Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Zombieland | Segunda Temporada |
Página 9 de 36. • Comparte
Página 9 de 36. • 1 ... 6 ... 8, 9, 10 ... 22 ... 36
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
CAPCAPCAPCAPCAPCAPCAPCAP!
Bart Simpson
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
JEEEEEEENNNNNNNNN Los zetas me acosaron y casi no muero pero entonces mi papa me quitó el paraguas que tenía y les dio dulces, ay pues no:c pero unos niños "zetas" me toquetearon :c
LunaLunnel.
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
JAJAJAJAJAJAJAJAJA, Luna xDD
Les hubieras partido toda la madre
Mocosos de mierda, les hubieras dicho que Chucky o Freddy Krueger se los iba a violar con todo, mocosos mierderos
Les hubieras partido toda la madre
Mocosos de mierda, les hubieras dicho que Chucky o Freddy Krueger se los iba a violar con todo, mocosos mierderos
Bart Simpson
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
Yo solo quería terminar las imágenes para el foro y mi mama no me ayuda en nada e__e
LunaLunnel.
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
TOING! $:
CAP CAP CAP CAP
Bart Simpson
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
:gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp: :gasp:
LunaLunnel.
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
Zulay Miller
Con el paquete de flechas y el arco en la mano corro sin piedad alguna por mis piernas y por mi vida. Avanzo a una gran velocidad atravesando una calle solitaria y alejada de la mano de Dios mientras busco algún refugio a tiempo de que no me vean.
No sé cómo he llegado aquí, he perdido a Chris en un vano intento de recoger provisiones y ahora estoy así; corriendo desesperada por mi vida y sin él a mi lado. Nos hemos separado involuntariamente.
Sé que él se encontrará bien, sé que él se cuidará de todo humano viviente o no que se le acerque y que se pondrá a salvo, lo que no sé es si yo viviré siquiera.
Esta anocheciendo y yo aún continuo buscando un lugar en donde pasar la noche, un lugar el que no haya nada ni nadie y esté a salvo para, al próximo día, salir a buscar a Chris y largarnos de aquí.
Me encuentro en un cruce en medio de la ciudad y no sé a dónde dirigirme. Oigo voces y pasos lentos que se acercan hacia mí por detrás y, rápidamente escojo la calle de la derecha, la derecha siempre me da suerte.
Corro lo más sigilosa y rápidamente posible que puedo mientras me interno en la calle. Saco una flecha del paquete de mi espalda y la coloco sobre el arco lista para disparar por si hay algo delante de mí que no pueda ver, por si algo me impide el poner mi vida a salvo en estos momentos.
La calle está llena de coches abandonados y destrozados, sangre seca esparcida por el cimiento. Farolas y señales destruidas a causa del pánico que tuvo que haber habido en esta calle hace tiempo atrás. Objetos, maletas, ropa, todo desperdigado por el duro y frío suelo de la calle, sobre los coches, sobresaliendo de los coches…
Mirando cautelosamente a todos los lados mientras, rápidamente con la mirada busco la casa que en mejor estado se encuentre. Al fin llego al final de la calle descubriendo que es una calle sin salida, es un callejón sin salida, una muerte segura y aún escucho los mismos pasos tras mías.
Echando otro rápido vistazo diviso una casa de planta baja a unos metros de mí. Tiene una de las ventanas rotas pero está tapado con un gran cartón. La casa está en buen estado comparándola con el resto de las casas cercanas a mí en este precioso momento.
Voy hasta ella e intento abrir la puerta pero está atrancada por dentro. Doy la vuelta a la casa a tiempo de ver a un par de zombies acercándose a donde yo estaba segundos atrás. Suspiro de alivio. Continúo dando la vuelta a la casa traspasando una valla blanca oxidada que está cerrada. Con mucho cuidado y en pleno silencio la salto, mientras mi corazón va en una carrera contrarreloj y mi respiración es acelerada.
Hay otra ventana, ésta más grande que la anterior y está también tapada con un gran cartón marrón. Hay otra puerta también. Me acerco a ella pero ésta está cerrada. Intento mantener el pánico bajo llave mientras miro al pequeño patio buscando algo con lo que abrirla a golpes. Por casualidad del destino o suerte, no lo sé, veo muchas piedras al fondo del pequeño y destrozado patio.
Me acerco y agarro la más grande que puedo encontrar a mi alrededor. Mientras me dispongo a darle a la cerradura de la puerta trasera con la piedra para poder entrar y salvar mi vida, la puerta se abre lentamente dejándome ver el rostro de una persona completamente destrozado.
Tiene un ojo colgando, media cabeza rapada, rapada hasta poder ver el cráneo. Lleva sangre por todas partes, un brazo dislocado. La mandíbula la tiene más abierta de lo normal y la pierna izquierda la tiene doblada en 120 grados. Me agarra rápidamente y, mientras estoy parada alrededor de sus brazos esperando mi muerte grito, grito con todas mis fuerzas al descubrir que es un zombie y que me convertiré en algo parecido a él. Grito sabiendo que he perdido la oportunidad de encontrar a mi hermano, grito sin saber si Chris a logrado ponerse a salvo y sin haberle dicho lo mucho que lo quiero.
Despierto agitada. Ha sido un sueño, un simple sueño. Miro a mí alrededor comprobando que aún estamos en el coche dirigiéndonos quién sabe donde.
Estoy pegada a la ventana derecha, detrás del copiloto. En medio, a mi izquierda, está Chris quien está durmiendo en mi hombro y a su lado está Keke, durmiendo con la mejilla pegada al cristal del coche. Delante esta Chace quien está conduciendo y Koco está de copiloto, vigilando las calles.
Giro mi cabeza con cuidado de no despertar a Chris y veo a un coche siguiéndonos. Solo consigo reconocer a Jill ya que de copiloto va un chico de rulos quien se medio duerme.
―¿Qué haces, pequeña? ―me susurra con una voz adormilada mi hermano, levantando la cabeza de mi hombro.
―Nada, mirando, comprobando. No lo sé ―suspiro de cansancio.
―Anda, duérmete un poco más. Dudo que paremos pronto ―agarra mi cabeza con las dos manos y la apoya sobre su hombro derecho―. Scott, si necesitas cambiar solo tienes que decírmelo.
