Amantes [Nick&Tu] Adaptacion [Terminada]

♫☆ANDY JONAS☆♪ escribió:nueva lektora!!!
esta genial la nove!! solo q no me gusta la actitud d nick es feo y grosero y solo lastima a la rayis pero bueno espero y todo se arregle
siguela!!!

bieenvenida :D

ivana-ilove escribió:NUEVA LECTORAAAAAAA
ME LLAMO IVANA
adore esta nove esta super me encanta
a que tonta la rayis como no le va a decir a nick lo de su enfermedad no ve que el la ama??
pero que se puede hacer
please sigueeee

Bienvenida! :D

Chicas ya les suo cap :D

Capitulo Dos
tercera Parte

_______ sabía que era una batalla perdida. Sus labios eran cálidos, firmes y sensuales sobre los suyos, e instintivamente comprendió que buscaba minar su resistencia con la persuasión y no por la fuerza. Ya no la quería. Se trataba de una cruel venganza, y la dejaría sin pensárselo dos veces en cuanto aquello terminase.
-Podría matarte par lo que has hecho... -dijo en un horripilante susurro contra la nívea columna de su cuello mientras gemía su nombre y volvía a devorar sus labios con un beso interminable.
_____ no tenía fuerzas para ocultar los estremecimientos que la recorrían, el roce, el sabor de su cuerpo eran deliciosos, y se sintió embriagada por el placer de sus caricias. Sabía que debía seguir luchando, que era una locura rodearle el cuello con los brazos y devolverle los besos con apasionado deseo, pero, para su sorpresa, eso era exactamente lo que estaba haciendo.
Sin saber cómo, la delgada chaqueta que llevaba puesta había caído a sus pies, y las manos de Nick acariciaban su piel sedosa bajo la blusa abierta, moldeando con delicadeza pero firmemente la suave redondez de sus senos. Protestó un instante cuando su cabeza descendió para tomar posesión de lo que sus manos habían encontrado, y después, se perdió completamente en las sensaciones que suscitaban sus labios. Lo amaba tanto, pero no, no podía...
-¿_______?
La voz de la señora Cox cortó la escena como si de un afilado espadín se tratase.
-¿Eres tú, _____? He oído un ruido...
Estaban ocultos tras el abundante follaje del jardín, pero Nick se puso rígido y, cuando sus manos y sus labios se paralizaron, ______ sintió que un diluvio de agua helada corría por sus venas. Vio lo desaliñada que estaba. ¡En qué habría estado pensando! Y con voz suave, agradable y el tono justo de sentirse avergonzada para despertar los instintos maternales de una anciana, contestó:
-Soy yo, _____, señora... Cox.
Nick salió de las sombras y se acercó hasta el haz de luz que salía de la puerta delantera, que estaba abierta.
-He acompañado a ______ a casa, señora Cox. Sólo estábamos dándonos las buenas noches.
-¿Es eso cierto? -dijo la señora Cox con la voz tensa por la sorpresa-. Entonces, ¿dónde está?
-Aquí, señora Cox.
______ salió de las sombras con la ropa bien puesta mientras simulaba que se estaba colocando el pelo en su sitio.
-¿Lo conoces?
La bajita y rolliza mujer hizo un ademán en dirección a la enorme figura masculina de Nick, que le sacaba más de treinta centímetros. Parecía una gallina pequeña y regordeta dispuesta a encararse con un intruso que hubiese asustado a uno de sus polluelos.
-Es un viejo amigo, señora Cox -dijo ______ con las mejillas tan encendidas que le dolían, pero tuvo el cuidado de mantenerse apartada de la luz-. Ha venido a verme desde Londres.
-No, eso no es del todo cierto, señora Cox -dijo Nick con voz extremadamente agradable y cálida, y una expresión de candor tan inocente que a ______ le dieron ganas de golpearle con violencia-. En realidad, soy el marido de ______, aunque nos separamos hace tres meses- añadió con el suficiente tono de lástima como para hacer evidente quién había dejado a quién.
-Ya entiendo. Bueno, eso no es asunto mío -dijo la señora Cox con voz rígida, pero incluso desde donde estaba, ______ pudo apreciar cómo el rostro de la pequeña mujer se había dulcificado y sus brillantes ojos redondos miraban a Nicks más cálidamente. ¿Pero la señora Cox no iba a sucumbir ante una conducta tan simple...?
-Tal vez quiera entrar y tomar un té antes de marcharse -prosiguió suavemente-. Acabo de llenar la tetera.
-Es muy amable de su parte.
Nick siguió a la señora Cox hacia el interior de la casa, pero se volvió en el umbral para dejar que ______ entrase primero en el vestíbulo. Cuando ella lo miró, la expresión de su rostro era tan dura como el acero.
