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El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
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Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Eternalsmile escribió:Me encanto la idea *-* ya en serio, creo que le voy al Haroldo y Barbara e_e //no es eso de que yo sea pervertida ni nada xD// ._. bueno si lo admito, solo te advierto no sea que te contagie xD bueno abajo pongo todo ^-^ ¿Si necesitas algo mas avísame?y Aquí mi capitulo te dejo *-*
- El Gif e_e:
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- Capitulo *-*:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Prologo-Vete a la mierda Jonathan -Respondió la pequeña Smith,haciendo una seña con su dedo del medio, la risa de su hermano se podía escuchar al ver a su hermanita hacer eso-- Vamos, Megan ¿Apoco es malo? -pregunto tontamente Jonh, su hermano mayor por un año nada mas, mientras la miraba con esos ojos miel que aquel chico tenia- Solo son unos días, nada mas.- Solo son unos días -repitió Megan imitando, bueno tratando de imitar la voz de su hermano- !No Jonh!, Que no entiendes que no aguantare "unos días".-Bueno, Bueno -intervino su hermano mientras se reposaba en el respaldar de la silla y acariciaba su mentón fingiendo pensar- ¿Que tal si..?Jonh No había terminado sus palabras cuando la puerta de su cuarto se abrió de repente, Megan miro algo confundida y algo asustada a la puerta para ver quienes eran los que entraban hasta que reacciono al darse cuenta de quienes se trataban, eran los amigos de su hermano, bueno mejor dicho sus amigos. Desde niña Megan se juntaba con chicos y en especial estos, el grupo lindo, como así lo llamaban en su escuela. El pequeño rubio, el sexy chico malo y el seductor nulo. Claro sin olvidar a su famoso hermano.-Eh, Jonh ¿Que haces? -pregunto el Oji-azul a su amigo, mientras se sentaba al lado de el, y miraba la pantalla de la computadora donde se podía ver a su amiga-¡Hey, es Megan!- ¿Megan? ¿Que no estaba con su Tía unos días? -pregunto El morocho tirándose a la cama--Eh, Idiota aquí estoy -los parlantes rebotaron con la voz de Megan, el morocho le dedico una de sus sonrisas a desde la cama al verla--Megan, cuanto tiempo ¿Como te encuentras en tu sufrimiento? -Pregunto esta vez el ruloso a su amiga, mientras no dejaba su cabello tranquilo--Oh, pues bien solo que no me han dejado salir, mis primas me han tirado toda mi ropa a la basura y me acaban de regalar ropa totalmente horrible -respondió Megan asiendo cara de asco mientras miraba su remera completamente rosa-La mirada de Megan hacia la camiseta rosada era totalmente despreciable, podrías verlo desde muy lejos, el asco y vergüenza, que le daba salir con aquella remera a algún lado, pero aun así lo hacia, no había forma de contradecir a sus primas y menos a su tía, a la cual la castaña tenia que admitir que le tenia algo de miedo, ya que si Stephanie decía que No, es un No definitivo y ni te molestes en dar rodeo a la situación, ya que seria totalmente en vano.-Mmmm.. Interesante -Contesto el morocho desde la cama, con su posición boca arriba mientras sus brazos estaban debajo de su cabeza, la cual miraba la pantalla en la cual se encontraba Megan-- Bueno, vamos a algo que de verdad me, bueno nos interesa ¿Tus primas están buenas? -pregunto de nuevo el ruloso mientras se lamia los labios--Eres un asco Styles -Intervino Jonh- ¡Son mis primas!, es algo asqueroso pensar en que te la quiera levantar, ademas estaba hablando de algo sumamente importante con Megan-¿Así, y de que Hablaban? -El rubio miro a su amigo y luego a Megan con curiosidad, la cual se encontraba sentada aguantando las ganas de arrancarse su cabello uno por uno--Como sacarme de aquí Niall -bufo la Castaña algo irritada--¡Lo tengo! -era uno de esos momentos en los que el rostro de Megan se veía iluminado, gracias a su hermano. pensando en que idea habrá tenido para salvarla- Iremos allá, a Canadá y te secuestraremos ¿Que te parece?.Megan miro con odio a su hermano mientras tomaba un lápiz que se encontraba al lado de la Laptop y lo partía a la mitad, Irritada, cansada y harta de su tía y sus primas. Pero mas que todo, se sentía frustrada de tratar de comenzar una conversación con ellos, los cuales era obvio que jamas tendría, seria demasiado difícil que alguno de ellos conteste una pregunta, que no tenga que ver con chicas, con sus cuerpos o algo por el estilo.- Mejor Cállate y no sigas -Repuso Megan mirando la pantalla de la Laptop-La puerta del cuarto rosado se había abierto completamente dejando ver a una chica rubia, recién salida de la ducha, eso se notaba, su cabello rubio estaba completamente mojado, la bata que traía se encontraba bien apretada, cosa que hizo mover a los tres "Dioses griegos" de sus lugares, poniéndose uno por uno detrás o al lado de Jonathan.- Maggui, Mamá dice que bajes que te tiene algo prepara..-Su prima había quedado inmóvil al ver a aquel chico rubio bien oscuro mirarla con esos ojos color miel mirándola- ¡Jony!- Cass -exclamo el chico sonriendo mientras que los otros tres que estaban a su lado no podían dejar de analizar el cuerpo de la rubia, y menos aquel pecho casi descubierto, esa era una de las cosas que mas les atraía-- ¿Como haz estado?, Tienes que visitarnos pronto Jony -sonrió la chica sentándose al lado de la Castaña, la cual solamente tenia una mirada de zombie si somos específicos, como si ya no soportara la voz de su prima--Bien, bueno si pero al ver el rostro de felicidad de mi Hermanita, creo que es mejor que lo piense -Sonrió Jonathan mirándola-Cass y Jonh habían seguido su conversación un buen rato,mientras que los chicos aveces participaban haciendo que la rubia se sonrojara, uno de los dones de aquellos chicos, era conquistar a una chica en menos de un día. Megan había dejado un segundo ese mundo para ir al suyo propio,-¿Entonces, de que hablaban? -pregunto Cass mirando a los chicos--Bueno, estábamos pensando en secuestrar a Megan, traerla de nuevo aquí -sonrió Harry mirando a Cass con una de sus coquetas sonrisas, --Mejor dicho Pensé -lo corrijo Jonh algo indignado--Tranquilos chicos, la pequeña Maggui esta en muy buenas manos -Megan alzo una ceja al sentir la mano de su prima en su Hombro, un escalofrió le recorrió la columna vertebral--Que gracioso, olvídalo -saco rápidamente la mano de su prima de su hombro sin importarle mucho--Vamos Megan, por que tan mala con tu prima, acaso te quieres volver así de fría como la vez que le patearon el culo a Harry -Comento Zayn, pero luego de darse cuenta de lo que había dicho enfrente de Cass, este tapo su boca avergonzado- Lo siento, no quise decir eso, Yo..-Si, chico ya sabemos -Interrumpido Jonh - ¿Oye Cass, vamos al grano? dime ya para que se calmen ambos ¿Con cual de los tres te acostarías?Se podía ver de reojo, que el pequeño rubio, miraba al suelo avergonzado de lo "discreto" que fue Jonh, pero lo tierno que le gusto a Megan, fue las mejillas enrojecidas del rubio. mientras que Zayn y Harry esperaban la respuesta concreta, Cass solo se hecho a reír.-Creo que es algo, difícil de decidir -sonrió Cass y miro a su prima- Lo siento chicos, no hay mas que hablar, tengo cosas que hacer con ella.-¡No, Alto espera! Cass no te atrevas de cerrarlo -pero era demasiado tarde para Megan, Cass ya había cerrado el Skype y no podía hablar con sus amigos, esta la fulmino completamente con la mirada pero su prima lo ignoro y la tomo de la mano llevándola al medio de la habitación--Hagamos un Trato -La rubia miro a Megan sonriendo- Yo, Lucy y Emma te ayudamos a ser mas..femenina.-¿Que me tratas de decir? que no lo soy -miro indignada a su prima--No y cállate que aun no termine de hablar -repuso la rubia- Nosotras te haremos mas Femenina ya que la tía Mel quiero que lo seas, por eso te trajo aquí, así que solo necesitas comportarte frente a ella como tal.-¿Así de fácil? -pregunto Megan y recibió un golpe cito departe de su prima era obvio Cass Odiaba que la interrumpan-- Si, pero tendrás que enseñarnos a cada una ... cosas -miro a su prima- sobre..los chicos.- Bien, me parece bien -cruzo sus brazos la Castaña- Y que uno de estos días, ¡Por Dios! salgamos a bailar o algo, me aburro.Su Prima la asintió entusiasmada, si era algo que tenían ella, era entusiasmo, sabia como coquetear y todo eso, pero les faltaba algo y ellas sabían que Megan tenia ese algo con los chicos.
