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Los Marginados {n.c}
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Re: Los Marginados {n.c}
Creo que sigo yo
La otra vez stalkee el pvt de Mad y tenía escritos de ausencia, ya saben, las chicas ya no quieren ser antisociales like us, ahqué. Dime Pau Pau de manzana (?)mi fav es el de limón pero ya tengo una Pau Pau de limón dhfksf si nos saltamos su lugar y les subo un capítulo el próximo año jkfsg.
Ahí me dices, las amo a todas, mis pastelitos<333.
La otra vez stalkee el pvt de Mad y tenía escritos de ausencia, ya saben, las chicas ya no quieren ser antisociales like us, ahqué. Dime Pau Pau de manzana (?)
Ahí me dices, las amo a todas, mis pastelitos<333.
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Re: Los Marginados {n.c}
oh, creo que ya paso mi turno y se me habia olvidado decir eso que dijo Mari, lo de mi ausencia, so le toca a Mari, creo. (?) c:
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pixie.
Re: Los Marginados {n.c}
Está bien, intentaré escribirlo y subirlo lo antes posible<33
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Re: Los Marginados {n.c}
Capítulo 15.
Anne Cooper.
Anne Cooper.
La última hora está pasando con verdadera lentitud. Mientras más tiempo paso en este instituto más cuenta me doy que no pertenezco ni si quiera a esta ciudad. Todos con sus ropas caras, con sus comportamientos ruines y crueles a los más aplicados, o a los que lucen diferente a ellos. Ni si quiera en Estados Unidos veía sufrir a tantos chicos por las esquinas.
¿En qué maldita mierda me he metido?
Después de que el estúpido rubiecillo me dejara prácticamente hecha de piedra, ahí, echando raíces al césped de la cancha, tuve que mentalizarme. Nadie me hará sufrir en esta escuela. Ni si quiera los “populares” de la High Time. Suficiente tengo con lo de papá y la locura de mi madre…
—¿Me puedo sentar aquí? —alzo la cabeza cuando escucho esa voz ronca y me remuevo los auriculares de las orejas. Sonrío y asiento, pasándome al asiento que da junto a la ventana del patio. Es un chico altísimo, guapo y con unos intensos ojos verdes. Mis mejillas se calientan al instante. El timbre retumba por las paredes y el corazón lo siento en la garganta cuando el chico rubio entra carcajeándose con otros más, chocando puños y empujándose.
Retuerzo los ojos y suspiro pesadamente.
—¿Eres nueva, verdad? —le volteo a ver y me paso un mechón de cabello tras la oreja. Asiento nuevamente— Eres un poco callada, conmigo estás a salvo —me dedica una sonrisa ladina y un pronunciado hoyuelo se le marca en la mejilla. Le sonrío de vuelta e inmediatamente me cae bien.
—Anne Cooper —el chico me sonríe con todos los dientes, es ardiente para que hable con alguien como yo. Suelo ser la marginada del salón, la de las últimas butacas, la invisible.
—Harry Styles —estira una de sus largas manos y nos damos un firme apretón— ¿Has conocido a alguien ya? —niego con la cabeza y comienzo a jugar con mis dedos.
—No, um, no suelo tener muchos amigos… en realidad —hago una pausa y Harry asiente.
—Yo tampoco.
—¡Eh, Niall! ¡Conseguí un balón de fútbol para quedarnos un rato jugando en la cancha! —entra gritando un muchacho igual de sorprendentemente hermoso, con tez morena y un gracioso peinado. El rubio de la mañana se levanta y toma el balón, sonriendo.
Y sigo pensando que es lindo.
—Por eso eres mi mejor amigo, Zayn —ambos se ríen y en cuanto dan la primera pasada, un anciano entra al aula y la fiesta se termina.
Conque Niall, eh.
Mi madre no tarda en llegar, y ni si quiera se tomó la molestia de darme indicaciones de cómo llegar a nuestro hogar. Me perdí como verdadera estúpida y caminé por un montón de partes, los pies me arden de solo pensarlo. Bufo y remuevo los Converse, extraño California.