¿A qué venía todo aquello?, pensó con desesperación. Nunca había tomado té por propio gusto, prefería el café solo cargado. Mientras permanecía sentada junto al fuego de carbón abundantemente cubierto y escuchaba cómo Nick se metía en el bolsillo a la señora Cox, la verdad de lo que estaba tramando apareció ante sus ojos como un destello cegador. Aquél era su escondite, su refugio, y quería destruirlo. Había hablado de castigo, ¿no era así? Iba a dejar que la señora Cox y todos los que la habían ayudado en el pueblo supiesen que lo había abandonado por otro hombre pocos meses después de casarse. Aquélla era una pequeña comunidad de gran moralidad, con unas normas y códigos que se seguían tan estrictamente entonces como a principios de siglo. Continuarían tratándola con educación, pero Nick la habría catalogado de «esa» clase de mujeres, la misma que su predecesora en el restaurante, y tal vez en un día o dos, consumada la venganza, se marcharía.
Observó sus manos, que descansaban sobre los brazos del viejo sillón de cuero. El reloj de oro macizo en la muñeca bronceada, la sortija con un grueso diamante encastrado en una esquina que ella le había dado el día de su boda, todos los adornos de fabulosa riqueza que la habían rodeado desde que se conocieron por primera vez. Pero toda aquella opulencia no había servido de protección contra la implacable mano del destino. Ésa fue una de las cosas que Pilar le había reprochado aquel día, recordó sintiendo un dolor en el pecho.
-Pensabas que lo tenías todo, ¿verdad? Un millonario, y además atractivo -había dicho Pilar con la voz temblando de rabia y amargura-, pero ahora no tienes nada, hermanita, nada en absoluto. Después de todo, estás tan desnuda y desamparada como todos nosotros. Tu belleza no significará nada cuando padezcas la enfermedad. Mírame, mírame a fondo. Esta eres tú en pocos años. Y él no será capaz de hacer nada, si es lo que estás pensando. Ni con todo el dinero del mundo. Lo sé porque lo he preguntado.
El rostro atormentado de Pilar la miraba trasluciendo frustración en todos los poros de su piel.
-Pensó que se llevaba una hermosa muñequita para presumir ante todos sus amigos de la alta sociedad y, en lugar de eso, vas a ser como una piedra de molino colgada a su cuello. ¿Puedes ver lo gracioso que es, _____? ¿Puedes?
-Tu cuerpo no es lo único que está enfermo, Pilar -había susurrado _______, mientras devolvía la mirada de aquellos ojos enloquecidos. Si no hubiera sido porque su hermana estaba prisionera en su silla de ruedas, la habría abofeteado como un pequeño duende chiflado.
-¿Y tú qué sabes? -había gritado Pilar amargamente-. Siempre fuiste la preferida, tan bonita, tan perfecta. Has sido muy afortunada, haciendo siempre lo que se te antojaba, ¡no como yo!
-No es cierto -había replicado ______, deteniéndose por un momento a la entrada de la habitación de Pilar, en la vieja casa adosada del corazón de Glasgow, en Escocia. En su mano sostenía con fuerza el escalofriante informe médico que Pilar le había entregado hacia unos minutos, cuando la habla observado con satisfacción diabólica mientras asimilaba lo que en él se auguraba-. Pasé una infancia desgraciada con tía Alicia y tío Julian. Sólo he sido verdaderamente feliz después de conocer a Nick.
-Bueno, perdóname si no derramo ninguna lágrima por ti -le dijo. Había algo realmente maligno en los ojos oscuros de Pilar-. Te odio, ______. Siempre te he odiado, y moriré odiándote.
Fue entonces cuando se marchó, conmocionada y destrozada, todavía con la prueba irrecusable en sus blancas manos. Había sido un milagro volver a Londres sana y salva teniendo en cuenta cómo se sentía. Caminó dando traspiés a un hermoso jardín de la ciudad y estuvo allí sentada durante horas mientras su mente gritaba tratando de aceptar lo que había leído. Moriría en unos pocos años.
Sacudió la cabeza ciegamente. Lentamente, muy lentamente, había remarcado Pilar. Día tras día, semana tras semana, sus fuerzas menguarían mientras su cuerpo renunciaría a luchar por seguir adelante. Había roto el informe en minúsculos pedazos, pero se dio cuenta de que cada palabra estaba grabada en su memoria.
La voz grave de Nick irrumpió en sus pensamientos y volvió al presente con una ligera sacudida en el cuerpo, sorprendida de verse en la pequeña sala con los muebles viejos y pesados, y el fuego encendido.
Sí, haría cualquier cosa para ocultarle la verdad, incluso si tenía que hacer que Nick se marchase de allí aborreciendo oír su nombre.