Audición Aceptada
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
AnnyStylesHoranJonas escribió:hola me encanto la idea
audiciono para Taylor Momsen y Ian Somerhalder
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- cao:
center>Capitulo OchoIan Somerhalder.[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Todas las noches es el mismo sueño, sinceramente ya estoy harto de los mismo. Siempre sueño con que tengo a Amelia entre mis brazos, siempre sueño haciéndole el amor, piel con piel, sus bellos ojos de color azul gris mirándome intensamente, sueño con que ella grite mi nombre con desesperación cada vez que la penetro de mil formas, escuchando mi nombre cuando acabe en medio de un orgasmo mientras yo le digo que la amo, pero cuando veo que ella abre sus bellos labios para decir lo mismo, el puto despertador me despierta de aquel bendito sueño. Esa es mi maldita vida, todas las noches sueño con Amelia, la chica inalcanzable, la chica que amo intensamente, pero que tiene un estúpido novio, al cual odio con toda mi alma.
Miré el despertador que estaba al lado de mi cama, ya era hora de levantarme, por lo que lastimosamente separé las cálidas mantas de mi cuerpo, fui hasta el baño de mi habitación, allí me quité los bóxers, entré a la ducha y me di una relajante ducha. Cada vez que soñaba con mi maldita diosa de los ojos azules grises, mi pene estaba erecto, esa maldita diosa me tiene hechizado, peor estoy enfermo y mi única cura es ella, como todas las mañanas lo único que puedo hacer es masturbarme, ese es el único remedio hasta que consiga esa maldita cura.
……………….*…………………….*……………………………*………………………
Bajé las escaleras de mi casa, tenía que ir a la maldita escuela, sinceramente no tengo ganas de ir, si no fuera porque sé que podré ver a mi maldita diosa. Al llegar al comedor mi padre estaba leyendo el periódico, mi madre desayunaba sus típicas frutas y mi hermana Anna de 16 años estaba tomando un café con unas par de tostadas.
- Hola hermano – Dijo Anna alegremente - ¿Cómo estuvo tu noche?
Esa pregunta era una de las más estúpidas que he escuchado en mi vida, Anna sabe perfectamente que estuve soñado con Amelia y en más de una ocasión me ha encontrado masturbándome.
- Bien – le mentí mientras me sentaba en mi lugar en la mesa - Tuve un sueño muy reparador.
Mi hermana pequeña solo me rió, ella me conocía muy bien. El desayuno transcurso en silencio, siempre era así, mis padres eran muy serios, ambos son personas de negocios, nadie sabe de dónde salió mi personalidad explosiva y divertida que tengo a veces. Cuando me estaba parando de la mesa para irme a la escuela, mi padre me miró.
- Recuerda que hoy tenemos una cena en casa de los Corleone – Mi padre me dijo seriamente – Por lo que hoy tienes que llegar temprano.
- Está bien papá – Dijo tratando de que mi entusiasmo no se notara mucho.
Mi padre está haciendo negocios con el padre de Amelia, creo que ambos fusionaran sus empresas o algo así, no tengo idea, solo sé que mi padre siempre a deseado fusionarse con los Corleone. En realidad no me interesa, lo único que me interesa es ver a mi diosa, por eso siempre lo acompaño a las reuniones porque así la puedo ver. Siempre le he dicho a Amelia que estoy enamorado de ella, que fue amor a primera vista, siempre la invito a salir, pero ella me saca en cara diciéndome que ella tiene novio, que ama mucho a el idiota de su novio Ed y por nada en el mundo lo iba a engañar, ni mucho menos lo iba a engañar conmigo, ella dice que soy un sucio hijo de puta que solo quiere a las chicas para una sola cosa, es decir para tener sexo con ellas, que esa es la verdadera razón por lo que siempre le estoy persiguiendo, odio que ella piense eso de mí, en cierto modo yo antes de conocerla era sí, pero eso cambio desde el primer momento en que la vi, me enamoré de ella, es verdad, estoy malditamente enamorado de ella.
Salí de mi casa pensando en aquella maldita, pero dulce y tierna diosa, tomé mi mochila la cual había dejado en el vestíbulo, tomé también mi chaqueta de cuero negra, las llaves de mi automóvil. Salí de casa, entre al auto, deje mis cosas en el asiento delantero y arranque el auto. Estaba feliz de poder salir de mi casa, porque significa que puedo ver a mi diosa, pero a la vez estaba muy preocupado, ayer por la tarde Amelia no había estado, la última vez que la vi fue cuando ella iba caminando junto con su mejor amiga Leah, pero mi dulce Amelia se desvió para el baño, después sonó el timbre para entrar a clases, por lo que no la esperé, porque además teníamos clases juntos, sin embrago ella no fue a la clase se historia. Con eso me alteré, después teníamos clase de filosofía con el señor Di Russo, pero ella nuevamente no estaba. Busqué al idiota de su novio, pero él no estaba, se seguro que los dos se fueron juntos, siento celos de eso, lo único bueno es que el señor Di Russo nos dio un trabajo ayer, teníamos que buscar tendrán que ver cómo influye el amor en el ser humano, desde años anteriores, desde su creación, hasta ahora, el trabajo era en parejas y me sentí tan feliz de que me tocara con mi preciada Amelia. Hoy nuevamente teníamos filosofía, el profesor dijo que en su hora podíamos ir a distintos lugares dentro de la escuela para poder hacer nuestro trabajo y tengo el lugar perfecto para eso, ya es hora de conquistar a aquella diosa.
