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She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
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Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
Bueno, Ageth llegué tarde :3 Pero la leeré
Drea.
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
¿por quién querías?Drea. escribió:Bueno, Ageth llegué tarde :3 Pero la leeré
PARACETAMOL
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
por cualquiera°Agethe° escribió:¿por quién querías?Drea. escribió:Bueno, Ageth llegué tarde :3 Pero la leeré
Drea.
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
*susurrando* Sólo decime cualquier personaje para que te tome en cuenta y ya estás participando. */susurrando*Drea. escribió:por cualquiera°Agethe° escribió:¿por quién querías?Drea. escribió:Bueno, Ageth llegué tarde :3 Pero la leeré
PARACETAMOL
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
Me gusta el papel de Styles, por lo que audicionaré para él como las demás.
- Ship:
- The "A" Team.:
Hay veces en las que las adicciones pueden llevarte a hacer cosas que realmente no quieres. Puede que algún día reflexiones y las cosas se solucionen, pero esto no ocurre la mayoría de las veces. Normalmente los vicios se quedan de por vida, marcándote hasta la muerte. Este es el caso de Brenda Durkey, una chica que por culpa de las drogas se obligó a si misma a prostituirse para obtener dinero y poder comprarla. Se puede decir que era bastante "Tonta" y cobraba muy poco por lo mucho que hacía; por eso no la faltaban clientes cada noche. Todos decían que era la mejor. La recomendaban a sus amigos, y sus amigos a los suyos. Así hasta formar una cadena de clientes que la acercaban cada vez más a esas sustancias que jamás debería haber probado.
-Esta noche no está mi mujer- Explicaba el calvo- Se ha ido a dormir a casa de una amiga que se acaba de divorciar. Quiero llevarme allí a alguien.
-Brenda Durkey- Su amigo le ofreció un cigarro- veintiún años, buena figura. Unas piernas preciosas además de unos senos bastante grandes. Está bastante bien de precio, ¿Quieres que la llame?.
-Hazlo- Sacó el teléfono y rápidamente marcó su número de teléfono. Después de pocos segundos, ya estaban hablando con ella.
-¿Si?- Contestó una voz cansada al otro lado de la línea- ¿Quién es?- Preguntó.
-Soy Hernandez, preciosa- Para ella ya era conocido su nombre. Ya era la décima vez que la llamaba y sabía perfectamente quien era.
-Ah, Hola- Saludó sin ganas- ¿Que quieres esta vez?.
-No es para mi- Interrumpió- Es para un amigo. Su mujer no está en casa y quiere llevarte allí esta noche, ¿Estás libre hoy?.
-Si, Si- Respondió- ¿A que hora le viene bien?- Ella necesitaba el dinero y lo sabía muy bien. Por eso no había dudado en aceptar.
-Pasará a buscarte a las diez- Y acto seguido, colgó el teléfono.
Horas después ya estaba con ese hombre en su cama disfrutando del sexo salvaje. Él la tenía atada a la cama con dos esposas. Ella no se quejaba, pues estaba acostumbrada a que algunos de sus clientes les gustasen esas cosas. La embestía con fuerza. Aunque Brenda nunca habría estado con ese hombre, intentaba gritarle algunos piropos. Era un hombre gordo, gordo y asqueroso. Medio calvo y peludo como un oso. Asqueroso. Después de un rato, habían terminado. La pagó lo que la correspondía y se marchó dejando su número telefónico en la mesilla, por si él quería repetir.
No caminó mucho para llegar a su destino. Un callejón oscuro, lleno de botellas rotas y colillas en el suelo; donde la gente que se reunía allí no era muy de fiar. Llegó al final de este y golpeó la puerta de metal hasta que la abrió un hombre menudo y bastante joven. La invitó a entrar después de manosearla un poco y besarla un par de veces.
-Vaya... Brenda- Se levantó de su silla y la abrazó con fuerza, dándole después una sonora nalgada- Nunca volviste tan pronto, ¿Ya te la terminaste?.
-Ayer fué un día duro.
-Comprendo...- La chica le entregó los billetes que había ganado trabajando y empezó a contarlos- ¿Qué quieres esta vez?.