Capitulo tres
Primera Parte

______ casi esperaba que Nick repitiese la escena del día anterior, pero al ver que no aparecía a la hora del almuerzo, en vez de tranquilizarse se puso hecha un manojo de nervios. Cada vez que oía el tintineo de la vieja campana de la puerta o una ahogada voz masculina, salía disparada hacia la cocina o daba media vuelta en el restaurante, así que, cuando a las once se dispuso a marcharse, sentía como si le estuvieran dando martillazos en la cabeza.
Al salir a la tranquila calle del pueblo, el aire fresco y dulce, impregnado de aromas de los espacios abiertos y de los cielos altos y despejados, resultó un calmante maravilloso para su acalorado metabolismo. Permaneció de pie durante un momento en el estrecho peldaño de piedra y respiró profundamente con los ojos cerrados. Al volverlos a abrir, una figura grande y oscura emergió de las sombras y empezó a caminar hacia ella al tiempo que Kevin la llamaba desde su alegre y pequeño coche Morris Minor, aparcado en la calle a unos metros de distancia.
-¿______? Estoy aquí.
_____ se sintió como atrapada en un juego, un juego macabro y retorcido. Nick se había quedado inmóvil a medio camino lanzando miradas a su rostro aterrorizado y al coche parcialmente oculto por la oscuridad.
Acto seguido, se acercó hasta el coche a la velocidad del rayo antes de que ______ pudiera reponerse lo bastante como para moverse.
-El escurridizo Kevin Davies, imagino... -dijo con una voz tan fría como el acero-. Permítame que me presente. Soy Nicholas Jonas, el marido de ______ -prosiguió. Abrió la puerta del conductor con tanta fuerza que _____ no se habría sorprendido si se hubiera quedado con ella en la mano-. Creo que hay un pequeño asunto sobre el que debemos hablar, señor Davies, si no le importa bajar del coche.
-Déjalo en paz, Nick -exclamó _____, que ya lo había alcanzado, y contemplaba asustada cómo Kevin miraba con expresión de sorpresa el rostro de Nick, inmóvil por el odio y la rabia.
-¿Que lo deje en paz?- le reprochó suavemente-. Más tarde, mucho más tarde, mi dulce e infiel esposa. Bueno, señor Davies -dijo girándose para centrarse por completo en Kevin-. ¿Va a salir de este coche voluntariamente o tengo que sacarlo por la fuerza?
-He de decir que ninguna opción me entusiasma- murmuró Kevin irónicamente, mientras levantaba la mirada al cuerpo robusto de metro ochenta de Nick-, pero si insiste, tendrá que alcanzarme las muletas que están en el asiento trasero.
-¿Qué?
Por primera vez desde que lo conocía, ______ vio a Nick momentáneamente perplejo cuando desvió la vista del rostro redondo y con gafas de Kevin al par de muletas de acero que estaban dispuestas horizontalmente en el asiento de atrás.
-Las muletas -repitió Kevin pacientemente-. Desde que me caí en picado desde una montaña hace unos meses, me resultan imprescindibles, así que si es tan amable...
-No puedo creerlo -dijo Nick, moviendo la cabeza furiosamente en dirección a _____-. ¿Este tipo va en serio?
-Lo que ha dicho es cierto -dijo ______ suavemente, mientras se tragaba el pánico-.Kevin estaba viviendo en España, es escritor, y tomó parte en una expedición a pie a las montañas junto con unos amigos. Hubo un accidente...
-No quiero saber su vida -le interrumpió mordazmente-. ¿Puede andar?
-Sí, puedo andar -dijo Kevin en tono áspero, algo inusual en él. Normalmente siempre era dulce y de trato agradable...
-Entonces, todavía quiero que salga del coche.
Mientras Nick abría la puerta trasera para pasarle las muletas a Kevin, _____ sintió cómo su estómago se le encogía. ¿Qué pretendía? ¿No iría a atacar a Kevin sabiendo que estaba herido? Miró en derredor, pero la calle oscura estaba completamente desierta.
