Live. Love. Laugh. (Louis Tomlinson)

por **Amelia** Vie 20 Jul 2012, 1:17 pm

Nombre: Live. Love. Laugh.
Autor: Amelia.
Adaptación: No.
Género: Drama, Romance.
Advertencias: No podré subir todos los días. Puede contener vocabulario vulgar, y escenas subidas de tono.
Otras páginas: No.

Live. Love. Laugh.

Se supone que todo pasa por algo. El destino nos pone y nos quita cosas porque algo mejor vendrá, ¿no? Bueno, al menos eso pensaba la optimista chica de cabello bronce, la cual nunca se había enamorado, nunca había sentido esa sensación de querer tener a alguien a su lado, de necesitar fervientemente a una persona, nunca había sentido esa sensación de mariposas en el estómago.
Chismes, alcohol, sexo, drogas, decepciones, amor... ¿aprenderá a sobrellevar todo esto mi mirar el arco iris después de la tormenta? ¿Estaría lista para el amor?

por **►soloyo** Vie 20 Jul 2012, 1:19 pm

Me gustó la sinopsis ;)

por **Helena.** Vie 20 Jul 2012, 1:29 pm

Holaaa me encanto el prologo se ve buenisima siguela pronto nueva lectora reportandose soy helena :) si necesita chicas me avisa :) y pasate por mi novela

por **Smoke the life** Vie 20 Jul 2012, 5:29 pm

WAAA, ME ENCANTA. SÍGUELA *-*.

por **Amelia** Vie 20 Jul 2012, 5:32 pm

Capítulo 1

¿Alguna vez te has sentido una persona más en el millón? ¿Nada realmente importante? ¿Alguien que realmente no vale la pena? ¿Algo insignificante? Pues yo sí. Todos esperan algo de nosotros. Todos esperan que seamos algo, algo diferente. Porque todos siempre esperan algo. Y sé que muchos de ustedes así se sienten, o por lo menos se han sentido alguna vez, igual que yo alguna vez lo hice. Pero ya no más. No podemos ser lo que lo demás quieren que seamos, porque después de todo, ¿Qué sería de un mundo donde todos fueran iguales? Dicen que los polos opuestos se atraen… y ya entiendo por qué. ¿Qué sería de una pareja con el mismo carácter, completamente iguales… exacto… ABURRIDO.
Y he de decirles algo… ¡Vive tu vida como eres! No esperes mucho de nadie, así la decepción es menos. No dejes que nadie te hunda y sé lo que tú quieras ser, porque es tu vida y por tanto, tú la vives.
Sé tú mismo y deja que los demás te acepten por eso. Sé feliz, y nos estamos leyendo. Hasta la semana que viene <3.
Suspiró y cerró su blog luego de publicar, como hacía cada semana. Cerró la página y se quedó mirando la foto de fondo que tenía la pantalla de su computadora. La foto había capturado la imagen de tres chicas sonrientes y abrazadas entre sí. Mejores amigas por siempre. Eso decía debajo de la foto ya editada. Sí, eso pensaban unos meses atrás, cuando ya habían hecho planes para su último año en la escuela, cuando ya habían hecho planes para luego de que se graduaran. Vivirían juntas en un hermoso apartamento viviendo la vida al máximo. Sí, eso pensaban. Pero ahora una de las tres se mudaba en un par de días, y no podían hacer nada para evitarlos. ¿Se rompería aquella amistad que creían que sería por siempre? No lo sabían. Nadie lo sabía.
Solo les quedaba compartir el mayor tiempo juntas posible, antes de que aquel vuelo las alejara por mucho tiempo. Y ella, a pesar de todo lo que implicaba aquel viaje que cambiaría muchas cosas, sonreía. Sonreía como siempre. Además, ella pensaba que las cosas pasaban por algo, ¿no?
Cerró su computadora y la dejó en su mesa de noche. Se ató el peló broncíneo en una coleta desarreglada y se acomodó en su mullida cama, viendo la foto del portarretratos que reposaba en su mesa al lado de su cama. La misma que estaba en la pantalla, claro, sin el mensaje. Ella sonrió, esta vez con melancolía antes de apagar la lámpara y ya cuando la oscuridad invadía en su totalidad la habitación, se quedó dormida, con la mentalidad de que mañana sería un día que debía aprovechar al máximo.