-Éxtasis- Respondió sin pensárselo dos veces- Ahí hay por lo menos doscientos euros, quiero dos bolsas llenas- Él carcajeó.
-Con esto solo puedo darte una, y hasta la mitad. Normalmente me traes menos, lo sé...- Se disculpó- Pero ha subido el precio. Esta es mi oferta, media bolsa. ¿Aceptas?.
-De acuerdo- Mandó a unos hombres llegar y en pocos minutos llegaron con su pedido- Que te vaya bien Boopie, Vuelve pronto.
Llegó a casa completamente cansada. Dejó el abrigo sobre la silla y se sentó en el sofá con casi todas las pastillas que acababa de comprar. De una sola vez, se tragó tres de ellas sin respirar, otras dos no tardaron en bajar por su garganta. Y cuando eran ya siete las que había consumido; empezó a sentirse mareada, se tambaleaba por la casa intentando llegar a la cocina en busca de un vaso de agua. Se terminó el resto de la bolsita pocos minutos después, sintiéndose totalmente peor. En un descuido, el vaso que sujetaba se cayó al suelo; y al intentar recogerlo, se cortó con varios cristales, haciendo un pequeño charco de sangre. En ese momento, las fuerzas le fallaron y se desplomó contra el suelo, golpeándose también la cabeza. Cerró los ojos con suavidad y en unos pocos segundos, dejó de respirar y el corazón se le paró, latiendo por última vez cuando el reloj anunció las doce.
-¿De que dices que ha muerto?.
El sol ya había salido hace horas y el apartamento veinticuatro estaba lleno de policías y curiosos vecinos que se preguntaban que había pasado. También la calle estaba llena de coches que dificultaban el tránsito automovilístico y hacían un montón de ruido al resonar los pitidos.
-Aún no se sabe- Respondió la vecina del primero- Pero he oído que de una sobredosis de éxtasis. Es que estos jóvenes no saben lo que hacen... Y luego pasa lo que pasa.
-¿De verdad me lo estás contando?- Se asombró la otra anciana- Oye, pero yo me lo imaginaba, esa chica tenía muy mala pinta. Si se lo decía yo a Remedios cuando vino a mi casa.
-Tienes razón- La apoyó- Además, no me da ninguna pena que haya muerto. Después de todo no la conocía y ahora que ya no está podrá venir alguien mejor a vivir a este edificio, que se ha llenado de chusma.
-Nadie la va a echar de menos- Comentaba- Estará bien en el infierno.
-Que se pudra junto a todos los bichos de su clase.
Aunque esas señoras hablaban con toda seguridad, no tenían ni idea de lo que estaba pasando Brenda. A veces las personas son así. Malpensadas. Ella solo necesitaba consuelo y las drogas la ayudaban a olvidar su pasado. Para empezar fué violada a los trece años por su padrastro, y lo peor era que su madre no hacía nada para evitarlo. Así quería a su hija. Pero quién iba a saber, que en esa persona que aparentaba estar dura en realidad había un tierno y hermoso corazón. Porque a veces la vida se lleva a los mejores, a los que no pudieron renunciar a sus vicios por mucho que quisieron, A aquellos pobres demonios, que en realidad escondían pequeños ángeles.
- Love the Way you Lie:
Asintió sin ganas y el chico la abrazó de nuevo contento, agradecido de que ella le hubiese perdonado de nuevo. En los tres meses que llevaban juntos, la había engañado siete veces y todas estas con la misma chica, la cuál era su mayor enemiga. Cuando empezaron a salir, ella ya sabía que Harry la traería problemas; su fama de mujeriego y la larga lista de corazones destrozados que llevaban su nombre lo delataba, pero aún así, no se resistió a aceptar salir con él porque lo amaba. Estaba profunda y completamente enamorada de Styles.
-Gracias...-Murmuró todavía entre los brazos de la chica- De verdad que lo siento... No fué mi intención lastimarte, eres la mejor.
Él nunca le había dicho "Te amo". Tampoco la había llevado a cenar ni había tenido bonitos detalles con ella como los novios de sus amigas. Cuando quedaban se limitaban a encerrarse en el cuarto de este y follar a escondidas de su madre. Ahora es cuando se lamentaba no haberle hecho caso a Lessa, quién la advertía de lo que estaba pasando. ¿Y quién mejor que ella para saberlo?, había salido con Harry el año pasado y aún no había conseguido superarlo.