-Bien -dijo Kevin, después de maniobrar durante unos segundos para salir del coche, y _____ supo que se sentía mal por ello. Su tez pálida había enrojecido y su cuerpo de metro setenta estaba acalorado por la aversión cuando miró directamente a Nick-. ¿De qué se trata?
-¡El inglés éste! ¿De qué demonios crees que se trata? Una pequeña cuestión de adulterio, ¿o es que vas a negarlo? -explotó de rabia Nick, mientras observaba al hombre de menor altura apoyado sobre una muleta en cada brazo.
-¿Negarlo? -preguntó Kevin con el rostro aún más enrojecido-. ¿Es que me acusas de acostarme con ______?
-Exactamente -dijo Nick con rabia-. Y créeme, si no fuese por el hecho de que eres incapaz de defenderte...
-Ya entiendo por qué _____ creyó necesario abandonarte -dijo Kevin con voz tensa-. Sólo me sorprende que tardase tres meses en darse cuenta de que había cometido un grave error. ¿Cómo te atreves...?
Sorprendentemente, mientras Kevin se enfadaba cada vez más, Nick se iba sosegando y sus rasgos sarcásticos se volvían fríos.
-Creo que dadas las circunstancias, ésa es la postura que me corresponde. ¿Desde cuándo conoces a mi mujer?- preguntó, enfatizando suavemente las dos últimas palabras con desprecio.
-Desde hace años -contestó Kevin con irritación.
-¿Podrías ser un poco más preciso?
-Nos conocimos cuando ______ estaba haciendo los exámenes de ingreso a la universidad -dijo Kevin de mal humor-. Algunos de sus compañeros tenían un apartamento junto al mío y por las noches cenábamos juntos. _____ se fue a vivir con ellos después de un tiempo, cuando le resultó imposible seguir en su casa. Nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común -añadió con una malicia desacostumbrada en él. ______ lo miró horrorizada y cerró los ojos durante una fracción de segundo. ¿Qué le pasaba? ¿Es que deseaba morir, o algo así?
-¡Qué cauteloso! -exclamó Nick, dirigiendo su afilada mirada a _____ y después de nuevo al rostro desafiante de Kevin-. ¿E imagino que vuestra relación floreció de la forma habitual?
-Eso depende de lo que usted considere normal -dijo Kevin con voz tensa-. Yo...
-Kevin vivía con su novia por aquella época- interpuso _______ desesperadamente-. Una chica muy agradable. Nos llevábamos muy bien...
Nick la silenció con una mirada furiosa antes de dirigirse a Kevin otra vez.
-¿E imagino que aquella novia pasó a la historia?
-He vivido en España durante los últimos tres años y mi vida privada no te concierne- dijo Kevin furiosamente, mientras se enderezaba y sacaba la barbilla con agresividad-. Aprecio a ______ mucho y me sentí muy honrado de que viniese a mí cuando te abandonó.
-¿De veras?
______ pensó por un momento que iba a abalanzarse contra Kevin, con las muletas y todo.
« ¿Por qué dices todo eso, Kevin?», preguntó ______ en silencio. «Dile que no te parecía bien que me ocultara de esta forma, especialmente cuando no te pude dar una buena razón para abandonar a Nick. Dile que...»
-Sí, así fue -prosiguió Kevin-. Y ahora comprendo un poco mejor por qué estaba tan disgustada y aterrorizada cuando vino a mí. ¿Se puede saber qué le hiciste?
_______ se anticipó a la reacción de Nick justo a tiempo, precipitándose entre ellos cuando Nick daba un paso adelante, con ojos de asesino. Debería haberle contado a Kevin la verdadera razón de su marcha, pero no había querido que su lástima la debilitara ni que le asaltase la autocompasión en unos momentos en los que necesitaba ser fuerte. Por eso, sólo había dicho que su matrimonio no funcionaba y Kevin, siendo como era, no había investigado. Pero había sido un grave error, y lo comprendió al oírle hablar a sus espaldas.
-Puedo cuidar de mi mismo, _____; quítate de en medio.
-Nick... por favor -dijo _____ con las manos en el pecho de Nick, mientras los ojos negros iban de uno a otro-. Por favor...