—¿El hizo eso?—preguntó la chica de cabello broncíneo incrédula.
—Sí, es un maldito. Y la dejó ahí tirada como basura—resopló aquella chica de cabellos negros mientras se paraba con su tabla en brazos.—Oye… no va a ser lo mismo sin ti.
—Hey, ya hablamos de esto. Todo va a ser normal, como siempre. Nada va a cambiar—le sonrió con dulzura.
—Además, ¿qué vas tú a hacer en Londres? Allá casualmente hay sol, y no vas a encontrar olas como aquí. Te pondrás pálida y te congelarás. Así como mi corazoncito.
—No vengas tú con tu drama—rió abrazándola de costado.—Vamos al agua ahora—ella agarró su tabla y junto con una de sus mejores amigas corrió hacia las olas que eran enormes y hermosas, como si compartieran su misma alegría.
Quince minutos pasaron. Se encontraban sentadas sobre sus tablas, admirando el hermoso paisaje que se extendía a su alrededor.
—Insisto, no va a ser lo mismo.
—Yo tampoco me quiero ir, pero… tampoco puedo hacer nada. ¿Te pone contenta el saber que las voy a extrañar con mi corazón?
—Algo—su amiga hizo un puchero. La misma desvió su vista hacia la playa vio a un chico haciendo señas con las manos.—Oh mira, es Kyle. Vamos a ver qué quiere.
Las dos, como si estuvieran sincronizadas, se acostaron sobre sus tablas y movieron los brazos, nadando hacia la orilla.
—¿Qué pasa Ky?—preguntó la hermana del chico rubio mientras se exprimía el mojado cabello.
—Mamá quiere que vayamos a ayudar… ya sabes… a empacar y eso—dijo algo desanimado.
—Voy en unos minutos.
—Me adelantaré, me voy con Isaac—se alejó saludando con la mano.
—¿Te he dicho que tu hermano está como quiere? Y eso, que tiene tan solo quince años. Tendrás que hacer de hermano celoso y sobreprotector con él—comentó su amiga secando su cuerpo con una toalla.
—Nada que ver, ese papel lo tiene Isaac, y lo hace por los dos—dijo ella sonriendo.
—Te veo a la noche, recuerda que…
—Lo sé, te quedas a dormir en mi casa—dijo la chica de cabellos bronce rodando los ojos—. Nos vemos al rato Paige—la abrazó y se fue con su tabla en mano hacia la camioneta de su hermano mayor, rogando que hayan sido pacientes y no se hubieran ido.
Tal parece que empacar había sido más duro y emotivo de lo que pensaban. Claro que los chicos se guardaban sus emociones para sí mismo porque eran hombres, por su orgullo y machismo no demostraron ninguna debilidad. Aunque ella sí sabía perfectamente lo que ellos sentían, no por nada compartían la misma sangre y el mismo techo.
—¿Podemos dejar de ver fotos vergonzosas y cenar de una vez por todas?—preguntó Kyle ya fastidiado por el tono meloso que usaba su madre mientras veía el viejo álbum del chico. Cada niño tenía su propio álbum, y aquel, para él, sí que era vergonzoso.
—Pero mira que cosita más hermosa—Kyle rodó los ojos y se alejó de su madre, dispuesto a comer sin ella si era necesario.
—Amor, a comer—murmuró su esposo con una sonrisa, sacándole el álbum de las manos y dejándolo en un estante alto para que ella no lo alcanzara, sabiendo que si lo tenía de nuevo, podía pasar horas viéndolo y dejando escapar lágrimas al recordar los viejos tiempos.

