"El Trato" - Joe y tu Terminada

Nombre:El Trato
Autor:Nani jonas
Adaptacion:Si (Desconocido)
Genero:Romantica, tiene partes Hot
Advertencias:No por mi parte
Otras paginas: No

Hola me llamo Fernanda pero si quieren me pueden decir Nani me gustaria aclarar qe la nove
NO ES MIA pero me gusta mucho y me gustaria compartirla con ustedes bueno espero qe les
guste tanto como ami

-Te tengo un trato si lo aceptas, tu hermano no irá a la cárcel.
-¿Qué tipo de trato? preguntó ________, retorciéndose las manos, nerviosamente.

-Has de acostarte con un rico empresario, solo satisfazlo, y tu hermano será libre.

Un trato, solo un trato, solo acostarse con ese hombre, y su hermano se libraría de todo mal.

Desesperadamente, aceptó.

¿Y ahora? ¿Qué se suponía que debía de hacer? Había aceptado un sin sentido, había sobrepasado todos los límites al aceptar aquello, pero todo fuera por su familia

Lo que ella no sabía, era con lo que se iba a encontrar al llegar a Londres y mucho menos, lo que le deparaba el destino.

Prólogo

________ miró su maleta, y cerró los ojos.

-Acepto -el sonido de su voz retumbaba en su cabeza.

Había aceptado. Gerardo la había mirado con una sonrisa y se había puesto de pie rápidamente, aunque con lentitud, mostrando quien mandaba allí.

-Bien te recogerán nada más llegar allí, no te metas en su cama, deja que él mande, deja que él decida. Nosotros le hemos dicho que eres buena, no nos decepciones.

Quiso reír. ¿Qué era buena? Pero si era virgen

No era una mojigata, pues sabía del tema, había leído mucho y estaba informada. Pero eso no la ayudaba a asimilar lo que se le venía encima: había aceptado acostarse con un completo desconocido.

No sabía como sería. Podría ser calvo y gordo, un bruto que hiciera de su primera vez un trauma. También podría ser una persona tierna, que al verla reacia la dejara ir. Pero sabía que no había muchos hombres que dejaran escapar lo que tenían.

Por lo menos rogaba que no se diera cuenta de su inexperiencia, esperaba no cometer errores, y mandar a su hermano a la cárcel

Jesse era un peligro andante, con tan solo diecinueve años se había metido en más líos que la mayoría de esos jóvenes juntos. Por los pelos siempre había conseguido escapar, pero la gota que hizo que el vaso se derramara, fue cuando lo pillaron bebido, conduciendo un coche robado. Un coche robado a un importante empresario.

________ había ido a rogarles. Y él susodicho empresario, después de mirarla de arriba hacía abajo, le había soltado aquella bomba llamada trato.

Pero antes había dicho una palabra que la había echo sentirse poca cosa.

-Servirás -solo una palabra, una palabra que había echo su corazón encogerse. Y sentirse como si no fuera nadie.


Lo había seguido a un hermoso despacho, tan hermoso y deslumbrante que hacía que una persona se sintiera pequeña, cualquier movimiento estaba echo con sumo cuidado, pues no quería cargar con un objeto roto, bastante tenía ya.

-Bien, eh

-________ dijo ella.

-_________ ¿has dicho que harías cualquier cosa por tu hermano, verdad?

-Lo que sea dijo ella, asintiendo.

-¿Viajarías por él?

-¿Viajar? ¿Cómo? No entiendo.

-Verás te propongo un trato.

-¿Có cómo?

-Te tengo un trato si lo aceptas, tu hermano no irá a la cárcel.

-¿Qué tipo de trato? preguntó ______, retorciéndose las manos, nerviosamente.

-Has de acostarte con un rico empresario, solo satisfazlo, y tu hermano será libre.

-¿Cómo? preguntó ella poniéndose de pié, sintiéndose ofendida.

-No te alteres, muchacha sonrió el tipo- Piénsalo; solo una noche, y tu hermano se librará de todo culpa. No lo acusaremos de nada.

-¿Y cómo puedo estar segura? preguntó desconfiada.

-Firmaremos un contrato

-Un un contrato el viejo asintió.

-Firmaremos, si tu cumples con tu parte, yo cumpliré la mía, retiraré todos los cargos, tu delincuente hermano quedará libre solo tendrías que estar una noche.

-Una noche ¿y vendría de regreso?

-Claro te daré los pasajes, de ida y vuelta.

