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Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
No tengo problema :meh:Priscilla.- escribió:Si... Es un vicioPushi. escribió:Lo de amorosa lo se, :meh:Priscilla.- escribió:Ademas de mafiosa eres amorosa :eaea:Pushi. escribió:Solo yo tengo este poder amorosoPriscilla.- escribió:Que hermosa forma de demostrarloPushi. escribió:Enseguida, weona.Priscilla.- escribió:Pushi te amo... y se que soy pesada pero ¿Cuando subes?
Yo tambien te amo ._./
Nah mentira.
Aljdsldjdl. xd.
Todo el mundo lo sabe Pushuluda..
¿Lo de mafiosa? Tambien lo se, es un vicio la mafia
Voy a tener que mandarte a Grey para que te corrija...
khaleesi.
---
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
But, que hiciste? D: No me has hecho nada linda :ccccAran_Styles escribió:Disculpameeeee ;c
<333333333
khaleesi.
---
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
Me adoras? Aljdsldjdlsjdlsd, xddddddd. Ahora la sigodanaby1999 escribió::lloro:
BELLA PORFAVOR SUBE CAP te adoro pero a la vez te quiero matar por dejarla asi
Danuu Xx :P
khaleesi.
---
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
CAPÍTULO XXXVI
Rachel se limpió unas lágrimas traviesas que recorrían con dolor su mejillas, y escapó de ese lugar que alguna vez su padre dirigió.
El bolso que colgaba de su hombro estaba siendo estrujado por sus manos. Sus pies se estampaban con firmeza en el asfalto, su pecho se inflaba y desinflaba sin coordinación alguna.
La plaza se divisaba en el horizonte, y pronto éste pasó de ser una simple visión a un destino.
La preocupación era algo con lo que Rachel había aprendido a convivir últimamente. Era algo a lo que estaba acostumbrada a sentir, y sabía cuando era justo que apareciera.
Sin embargo, la acción de David había sido la culminación de una de sus más grandes preocupaciones: Que nadie se preocupara por ella. Ironía, ¿No?
La muchacha vivía atenta a lo que les pasaba a los demás, vivía pensando en otros que no fuera ella. ¡Mierda! Hasta lo de Alan, no era por ella. Lo único que quería era una respuesta, una minúscula señal de que ahora en adelante iba a recibir lo que exigía: Sinceridad.
Pero nadie quería darle la simpleza. Ningún ser aparentaba tener ganas de hablarle con honestidad, contarle, redactarle lo que sucedió una noche hace ocho años. Solo tenían que abrir la maldita boca.
Sin embargo nadie prestaba atención a sus gritos de auxilio, nadie parecía oírla. Poco a poco se estaba destruyendo. Sabía que el proceso de buscar a alguien que le dijera todo sería difícil, pero, nunca se imaginó que eliminaría casi cualquier rastro de lo que una vez fue.
No tenía más confianza en sí misma, se sentía tonta. Ilusa… Inútil. Tenía todo lo necesario en manos, sin embargo ellas no parecían saber qué hacer con ello.
Tuvo que desacelerar el paso, ya que se le hacía complicado caminar y ver por dónde iba si tenía sus ojos llenos de lágrimas. Si sentía dolor, rencor.
Ni David, ni Louis la habían ayudado. Al contrario, la habían perjudicado. Emocionalmente, físicamente, pues estaba agotada. Las respuestas no vendrían por si solas, no vendrían caminando; sin embargo parecía haber perdido el camino hacia ellas.
-¡Rachel!- Un grito masculino intervino sus pensamientos. Fuera quien fuera, venía de manera rápida a ella y no podría detenerlo. Procuró secarse las lágrimas y colocarse unos lentes de aviador hasta que sus ojos recuperaran su color normal; debían de estar rojos y no quería dar explicaciones. “Nadie me las da” Argumentó una voz en su cabeza.
Rachel esbozó una sonrisa débil, pero los suficientemente fuerte para tapar su momento de debilidad: y se dio vuelta lista para enfrentar a quien la estaba llamando.
-Liam - Mencionó, mientras tenía al susodicho enfrente de ella. El castaño llegó y se paró enfrente de ella con alivio.
-Que bueno encontrarte- Indicó, mientras sonreía ante su presencia. –En serio, no sabes cuánto me has salvado la vida.
-Espera, tranquilízate un poco- Espetó, haciendo un ademán de calma con las manos. -¿Por qué tanta alabanza?
-Hoy tendría que tener mi primera sesión de fotos. Contraté una modelo, le pagué y le dije que viniera. Llego al set y veo que no está, me desesperé y la busqué por todos lados, me dieron explicaciones de su paradero; pero fue una verdadera mierda, Rach. ¡Se accidentó! ¿Puedes creer que se accidentó? Tiene muletas, y no va a poder venir. En serio, no tengo plata para contratar a otra chica y no quieren poner un reemplazo hasta mañana porque están todas ocupadas, de viaje o en su día libre…- Hizo una pausa. Había hablado increíblemente rápido, y no entendía el porqué de tanto argumento. –Y no puedo. Tengo que entregar a una revista mis primeras fotos, y si no lo hago… ¡Me despedirán!- Exclamó con aire de derrota.
Rachel hizo una mueca, e inclinó la cabeza preguntándose qué rayos tenía ella que ver con eso. Liam suspiró y juntó ambas manos enfrente de su pecho, en posición de súplica.
-Necesito… que seas mi modelo, Rachel- La muchacha echó la cabeza para atrás y entrecerró los ojos. Si fruncía más el ceño, tendría en apenas unos segundos cuarenta años más de arruga en su frente.
No sabía si había escuchado bien o mal, pero esperaba que fuera la segunda opción.
-Disculpa, ¿Qué?- Replicó, acercándose con la oreja izquierda apuntando hacia su amigo. Quizás era un problema auditivo.
-Que necesito que modeles para mí- Replicó Liam más fuerte, y lento, creyendo que Rachel simplemente estaba jugando.
La castaña miró a Liam sin creer lo que estaba diciendo. Pero no era broma, o un chiste; era en serio. La desesperación de el castaño emanaba señales de auxilio, como un amigo necesitaba a una amiga.
Rachel no estaba de humor para posar sonriente, o de cualquier forma, normal frente a la cámara. Para nada. Sin embargo, Liam la necesitaba y la negación que ella estaba a punto de propinar quedó totalmente olvidada en el pasado pasajero.
-Está bien- Dijo luego de suspirar, y tratar de no volverse a poner nerviosa. Su amigo por poco suelta un chillido femenino, siendo que acababa de recibir el asentimiento que le salvaría el trasero, y por supuesto, de ser despedido.
-Vamos- Su compañero, con toda la confianza del mundo, la tomó de la mano y comenzó a guiarla entre la multitud de gente que llenaba las calles a la hora pico. Con su palma libre, Rachel se retiró una última lágrima rebelde que corría por su cara antes que se diera cuenta Liam. Pero al parecer no había sido lo suficientemente rápida, o disimulada ya que el castaño se detuvo, haciendo que la castaña –que venía a paso rápido detrás de él- chocara contra la espalda de éste. El muchacho juntó sus cejas en una clara señal de preocupación, cuando se animó a preguntarle. -¿Estás bien?- Rachel instintivamente asintió con la cabeza frenéticamente, ocultando una verdad debajo de una mentira. Es que al parecer estaba acostumbrada ya, y no sabía si se le sacaría alguna vez.
Liam la miró no muy convencido, pero el apuro del momento lo obligó a dejar pasar esa ocasión.
Pero solo por esa vez; ya la había encontrado llorando una vez y no le extrañaba que pudiera estar haciéndolo de nuevo.