Hello readers! Se supone que no habría otra entrada hasta la semana entrante, o dentro de un par de días, pero, tal vez quería escribir un poco más y tal vez entretenerlos un instante. Resulta que ver a mi mamá lloriqueando por un viejo álbum familiar me hizo recordar los viejos tiempos. Sí, los viejos tiempos. ¿Recuerdan cuando eran niños? ¿El primer día de escuela en el que lloraban y se abrazaban a las piernas de sus padres para no entrar a ese lugar que creían maligno? Pues yo lo hago, y ahora más que nunca. Recuerdo como una amistad nacía con tan sólo decir tu nombre, con tan sólo compartir asiento y con tan sólo compartir almuerzo .Como nadie era juzgado en el jardín de niños. Todos eran amigos, todos reían juntos, todos se querían entre sí.
Y ahora miro hacia mi alrededor y pienso: “Deberíamos tener ese niño dentro”. Ahora todo se rige por las apariencias, por cómo vistes, por lo que te gusta, por la música que escuchas, por cómo eres… todo se juzga, todo se critica, sin importar si está bien o mal. Siempre habrá alguien hablando de ti, buscando cualquier defecto en lo que hagas.
Así que, ¿por qué no somos como en el jardín de niños? ¿Por qué no nos queremos y somos amigos todos y dejamos de lado las apariencias?
Esto también se relaciona con el tema anterior. Sé tú mismo y haz que te quieran por lo que eres.
Vive, ama, ríe. Nos estamos leyendo, adiós <3.
—¿Acabas de publicar otra cosa?—preguntó Paige entrando a la habitación con un bolso enorme.
—Sí. ¿Qué? ¿Planeas vivir aquí por un tiempo?
—No te burles. Por cierto, las visitas aumentan en el blog. Eres toda una sensación.
—Espero seguir siendo esa “sensación” aún cuando me mude.
—Ven, pásame la computadora, tu blog necesita nuevo diseño—sonrió Paige extendiendo sus manos. La chica de cabello bronce le pasó el aparato y dejó que su amiga pusiera manos a la obra.
—¿Victoria no viene?—preguntó mirando su teléfono.
—No lo sé. No he hablado con ella hoy—Paige se encogió de hombros sin quitar la vista del monitor.
—¡Estoy aquí! ¿Llegué tarde?
—Hablando del rey de Roma…—murmuró la pelinegra.
—Lo siento. Peleé con Caleb de nuevo. El muy estúpido hijo de… su madre, sigue diciendo que soy una perra y me acosté con su mejor amigo. Es un idiota—se quejó la recién llegada. Tenía la piel bronceada como la mayoría de las personas allí, ojos azules y cabello rubio tostado. Nariz fina al igual que sus labios y era de cuerpo en forma como las dos otra chicas por su actividad diaria.
—¿Y quién fue la idiota que se metió en algo con él?—dijo con sorna Paige.
—¿Sabes? A veces me cuestiono si de verdad eres mi amiga—Victoria se tiró a la cama al lado de la de cabello bronce.
—Te amo Vicky—besó sonoramente su mejilla la pelinegra.
—Sí sí, como sea—se rió.
—Hola chicas—un chico rubio se tiró encima de todas en la cama.
—¡Quítate Kyle! Y vete, no se permiten chicos—su hermana lo empujó fuera de la cama.
—Tú cállate Kay—dijo sacándole la lengua—. Apuesto a que las señoritas me quieren aquí.
—A mí me da totalmente igual—dijo Paige aún concentrada en el monitor.
—Por mí quédate—Victoria se encogió de hombros.
—Wow, me siento apoyada. Gracias chicas—se cruzó de brazo la chica de cabello bronce, mientras veía como su hermana sonreía victoriosamente.
Al final de todo, él sí se quedó, y hasta Isaac se les unió, y terminaron hablando de todo. Acerca de todo y todos. Aprovechando como nunca el tiempo antes de pisar nuevas tierras.
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Bueno... por ahora no será tan hot, así que ténganle paciencia, ¿ok? :3. Gracias por leer <3.

por **Amelia** Vie 20 Jul 2012, 10:34 pm

Helena De Sheeran escribió:Holaaa me encanto el prologo se ve buenisima siguela pronto nueva lectora reportandose soy helena :) si necesita chicas me avisa :) y pasate por mi novela

Hey, por lo pronto no necesitaré chicas, pero cualquier cosa te aviso ;).

por **LWWY** Sáb 21 Jul 2012, 1:40 pm

Wuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, aqui tu nueva lectora, tus novelas tienen algo que me atraaen, ajaja,siguela porfavor!

por ***Free Yourself*** Sáb 21 Jul 2012, 1:59 pm

me encanta. Esta muy buena. Si necesitas alguna chica para alguno me avisas, pero ahora lo que importa es que la sigas.

por **Amelia** Sáb 21 Jul 2012, 2:13 pm

Danyloves1D escribió:Wuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, aqui tu nueva lectora, tus novelas tienen algo que me atraaen, ajaja,siguela porfavor!

Oh, gracias :$. Me alegra que te haya gustado :3. Pronto la sigo, gracias por pasarte <3.

por **Amelia** Sáb 21 Jul 2012, 2:19 pm

*Free Yourself* escribió:me encanta. Esta muy buena. Si necesitas alguna chica para alguno me avisas, pero ahora lo que importa es que la sigas.