Llegue a la escuela, no era tarde por lo que no llegaba retrasado, al aparcar miré hacia el lugar en donde Amelia siempre deja su motocicleta estacionada, en ese mismo instante en que miré para ese lugar ella estaba llegando, lo malo es que en el asiento de atrás de la moto venía su odioso novio Ed Sheeran, Sinceramente no sé lo que ve ella en él, es un tipo de estatura media, su cabello es de color rojo, más bien de color anaranjado, cada vez que lo miro recuerdo a una zanahoria, él no tiene un cuerpo tonificado, dios, ni si quiera se compara conmigo, yo soy un chico atlético, estoy en el equipo de futbol, soy popular, pero ella aún así no se fija en mí, por más que yo le insista. Bajé de mi automóvil, todo el tiempo los estuve mirando, Amelia se veía más hermosa que de costumbre, sólo que esta vez estaba un poco pálida. Primero se bajó de la moto el idiota de Ed, Amelia dejó en anclaje de la moto en el suelo, después se desmontó de ella, perdió el equilibrio, pero allí estaba su novio para ayudarla antes de caer al suelo, sentí celos de él cuando la agarró por la cintura, para que ella no callera, además me sentí aún más peor cuando ella en respuesta le dio un tierno beso en los labios. Ambos entraron abrazados a la escuela, yo por mi parte hice lo mismo, no tenía ánimos de buscar a mis amigos, últimamente todo me estaba dando exactamente lo mismo, él único que sabe lo que realmente me sucede es mi mejor amigo Jack Harries, pero él tiene sus propios problemas persiguiendo a Leah la mejor amiga de Amelia, esas dos chicas nos tienen muy mal.
Comencé a caminar hacia mi casillero, lo único bueno, Amelia estaba en su casillero el cual está a sólo 2 distancias del mío, lo malo, ella estaba con el idiota de Ed. Ella estaba contra el casillero y Ed la estaba acorralando contra él ambos estaban hablando, al parecer muy románticamente, en ese momento sentí una furia en mi pecho. Abrí mi casillero y escuché lo que decían.
- Amelia, ¿Estás bien? – Preguntó el cretino de Ed.
- Amor – Respondió Amelia con su dulce voz – Estoy bien, te he dicho un millón de veces, esta mañana, estoy muy bien.
- Ayer no debí haberte dejado sola en el cementerio – Comento Ed tiernamente, como odio a ese tipo.
- Ed – Ella lo miró tiernamente – Tenía que hacerlo, era el aniversario de la muerte de mi madre y eso tenía que hacerlo sola.
En ese mismo instante el timbre para el inicio de clases comenzó a sonar.
- Amy, amor, me tengo que ir – Ed la miró intensamente – No me gusta tener clases separados.
- Hey – Ella le dio un pequeño beso en los labios, en ese momento me quería morir – Estoy bien, además nos veremos a la hora del almuerzo.
- Sí – Le respondió el cretino sonriéndole – Si necesitas alguna cosa, solo mándame un mensaje de texto, me salgo de la clase aunque el profesor de enoje conmigo.
- Eso lo sé, Ed – Le dijo ella sonriendo, como adoro esa sonrisa – Siempre me cuidas.
Con esto último ellos dos se dieron un beso, pero más que un beso prácticamente ellos dos se estaban comiendo con la boca. Al separarse, se miraron intensamente, Ed le toco la mejilla y se fue hacia su salón de clases. Amelia se dio vuelta para buscar sus libros en el casillero.
- Si necesitas alguna cosa, solo mándame un mensaje de texto, me salgo de la clase aunque el profesor de enoje conmigo – Le dije a Amelia imitando la voz de su novio.
Ella se dio la media vuelta y me miró de lado.
- ¿Por qué mejor no te metes en tus asuntos, Somerhalder? – Preguntó encarándome.
- Tú pequeña eres uno de mis asuntos – Le contesté acercándome lentamente a ella - ¿Quieres salir conmigo esta noche?
Ella al escuchar mi propuesta comenzó a reírse.
- Ian – Al escuchar mi nombre, me estremecí – Te he dicho un millón de veces que yo no voy a salir contigo, ni hoy ni nunca, tengo novio y lo amo mucho.
- Ese idiota no te merece – Contesté sin vacilar – Yo soy para ti, el estúpido de tu novio es muy poco para ti, él te engaña con otra chica, él siempre se ha burlado de ti. ¡Es que acaso no lo vez!
En realidad lo que le dije era mentira, el maldito de Ed no la engaña, pero una mentira piadosa no haría daño. Ella me miró seriamente.
- No te creo nada Somerhalder – Me estaba desafiando – No puedes entender que cuando una chica te dice no, es porque es ¡NO!
Me acerqué a ella y la tomé fuertemente del brazo.
- Pequeña – Me encanta decirle así – Ninguna chica me dice que no.
Amelia forcejeo conmigo hasta que la solté, pero la manga de su brazo izquierdo se subió un poco, producto de eso puede ver una gran venda que cubría su muñeca.
- ¿Qué es lo que te sucedió? – Le pregunté seriamente, lo primero que averigüe de Amelia cuando posé mis ojos en ella era que ella tenía episodios de depresión y siempre se cortaba las venas. Nadie en la escuela sabe de eso, solo su “querido novio” y su mejor amiga Leah, yo lo averigüe porque una tarde encontré a Amelia y a Leah discutiendo, Leah le decía que ella tenía que parar con los cortes, que no le gustaba verla de esa manera, pero Amelia dijo que no podía evitarlo.
Tomé nuevamente el brazo de Amelia, ella forcejeó conmigo.
- ¡Déjame en paz Somerhalder! – Amelia me grito - ¡Entiéndelo de una vez, yo no quiero nada contigo, estoy bien y muy feliz con mi novio!
Estaba desesperado, a este ritmo todo esto iba a terminar muy mal, no sabía que hacer. Hasta que se me ocurrió una idea, Amelia prácticamente me estaba mirando con odio, con un gran odio, pero eso no me importo, tome sus brazos con mis manos y la besé a la fuerza. Dios la sensación de tener sus labios con los míos era incluso una experiencia fuera de límites, era una sensación exquisita, yo la besaba intensamente, pero ella estaba batallando, tratando de salirse de mi agarre y a la vez de mi beso. La besé por unos cuantos segundos más, hasta que ella pudo salirse de mi agarre. La miré, no pude evitar sonreírle, ella en respuesta me dio una bofetada.
- Si me vuelves a tocar, Somerhalder – Amelia le amenazó apuntándome con el dedo – Ten por seguro que no va a ser una bofetada, para la próxima será una patada en tus bolas, maldito cabrón.
Con esto sacó uno de sus cuadernos y un lápiz de su casillero, se dio media vuelta y se fue hacia su salón, mientras la veía caminar, no pude evitar no reírme, definitivamente estoy enamorado de esa chica y tengo que hacer cualquier cosa con tal de que ella me ame de la misma forma.
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Audición Aceptada
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
ainara tomlinson escribió:Capitulo
Mi nombre es Pamela Fischer, soy alemana, pero actualmente, vivo en Londres. Sola, sin familia, amigos , y apenas conocidos...