***
La oji-verde extendió sus brazos, mientras se observaba en el espejo. Daba una vuelta, dos vueltas, incluso giraba sin parar, y no lograba convencerse que estuviera a punto de dejarse fotografiar.
Nunca se había sentido una persona muy fotogénica, y mucho menos alguien apto para modelar. Pero favores eran favores, y no podía dejar plantado a su amigo ahora.
Se sentía incómoda, y extremadamente extraña. Llevaba puesto un bikini de dos piezas, de color azul marino y con puntos blancos creando una estampa muy vintage.
Su peinado constaba en una especie de batido recogido, y labial rojo intenso, obligando a que el maquillaje se redujera a algo muy natural, sino parecería un drag queen si descuidaban el control de ése.
No se convencía, y el reconocimiento de su aspecto físico iba más allá de lo imposible.
-Ya me estoy arrepintiendo…- Murmuró, al ver que luego, estaba casi asegurada la sensación de desgrado al observar las –futuras- fotografías.
-¡Rachel!- La llamó Liam, él estaba hablando con quien sería la mujer que los fotografiaría y se mostraba con una euforia ya recurrente en las personas que se dedicaban a éste trabajo.
La castaña caminó con lentitud hacia el dúo de jóvenes que la estaban esperando, sin embargo, pronto se vio detenida por una presencia inesperada y desagradable.
Se quedó lo suficientemente estática como para llamar la atención, y luego decidió que era momento de explicaciones. Explicaciones que claramente se le habían salteado a Liam Payne.
-Discúlpenme un momento- Señaló Rachel, mientras con pasos apresurados y escurridizos, corrió hasta un lugar privado, y lo suficientemente escondido para quejarse y chillar por lo que estaba a punto de ocurrir.
Una sala de vestuario había sido la escogida, cerró la puerta con intensidad innecesaria y empezó a caminar de un lado a otro.
“Imbécil…” Susurró. Se agarraba el pelo, pero nunca lo suficientemente fuerte como para arruinar un trabajo de casi una hora, y litros de fijador. Sus pies se movían impacientemente, haciendo contracto con el frío del piso.
“Louis me va a matar…” Pensó, poniéndose nerviosa tan solo pensando que Louis tenía una posibilidad de enterarse. “Si él se entera de todo” Indicó un pensamiento mucho más negativo.
Liam entró disimuladamente por la puerta, no sin antes fijarse si alguien lo seguía. Intuía que Rachel querría hablar a solas.
-¡Tu!- Lo señaló. Liam levantó las manos en defensa propia sin siquiera saber de que lo estaban acusando. –Tu- Rezongó mientras se acercaba a paso apresurado hacia el muchacho. Rachel hizo ademán de estrujarle la cabeza con ambas manos, sin embargo se detuvo a centímetros de ésta, quedándose con las ganas de liberar el estrés acumulado en cuestión de minutos.
-¿Yo, qué?- Interrogó. Rachel se río sarcásticamente, echando la cabeza dramáticamente hacia atrás.
-¡Tú, todo!- Exclamó. Liam se sintió aún más confundido que antes.
-¿Porqué?
-¡Porque no me dijiste en ningún momento que tenía que trabajar con Luciano Di Mazza!- Liberó. Decirlo era agotador, y recrear las palabras de Louis era todavía más tenebroso.
“No quiero que te metas con él” Había advertido. Sus palabras habían sido firmes y más claras que el agua, Louis no quería que tuviera nada que ver con el hombre aprovechador. El que utilizaba cualquier excusa para meterse con sus modelos. Sin embargo allí estaba, a momentos de posar para un cámara en un conjunto que tenía menos delgadez que ropa interior de Victoria’s Secret.
Aunque, no era su culpa de hecho. Liam había omitido el detalle de trabajar con otro hombre; un detalle muy importante.
-No te lo dije porque no quería que te echaras para atrás- Explicó Liam. Rachel blanqueó los ojos en un intento de insultar al castaño.
-Liam, yo te quiero mucho, pero… Me tendrías que haber dicho. Me trajiste engañada- Reclamó la castaña, ganándose el completo arrepentimiento de Liam. El sabía que la había conducido a ciegas, sin embargo, no estaba al tanto del problemas que llevaba por nombre Luciano. Ni mucho menos Louis, quien estaba de seguro trabajando en uno de los pisos de ese edificio; por cruzarse en cualquier momento con esa persona a la cual tiene desprecio.
-Lo siento…- Murmuró apenado. Rachel asintió con la cabeza levemente, mientras se retiraba de ese espacio tan reducido y privado. Abrió la puerta, y se encontró con Luciano a lo lejos; solo que ésta vez, el se encontraba en nada más que un traje de baño.
La castaña alzó la cabeza hacia el cielo, rogando que esto acabara pronto. No quería ni imaginarse en como estaría en los próximos minutos, pero sería mejor acabarla de una vez.
Sus pasos resonaron por el gran salón que se había convertido en un estudio de fotos. La iluminación no bastaba para ocultar la oscuridad en la que sentía que se estaba sumiendo. Supuestamente había aceptado en primer lugar para distraerse de todos los problemas que la rodeaban, pero, ahora que lo pensaba… Había caminado directamente hacia uno.
-Hola, preciosa- Habló Luciano, mientras una sonrisa torcida se tatuaba en su rostro. Rachel sintió su estómago revolverse ante sus palabras, pero decidió quedarse… No podría ser tan malo como pensaba ¿O sí?
-Hola Luciano- Su saludo, a pesar de tratar de sonar cordial, salió un poco forzado y seco. Luciano no parecía dar crédito a esto, ya que estaba más ocupado examinando a Rachel con lujo detalle.
La castaña se sintió sumamente intimidada e influida por la mirada de los ojos de el castaño. Su barba había crecido un poco, y sus ojos eran de un color casi negro. Sus apariencia gritaba italiano a los cuatro vientos, pero su forma de utilizarla, su manera de llevar este “look” decía mujeriego.
Y pues, ¿De dónde creían que sacaba su reputación?
-Te ves bien- Acató el hombre, mientras se mordía el labio. “Idiota” pensó Rachel. Si tenía intención alguna de conquistarla, su oportunidad había pasado ni bien Louis le había advertido de él.
-Gracias- Rezongó, sintiéndose con su comentario de mil maneras, menos halagada. La encargada de la producción los acomodó ni bien tuvo la chance. Rachel, quedó delante de Luciano, y éste atrás, per1o pegado a ella. Unos escalofríos le invadieron el cuerpo, y los vellos del brazo se le erizaron al sentir como el castaño posaba sus manos grandes firmemente sobre la cintura de ella; y como si fuera poco, hizo un recorrido innecesario con sus manos por su cadera para hacerlo.
Automáticamente, el sub-consciente de Rachel hizo una comparación meramente precavida y estudiosa. Las manos de Luciano, no eran nada comparadas a las de Louis. Y a pesar de que en ese momento quisiera negarlo –por la distancia que quería mantener-, prefería mil veces a que él estuviera en el lugar de Luciano.
Las palmas de el modelo eran rasposas, duras… y como si hubieran estado en mil lugares antes de tocarla a ella. No era experta en “análisis de manos”, pero ella sabía que su tacto no le agradaba.
En cambio, las de Louis eran suaves, atentas , y se sentía privilegiada cuando tenía la oportunidad de siquiera rozarlas. Louis la había acariciado, mimado con su tacto, no como Luciano, que parecía tener en sus planes –como había hecho mil veces antes- tocarla sin ningún pudor.
Luciano era un golpe a su cuerpo, Louis era una caricia delicada. Estaba dicho.