―Dalo por hecho, hermano ―le sonríe. Mi hermano asiente y apoya su mejilla contra mi cabeza quedándose dormido al poco tiempo al igual que yo.
Me despierto con un gran frenazo y gritos por parte de las personas dentro del coche. Mis ojos se abren rápidamente preparados ya para cualquier situación que pudiera estar pasando. Me mareo durante un instante pero eso no me impide el que siga mirando a todos los lados, alerta.
―¿Qué pasa? ¿Por qué hemos frenado?
Keke está casi llorando. Entre que por el frenazo se ha dado con el asiento del conductor en la cabeza y el gran frenazo inesperado, está a punto de romperse a llorar.
Mi hermano está con los ojos bien abiertos y las manos apoyadas una en cada asiento delantero mientras mira hacia el frente. Todos están callados, solo se escucha el lloriqueo de Keke en el coche.
Dirijo mi vista hacia delante sin saber qué esperar. Estamos rodeados de naturaleza, hemos salido de la ciudad ya hace tiempo, ya que no se ven casas por ningún lado a nuestro alrededor. Delante nuestra hay muertos vivientes, demasiados para que salga uno a matarlos.
Veo una sombra por la parte de Keke y esta chilla pero Chris le tapa antes de que los zombies pudieran darse cuenta de nada. Segundos después Jill toca al cristal del piloto:
―¿Qué hacemos? ¿Damos media vuelta? ―Scott se queda pensativo, sin saber qué decir.
―Podríamos encargarnos nosotros. No son muchos y bueno, tenemos lo necesario, ¿no? ―Intervengo, estoy cansada de huir de ellos. Me miran los dos.
―Me parece bien pero, la gente que hay en tu coche que también ayude. Que no termino de fiarme de ellos, mejor tenerlos controlados ―ella asiente, dándole la razón.
―Yo no quiero ir, no me moveré de aquí ―susurra asustada. Todos lanzamos un suspiro. ―No quiero morir, además, no está del todo del día.
―Vamos Keke, no seas miedica. Anímate, te estaremos vigilando las espaldas ―le digo intentado convencerla.
Se acerca otra persona por el mismo sitio de Jill. Todo lo que puedo ver es que es alto y tiene la cabeza rapada.
―¿A qué esperamos para seguir hacia delante? ―Segundos después se percata de los muertos vivientes delante nuestra a muchos metros de distancia ―. Oh.
―Keke si quieres puedes quedarte, pero, debes de enfrentar a tus miedos. No puedes seguir así, no podemos seguir así. Un día te matarán o nos matarán por tus tonterías ―habla mi hermano.
―¡Joder! Pero que miedosa eres Keke. ¡Si son muy pocos!
―Bueno, ya ―dice exasperada Jill por la situación ―. Acabemos con esto de una maldita vez.
Abro la puerta y bajo del coche azul marino. Los huesos me truenan por llevar horas ahí encerrada sin estirarlos, sin andar. Me desperezo y voy al maletero donde ya está Chris cogiendo su machete.
Agarro el paquete de flechas y me lo cruzo en la espalda. Tengo alrededor de 10 flechas, tendría que fabricar más una vez estemos lejos de aquí. Cojo el arco y doy media vuelta preparada para la acción.
Mi corazón va a mil, aunque no quiera debo admitir que tengo miedo. Miedo de que pueda perder a Chris o que pueda morir pero ya era hora que cogiéramos al toro por los cuernos y encabezarnos nosotros en este nuevo mundo en el que ahora vivimos.
Veo a nuevos chicos que no había visto antes. Hablan entre ellos mirando al maletero del coche donde yo me he bajado. Frunzo el ceño pensando lo peor de ellos. Me alejo de ellos sin querer saber nada de lo que tramen o quieran hacer pero una cosa sí tengo clara; los tendría vigilados.
―¿Listos? ―Pregunta Scott. Todos asentimos y andamos hasta donde están los muertos vivientes pronto los muertos no vivientes.
Keke tenía razón. Se puede ver ya que está amaneciendo pero aún así hay la bastante oscuridad para que estemos más atentos de lo habitual.
Un brazo se coloca sobre mis hombros y levanto la cabeza a tiempo de que Chris me de un beso en la frente.
―Ten cuidado, Zuka ―oigo el miedo en su voz. Soy su única familia que le queda, es mi única familia que me queda.
―Tú también, Chris.
Los muertos ya nos han visto y se dirigen hacia nosotros. Chris sale de mis hombros y, con un último vistazo se adelanta. Mientras yo saco una flecha del paquete de mi espalda y la coloco en el arco, apuntando rápidamente a uno a mi derecha suelto y le da en toda la cabeza. Repito la acción cubriendo al resto, mientras ellos con sus armas blancas matan a otros.
Sigo repitiendo la acción demasiado concentrada en cubrirles las espaldas a los que están tan concentrados en matar a alguno que no se dan cuenta en que por detrás de ellos se les acercan.
Detrás de mí escucho pasos vacilantes y me giro a tiempo de ver a un zombie casi encima de mí. Grito mientras hecho el brazo derecho a atrás buscando flechas pero me he quedado sin munición. Interponiendo el arco entre nosotros él intenta morderme, cosa que intento evitar pegándole patadas mientras sigo chillando.
―¡ZUKA! ―Oigo el grito de Chris. Mi corazón se acelera cada vez más por el pánico que tengo al estar debajo de un zombie y que lo único que nos separe sea un simple arco.
Veo una sombre por detrás del bicho y pienso que es otro zombie que habrá venido por mis gritos. Segundos después tengo la cabeza y sangre del zombie ―al cual le faltaba un gran pedazo de mejilla― sobre mí. Pego un chillido levantándome rápidamente mientras tiro la cabeza lo más lejos posible de mí y me limpio la sangre con los brazos.
Levanto la vista y veo a uno de los chicos que hablaban antes mirando al maletero del coche. Él es alto, más alto que yo. Tiene unos hermosos ojos azules y el pelo de color castaño con un flequillo echado hacia arriba. Tiene una contextura delgada y una gran y blanca sonrisa.
Pocos segundos después noto como alguien me levanta en peso dándome vueltas. Mi ojo capta como el chico que me salvó se aleja.
―Zuka.. Dios, pensé que te perdía ―dice mi hermano, soltándome al suelo y abrazándome fuertemente.