Soy una chica tímida, por lo que me cuesta acercarme a hablar con gente que no me ha hablado a mí, primero... No me gusta tomar la iniciativa.
Estoy estudiando periodismo, primer año. Mis compañeros de clase son muy cerrados o muy raritos, apenas e mantenido una conversación con alguien desde hace 3 meses, que son los que llevo aquí en Londres.
¿Enamorarme? Por ahora no.
No tengo amigos casi... sería imposible enamorarme aquí...
Hace poco corté con mi novio Tim, antes de mudarme, la verdad es que me mereciá a alguien mejor que el, alguien que se tomará la relación seriamente, no que sólo me tomara como amiga. En una relación el amor es lo esencial, y en esa relación el amor era lo único que faltaba.
Mi día a diá consiste, en despertarme, ducharme con prisas, salir corriendo de mi apartamento olvidandome de desayunar. Pasar al lado de un Starbucks y no poder evitar entrar a por ALGO.
Llegar tarde a clase, unas siete horas después salir. Volver a mi casa, comer, lo primero que pille, vestirme e ir a trabajar a mí trabajo, Starbucks. Desde que llegué me planteé buscarme un trabajo, no podiá dejar que mis padres me pagaran el alquiler y la universidad, era demasiado injusto... Eche curriculums en varias tiendas de ropa, de comestibles, de música, pero nada me atrajo tanto como Starbucks.
¿Sería por su dulce aroma a café? ¿Por su calido y confortable ambiente? ¿Por qué hacian descuentos a los empleados? ¿Por qué había varios chicos sexys ,habituales,que iban a tomar allí el almuerzo...?
No sé por qué será, pero Starbuks me hace sentirme...acompañada.
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Hola ;) mi nombre es Ainara, pero puedes llamarme Pamela jajajaj.
Me encantan las novelas colectivas, y creo que la sinopsis de está esta muy bien, y me entraron las ganas de audicionar.
Audicionaré para Louis y seré la tímida ;)
Espero que te haya gustado mi cap. !
Y por si necesitas gif de la representante, la mía sería Kaya Scodelario.
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Audición Medianamente - Aceptada
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Debo decir, que me ha encantado tu idea, mucho, demasiado.(?) Audicionaré con La Mina(? tierna, bc Louis Girl, ah.
Por lo que te dejaré éstas sexys cosas por aquí:
Por lo que te dejaré éstas sexys cosas por aquí:
- Pj's.:
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- Capítulo.:
El sonido del metal arrastrándose por el piso de cerámica blanca irrumpió en el completo silencio que hacía en la habitación. Como si esto no fuese suficiente para sacarla del oscuro lugar que eran sus sueños, el sonido de pasos en zapatería blanca y gruesa comenzaron a llenar la habitación con sonidos repetitivos que se acercaban a ella sin el menor sigilo ni delicadeza. Con un quejido de su parte, se quitó las sábanas de encima y practicó su rutina de cada mañana: Cambio su ropa regular por una bata, se hizo de una coleta en el cabello, quitó todo posible accesorio que llevase encima, para luego sentarse en la fría silla metálica, y la única, que estaba en el lugar; viendo como Argtha, su encargada, preparaba medicinas en una mesa igualmente metálica. Hizo una mueca de asco, que quitó inmediatamente al verla voltear.
—Buenos días, Argtha. —Dijo ella, con una sonrisa considerablemente realista y practicada—. ¿Nada nuevo?
—Oh, sí que hay algo nuevo, señorita Hussien. —Comentó, pasando con una delgada mano el pequeño vaso con medicina en él—. El Doctor Monge vendrá hoy por la tarde.
Ella volteó su cabeza con interés, en un ademán curioso. El Doctor Monge era uno de los fundadores del Hospital, y era famoso por no visitar su creación muy a menudo. Sus visitas comprendían de cortos plazos de menos de un día de estadía, revisiones clínicas a los pacientes más enfermos, dejaba una apuesta, que era normalmente la más alta, y presentaba a los recién llegados. Nadie sabía exactamente de dónde sacaba a sus pacientes, que eran los que llegaban por su orden, y tampoco nadie sabía a donde se llevaba a aquellos que consideraba dignos de Cumberland o para qué los quería; pero nadie les volvía a ver por allí, ni volvían a escuchar de ellos.
En un movimiento de muñeca, pasó las pequeñas pastillas por su mano hasta el bolsillo de la bata gruesa de color gris, dejándolas caer allí. Recordaba la primera vez que había llegado a aquél lugar, aquella habitación en especial, y cuán perdida y débil se sentía en ese lugar. Rió para sus adentros; se rió de sí misma y su ingenuidad inicial. Poco tiempo después, descubrió cantidades de secretos que jamás creyó posibles en un lugar como aquél.
Puso el deposito de plástico en su boca, ahora vacío, para luego tomar un sorbo de agua; después de asegurarse de que ésta no tuviese nada en ella. Más de en una ocasión le había ocurrido el frustrante error de haberla tomado descuidadamente, y que ésta estuviese tan llena de fármacos como lo estaba el depósito. Tenía una salida para aquello al igual, y tenía la suerte de que no tuviese a una de las cuidadoras más… cuidadosas, a su encargo.
Con delicadeza, se dejó caer en la cama de nuevo, esperando el sonido de la puerta cerrarse ante sus ojos. Pensó en aprisionar la pregunta que luchaba por salir de su boca, pero después de todo, sus ideas salían solas sin que ella las pudiese controlar; la razón principal por la que estaba allí.
—Y… Argtha… Ya que tenemos éste día especial, ¿Puedo salir a la plaza común?
Su cuidadora rió por lo bajo, con sarcasmo, levantando todos y cada uno de los utensilios que había ubicado simétricamente minutos antes en la mesa metálica, llevándose también ésta. Podría ser que quizás Argtha McCkens no fuese muy cuidadosa en cuánto a pequeños detalles se trataba, pero seguía siendo una empleada del Hospital Psiquiátrico de Cumberland, por lo que el cinismo y hasta un poco de agresión, eran parte del currículum de un docente del lugar.
—Ni siquiera lo pienses, pequeña suicida. —Masculló ésta, ya desde el otro lado de la puerta—. Compórtate bien; no aposté por ti por los problemas que me diste el mes pasado, pero si te comportas, tal vez podría volver a hacerlo.
Su blanca y falsa sonrisa se esfumó de su rostro a la vez que la mujer cruzaba la muerta metálica, y cerraba ésta con llave, para dirigirse a arruinar la mañana de alguien más. Si es que vivir tus días en aquél lugar no era suficientemente detestable, debías lidiar con la mugre que eran los docentes de aquél lugar. Ahora pasarían, si no se equivocaba su reloj mental que le decía que eran las nueve de la mañana por poco, dos o tres horas más hasta que le dejasen salir de la habitación tapizada en blanco.
