Diplomacia (Larry Stylinson) Epílogo

LittleFlowersLove escribió:*.* ES HERMOSO! !!!!!!!!ME ENCANTAN TUS ADAPTACIONES!!!!!!

Hola.
Muchas gracias por leerlas:)
Bye!

@Daniela1D escribió:fPKF Es perfecto :33

Que bueno que te guste:)

Alex_YopP escribió:muy bueno el cap... me gusta como poco a poco estan acostumbrandose a volver a estar juntos... Adio0osito0

Aja, estan volviendo poco a poco a como estaban, pero esta vez de la buena manera!

bethlasforh0ran escribió:Me encanta como ya vuelven a estar juntos sin tantas preocupaciones y asi.
lo hicieron :') y no lo habian hecho con nadie mas, osea, que hermosos.
siguela pronto, besitos, bye xx

Hola
Ah si vuelven a estar juntos los nenes.
Lo se, son tan malditamente lindos los dos.
Ah pronto
Bye

Louise Moeler escribió:no  se  pero  todo  este  fanfic es muy  perfecto  gracias por  seguir  subiéndolo  juro  que  me  encanta 

Hola!
Muchas gracias por leerlo:)
Lo seguiré!
Bye

Sacnybell escribió:

lizethstylinson escribió:

Sacnybell escribió:El trabajo aveces es muy malo, solo hace que te canses?' :( si te comprendo u-u' pero ntp que tu debes de descansar para que te sientas bien :')


Es hermoso :aah:  akjdshkfh' lo que dijo Harry... ¿eso significa que si acepto a Louis? ¿Vuelven a estar juntos? *.*' Dios soy una preguntona xD'  me encanta seguila cuando puedas!


Suerte en tu trabajo, ojala tu jefa no te presione mas por que la golpeo 

:muere: :muere: :muere: :muere: :muere: :muere: 

haha' un beso :hug: 

El trabajo agota, y apesta, y no me deja leer fic's tranquilamente, extraño mis días de flojera.
Bueno igual, tengo que aguantar al menos 1 mes.

Ah Harry y Lou estan de nuevo juntos, hagamos fiesta! Ya veras si se quedan juntos o no.

A la doña esa, neta ya ni caso le hago, prefiero poner cara de idiota que hacer corajes.

Bye:)

Lo se yo por eso no me estreso en trabajar todavia ¿cuantos años tienes?'


haha' no le hagas caso solo hace que te estreses &' ahí no va la cosa -.-'


Owwww me encanta me encanta akjhkdfhkhbgkjf espero que sigan juntos. La tipa de la caja, me agrado ahqecx'
Seguila'
Un beso :hug: 

Hola!
Ah si apesta trabajar. Tengo 20 y tu??
Oye tu eres de México, es decir naciste ahí, o eres de otra parte?
Ya se, la doña esta amargada, ya ni caso le hago.

Ah si, estan juntos de nuevo. 
Ellos son tan lindos!:)
Bye

Debby1D escribió:Lo del lubricante fue muy gracioso. 
Igual en este momento me quiero matar porque todo fue muy tierno y no puedo con mi alma.
Seguila pronto por favor!
Adios ♥

Ja, si lo fue.
Ah son adorables y tontamente lindos.
La sigo!
Bye

Esta madre no me deja subir, el capitulo me sale bien para la fregada, ya me castre!!!

Al principio de su renovada relación, las decisiones que tenían que hacer fueron sencillas. Harry y AnnElise se mudaron al apartamento de Louis porque era más grande, estaba situado en una parte mucho mejor de la ciudad y más cerca de donde ambos trabajaban. Más importante, no requería pagar renta, aunque en algún punto Harry remarcó que lo que tenían que pagar en costes mensuales de mantenimiento de ascensores, la paga de la comunidad y el portero, bien parecían una renta. 

Louis se enroló en el programa de graduados de la Universidad de Cornell, como dijo que haría cuando había llegado a Nueva York, y aunque le había prometido a Harry que no aceleraría las cosas, algunas veces al mes conducía las cuatro horas que había hasta Ithaca y pasaba incontables horas detrás de su mesa en casa buscando información y escribiendo ensayos. 

AnnElise crecía feliz, y Louis se dio cuenta de que realmente disfrutaba siendo padre. Se sonrojó violentamente, pero estaba increíblemente orgulloso de sí mismo, el día que AnnElise le arrastró hasta la guardería del edificio de las Naciones Unidas para poder presentarle como «su otro papá», a una de las chicas nuevas que había empezado a trabajar allí. 

La mayoría de sus colegas sabían con quién vivía, y para sorpresa particular de Louis, la noticia fue recibida con total indiferencia o con el ocasional «bien por ti». Todavía le parecía extraño ser tan abierto respecto a Harry, siempre inseguro sobre si debía llamarlo su novio, amante o simplemente su pareja, pero como fuera que lo llamara, ya no se escondía más. A ese respecto, Liz había sido de gran ayuda, ya que nunca los había tratado de manera diferente a como trataba a cualquier otra pareja heterosexual de su círculo de amigos. 