Después de perder a mí papá en ese sucio accidente automovilístico, y que me dejara más sola que nada, con una madre de pronto adicta al trabajo; la casa de mis abuelos, ellos y el muelle era mi único respiro. Era lo único que me hacía sentir un poco completa.
Mi padre siempre fue un papá ejemplar, me quería, me educaba, siempre me decía lo muy orgulloso que estaba de mí, me compraba cosas, era el mediador entre mamá y yo. Simplemente era mi todo, y lo perdí horrorosamente.
Suspiro.
Y me trago el nudo en la garganta. Si él estuviera vivo siguiéramos en Long Beach, con mis verdaderos amigos, en mi zona de confort.
Un estrépito azote de puerta me frena el corazón y suelto una letanía de palabrotas. Uf. Llevo una mano a la altura de mi pecho y trato de calmar mi respiración errática. Me siento en la orilla del sillón, esperando a que mamá entre gritando, aventando los figurines baratos y zarandeándome como de costumbre.
—¡Anne! ¡Ann! ¿Dónde estás hija? —uh, creo que no está de mal humor. Lleva la voz melodiosa y cantarina y sus taconeos son más rápidos que lo de costumbre.
—Acá en el living, mamá.
—¿Adivina qué? —chilla y da unos saltitos en su lugar, aplaudiendo. Se deja caer al sofá y coloca su cabeza en mi regazo.
—¿Qué? —frunzo el entrecejo. Sip. Así como la ven, ésta mujer loca es mi madre.
—Tengo el empleo asegurado, mi jefe es un verdadero bombón —suspira y expando mis ojos.
¿Qué? ¿Jefe guapo?
—¿Mamá, estás bien?
—¡Anne! Oh Anne, Anne, Anne —canta, se sienta y acuna mi rostro con sus largas manos, me aplasta los mofletes con sus palmas y siento la boca hecha un nudo.
—Má… —me da un beso en la frente y me apachurra en su pecho. Me asfixio de inmediato entre sus enormes… senos. Y le chillo— Me estoy quedando sin respiración, mamá —mi voz se escucha amortiguada y ella suelta una risita muy, no decente tratándose de Helen Jones.
—Lo digo en serio —suspira y me abraza por los hombros— Además de ser un hombre guapo, extraordinariamente rico, amable, caballeroso… —vuelve a suspirar— Es una dulzura, charlamos de nuestra vida durante el almuerzo… no tiene esposa, yo no tengo esposo… me dijo que tenía dos hijos y… oh Anne. Creo que me enamoré.
—Mamá, ¿estás ebria?
—¡No! —suspira— Anne, sé que no he sido la mejor mamá estos últimos tres años, pero… —traga saliva y se pone de pie, ajustando su apretada falda tapiz— Es momento de dejar atrás el dolor de la muerte de tu padre… yo amé y siempre amaré a Albert, pero… se trata de darme la segunda oportunidad en el amor —¡mi mamá parece una maldita adolescente!
Hago una mueca horrorizada.
—Mamá, pero… —titubeo— ¡Lo acabas de conocer! —chillo dramáticamente.
—Ann, mi pequeña… no estoy enamorada aún, solamente me gusta… imagínate —suspira— Todos los días en el trabajo, después nos haremos novios… y tu tendrás ¡dos nuevos hermanos!
Oh demonios…
Y de pronto, me desmayo.
¡Hermanos! ¡Padrastro!
Estamos en la acera, frente a una monumental casa de dos pisos, con un patio frontal hermoso, lleno de árboles, pintura beige, grandes ventanales… todo lujoso.
Suspiro y me dejo arrastrar hasta la puerta. Mi mamá la abre con un llavero de una casa de bienes raíces y pega un chillido cuando pisamos tierra firme.
Me quedo boquiabierta.