pobre chica... se me partio el corazon el leer lo que le decia Pilar a la Rayis...
Nick... Nick... por favor... dejala en paz... ella te ama por eso se fue... no la hagas sufrir mas por favor...
pero cual es la dicha enfermedad de la Rayis??? cual esesa enfermedad que tanto la atormenta???
por favor... que Nick no lastime a Kevin... el es bueno y no hizo nada... ayudo a su amiga eso es todo...
POR FAVOR QUE nICHOLAS ESCUCHE LA HISTORIA COMPLETA ANTES DE JUZGAR A LA RAYIS!!!!

aiii noo que no haga esooooo !!
no se como hace ara soportarlooo !
la enfermedad y todaviia provocando que el amor de su vida la odie :(
tristisimoo el cap
la odio a pilar ... envidiosa de quintaaaaaa
es una tontaaaa
plis....
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

ESTE HOMBRE ESTA LOCOOOOOOOOOOOOOOO !!!!!!!!!!!! NO SE QUIEN ES MAS IMBECIL DE LSO DOS :| DIOS MIO QUE ALGUIEN LOS ILUMINE Y LE DE PORLOMENOS UNA NEURONA MAS 77

por favor te digo yo a ti
plis sube otrooooo

no puedo creer que esa pilar a pesar de estar en silla de ruedas y muriendo pueda ser tan mala con ______ O.o

y odio a nicholas es un ahhh!! idiota ¬¬ si le hace algo a kevo lo mato -.-

cual es esa dichosa enfermedad? me tiene tan intrigada :S

siguela :D

ssigueeeeeeeee

pobre _______ y que hermana tan mas cruel
y luego esta nick con su temperamento
de ogro
jejejeje
siguela porfa

por dios debes seguirla lo mas rapido posibleeeeeeeeeee me fascina la nove plisssssssss