«Solo una noche» reflexionó ella. Su virginidad no era importante si alguna vez lo había sido ese día había pasado a la historia, tenía tan poco tiempo en su vida, que no creía encontrar al hombre de sus sueños por la calle, así que ¿qué mas le daba?

-Nada más me acuesto con él, y mi hermano será libre. Se quedará sin cargo alguno.

-Deberás compartir la noche con él lo que te pida, deberás de dárselo cumple, y tu hermano será libre. ¿Qué dices?

Pensó en su padre, quien sufría del corazón, su pobre madre quien pasaba sus días al cuidado de su amado esposo, una disgusto más, y él podría sufrir un nuevo ataque, su madre moriría de pena Recordó la cara avergonzada de su hermano, cuando había ido a pedirle ayuda.

Alzó la cabeza, con ojos decididos, y los clavó en los de aquel hombre, quien sonreía ya victorioso.

-Acepto - dijo.

_______ cerró la maleta, y sus ojos ardieron de rabia. No tenía idea de lo que sucedería. Pero todo fuera por el bien de su familia.

-Señor Jonas -susurró ella cogiendo fuerzas- allá voy.

Estare esperando sus comentarios :D

SIGUELAAA!"!!!""" :lol!: primera lectoraa :) Asi qee siguela quiero saber qe onda qe pex con su vida quien sera ese wuiro qe qitara la virginidad D: CIELOS me emociono jajaj sigueee plizz :sad: :sad: :hug: :hug: :hug: :grupo:

Rachel Lovebug escribió:SIGUELAAA!"!!!""" :lol!: primera lectoraa :) Asi qee siguela quiero saber qe onda qe pex con su vida quien sera ese wuiro qe qitara la virginidad D: CIELOS me emociono jajaj sigueee plizz :sad: :sad: :hug: :hug: :hug: :grupo:

ai mi primera Lectora Bienvenida jajaja el primer cap esta dedicado a ti ;)

AWWWW me emociono jajaa sigueela plisss :sad: y graciass aqi estaremos siguiendo la novee hahah :D Ujuuu! :hug:

Capitulo 1



Bajó de la limusina para encontrarse con una enorme casa, sus ojos se abrieron asombrados, y con timidez, agarró su pequeña maleta, había metido en ella varias prendas pues no sabía cual iba a utilizar finalmente.

«Solo satisfazlo»

«Lo que te pida, deberás dárselo»

Nada, no sabía nada… por ello mismo había llenado su maleta, no olvidándose de su billete que le garantizaba la vuelta al día siguiente. Solo un día, un día y todo mal sería alejado de su familia. Solo un día.

Solo su virginidad.

Sacudió la cabeza y echó a un lado ese estúpido pensamiento, su virginidad no era nada importante… prefería liberarse de ella, y no mantenerla siempre intacta, pues veintitrés años ya era buena edad para dejar de ser virgen.

Fuera como fuese.

-Señorita sígame…

La voz de un hombre mayor la sacó de su ensoñación, el mismo hombre le quitó su maleta, y comenzó a caminar. «Ni voz ni voto» pensó «A sus órdenes, mi capitán» Siguió a aquel hombre hasta una enorme habitación, la cual le informó que era suya… hasta que «el señor» volviera.

El señor… ¿Cómo sería?

No tenía idea alguna, su nombre era lo único que tenía y porque David se lo había dicho.

-La cena será a las ocho… -dijo el hombre- a esa hora volverá el señor, por lo demás, puede hacer lo que usted guste… -la informó.

_____ asintió, incapaz de emitir sonido alguno.

Observó las cuatro paredes de la habitación y quedó totalmente asombrada, aquel cuarto era muy amplio y luminoso, una gran cama se encontraba en el centro, todo decorado con tonos pasteles y crema…

Se acercó al armario y lo abrió encontrándoselo vacío, vaciló entre meter su ropa o no, al final metió la maleta en un hueco, no la pensaba deshacer, total, se iba a marchar bien pronto…

Se dejó caer sobre el cómodo colchón, y después de un rato de silencio, decidió que se daría una ducha antes de vagar un poco por la enorme casa…

Estaba nerviosa, tanto que le temblaba su cuerpo al completo, no se sentía con fuerzas, y necesitaba para lo que iba a suceder…

Poniéndose en pie, se puso a buscar el baño, salió de la habitación, y tras varias puertas, llamó al hombre que la había ayudado, este le mostró el baño en su propia habitación, haciendo que ella se sonrojara.