Es hermosa. Con piso enmoquetado, losa, cuadros, algunos muebles y plantas, una gran escalera elegante, un living enorme, un comedor enorme, una cocina enorme.
Whoa. Simplemente esto es demasiado.
—¿Te gusta? —me pregunta impaciente, enredando un brazo en mi cintura y asiento aún con la boca de par en par.
—Sí… es fantástica… pero… ¿no te parece que es muy grande? Sólo somos tú y yo —me interrumpe.
—Claro que no, podrás traer a tus amigos, tendremos perros, haré algunas reuniones con mis nuevos compañeros del trabajo, Bobby podrá pasar aquí un buen rato con sus hijos… ¡Anne! Esta casa es perfecta, viviremos en un verdadero hogar nuevamente… seremos felices, en familia —me rasco la nuca exasperada y alejo las gafas de mi cara y comienzo a pellizcarme el puente de la nariz.
En timbre suena.
Y mi madre pega un alarido grotesco, me toma de la mano y me hala hasta el recibidor. Se arregla el cabello con una mano, acomoda una sonrisa bonita y abre la puerta. Lo primero que veo es un señor metido en un buen traje de vestir, rubio, de buen ver, con unos ojos azules muy bonitos… y oh por Dios.
¿Niall a su lado?
—Ann, mi amor… te presento a Bobby Horan —el hombre me tiende una mano y Niall se queda boquiabierto, un chico detrás de él igual de guapo me sonríe mientras se lleva papas fritas a la boca— Mi jefe.
¡SU JEFE!
¿En qué maldita mierda me he metido?
Después de que el estúpido rubiecillo me dejara prácticamente hecha de piedra, ahí, echando raíces al césped de la cancha, tuve que mentalizarme. Nadie me hará sufrir en esta escuela. Ni si quiera los “populares” de la High Time. Suficiente tengo con lo de papá y la locura de mi madre…
—¿Me puedo sentar aquí? —alzo la cabeza cuando escucho esa voz ronca y me remuevo los auriculares de las orejas. Sonrío y asiento, pasándome al asiento que da junto a la ventana del patio. Es un chico altísimo, guapo y con unos intensos ojos verdes. Mis mejillas se calientan al instante. El timbre retumba por las paredes y el corazón lo siento en la garganta cuando el chico rubio entra carcajeándose con otros más, chocando puños y empujándose.
Retuerzo los ojos y suspiro pesadamente.
—¿Eres nueva, verdad? —le volteo a ver y me paso un mechón de cabello tras la oreja. Asiento nuevamente— Eres un poco callada, conmigo estás a salvo —me dedica una sonrisa ladina y un pronunciado hoyuelo se le marca en la mejilla. Le sonrío de vuelta e inmediatamente me cae bien.
—Anne Cooper —el chico me sonríe con todos los dientes, es ardiente para que hable con alguien como yo. Suelo ser la marginada del salón, la de las últimas butacas, la invisible.
—Harry Styles —estira una de sus largas manos y nos damos un firme apretón— ¿Has conocido a alguien ya? —niego con la cabeza y comienzo a jugar con mis dedos.
—No, um, no suelo tener muchos amigos… en realidad —hago una pausa y Harry asiente.
—Yo tampoco.
—¡Eh, Niall! ¡Conseguí un balón de fútbol para quedarnos un rato jugando en la cancha! —entra gritando un muchacho igual de sorprendentemente hermoso, con tez morena y un gracioso peinado. El rubio de la mañana se levanta y toma el balón, sonriendo.
Y sigo pensando que es lindo.
—Por eso eres mi mejor amigo, Zayn —ambos se ríen y en cuanto dan la primera pasada, un anciano entra al aula y la fiesta se termina.
Conque Niall, eh.