-Bien, supongo que quieren que empiece… así que, pónganse cómodos- Indicó Liam. Rachel rodó los ojos, mientras tomaba respiraciones artificiales. No sabía cual iba a ser el destino de esa sesión, su futuro era dolorosamente incierto y lo peor… Luciano era asquerosamente predecible.
-Estoy más que cómodo- Alegó Luciano, mientras su aliento chocaba como una ráfaga en pleno huracán contra el cuello de Rachel, logrando que se estremeciera; pero no de una manera placentera.
Una vez que vio como los ojos de Liam se ocultaban tras el aparato que los retrataría, la castaña no pudo evitar sentir una última oportunidad de disgusto y asco. No quería encontrarse en esa situación, sin embargo, ya lo estaba.
-Sonríe, preciosa.
***
-Espero que todo esté bien- El castaño caminaba resonante con sus pasos por los pasillos de la empresa. De vez en cuando daba un vistazo general a que todo se estuviera cumpliendo tal y como debía de ser, pero ahora, simplemente estaba bajando las escaleras mientras una de las tantas muchachas que trabajaban en ese sitio caminaba al lado de él.
-Sí, señor Tomlinson. Las fechas están confirmadas- Alegó la rubia peinada en una coleta.
-Perfecto. Puedes retirarte- Anunció el oji-azul mientras la muchacha de no más de veinticinco años asentía.
Louis caminaba tranquilamente por los pasillos revisando papeles y puros trámites del trabajo.
No había podido sacarse a Rachel de la cabeza durante toda la mañana, y al parecer no tenía plan alguno de hacerlo durante el resto del día.
Quizás si hablaba con ella… No, no podía permitirse tener semejante conversación con ella. No podía decirle nada, y sin embargo, tenía toda la necesidad de soltar los verdaderos sucesos. Porque quizás en el mejor de los casos, ella entendería… y saldrían adelante juntos. Resolverían todos los inconvenientes que quedaban por resolver, y terminarían con todo eso de una buena vez.
Por otro lado, había una posibilidad que desgraciadamente, en la cabeza de Louis, era la que más chances tenía de cumplirse: Rachel se enfadaría con él, y conociendo lo impulsiva y a veces despreocupada por ella misma que era, cometería una estupidez. Y lo peor, una estupidez basada en la verdad de todo.
El vistazo al espacio que era frecuentemente concurrido por modelos, fotógrafos y diseñadores se estaba haciendo bastante extenso para su gusto. Quizás, si hubiera sido otro día, o quizás unos meses atrás, hubiera disfrutado de ver como la gente pasaba de estar en un estado camuflado y total de relajación, a un vano intento de demostrar que estaban haciendo algo, en vez de simplemente aprovechar los lujos que la empresa les otorgaba. Entre ellos, comida de primera mano gratis, revistas, entrevistas, y acceso a cualquier archivo exclusivo.
Pero ahora, sus pensamientos estaban demasiado distorsionados como para fijarse en las actitudes de sus empleados.
Pasó por enfrente de los diversos estudio que se enfilaban por dentro del edificio. Los enormes cristales –en vez de paredes- le permitían ver todo hacia dentro con el simple hecho de caminar por los pasillos. Sería increíblemente ridículo si tuviera que entrar puerta por puerta preguntando que estaban haciendo; era una pérdida de tiempo y de energía.
Las sesiones de fotografía al parecer iban perfectamente, como debía ser, en tiempo y forma. Pero algo estaba fuera de lugar.
En una lista colocada sobre cada puerta transparente, se encontraba un horario fijado para cada sesión de fotos. Louis sintió extrema curiosidad por una hora en particular, que estaba acompañado de un nombre no muy agradable.
“15:00 Revista Valentine; Luciano Di Mazza, modelo a confirmar”
Louis se rascó la barbilla no muy convencido de la escritura sobre el papel. Había subestimado la ausencia de Luciano, y ahora estaba en su edificio sin siquiera haberlo dejado acercarse a menos de diez metros de la puerta.
Estirando el cuello, y enfocando la vista adentro; pudo obtener una visión perfecta de lo que estaba sucediendo. Como siempre, Di Mazza estaba en una posición bastante comprometedora en relación a la modelo.
La muchacha se encontraba de espaldas, con la cabeza apoyada en su pecho. Las manos indecentes e indiscretas de Luciano se apoyaban firmes y rígidas sobre los muslos de ella. Una sonrisa arrogante se dibujaba en su cara cual tatuaje, de hecho, parecía un tatuaje, ya que Louis estaba acostumbrado a ver esa mueca asquerosa en su cara cada vez que los hechos impredecibles los obligaban a encontrarse.
El castaño decidió seguir su camino sin las ganas de ir y discutir con el modelo italiano. Estaba agotado mentalmente, y una discusión de seguro los llevaría a una pelea física que solo lo molestaría aún más. Sin embargo, para la desgracia de Louis, un solo movimiento permitió que viera una confrontación segura en el futuro.
La castaña se dio vuelta, y se apartó resignada al contacto con Luciano. Sin embargo, ya la había tocado.
Los puños de Louis se cerraron con fuerza, su respiración había aumentado radicalmente. Empezó a practicar un discurso pacifista, y un método de terminar bien las cosas, pero, al contrario de lo que esperaba, el no deseaba decirle “Hola, que haces tocando a mi novia; por favor quita tus manos de encima”. La rabia lo había empezado a consumir ni bien pasaron diez segundos de la visión imprudente. No solo Rachel estaba modelando, sino que estaba con él. Le había advertido. Le había dicho que se alejara. Pero la conocía demasiado bien, y así como él le decía las cosas, ella las pasaba por alto aún más rápido.
Con la cólera corriendo por sus venas como glóbulos rojos corrientes, sacudió la puerta de un solo manotazo y entró al estudio que pronto se convertiría en un desastre.
-¡¿Qué mierda?!- Las palabras podían ser las más equívocas para postergar un pleito, y por supuesto, el no tenía ninguna intención asociada a ello. Rachel sintió el temblor recorrer su cuerpo. Sabía que esto pasaría.
-Louis…- Murmuró apenas audible la muchacha, sin embargo, éste leve sonido fue lo suficientemente fuerte para que el castaño le prestar atención. ¡Que decía! La atención había estado sobre ella desde el momento en que cruzó la sala.
El silencio flotaba en la sala, espeso y tenso; esperando ser corrompido por el primero que tuviera la valentía de decir algo. Sin embargo, nadie se atrevía. Las consecuencias eran imaginables, tanto para Rachel, Luciano, Liam y Louis.
El castaño que se encontraba alterado por dentro, pero con una calma falsa y esforzada por fuera, dio un paso hacia Luciano con los brazos cruzados tratando de encontrar una excusa válida para su acercamiento. No podía eliminar la imagen de Luciano y Rachel, no al menos en ese momento… o quizás en meses.
-Vaya, luces enfadado, Tomlinson- Acató Luciano. Louis se proporcionó unos consejos mentales de cómo inhalar y exhalar, logrando evitar darle el primer puñetazo apenas se le diera la oportunidad.
-Un poco, ¿Quién te dio permiso de venir acá?- Gruño el castaño, mientras miraba de reojo a Rachel. No solo había traspasado los límites de su empresa, sino que desapareció cualquier límite emocional posible. Intenta toquetear a Rachel… No lo había hecho, porque no le había dado la chance.
-Novatas, ya sabes cómo se dejan inducir- Se encogió de hombros, como si estuviera acostumbrado. Un montón de muchachas dispuestas a hacer cualquier cosa por el no era novedad, de hecho. –Además, necesitaba una portada. Hacía tiempo que no veía mi cara en todos lados- La arrogancia era asquerosamente palpable en su voz. La tensión se podía cortar fácilmente con un cuchillo, y aun así, ésta no se disiparía fácilmente.