―Estoy bien, Chris. Estoy bien ―le sonrío en un intento de que se relaje.
―¿Te encuentras bien? ¿Te ha mordido? ―pregunta de la nada Scott. Mirándome detenidamente.
―No, no me han mordido y estoy bien, de verdad ―suelta un suspiro.
―Me alegro que estés bien ―se vuelve y grita―: ¡Ya nos podemos ir!
Todos salen detrás de él hacia sus respectivos coches y lugares. Dándome un asentimiento de cabeza o una sonrisa, los chicos desconocidos se van, incluido quien me salvó.
Chris y yo andamos hasta el coche azul marino mientras me aprieta hasta él y susurra lo mucho que me quiere y que no quiere volver a pasar por lo que ha pasado minutos atrás. Nos acercamos al coche y subimos mientras Scott arranca el coche y avanzamos por la calle ya despejada.
Hemos llegado a una pequeña urbanización la cual está compuesta por un par de casas, un supermercado, un par de tiendas de ropa y el resto bares. Decidimos para para hacer un descanso y recoger provisiones.
―Deberíamos separarnos, tardaríamos menos ―dice el de rulos que vi al principio.
―A mí me parece bien, pero, cómo nos separamos ―dice el rapado.
―Me niego, ¡me niego rotundamente!
―¿Y si vamos en parejas y nos matan y el resto no se entera y mueren todos por culpa de esos dos que murieron?
Todos miramos anonadados a Keke y Koco quienes tienen la cara demasiado seria para que podamos pensar que están hablando en broma. Uno de los chicos desconocidos suelta una risita.
Después de intentar calmarlas y ellas repetir una y otra vez que quieren ir de pareja con algún chico nos las arreglamos para aclararnos tanto en parejas como para saber dónde va cada uno.
Chris, el chico que me salvó y yo vamos a investigar a una de las casas. Keke, el rapado y otro chico rubio y ojos azules van a una de las tiendas ya que los chicos desconocidos necesitan ropa. Koco va con el del pelo de rulos a otra casa y Jill, Scott y uno de pelo negro se van al supermercado.
Agarrando nuestras armas cada uno nos vamos por nuestras partes y nuestras parejas.
―En media hora aquí, al lado del coche. Tened cuidado e intentad no tardar mucho. Mejor estar solo el tiempo justo ―declara Scott.
―Cálmate Keke, vas con dos chicos ―suelto a la Keke que ahora llora.
―Pero no los conozco, ¿y si me violan? ―Soltamos todos unas risas. Menudo momento para reírnos pero, en ocasiones valen mucho pequeñas risas, ya que calman los nervios.
―Soy Nialler y él Ele ―Dice el rubio y de ojos azules. Ésta asiente un poco más tranquila.
Me doy la vuelta yendo hacia la casa que tenemos que investigar seguida de Chris y el Salvador. Cada uno se coloca a un lado mío y yo saco la navaja/cuchillo de cazar de mi padre ya que estoy sin flechas.
El Salvador va con un machete desenfundado al igual que mi hermano, aunque el del Salvador es más largo que el de Chris. Noto la diferencia de ellos, mi hermano es más alto que él, y más musculoso por así decirlo. Cada vez nos acercamos más a la casa y no sé cómo darle las gracias al Salvador.
Quien diría tiempo atrás que acabaríamos como estamos ahora. Matando a zombies quienes en un pasado fueron personas corrientes y alegres quienes no se preocupan por nada más que pagar las deudas que tuvieras y conseguir dinero para seguir “viviendo”. Cualquiera lo diría en lo que el mundo se ha convertido.
Un tiempo atrás me encantaba ver películas de zombies con Chris. Nos vimos todas las de Resident Evil entre otras. Me encantaba disfrazarme en Halloween de zombie o imaginar un mundo en el que todo el mundo se convirtiera en zombie y yo los matara a todos. Todo era una ilusión, una pequeña fantasía tonta. Ahora miro a mi alrededor y veo que mi pequeña fantasía se ha hecho realidad y que me gustaría volver al tiempo atrás para disfrutar más de la vida y no soñando con que hubiera un apocalipsis.
Nos paramos delante de la puerta. Ellos se miran mutuamente y asienten a la vez la cabeza. Me coloco al lado de la puerta y el Salvador posa su mano sobre el manillar. Antes de que lo gire le tiendo la mano y le digo:
―Oye, esto.. Gracias, ya sabes, por lo de antes ―me mira perplejo durante unos instantes.
―A buenas horas lo dices ―suelta una sonrisa burlona y gira el manillar.
Entra el Salvador primero y luego mi hermano, por última yo, con la navaja en alto. Silenciosamente nos adentramos todos por el lugar y nos separamos en la casa. El Salvador se va por la derecha, mi hermano sube al segundo piso y yo me voy por el pasillo de la izquierda.
Toda la casa está bien iluminada ya que las ventanas están abiertas de par en par, así que si algo se me acerca tendría tiempo para verlo y atacarlo.
Voy por el pasillo estrecho blanco revisando primero las habitaciones para después ya buscar si hay algo que valga la pena llevarse ―o morir. Reviso todos los lugares y no hay nada ni nadie, así que vuelvo a la entrada donde está El Salvador esperando.
―Nada, ¿tú?
―Nada tampoco.
Pasan unos segundos, incómodos para mi gusto hasta que él habla de nuevo:
―Soy Boo Bear ―parpadeo dos veces por el apodo tan.. tan.. Gay que tiene. Suelto una risita burlona a los segundos―. Sí, sí, ríete.
―Me gusta más El Salvador ―le digo sin vacilar.
―¿El Salvador, por qué?
―Porque me salvaste la vida, así es como te he llamado desde que me salvaste ―le sonrío y él me sonríe.
―Sí, es mejor que el mío seguro.
Mi hermano baja los escalones cortando nuestra pequeña conversación y niega con la cabeza.
―No hay nada.
―Genial, voy a ver si encuentro algo. Necesito cosas con las que hacer más flechas y no solo para mí, creo que alguno de esos chicos desconocidos se quedaron sin flechas también.
―Vale, pero ten cuidado Zuka. Estoy arriba ―asiento a mi hermano y luego comienza a alejarse.
―Pega un grito y tu Salvador estará aquí en unos momentos ―presume. Suelto una carcajada.