-Te engañará, Jane. Te utilizará como objeto sexual y luego te dejará tirada como una sucia perra.
Ambos permanecieron en silencio, abrazados hasta que él comenzó a besarle el cuello. Ella negó con la cabeza, pero el no dudó en empujarla a la cama y seguir repartiendo besos por todo su cuerpo. Una lágrima rebelde atravesó su mejilla, siendo señal de su rendición; Se quedó quieta, dejándose hacer. No gemía, no gritaba, Harry parecía el único que parecía disfrutar de esta sesión de sexo y cuando llegó al climax, gimió un nombre diferente al suyo, como solía hacer.
Recogió su ropa esparcida por el suelo y se vistió lentamente ante la ignorancia por parte de su novio, que se había tapado con la manta hasta la cabeza, dando a entender que quería que se fuera, que no lo molestara. Así era todos los días, ¿Porqué no cortaba con él?. No tenía el valor de hacerlo, siempre conseguía convencerse a si misma de que no se volvería a repetir, porque él la quería. Pero cada vez se le hacía más difícil engañarse a si misma.
Jane cruzó la calle sin detenerse si quiera a mirar el color del semáforo. Cargaba con un ligero bolso y sus ojos; Ahora rojos, estaban ocultos tras unas anchas gafas de sol. La calle Hetchberg era una de las más transitadas de la ciudad, principalmente por la cantidad de tiendas de la gran avenida. Se acercó a uno de los escaparates y miró con ilusión un colgante con forma de corazón que había expuesto en la primera fila; Como adoraría tenerlo.
Pero en ese momento, una mano lo cubrió y lo arrancó de su lugar. El dependiente de la tienda se lo mostró a una pareja que estaba en el mostrador, la chica sonrió y besó a su acompañante contenta mientras que el último le entregaba un fajo de billetes al hombre del mostrador. No pudo distinguir con claridad quién era el chico, ya que estaba de espaldas; Pero ella era hermosa. Tenía un hermoso cabello castaño que le llegaba hasta la cintura y los ojos color azabache. No parecía la típica plástica, más bien se parecía mucho al prototipo de chica que ella siempre hubiese querido ser. Pero cuando él se dio la vuelta para ponerle el collar, el corazón dejó de latir dentro de su pecho. Se quedó estática en su sitio mientras su novio salía de la tienda junto a aquella chica.
-No tenías que haberte molestado... Te ha costado un dineral- Le reprimía la chica dando ligeros golpes en la punta de su nariz. A su vez, acariciaba su regalo.
-Todo sea por mi princesa- sonrió y besó a Azahara con dulzura- Por estos tres perfectos meses que llevamos juntos, te amo.
-Yo también te amo- A Jane se le encogió el corazón mientras contemplaba como Harry acariciaba y decía querer a otra mujer. Sin poderlo evitar, salió corriendo ante la atenta mirada de los dos enamorados, de los cuáles uno se sentía infinitamente culpable.
Veintisiete llamadas perdidas de Harry, una de su madre y otra de su hermana menor. Jane apagó de nuevo su teléfono móvil y se sentó en uno de los mullidos sillones del recibidor. Acababa de llegar a casa y lo único que hacía era recriminarse a si misma por no ser igual que esa chica. No podía culpar a Harry por amar a otra persona, pero aún así sentía un profundo odio hacia su persona. ¿Cómo podía haberla echo esto... de nuevo?. Tapó su rostro con ambas manos y intentó llorar, pero en ese momento comprendió que estaba demasiado deprimida como para hacerlo. Sus lágrimas se negaban a salir y por eso se sentía todavía más desdichada. Se levantó pesadamente y abrió uno de los pequeños armarios situados a la derecha de la televisión, sacando una botella de tequila y dos vasos pequeños. Volvió a sentarse en su lugar anterior, abrió la botella y sirvió su contenido en uno de los vasitos. Pero en vez de beber de ellos, tomó la botella entre sus dos manos y la dirigió a su boca. Beber no es la mejor solución sí, ella lo sabía. Pero se negaba a admitirlo.