-Gracias –dijo, y se escondió en el interior del baño, armándose de fuerzas, mientras abría el grifo del agua- un día… -se recordó.



Joseph colgó el auricular del teléfono enfadado, no daba crédito a lo que pasaba.

Todo iba de mal en peor.

Empezando por unas malas reuniones que habían acabado en discusiones, y ahora estaba el hecho, de que la chica que solía mandarle su tío David cada mes, estaba en su casa. ¡En su casa! Maldito fuera todo…

Normalmente la alojaban en un hotel, hasta que él iba. Pero ese día no había podido ser… y la habían llevado a su casa.

Por suerte la despacharía pronto.

Tendría que hablar con su tío de una vez por todas. David, hermano de su madre, acostumbraba a mandarle cada mes una mujer diferente, con la intención de mantenerlo contento, y que así, él siguiera invirtiendo en su empresa.

Lo que su tío no sabía, era que él no se acostaba con ninguna de las mujeres que él le mandaba. No porque no le gustaran, si no porque se consideraba lo bastante hombre, como para conseguir a una mujer por si solo, siempre y cuando le apeteciera tenerla.

Dejaba que su tío se contentara suponiendo que él las aceptaba con gusto… aunque no fuera cierto. Lo normal era que se presentara en el hotel donde estaban ellas. Siempre desvestidas y dispuestas. Y las despachara, con cortesía.

A veces habían sido una tentación, pues todas solían ser guapas, con buen busto y largas piernas que no se molestaban en tapar.

Pero al recordar, hacía que su cuerpo se congelara y que ninguno de sus músculos se moviera.

Las invitaba a una copa, se excusaba, y poco después ellas estaban de vuelta en sus respectivas casas…

Y pensaba hacer lo mismo con aquella chica, sobre todo teniendo en cuenta que no lo esperaba en un hotel, si no en su propia casa, en aquella a la que no asistían las mujeres.

Su casa era su lugar, donde podía descansar con tranquilidad, el cual no mostraba a nadie que no fuera un familiar… o un amigo íntimo.

Salió de su despacho con la mente embotada, buscaba las palabras apropiadas para liberarse de aquella mujer. Si hubiera estado en el hotel no le importaría que pasara la noche, pero en su casa no. Y cuanto antes la echara mejor.

Se montó en su coche y encendió el motor.

Ya tenía las palabras, solo quedaba decirlas.

_______ suspiró un poco más tranquila, en las pocas horas que llevaba allí había descubierto que las personas que trabajaban en la casa eran muy amables, también había descubierto que la casa era preciosa y nada intimidante, de hecho se había descubierto pensando en lo que sería vivir allí…

Hasta que había caído en la cuenta, de quien era la casa. Entonces, y solo entonces, todos sus planes se habían desbordado.

Había tenido tanto tiempo para pensar, que se había planteado huir y no cumplir con su propósito, tal vez, con mucha suerte, aquel hombre no diría nada, y todo estaría bien… aunque veía aquello muy poco probable, y también estaba el echo de que le picaba la curiosidad…

Le habían dicho que el señor Jonas era todo un caballero, amabilidad y encanto.

Pero ¿Qué clase de hombre aceptaba que le mandaran a una mujer para acostarse con ella?

Desde luego no un hombre normal, pues estos se buscaban sus propios ligues, y no se los encontraban en sus camas.

Quizás era feo y por ello no podía encontrar una mujer, y con dinero…

Su cuerpo se estremeció ante el pensamiento, era mejor alejarlo, pues ella misma se estaba vendiendo. No por dinero. Pero si estaba anteponiendo mucho de ella, por su familia.

Quizás no mereciera el sacrificio, quizás debería irse, y dejar… que su padre sufriera otro ataque.

El corazón se le encogió y un fuerte nudo le presionó el estómago. Jamás haría eso. Jamás dejaría que su padre sufriese, su padre era el principio de la lista, pues si él sufría lo hacía su madre, y ella a consecuencia, y su hermano…

Su hermano… cuando eso acabase, hablaría muy seriamente con él, no pensaba volver a salvarle el pellejo, lo mandaría a algún lugar, lo enseñaría a cuidarse, le daría una charla, por más que él pareciera reacio, se la pensaba dar completa.

Ya había sacrificado mucho por su familia, casi ni había tenido vida propia, siempre todo ante ella.

Y cansaba, tanto, que de vez en cuando deseaba fugarse y desparecer.

Veces como aquella…

Solo esperaba que la noche pasara rápidamente y no pasarlo muy mal.