―Pega un grito si estás en peligro, Boo Bear ―me burlo de él mientras me alejo por donde vine.
Voy de habitación en habitación. Entro en una de ellas que parece ser de un chico. Está todo destrozado y apenas se puede entrar pero, a lo lejos cerca de la ventana diviso un pavo a medio disecar. Avanzo hasta él sin romperme nada y lo agarro. Salgo de la habitación y recorro lo que queda pero no encuentro nada más interesante.
Vuelvo a la entrada y veo que mi hermano tiene alguna ropa en una bolsa que ha encontrado y otras cosas que no distingo. Me mira y luego al pavo.
―¿Es tu nuevo amigo imaginario? ―Se burla.
―Pero que gracioso que eres, Chris.
―¡Anda! Si era broma, pequeña ―me atrae a su cuerpo colocando una mano en la cintura―. Sabes que era broma, tonta.
―Lo sé, tonto. Lo sé.
En ese instante aparece El Salvador con una bolsa a medio llenar de comida. Mira el brazo en mi cintura y rápidamente mira también el pavo bajo mi brazo y antes de que pregunte nada, digo:
―Es para sacar las plumas del pavo y poder hacer las flechas ―lo corto. Asiente mientras Chris se ríe y salimos de la casa en dirección al coche.
―Y, ¿qué más te falta? ―dice el ojiazul.
―Mmm… ―pienso detenidamente― Cañas de bambú, cuerda resistente y algo para hacer las puntas de las flechas que de momento no tengo ni idea de cómo hacerla.
―Hazza sabe sobre esas cosas, deberías de hablar con él cuando lleguemos al coche.
―¿Quién es Hazza?
―El de rulos ―interviene mi hermano―. Pensé que los conocías ya ―niego con la cabeza.
Llegamos al fin al coche donde solo están esperando Koco y Hazza. Miro a mí alrededor y a lo lejos veo a Ele, Keke y Nialler venir cargados de bolsas con ropa. Busco con la mirada al resto y no los veo por ninguna parte, supongo que tardarán más, el supermercado no es pequeño.
―¿Hazza? ―Éste me mira y asiente― Soy Zuka, él ―señalo al Salvador por vergüenza de decir su nombre― me ha dicho que sabes cómo hacer puntas de flechas.
―Sí, no soy ningún experto pero sí. Déjame que te haga yo las puntas de las flechas.
―¡Genial! Gracias Hazza ―exclamo a tiempo de escuchar mucho ruido en el interior del supermercado.
Miramos todos en esa dirección viendo como salen corriendo Jill, el moreno y Scott. Scott va cojeando mientras que Jill y el moreno van manchados de sangre supongo que de algún zombie y cargados de provisiones.
Rápidamente Chris se pone de conductor y nos volvemos a dividir como antes. Me coloco en la parte trasera del coche y en el medio, agarro la pierna torcida de Scott y la coloco sobre mis piernas a la misma vez que Chris arranca el coche y salimos detrás del coche de Jill dejando atrás a los zombies que ya comenzaban a salir del supermercado.
―Hermano, ¿cómo vas?
―Bien, tío, bien. Solo me duele.
―Morirá, morirá y nosotros moriremos con él porque no sabremos cuidarnos. ¡Vamos a morir! ―grita una Koco alterada.
―Ya dije yo que era peligroso ir, ahora él morirá y nosotras con él.
―¿Queréis callaros y dejar de decir tonterías? ―miro a Scott― Pararemos y veremos a ver si es malo o no.
Él asiente con la cabeza. Las chicas se han calmado y callado y Chris mira al frente sin perder de vista al coche de Jill. Al rato Scott se ha quedado durmiendo, yo estoy delante con Chris y las chicas hablan un poco entre ellas.
El coche de Jill para y Chris se estaciona a su lado, baja la ventanilla de mi parte al igual que hace Jill y ella dice:
―Deberíamos encontrar un lugar donde quedarnos. Tenemos que ver el pie de Scott y la mayoría tenemos hambre.
―Me parece justo, nos lo merecemos. ¿Conoces esto? ―habla mi hermano medio encima de mí para oír lo que ella dice.
―No, pero Nialler sí. Él me guiará, venid tras nuestra. Conoce un buen lugar donde podemos quedarnos a comer e incluso pasar la noche.
Continúan hablando pero yo ya no escucho. No sé dónde estamos, estoy sin munición, Scott apenas puede caminar y no sé a dónde vamos. Esto es como andar cerca de una pendiente con los ojos tapados, al mínimo error caemos. Y eso nos está pasando; poco a poco vamos cayendo por el precipicio.
Miro al cielo pensando el por qué la humanidad se merece esto, qué hicimos para que hubiera este apocalipsis y estemos en estas circunstancias. Puede que alguien de ahí arriba se haya enfadado mucho con nosotros y nos manda esto de castigo, puede que fuera el destino del mundo; ya avisaban los mayas que el mundo se iría a la miera. Pero nunca pensé que fuera de esta forma.
Cuando me quiero dar cuenta he caído en los brazos de morfeo pensando en una pregunta que nunca sabré la respuesta.
No sé cómo he llegado aquí, he perdido a Chris en un vano intento de recoger provisiones y ahora estoy así; corriendo desesperada por mi vida y sin él a mi lado. Nos hemos separado involuntariamente.
Sé que él se encontrará bien, sé que él se cuidará de todo humano viviente o no que se le acerque y que se pondrá a salvo, lo que no sé es si yo viviré siquiera.
Esta anocheciendo y yo aún continuo buscando un lugar en donde pasar la noche, un lugar el que no haya nada ni nadie y esté a salvo para, al próximo día, salir a buscar a Chris y largarnos de aquí.
Me encuentro en un cruce en medio de la ciudad y no sé a dónde dirigirme. Oigo voces y pasos lentos que se acercan hacia mí por detrás y, rápidamente escojo la calle de la derecha, la derecha siempre me da suerte.
Corro lo más sigilosa y rápidamente posible que puedo mientras me interno en la calle. Saco una flecha del paquete de mi espalda y la coloco sobre el arco lista para disparar por si hay algo delante de mí que no pueda ver, por si algo me impide el poner mi vida a salvo en estos momentos.