Luciano se había ganado el odio eterno de Louis.
-Quiero que te retires antes de que me arrepienta de la calma con que estoy sobrellevando esto- Gruñó con desdén el castaño. Sus palmas se habían exprimido tanto que sus nudillos estaban pálidos y el dorso rojo. Esperaba expectante las próximas palabras de Luciano. Y para su disgusto, estas llegaron antes de lo requerido.
-No, gracias. Vine acá y voy a hacer esto… Voy a hacer lo mío- Caradura, Luciano caminó y cortó el escaso espacio que quedaba entre ellos dos alertando al máximo a las personas testigos de la situación. Louis respiro por la nariz y exhaló por la boca. Estaba listo para noquearlo. –Y…- se acercó, peligroso hacia la oreja de el castaño y habló escupiendo sus palabras. –Lo mejor de todo… es que voy a hacer lo mío con tu novia- Los oídos de Louis retumbaron ante las aclaraciones de el hombre.
Cínicamente, pero con una falta total de humor, soltó una carcajada que retumbó por todo el lugar. Sus ojos se fijaron en el cuerpo expuesto de Rachel, en sus piernas, su abdomen… su cara. ¿Por qué estaba asustada si ella misma se había metido en ese lugar?
Louis alzó una ceja y se separó levemente para enfrentar la cara repleta de confusión de Luciano.
Empezó a negar con la cabeza, mientras la sonrisa irónica no se borraba de su rostro. Lo señaló con el dedo moviéndolo frenéticamente como si le hubiera contado un chiste en los últimos dos segundos; sin embargo había laca de gracia en el aire.
Abruptamente, el oji azul se colocó tieso y firme, seguro de que la atención de Luciano no estaba en falta en ese momento. Sus manos viajaron a su cintura para posarse en ella, mientras el peso de su cuerpo pasaba de una pierna a otra.
-Por supuesto que no, amigo- Sin más palabras que decir o recitar, sus manos tomaron al fin un poco de voluntad propia y fueron a parar al rostro de quien hace rato lo venía desafiando.
El hombre, sin intención alguna de defenderse, simplemente se tiro al piso y se empezó a preocupar por su nariz rota. Louis estaba seguro que unos miles de dólares en cirugía no le preocuparían para nada. Pero estaba contento, ya que su rostro estaba dañado, y esto le dejaría algunos meses sin trabajo.
Rachel ahogó un grito. A pesar de ser un simple puñetazo, la castaña sabía que le había hecho daño; pues, gotitas de sangre manchaban el recientemente piso encerado. Desesperada por evitar una discusión, corrió hacia donde su cartera se encontraba y se la colgó en el hombro.
Louis notó los bruscos y escurridizos movimientos de su novia, y así como ella hizo con su cartera, el se la colgó en los hombros.
-Louis!- Exclamó sorprendida mientras golpeteaba la espalda de el castaño.
Liam observaba anonado la escena con su cámara todavía entre sus manos. Deseaba salir de allí, y al parecer tendría su salida ansiada –desgraciadamente- No tenía dudas que Louis lo despediría, así que, si creía tener un poco de dignidad, estaba pensando ya en renunciar directamente.
-Vamos a hablar- Indicó con un tono de gracia oscuro, saliendo hacia los pasillos de la empresa. Rachel intentaba vanamente escaparse, pero luego las consecuencias del intento se empezaron a enlistar en su cabeza. ¿Qué haría si lograba librarse? ¿Correría por las calles? Si estaba en nada más que un diminuto traje de baño. Mientras más se ponía a pensar, peor se veían las cosas si corría lejos del edificio Tomlinson.
-¡¿Qué mierda miras?!- Escuchó gritar a Louis. Rachel levantó la cabeza como pudo y se encontró con los ojos verdes de Harry abiertos de par en par. -¿Qué estás haciendo aquí?- El castaño con rulos miraba con un deje de diversión la situación, pero la gracia desapareció como polvo en el viento cuando giró su cabeza y vio a Luciano tirado en el piso.
-Oh… veo que estabas ocupado- Sonrió Harry. El no tenía alguna intención de tener pena, o siquiera ir a ayudarlo. Harry sentía el mismo nivel de simpatía por el herido que Louis. Y también como su amigo, la consideración no era una característica estable dentro de su personalidad. –Vine a ver a Charlotte… ¿Estarán bien?- Indicó el oji verde con un movimiento de cabeza refiriéndose a ellos.
-Si… fíjate que Luciano se vaya lo más antes posible- Louis empezó a caminar con una resignada Rachel a cuestas, pero se detuvo. –Oh y Harry- El nombrado se giró para escuchar nuevamente alguna palabra de parte suya. –Que ni utilice el servicio médico de la empresa, por favor- Mencionó con burla. Harry se lanzó con una carcajada, mientras con una postura completamente relajada se alejaba de ellos.
Louis se olvidó un detalle, por lo que con rapidez –o al menos la suficiente para que Rachel no saliera corriendo- posó a la castaña sobre sus pies nuevamente. Se quedo parada, quieta y sin saber qué hacer, mientras el oji azul se sacó el saco y se lo colocó encima de Rachel.
-Listo, ahora no voy a tener que soportar más miradas sobre ti- Rezongó, mientras con resoplido de parte de la castaña, volvía a lanzarla sobre su hombro. De ésta manera, sin más palabras que decir, se dirigió dispuesto a tener una conversación privada en su oficina con ella.
Rachel se limpió unas lágrimas traviesas que recorrían con dolor su mejillas, y escapó de ese lugar que alguna vez su padre dirigió.
El bolso que colgaba de su hombro estaba siendo estrujado por sus manos. Sus pies se estampaban con firmeza en el asfalto, su pecho se inflaba y desinflaba sin coordinación alguna.
La plaza se divisaba en el horizonte, y pronto éste pasó de ser una simple visión a un destino.
La preocupación era algo con lo que Rachel había aprendido a convivir últimamente. Era algo a lo que estaba acostumbrada a sentir, y sabía cuando era justo que apareciera.
Sin embargo, la acción de David había sido la culminación de una de sus más grandes preocupaciones: Que nadie se preocupara por ella. Ironía, ¿No?
La muchacha vivía atenta a lo que les pasaba a los demás, vivía pensando en otros que no fuera ella. ¡Mierda! Hasta lo de Alan, no era por ella. Lo único que quería era una respuesta, una minúscula señal de que ahora en adelante iba a recibir lo que exigía: Sinceridad.
Pero nadie quería darle la simpleza. Ningún ser aparentaba tener ganas de hablarle con honestidad, contarle, redactarle lo que sucedió una noche hace ocho años. Solo tenían que abrir la maldita boca.
Sin embargo nadie prestaba atención a sus gritos de auxilio, nadie parecía oírla. Poco a poco se estaba destruyendo. Sabía que el proceso de buscar a alguien que le dijera todo sería difícil, pero, nunca se imaginó que eliminaría casi cualquier rastro de lo que una vez fue.
No tenía más confianza en sí misma, se sentía tonta. Ilusa… Inútil. Tenía todo lo necesario en manos, sin embargo ellas no parecían saber qué hacer con ello.
Tuvo que desacelerar el paso, ya que se le hacía complicado caminar y ver por dónde iba si tenía sus ojos llenos de lágrimas. Si sentía dolor, rencor.
Ni David, ni Louis la habían ayudado. Al contrario, la habían perjudicado. Emocionalmente, físicamente, pues estaba agotada. Las respuestas no vendrían por si solas, no vendrían caminando; sin embargo parecía haber perdido el camino hacia ellas.