Me encanta que te encante x). Pronto la sigo^^. Gracias por pasarte <3.

por **Helena.** Sáb 21 Jul 2012, 9:18 pm

ME ENCANTO EL CAP ESTUVO BUENISIMO TIENES QUE SEGUIRLA PRONTO ME ENCANTA COMO VA :) PASATE POR MI NOVELA

por **21.** Dom 22 Jul 2012, 11:49 am

Nueva Lectora! Siguela cuando puedas :)

por **Amelia** Dom 22 Jul 2012, 4:18 pm

Capítulo 2

—Sí, chicas. Ya hablamos de esto antes. No lágrimas, ¿entendido? Volveré para las vacaciones. Las amo chicas—las tres se estrecharon en un fuerte abrazo y a pesar de que habían prometido no llorar, no pudieron evitar que un par de lágrimas escaparan de sus ojos.—Ya ya, suficiente lágrima por hoy—sonrió la de cabello bronce, que no había derramado ni una sola lágrima, aunque por dentro sí lloraba. Limpió las mejillas de sus dos amigas y tomó su maleta y su equipaje de mano. Les sonrió por última vez—. Quédense juntas. Las quiero—se giró y se fue hacia donde sus padres la esperaban.
Al aeropuerto habían asistido unos amigos de sus hermanos, dándole la despedida. Unos minutos después, se abrazaron dándose palmadas en el pecho y los dos chicos tomaron su equipaje para luego caminar hacia el resto de su familia. Justo en ese instante escucharon una voz femenina llamar a los pasajeros del vuelo hacia tierras londinenses.
—Aquí vamos—suspiró la chica con una sonrisa de lado.