La calle está llena de coches abandonados y destrozados, sangre seca esparcida por el cimiento. Farolas y señales destruidas a causa del pánico que tuvo que haber habido en esta calle hace tiempo atrás. Objetos, maletas, ropa, todo desperdigado por el duro y frío suelo de la calle, sobre los coches, sobresaliendo de los coches…
Mirando cautelosamente a todos los lados mientras, rápidamente con la mirada busco la casa que en mejor estado se encuentre. Al fin llego al final de la calle descubriendo que es una calle sin salida, es un callejón sin salida, una muerte segura y aún escucho los mismos pasos tras mías.
Echando otro rápido vistazo diviso una casa de planta baja a unos metros de mí. Tiene una de las ventanas rotas pero está tapado con un gran cartón. La casa está en buen estado comparándola con el resto de las casas cercanas a mí en este precioso momento.
Voy hasta ella e intento abrir la puerta pero está atrancada por dentro. Doy la vuelta a la casa a tiempo de ver a un par de zombies acercándose a donde yo estaba segundos atrás. Suspiro de alivio. Continúo dando la vuelta a la casa traspasando una valla blanca oxidada que está cerrada. Con mucho cuidado y en pleno silencio la salto, mientras mi corazón va en una carrera contrarreloj y mi respiración es acelerada.
Hay otra ventana, ésta más grande que la anterior y está también tapada con un gran cartón marrón. Hay otra puerta también. Me acerco a ella pero ésta está cerrada. Intento mantener el pánico bajo llave mientras miro al pequeño patio buscando algo con lo que abrirla a golpes. Por casualidad del destino o suerte, no lo sé, veo muchas piedras al fondo del pequeño y destrozado patio.
Me acerco y agarro la más grande que puedo encontrar a mi alrededor. Mientras me dispongo a darle a la cerradura de la puerta trasera con la piedra para poder entrar y salvar mi vida, la puerta se abre lentamente dejándome ver el rostro de una persona completamente destrozado.
Tiene un ojo colgando, media cabeza rapada, rapada hasta poder ver el cráneo. Lleva sangre por todas partes, un brazo dislocado. La mandíbula la tiene más abierta de lo normal y la pierna izquierda la tiene doblada en 120 grados. Me agarra rápidamente y, mientras estoy parada alrededor de sus brazos esperando mi muerte grito, grito con todas mis fuerzas al descubrir que es un zombie y que me convertiré en algo parecido a él. Grito sabiendo que he perdido la oportunidad de encontrar a mi hermano, grito sin saber si Chris a logrado ponerse a salvo y sin haberle dicho lo mucho que lo quiero.
Despierto agitada. Ha sido un sueño, un simple sueño. Miro a mí alrededor comprobando que aún estamos en el coche dirigiéndonos quién sabe donde.
Estoy pegada a la ventana derecha, detrás del copiloto. En medio, a mi izquierda, está Chris quien está durmiendo en mi hombro y a su lado está Keke, durmiendo con la mejilla pegada al cristal del coche. Delante esta Chace quien está conduciendo y Koco está de copiloto, vigilando las calles.
Giro mi cabeza con cuidado de no despertar a Chris y veo a un coche siguiéndonos. Solo consigo reconocer a Jill ya que de copiloto va un chico de rulos quien se medio duerme.
―¿Qué haces, pequeña? ―me susurra con una voz adormilada mi hermano, levantando la cabeza de mi hombro.
―Nada, mirando, comprobando. No lo sé ―suspiro de cansancio.
―Anda, duérmete un poco más. Dudo que paremos pronto ―agarra mi cabeza con las dos manos y la apoya sobre su hombro derecho―. Scott, si necesitas cambiar solo tienes que decírmelo.
―Dalo por hecho, hermano ―le sonríe. Mi hermano asiente y apoya su mejilla contra mi cabeza quedándose dormido al poco tiempo al igual que yo.
Me despierto con un gran frenazo y gritos por parte de las personas dentro del coche. Mis ojos se abren rápidamente preparados ya para cualquier situación que pudiera estar pasando. Me mareo durante un instante pero eso no me impide el que siga mirando a todos los lados, alerta.
―¿Qué pasa? ¿Por qué hemos frenado?
Keke está casi llorando. Entre que por el frenazo se ha dado con el asiento del conductor en la cabeza y el gran frenazo inesperado, está a punto de romperse a llorar.
Mi hermano está con los ojos bien abiertos y las manos apoyadas una en cada asiento delantero mientras mira hacia el frente. Todos están callados, solo se escucha el lloriqueo de Keke en el coche.
Dirijo mi vista hacia delante sin saber qué esperar. Estamos rodeados de naturaleza, hemos salido de la ciudad ya hace tiempo, ya que no se ven casas por ningún lado a nuestro alrededor. Delante nuestra hay muertos vivientes, demasiados para que salga uno a matarlos.
Veo una sombra por la parte de Keke y esta chilla pero Chris le tapa antes de que los zombies pudieran darse cuenta de nada. Segundos después Jill toca al cristal del piloto:
―¿Qué hacemos? ¿Damos media vuelta? ―Scott se queda pensativo, sin saber qué decir.
―Podríamos encargarnos nosotros. No son muchos y bueno, tenemos lo necesario, ¿no? ―Intervengo, estoy cansada de huir de ellos. Me miran los dos.
―Me parece bien pero, la gente que hay en tu coche que también ayude. Que no termino de fiarme de ellos, mejor tenerlos controlados ―ella asiente, dándole la razón.
―Yo no quiero ir, no me moveré de aquí ―susurra asustada. Todos lanzamos un suspiro. ―No quiero morir, además, no está del todo del día.
―Vamos Keke, no seas miedica. Anímate, te estaremos vigilando las espaldas ―le digo intentado convencerla.
Se acerca otra persona por el mismo sitio de Jill. Todo lo que puedo ver es que es alto y tiene la cabeza rapada.
―¿A qué esperamos para seguir hacia delante? ―Segundos después se percata de los muertos vivientes delante nuestra a muchos metros de distancia ―. Oh.
―Keke si quieres puedes quedarte, pero, debes de enfrentar a tus miedos. No puedes seguir así, no podemos seguir así. Un día te matarán o nos matarán por tus tonterías ―habla mi hermano.
―¡Joder! Pero que miedosa eres Keke. ¡Si son muy pocos!