Desde el momento en que llegó, y escuchó cosas de habitaciones vecinas, comprendió el por qué de todos los hospitales. ¿Por qué todo va especialmente en blanco cegador? La respuesta era bastante simple, e irritante para un paciente como los que residían en el ala de enfermedades psico-analógicas: La sangre, el vomito ni ninguna clase de daño físico producido podía pasar desapercibido en un color blanco hueso como aquél. Pero siendo esto no suficiente para las mentes cínicas e insaciables de los Doctores Monge, Gladstone y Stanley, cada cosa en la habitación era de color blanco, a excepción de las mesas metálicas que sólo estaban allí cuando era estrictamente necesario. Fuera de aquello, el cuarto era sino bien de dimensiones reducidas, pero no era una comodidad completa. Una cama pulcramente blanca, con sábanas al igual, y una sola almohada que ella solía no utilizar y en donde guardaba regularmente las medicinas hasta que conseguía llevarlas fuera de allí. Un armario del mismo color, en donde guardaban la poca cantidad de prendas decentes que les habían permitido ingresar al lugar, y una mesa de noche a combinación con la cama. El vacío de diferentes componentes de una habitación de una adolescente promedio repercutían de sobremanera en el comportamiento y acción de los residentes; pero fuera de ellos mismos, a nadie parecía importarle demasiado.
(…)
Las horas interminables de espera por ser liberada de la sofocante habitación habían pasado con más lentitud de la que hubiese deseado. Caminaba con pasos largos y rápidos por los pasillos que ahora se llenaban de gente saliendo de sus habitaciones. Vio por milésima vez las diferentes manías que tenían algunos de los residentes del Hospital; algunos enrollaban su cabello en sus dedos con desesperación, otros miraban asustados desde su propia puerta mientras eran presionados a salir por sus cuidadores, otros simplemente caminaban como cualquier otro mientras mantenían toda clase de ideas en su mente, ideas que solamente ellos conocían.
Bajaba las escaleras con presurosa ansiedad, buscando con la mirada el delgado cuerpo y melena castaña de Kori, con quien, a pesar de intentar hablar con cada alma viviente que pasara frente a ella en los pasillos frente al hospital, había estado hablando más últimamente por alguna razón. Estaban en incluso zonas diferentes de tratamiento, pero compartían ese inmenso odio por el hospital y su gente.
La gran sala común estaba compuesta por un salón de grandes dimensiones, con paredes en color blanco hueso, y una luz opaca que le hacía ver casi amarillento, con mesas en donde se juntaban las personas que habían logrado conocerse o simplemente buscaban salir de la soledad total que le entregaban las habitaciones. Al centro de toda la sala, se presentaba un auditorio; un piso más arriba del suelo, de color negro, con un podio de madera y un micrófono que, normalmente, permanecía apagado. Pero éste día en especial, estaba encendido y más de algunas miradas se dirigían, expectantes, a ver qué pasaría luego.
—¿Llegué tarde? —Preguntó, sentándose en una de las mesas blancas al lado de ella. Ella negó—. Perfecto.
—Se dice que Monge trae nuevos. Como si éste lugar necesitara más personas. —Masculló, blandiendo un cigarrillo en sus manos, sabiendo perfectamente que no podría encenderlo allí—.
—Me resulta más intimidante cuando se lleva personas que cuando las trae. Nunca supe qué fue Alex, ni de Jhon.
La castaña abrió su boca para responder, pero se vio interrumpida por la estruendosa voz ronca del Doctor Monge, que había aparecido, como de costumbre, de ningún lugar en el podio. Mantenía su mirada lejana, vigilando con sigilo su creación con ojos oscuros como la tierra de jardín. Las miradas de todos se posaron sobre él cuando comenzó a citar la visión y misión del Hospital Cumberland, como lo hacía siempre con una sonrisa que derrochaba sarcasmo, completamente consciente de que todo lo que decía no era más que una completa y absoluta mentira en sus labios.
—¡Éste mes he venido de nuevo, y con nuevos residentes y compañeros! —Exclamó, señalando a los cuerpos encogidos sobre sí mismos en las sillas metálicas que habían colocado a su lado, y luego a su otro lado, en sillas cubiertas con terciopelo, dos hombres en traje; sonriendo—. ¡Los Doctores Frey y Humming, estarán aquí los próximos meses tratándolos, y… Ellos crearán el nuevo protocolo que se dará en éste lugar!
Un nuevo protocolo. Algo en las miradas de Frey y Humming no producían ni la más mínima esperanza de cambio en el lugar, y a juzgar por las miradas de los residentes del lugar entre ellos mismos y los constantes susurros, todo se volvería aún peor. Nadie tenía certeza sobre cómo podría empeorar, pero sí estaban seguros de que podía hacerlo. Después de todo, era en esto en lo que el Hospital se especializaba.
Los nuevos, dos chicos y dos chicas, pasaban por el pasillo que se encontraba en medio de todas las mesas y luego pasaban a subir a sus respectivas escaleras, una para chicos, y otra para chicas, manteniéndolos así separados. Jessica rió por lo bajo, no tenían la mínima idea de lo que pasarían de ahora en adelante en aquellas habitaciones, en aquél lugar. Se preguntó si serían buenos rivales, si las personas apostarían por ellos. Se preguntó si tendría que intervenir en esto. Si las personas apostaban por ti, tenías una mejor posibilidad de salir de allí. Pero no podías tener demasiado éxito, porque quienes lo tenían, eran llevados por el Doctor Monge a nadie sabe dónde, para no volver a ser visto nunca.
—No se ven demasiado interesantes, de hecho. —Comentó su compañera, guardando el cigarrillo en uno de los bolsillos—.
—No, creo que no. Pero siguen siendo nuevos. Es tiempo de cazar, Kori. —Sonrió, dejando su lugar en la mesa—.
Había pasado mucho tiempo, desde que aprendió a seguir el orden que mantenía aquél lugar, tratando de mantener un margen que la mantuviese en un lugar seguro, en donde nadie se metiera con ella, y tuviera algunos privilegios asegurados. Era por eso que cada vez que llegaba éste día del mes, en que los nuevos llegaban junto con el Doctor Monge, que se tomaba el tiempo de conocerlos, e incluso ganarse su confianza. Más de alguna vez, si les calificaba como una competencia, había tomado las medidas de que éstos fuesen eliminados del mapa. Porque ante todo, en aquél lugar podías descuidarte de ti mismo. Era ganar algo seguro, o perderlo todo. Y descuidarte de las personas que te rodeaban era un juego perdido de seguro
- cosita sensual:
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Arkasia.
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Malec. escribió:Debo decir, que me ha encantado tu idea, mucho, demasiado.(?) Audicionaré con La Mina(? tierna, bc Louis Girl, ah.
Por lo que te dejaré éstas sexys cosas por aquí:
- Pj's.:
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- Capítulo.:
El sonido del metal arrastrándose por el piso de cerámica blanca irrumpió en el completo silencio que hacía en la habitación. Como si esto no fuese suficiente para sacarla del oscuro lugar que eran sus sueños, el sonido de pasos en zapatería blanca y gruesa comenzaron a llenar la habitación con sonidos repetitivos que se acercaban a ella sin el menor sigilo ni delicadeza. Con un quejido de su parte, se quitó las sábanas de encima y practicó su rutina de cada mañana: Cambio su ropa regular por una bata, se hizo de una coleta en el cabello, quitó todo posible accesorio que llevase encima, para luego sentarse en la fría silla metálica, y la única, que estaba en el lugar; viendo como Argtha, su encargada, preparaba medicinas en una mesa igualmente metálica. Hizo una mueca de asco, que quitó inmediatamente al verla voltear.