Capitulo tres
Segunda Parte

_____ no sabía qué era exactamente lo que le estaba suplicando, pero el terror de su mirada fue muy elocuente para el hombre alto y duro que estaba frente a ella.
-Al infierno con todo, y con vosotros dos -dijo suavemente y con una curiosa falta de expresión en la voz-. Si él es lo que quieres...
Se dio la vuelta bruscamente y se fue andando por la calle, deteniéndose brevemente sólo cuando Kevin le gritó, con voz furiosa:
-¡Oye, tú, no es lo que piensas!
De modo que Kevin se había percatado de la intensa agonía que se reflejaba en la mirada de Nick cuando se había girado, pensó _____.
-_______, no entiendo nada- le dijo Kevin, que había permanecido de pie a su lado durante largos minutos en la oscuridad, y en aquel momento se volvía hacia ella con el rostro redondo y agradable preocupado y enrojecido-. ¿Por qué lo abandonaste? ¿Par qué no funcionaba vuestro matrimonio? ¿Es que te golpeó?
-No -respondió ______ débilmente mientras se apoyaba sobre un muro de piedra que cercaba un jardín-. Pero no puedo contártelo, Kevin. Tuve que marcharme y no puedo volver, eso es todo.
-Está bien -replicó Kevin sacudiendo lentamente la cabeza-. Pero menudo tipo escogiste para enfrentarte a él. Le van las broncas, _______. No me cae bien.
«No lo comprendes», pensó ______ ciegamente mientras que cenaba los ojos ante la preocupación del semblante de Kevin. «No podrías ni siquiera tratar de comprender a Nick. Es cariñoso y tierno y divertido, y todo lo que cualquier mujer podría esperar de un hombre. ¿Broncas? Tal vez, pero eso estaba incluido en el lote.»
-Te llevaré a casa -dijo Kevin con voz inexpresiva.
Mientras se apoyaba en las muletas para entrar de nuevo en el coche, _______ se sintió culpable por haberlo mezclado en todo aquello. Ya tenla bastantes problemas con el tratamiento tan doloroso y agotador que estaba siguiendo para volver a valerse de nuevo de las piernas. Por eso había reaccionado violentamente a la hostilidad de Nick. Odiaba su incapacidad, su vulnerabilidad, y el enfrentamiento con Nick las había hecho patentes en toda su crudeza.
Mientras se preparaba para ir a la cama una hora más tarde, permaneció de pie durante largos minutos mirándose en el espejo de cuerpo entero del armario de su habitación. El rostro un tanto ovalado, ojos grandes de color azul violáceo y gruesas pestañas, nariz pequeña y recta y la típica tez inglesa de color crema y melocotón. No podía ser más distinta de Pilar ni queriendo. La cara algo cuadrada de su hermana estaba bordeada por pelo oscuro que no tenía el más mínimo rizo natural, y con sus ojos de color castaño oscuro era la viva imagen de su padre. ¡Si al menos no se hubiese dejado llevar por aquel loco impulso de tratar de salvar la distancia que había entre ellas! Así no habría roto el corazón de Nick ni acabado con todo lo que había de bueno entre ellos... Todavía tenía el rostro empapado en lágrimas cuando la arrastró un sueño agitado poblado de imágenes de pesadilla que se enroscaban en su cabeza una y otra vez.