—¿Puedes dejar de sonreír? Me asustas.
—Cállate Kyle—dijo dándole un codazo.—Despierta a tu hermano que ya vamos a aterrizar.
—Hey, que también es tu hermano—dijo dándole unos codazos a Isaac que estaba dormido con su capucha sobre su rostro y los auriculares puestos.—¿Qué no te deprime que te hayas alejado de tus amigas y del colegio?
—Sí, pero, ¿qué más puedo hacer yo Ky? Dime, ¿hacer un acto de rebeldía y regresarme a casa? Sabes que me desheredarían—se rió la chica—. Además, el mundo sigue. Y todo pasa por algo…
—Creo que llegué tarde cuando repartían optimismo en el cielo—Kyle rodó los ojos luego de escuchar a su positiva hermana.
—¿Cómo se lo tomó Emily? ¿Muy mal?
—Pues sí. Le dije que la llamaría, pero aún así se molestó conmigo.
—Eso es porque está perdidamente enamorada de ti Ky—la chica pasó un brazo por los hombros de su rubio hermano y lo miró con las cejas alzadas.
—Sí, cómo no. Se puso así porque es mi mejor amiga.
—Tu mejor amiga que está enamorada de su mejor amigo. Todos se dan cuenta, hasta papá y mamá, ¿excepto quién? Sí, tú.
—Como digas—Kyle rodó los ojos nuevamente y zarandeó con violencia a su hermano mayor.
—¡Maldito engendro!—algunas personas se giraron ante el grito de Isaac.
—Isaac cariño, no digas esas cosas frente al niño—la chica cubrió los oídos de su hermano menor y rió ante el rostro ruborizado de su hermano mayor.
La voz de la azafata volvió a resonar en los altos parlantes y las personas se dispusieron a tomar su equipaje de mano y a salir del avión con aspecto cansado y hastiado por el viaje.
Más rápido de lo que pensaban, estuvieron de camino hacia su nueva casa en una camioneta que su padre había rentado mientras compraba un auto. Todos, abrigados, se bajaron cuando una casa de dos pisos con un jardín realmente bonito lleno de flores se presentó ante ellos.
—No está mal—dijo Kyle encogiéndose de hombros, pareciéndole totalmente indiferente. Se ajustó su abrigo y tomó un par de las muchas maletas que reventaban la cajuela.
—Y tienes que ver el patio trasero, tiene piscina y todo—dijo su papá dándole una palmada en el hombro.
—¿Con este clima? Más tenemos una pista de patinaje privada—exageró el rubio.
—Te acostumbrarás—su madre besó su mejilla, a lo que él hizo un gesto de disgusto.
Una hora más tarde se encontraban todos en el sofá cansados de andar de aquí para allá. Pronto vendría un camión con una pocas cosas, ya que su madre había vendido su antigua casa con todo y mobiliario, ya que quería empezar de cero con su nueva casa.
—Su padre y yo nos vamos, iremos a comprar los muebles de la sala y mañana saldremos temprano todos para resolver con sus habitaciones. Y como sea, no hay comida. Y ustedes dos comen por cinco—señaló a sus dos hijos.—También hay que buscar le uniforme, libros, materiales…
—Sí sí, y muchas cosas más—dijo su hija restándole importancia con un gesto de la mano.
—Si les da hambre, hay un café por aquí cerca, tienen dinero… nosotros nos vamos—dijo su padre tomando a su mujer por el brazo, que aún seguía sacando cuentas de todo lo que tenía que comprar.
—Salgamos de aquí—se apresuró a decir Isaac.
Cada quien se fue a sus habitaciones a abrigarse. Kay miró su ropa, pensando en que tenía que comprar más ropa abrigadora e irse olvidando un rato de sus shorts y blusas sin mangas. Se puso unos jeans y una remera, encima un suéter de color blanco y unas botas cortas de color negro. Alrededor de su cuello se puso una bufanda roja que le había regalado Vicky la navidad pasada y se puso un anillo que tenía un bigote de color negro que le hacía mucha gracia. Tomó su bolso asegurándose de tener su monedero dentro y tomó su cámara (http://www.polyvore.com/london_live/set?id=53749195). Salió al pasillo, encontrándose sola. Tocó la puerta de la habitación que compartían sus dos hermanos, que era el doble de grande que la suya.
—¡Por Dios! Tardan en vestirse más que una chica. Muévanse—dijo entre gritos.
—Deja de quejarte, vámonos—Isaac pasó un brazo por los hombros de su hermana cuando estuvieron en la calle. Tomaban fotos de todo y reían. Isaac pasó un brazo por los hombros de su hermana a la vez que tomaba la cámara y la ponía frente a los tres, capturando aquella imagen de tres hermanos sonrientes.
—Mira quiénes se acercan…—murmuró Kyle.
—Bellezas londinenses—terminó Isaac. Kay rodó los ojos y resopló.
—Hombres…—murmuró, mirando atentamente a las dos chicas que caminaban cerca de ellos.
—¿Son de por aquí?—preguntó una de cabello dorado con brillantes ojos caramelo.—No, claro que no lo son—sonrió sin esperar a que alguno de nosotros le contestara.
—Venimos de Australia—sonrió Isaac de lado, marcando un hoyuelo en su mejilla derecha.
—Soy Vivian—extendió su mano. Los tres estrechamos su mano.—Ella es mi hermana Chloe—obviamente ella era más pequeña, tenía aún facciones de niña. Al parecer era más tímida, ya que medio escondida detrás de su hermana sólo sacudió suavemente su mano. Kyle no dejaba de mirarla y una sonrisa se formó en los labios de Kay.
—Soy Isaac, ella es mi hermana Mikayla, y él es Kyle.
—Mucho gusto. Ustedes deben ser los nuevos. Hace mucho que por aquí no se muda nadie, así que digamos que todos saben de ustedes, son una sensación—dijo ella con una sonrisa.
—Vamos a ir al café por aquí cerca, ¿quieren ir?—preguntó Kay, sabiendo que su hermano, en su estado de trance no preguntaría. El rubio le dirigió una mirada brillante a su hermana.
Chloe tenía un cabello dorado, como el de su hermana, tenía ojos marrones, pestañas largas y piel pálida, era un poco baja de estatura y contextura normal.
Delante iba Vivian charlando animadamente con Isaac, un poco más atrás iban Kyle con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón hablando con una tímida Chloe. Por último, unos metros más atrás iba Kay, tomando fotos hermosas todo lo que los rodeaba. Mientras caminaba, vio una de las fotos que tomó cuando pasaron frente a un parque. Le tomaba una foto a un árbol enorme, sin percatarse de la persona que estaba sentada debajo de este. Acercó la foto y solo pudo distinguir un cabello castaño un perfil angelical. Sonrió para sí misma y siguió a los demás. Un grupo de chicos pasó a un lado de ellos hablando entre sí. Mikayla cruzó la mirada con unos ojos entre azules y verdes, no supo bien, pero él también la miró durante unos segundos. Se fijó en sus finas facciones y se dio cuenta que era el mismo de la foto. El contacto visual se perdió cuando cada quien siguió su camino.
El chico había notado que ella no era de por ahí. Conocía a todas las personas que vivían por esa zona, y a ella no la había visto antes, ni a ella ni a los otros dos chicos. Siguió caminando con sus amigos y no pudo evitar soltar una sonrisa.
En cuestión de unos pocos minutos, los cinco llegaron al café y ordenaron rápidamente unos cafés y pastelillos.
—Dios, necesito una playa, necesito surfear—Kay hundió su rostro entre sus brazos que estaban apoyados en la mesa.
—¿Surfean?—preguntó Chloe con ojos sorprendidos.
—Sí. O solíamos hacerlo—Isaac sonrió de medio lado.
—El clima debe ser sumamente diferente. Pero en un par de meses, cuando suba la temperatura, pueden ir a Bournemouth.
Chloe y Vivian le dieron más detalles acerca de aquel punto turístico de Reino Unido, y ellos cada vez se interesaban más, teniendo la esperanza de volver a sentir aquella sensación de adrenalina al montar sobre las olas, al sentir el chapoteo del agua en el cuerpo.