-¡Rachel!- Un grito masculino intervino sus pensamientos. Fuera quien fuera, venía de manera rápida a ella y no podría detenerlo. Procuró secarse las lágrimas y colocarse unos lentes de aviador hasta que sus ojos recuperaran su color normal; debían de estar rojos y no quería dar explicaciones. “Nadie me las da” Argumentó una voz en su cabeza.
Rachel esbozó una sonrisa débil, pero los suficientemente fuerte para tapar su momento de debilidad: y se dio vuelta lista para enfrentar a quien la estaba llamando.
-Liam - Mencionó, mientras tenía al susodicho enfrente de ella. El castaño llegó y se paró enfrente de ella con alivio.
-Que bueno encontrarte- Indicó, mientras sonreía ante su presencia. –En serio, no sabes cuánto me has salvado la vida.
-Espera, tranquilízate un poco- Espetó, haciendo un ademán de calma con las manos. -¿Por qué tanta alabanza?
-Hoy tendría que tener mi primera sesión de fotos. Contraté una modelo, le pagué y le dije que viniera. Llego al set y veo que no está, me desesperé y la busqué por todos lados, me dieron explicaciones de su paradero; pero fue una verdadera mierda, Rach. ¡Se accidentó! ¿Puedes creer que se accidentó? Tiene muletas, y no va a poder venir. En serio, no tengo plata para contratar a otra chica y no quieren poner un reemplazo hasta mañana porque están todas ocupadas, de viaje o en su día libre…- Hizo una pausa. Había hablado increíblemente rápido, y no entendía el porqué de tanto argumento. –Y no puedo. Tengo que entregar a una revista mis primeras fotos, y si no lo hago… ¡Me despedirán!- Exclamó con aire de derrota.
Rachel hizo una mueca, e inclinó la cabeza preguntándose qué rayos tenía ella que ver con eso. Liam suspiró y juntó ambas manos enfrente de su pecho, en posición de súplica.
-Necesito… que seas mi modelo, Rachel- La muchacha echó la cabeza para atrás y entrecerró los ojos. Si fruncía más el ceño, tendría en apenas unos segundos cuarenta años más de arruga en su frente.
No sabía si había escuchado bien o mal, pero esperaba que fuera la segunda opción.
-Disculpa, ¿Qué?- Replicó, acercándose con la oreja izquierda apuntando hacia su amigo. Quizás era un problema auditivo.
-Que necesito que modeles para mí- Replicó Liam más fuerte, y lento, creyendo que Rachel simplemente estaba jugando.
La castaña miró a Liam sin creer lo que estaba diciendo. Pero no era broma, o un chiste; era en serio. La desesperación de el castaño emanaba señales de auxilio, como un amigo necesitaba a una amiga.
Rachel no estaba de humor para posar sonriente, o de cualquier forma, normal frente a la cámara. Para nada. Sin embargo, Liam la necesitaba y la negación que ella estaba a punto de propinar quedó totalmente olvidada en el pasado pasajero.
-Está bien- Dijo luego de suspirar, y tratar de no volverse a poner nerviosa. Su amigo por poco suelta un chillido femenino, siendo que acababa de recibir el asentimiento que le salvaría el trasero, y por supuesto, de ser despedido.
-Vamos- Su compañero, con toda la confianza del mundo, la tomó de la mano y comenzó a guiarla entre la multitud de gente que llenaba las calles a la hora pico. Con su palma libre, Rachel se retiró una última lágrima rebelde que corría por su cara antes que se diera cuenta Liam. Pero al parecer no había sido lo suficientemente rápida, o disimulada ya que el castaño se detuvo, haciendo que la castaña –que venía a paso rápido detrás de él- chocara contra la espalda de éste. El muchacho juntó sus cejas en una clara señal de preocupación, cuando se animó a preguntarle. -¿Estás bien?- Rachel instintivamente asintió con la cabeza frenéticamente, ocultando una verdad debajo de una mentira. Es que al parecer estaba acostumbrada ya, y no sabía si se le sacaría alguna vez.
Liam la miró no muy convencido, pero el apuro del momento lo obligó a dejar pasar esa ocasión.
Pero solo por esa vez; ya la había encontrado llorando una vez y no le extrañaba que pudiera estar haciéndolo de nuevo.
***
La oji-verde extendió sus brazos, mientras se observaba en el espejo. Daba una vuelta, dos vueltas, incluso giraba sin parar, y no lograba convencerse que estuviera a punto de dejarse fotografiar.
Nunca se había sentido una persona muy fotogénica, y mucho menos alguien apto para modelar. Pero favores eran favores, y no podía dejar plantado a su amigo ahora.
Se sentía incómoda, y extremadamente extraña. Llevaba puesto un bikini de dos piezas, de color azul marino y con puntos blancos creando una estampa muy vintage.
Su peinado constaba en una especie de batido recogido, y labial rojo intenso, obligando a que el maquillaje se redujera a algo muy natural, sino parecería un drag queen si descuidaban el control de ése.
No se convencía, y el reconocimiento de su aspecto físico iba más allá de lo imposible.
-Ya me estoy arrepintiendo…- Murmuró, al ver que luego, estaba casi asegurada la sensación de desgrado al observar las –futuras- fotografías.
-¡Rachel!- La llamó Liam, él estaba hablando con quien sería la mujer que los fotografiaría y se mostraba con una euforia ya recurrente en las personas que se dedicaban a éste trabajo.
La castaña caminó con lentitud hacia el dúo de jóvenes que la estaban esperando, sin embargo, pronto se vio detenida por una presencia inesperada y desagradable.
Se quedó lo suficientemente estática como para llamar la atención, y luego decidió que era momento de explicaciones. Explicaciones que claramente se le habían salteado a Liam Payne.
-Discúlpenme un momento- Señaló Rachel, mientras con pasos apresurados y escurridizos, corrió hasta un lugar privado, y lo suficientemente escondido para quejarse y chillar por lo que estaba a punto de ocurrir.
Una sala de vestuario había sido la escogida, cerró la puerta con intensidad innecesaria y empezó a caminar de un lado a otro.
“Imbécil…” Susurró. Se agarraba el pelo, pero nunca lo suficientemente fuerte como para arruinar un trabajo de casi una hora, y litros de fijador. Sus pies se movían impacientemente, haciendo contracto con el frío del piso.
“Louis me va a matar…” Pensó, poniéndose nerviosa tan solo pensando que Louis tenía una posibilidad de enterarse. “Si él se entera de todo” Indicó un pensamiento mucho más negativo.
Liam entró disimuladamente por la puerta, no sin antes fijarse si alguien lo seguía. Intuía que Rachel querría hablar a solas.
-¡Tu!- Lo señaló. Liam levantó las manos en defensa propia sin siquiera saber de que lo estaban acusando. –Tu- Rezongó mientras se acercaba a paso apresurado hacia el muchacho. Rachel hizo ademán de estrujarle la cabeza con ambas manos, sin embargo se detuvo a centímetros de ésta, quedándose con las ganas de liberar el estrés acumulado en cuestión de minutos.
-¿Yo, qué?- Interrogó. Rachel se río sarcásticamente, echando la cabeza dramáticamente hacia atrás.
-¡Tú, todo!- Exclamó. Liam se sintió aún más confundido que antes.
-¿Porqué?
-¡Porque no me dijiste en ningún momento que tenía que trabajar con Luciano Di Mazza!- Liberó. Decirlo era agotador, y recrear las palabras de Louis era todavía más tenebroso.
“No quiero que te metas con él” Había advertido. Sus palabras habían sido firmes y más claras que el agua, Louis no quería que tuviera nada que ver con el hombre aprovechador. El que utilizaba cualquier excusa para meterse con sus modelos. Sin embargo allí estaba, a momentos de posar para un cámara en un conjunto que tenía menos delgadez que ropa interior de Victoria’s Secret.
