estudiándome con detenimiento como si una batalla estuviera librándose en su interior, todas sus facciones estaban tensas pero aun así su dedo pulgar permaneció acariciando dulcemente mi labio.

“Llegas, lo haces y te vas”

La cabeza me daba vueltas reproduciendo sus palabras una y otra vez. Intentando hallarles sentido. Intentando hallarles sinceridad. Mi boca se abrió ligeramente expulsando el poco aire que me quedaba. Una luz se encendió dentro de mí iluminando la oscuridad de cada rincón, brindándome esa seguridad que sabía que necesitaba con urgencia pero que creía que no podría encontrar tan fácilmente y mucho menos gracias a un par de palabras pronunciadas. Pero sabía a ciencia cierta que no solo eran las palabras que habían salido de su boca, eran también sus ojos, su expresión, sus manos, su caricia, él. Absolutamente todo de él.

“He estado detrás de ti como un maldito imbécil durante dos semanas”

Al parecer todos me creían demasiado ingenua y tal vez tuvieran algo de razón en eso, pero aun así me permití creer en Harry.
Escarbé en mi interior buscando desesperadamente mi voz, o la poca valentía que me había acompañado tan solo unos minutos atrás. Pero era como si en ese momento las dos cosas se hubieran evaporado. No quité los ojos de los suyos ni por un instante, no me aparté cuando los vi acercándose cada vez más, me perdí en la forma en que éstos se turnaban entre mis ojos y mis labios mientras su pulgar continuaba con su suave caricia.

En el fondo se oía el ruido de un tiroteo que provenía de la película que Harry había puesto minutos atrás en el televisor.  Más allá alcanzaba a oír el vago sonido del tráfico en las calles que alcanzaba a filtrarse por las ventanas. Pero todo se escuchaba lejano, casi inexistente.

Finalmente mi cuerpo pareció reaccionar ante la situación y una media sonrisa tímida cubrió mi rostro provocando que el ceño de Harry se frunciera incluso más de lo que ya estaba. Pero antes de que él pudiera decir o hacer algo, mis brazos ya se encontraban enrollados en su cuello buscando acercarnos. Sus labios no se inhibieron al momento de chocarse contra los míos y sus manos bajaron a mi cintura agarrándome firmemente. Estaba encerrada entre su cuerpo y la pared...y me gustaba como se sentía.

-Exasperante y confusa…-Murmuró ronco sobre mi boca y de inmediato sus labios cubrieron de nuevo los míos.

Un pequeño gemido se me escapó cuando sentí su lengua entrar desesperadamente. Me aferré a Harry con mayor firmeza tratando de mantenerme de pie a medida que sentía como poco a poco mis piernas empezaban a flaquear y la totalidad de mi cuerpo se hacía cada vez más débil. Enredé mis dedos en su cabello e inconscientemente jalé de él provocando que  Harry sonriera en medio del beso.  

Aun podía sentir un poco de molestia por lo de Kristin, pero era una diminuta molestia. La verdad no me importaba demasiado y aunque probablemente debería de, lo cierto es que no podía obligarme a mí misma a que fuera así.

En un rápido movimiento Harry me alzó del piso exigiéndome que enredara las piernas alrededor de su cadera para no caer. Su boca descendió por mi barbilla a lo largo de mi mandíbula y siguió bajando hasta llegar a un lado de mi cuello. Ahogué un gemido cuando sus labios succionaron la piel y sus caderas empezaban a moverse haciendo fricción contra mí. Me empujó hacia arriba acomodándome mejor para que nuestros cuerpos encajaran de la forma que debería ser.

Recorrió con su lengua cada espacio de mi cuello al cual tenía acceso y luego cuando sus dientes salieron dándome una  mordida particularmente dolorosa tiré de su cabello con fuerza provocando que un gruñido saliera de lo más profundo de su garganta. Subió lentamente la cabeza rasgando mi piel con el principio de su barba haciendo incrementar todas las sensaciones que me inundaban.

-Vamos a mi habitación-Susurró cuando llegó a mi oído y algo dentro de mí se desencajó por la manera en que su voz se escuchaba.

Grave, rasposa y profunda.

Asentí aun sabiendo que no había sido una pregunta y Harry me sostuvo con mayor fuerza contra su cuerpo y me cargó hacia su alcoba. Una voz en mi mente me susurraba reprobatoriamente recordándome que había dejado que las cosas se salieran de la raya la noche anterior y que al parecer estaba a punto de dejar que pasara otra vez. Pero la voz fue amortiguada poco a poco a medida que mi respiración aumentaba.

Dejé caer la cabeza pesadamente en la almohada mordiendo mi labio inferior con fuerza y mirando hacia arriba para ver a Harry apoyándose encima de mí. Su cabello estaba revuelto y me sonrojé al darme cuenta que mis manos y yo habíamos sido las causantes de eso. Mordí mi labio con incluso más fuerza cuando sentí el peso de su cuerpo hundirme en el colchón, Harry utilizó su rodilla para separar mis piernas abriéndose espacio y acomodándose en medio de ellas, y casi sentí el sabor a óxido en mi boca cuando mordí con mayor presión mi labio.

Un sin número de palabras no dichas rondaban por mi cabeza pero no pude darle sentido a ninguna de ellas, mis sentidos estaban enfocados en él y únicamente en él. Sus labios bajaron a mi mejilla dejando húmedos besos descuidados a medida que su mano se camuflaba bajo mi abrigo y blusa acariciando la erizada piel de mi cintura. Mi estómago se contrajo ante la sensación y un nudo de aire se atascó en mi interior cuando su mano empezó a ascender cuidadosamente por mi abdomen…mis costillas…hasta que finalmente llegó a mi pecho, solté un pesado suspiro y apreté los ojos mientras le permitía tocarme por encima de la tela del sujetador.

-¿Quieres follar?-Su cálido aliento pegó contra el costado de mi cara pero fueron sus palabras las que me hicieron abrir los ojos de inmediato.

Aparté el rostro para poder ver el suyo y saber si estaba hablando enserio. Sin duda si, estaba hablando totalmente enserio. ¿Cómo podía preguntar algo como eso? ¿Así como si nada? ¿Sin inmutarse ni tan solo un poco? Fruncí el ceño pero mi cuerpo decidió actuar de otra forma diferente cuando sentí mis mejillas calentarse. Harry sonrió irónicamente con un tono amargo al darse cuenta del miedo en mi expresión.

-Tienes suerte de que siquiera te lo esté preguntando. Te deseo Sky y no te alcanzas ni a imaginar las cosas que podría hacerte-Susurró de tal forma que su profunda voz se filtró por cada poro de mi cuerpo y recorrió hasta el último rincón del mismo-Pero te las haré. Todas y cada una de ellas...Pronto.

Un frio me estremeció por completo y un vergonzoso jadeo de sorpresa salió disparado de mi boca. De inmediato Harry sacó su mano de debajo de mi ropa y apuñó el final de la tela empujando el abrigo con fuerza obligándome a elevarme un poco para dejarlo salir.

-Pero…-Tartamudeé confundida por como sus dedos comenzaban a desabrochar los botones superiores de mi blusa.

Sin embargo sus labios acallaron mi confusión y envolví los brazos alrededor de su cuello dejándome llevar por el movimiento de su lengua sobre la mía. Harry se separó unos cuantos milímetros cuando llegó al último botón y abrió la blusa dejando mi cuerpo expuesto al frio de la noche que alcanzaba a colarse dentro del apartamento y también dejándome expuesta a sus depredadores ojos verdes. Me sonrojé cuando me di cuenta que llevaba puesto un sujetador lila con una pequeña mariposa a un costado, pero Harry no pareció notarlo o si lo hizo, no dijo nada al respecto lo cual agradecí enormemente.

Quizá era mejor que empezara a comprar ropa interior más adecuada. Sacudí la cabeza levemente ruborizándome por la dirección en la que se encaminaban mis pensamientos. Arrebató la blusa de mi torso y la hizo volar hasta el suelo.

Volvió a besarme de forma exigente a medida que sus manos me recorrían haciendo que toda la piel se erizara a su paso. Gemí demasiado fuerte para mi gusto al sentir su erección rozándome y también por la forma en que su cuerpo me apretaba firmemente contra el colchón.

Antes de siquiera darme cuenta de lo que estaba haciendo, mis manos se deslizaron por su espalda hasta llegar al final de su camisa, levanté suavemente la tela indicándole mis intenciones y Harry sonrió sobre mis labios. Se elevó un poco marcando mínima distancia entre nosotros  durante los escasos segundos que le tomó sacarse la camisa y tirarla a algún punto en el piso de la alcoba. El collar de cruz colgaba de su cuello y a medida que él volvía a acostarse sobre mí, el hierro helado pegaba contra mi pecho provocando que mis terminaciones nerviosas cobraran vida.

Harry empujó su erección con firmeza contra mi parte baja, empujó otra vez más y luego empezó a moverse rítmicamente aumentando nuestro roce pero aun sin quitar su mirada de mis ojos que estaban hipnotizados por los suyos. Mis manos yacían tímidamente apoyadas en su espalda baja y se movían con cada movimiento que él daba.

Subí una mano para apoyarla débilmente en su mejilla y automáticamente su ceño se frunció, tensando después la expresión de su rostro. Antes de siquiera darme cuenta Harry nos dio vuelta dejándome encima con sus manos apretando mis costados instruyéndome a que me moviera sobre él simulando sus acciones anteriores. Minutos después soltó el agarre y cogió mis dos manos que se apoyaban en su pecho desnudo y las llevó hasta el inicio de sus pantalones.

-¿Qué…?
-Desabróchalos-Anunció en respuesta a mi pregunta silenciosa e incompleta.

Abrí los ojos encontrándome a mí misma intimidada por sus palabras y por la posición en la que estábamos, por lo menos debajo de él mi semidesnudez podía camuflarse un poco a su vista. Titubeé pero me armé del valor necesario para empezar a soltar el botón con mis dedos, buscando no tocar el prominente bulto que se alzaba en medio, y con cuidado bajé la cremallera sin apartar la mirada ni tan solo una milésima de segundo de mi objetivo ni de parpadear.

-Quítalos-Sentenció y mi respiración se incrementó automáticamente.

“Aléjate”. Susurró algo en algún lugar de mi interior pero era como si la voz de Harry ejerciera un extraño y superior poder sobre mí que mecánicamente me hacía obedecer a sus órdenes. Con manos temblorosas empecé a bajar sus pantalones ignorando la mirada de suficiencia con la que él me estaba detallando y la sonrisa torcida que curvaba sus labios. Me sonrojé cuando sus bóxers quedaron a la vista y por la forma en que se ajustaban perfectamente a cada parte que éstos cubrían.  

No había ningún tipo de coherencia entre mis pensamientos y mis acciones, pero de igual forma no me molesté en prestarle mucha atención a eso. Sus manos se cerraron en torno a mis muñecas y en un fugaz movimiento yo ya me encontraba rígida debajo de él nuevamente.

-Muy bien nena-Susurró ronco raspando el principio de su barba contra mi mejilla y luego bajando por mi cuello-Tu turno.

Bruscamente soltó el botón de mis jeans, bajó la cremallera y sacó la tela de mi cuerpo sin ninguna clase de dificultad y antes de siquiera darme tiempo para avergonzarme me besó toscamente dando una fuerte mordida a mi labio inferior que me hizo ahogar un gemido en su boca.

Sus labios comenzaron a bajar por mi cuello y clavícula hasta llegar a mi pecho donde se detuvo por un momento. Abrí los ojos ampliamente al sentir sus labios en la piel que no alcanzaba a ser cubierta por la tela del sujetador, pero los abrí mucho más cuando su mano se coló entre mi espalda y el colchón. Tomé entre mis dientes mi labio inferior pero lo liberé cuando sentí un leve dolor debido a la mordida de Harry segundos atrás. Él acaricio la piel de forma delicada hasta llegar al broche del sostén pero apresuradamente me removí debajo de su trabajado cuerpo impidiendo que terminara con su misión. Lo miré sonrojada mientras sus cejas se unieron en una marcada línea recta dando a su rostro una expresión entre confundida y casi irritada.

-No-Susurré quedadamente. Mi voz salió como un suspiro que se fue en el aire y se desvaneció seguidamente, pero él me había escuchado, la forma en que su mandíbula y su nariz se comprimieron me decía que me había escuchado.
-¿No?-Repitió mi respuesta pero tuve la impresión que fue más para él mismo que con la intención de que yo escuchara.

Sabía que Harry no estaba para nada acostumbrado a recibir un no como respuesta, en ningún aspecto. Pero cuando creí que él se detendría y se iría enojado como la primera noche en que había dormido en su apartamento, Harry se inclinó apoyando su frente en la mía y suavizando su expresión.

-¿No a todo?