—Buenos días, Argtha. —Dijo ella, con una sonrisa considerablemente realista y practicada—. ¿Nada nuevo?
—Oh, sí que hay algo nuevo, señorita Hussien. —Comentó, pasando con una delgada mano el pequeño vaso con medicina en él—. El Doctor Monge vendrá hoy por la tarde.
Ella volteó su cabeza con interés, en un ademán curioso. El Doctor Monge era uno de los fundadores del Hospital, y era famoso por no visitar su creación muy a menudo. Sus visitas comprendían de cortos plazos de menos de un día de estadía, revisiones clínicas a los pacientes más enfermos, dejaba una apuesta, que era normalmente la más alta, y presentaba a los recién llegados. Nadie sabía exactamente de dónde sacaba a sus pacientes, que eran los que llegaban por su orden, y tampoco nadie sabía a donde se llevaba a aquellos que consideraba dignos de Cumberland o para qué los quería; pero nadie les volvía a ver por allí, ni volvían a escuchar de ellos.
En un movimiento de muñeca, pasó las pequeñas pastillas por su mano hasta el bolsillo de la bata gruesa de color gris, dejándolas caer allí. Recordaba la primera vez que había llegado a aquél lugar, aquella habitación en especial, y cuán perdida y débil se sentía en ese lugar. Rió para sus adentros; se rió de sí misma y su ingenuidad inicial. Poco tiempo después, descubrió cantidades de secretos que jamás creyó posibles en un lugar como aquél.
Puso el deposito de plástico en su boca, ahora vacío, para luego tomar un sorbo de agua; después de asegurarse de que ésta no tuviese nada en ella. Más de en una ocasión le había ocurrido el frustrante error de haberla tomado descuidadamente, y que ésta estuviese tan llena de fármacos como lo estaba el depósito. Tenía una salida para aquello al igual, y tenía la suerte de que no tuviese a una de las cuidadoras más… cuidadosas, a su encargo.
Con delicadeza, se dejó caer en la cama de nuevo, esperando el sonido de la puerta cerrarse ante sus ojos. Pensó en aprisionar la pregunta que luchaba por salir de su boca, pero después de todo, sus ideas salían solas sin que ella las pudiese controlar; la razón principal por la que estaba allí.
—Y… Argtha… Ya que tenemos éste día especial, ¿Puedo salir a la plaza común?
Su cuidadora rió por lo bajo, con sarcasmo, levantando todos y cada uno de los utensilios que había ubicado simétricamente minutos antes en la mesa metálica, llevándose también ésta. Podría ser que quizás Argtha McCkens no fuese muy cuidadosa en cuánto a pequeños detalles se trataba, pero seguía siendo una empleada del Hospital Psiquiátrico de Cumberland, por lo que el cinismo y hasta un poco de agresión, eran parte del currículum de un docente del lugar.
—Ni siquiera lo pienses, pequeña suicida. —Masculló ésta, ya desde el otro lado de la puerta—. Compórtate bien; no aposté por ti por los problemas que me diste el mes pasado, pero si te comportas, tal vez podría volver a hacerlo.
Su blanca y falsa sonrisa se esfumó de su rostro a la vez que la mujer cruzaba la muerta metálica, y cerraba ésta con llave, para dirigirse a arruinar la mañana de alguien más. Si es que vivir tus días en aquél lugar no era suficientemente detestable, debías lidiar con la mugre que eran los docentes de aquél lugar. Ahora pasarían, si no se equivocaba su reloj mental que le decía que eran las nueve de la mañana por poco, dos o tres horas más hasta que le dejasen salir de la habitación tapizada en blanco.
Desde el momento en que llegó, y escuchó cosas de habitaciones vecinas, comprendió el por qué de todos los hospitales. ¿Por qué todo va especialmente en blanco cegador? La respuesta era bastante simple, e irritante para un paciente como los que residían en el ala de enfermedades psico-analógicas: La sangre, el vomito ni ninguna clase de daño físico producido podía pasar desapercibido en un color blanco hueso como aquél. Pero siendo esto no suficiente para las mentes cínicas e insaciables de los Doctores Monge, Gladstone y Stanley, cada cosa en la habitación era de color blanco, a excepción de las mesas metálicas que sólo estaban allí cuando era estrictamente necesario. Fuera de aquello, el cuarto era sino bien de dimensiones reducidas, pero no era una comodidad completa. Una cama pulcramente blanca, con sábanas al igual, y una sola almohada que ella solía no utilizar y en donde guardaba regularmente las medicinas hasta que conseguía llevarlas fuera de allí. Un armario del mismo color, en donde guardaban la poca cantidad de prendas decentes que les habían permitido ingresar al lugar, y una mesa de noche a combinación con la cama. El vacío de diferentes componentes de una habitación de una adolescente promedio repercutían de sobremanera en el comportamiento y acción de los residentes; pero fuera de ellos mismos, a nadie parecía importarle demasiado.
(…)
Las horas interminables de espera por ser liberada de la sofocante habitación habían pasado con más lentitud de la que hubiese deseado. Caminaba con pasos largos y rápidos por los pasillos que ahora se llenaban de gente saliendo de sus habitaciones. Vio por milésima vez las diferentes manías que tenían algunos de los residentes del Hospital; algunos enrollaban su cabello en sus dedos con desesperación, otros miraban asustados desde su propia puerta mientras eran presionados a salir por sus cuidadores, otros simplemente caminaban como cualquier otro mientras mantenían toda clase de ideas en su mente, ideas que solamente ellos conocían.
Bajaba las escaleras con presurosa ansiedad, buscando con la mirada el delgado cuerpo y melena castaña de Kori, con quien, a pesar de intentar hablar con cada alma viviente que pasara frente a ella en los pasillos frente al hospital, había estado hablando más últimamente por alguna razón. Estaban en incluso zonas diferentes de tratamiento, pero compartían ese inmenso odio por el hospital y su gente.
La gran sala común estaba compuesta por un salón de grandes dimensiones, con paredes en color blanco hueso, y una luz opaca que le hacía ver casi amarillento, con mesas en donde se juntaban las personas que habían logrado conocerse o simplemente buscaban salir de la soledad total que le entregaban las habitaciones. Al centro de toda la sala, se presentaba un auditorio; un piso más arriba del suelo, de color negro, con un podio de madera y un micrófono que, normalmente, permanecía apagado. Pero éste día en especial, estaba encendido y más de algunas miradas se dirigían, expectantes, a ver qué pasaría luego.
—¿Llegué tarde? —Preguntó, sentándose en una de las mesas blancas al lado de ella. Ella negó—. Perfecto.
—Se dice que Monge trae nuevos. Como si éste lugar necesitara más personas. —Masculló, blandiendo un cigarrillo en sus manos, sabiendo perfectamente que no podría encenderlo allí—.
—Me resulta más intimidante cuando se lleva personas que cuando las trae. Nunca supe qué fue Alex, ni de Jhon.