***
En cuanto llego a casa, exhausta, aviento la mochila a cualquier rincón de la salita y me echo pesadamente sobre el incómodo sillón de cuero. Odio esta casa con cada célula de mi ser. Mi madre no tarda en llegar, y ni si quiera se tomó la molestia de darme indicaciones de cómo llegar a nuestro hogar. Me perdí como verdadera estúpida y caminé por un montón de partes, los pies me arden de solo pensarlo. Bufo y remuevo los Converse, extraño California.
Después de perder a mí papá en ese sucio accidente automovilístico, y que me dejara más sola que nada, con una madre de pronto adicta al trabajo; la casa de mis abuelos, ellos y el muelle era mi único respiro. Era lo único que me hacía sentir un poco completa.
Mi padre siempre fue un papá ejemplar, me quería, me educaba, siempre me decía lo muy orgulloso que estaba de mí, me compraba cosas, era el mediador entre mamá y yo. Simplemente era mi todo, y lo perdí horrorosamente.
Suspiro.
Y me trago el nudo en la garganta. Si él estuviera vivo siguiéramos en Long Beach, con mis verdaderos amigos, en mi zona de confort.
Un estrépito azote de puerta me frena el corazón y suelto una letanía de palabrotas. Uf. Llevo una mano a la altura de mi pecho y trato de calmar mi respiración errática. Me siento en la orilla del sillón, esperando a que mamá entre gritando, aventando los figurines baratos y zarandeándome como de costumbre.
—¡Anne! ¡Ann! ¿Dónde estás hija? —uh, creo que no está de mal humor. Lleva la voz melodiosa y cantarina y sus taconeos son más rápidos que lo de costumbre.
—Acá en el living, mamá.
—¿Adivina qué? —chilla y da unos saltitos en su lugar, aplaudiendo. Se deja caer al sofá y coloca su cabeza en mi regazo.
—¿Qué? —frunzo el entrecejo. Sip. Así como la ven, ésta mujer loca es mi madre.
—Tengo el empleo asegurado, mi jefe es un verdadero bombón —suspira y expando mis ojos.
¿Qué? ¿Jefe guapo?
—¿Mamá, estás bien?
—¡Anne! Oh Anne, Anne, Anne —canta, se sienta y acuna mi rostro con sus largas manos, me aplasta los mofletes con sus palmas y siento la boca hecha un nudo.
—Má… —me da un beso en la frente y me apachurra en su pecho. Me asfixio de inmediato entre sus enormes… senos. Y le chillo— Me estoy quedando sin respiración, mamá —mi voz se escucha amortiguada y ella suelta una risita muy, no decente tratándose de Helen Jones.
—Lo digo en serio —suspira y me abraza por los hombros— Además de ser un hombre guapo, extraordinariamente rico, amable, caballeroso… —vuelve a suspirar— Es una dulzura, charlamos de nuestra vida durante el almuerzo… no tiene esposa, yo no tengo esposo… me dijo que tenía dos hijos y… oh Anne. Creo que me enamoré.
—Mamá, ¿estás ebria?
—¡No! —suspira— Anne, sé que no he sido la mejor mamá estos últimos tres años, pero… —traga saliva y se pone de pie, ajustando su apretada falda tapiz— Es momento de dejar atrás el dolor de la muerte de tu padre… yo amé y siempre amaré a Albert, pero… se trata de darme la segunda oportunidad en el amor —¡mi mamá parece una maldita adolescente!
Hago una mueca horrorizada.
—Mamá, pero… —titubeo— ¡Lo acabas de conocer! —chillo dramáticamente.
—Ann, mi pequeña… no estoy enamorada aún, solamente me gusta… imagínate —suspira— Todos los días en el trabajo, después nos haremos novios… y tu tendrás ¡dos nuevos hermanos!
Oh demonios…
Y de pronto, me desmayo.
¡Hermanos! ¡Padrastro!
***
Camino con los brazos cruzados y el ceño completamente fruncido, haciendo en mi mente el plan perfecto para que mi madre se “desenamore” de su jefe. Ay, ¿qué hice para merecer esto?Estamos en la acera, frente a una monumental casa de dos pisos, con un patio frontal hermoso, lleno de árboles, pintura beige, grandes ventanales… todo lujoso.