No le gustaban los domingos. Al menos durante la semana, y sobre todo los sábados, estaba ocupada desde la hora del almuerzo hasta la noche, y tenía el apoyo moral de Kevin cuando lo necesitaba. Pero los domingos, Kevin siempre visitaba a su madre a unos ochenta kilómetros de distancia y, sin su presencia, tenía demasiado tiempo para pensar.
Suspiró profundamente mientras permanecía echada en la cama observando un rayo de sol que se agitaba en la pared de enfrente. Habían transcurrido tres días desde aquel devastador enfrentamiento a la salida del restaurante, y no había vuelto a ver a Nick desde entonces, aunque Kevin le había dicho que seguía por los alrededores.Kevin se había encargado de averiguar que había alquilado una pequeña casa de campo en las afueras del pueblo.
-Ha firmado un contrato por tres meses- había dicho Kevin con sus dulces ojos azules llenos de preocupación y de enojo-. ¿A qué crees que está jugando, ______?
_______ se había encogido de hombros lentamente, sacudiendo la cabeza. Fuese lo que fuese, no sería para su beneficio.
Bajó a tiempo de desayunar con la señora Cox, una pequeña rutina que la anciana mujer apreciaba por estar sola la mayor parte del tiempo. Fue mientras comía la tostada con huevos revueltos cuando se le ocurrió hacer la pregunta de la que luego se arrepentiría.
-No ha sabido nade de Nick durante los últimos dos días, ¿verdad? -preguntó a la pequeña y regordeta mujer mientras la señora Cox rellenaba la tetera de barro de agua caliente.
-¿De tu marido? -dijo la señora Cox mirándola con cautela-. No, desde la mañana siguiente a la noche en que lo conocí, hija. ¿Por qué?
-¿Vino a verla al día siguiente?
-Sí, hija -contestó la señora Cox mirándola directamente a los ojos-. Y debo decir que nunca he sido aficionada a los norteamericanos, pero éste en concreto...- añadió asintiendo con la cabeza mientras se servía la quinta taza de té de la mañana-, no está mal.
-¿Qué quería?- preguntó con cautela, pero la señora Cox sacudió la cabeza ligeramente con la mirada fija en el rostro ruborizado de ______.
-Bueno, creo que eso queda entre él y yo, querida, ¿no te parece? -respondió con firmeza-. Yo no interfiero en los asuntos de nadie, como ya sabes. Cuando lo veas, se lo preguntas.
No había malicia, ni siquiera reproche en la voz de su casera, pero ______ sabía que era mejor no seguir adelante con la conversación.
-Puede que no lo vuelva a ver -respondió en voz baja, y fue un segundo después, como para demostrar que se equivocaba, cuando sonó imperiosamente el timbre de la puerta.
-¿Está en casa, señora Cox?
_______ oyó su voz en el vestíbulo y engulló la tostada tan deprisa que se le atragantó. Estaba bebiendo el té a toda prisa con lágrimas en los ojos para aclararse la garganta, cuando Nick entró lentamente en la soleada cocina.
-Buenos días.
No hizo ningún esfuerzo por sonreír ni aliviar su situación. Sus ojos se clavaron en los suyos como dos rayos láser, y _____ comprendió que seguía inmerso en la furia que le había endurecido el rostro como una piedra.
-Acababa de decirle a la señora Cox que quizá no te volviese a ver -respondió finalmente cuando se hubo recuperado.
La contempló durante un momento antes de contestar, y ______ se estremeció al ver cómo su rostro se volvía afable cuando la señora Cox se reunió con ellos.
-¿Haciéndote ilusiones?
Se comportó con cordialidad, y la señora Cox parloteó amistosamente mientras se apremiaba a ir a por otra taza a la cocina, pero sus ojos negros como el carbón eran tan duros como el acero.
-Voy a llevarte a dar una vuelta en coche y a almorzar en el típico pub inglés -dijo suavemente después de trascurrido medio minuto en completo silencio. La señora Cox tardaba en regresar con la taza y ______ se imaginó que la anciana mujer pensaba que estaba teniendo tacto-. Si has hecho otros planes, cancélalos.
Su dura arrogancia avivó todo el instinto de defensa que ______ poseía y se puso rígida y con la cara hostil.
-Lo siento Nick, no puedo...
-Perdona, es evidente que no me he explicado bien- dijo con voz suave como la seda-. No te estaba invitando, te estaba diciendo lo que esperaba que hicieses.
-Espera un momen...
Interrumpió la furiosa réplica de ________ con sólo entornar los ojos y levantar levemente la barbilla. De repente, la fuerza bruta de aquel hombre se intensificó ferozmente, y ella se echó atrás en la silla como si fuese una minúscula criatura enfrentada a un cazador violento y depredador. ¡Le daba miedo! Pero aquel hombre autoritario y sensual estaba lejos de ser el Nick que había conocido.
-¿Te gusta este sitio, _____?- le preguntó mientras apartaba de ella su penetrante mirada y recorría lentamente la pequeña habitación llena de cosas. ________ pudo ver brillar el desconcierto y la curiosidad en el rostro severo de Nick.
Por un momento, le vino la imagen de la fabulosa casa que había compartido con él en Londres. Suelos de parqué cubiertos de valiosas alfombras de seda china, primorosas antigüedades colocadas con esmero para que resultasen tanto cómodas como bellas, maravillosos cuadros al óleo, una piscina olímpica cubierta y, por encima de todo, el delicado y embriagador perfume de flores de invernadero que uno de las sirvientes de la casa cambiaba a diario mucho antes de que se despertase el resto de sus miembros. Recordó que la abundancia de flores era lo que más la había impresionado cuando visitó su casa por primera vez, y una vez casados había protestado por lo innecesario que le parecía cambiarlas cuando todavía estaban perfectamente en flor. La respuesta de Nick había sido muy clara y la había evocado de cuando en cuando durante los últimos tres meses.

Espero qe les guste :D

uff! pobre chica! tiene que estar sufriendo mucho...
Nick... por favor, deja que la Rayis te explique las cosas
quedate mudo durante un rato, para que asi ella te pueda explicar las cosas...