―Bueno, ya ―dice exasperada Jill por la situación ―. Acabemos con esto de una maldita vez.
Abro la puerta y bajo del coche azul marino. Los huesos me truenan por llevar horas ahí encerrada sin estirarlos, sin andar. Me desperezo y voy al maletero donde ya está Chris cogiendo su machete.
Agarro el paquete de flechas y me lo cruzo en la espalda. Tengo alrededor de 10 flechas, tendría que fabricar más una vez estemos lejos de aquí. Cojo el arco y doy media vuelta preparada para la acción.
Mi corazón va a mil, aunque no quiera debo admitir que tengo miedo. Miedo de que pueda perder a Chris o que pueda morir pero ya era hora que cogiéramos al toro por los cuernos y encabezarnos nosotros en este nuevo mundo en el que ahora vivimos.
Veo a nuevos chicos que no había visto antes. Hablan entre ellos mirando al maletero del coche donde yo me he bajado. Frunzo el ceño pensando lo peor de ellos. Me alejo de ellos sin querer saber nada de lo que tramen o quieran hacer pero una cosa sí tengo clara; los tendría vigilados.
―¿Listos? ―Pregunta Scott. Todos asentimos y andamos hasta donde están los muertos vivientes pronto los muertos no vivientes.
Keke tenía razón. Se puede ver ya que está amaneciendo pero aún así hay la bastante oscuridad para que estemos más atentos de lo habitual.
Un brazo se coloca sobre mis hombros y levanto la cabeza a tiempo de que Chris me de un beso en la frente.
―Ten cuidado, Zuka ―oigo el miedo en su voz. Soy su única familia que le queda, es mi única familia que me queda.
―Tú también, Chris.
Los muertos ya nos han visto y se dirigen hacia nosotros. Chris sale de mis hombros y, con un último vistazo se adelanta. Mientras yo saco una flecha del paquete de mi espalda y la coloco en el arco, apuntando rápidamente a uno a mi derecha suelto y le da en toda la cabeza. Repito la acción cubriendo al resto, mientras ellos con sus armas blancas matan a otros.
Sigo repitiendo la acción demasiado concentrada en cubrirles las espaldas a los que están tan concentrados en matar a alguno que no se dan cuenta en que por detrás de ellos se les acercan.
Detrás de mí escucho pasos vacilantes y me giro a tiempo de ver a un zombie casi encima de mí. Grito mientras hecho el brazo derecho a atrás buscando flechas pero me he quedado sin munición. Interponiendo el arco entre nosotros él intenta morderme, cosa que intento evitar pegándole patadas mientras sigo chillando.
―¡ZUKA! ―Oigo el grito de Chris. Mi corazón se acelera cada vez más por el pánico que tengo al estar debajo de un zombie y que lo único que nos separe sea un simple arco.
Veo una sombre por detrás del bicho y pienso que es otro zombie que habrá venido por mis gritos. Segundos después tengo la cabeza y sangre del zombie ―al cual le faltaba un gran pedazo de mejilla― sobre mí. Pego un chillido levantándome rápidamente mientras tiro la cabeza lo más lejos posible de mí y me limpio la sangre con los brazos.
Levanto la vista y veo a uno de los chicos que hablaban antes mirando al maletero del coche. Él es alto, más alto que yo. Tiene unos hermosos ojos azules y el pelo de color castaño con un flequillo echado hacia arriba. Tiene una contextura delgada y una gran y blanca sonrisa.
Pocos segundos después noto como alguien me levanta en peso dándome vueltas. Mi ojo capta como el chico que me salvó se aleja.
―Zuka.. Dios, pensé que te perdía ―dice mi hermano, soltándome al suelo y abrazándome fuertemente.
―Estoy bien, Chris. Estoy bien ―le sonrío en un intento de que se relaje.
―¿Te encuentras bien? ¿Te ha mordido? ―pregunta de la nada Scott. Mirándome detenidamente.
―No, no me han mordido y estoy bien, de verdad ―suelta un suspiro.
―Me alegro que estés bien ―se vuelve y grita―: ¡Ya nos podemos ir!
Todos salen detrás de él hacia sus respectivos coches y lugares. Dándome un asentimiento de cabeza o una sonrisa, los chicos desconocidos se van, incluido quien me salvó.
Chris y yo andamos hasta el coche azul marino mientras me aprieta hasta él y susurra lo mucho que me quiere y que no quiere volver a pasar por lo que ha pasado minutos atrás. Nos acercamos al coche y subimos mientras Scott arranca el coche y avanzamos por la calle ya despejada.
Hemos llegado a una pequeña urbanización la cual está compuesta por un par de casas, un supermercado, un par de tiendas de ropa y el resto bares. Decidimos para para hacer un descanso y recoger provisiones.
―Deberíamos separarnos, tardaríamos menos ―dice el de rulos que vi al principio.
―A mí me parece bien, pero, cómo nos separamos ―dice el rapado.
―Me niego, ¡me niego rotundamente!
―¿Y si vamos en parejas y nos matan y el resto no se entera y mueren todos por culpa de esos dos que murieron?
Todos miramos anonadados a Keke y Koco quienes tienen la cara demasiado seria para que podamos pensar que están hablando en broma. Uno de los chicos desconocidos suelta una risita.
Después de intentar calmarlas y ellas repetir una y otra vez que quieren ir de pareja con algún chico nos las arreglamos para aclararnos tanto en parejas como para saber dónde va cada uno.
Chris, el chico que me salvó y yo vamos a investigar a una de las casas. Keke, el rapado y otro chico rubio y ojos azules van a una de las tiendas ya que los chicos desconocidos necesitan ropa. Koco va con el del pelo de rulos a otra casa y Jill, Scott y uno de pelo negro se van al supermercado.
Agarrando nuestras armas cada uno nos vamos por nuestras partes y nuestras parejas.
―En media hora aquí, al lado del coche. Tened cuidado e intentad no tardar mucho. Mejor estar solo el tiempo justo ―declara Scott.
―Cálmate Keke, vas con dos chicos ―suelto a la Keke que ahora llora.
―Pero no los conozco, ¿y si me violan? ―Soltamos todos unas risas. Menudo momento para reírnos pero, en ocasiones valen mucho pequeñas risas, ya que calman los nervios.