Los amigos de Louis y Harry eran un selecto puñado de expatriados de distintos países, así que para cuando AnnElise cumplió cuatro años, hablaba francés, español e italiano con los niños de los amigos como si nunca hubiera oído otro idioma, y así era justo como le gustaba a sus dos padres. 
***** 
—¿Recuerdas cuando me pediste que me casara contigo?
Harry acababa de dejar a un lado el periódico que había estado leyendo durante toda la tarde, y estaba acurrucado en la cama junto a Louis, que leía el «Libération», uno de los muchos periódicos extranjeros a los que estaba subscrito. 

—Me acuerdo —respondió Louis, entrecerrando los ojos mientras recordaba aquella noche. 

—Bueno, pues, acepté, ¿verdad? —continuó Harry. 

—Sí, lo hiciste —dijo Louis dudosamente y un poco inseguro sobre a dónde iba la conversación. 

—¿Todavía te sientes así? —preguntó Harry, ahora más serio. 

—¿Me estás preguntando si todavía me quiero casar contigo? —Harry asintió—. Cariño, mis sentimientos no han cambiado; sabes que te sigo queriendo, probablemente incluso más ahora que cuando te lo pregunté. —Louis puso su mano en el cuello de Harry. 

—¿Pero? —interrumpió Harry. 

—Pero, ¿qué? —Louis podía ver desilusión en el rostro de su amante—. Haz, no necesitamos un trozo de papel. Además, aquí en los Estados Unidos ni si quiera es legal. 

—Lo sé —respondió rápidamente Harry, incorporándose y creando distancia entre ellos. 

—Harry, ¿qué pasa? ¿Por qué tengo que probar mi amor por ti de repente? —Louis dejó el periódico y se giró hacia Harry. 

—No se trata de eso. ¿Qué ocurre si me pasa algo? ¿Si tengo algún tipo de accidente? Quiero que seas tú quien tome las decisiones por mí, y quiero que cuides de AnnElise. 

—Por eso soy su tutor legal, y por eso has escrito en tus últimas voluntades que puedo tomar esas decisiones por ti si no puedes hacerlo por ti mismo. 


—Simplemente estoy asustado de que si algo me pasa, quieran contactar con Lucy primero.
Harry sabía cuánto amaba Louis a su hija, pero algo tenía que haber ocurrido para que se preocupara así. 

—Habla conmigo, Haz. 

—Ha llamado. Por teléfono —dijo Harry. 

—¿Lucy? 

Harry asintió, y entonces las palabras salieron como un torrente. —Me dijo que la dejara en paz, que no quería tener nada que ver conmigo o con la niña. ¡Ni si quiera quiere saber cómo se llama! 

Harry se sentó en el borde de la cama, dándole la espalda a Louis, con la cabeza entre las manos. 

Louis esperó un instante y después se acercó a su amante, colocándose de tal modo que puso una pierna a cada lado de Harry, para poder abrazarlo. Al principio, Harry intentó zafarse, pero Louis apretó más fuerte, hasta que sintió que se rendía al abrazo. 

—Aparentemente la llamaron —dijo Harry finalmente, con la voz dura de la emoción. 

—¿Quién la llamó? —preguntó Louis suavemente, intentando tranquilizar a Harry. 

—La escuela infantil para la que rellenamos la solicitud. Les incluí una copia del certificado de nacimiento de Lise y de sus papeles de adopción, y supongo que alguien de la dirección tuvo curiosidad y buscó a Lucy. —Harry suspiró— Quiero decir, no tengo su número de teléfono, no tengo ni idea de dónde vive, pero alguien de ese colegio tuvo la osadía de buscarla y llamarla para preguntar por qué estoy pidiendo una plaza para AnnElise sin el permiso de su madre. 

—Pues está decidido, Harry. Vamos a pedir plaza para AnnElise en el Colegio Internacional de las Naciones Unidas. Ellos no necesitan el consentimiento de la madre. Lucy firmó su renuncia a sus derechos parentales. —Louis apretó fuertemente el abrazo de su amante. 


Harry se inclinó hacia él. —Eso es lo que Lucy me dijo también. Y que se lo había dicho al hombre que llamó. 

—Debió ser extraño oír su voz de nuevo.
Harry asintió y Louis le besó el pelo, apoyando su mejilla sobre la cabeza del británico. 

—Podríamos denunciarles por violación de la intimidad. 

—No —susurró Harry—. No quiero denunciar a nadie. Solo quiero que la gente nos acepte por lo que somos. Nosotros somos los padres de AnnElise, Louis. Tú y yo. 

—¿Y por eso quieres que nos casemos? ¿Para probarlo? —Louis intentaba llegar al fondo aquel asunto. Sabía que necesitaban más que un trozo de papel para que la gente lo comprendiera. 