La castaña abrió su boca para responder, pero se vio interrumpida por la estruendosa voz ronca del Doctor Monge, que había aparecido, como de costumbre, de ningún lugar en el podio. Mantenía su mirada lejana, vigilando con sigilo su creación con ojos oscuros como la tierra de jardín. Las miradas de todos se posaron sobre él cuando comenzó a citar la visión y misión del Hospital Cumberland, como lo hacía siempre con una sonrisa que derrochaba sarcasmo, completamente consciente de que todo lo que decía no era más que una completa y absoluta mentira en sus labios.
—¡Éste mes he venido de nuevo, y con nuevos residentes y compañeros! —Exclamó, señalando a los cuerpos encogidos sobre sí mismos en las sillas metálicas que habían colocado a su lado, y luego a su otro lado, en sillas cubiertas con terciopelo, dos hombres en traje; sonriendo—. ¡Los Doctores Frey y Humming, estarán aquí los próximos meses tratándolos, y… Ellos crearán el nuevo protocolo que se dará en éste lugar!
Un nuevo protocolo. Algo en las miradas de Frey y Humming no producían ni la más mínima esperanza de cambio en el lugar, y a juzgar por las miradas de los residentes del lugar entre ellos mismos y los constantes susurros, todo se volvería aún peor. Nadie tenía certeza sobre cómo podría empeorar, pero sí estaban seguros de que podía hacerlo. Después de todo, era en esto en lo que el Hospital se especializaba.
Los nuevos, dos chicos y dos chicas, pasaban por el pasillo que se encontraba en medio de todas las mesas y luego pasaban a subir a sus respectivas escaleras, una para chicos, y otra para chicas, manteniéndolos así separados. Jessica rió por lo bajo, no tenían la mínima idea de lo que pasarían de ahora en adelante en aquellas habitaciones, en aquél lugar. Se preguntó si serían buenos rivales, si las personas apostarían por ellos. Se preguntó si tendría que intervenir en esto. Si las personas apostaban por ti, tenías una mejor posibilidad de salir de allí. Pero no podías tener demasiado éxito, porque quienes lo tenían, eran llevados por el Doctor Monge a nadie sabe dónde, para no volver a ser visto nunca.
—No se ven demasiado interesantes, de hecho. —Comentó su compañera, guardando el cigarrillo en uno de los bolsillos—.
—No, creo que no. Pero siguen siendo nuevos. Es tiempo de cazar, Kori. —Sonrió, dejando su lugar en la mesa—.
Había pasado mucho tiempo, desde que aprendió a seguir el orden que mantenía aquél lugar, tratando de mantener un margen que la mantuviese en un lugar seguro, en donde nadie se metiera con ella, y tuviera algunos privilegios asegurados. Era por eso que cada vez que llegaba éste día del mes, en que los nuevos llegaban junto con el Doctor Monge, que se tomaba el tiempo de conocerlos, e incluso ganarse su confianza. Más de alguna vez, si les calificaba como una competencia, había tomado las medidas de que éstos fuesen eliminados del mapa. Porque ante todo, en aquél lugar podías descuidarte de ti mismo. Era ganar algo seguro, o perderlo todo. Y descuidarte de las personas que te rodeaban era un juego perdido de seguro
- cosita sensual:
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Audición Aceptada
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Aviso
Chicas solo me falta tener unas pocas audiciones más, ya tengo detectadas a las que posiblemente pueden quedar, así que en la semana siguiente si audicionan personas espectaculares cierro audiciones y doy resultados ;)
sin más que decir la loveo <3
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Stefy, yo quiero, mañana dejo todo, junto al gif de Colplay. La idea me ha fascinado por completo
Sophia.
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
No te preocupes Stefy, te esperamos
Invitado
Invitado
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Soph gracias por pasarte que genial tenerte por aqui espero pacienteSophia. escribió:Stefy, yo quiero, mañana dejo todo, junto al gif de Colplay. La idea me ha fascinado por completo
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Gracias por la pacienciaPriscilla.- escribió:No te preocupes Stefy, te esperamos
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
¡Hola! me llamo Paula y la idea me encanto ¿te gusta coldplay? yo los amo, son mi banda favortia
Nombre del Pj: Paula Smith
Representante: Shay Mitchell
Chico: Zayn Malik
- Mi banda favorita:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Nombre del Pj: Paula Smith
Representante: Shay Mitchell
Chico: Zayn Malik
- Capitulo:
- Adiós Mundo
Nunca fui quien ellos quería que fuera, nunca use vestidos rosas y tampoco me importaban mucho las redes sociales. Estaba oculta para que nadie me hiciera daño, sin darme cuenta que yo era la que me hacía daño, encerrándome en una burbuja sin conocer otro exterior que el de mi colegio y el de la cocina.
Siempre fui la oveja negra que estaba enredada en un rebaño de blancas y falsas esperanzas, las cuales para mí se habían perdido hace mucho, tal vez, solo tal vez cuando muera alguien me extrañe, pero lo dudo ¿Quién quiere a la chica rara que se sienta todo el tiempo sola escuchando música o leyendo?
La música es tal vez una de las cosas que más extrañare, Coldplay y Guns n’ roses sean los únicos amigos que eh tenido desde que nací, tal vez porque mis padres siempre fueron muy fans de ellos cuando eran jóvenes, pero yo lo arruine y los volví en los atareadas y aburridas personas que son ahora.
Tal vez me arrepienta después de no haber jugado con Amber, de no haberle hecho caso y dejarla tirada o no ayudarla con sus simples tareas de matemáticas, tal vez después me arrepienta de no haber aceptado ir de compras con mama, aunque odie ir compras pude haber pasado un buen momento, pero todo lo rechace y todos terminaron rechazándome.
No piensen que hago esto por ustedes, lo hago por mí, porque no puedo seguir viviendo en un momento en el que estoy segura que no debí nacer, tal vez simplemente no debí nacer.
Escribo esta carta, insignificante, simplemente para decirles que no se sientan culpables, todos desaparecemos en un momento de nuestras vidas, pero yo decidí desaparecer más temprano.
No olviden que los amo, los amo con todo lo que mis ser, pero deje de tener nombre hace mucho, deje de ser yo hace tanto que ya no me acuerdo cuando fue el dia. Vivan felices, por mí, porque yo no pude y ahora no podre nunca más.Los quiero.
Att: La sin nombre
Invitado
Invitado
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! No podré audicionar con mi sensual Lea Michele :(
Pevensie
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
paularamirez escribió:¡Hola! me llamo Paula y la idea me encanto¿te gusta coldplay? yo los amo, son mi banda favortia
- Mi banda favorita:
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Nombre del Pj: Paula Smith
Representante: Shay Mitchell
Chico: Zayn Malik
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Adiós Mundo
Nunca fui quien ellos quería que fuera, nunca use vestidos rosas y tampoco me importaban mucho las redes sociales. Estaba oculta para que nadie me hiciera daño, sin darme cuenta que yo era la que me hacía daño, encerrándome en una burbuja sin conocer otro exterior que el de mi colegio y el de la cocina.
Siempre fui la oveja negra que estaba enredada en un rebaño de blancas y falsas esperanzas, las cuales para mí se habían perdido hace mucho, tal vez, solo tal vez cuando muera alguien me extrañe, pero lo dudo ¿Quién quiere a la chica rara que se sienta todo el tiempo sola escuchando música o leyendo?
La música es tal vez una de las cosas que más extrañare, Coldplay y Guns n’ roses sean los únicos amigos que eh tenido desde que nací, tal vez porque mis padres siempre fueron muy fans de ellos cuando eran jóvenes, pero yo lo arruine y los volví en los atareadas y aburridas personas que son ahora.
Tal vez me arrepienta después de no haber jugado con Amber, de no haberle hecho caso y dejarla tirada o no ayudarla con sus simples tareas de matemáticas, tal vez después me arrepienta de no haber aceptado ir de compras con mama, aunque odie ir compras pude haber pasado un buen momento, pero todo lo rechace y todos terminaron rechazándome.
No piensen que hago esto por ustedes, lo hago por mí, porque no puedo seguir viviendo en un momento en el que estoy segura que no debí nacer, tal vez simplemente no debí nacer.
Escribo esta carta, insignificante, simplemente para decirles que no se sientan culpables, todos desaparecemos en un momento de nuestras vidas, pero yo decidí desaparecer más temprano.
No olviden que los amo, los amo con todo lo que mis ser, pero deje de tener nombre hace mucho, deje de ser yo hace tanto que ya no me acuerdo cuando fue el dia. Vivan felices, por mí, porque yo no pude y ahora no podre nunca más.Los quiero.
Att: La sin nombre
Audición Aceptada
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Sorry but she is mine C:DramaQueen escribió:NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! No podré audicionar con mi sensual Lea Michele :(
Kurisu
Re: El Club de los Viernes {Audiciones Cerradas} [N.C]
Bueno, aunque ya no podré audicionar con Lea (depresión) audicionaré de todas formas.
Como me has robado a mi sensual Lea, escojo a mi hermosa Tay
- Capítulo sensualon:
- Harry entró en “Holly Days”, el mejor Cabaret de Lima, Oshio. Necesitaba algo para relajarse, y que mejor idea que ver bailar a hermosas mujeres con diminutos trajes. Todos los hombres amaban a las bailarinas de aquel lugar, eran muy fáciles y curvilíneas. No había hombre en esa ciudad que no hubiera ido a cometer algún pecadillo con una de esas mujerzuelas. Casados, mayores, de todas las edades. No perdían la oportunidad de tener una alegría después del trabajo. Según lo que había hablado con Jeff, su mejor amigo, parecía que esta noche se presentaría una nueva bailarina. Según los comentarios del pueblo, era asquerosamente bella. Ninguna de las bailarinas podía competir con ella.
- ¿Qué hay de nuevo, Harry?- Preguntó Dallas, el dueño del lugar.
- Lo mismo de siempre, el mismo trabajo aburrido. – Contestó. Pidió una bebida al barman y se sentó en una mesa cercana al escenario. Dallas arrimó una silla y se le unió.
- Tengo la solución a tus problemas. – Palmeó su hombro y agarró las bebidas que el chico les ofrecía.
- ¿Ah, si? ¿Mandarás a Ally para complacerme? – Interesado, dio un sorbo a su bebida. Una cerveza negra antes de empezar el show cambiaba su estado de ánimo.
- Nada de eso, amigo. Tengo algo mejor. – Volteó su cabeza para mirar al escenario. Sonrió y se dirigió al rizado. – Tu sorpresa llegará en unos segundos, espera la música. Te traeré algo más fuerte, lo necesitarás.
- Como tú digas, Dallas. – Confundido miró al escenario. “¿Qué me habrá querido decir?” se preguntaba una y otra vez hasta que un sonido llamó su atención. Sacudió su cabeza y volteó hacia el escenario mientras una castaña vestida de colegiala comenzaba a bailar. Movía sus caderas al ritmo de la música de Britney Spears. Harry comenzó a prestarle más y más atención a la bailarina. Nunca la había visto por allí, pero algo le resultaba familiar en ella. Terminó su baile sensual con una abertura de piernas lenta pero exquisita. Todo el público se alzó en aplausos, chiflidos y palabras obscenas.
- Démosle la bienvenida a “Perfect Bitch”, nuestra nueva bailarina. – Dijo Dallas llamando la atención de todo el público. La bailarina hizo una reverencia y corrió detrás del telón.
- ¿Quién es ella? – Preguntó una vez que Jeff se había sentado a su lado. Con una botella en su mano soltó un largo suspiro.
- Es el nuevo espectáculo del lugar, querido amigo, es “Perfect Bitch”. Nadie sabe quién es. - Contestó a su pregunta, tomó un trago de vodka y continúo hablando. – Capaz, no quiere ser reconocida.
- ¿Les ha gustado el show, verdad? – Preguntó Dallas colocando sus manos en los hombros de aquellos muchachos.
- Nos ha encantado, ¿no es cierto, Harry? – Miraba divertido a su amigo. Jamás lo había visto babeando por una bailarina. No podía negarse la belleza de esa mujer, lo había dejado con algo muy duro en sus pantalones pero jamás lo admitiría.
- ¿Quién es ella? – Preguntó Harry sin poder dejar de mirar el escenario
- Ella es muy especial, no es como las demás. – Contestó palmeándole el hombro. – Ella sólo es una bailarina
- ¿No podremos tener una noche con ella? – Dallas sacudió la cabeza en gesto de negación. -¡Oh, vamos! Ni que fuera tan bonita.
- Eso no dicen tus pantalones, Jeff – Señaló Harry al bulto creado en sus pantalones.
- No soy el único que tiene una erección, ¿has mirado tu pantalón? – Desvió su vista hacia su pantalón, notando que su amigo tenía la razón. Estaba duro, demasiado duro.
- Ninguno se acostará con ella, ¿entendido? Si me llego a enterar de que alguno le ha puesto las manos encima… - No hacía falta aclarar nada, los dos sabían que morirían si no acataban sus órdenes. Sin decir nada más, Dallas se retiró dejando a los dos amigos preocupados. Quería saber quién era ella y lo conseguiría. Cueste lo que cueste.
__________________________________
Caminaba hacia su casa, no podía sacarse a esa mujer de su cabeza. Su baile había sido el más sensual que había visto en su vida. Cada vez que recordaba sus movimientos un suave escalofrío recorría su espalda. Necesitaba dormir, quería pensar cómo conseguiría saber quién era esa chica.
Colocó su abrigo en el perchero y saludó a Sam, su perro. Mañana debería ir a buscar a Emily, su hija. Necesitaba una ducha de agua caliente para relajar sus músculos. Últimamente estaba muy tenso. Los problemas del divorcio y la tenencia de su hija lo mantenían la mayoría del tiempo ocupado y malhumorado. Se metió en su cama y comenzó a pensar, no podía sacarse de la cabeza aquellas imágenes. Quería mantener sus ojos abiertos pero era tanto el agotamiento físico que no pudo luchar por mantenerse despierto. Se dejó envolver en los brazos de Morfeo. Mañana, sería un día difícil.
- Mi hermosa chica:
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Como me has robado a mi sensual Lea, escojo a mi hermosa Tay
- Coldplay:
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Pevensie
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