Mikayla se fijó en la hora. El reloj marcaba las dos y media de la madrugada. Debía dormirse si quería estar despierta a primera para salir a comprar todo lo necesario. Y así hizo.
La chica de cabello cobrizo y formando leves y suaves ondas como el cabello de su madre soñó con el chico de ojos claros, sin saber bien la razón. Tal vez había algo en su cara, o algo en la forma en la que sonreía. Pero había algo que le llamaba la atención.
—¡Mikayla!—la voz de Isaac la despertó violentamente.
—¿Qué?—gruñó ella toda despeinada y dándole una mirada asesina. Vio que su hermano tenía un pantalón y zapatos deportivos y una camiseta blanca puesta.
—Papá y mamá se fueron sin nosotros, Kyle y yo vamos a ir a correr un rato, ¿vienes?
—Sí, dame unos minutos—se frotó los ojos y se metió a su baño. Se duchó y se lavó los dientes rápidamente. Se puso unos pantalones rosa de deporte, sus zapatos de color negro con rayas de color rosa, un sostén deportivo de color negro y un abrigo por encima. Ató su cabello en una coleta y bajó las escaleras, encontrándose con los dos chicos afuera de la casa, hablando entre ellos. Ella cerró la puerta, se colocó los auriculares y comenzó a trotar entre Isaac y Kyle, cada quien perdido en su mundo.
Ella estaba muy distraída, tanto que no notó que sus hermanos le gritaban para que se moviera del medio de un ciclista que por ahí andaba.
—¡Kayla!—gritó Isaac tomando su brazo con fuerza y halándola hacia sí, haciendo que los dos cayeran al suelo y el ciclista perdiera el equilibrio. Por suerte, este no se cayó, como los dos que aún seguían en el suelo.
—¿Están bien? Lo siento—se acercó el chico de la bicicleta.
—Disculpa tú a esta, que por andar pensando en estupideces por poco y se mata—Isaac empujó a su hermana que aún estaba sobre él.
—No seas bruto Isaac—ella le gruño, poniéndose de pie. Se sacudió el pantalón y miró a Kyle que le preguntaba si se encontraba bien. Luego miró hacia el frente, sintiendo el corazón latirle con velocidad por el ejercicio. Pestañeó para aclarar su vista y comprobar que no era ninguna alucinación. Allí estaba frente a ella, tendiéndole la mano y sonriendo de lado.
—Ella es Mikayla, discúlpala, es que es estúpida—dijo Kyle sonriendo burlonamente.
—Llámame así de nuevo y te juro que…—Isaac le tapó la boca antes de que soltara una grosería. Ella, aún con la mano de su hermano sobre su boca estrechó la mano del chico de ojos angelicales y vio como este sonreía.
Su mano era más grande en comparación a la suya, y su tacto era suave y algo frío. Y como lo describían esas películas de romance que había visto en casa de Vicky, sintió aquella corriente cruzar cada terminación nerviosa desde su brazo hasta su columna.
El soltó su mano con pesar luego de pronunciar su nombre con una sonrisa y luego de intercambiar otras palabras con los dos chicos tomó su bicicleta y se fue, aún con aquellos ojos verdes en la mente.