Alzó la vista de la mesa, y dejo su mirada perdida, ¿Cómo sería él?

¿Qué aspecto tendría?

¿Sería un estúpido que la trataría como una prostituta barata?

Solo quedaba rogarle al silencio…

Él la miraba, atentamente.

Sin que ella se diese cuenta. Estaba tan absorta en sus propios pensamientos que no se había percatado de su presencia. Desde la puerta Joe pudo observar y analizar a la mujer que estaba sentada en el sofá de su casa.

Para comenzar, no era de las que acostumbraba a mandar su tío.

Ésta no era morena… no estaba maquillada, ni arreglada.

De hecho, estaba vestida con unos pantalones hasta la rodilla, y una sencilla camiseta rosa que marcaba sus redondeados y bien formados pechos.

Pudo notar como su cuerpo reaccionaba ante su propia observación y luchó por controlarse, no era la primera vez que se excitaba al ver una mujer… si era la primera vez que le sucedía de inmediato, pero eso tenía una explicación, o eso supuso.

Siguió mirándola, su mirada estaba perdida, su cabello era una cascada de rizos rubios que caían por su espalda, estaban medio recogidos con un pasador en forma de mariposa, de pronto se imaginó soltándolo, y entrelazando los dedos por aquel sedoso pelo… para atrapar su cabeza, y juntar sus labios a los de ella, tan tiernos y deliciosos… tan jugosos.

De pronto carraspeó, pues la reacción de su cuerpo no era normal, y menos para aquel momento en el que se disponía a echarla.

________se giró violentamente.

Y él pudo observar sus ojos brillantes… e inocentes.

Una oleada de deseo lo recorrió, esta vez más fuerte, más potente. Deseaba abrazarla y llevarla a su habitación, hacerla suya hasta quedar exhaustos.

Ella seguía mirándolo, pegada al extremo del sofá, parecía… temerosa. Se acercó y se sentó en el sofá, su sofá, de su casa, de donde pensaba echarla.

-Hola –dijo a modo de saludo.

-Ho… hola –tartamudeó ella, cautivándolo con su suave voz.

-¿Tu nombre es? –preguntó con sequedad, luchando contra sus emociones.

-________… -dijo ella. Y analizó al hombre que tenía en frente, la atemorizaba su mirada profunda y fría. Sin embargo, observó que era muy guapo y sexy.

-Bien, _______. Soy Joseph, y tenemos que hablar.

¿Joseph?

¿Joseph Jonas?

¿El mismo con el que debía de acostarse esa noche? Un calor extraño la recorrió, y sus mejillas se tiñeron de escarlata. Justo en ese momento, en ese preciso momento en el cual la vio sonrojarse, una frase se posó en la mente de Joe:

«Vas a ser mía»

Chicas perdon por los errores esqe soy nueva en esto :oops:

Espero les guste :D

aqi les dejo el link de mi otra novela porsi qieren pasarse :D
Playing for everything:
https://onlywn.activoforo.com/t7327-playing-for-everything-joe-y-tu

CIELOS ME EMOCIONEE :lol: siguelaa pronto es qe Cielos iguaaal lo mismo piensoo imaginence acostarse con un no tan desconocido asi de Sexy y digo qe riesgoss es perder tu virginidad no sabes con qe tipo de persona te encontraras! siguelaaa :sad:

me alegra qe te guste la nove y sobre todo gracias por pasarte :D

Love Slayer (Mily) escribió:

Aquiii yo presente ahaha te dije que iba a pasar bueno tienes que seguirla mi viddaaa por fisss Tkm

gracias por pasarte corazon espero te siga gustando

Fiel lectora!
Siguelaaaaaaaa
me gusta la nove siguela xfa

damned escribió: Fiel lectora!
Siguelaaaaaaaa
me gusta la nove siguela xfa

bienvenida qe bueno qe te guste la nove
si pasan de pagina les subo el sgundo
cap

Bueno chicas la verdad nose si pueda subirles mañana asi qe
aqi les dejo el segundo cap

Capitulo 2



_______ miró con desconcierto los dos ojos marrones que la miraban con atención. Sentía que podía ahogarse en ellos y descubrió que no le importaba en absoluto. Parpadeó intentando despejar su mente sin mucho éxito. Pues aquel apuesto y sexy hombre la seguía mirando con intensidad. Intentó carraspear para romper el encanto del momento, y descubrió que su garganta no quería colaborar en el acto, pues no emitía sonido alguno.

