Love Beyond Time {N.C}

Cerré los ojos de nuevo, sumida por el sueño. A penas había dormido esta noche y la idea de sufrir una de las clases de historia repartidas por el temple me hacía recordar las ganas que tenía de volverme a la cama. Y es que después de despertarme a la una de la madrugada a causa de una horrible pesadilla, luché con todas mis fuerzas para no dormirme de nuevo. Lo que me extrañaba era que todas las noches era la misma, aquel chico de pelo rizado me pedía ayuda a gritos, llorando, suplicándole a mi nombre que volviera. ¿Que hacía yo después? Lloraba sobre mi almohada, porque en el fondo ese chico me resultaba familiar, aunque lo único que sabía de él era su nombre: Harry. 

Ayer le hablé a Alex del tema. Lo único que hizo fué reírse de mi. Estos son aquellos momentos en los que me gustaría tener madre, alguien que me comprendiese y me quisiese no solo por lo que aspiro a ser, una viajera en el tiempo. Nunca comprendí porque fuí yo la elegida como ámbar y no otra de mis sofisticadas primas, cuya única meta era ocupar mi lugar. Janice, Fanny y Kylie llevaban entrenando desde que eran muy pequeñas, ya que hasta el año pasado no se pudo comprobar quién era la verdadera Ambar, no hasta cumplir los diecisiete. Aún recuerdo el ritual de iniciación, nos mantuvieron encerradas en una habitación hasta que una de nosotras saltase al pasado. Sus caras fueron épicas, llevaban semanas inventándose mareos mientras que yo no sentía nada.

En mi generación existen doce viajeros en el tiempo, todos descendientes de los doce anteriores. Odio a la mayoría de ellos, se creen mejores por el simple hecho de poseer sangre especial, y eso que con ellos no se ha comprobado el cronógrafo. Según nuestro instructor alrededor de la semana que viene, comenzaremos a realizar misiones, entre ellas visitar a los antiguos portadores del Gen, además de al conde. Tampoco me agradaba ese tipo, que se esperaba si no me gustaba nadie. De momento, Alex es el único que ha llamado mi atención, somos prácticamente como hermanos. Crecimos en el instituto mientras que a los demás los fueron trayendo cuando eran más mayores. No nos olvidemos de Clary, al menos parecía alguien normal. Siempre creí que mi mejor amigo y la pequeña duende terminarían enamorados, no por el simple hecho de que eran compañeros y pasarían mucho tiempo juntos, sino por sus continuas peleas. A Pettyfer le encantaba molestarla y lo mejor es que ella siempre caía.

Stephanie Jones, como olvidarla. Fué su primera novia, cuando ambos teníamos catorce años. Solo pensaba en maquillarse y pasar tiempo en el centro comercial. Alex gastó todos sus ahorros en comprarle la ropa de marca que ella quería, cien dólares tirados a la basura, solo en dos días. Decidí hacer algo al respecto, esa estúpida no se saldría con la suya. Hay que admitir que fuí algo cruel, aunque también inteligente y realista. Administré un somnífero al zumo que estaba bebiendo y la llevé hasta un descampado, donde yo solía jugar de pequeña. Con ayuda de un mechero y gasolina, dibujé una estrella de seis puntas (con fuego) a su alrededor, también la quemé el pelo. Cuando despertó, parecía no creerse lo que estaba viendo, mentí diciendo que él quería matarla para luego comérsela y cosas mucho peores, además de horribles : El rubio comía niños. Alex nunca se enteró, y ella no volvió a llamarlo. Los primeros días lo pasó bastante mal, pero al cabo del tiempo la olvidó, centrándose únicamente en su amistad conmigo, según él, lo único que le quedaba.

-Izzy- Me sobresalté sobre la mesa, escuchando unas risas a mi alrededor, cosa que me hizo preguntarme que había pasado- Te has quedado dormida.

-¿Enserio?- Pregunté irónicamente- ¿No podías haberme despertado antes?- Mi mejor amigo me miró, divertido- Te voy a matar.

-¿Ah si?- Asentí con la cabeza- Inténtalo mientras puedas, zanahoria insolente- Con todas mis fuerzas, le golpeé la cabeza, alzando una ceja. Él se sobó la zona del golpe, solo rió.

-Madamme West después de quedarse dormida en mi clase, lo único que podría hacer es prestar un poco de atención, no seguirle el juego al señor Pettyfer.

-Lo siento- Me disculpé- No volverá a pasar, señor Demmons, lo prometo- Miré al rubio- Lo prometemos ambos.

-Eso espero- Y se volvió de nuevo a la clase, ignorándonos por completo. Explicaba algo sobre la moda en el siglo XIII, y que teníamos que leernos un libro sobre tal época. Segundos después, un pequeño papel aterrizó en mi mesa.

"A: Pequeña zanahoria. De: Señor rubio. "Me aburro".

Nosotros y nuestros apodos. No me extrañaba nada que se aburriese, yo estaba igual o peor. Me incliné sobre mi cartera y saqué un bolígrafo de distinto color al suyo.

"A: Señor Rubio. De: Pequeña Zanahoria. "Yo también, ¿Que tal si nos saltamos la siguiente clase?".

Volví a pasarle el pequeño papel, no era difícil si compartíamos mesa. Se suponía que deberíamos sentarnos con nuestro compañero en los viajes, pero el hecho de que Clary y Alex no se soportan hizo que decidiéramos intercambiarnos. Por eso ella se sienta con Louis. Al leer mi pequeño mensaje, él sonrió, asintiendo con la cabeza mientras lo guardaba en el bolsillo.