Aunque, no era su culpa de hecho. Liam había omitido el detalle de trabajar con otro hombre; un detalle muy importante.
-No te lo dije porque no quería que te echaras para atrás- Explicó Liam. Rachel blanqueó los ojos en un intento de insultar al castaño.
-Liam, yo te quiero mucho, pero… Me tendrías que haber dicho. Me trajiste engañada- Reclamó la castaña, ganándose el completo arrepentimiento de Liam. El sabía que la había conducido a ciegas, sin embargo, no estaba al tanto del problemas que llevaba por nombre Luciano. Ni mucho menos Louis, quien estaba de seguro trabajando en uno de los pisos de ese edificio; por cruzarse en cualquier momento con esa persona a la cual tiene desprecio.
-Lo siento…- Murmuró apenado. Rachel asintió con la cabeza levemente, mientras se retiraba de ese espacio tan reducido y privado. Abrió la puerta, y se encontró con Luciano a lo lejos; solo que ésta vez, el se encontraba en nada más que un traje de baño.
La castaña alzó la cabeza hacia el cielo, rogando que esto acabara pronto. No quería ni imaginarse en como estaría en los próximos minutos, pero sería mejor acabarla de una vez.
Sus pasos resonaron por el gran salón que se había convertido en un estudio de fotos. La iluminación no bastaba para ocultar la oscuridad en la que sentía que se estaba sumiendo. Supuestamente había aceptado en primer lugar para distraerse de todos los problemas que la rodeaban, pero, ahora que lo pensaba… Había caminado directamente hacia uno.
-Hola, preciosa- Habló Luciano, mientras una sonrisa torcida se tatuaba en su rostro. Rachel sintió su estómago revolverse ante sus palabras, pero decidió quedarse… No podría ser tan malo como pensaba ¿O sí?
-Hola Luciano- Su saludo, a pesar de tratar de sonar cordial, salió un poco forzado y seco. Luciano no parecía dar crédito a esto, ya que estaba más ocupado examinando a Rachel con lujo detalle.
La castaña se sintió sumamente intimidada e influida por la mirada de los ojos de el castaño. Su barba había crecido un poco, y sus ojos eran de un color casi negro. Sus apariencia gritaba italiano a los cuatro vientos, pero su forma de utilizarla, su manera de llevar este “look” decía mujeriego.
Y pues, ¿De dónde creían que sacaba su reputación?
-Te ves bien- Acató el hombre, mientras se mordía el labio. “Idiota” pensó Rachel. Si tenía intención alguna de conquistarla, su oportunidad había pasado ni bien Louis le había advertido de él.
-Gracias- Rezongó, sintiéndose con su comentario de mil maneras, menos halagada. La encargada de la producción los acomodó ni bien tuvo la chance. Rachel, quedó delante de Luciano, y éste atrás, per1o pegado a ella. Unos escalofríos le invadieron el cuerpo, y los vellos del brazo se le erizaron al sentir como el castaño posaba sus manos grandes firmemente sobre la cintura de ella; y como si fuera poco, hizo un recorrido innecesario con sus manos por su cadera para hacerlo.
Automáticamente, el sub-consciente de Rachel hizo una comparación meramente precavida y estudiosa. Las manos de Luciano, no eran nada comparadas a las de Louis. Y a pesar de que en ese momento quisiera negarlo –por la distancia que quería mantener-, prefería mil veces a que él estuviera en el lugar de Luciano.
Las palmas de el modelo eran rasposas, duras… y como si hubieran estado en mil lugares antes de tocarla a ella. No era experta en “análisis de manos”, pero ella sabía que su tacto no le agradaba.
En cambio, las de Louis eran suaves, atentas , y se sentía privilegiada cuando tenía la oportunidad de siquiera rozarlas. Louis la había acariciado, mimado con su tacto, no como Luciano, que parecía tener en sus planes –como había hecho mil veces antes- tocarla sin ningún pudor.
Luciano era un golpe a su cuerpo, Louis era una caricia delicada. Estaba dicho.
-Bien, supongo que quieren que empiece… así que, pónganse cómodos- Indicó Liam. Rachel rodó los ojos, mientras tomaba respiraciones artificiales. No sabía cual iba a ser el destino de esa sesión, su futuro era dolorosamente incierto y lo peor… Luciano era asquerosamente predecible.
-Estoy más que cómodo- Alegó Luciano, mientras su aliento chocaba como una ráfaga en pleno huracán contra el cuello de Rachel, logrando que se estremeciera; pero no de una manera placentera.
Una vez que vio como los ojos de Liam se ocultaban tras el aparato que los retrataría, la castaña no pudo evitar sentir una última oportunidad de disgusto y asco. No quería encontrarse en esa situación, sin embargo, ya lo estaba.
-Sonríe, preciosa.
***
-Espero que todo esté bien- El castaño caminaba resonante con sus pasos por los pasillos de la empresa. De vez en cuando daba un vistazo general a que todo se estuviera cumpliendo tal y como debía de ser, pero ahora, simplemente estaba bajando las escaleras mientras una de las tantas muchachas que trabajaban en ese sitio caminaba al lado de él.
-Sí, señor Tomlinson. Las fechas están confirmadas- Alegó la rubia peinada en una coleta.
-Perfecto. Puedes retirarte- Anunció el oji-azul mientras la muchacha de no más de veinticinco años asentía.
Louis caminaba tranquilamente por los pasillos revisando papeles y puros trámites del trabajo.
No había podido sacarse a Rachel de la cabeza durante toda la mañana, y al parecer no tenía plan alguno de hacerlo durante el resto del día.
Quizás si hablaba con ella… No, no podía permitirse tener semejante conversación con ella. No podía decirle nada, y sin embargo, tenía toda la necesidad de soltar los verdaderos sucesos. Porque quizás en el mejor de los casos, ella entendería… y saldrían adelante juntos. Resolverían todos los inconvenientes que quedaban por resolver, y terminarían con todo eso de una buena vez.
Por otro lado, había una posibilidad que desgraciadamente, en la cabeza de Louis, era la que más chances tenía de cumplirse: Rachel se enfadaría con él, y conociendo lo impulsiva y a veces despreocupada por ella misma que era, cometería una estupidez. Y lo peor, una estupidez basada en la verdad de todo.
El vistazo al espacio que era frecuentemente concurrido por modelos, fotógrafos y diseñadores se estaba haciendo bastante extenso para su gusto. Quizás, si hubiera sido otro día, o quizás unos meses atrás, hubiera disfrutado de ver como la gente pasaba de estar en un estado camuflado y total de relajación, a un vano intento de demostrar que estaban haciendo algo, en vez de simplemente aprovechar los lujos que la empresa les otorgaba. Entre ellos, comida de primera mano gratis, revistas, entrevistas, y acceso a cualquier archivo exclusivo.
Pero ahora, sus pensamientos estaban demasiado distorsionados como para fijarse en las actitudes de sus empleados.
Pasó por enfrente de los diversos estudio que se enfilaban por dentro del edificio. Los enormes cristales –en vez de paredes- le permitían ver todo hacia dentro con el simple hecho de caminar por los pasillos. Sería increíblemente ridículo si tuviera que entrar puerta por puerta preguntando que estaban haciendo; era una pérdida de tiempo y de energía.
Las sesiones de fotografía al parecer iban perfectamente, como debía ser, en tiempo y forma. Pero algo estaba fuera de lugar.
En una lista colocada sobre cada puerta transparente, se encontraba un horario fijado para cada sesión de fotos. Louis sintió extrema curiosidad por una hora en particular, que estaba acompañado de un nombre no muy agradable.