Él tragó saliva e intentó que su mente embotada comenzara a funcionar, podía decir que no le hacía mucho caso, más bien ninguno. Pues seguía imaginando la sensación de sus dedos entre el suave pelo femenino. Lo que sentiría al unir sus labios contra los de aquella desconocida y saborear el interior de esa apetecible boca…

Carraspeó y analizó las palabras que iba a decir a continuación. Esas palabras que harían a aquella mujer irse de allí. Abrió la boca y dejó las palabras salir…

-Creo que no he sido muy amable. Encantado, _______… -dijo extendiendo la mano.

No. Aquello no era lo que iba a decir. Su subconsciente le había jugado una mala pasada, pero pronto se desharía de ella.

La chica bajó la vista hacía la mano que Joe tenía extendida hacía ella. Estaba vacilando entre aceptarla o no. Realmente no quería tocarlo, ya estaba descontenta con la reacción de su cuerpo, podía notar como le ardían las mejillas, y su cuerpo estaba alerta, con todas las sensaciones a flor de piel. Alzó la vista, y pudo ver como él la seguía observando con mucha atención. Suspiró y aceptó la mano.

-Igualmente –contestó.

De pronto se sintió atrapada, Joe tenía su mano sujeta con fuerza, pero con ternura, la acariciaba con sus dedos, mientras ella sentía su piel hormiguear. Tiró para liberarse, pero él la tuvo presa, bajó la vista hasta su mano atrapada, y un nudo se le hizo en el estómago al ver como él inclinaba la cabeza, y posaba sus labios sobre su mano… un calor intenso la recorrió.

Todo era tan… extraño. Joe no comprendía que le sucedía, tan solo sabía que no quería liberar aquella mano… tan suave y frágil… la sensación de aquella piel contra sus labios no tenía definición, quería tenerla sujeta por mucho más. Pero entonces vio la mirada de confusión de la chica y con lentitud la dejó ir.

-Bueno… creo que tenemos que hablar –murmuró.

Ahora si, era el momento de decirle que se fuera, y cuanto más lejos mejor.

-Lo que usted diga… -susurró ella. No entendía porque su cuerpo reaccionaba de aquel modo, todo en él era puro hipnotismo.

-No me trates de usted, aún no estoy hecho un anciano –dijo él contrariado.

_______ sonrió, y a él se le anudó el estómago, un nudo que lo incomodaba. Debía reconocer que tenía una bonita sonrisa, preciosa.

-Verás, ________… -era el momento- Creo que será mejor…

Ella agachó la cabeza.

Se lo vería venir «Creo que será mejor… que nos vayamos directamente a la cama»

Y ella tendría que callarse, y dejar que ese hombre la desnudara… que sus labios recorrieran su cuerpo, que la besara y acariciara.

Una oleada de deseo recorrió el cuerpo de la chica, un calor húmedo se alojó en su entrepierna, y notó como se le hinchaban los senos… quiso cruzar los brazos pero se abstuvo.

«Venga» pensó «Dilo ya» Su pensamiento era áspero, intentaba repudiarlo, pero su yo interno se negaba a ello.

-¿Te apetece que vayamos a cenar en vez de quedarnos en la casa…?

Joe no se creía que aquella pregunta hubiera salido de su boca, no se lo creía. Tenía las palabras que quería decir en la punta de la lengua «Siento haberte echo venir… pero tengo una reunión importante, será mejor que vuelvas a casa. Gracias de todas formas» Por ejemplo…

Sin embargo, por más que intentara decirlas, nada. No salían. Siempre cambiaban en el último momento. Y más, al mirarla, su mirada que se perdía de vez en cuando, haciendo que él quisiera rescatarla de allá donde estuviera.

-Como usted…

-¿Qué he dicho? –la interrumpió.

_______ sonrió y se atemorizó, «lo que quieras, deberás dárselo…» ¿Le pasaría un informe de cómo se había comportado? La pregunta irónica cruzó por su mente. Miró con decisión los ojos de Joe.

-Lo que quieras, no decido.

-Si te pregunto es por algo, ¿no crees? –preguntó con sequedad. No le gustaba la actitud de mártir que tenía la chica.

«No decido» Le había faltado tan solo la palabra «amo»

-Lo sien…

-¡No me pidas disculpas! -¿pero que era aquello? Lo trataba como si fuera su superior- ¿Pero que crees que porque te mande mi tío soy tu jefe? .
Las palabras fueron un jarro de agua fría. _______ lo miró mientras sus ojos se congelaban. El recordatorio no estaba mal, ciertamente ella estaba trabajando. Más o menos.