- Parte 2.:
Caminaba por las oscuras y frías calles tal y como la nieve que ahora resurgía del cielo, una chica cuyo corazón estaba destrozado y tenía como único objetivo escapar de su miserable vida. Iba cargada con dos maletas grandes que parecían ser de cuero, estas pesaban muchísimo y se notaba desde lejos a duras penas podía transportarlas. Se sentó en uno de los bancos frente al andén número nueve y se frotó las manos, nerviosa. Estaba a punto de dar el gran paso y aún no se lo podía creer. Escapar de Harry, ¿Quién lo iba a decir?. Había tirado su teléfono móvil en la primera papelera que se había encontrado y extraído todo el dinero que tenía ahorrado en el banco, además de borrar sus cuentas en las redes sociales que más solía usar: Facebook, Twitter e Instagram. Ahora nadie podría encontrarla, y eso la alegraba.
-Disculpa, ¿Está libre este sitio?- Alzó la mirada encontrándose con una pareja. Ambos parecían ser de su misma edad, mantenían las manos entrelazadas.
-Si, Si- Contestó rápidamente apartado su equipaje- Ya está despejado, podéis sentaros.
Se sentaron uno al lado del otro y miraron a Jane con curiosidad. ¿Que estarían pensando?. Después de unos largos minutos en silencio, fué la joven de ojos verdes quien decidió romper el hielo.
-Me llamo Isabel- Sonrió y abrazó a Jane con dulzura- Y este es mi novio, Zayn- El chico la saludó con la mano emitiendo un gruñido en señal de saludo.
-Janette- Contestó algo sorprenda, acababa de conocer a esa extraña mujer y ya parecía sentir afecto hacia ella- Encantada de conoceros, chicos.
-Jane, ¿Te puedo llamar así verdad?- Ella asintió- ¿A donde viajas?, verás es que te hemos, ejem- Tosió falsamente- Deshacerte de tu teléfono en la papelera de la esquina.
-Es una larga historia- Respondió ahora mucho mas seca y fría que antes. ¿La habían estado espiando?
-Tenemos tiempo- Insistió Isabel miró el reloj colocado en su muñeca derecha- Si no me equivoco, son las siete y el tren sale a las nueve.
-Déjala en paz, Isa- Intervino esta vez Zayn- Si no quiere contártelo que no lo haga, después de todo te acaba de conocer. No sería...
-No importa- Le interrumpió- ¿Qué mejor que desahogarme?- Vió un brillo en los ojos de su nueva amiga, llenos de ilusión de que la confiara algo tan íntimo- Comencemos...
Después de un largo periodo de tiempo, Jane había terminado de relatar su historia. A menudo que el relato iba avanzando los rostros de Zayn e Isabel se hacían cada vez más confusos y estaban llenos de intriga por el final, lástima que fuera tan horrible. Cuando pronunció la palabra "Fin", en señal de que ya lo había contado todo, ambos saltaron a sus brazos, abrazándola con fuerza.
-Que historia tan triste- Intentaba consolarla la chica- No conozco a ese Harry y ya lo odio- Dirigió la vista a su novio- Zayn, amor ¿Estás llorando?.
-No- Sollozó él tapándose la cara con las manos- Bueno si. ¿Que pasa? ¿Los chicos no pueden emocionarse alguna vez?- Ella sonrió y lo besó con dulzura.
-Cuanto os envidio- Soltó un grito ahogado- Yo estoy sola y no tengo a donde ir. Lo único que tengo es este estúpido billete de tren a Londres. ¡Ah, Si! Y un vale por una bebida durante el viaje.
La pareja se miró unos segundos en completo silencio para después asentir con la cabeza al mismo tiempo. Isabel sacó un pañuelo del bolso y se lo ofreció a Jane.
-Espero que esa bebida sea extra grande, porque sino no sé como podremos compartirla- Ella miró anonadada a su nueva amiga ¿A que se refería?.
-¿Que quieres decir?- Preguntó mientras secaba sus frías lágrimas, corriendo todo el maquillaje que llevaba sobre la cara.
-Nos vamos contigo- Rió Zayn- Bienvenida a la familia Malik, pequeña.
Y en ese momento, no pudo sentirse más feliz.
Drea.
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
Está bien, ya estás participando.Drea. escribió:Me gusta el papel de Styles, por lo que audicionaré para él como las demás.
- Ship:
- The "A" Team.:
Hay veces en las que las adicciones pueden llevarte a hacer cosas que realmente no quieres. Puede que algún día reflexiones y las cosas se solucionen, pero esto no ocurre la mayoría de las veces. Normalmente los vicios se quedan de por vida, marcándote hasta la muerte. Este es el caso de Brenda Durkey, una chica que por culpa de las drogas se obligó a si misma a prostituirse para obtener dinero y poder comprarla. Se puede decir que era bastante "Tonta" y cobraba muy poco por lo mucho que hacía; por eso no la faltaban clientes cada noche. Todos decían que era la mejor. La recomendaban a sus amigos, y sus amigos a los suyos. Así hasta formar una cadena de clientes que la acercaban cada vez más a esas sustancias que jamás debería haber probado.
-Esta noche no está mi mujer- Explicaba el calvo- Se ha ido a dormir a casa de una amiga que se acaba de divorciar. Quiero llevarme allí a alguien.
-Brenda Durkey- Su amigo le ofreció un cigarro- veintiún años, buena figura. Unas piernas preciosas además de unos senos bastante grandes. Está bastante bien de precio, ¿Quieres que la llame?.
-Hazlo- Sacó el teléfono y rápidamente marcó su número de teléfono. Después de pocos segundos, ya estaban hablando con ella.
-¿Si?- Contestó una voz cansada al otro lado de la línea- ¿Quién es?- Preguntó.
-Soy Hernandez, preciosa- Para ella ya era conocido su nombre. Ya era la décima vez que la llamaba y sabía perfectamente quien era.
-Ah, Hola- Saludó sin ganas- ¿Que quieres esta vez?.
-No es para mi- Interrumpió- Es para un amigo. Su mujer no está en casa y quiere llevarte allí esta noche, ¿Estás libre hoy?.
-Si, Si- Respondió- ¿A que hora le viene bien?- Ella necesitaba el dinero y lo sabía muy bien. Por eso no había dudado en aceptar.
-Pasará a buscarte a las diez- Y acto seguido, colgó el teléfono.
Horas después ya estaba con ese hombre en su cama disfrutando del sexo salvaje. Él la tenía atada a la cama con dos esposas. Ella no se quejaba, pues estaba acostumbrada a que algunos de sus clientes les gustasen esas cosas. La embestía con fuerza. Aunque Brenda nunca habría estado con ese hombre, intentaba gritarle algunos piropos. Era un hombre gordo, gordo y asqueroso. Medio calvo y peludo como un oso. Asqueroso. Después de un rato, habían terminado. La pagó lo que la correspondía y se marchó dejando su número telefónico en la mesilla, por si él quería repetir.
No caminó mucho para llegar a su destino. Un callejón oscuro, lleno de botellas rotas y colillas en el suelo; donde la gente que se reunía allí no era muy de fiar. Llegó al final de este y golpeó la puerta de metal hasta que la abrió un hombre menudo y bastante joven. La invitó a entrar después de manosearla un poco y besarla un par de veces.
-Vaya... Brenda- Se levantó de su silla y la abrazó con fuerza, dándole después una sonora nalgada- Nunca volviste tan pronto, ¿Ya te la terminaste?.
-Ayer fué un día duro.
-Comprendo...- La chica le entregó los billetes que había ganado trabajando y empezó a contarlos- ¿Qué quieres esta vez?.
-Éxtasis- Respondió sin pensárselo dos veces- Ahí hay por lo menos doscientos euros, quiero dos bolsas llenas- Él carcajeó.
-Con esto solo puedo darte una, y hasta la mitad. Normalmente me traes menos, lo sé...- Se disculpó- Pero ha subido el precio. Esta es mi oferta, media bolsa. ¿Aceptas?.
-De acuerdo- Mandó a unos hombres llegar y en pocos minutos llegaron con su pedido- Que te vaya bien Boopie, Vuelve pronto.
Llegó a casa completamente cansada. Dejó el abrigo sobre la silla y se sentó en el sofá con casi todas las pastillas que acababa de comprar. De una sola vez, se tragó tres de ellas sin respirar, otras dos no tardaron en bajar por su garganta. Y cuando eran ya siete las que había consumido; empezó a sentirse mareada, se tambaleaba por la casa intentando llegar a la cocina en busca de un vaso de agua. Se terminó el resto de la bolsita pocos minutos después, sintiéndose totalmente peor. En un descuido, el vaso que sujetaba se cayó al suelo; y al intentar recogerlo, se cortó con varios cristales, haciendo un pequeño charco de sangre. En ese momento, las fuerzas le fallaron y se desplomó contra el suelo, golpeándose también la cabeza. Cerró los ojos con suavidad y en unos pocos segundos, dejó de respirar y el corazón se le paró, latiendo por última vez cuando el reloj anunció las doce.
-¿De que dices que ha muerto?.
El sol ya había salido hace horas y el apartamento veinticuatro estaba lleno de policías y curiosos vecinos que se preguntaban que había pasado. También la calle estaba llena de coches que dificultaban el tránsito automovilístico y hacían un montón de ruido al resonar los pitidos.
-Aún no se sabe- Respondió la vecina del primero- Pero he oído que de una sobredosis de éxtasis. Es que estos jóvenes no saben lo que hacen... Y luego pasa lo que pasa.
-¿De verdad me lo estás contando?- Se asombró la otra anciana- Oye, pero yo me lo imaginaba, esa chica tenía muy mala pinta. Si se lo decía yo a Remedios cuando vino a mi casa.
-Tienes razón- La apoyó- Además, no me da ninguna pena que haya muerto. Después de todo no la conocía y ahora que ya no está podrá venir alguien mejor a vivir a este edificio, que se ha llenado de chusma.
-Nadie la va a echar de menos- Comentaba- Estará bien en el infierno.
-Que se pudra junto a todos los bichos de su clase.
Aunque esas señoras hablaban con toda seguridad, no tenían ni idea de lo que estaba pasando Brenda. A veces las personas son así. Malpensadas. Ella solo necesitaba consuelo y las drogas la ayudaban a olvidar su pasado. Para empezar fué violada a los trece años por su padrastro, y lo peor era que su madre no hacía nada para evitarlo. Así quería a su hija. Pero quién iba a saber, que en esa persona que aparentaba estar dura en realidad había un tierno y hermoso corazón. Porque a veces la vida se lleva a los mejores, a los que no pudieron renunciar a sus vicios por mucho que quisieron, A aquellos pobres demonios, que en realidad escondían pequeños ángeles.
- Love the Way you Lie:
Asintió sin ganas y el chico la abrazó de nuevo contento, agradecido de que ella le hubiese perdonado de nuevo. En los tres meses que llevaban juntos, la había engañado siete veces y todas estas con la misma chica, la cuál era su mayor enemiga. Cuando empezaron a salir, ella ya sabía que Harry la traería problemas; su fama de mujeriego y la larga lista de corazones destrozados que llevaban su nombre lo delataba, pero aún así, no se resistió a aceptar salir con él porque lo amaba. Estaba profunda y completamente enamorada de Styles.
-Gracias...-Murmuró todavía entre los brazos de la chica- De verdad que lo siento... No fué mi intención lastimarte, eres la mejor.
Él nunca le había dicho "Te amo". Tampoco la había llevado a cenar ni había tenido bonitos detalles con ella como los novios de sus amigas. Cuando quedaban se limitaban a encerrarse en el cuarto de este y follar a escondidas de su madre. Ahora es cuando se lamentaba no haberle hecho caso a Lessa, quién la advertía de lo que estaba pasando. ¿Y quién mejor que ella para saberlo?, había salido con Harry el año pasado y aún no había conseguido superarlo.
-Te engañará, Jane. Te utilizará como objeto sexual y luego te dejará tirada como una sucia perra.
Ambos permanecieron en silencio, abrazados hasta que él comenzó a besarle el cuello. Ella negó con la cabeza, pero el no dudó en empujarla a la cama y seguir repartiendo besos por todo su cuerpo. Una lágrima rebelde atravesó su mejilla, siendo señal de su rendición; Se quedó quieta, dejándose hacer. No gemía, no gritaba, Harry parecía el único que parecía disfrutar de esta sesión de sexo y cuando llegó al climax, gimió un nombre diferente al suyo, como solía hacer.
Recogió su ropa esparcida por el suelo y se vistió lentamente ante la ignorancia por parte de su novio, que se había tapado con la manta hasta la cabeza, dando a entender que quería que se fuera, que no lo molestara. Así era todos los días, ¿Porqué no cortaba con él?. No tenía el valor de hacerlo, siempre conseguía convencerse a si misma de que no se volvería a repetir, porque él la quería. Pero cada vez se le hacía más difícil engañarse a si misma.
Jane cruzó la calle sin detenerse si quiera a mirar el color del semáforo. Cargaba con un ligero bolso y sus ojos; Ahora rojos, estaban ocultos tras unas anchas gafas de sol. La calle Hetchberg era una de las más transitadas de la ciudad, principalmente por la cantidad de tiendas de la gran avenida. Se acercó a uno de los escaparates y miró con ilusión un colgante con forma de corazón que había expuesto en la primera fila; Como adoraría tenerlo.
Pero en ese momento, una mano lo cubrió y lo arrancó de su lugar. El dependiente de la tienda se lo mostró a una pareja que estaba en el mostrador, la chica sonrió y besó a su acompañante contenta mientras que el último le entregaba un fajo de billetes al hombre del mostrador. No pudo distinguir con claridad quién era el chico, ya que estaba de espaldas; Pero ella era hermosa. Tenía un hermoso cabello castaño que le llegaba hasta la cintura y los ojos color azabache. No parecía la típica plástica, más bien se parecía mucho al prototipo de chica que ella siempre hubiese querido ser. Pero cuando él se dio la vuelta para ponerle el collar, el corazón dejó de latir dentro de su pecho. Se quedó estática en su sitio mientras su novio salía de la tienda junto a aquella chica.
-No tenías que haberte molestado... Te ha costado un dineral- Le reprimía la chica dando ligeros golpes en la punta de su nariz. A su vez, acariciaba su regalo.
-Todo sea por mi princesa- sonrió y besó a Azahara con dulzura- Por estos tres perfectos meses que llevamos juntos, te amo.
-Yo también te amo- A Jane se le encogió el corazón mientras contemplaba como Harry acariciaba y decía querer a otra mujer. Sin poderlo evitar, salió corriendo ante la atenta mirada de los dos enamorados, de los cuáles uno se sentía infinitamente culpable.
Veintisiete llamadas perdidas de Harry, una de su madre y otra de su hermana menor. Jane apagó de nuevo su teléfono móvil y se sentó en uno de los mullidos sillones del recibidor. Acababa de llegar a casa y lo único que hacía era recriminarse a si misma por no ser igual que esa chica. No podía culpar a Harry por amar a otra persona, pero aún así sentía un profundo odio hacia su persona. ¿Cómo podía haberla echo esto... de nuevo?. Tapó su rostro con ambas manos y intentó llorar, pero en ese momento comprendió que estaba demasiado deprimida como para hacerlo. Sus lágrimas se negaban a salir y por eso se sentía todavía más desdichada. Se levantó pesadamente y abrió uno de los pequeños armarios situados a la derecha de la televisión, sacando una botella de tequila y dos vasos pequeños. Volvió a sentarse en su lugar anterior, abrió la botella y sirvió su contenido en uno de los vasitos. Pero en vez de beber de ellos, tomó la botella entre sus dos manos y la dirigió a su boca. Beber no es la mejor solución sí, ella lo sabía. Pero se negaba a admitirlo.
- Parte 2.:
Caminaba por las oscuras y frías calles tal y como la nieve que ahora resurgía del cielo, una chica cuyo corazón estaba destrozado y tenía como único objetivo escapar de su miserable vida. Iba cargada con dos maletas grandes que parecían ser de cuero, estas pesaban muchísimo y se notaba desde lejos a duras penas podía transportarlas. Se sentó en uno de los bancos frente al andén número nueve y se frotó las manos, nerviosa. Estaba a punto de dar el gran paso y aún no se lo podía creer. Escapar de Harry, ¿Quién lo iba a decir?. Había tirado su teléfono móvil en la primera papelera que se había encontrado y extraído todo el dinero que tenía ahorrado en el banco, además de borrar sus cuentas en las redes sociales que más solía usar: Facebook, Twitter e Instagram. Ahora nadie podría encontrarla, y eso la alegraba.
-Disculpa, ¿Está libre este sitio?- Alzó la mirada encontrándose con una pareja. Ambos parecían ser de su misma edad, mantenían las manos entrelazadas.
-Si, Si- Contestó rápidamente apartado su equipaje- Ya está despejado, podéis sentaros.
Se sentaron uno al lado del otro y miraron a Jane con curiosidad. ¿Que estarían pensando?. Después de unos largos minutos en silencio, fué la joven de ojos verdes quien decidió romper el hielo.
-Me llamo Isabel- Sonrió y abrazó a Jane con dulzura- Y este es mi novio, Zayn- El chico la saludó con la mano emitiendo un gruñido en señal de saludo.
-Janette- Contestó algo sorprenda, acababa de conocer a esa extraña mujer y ya parecía sentir afecto hacia ella- Encantada de conoceros, chicos.
-Jane, ¿Te puedo llamar así verdad?- Ella asintió- ¿A donde viajas?, verás es que te hemos, ejem- Tosió falsamente- Deshacerte de tu teléfono en la papelera de la esquina.
-Es una larga historia- Respondió ahora mucho mas seca y fría que antes. ¿La habían estado espiando?
-Tenemos tiempo- Insistió Isabel miró el reloj colocado en su muñeca derecha- Si no me equivoco, son las siete y el tren sale a las nueve.
-Déjala en paz, Isa- Intervino esta vez Zayn- Si no quiere contártelo que no lo haga, después de todo te acaba de conocer. No sería...
-No importa- Le interrumpió- ¿Qué mejor que desahogarme?- Vió un brillo en los ojos de su nueva amiga, llenos de ilusión de que la confiara algo tan íntimo- Comencemos...
Después de un largo periodo de tiempo, Jane había terminado de relatar su historia. A menudo que el relato iba avanzando los rostros de Zayn e Isabel se hacían cada vez más confusos y estaban llenos de intriga por el final, lástima que fuera tan horrible. Cuando pronunció la palabra "Fin", en señal de que ya lo había contado todo, ambos saltaron a sus brazos, abrazándola con fuerza.
-Que historia tan triste- Intentaba consolarla la chica- No conozco a ese Harry y ya lo odio- Dirigió la vista a su novio- Zayn, amor ¿Estás llorando?.
-No- Sollozó él tapándose la cara con las manos- Bueno si. ¿Que pasa? ¿Los chicos no pueden emocionarse alguna vez?- Ella sonrió y lo besó con dulzura.
-Cuanto os envidio- Soltó un grito ahogado- Yo estoy sola y no tengo a donde ir. Lo único que tengo es este estúpido billete de tren a Londres. ¡Ah, Si! Y un vale por una bebida durante el viaje.
La pareja se miró unos segundos en completo silencio para después asentir con la cabeza al mismo tiempo. Isabel sacó un pañuelo del bolso y se lo ofreció a Jane.
-Espero que esa bebida sea extra grande, porque sino no sé como podremos compartirla- Ella miró anonadada a su nueva amiga ¿A que se refería?.
-¿Que quieres decir?- Preguntó mientras secaba sus frías lágrimas, corriendo todo el maquillaje que llevaba sobre la cara.
-Nos vamos contigo- Rió Zayn- Bienvenida a la familia Malik, pequeña.
Y en ese momento, no pudo sentirse más feliz.
Astrid y Harry rlz. <3333
Los resultados, más tarde. c:
Gracias por pasarte Dreíta. ah.
PARACETAMOL
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
Ach, Jokerie audicionó para Styles, ¿Puedo cambiar de chico? Porque directamente pierdo ¬¬
Drea.
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
:c claro, amorsh.
PARACETAMOL
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
Vale, pues audiciono por todos, como si hubiese hecho una ficha para cada uno.°Agethe° escribió::c claro, amorsh.
Drea.
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
Muy bien. Sabés que amo como escribís y no soy tan tonta.
PARACETAMOL
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
cuando das resultados?
Drea.
Re: She is a forgotten princess. |resultados of the people who audicionó .-.| |N.C|
Quiero resultados para animarme, ¡vamos!
Ledger.
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