por **Amelia** Lun 23 Jul 2012, 8:19 am

Capítulo 3

—¿Qué con esa sonrisa?—le preguntó su amigo, más bien su casi hermano cuando entró a la habitación del chico de ojos claros.—No me digas que tiene que ver con Eleanor, porque si es así, mejor no quiero saber.
—No, no, nada de eso.
—¿Qué? ¿Andan mal las cosas con Eleanor?—preguntó recostándose boca abajo en la cama, a su lado.
—No sé ni cómo andamos, pero no es eso. Hace un rato vi los ojos más hermosos que he visto. Más lindos que los tuyos fíjate.
—¿Qué?—preguntó haciéndose el indignado.—¿Más bellos que los del irlandés?
—Sí rizos, más lindos que los del irlandés—suspiró.
—Oh oh…
—¿Oh oh qué?—lo miró frunciendo el ceño.
—Nunca te he visto así por nadie. Ni siquiera por Eleanor. Estás suspirando y con cara de tonto y todo eso.
—Cállate—le dio un almohadazo al chico de cabellos rizados y luego sonrió sin razón aparente.
—¿Esta chica tiene nombre?
—Mikayla—dijo él sonriendo.
—Ok, esto es grave—el chico de rizos miró a su amigo unos segundos más antes de suspirar—. Ve con ella. Búscala, a lo mejor y está por ahí afuera. Además, debe ser la que se mudó en la casa de los Taylor.
—¿Y qué le voy a decir?—preguntó el otro mirándolo con el ceño fruncido.
—¿De cuándo aquí eso ha sido problema para Tommo?—preguntó el de rizos con una sonrisa encantadora.
—¿Y qué pretendes? ¿Qué toque a la puerta y me la lleve y ya?
—Eso es lo que yo haría—sonrió maléficamente—. No mentira. Déjame pensar en algo…
—No vayas a hacer corto circuito—se burló Tommo.
—Cállate que te estoy ayudando…—pensó un poco más y luego se paró de la cama—. ¡Ya sé! ¿Tiene hermanos?
—Pues ella andaba con dos chicos, así que supongo que serán sus hermanos, dudo mucho que un novio llame a su novia idiota—rió el chico entre dientes.
—Creo que a Liam aún le faltan jugadores para baloncesto, vamos allá y con esa excusa invitamos a todos y tienes a la chica.
—Y yo que creía que todos esos rizos no te dejaban pensar—revolvió el cabello rizado y se puso unos jeans y una camiseta a rayas, sobre esta su chaqueta negra y salió de la casa junto con su mejor amigo.

La verdad es que quería verlo. Tenía horas plateándose el asunto. No entendía muy bien por qué, pero ella quería verlo de nuevo. Se terminó de poner los botines y bajó las escaleras con las manos dentro de los bolsillos de su cárdigan. Se había puesto una blusa blanca y una falda de color azul cielo, unas pantimedias de color blanco y unos botines con tacón de color crema, al igual que su cárdigan (http://www.polyvore.com/sweet_girl/set?id=53766027).
—¿A dónde vas?
—A caminar por ahí. ¿Vienen?—ella deseó que dijeran que no.
—No, no vengas muy tarde y lleva tu celular.
—Sí mami—dejó un beso en la mejilla de Isaac y salió colgándose la correa de su cámara al cuello.
No sabía la verdadera razón de por qué aquel sentimiento. Además, ella ni sabía si vivía cerca, o si se lo toparía. Desechando la idea de la posibilidad de volverlo a ver, comenzó a tomar fotos. No era que se iba a dedicar a eso, pero era una especie de hobbie para ella. Algo para matar el tiempo. Además, tenía buenas fotos para su blog. Ella le tomaba unas fotos a unos pajaritos en una fuente en el parque por el que cruzaron la tarde pasada. Y casi tenía la toma, cuando algo espantó a las aves y volaron. Ella notó una sombra en el agua frente a ella y se giró, casi cayéndose hacia la fuente por el susto.
—Lo siento, no pretendíamos asustarte—sonrió el chico de rizos y ojos verdes.—Harry—le tendió la mano y ella la estrechó.
—Mikayla… sólo Kayla o Kay—sonrió ella.—Hola Louis—ella sonrió con tan solo ver su cara.
—Hola—sonrió el también. Harry codeó las costillas de Louis y este sacudió la cabeza levemente—. Los chicos de antes… ¿son tus hermanos?
—Sí, lamentablemente—ella se encogió de hombros y sonrió—. ¿Por qué?
—Bueno, a un amigo le faltan jugadores para un partido amistoso de baloncesto, así que espero que tus hermanos sepan jugar…—Harry habló. A pesar de que ya no era necesario el plan ya que se la habían encontrado por casualidad de la vida en el parque de camino a la única casa que había estado en venta, él le había dicho a Liam que le llevaría jugadores.
—Sí claro…—Kayla le indicó la dirección de la casa a Harry y llamó a sus hermanos para avisarles. Luego de colgar y guardar su teléfono en el bolsillo de su falda volvió a mirar a los dos chicos sumamente atractivos frente a ella.
—¿Irás a verlos?
—Está bien—ella se encogió de hombros.
—Pues ve con Louis, yo iré a buscar a tus hermanos—Harry se alejó con una sonrisa, dejándolos solos.
—¿Vamos?—preguntó Louis con una sonrisa de lado.
—Claro—ella metió las manos dentro de los bolsillos de su cárdigan.
—No eres de por aquí—no era una pregunta, más bien lo afirmaba.
—Vengo de Australia. Todos lo preguntan por nuestra piel bronceada y eso—ella rió—. Dentro de un par de días volveré a estar tan pálida como siempre he sido.
—Ya veo… debe haber hermosas playas y eso.
—Sí. Dos días y ya extraño eso. Las grandes olas, el sol. Ahora mi tabla estará en algún lado en el sótano cubriéndose de polvo.
—¿Surfeas?
—Sí—ella asintió.
—Aunque no parezca, yo también, un poco, pero algo es algo—él rió.
—¿En serio?
—Sí, de veras.
—Eso tengo que verlo…
—¿Qué? ¿No me crees?—él se puso una mano en el pecho, haciéndose el ofendido.
—No te ofendas, pero no—ella rió ante su expresión.
—¿A qué escuela asistirás? Pronto empezará el semestre.
—Al St. Patrick’s High School.
—Tal parece que estaremos juntos—sonrió Louis mirando hacia el frente.
—¿En serio? Me alegro, al menos conoceré a alguien y no me sentiré como el bicho raro.
—No te preocupes, yo seré tu guía en tu primer día—sus miradas se cruzaron por unos segundos y los rieron entre dientes, verdaderamente alegres por la compañía del otro.