“15:00 Revista Valentine; Luciano Di Mazza, modelo a confirmar”
Louis se rascó la barbilla no muy convencido de la escritura sobre el papel. Había subestimado la ausencia de Luciano, y ahora estaba en su edificio sin siquiera haberlo dejado acercarse a menos de diez metros de la puerta.
Estirando el cuello, y enfocando la vista adentro; pudo obtener una visión perfecta de lo que estaba sucediendo. Como siempre, Di Mazza estaba en una posición bastante comprometedora en relación a la modelo.
La muchacha se encontraba de espaldas, con la cabeza apoyada en su pecho. Las manos indecentes e indiscretas de Luciano se apoyaban firmes y rígidas sobre los muslos de ella. Una sonrisa arrogante se dibujaba en su cara cual tatuaje, de hecho, parecía un tatuaje, ya que Louis estaba acostumbrado a ver esa mueca asquerosa en su cara cada vez que los hechos impredecibles los obligaban a encontrarse.
El castaño decidió seguir su camino sin las ganas de ir y discutir con el modelo italiano. Estaba agotado mentalmente, y una discusión de seguro los llevaría a una pelea física que solo lo molestaría aún más. Sin embargo, para la desgracia de Louis, un solo movimiento permitió que viera una confrontación segura en el futuro.
La castaña se dio vuelta, y se apartó resignada al contacto con Luciano. Sin embargo, ya la había tocado.
Los puños de Louis se cerraron con fuerza, su respiración había aumentado radicalmente. Empezó a practicar un discurso pacifista, y un método de terminar bien las cosas, pero, al contrario de lo que esperaba, el no deseaba decirle “Hola, que haces tocando a mi novia; por favor quita tus manos de encima”. La rabia lo había empezado a consumir ni bien pasaron diez segundos de la visión imprudente. No solo Rachel estaba modelando, sino que estaba con él. Le había advertido. Le había dicho que se alejara. Pero la conocía demasiado bien, y así como él le decía las cosas, ella las pasaba por alto aún más rápido.
Con la cólera corriendo por sus venas como glóbulos rojos corrientes, sacudió la puerta de un solo manotazo y entró al estudio que pronto se convertiría en un desastre.
-¡¿Qué mierda?!- Las palabras podían ser las más equívocas para postergar un pleito, y por supuesto, el no tenía ninguna intención asociada a ello. Rachel sintió el temblor recorrer su cuerpo. Sabía que esto pasaría.
-Louis…- Murmuró apenas audible la muchacha, sin embargo, éste leve sonido fue lo suficientemente fuerte para que el castaño le prestar atención. ¡Que decía! La atención había estado sobre ella desde el momento en que cruzó la sala.
El silencio flotaba en la sala, espeso y tenso; esperando ser corrompido por el primero que tuviera la valentía de decir algo. Sin embargo, nadie se atrevía. Las consecuencias eran imaginables, tanto para Rachel, Luciano, Liam y Louis.
El castaño que se encontraba alterado por dentro, pero con una calma falsa y esforzada por fuera, dio un paso hacia Luciano con los brazos cruzados tratando de encontrar una excusa válida para su acercamiento. No podía eliminar la imagen de Luciano y Rachel, no al menos en ese momento… o quizás en meses.
-Vaya, luces enfadado, Tomlinson- Acató Luciano. Louis se proporcionó unos consejos mentales de cómo inhalar y exhalar, logrando evitar darle el primer puñetazo apenas se le diera la oportunidad.
-Un poco, ¿Quién te dio permiso de venir acá?- Gruño el castaño, mientras miraba de reojo a Rachel. No solo había traspasado los límites de su empresa, sino que desapareció cualquier límite emocional posible. Intenta toquetear a Rachel… No lo había hecho, porque no le había dado la chance.
-Novatas, ya sabes cómo se dejan inducir- Se encogió de hombros, como si estuviera acostumbrado. Un montón de muchachas dispuestas a hacer cualquier cosa por el no era novedad, de hecho. –Además, necesitaba una portada. Hacía tiempo que no veía mi cara en todos lados- La arrogancia era asquerosamente palpable en su voz. La tensión se podía cortar fácilmente con un cuchillo, y aun así, ésta no se disiparía fácilmente.
Luciano se había ganado el odio eterno de Louis.
-Quiero que te retires antes de que me arrepienta de la calma con que estoy sobrellevando esto- Gruñó con desdén el castaño. Sus palmas se habían exprimido tanto que sus nudillos estaban pálidos y el dorso rojo. Esperaba expectante las próximas palabras de Luciano. Y para su disgusto, estas llegaron antes de lo requerido.
-No, gracias. Vine acá y voy a hacer esto… Voy a hacer lo mío- Caradura, Luciano caminó y cortó el escaso espacio que quedaba entre ellos dos alertando al máximo a las personas testigos de la situación. Louis respiro por la nariz y exhaló por la boca. Estaba listo para noquearlo. –Y…- se acercó, peligroso hacia la oreja de el castaño y habló escupiendo sus palabras. –Lo mejor de todo… es que voy a hacer lo mío con tu novia- Los oídos de Louis retumbaron ante las aclaraciones de el hombre.
Cínicamente, pero con una falta total de humor, soltó una carcajada que retumbó por todo el lugar. Sus ojos se fijaron en el cuerpo expuesto de Rachel, en sus piernas, su abdomen… su cara. ¿Por qué estaba asustada si ella misma se había metido en ese lugar?
Louis alzó una ceja y se separó levemente para enfrentar la cara repleta de confusión de Luciano.
Empezó a negar con la cabeza, mientras la sonrisa irónica no se borraba de su rostro. Lo señaló con el dedo moviéndolo frenéticamente como si le hubiera contado un chiste en los últimos dos segundos; sin embargo había laca de gracia en el aire.
Abruptamente, el oji azul se colocó tieso y firme, seguro de que la atención de Luciano no estaba en falta en ese momento. Sus manos viajaron a su cintura para posarse en ella, mientras el peso de su cuerpo pasaba de una pierna a otra.
-Por supuesto que no, amigo- Sin más palabras que decir o recitar, sus manos tomaron al fin un poco de voluntad propia y fueron a parar al rostro de quien hace rato lo venía desafiando.
El hombre, sin intención alguna de defenderse, simplemente se tiro al piso y se empezó a preocupar por su nariz rota. Louis estaba seguro que unos miles de dólares en cirugía no le preocuparían para nada. Pero estaba contento, ya que su rostro estaba dañado, y esto le dejaría algunos meses sin trabajo.
Rachel ahogó un grito. A pesar de ser un simple puñetazo, la castaña sabía que le había hecho daño; pues, gotitas de sangre manchaban el recientemente piso encerado. Desesperada por evitar una discusión, corrió hacia donde su cartera se encontraba y se la colgó en el hombro.
Louis notó los bruscos y escurridizos movimientos de su novia, y así como ella hizo con su cartera, el se la colgó en los hombros.
-Louis!- Exclamó sorprendida mientras golpeteaba la espalda de el castaño.
Liam observaba anonado la escena con su cámara todavía entre sus manos. Deseaba salir de allí, y al parecer tendría su salida ansiada –desgraciadamente- No tenía dudas que Louis lo despediría, así que, si creía tener un poco de dignidad, estaba pensando ya en renunciar directamente.
-Vamos a hablar- Indicó con un tono de gracia oscuro, saliendo hacia los pasillos de la empresa. Rachel intentaba vanamente escaparse, pero luego las consecuencias del intento se empezaron a enlistar en su cabeza. ¿Qué haría si lograba librarse? ¿Correría por las calles? Si estaba en nada más que un diminuto traje de baño. Mientras más se ponía a pensar, peor se veían las cosas si corría lejos del edificio Tomlinson.
-¡¿Qué mierda miras?!- Escuchó gritar a Louis. Rachel levantó la cabeza como pudo y se encontró con los ojos verdes de Harry abiertos de par en par. -¿Qué estás haciendo aquí?- El castaño con rulos miraba con un deje de diversión la situación, pero la gracia desapareció como polvo en el viento cuando giró su cabeza y vio a Luciano tirado en el piso.
-Oh… veo que estabas ocupado- Sonrió Harry. El no tenía alguna intención de tener pena, o siquiera ir a ayudarlo. Harry sentía el mismo nivel de simpatía por el herido que Louis. Y también como su amigo, la consideración no era una característica estable dentro de su personalidad. –Vine a ver a Charlotte… ¿Estarán bien?- Indicó el oji verde con un movimiento de cabeza refiriéndose a ellos.
-Si… fíjate que Luciano se vaya lo más antes posible- Louis empezó a caminar con una resignada Rachel a cuestas, pero se detuvo. –Oh y Harry- El nombrado se giró para escuchar nuevamente alguna palabra de parte suya. –Que ni utilice el servicio médico de la empresa, por favor- Mencionó con burla. Harry se lanzó con una carcajada, mientras con una postura completamente relajada se alejaba de ellos.
Louis se olvidó un detalle, por lo que con rapidez –o al menos la suficiente para que Rachel no saliera corriendo- posó a la castaña sobre sus pies nuevamente. Se quedo parada, quieta y sin saber qué hacer, mientras el oji azul se sacó el saco y se lo colocó encima de Rachel.
-Listo, ahora no voy a tener que soportar más miradas sobre ti- Rezongó, mientras con resoplido de parte de la castaña, volvía a lanzarla sobre su hombro. De ésta manera, sin más palabras que decir, se dirigió dispuesto a tener una conversación privada en su oficina con ella.
khaleesi.
---
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA hola hola hola hola (?)
Yo se que me están esperando con estacas, balas de plata, y antorchas listas para asesinarme... But, bueno, si me pusiera a explicar, seria como unas viente hojas en word (?Tuve problemas de acá a allá, inconvenientes, etc etc. Drama (?) La cosa es que volvi, tarde, pero volvi, espero no haber perdido muchas lectoras :c lo cual es penosamente seguro, bc soy una pajera ademas, y bueno, no cumplo con mis "prometo que subo el día xx" So, bueno, espero que les haya gustado. Louis se confiesa en el proximo capitulo, ah. No, en realidad no se... Quizas 1313 sobre el escritorio (?) LOL. Me voy al chori.
Bueno, yo que se, este capi va dedicado para quienes me hacen el aguante (?) Por esas lectoras que siguen aca, a pesar de su irresponsable imbecil escritora ._________.
Las amo ;;;__________________;;; Y tratare de ser mas responsable .-.
Besos y con la ayuda de los ángeles nos veremos pronto (?
XXXXXXXXX
Yo se que me están esperando con estacas, balas de plata, y antorchas listas para asesinarme... But, bueno, si me pusiera a explicar, seria como unas viente hojas en word (?Tuve problemas de acá a allá, inconvenientes, etc etc. Drama (?) La cosa es que volvi, tarde, pero volvi, espero no haber perdido muchas lectoras :c lo cual es penosamente seguro, bc soy una pajera ademas, y bueno, no cumplo con mis "prometo que subo el día xx" So, bueno, espero que les haya gustado. Louis se confiesa en el proximo capitulo, ah. No, en realidad no se... Quizas 1313 sobre el escritorio (?) LOL. Me voy al chori.
Bueno, yo que se, este capi va dedicado para quienes me hacen el aguante (?) Por esas lectoras que siguen aca, a pesar de su irresponsable imbecil escritora ._________.
Las amo ;;;__________________;;; Y tratare de ser mas responsable .-.
Besos y con la ayuda de los ángeles nos veremos pronto (?
XXXXXXXXX
khaleesi.
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Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
no te preocupes y si quiero asesinarte pero si lo isiera no habrian mas capitulos 1313 en el escritorio mmmm nada malo
cada dia amo mas tu novela
siguela besos
cada dia amo mas tu novela
siguela besos
fran stiles
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
Owww jajaja ame el cap pobre Liam jajaj ya quiero saber q pasará SIGUELAAAA
EliDirectioner12
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
Me encanto este cap
Ya quiero leer es conversacion en la oficina
Besos :bye:
Ya quiero leer es conversacion en la oficina
Besos :bye:
andreiinita_97
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
Síguela me encanto por favor gracias
Fatima_DirecMixer
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
Yo te estaba esperando con la mafia entera para robarte tus chicles. okno. Ya, te fuiste al chori. ¿1313 sobre el escritorio? kdjaslkdjaslk. Prisc quiere. okno. Ya, me pongo seria. Sabes que siempre vamos a estar aca... Sobretodo por que dejas lo capitulos con mucha intriga. Bueno, mandare a Grey para que te corrija. Ya lo he dicho.
Me encanto el capitulo Pushuluda. Los ataques de celos de Louis son lkdlaksjdlas, no se como explicarlo. En fin, espero que se confiese pronto por que no puede ver a Rachel asi... Y yo tampoco puedo seguir con la duda.
Bueno, que los angeles te ayuden para que subas pronto. Besos.
Me encanto el capitulo Pushuluda. Los ataques de celos de Louis son lkdlaksjdlas, no se como explicarlo. En fin, espero que se confiese pronto por que no puede ver a Rachel asi... Y yo tampoco puedo seguir con la duda.
Bueno, que los angeles te ayuden para que subas pronto. Besos.
Invitado
Invitado
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
mmmmmmmmmmmmmm charla seria, si claro jè genial capitulo Harry pasion, hace mucho que no aparecía, igual que Liam! ñaka ñaka ñaka ñaka okno ._.
ame el capppppppppp y seguilo lo mas prontito que puedas
pd: no se las demas pero yo ya estoy prendiendo las antorchas por las dudas
:cherry: :cherry: :cherry:
ame el capppppppppp y seguilo lo mas prontito que puedas
pd: no se las demas pero yo ya estoy prendiendo las antorchas por las dudas
:cherry: :cherry: :cherry:
patopatopatopatopato
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
ahhhhhhh
ame el cap:)
louis es tan assajdhfghASDFFGHJ
ME ALEGRO QUE HAYA GOLPEADO
A ESE MODELUCHO:)
y cuando cargo a rachel, no se mori
siguela amo tu novela
besos hermosa:)!!
alex_dreamer
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
Hola! Soy nueva lectora y me encanta tu novela, espero que la sigas!!
BESOS MERY
Mary styles :3
Re: Vendida al mejor amigo de mi hermano difunto |LT| {Parte 2}
Linda no eres imbecil, no digas esas cosas! Ademas subiste capitulo... mejor tarde que nunca no???
Bueno...AME el capitulo, no me lo imagine para nada... amo tu imaginacion linda y espero que sigas explotandola! ;)
Sube pronto que quiero ver que sucede entre nuestro Louis y nuestra querida Rachel.... jajajaj!
Bueno... besitos linda!!!
Hermoso capitulo.... espero el proximo con ansias!!!!!
Bueno...AME el capitulo, no me lo imagine para nada... amo tu imaginacion linda y espero que sigas explotandola! ;)
Sube pronto que quiero ver que sucede entre nuestro Louis y nuestra querida Rachel.... jajajaj!
Bueno... besitos linda!!!
Hermoso capitulo.... espero el proximo con ansias!!!!!
rubisal!ta
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