―Soy Nialler y él Ele ―Dice el rubio y de ojos azules. Ésta asiente un poco más tranquila.
Me doy la vuelta yendo hacia la casa que tenemos que investigar seguida de Chris y el Salvador. Cada uno se coloca a un lado mío y yo saco la navaja/cuchillo de cazar de mi padre ya que estoy sin flechas.
El Salvador va con un machete desenfundado al igual que mi hermano, aunque el del Salvador es más largo que el de Chris. Noto la diferencia de ellos, mi hermano es más alto que él, y más musculoso por así decirlo. Cada vez nos acercamos más a la casa y no sé cómo darle las gracias al Salvador.
Quien diría tiempo atrás que acabaríamos como estamos ahora. Matando a zombies quienes en un pasado fueron personas corrientes y alegres quienes no se preocupan por nada más que pagar las deudas que tuvieras y conseguir dinero para seguir “viviendo”. Cualquiera lo diría en lo que el mundo se ha convertido.
Un tiempo atrás me encantaba ver películas de zombies con Chris. Nos vimos todas las de Resident Evil entre otras. Me encantaba disfrazarme en Halloween de zombie o imaginar un mundo en el que todo el mundo se convirtiera en zombie y yo los matara a todos. Todo era una ilusión, una pequeña fantasía tonta. Ahora miro a mi alrededor y veo que mi pequeña fantasía se ha hecho realidad y que me gustaría volver al tiempo atrás para disfrutar más de la vida y no soñando con que hubiera un apocalipsis.
Nos paramos delante de la puerta. Ellos se miran mutuamente y asienten a la vez la cabeza. Me coloco al lado de la puerta y el Salvador posa su mano sobre el manillar. Antes de que lo gire le tiendo la mano y le digo:
―Oye, esto.. Gracias, ya sabes, por lo de antes ―me mira perplejo durante unos instantes.
―A buenas horas lo dices ―suelta una sonrisa burlona y gira el manillar.
Entra el Salvador primero y luego mi hermano, por última yo, con la navaja en alto. Silenciosamente nos adentramos todos por el lugar y nos separamos en la casa. El Salvador se va por la derecha, mi hermano sube al segundo piso y yo me voy por el pasillo de la izquierda.
Toda la casa está bien iluminada ya que las ventanas están abiertas de par en par, así que si algo se me acerca tendría tiempo para verlo y atacarlo.
Voy por el pasillo estrecho blanco revisando primero las habitaciones para después ya buscar si hay algo que valga la pena llevarse ―o morir. Reviso todos los lugares y no hay nada ni nadie, así que vuelvo a la entrada donde está El Salvador esperando.
―Nada, ¿tú?
―Nada tampoco.
Pasan unos segundos, incómodos para mi gusto hasta que él habla de nuevo:
―Soy Boo Bear ―parpadeo dos veces por el apodo tan.. tan.. Gay que tiene. Suelto una risita burlona a los segundos―. Sí, sí, ríete.
―Me gusta más El Salvador ―le digo sin vacilar.
―¿El Salvador, por qué?
―Porque me salvaste la vida, así es como te he llamado desde que me salvaste ―le sonrío y él me sonríe.
―Sí, es mejor que el mío seguro.
Mi hermano baja los escalones cortando nuestra pequeña conversación y niega con la cabeza.
―No hay nada.
―Genial, voy a ver si encuentro algo. Necesito cosas con las que hacer más flechas y no solo para mí, creo que alguno de esos chicos desconocidos se quedaron sin flechas también.
―Vale, pero ten cuidado Zuka. Estoy arriba ―asiento a mi hermano y luego comienza a alejarse.
―Pega un grito y tu Salvador estará aquí en unos momentos ―presume. Suelto una carcajada.
―Pega un grito si estás en peligro, Boo Bear ―me burlo de él mientras me alejo por donde vine.
Voy de habitación en habitación. Entro en una de ellas que parece ser de un chico. Está todo destrozado y apenas se puede entrar pero, a lo lejos cerca de la ventana diviso un pavo a medio disecar. Avanzo hasta él sin romperme nada y lo agarro. Salgo de la habitación y recorro lo que queda pero no encuentro nada más interesante.
Vuelvo a la entrada y veo que mi hermano tiene alguna ropa en una bolsa que ha encontrado y otras cosas que no distingo. Me mira y luego al pavo.
―¿Es tu nuevo amigo imaginario? ―Se burla.
―Pero que gracioso que eres, Chris.
―¡Anda! Si era broma, pequeña ―me atrae a su cuerpo colocando una mano en la cintura―. Sabes que era broma, tonta.
―Lo sé, tonto. Lo sé.
En ese instante aparece El Salvador con una bolsa a medio llenar de comida. Mira el brazo en mi cintura y rápidamente mira también el pavo bajo mi brazo y antes de que pregunte nada, digo:
―Es para sacar las plumas del pavo y poder hacer las flechas ―lo corto. Asiente mientras Chris se ríe y salimos de la casa en dirección al coche.
―Y, ¿qué más te falta? ―dice el ojiazul.
―Mmm… ―pienso detenidamente― Cañas de bambú, cuerda resistente y algo para hacer las puntas de las flechas que de momento no tengo ni idea de cómo hacerla.
―Hazza sabe sobre esas cosas, deberías de hablar con él cuando lleguemos al coche.
―¿Quién es Hazza?
―El de rulos ―interviene mi hermano―. Pensé que los conocías ya ―niego con la cabeza.
Llegamos al fin al coche donde solo están esperando Koco y Hazza. Miro a mí alrededor y a lo lejos veo a Ele, Keke y Nialler venir cargados de bolsas con ropa. Busco con la mirada al resto y no los veo por ninguna parte, supongo que tardarán más, el supermercado no es pequeño.
―¿Hazza? ―Éste me mira y asiente― Soy Zuka, él ―señalo al Salvador por vergüenza de decir su nombre― me ha dicho que sabes cómo hacer puntas de flechas.
―Sí, no soy ningún experto pero sí. Déjame que te haga yo las puntas de las flechas.
―¡Genial! Gracias Hazza ―exclamo a tiempo de escuchar mucho ruido en el interior del supermercado.
Miramos todos en esa dirección viendo como salen corriendo Jill, el moreno y Scott. Scott va cojeando mientras que Jill y el moreno van manchados de sangre supongo que de algún zombie y cargados de provisiones.
Rápidamente Chris se pone de conductor y nos volvemos a dividir como antes. Me coloco en la parte trasera del coche y en el medio, agarro la pierna torcida de Scott y la coloco sobre mis piernas a la misma vez que Chris arranca el coche y salimos detrás del coche de Jill dejando atrás a los zombies que ya comenzaban a salir del supermercado.
―Hermano, ¿cómo vas?
―Bien, tío, bien. Solo me duele.
―Morirá, morirá y nosotros moriremos con él porque no sabremos cuidarnos. ¡Vamos a morir! ―grita una Koco alterada.
―Ya dije yo que era peligroso ir, ahora él morirá y nosotras con él.
―¿Queréis callaros y dejar de decir tonterías? ―miro a Scott― Pararemos y veremos a ver si es malo o no.
Él asiente con la cabeza. Las chicas se han calmado y callado y Chris mira al frente sin perder de vista al coche de Jill. Al rato Scott se ha quedado durmiendo, yo estoy delante con Chris y las chicas hablan un poco entre ellas.
El coche de Jill para y Chris se estaciona a su lado, baja la ventanilla de mi parte al igual que hace Jill y ella dice:
―Deberíamos encontrar un lugar donde quedarnos. Tenemos que ver el pie de Scott y la mayoría tenemos hambre.
―Me parece justo, nos lo merecemos. ¿Conoces esto? ―habla mi hermano medio encima de mí para oír lo que ella dice.
―No, pero Nialler sí. Él me guiará, venid tras nuestra. Conoce un buen lugar donde podemos quedarnos a comer e incluso pasar la noche.
Continúan hablando pero yo ya no escucho. No sé dónde estamos, estoy sin munición, Scott apenas puede caminar y no sé a dónde vamos. Esto es como andar cerca de una pendiente con los ojos tapados, al mínimo error caemos. Y eso nos está pasando; poco a poco vamos cayendo por el precipicio.
Miro al cielo pensando el por qué la humanidad se merece esto, qué hicimos para que hubiera este apocalipsis y estemos en estas circunstancias. Puede que alguien de ahí arriba se haya enfadado mucho con nosotros y nos manda esto de castigo, puede que fuera el destino del mundo; ya avisaban los mayas que el mundo se iría a la miera. Pero nunca pensé que fuera de esta forma.
Cuando me quiero dar cuenta he caído en los brazos de morfeo pensando en una pregunta que nunca sabré la respuesta.
- Abre ¬¬:
- Hola chicas. Ay, siento mucho el retraso al subir capítulo, prometo que no volverá a pasar, I swear. Bueno, paso a dejaros a quien me imagino yo que es Chris, el hermano de mi personaje:
Se llama Drew Fuller y es conocido por hacer de Chris Halliwell en la serie Embrujadas. Ay, amo esa serie. Bueno, me voy del tema. Solo me pasaba para deciros eso. Que yo desde un principio me lo imaginé como él. Eso es todo. ¡Muchos besos, pequeñas!
Invitado
Invitado
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
Bueno, después de una hora y media termine de leer tu cap Hele.
Ahora, que empiece mi critica, creo que sería eso. Ame el capítulo, juro amarlo. Estoy empezando a odiar a Keke y Koco, son demasiado exageradas, deben morir(? ahno, mentira.
Fue un capítulo tan dsajkdhsajkd, al principio pensé que era algo que había pasado, pero cuando llego a la parte del zombie que le abre la puerta caí en la cuenta de que estaba soñando, todo tenía sentido ahora. Amo a Chris, LO AMO WACHO! Y Zula es tan dsajkdhsad, no sé, es raro, es como que la amo y la odio, pero no sé por qué la odio.
En fin, espero el capítulo 3 pequeñas sobrevivientes!
Ahora, que empiece mi critica, creo que sería eso. Ame el capítulo, juro amarlo. Estoy empezando a odiar a Keke y Koco, son demasiado exageradas, deben morir(? ahno, mentira.
Fue un capítulo tan dsajkdhsajkd, al principio pensé que era algo que había pasado, pero cuando llego a la parte del zombie que le abre la puerta caí en la cuenta de que estaba soñando, todo tenía sentido ahora. Amo a Chris, LO AMO WACHO! Y Zula es tan dsajkdhsad, no sé, es raro, es como que la amo y la odio, pero no sé por qué la odio.
En fin, espero el capítulo 3 pequeñas sobrevivientes!
Miluh.
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
Prometo postear en cuanto pueda, Helenna de nuestro jart(?)
Bart Simpson
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
Helennaaaa! sdkjfjaksdjf Mil años después Mary aparece y comenta ahok JAJAJA. Me gustóoo, a Koco y Keke provoca golpearlas JAJAJAJA van a morir, me morí de risa con eso. Y Chris *-* sajdfkasjdf tan buen hermanoo. Drew Fuller hazme tuyaa JAJAJA okeeeey no ._.
Espero subirles capítulo mlana bellezas tropicales.
Espero subirles capítulo mlana bellezas tropicales.
PurpleSky.
Re: Zombieland | Segunda Temporada |
Me enamore de tu capítulo Hel {Si te puedo decir así no?} que bueno que amo no me toca con una... Oh mierda si me toca con una chica medio cobarde /.\
LunaLunnel.
Página 9 de 36. • 1 ... 6 ... 8, 9, 10 ... 22 ... 36
Temas similares
» Zombieland Segunda Temporada || FICHAS || Y MURO INTERACTIVO ||
» [Resuelto]The X Factor; (Liam Payne y tu ) ( segunda temporada) SEGUNDA PARTE [TERMINADA]
» Zombieland (Continuación Novela Colectiva) PRIMERA TEMPORADA TERMINADA
» Tell me that's not you! {Harry Styles y ___ Baker}-1er Temporada Terminada-
» Dushi {Galería}
» [Resuelto]The X Factor; (Liam Payne y tu ) ( segunda temporada) SEGUNDA PARTE [TERMINADA]
» Zombieland (Continuación Novela Colectiva) PRIMERA TEMPORADA TERMINADA
» Tell me that's not you! {Harry Styles y ___ Baker}-1er Temporada Terminada-
» Dushi {Galería}
Página 9 de 36.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.