-Se podría llamar trabajo… -contestó ella, con aspereza.

-Me da igual como lo quieras llamar. Ahora tan solo somos dos personas; tú y yo.

-Si ya…

-No me gusta el sarcasmo –la advirtió él.
-Y a mi no me gustas tú –escupió ella sin pensar, para arrepentirse rapidamente.

-¡Pues ya sabes donde está la puerta! –exclamó Joe.

No se lo creía. No se creía aquella situación, pero en parte la agradecía, con un poco de suerte, ella se daría media vuelta y saldría de su casa, ahorrándole todo.

Y una extraña sensación lo invadió al imaginársela irse…

______ suspiró. La oportunidad en bandeja de plata; podría decirle a David que él la había echado. Y claro, entonces, él mandaría a su hermano a la cárcel.

«¿Pero que crees que porque te mande mi tío soy tu jefe?»

Su tío…

-¿David es tu tío? –preguntó de pronto.

Él la miró, con recelo, con rabia. Estaba enfadado.

-Si… -dijo- hermano de mi madre

Eso último no había sido previsto, no tenía que darle ninguna explicación a esa mujer, no la conocía, no sabía nada de ella. Sin embargo lo excitaba como nadie…

-Ah…

-Bueno –dijo él- ¿Qué va a ser? ¿otra tanda de idio*teces, o me vas a decir si quieres cenar, o si por lo contrario prefieres que te lleve directamente a la cama?

______ se sonrojó. Muy violentamente. Y a él le encantó.

-Yo…

-Perdona, tuve un mal día –dijo él, excusándose sin saber porque lo hacía exactamente.

-Fue… no debía decirte eso, lo siento.

-No pasa nada. ¿Y entonces…?

-¿Podemos ir a cenar? –preguntó suavemente.

-Claro –contestó él -_____ se giró- ¿No quieres saber la hora a la que te recojo? –su voz la detuvo.

-Las ocho… -dijo sin girarse.

-¿Cómo…?

-Me lo dijo tu mayordomo –respondió imaginándose su pregunta.

-Ah…

_______ estaba dispuesta a irse. Pero de pronto se giró.

-¿Podría… podría pedirte un favor? –tartamudeó.

-Eh… si, claro –Joe vaciló. ¿Le pediría joyas o algo así?

-Podríamos… bueno, ¿Podríamos ir a cenar a un lugar sencillo? Nada de lujos… por favor, si no es mucho pedir.

La incredulidad se reflejó en la cara de Joe. Ella lo miraba, casi suplicante.

-Claro… si es lo que quieres.

-Lo agradecería mucho -murmuró

-Está bien, de todas formas no tenía reserva en ningún lado.

-Gracias, estaré puntual.

-Bien.

_____ subió las escaleras a punta de pistola, sus piernas flaqueaban, temblaban como si fueran de gelatina. Rápidamente llegó a su habitación… bueno, en la que estaban sus cosas, y se tiró en la cama. Tenía que reunir muchas fuerzas para esa noche. Muchas, muchas fuerzas.


Joe miraba a la nada… su mirada estaba perdida, y en su mente estaba intacto el rostro angelical de la mujer que estaba en el piso superior. Sabía que de angelical no debía tener mucho, solo su rostro… y sus ojos… Pero nada más.

No sabía que lo había poseído, algo había sido, pues de pronto había cambiado de opinión respecto a todo. Había dejado a un lado su orgullo, y había aceptado “la mujer” que le había enviado su tío… probablemente después se arrepintiría. Pero en ese momento le importaba muy poco, tan solo quería disfrutar de ella…

Aún no se creía que le hubiese pedido ir a un lugar sencillo. Normalmente eran mujeres ambiciosas lo que cruzaban por su vida. Y siempre las despachaba lo más rápido posible.

Sin embargo… ese no era el caso.

Pensaba disfrutar de ella. Luego la mandaría de nuevo a su casa.

Eso haría.

Recordando los ojos de la chica, pensó, que por primera vez, debería de darle a su tío las gracias por algo…

Después, estampó el vaso de coñac contra la chimenea

Espero qe les aya gustado :D

:sad: m.a.ñ.a.n.a N.O. A.B.R.A¡???????????????? :crybaby: SIGUELA QUE AMO TU NOVEE PLIZZZ NECESITO MASSSS :caliente2: :crybaby: