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Just a way {Zayn Malik}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Just a way {Zayn Malik}
Gracias c;Cindhy Parthenopeaus. escribió:Me encanto síguela.
Ya la sigo:33
Besos xx
MariiD'Horan
Re: Just a way {Zayn Malik}
Oh por Dios ♥ Como ya te lo he dicho amo tu novela :3
Me encanto en verdad es muy linda y escribes excelente :D
CandyLove
Re: Just a way {Zayn Malik}
CandyLove escribió:Oh por Dios ♥ Como ya te lo he dicho amo tu novela :3Me encanto en verdad es muy linda y escribes excelente :D
Thaks c':
Creo que aparecerás con Nick *cof, cof* c;
MariiD'Horan
Re: Just a way {Zayn Malik}
¡¡¡Nueva Lectora!!!
Holaa! :)
Me gusto mucho la sinópsis y el prólogo.
Cuando puedas seguila (:
Byee!
:bye:
Holaa! :)
Me gusto mucho la sinópsis y el prólogo.
Cuando puedas seguila (:
Byee!
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Just a way {Zayn Malik}
Holaa New Reader:33 :(L):Mar_love1D escribió:¡¡¡Nueva Lectora!!!
Holaa! :)
Me gusto mucho la sinópsis y el prólogo.
Cuando puedas seguila (:
Byee!
:bye:
Claro, Ya la sigo c:
Gracias por comentar :33
:bye:
MariiD'Horan
Capítulo uno. {Primera parte}
Odienme por no subirles el cap DD: De verdad, lo siento :s Tenía un bloqueo horrible :c
Peeero, aquí lo tienen! :DD Ahora, AMENME. Okya xDDD
No olviden comentar:33
:(L): Peeero, aquí lo tienen! :DD Ahora, AMENME. Okya xDDD
No olviden comentar:33
Capítulo Uno.
{Primera parte}
».{Primera parte}
Camino hacia la siguiente parada que me lleva al London Scuare de visita a La tía Karen. Desde que tengo memoria, Anne y yo le decíamos así siempre que la veíamos. La tía Karen -conocida como embajadora de muchas agencias de modelos- tenía dos hijas. De mi edad y la mayor unos centímetros más altos, con unos cercanos veintitantos años.
Hoy las conocería.
Algo aterrada de que me parecieran superficiales. Toda la familia Stevens era millonaria. Mansiones, ropa de mil dolares y entre otras cosas lujosas.
Cruzo dos calles y me encuentro frente a aquella mansión de dos puertas gigantescas.
Uno, dos, tres toques y abre un hombre uniformado.
–Buenas tardes señorita. ¿Busca a alguien? –El hombre me examina con la mirada haciendo que me incomode.
–Karen Stevens. ¿Se encuentra?
–¿De parte de quien? –Frunce el ceño pero a la vez sonríe– ¡Oh, claro! Señorita Skyther, pase adelante. En unos minutos bajará la señorita Karen. –Abre más las grandes puertas pintadas de dorado que pareciera oro resplandeciente.
Continúo con mi examen de la sala donde estoy. Sofás aterciopelados con estampados de cebras y leopardos. Cuadros con pinturas en las paredes y arcos en las puertas.
Suspiro unas veces y saco mi celular, el cual es el único lujo que tengo hasta ahora.
Quedo jugando con los demos descargados de juegos que duran algunos meses.
–¡Mirate! –La tía Karen me abraza con fuerza y derrama algunas lágrimas que rápidamente seca con un pañuelo.
–También te extrañé, tía. –Sonrío aceptando su abrazo.
–Emilia, ellas son Paola y Vivian. Mis dos hijas, tus primas. Chicas, ella es Emilia. Mi sobrina, su prima.
–Un gusto. –Dice una con algo de indiferencia hacia mi. De igual manera le sonrío haciendo que voltee los ojos.
–Mamá nos habló mucho de ti, Emilia –Sonríe emocionada la otra chica– Estaba ansiosa por conocerte cuando supe que eras de mi edad. Soy Vivian. –Me endió su mano y la tomé con gusto.
–Emilia, ¿Por qué no te sientas mientras Martha busca unas botanas?
–Claro. –Sonrío y me siento con Vivian, la cual no deja de parlotear por cinco minutos enteros.
Paola no me agradó del todo, sinceramente, no fue muy lindo de su parte verme y hablarme de esa forma. Costará ganarme su confianza.
–¿Por qué estás aquí? –Vivian me pregunta algo curiosa cuando Karen y Paola se van a la cocina.
–¿Disculpa?
–Emily Skyther. ¿Nueva en Londres?
–Dos meses. Sigo en preparatoria. Unos años y me gradúo.
–Igual yo. ¿Irás en la nuestra?
–Me mudaré de secundaria pronto. Quizás elija esa.
–¡Me encantaría! Pasaríamos todos los recesos juntas. –Ríe.
–Claro. –Sonrío media.
No suelo coger la confianza de una sola zancada. Desde aquél día, me es muy difícil confiar en las personas.
Karen y Paola llegan minutos después con las botanas en bandeja. Me extraña porque el chico de la entrada no las trajo, o Martha que según Karen era la de limpieza.
**
Me despido de todas y le entrego mi numero telefónico a Vivian, la cual me agradó mucho.
Camino hasta la parada siguiente a esperar taxis que pasen a las nueve con treinta minutos de la noche. Me percato que el tiempo pasó rápido y suspiro agotada. Mi celular marcaba la hora exacta, la cual me aterraba. Londres no era muy confiable a estas horas.
A mi lado, un chico detiene su caminata para esperar el siguiente taxi.
Por fin.
Uno se detiene y entro sin antes preguntar, el chico entra por el otro lado y me sorprendo de tal acción.
–Querido, es mi taxi. Espera otro.
–No, nena. Ya entré y lo reclamé. Creo que tendrás que salir.
–No saldré de aquí. Tenga señor. –Le doy el dinero al chofer el cual está aguantando risas que serían escandalosas.
–No. Tome usted señor. –Le da su dinero.
–No tengo problemas con llevarlos a los dos.
Me siento lo más alejada posible del chico con chaqueta de cuero. Moreno, ojos color miel. Cautivadores. Detengo mi mirada en sus brazos. En forma, buen cuerpo.
Sonrío de lado pero seguido vuelvo a la realidad. El pelinegro sonríe y se prepara para especular palabras.
–Zayn, preciosa. Si quieres, puedo dejarte una foto. –Ríe y guiña su ojo.
–Claro, ¿te parece si la quemo? Mi horno es de mucha calidad y recién compré unos encendedores. Con gusto lo haría.
–Fumadora. No es mi estilo, pero es sexy.
–¿De qué me...
–Plaza central, a las seis por la tarde, mañana. No faltes.
–Faltaré.
–Te pasaré buscando.
–Aquí me bajo. –Digo al estar frente a mi calle– Acepto tu sugerencia. Pero no te extrañe si no me encuentras allí. Hasta luego, Zayn.
–Hasta luego, desconocida sexy del taxi.
Hoy las conocería.
Algo aterrada de que me parecieran superficiales. Toda la familia Stevens era millonaria. Mansiones, ropa de mil dolares y entre otras cosas lujosas.
“Te tenemos una sorpresa” resonaban las palabras de la tía Karen en mi cabeza.
Cruzo dos calles y me encuentro frente a aquella mansión de dos puertas gigantescas.
Uno, dos, tres toques y abre un hombre uniformado.
–Buenas tardes señorita. ¿Busca a alguien? –El hombre me examina con la mirada haciendo que me incomode.
–Karen Stevens. ¿Se encuentra?
–¿De parte de quien? –Frunce el ceño pero a la vez sonríe– ¡Oh, claro! Señorita Skyther, pase adelante. En unos minutos bajará la señorita Karen. –Abre más las grandes puertas pintadas de dorado que pareciera oro resplandeciente.
“Una gran inversión.” Pienso dando pasos pequeños hasta los asientos que se hayan.
Continúo con mi examen de la sala donde estoy. Sofás aterciopelados con estampados de cebras y leopardos. Cuadros con pinturas en las paredes y arcos en las puertas.
Suspiro unas veces y saco mi celular, el cual es el único lujo que tengo hasta ahora.
Quedo jugando con los demos descargados de juegos que duran algunos meses.
–¡Mirate! –La tía Karen me abraza con fuerza y derrama algunas lágrimas que rápidamente seca con un pañuelo.
–También te extrañé, tía. –Sonrío aceptando su abrazo.
–Emilia, ellas son Paola y Vivian. Mis dos hijas, tus primas. Chicas, ella es Emilia. Mi sobrina, su prima.
–Un gusto. –Dice una con algo de indiferencia hacia mi. De igual manera le sonrío haciendo que voltee los ojos.
–Mamá nos habló mucho de ti, Emilia –Sonríe emocionada la otra chica– Estaba ansiosa por conocerte cuando supe que eras de mi edad. Soy Vivian. –Me endió su mano y la tomé con gusto.
–Emilia, ¿Por qué no te sientas mientras Martha busca unas botanas?
–Claro. –Sonrío y me siento con Vivian, la cual no deja de parlotear por cinco minutos enteros.
Paola no me agradó del todo, sinceramente, no fue muy lindo de su parte verme y hablarme de esa forma. Costará ganarme su confianza.
–¿Por qué estás aquí? –Vivian me pregunta algo curiosa cuando Karen y Paola se van a la cocina.
–¿Disculpa?
–Emily Skyther. ¿Nueva en Londres?
–Dos meses. Sigo en preparatoria. Unos años y me gradúo.
–Igual yo. ¿Irás en la nuestra?
–Me mudaré de secundaria pronto. Quizás elija esa.
–¡Me encantaría! Pasaríamos todos los recesos juntas. –Ríe.
–Claro. –Sonrío media.
No suelo coger la confianza de una sola zancada. Desde aquél día, me es muy difícil confiar en las personas.
Karen y Paola llegan minutos después con las botanas en bandeja. Me extraña porque el chico de la entrada no las trajo, o Martha que según Karen era la de limpieza.
**
Me despido de todas y le entrego mi numero telefónico a Vivian, la cual me agradó mucho.
Camino hasta la parada siguiente a esperar taxis que pasen a las nueve con treinta minutos de la noche. Me percato que el tiempo pasó rápido y suspiro agotada. Mi celular marcaba la hora exacta, la cual me aterraba. Londres no era muy confiable a estas horas.
A mi lado, un chico detiene su caminata para esperar el siguiente taxi.
Por fin.
Uno se detiene y entro sin antes preguntar, el chico entra por el otro lado y me sorprendo de tal acción.
–Querido, es mi taxi. Espera otro.
–No, nena. Ya entré y lo reclamé. Creo que tendrás que salir.
–No saldré de aquí. Tenga señor. –Le doy el dinero al chofer el cual está aguantando risas que serían escandalosas.
–No. Tome usted señor. –Le da su dinero.
–No tengo problemas con llevarlos a los dos.
Me siento lo más alejada posible del chico con chaqueta de cuero. Moreno, ojos color miel. Cautivadores. Detengo mi mirada en sus brazos. En forma, buen cuerpo.
Sonrío de lado pero seguido vuelvo a la realidad. El pelinegro sonríe y se prepara para especular palabras.
–Zayn, preciosa. Si quieres, puedo dejarte una foto. –Ríe y guiña su ojo.
–Claro, ¿te parece si la quemo? Mi horno es de mucha calidad y recién compré unos encendedores. Con gusto lo haría.
–Fumadora. No es mi estilo, pero es sexy.
–¿De qué me...
–Plaza central, a las seis por la tarde, mañana. No faltes.
–Faltaré.
–Te pasaré buscando.
–Aquí me bajo. –Digo al estar frente a mi calle– Acepto tu sugerencia. Pero no te extrañe si no me encuentras allí. Hasta luego, Zayn.
–Hasta luego, desconocida sexy del taxi.
MariiD'Horan
Capítulo uno. {Segunda parte}
Capítulo Uno.
{Segunda parte}
».{Segunda parte}
Mi desconocido era cautivador. Sin embargo, no soy para el y el no es para mi. De hecho, ningún hombre lo era desde aquél día. Diesciseis años; sin novio y con mi registro de “aventuras” más limpio que aquellos jardines del London Scuare. Definitivamente, yo no era como esas otras adolescentes.
No era del montón. Era diferente,lo cual hacía que ahuyentara chicos. Sonrío hipócritamente a la vecina del segundo piso. Marco “23 B” en el panel del ascensor y seguido me acomodo viendo mi celular. “22:25”. Louis me matará. Solía ser muy testarudo y molesto cuando llegaba a esas horas. El es mi compañero de habitación, mi mejor amigo. El ascensor se detiene abriendo sus puertas metálicas de cada lado. Salgo de este y tomo en manos mis llaves, la inserto en la cerradura pintada como mármol y giro esta misma.
–¡Donde se suponía que estabas! ¡Todo el día estuve preocupado por ti! –Louis me recibe molesto.
–Calmate, solo estaba con mi tía en London Scuare.
–Por lo menos avisa que llegarás tarde, Emilia.
–¡Emily! No me gusta que me digas Emilia.
–Cuando estoy molesto te llamo como quiero, querida. –Camina al rededor de mi aura– No creas que me creí ese cuentito de tu tía. ¿Como se llama el chico? ¿Lo conozco? ¿Es virgen? ¡Oh! –Se emociona– ¡Perdiste tu virginidad!
–Que demonios, Louis. –Río por sus expresiones– No es nadie. De verdad estuve con la tía Karen.
–Ay, Emily. Dulce y muy perdida Emily. Las chicas de tu edad no suelen llegar a estas horas por visitar a sus tías o familiares –Camina de nuevo deteniéndose frente a mi– Normalmente duran treinta minutos. Me extraña que no huelas a lícor, no te emborrachó. Debe ser un buen chico.
–Louis, no tengo nada. Ni una aventura. No conoces al chico, no sé como se llama. No sé si es virgen y no. Aún no pierdo mi virginidad. Si me permites –Camino al pasillo– Estoy agotada.
–¡Descubriré todo! –Louis grita en el living mientras abro la puerta de mi habitación.
Destinada a lanzar todo lo que se me interponga en mi camino entro a mi muy desordenada habitación. Lanzo mis zapatos y me desvisto de pies a cabeza solo quedando en ropa interior. Me cubro con las sábanas y apago todo tipo de lámpara que tenga foco o una luz.
Con mi peor cara tomo un camisón y me lo pongo bajando las escaleras. Maldigo al timbre por sonar ahora, a estas horas. Louis no está. Nunca está tan temprano en la mañana.
–¡Emilia! –Vivian sonríe emocionada– Mamá me dio la dirección de tu departamento y quise venir a visitarte. Eres la primera y única chica que vive sola en un departamento. ¿Se puede? Veo que te desperté. Me disculpo por no avisar.
–Tranquila –Le sonrío– Eres bienvenida. Pasa, ponte cómoda.
–¿Saldrás hoy? Como... a la, ¿P. Central?
–Pues sí. ¿Como sabías? Como sea, ayer un chico me invito. De la manera más patética que te imaginarías.
–¿Como? –Vivian abrió los ojos preocupada– Eh, es qué, quería ver si ese chico... vale.
–Ni importa.
–¿Una cita? ¿Como se llama el chico?
–Zayn.
–Raro nombre, pero se escucha sexy. –Ella se estira y deja su bolso en el sofá pequeño– Vistete y arreglate, iremos de compras.
–¿De verdad quieres gastar tu tiempo en ir de compras conmigo para algo que ni me interesa?
–¿No quieres?
–No. Y menos, para una cita.
–Ya lo veremos.
No era del montón. Era diferente,lo cual hacía que ahuyentara chicos. Sonrío hipócritamente a la vecina del segundo piso. Marco “23 B” en el panel del ascensor y seguido me acomodo viendo mi celular. “22:25”. Louis me matará. Solía ser muy testarudo y molesto cuando llegaba a esas horas. El es mi compañero de habitación, mi mejor amigo. El ascensor se detiene abriendo sus puertas metálicas de cada lado. Salgo de este y tomo en manos mis llaves, la inserto en la cerradura pintada como mármol y giro esta misma.
–¡Donde se suponía que estabas! ¡Todo el día estuve preocupado por ti! –Louis me recibe molesto.
–Calmate, solo estaba con mi tía en London Scuare.
–Por lo menos avisa que llegarás tarde, Emilia.
–¡Emily! No me gusta que me digas Emilia.
–Cuando estoy molesto te llamo como quiero, querida. –Camina al rededor de mi aura– No creas que me creí ese cuentito de tu tía. ¿Como se llama el chico? ¿Lo conozco? ¿Es virgen? ¡Oh! –Se emociona– ¡Perdiste tu virginidad!
–Que demonios, Louis. –Río por sus expresiones– No es nadie. De verdad estuve con la tía Karen.
–Ay, Emily. Dulce y muy perdida Emily. Las chicas de tu edad no suelen llegar a estas horas por visitar a sus tías o familiares –Camina de nuevo deteniéndose frente a mi– Normalmente duran treinta minutos. Me extraña que no huelas a lícor, no te emborrachó. Debe ser un buen chico.
–Louis, no tengo nada. Ni una aventura. No conoces al chico, no sé como se llama. No sé si es virgen y no. Aún no pierdo mi virginidad. Si me permites –Camino al pasillo– Estoy agotada.
–¡Descubriré todo! –Louis grita en el living mientras abro la puerta de mi habitación.
Destinada a lanzar todo lo que se me interponga en mi camino entro a mi muy desordenada habitación. Lanzo mis zapatos y me desvisto de pies a cabeza solo quedando en ropa interior. Me cubro con las sábanas y apago todo tipo de lámpara que tenga foco o una luz.
“Mañana en la P. Central con un chico que no conozco. Un cretino según mis instintos.”
Con mi peor cara tomo un camisón y me lo pongo bajando las escaleras. Maldigo al timbre por sonar ahora, a estas horas. Louis no está. Nunca está tan temprano en la mañana.
–¡Emilia! –Vivian sonríe emocionada– Mamá me dio la dirección de tu departamento y quise venir a visitarte. Eres la primera y única chica que vive sola en un departamento. ¿Se puede? Veo que te desperté. Me disculpo por no avisar.
–Tranquila –Le sonrío– Eres bienvenida. Pasa, ponte cómoda.
–¿Saldrás hoy? Como... a la, ¿P. Central?
“Plaza central a las seis, mañana. No faltes.”
–Pues sí. ¿Como sabías? Como sea, ayer un chico me invito. De la manera más patética que te imaginarías.
–¿Como? –Vivian abrió los ojos preocupada– Eh, es qué, quería ver si ese chico... vale.
–Ni importa.
–¿Una cita? ¿Como se llama el chico?
–Zayn.
–Raro nombre, pero se escucha sexy. –Ella se estira y deja su bolso en el sofá pequeño– Vistete y arreglate, iremos de compras.
–¿De verdad quieres gastar tu tiempo en ir de compras conmigo para algo que ni me interesa?
–¿No quieres?
–No. Y menos, para una cita.
–Ya lo veremos.
MariiD'Horan
Re: Just a way {Zayn Malik}
Aasdfghj Gracias:33Mar_love1D escribió:Hola!
Adoré el cap.
Cuándo puedas seguila!
Bye!
:bye:
Ya la sigo c:
:bye:
MariiD'Horan
Re: Just a way {Zayn Malik}
Holaaa' Linda bueno creo que ya sabes que te envie un PM noo? bueno soy Fato &&? Me ah encantado Nueva &&? muy Fiel lectora
I Love Me
Re: Just a way {Zayn Malik}
Asdfghjk amo el foro *-* Lo de arriba lo leí primero como un puchero: Own xDDD
Buano, HOY estoy muy inspirada y quiero escribir hasta que me sangren los dedos *-*
Así que, hoy es seguro el cap completito:33
Besoos:33
Buano, HOY estoy muy inspirada y quiero escribir hasta que me sangren los dedos *-*
Así que, hoy es seguro el cap completito:33
Besoos:33
MariiD'Horan
Re: Just a way {Zayn Malik}
Capítulo Dos.
{Primera parte}
».{Primera parte}
Vivian no dejaba de sacar zapatos, bolsos y vestidos. Me probé solo uno, era rojo. No un rojo normal, este era sensual y el vestido tenía un diseño hermoso. Así es, Vivian me convenció de ir de compras.
Salí del probador con mis tenis aún puestos. Me miré por ultima vez en el espejo y abrí las cortinas que tapaban mi espacio. Vivian no podía estar mas emocionada. Me entregó unos zapatos de tacón alto y me alentó a ponermelos. Eso hice. Casi agarrándome de los estantes por el tacón, no estaba acostumbrada a usarlos. Mis ropas eran siempre, sudaderas, tenis y pantalones rasgados. Nunca un vestido tan sensual como lo era el rojo o unos zapatos elegantes como los negros que Vivian me dio.
–Se derretirá ante ti. –Dijo sonriéndo– No tendrá de otra. Seguro hoy se dan un beso.
–No iré a mi “cita” con Zayn vestida así. –Hice comillas y me devolví al espacio.
Quité los zancos y con una mano masaje mi pie. Seguido el vestido y me puse de nuevo mis ropas holgadas y sencillas. Era yo, nadie más. No iba a pretender ser una zorra frente a Zayn y no lo haría con ningún otro chico. Obvio, si esa oportunidad alguna vez se presenta.
Con Zayn, solo saldré. Como amigos. La palabra “novio” o “pareja” no está en mi diccionario.
–¿A qué hora tienes que ir? –Me pregunta conduciendo a mi departamento.
–Seis. –Dije sin mirarla.
–¿Importa ser impuntual? –Dice cruzando.
–No. ¿Necesitas algo?
–Tampoco. Quería solo saber. ¿Tienes su numero?
–Sólo sé que tengo que estar a las seis.
–Esto será frustrante. –Dice.
No entendía la razón de Vivian, pero mi lógica era: cometí un error al aceptar. ¿Qué sabía de el? Nada.
Hundida en mis pensamientos, noté a un chico detrás de la otra calle. Abrí el ventanal y era el.
Zayn estaba parado frente a un puesto de revistas. Tenía sus manos en sus bolsillos y cargaba puesta una chaqueta negra de cuero. Lentes aviadores y cargaba dos revistas en su mano.
Enserio, no conocía a este chico.
–No puedes negarte a ir. –Vivian me replicaba.
–¿Por qué tanto interés por eso? Zayn conmigo no llegaría a nada, no tendríamos nada. Y, sí. Iré. Si eso te hace tan feliz, pues iré. Si termino desangrada en una esquina, espero que no tengas tu conciencia limpia por cinco años.
–Contaré con ello. Ahora, ve. Se hace tarde.
Camino lejos del departamento dirigiéndome a la P. Central. Siento miedo e inseguridad. Siento escalofríos repentinos. Pienso en arrepentirme e irme al departamento, dormir una buena siesta y despertar con ninguna culpa de haber o no haber ido. Sin embargo, no me echo para atrás. Lo haré y sobreviviré a esto, a una: cita.
Salí del probador con mis tenis aún puestos. Me miré por ultima vez en el espejo y abrí las cortinas que tapaban mi espacio. Vivian no podía estar mas emocionada. Me entregó unos zapatos de tacón alto y me alentó a ponermelos. Eso hice. Casi agarrándome de los estantes por el tacón, no estaba acostumbrada a usarlos. Mis ropas eran siempre, sudaderas, tenis y pantalones rasgados. Nunca un vestido tan sensual como lo era el rojo o unos zapatos elegantes como los negros que Vivian me dio.
–Se derretirá ante ti. –Dijo sonriéndo– No tendrá de otra. Seguro hoy se dan un beso.
–No iré a mi “cita” con Zayn vestida así. –Hice comillas y me devolví al espacio.
Quité los zancos y con una mano masaje mi pie. Seguido el vestido y me puse de nuevo mis ropas holgadas y sencillas. Era yo, nadie más. No iba a pretender ser una zorra frente a Zayn y no lo haría con ningún otro chico. Obvio, si esa oportunidad alguna vez se presenta.
Con Zayn, solo saldré. Como amigos. La palabra “novio” o “pareja” no está en mi diccionario.
–¿A qué hora tienes que ir? –Me pregunta conduciendo a mi departamento.
–Seis. –Dije sin mirarla.
–¿Importa ser impuntual? –Dice cruzando.
–No. ¿Necesitas algo?
–Tampoco. Quería solo saber. ¿Tienes su numero?
–Sólo sé que tengo que estar a las seis.
–Esto será frustrante. –Dice.
No entendía la razón de Vivian, pero mi lógica era: cometí un error al aceptar. ¿Qué sabía de el? Nada.
Hundida en mis pensamientos, noté a un chico detrás de la otra calle. Abrí el ventanal y era el.
Zayn estaba parado frente a un puesto de revistas. Tenía sus manos en sus bolsillos y cargaba puesta una chaqueta negra de cuero. Lentes aviadores y cargaba dos revistas en su mano.
Enserio, no conocía a este chico.
–No puedes negarte a ir. –Vivian me replicaba.
–¿Por qué tanto interés por eso? Zayn conmigo no llegaría a nada, no tendríamos nada. Y, sí. Iré. Si eso te hace tan feliz, pues iré. Si termino desangrada en una esquina, espero que no tengas tu conciencia limpia por cinco años.
–Contaré con ello. Ahora, ve. Se hace tarde.
Camino lejos del departamento dirigiéndome a la P. Central. Siento miedo e inseguridad. Siento escalofríos repentinos. Pienso en arrepentirme e irme al departamento, dormir una buena siesta y despertar con ninguna culpa de haber o no haber ido. Sin embargo, no me echo para atrás. Lo haré y sobreviviré a esto, a una: cita.
MariiD'Horan
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