Suspiro y me dejo arrastrar hasta la puerta. Mi mamá la abre con un llavero de una casa de bienes raíces y pega un chillido cuando pisamos tierra firme.
Me quedo boquiabierta.
Es hermosa. Con piso enmoquetado, losa, cuadros, algunos muebles y plantas, una gran escalera elegante, un living enorme, un comedor enorme, una cocina enorme.
Whoa. Simplemente esto es demasiado.
—¿Te gusta? —me pregunta impaciente, enredando un brazo en mi cintura y asiento aún con la boca de par en par.
—Sí… es fantástica… pero… ¿no te parece que es muy grande? Sólo somos tú y yo —me interrumpe.
—Claro que no, podrás traer a tus amigos, tendremos perros, haré algunas reuniones con mis nuevos compañeros del trabajo, Bobby podrá pasar aquí un buen rato con sus hijos… ¡Anne! Esta casa es perfecta, viviremos en un verdadero hogar nuevamente… seremos felices, en familia —me rasco la nuca exasperada y alejo las gafas de mi cara y comienzo a pellizcarme el puente de la nariz.
En timbre suena.
Y mi madre pega un alarido grotesco, me toma de la mano y me hala hasta el recibidor. Se arregla el cabello con una mano, acomoda una sonrisa bonita y abre la puerta. Lo primero que veo es un señor metido en un buen traje de vestir, rubio, de buen ver, con unos ojos azules muy bonitos… y oh por Dios.
¿Niall a su lado?
—Ann, mi amor… te presento a Bobby Horan —el hombre me tiende una mano y Niall se queda boquiabierto, un chico detrás de él igual de guapo me sonríe mientras se lleva papas fritas a la boca— Mi jefe.
¡SU JEFE!
wanweird
Re: Los Marginados {n.c}
Leí el user y dije ''esta quien es?'' xd subiste caaaapp!! Y ME ENCANTOOO! Sigo yo :O subiré cuanto antes! La espera valió la penaa tu capi fue super awesomee!
Invitado
Invitado
Re: Los Marginados {n.c}
vicstyles escribió:Leí el user y dije ''esta quien es?'' xd subiste caaaapp!! Y ME ENCANTOOO! Sigo yo :O subiré cuanto antes! La espera valió la penaa tu capi fue super awesomee!
la desconocida, ahqué. Graaacias, me alegra que te haya gustado, espero el tuyo sdkjgdf.
wanweird
Re: Los Marginados {n.c}
Una cosa han baneado a paulis?
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Los Marginados {n.c}
Marieee me encanton el cap,.que lendo
Zoes no me banearon, solo le d de baja a mi cuenta.
Zoes no me banearon, solo le d de baja a mi cuenta.
Invitado
Invitado
Re: Los Marginados {n.c}
a vaale eres tu, ya decía yo hahahahaah vale.
Era por asegurarme, me alegra C:
Era por asegurarme, me alegra C:
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Los Marginados {n.c}
bien, esto es mas difícil de lo que creen. Empezare diciendo que esta es mi colectiva favorita, y que amo cada uno de los capítulos, y que las amo a ustedes por inscribirse, pero esto ya no da, y ustedes lo saben; fuimos irresponsables, y la colectiva se estanco. He decidido, con el dolor en mi corazón, cancelarla. Mañana, en un hermoso domingo, re abriré las inscripciones con una nueva sinopsis, y renovada. Si desean inscribirse, están invitadas a hacerlo. Con amor, Paula.
Invitado
Invitado
Re: Los Marginados {n.c}
Si, tienes razón Pau, fuimos técnicamente muy irresponsables, y se estanco mucho al decir verdad. Si tengo tiempo, veré si me inscribo, por que a ame está nc lo que duré, bueno, eso. c:
Invitado
Invitado
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