—Son más cosas. Si algo me pasa, quiero que cuides de Lise, Louis —Harry estaba inclinado sobre su amante, acariciando despacio los fuertes brazos que lo rodeaban. 

—Sabes que lo haré. 

—Pero también pasa al revés. ¿Qué ocurre si algo te pasa a ti, Louis? Nos echarían a la calle. 

—Harry se giró un poco y levantó sus piernas sobre las de Louis, para poder mirar al otro hombre a la cara—. Incluso si pones en tu testamento que nos podemos quedar el apartamento, no podríamos permitirnos heredarlo. No somos legalmente una familia, así que los impuestos a pagar por la herencia serían enormes. 

—Lo has pensado bien, ¿verdad? —Preguntó Louis mientras pasaba una mano por el cabello de Harry—. Puedo resolver la parte financiera, Harry. Ya había cruzado mi mente que debería poner algún tipo de depósito para AnnElise. Eso ayudaría a resolver el problema de los impuestos y os cuidaría a ambos. Tú y AnnElise sois mi familia ahora. 

—Harías eso por mí, por nosotros, pero aún así no quieres casarte —Harry miró a Louis, interrogante. 

Louis suspiró. 

—Tengo miedo, Harry. 

Harry estiró la espalda y se giró hacia Louis con una mirada asombrada. 

—¿De qué demonios estás asustado?
—Ya puedo ver los titulares. «Antiguo embajador de los Estados Unidos se casa con su amante gay» —señaló Louis—. No quisiera que tú o AnnElise, tuvierais que soportar reacciones violentas por eso. Sabemos que a todos les parece bien que vivamos juntos, pero es solo porque somos bastante discretos al respecto. Es un tema muy delicado en muchos países, y estoy seguro de que Naciones Unidas no tienen ningún problema con que uno de sus relaciones públicas viva con otro hombre, pero si nos casáramos, aunque no sea legal todavía en el estado de Nueva York, es posible que lo consideren un tipo de “publicidad no deseada”. No sé si has leído la letra pequeña de tu contrato, Harry, pero… 

Harry puso los ojos en blanco. 

—Sé que pueden despedirme por eso. 

—Escucha. —Louis apretó a Harry con fuerza entre sus brazos y le meció un poco—. Sabes que te quiero y sabes que ninguno de mis hermanos te sacará de esta casa, ni aunque un taxi amarillo me arrollara mañana. 

Harry tembló. —¡No digas eso! 

—Sabes que no lo harán. 

Harry se giró para mirar a su amante directamente a los ojos. 
—Será mejor que tengas cuidado y no te hagas daño. Quiero bailar contigo en la boda de nuestra hija, y quiero ver a nuestros nietos botando en tus rodillas. 

Louis observó la expresión seria del rostro de Harry y no pudo evitar reírse. 

—¿Quién dice que ella querrá casarse? 


Harry sonrió y tomó las manos Louis mientras se movía para poder sentarse a horcajadas sobre él. 

—No me importa. —Comenzó a besar a Louis fuerte en la boca—. 
Quiero hacerme viejo contigo, bailemos o no en una boda. 

Louis se dejó caer de espaldas, permitiendo a Harry continuar el asalto a su cuerpo. Sabía que cuando Harry no se salía del todo con la suya, solía llevar las riendas en la cama. Era una de las razones por las que Louis solía sacar una buena discusión de vez en cuando. 

Le gustaba sentir la entrepierna abultada de Harry contra la suya, a través de la ropa, mientras sus manos eran atrapadas cerca de sus orejas. Le gustaba cómo Harry invadía su boca con la lengua y gemía, enviando pequeños temblores por todo su cuerpo. Le gustaba observar los ojos del joven volverse casi negros mientras decía «simplemente túmbate y deja que yo haga todo el trabajo», mientras luchaba por sacarlos a ambos de sus pijamas. Louis opondría resistencia, pero solo porque sabía que eso haría que la pasión de Harry ardiera más profundamente. Harry se lo permitiría, le dejaría lamerle sus elegantes dedos mientras él chupaba su polla gruesa y le penetraba con los dedos de su otra mano. 

Louis sabía que necesitaría de todo su autocontrol para no correrse ahí mismo. Sabía que tendría que esperar hasta que Harry estuviera empujando profundamente en su interior, golpeando suavemente su punto de placer cada vez. Hasta que no supieran dónde acababa el uno y empezaba el otro, hasta que oyera a Harry gemir profundamente en su oído y rogarle «córrete conmigo, Louis». Sólo entonces se liberaría a sí mismo, sintiendo todas la pasión y el amor recorrerle el cuerpo y verlas reflejadas en los ojos de Harry. 

—Te prometo que tan pronto como sea legal, te lo pediré de nuevo —susurró Louis, con la voz todavía un poco inestable. 

—No. Esta vez me toca preguntar a mí —argumentó Harry, con una sonrisa perezosa en el rostro, mientras envolvía a su amante entre los brazos.