—¡Louis sal de mi cabeza!—exclamó ella mientras reía como tonta abrazando una almohada. Recordó la conversación que tuvieron en la tarde antes de que se fuera de vuelta a casa con sus hermanos.
—¿Kayla?
—¿Sí?—ella lo miró, y a él le pareció hermosa la manera en la que sus largas pestañas le daban un toque angelical a sus hermosos ojos verdes y la forma en la que jugaba con su cabello.
—¿Haces algo mañana?
—Eh… creo que no.
—¿Quieres salir por ahí?
—Claro—ella sonrió, sintiéndose feliz y para nada incómoda ante la invitación.
—Perfecto, pasaré por ti a las tres.
Los dos se trataban de una manera única. No se sentían incómodos ni nada por el estilo. Hablaban con total soltura y comodidad, como si se conocieran de hace tiempo atrás. Los dos tenían esa mirada brillante cuando hablaban, y se sentían realmente bien. Y a pesar del muy poquísimo tiempo, se consideraban muy amigos. Pero Louis todavía no le había contado que él ya estaba ocupado, aumentando así las ilusiones que Mikayla negaba tener con él.

Al día siguiente, se fue con sus padres y sus hermanos a terminar de comprar lo que faltaba para sus habitaciones, y por supuesto a hacer los trámites restantes para la escuela, comprar los demás materiales, uniforme y toda esa cosa que a ellos les parecía aburrida.
—Dios, necesito una fiesta—se quejó Isaac cuando sus padres fueron a ver otra lámpara en la tienda.
—Tú necesitas una novia—le corrigió su hermana mirando unas cortinas que le pareció perfecta para su habitación.—¿Qué pasó con Dianne?—preguntó.
—Se acostó con Caleb—Caleb era uno de los amigos de Isaac, el mismo a quien Vicky había insultado antes—, y luego le echó la culpa a él. Se hizo la víctima.
—Siempre te he dicho que ella era una perra. Solo se abre de piernas pero como nadie le hace caso a Kayla… que se joda ella—ella lo miró con las cejas alzadas y le sonrió de lado.
—Sí, como sea. Hasta miraba y le coqueteaba a Kyle. Por Dios, ¡a Kyle!
—¿Qué quieres decir tú con eso?—Kyle lo miró cruzándose de brazos. Y con tan solo quince años, era todo un adonis, incluso, era de la misma altura que su hermana, un poco más alto quizás.
—Mi novia coqueteando con un niño tres años menor que ella no es muy agradable que digamos.
La compra siguió y ellos cada vez morían más del aburrimiento. Luego de llegar a su casa, ahí se quedaron, viendo películas en la nueva plasma mientras hombres entraban y salían metiendo los nuevos muebles y su madre volaba de un lugar a otro dando indicaciones, mientras los tres hijos estaban ajenos a todo peleando por las palomitas.
Kyle quería volver a ver a Chloe. Así que al finalizar la película, se adueñó del teléfono y la llamó, colocando una sonrisa estúpida en su rostro. Isaac se quedó dormido sobre el regazo de su hermana mientras ella acariciaba suavemente su cabello color bronce como el de ella distraída, pensando en un chico en particular con ojos entre verdes y azules. Quería llamarlo, pero no quería parecer desesperada, quería verlo y hablar con el de cualquier tontería.

—¿Louis? ¿Estás en este mundo?
—No Eleanor, la verdad es que no—respondió siempre sincero mientras seguía mirando por la ventana, con esos ojos verdes brillantes tatuados en su mente.

por ***Free Yourself*** Lun 23 Jul 2012, 5:41 pm

Me gusta. La comencé a leer el otro día , pero no podía comentar. síguela.

Pd: puedes decirme Free. Tienes que seguirla!

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